Oslo es, con 635.000 habitantes, la ciudad más grande, poblada y la capital de Noruega. Es una ciudad con un aspecto totalmente europeo que nada tiene que ver con el de otras ciudades noruegas como Bergen o Stavanger, es como si no sintieras estar en Noruega de no ser por el idioma.
En nuestra opinión nos gustaron más ciudades como Bergen o Stavanger, pero decidimos pasar un par de días en Oslo para conocerla y, a continuación, os contaremos cómo aprovecharlos al máximo.
Conviene recordar que Noruega no es un estado miembro de la Unión Europea, se hicieron dos referéndum en 1972 y 1994 para una posible adhesión y en ambos ganó el «no». Tampoco han querido adoptar el euro porque quieren tener su propia moneda nacional, la corona noruega (NOK), para mantener el control financiero y poder usarla como factor diferencial en negociaciones.
Conviene recordar que Noruega no es un estado miembro de la Unión Europea, se hicieron dos referéndum en 1972 y 1994 para una posible adhesión y en ambos ganó el «no». Tampoco han querido adoptar el euro porque quieren tener su propia moneda nacional, la corona noruega (NOK), para mantener el control financiero y poder usarla como factor diferencial en negociaciones.
La parte buena es que los enchufes son los mismos por lo que no necesitamos adaptador.
Breve historia de Oslo y Noruega
Como apunte histórico, hay que mencionar que Noruega estuvo habitada por vikingos, más o menos entre los años 800 y 1050 d.C. Posteriormente, Noruega y Dinamarca compartieron monarquía desde 1397 hasta que en 1537, Noruega perdió poder y pasó a pertenecer a Dinamarca. Oslo es el nombre actual, antes era conocido como Christiania entre 1624 y 1877, en honor al rey Christian IV de Dinamarca quien reinaba en aquella época, y Kristiania entre 1877 y 1924. Seguramente veréis varias referencias a ello durante la visita a la ciudad. Esta etapa de la historia de dependencia total de Dinamarca fue llamada por los noruegos como los 400 años de oscuridad (400 year night).
En las Guerras Napoleónicas (1803-1815) que enfrentaron a la Francia de Napoleón con Reino Unido, entre otros países europeos. Dinamarca-Noruega eran aliados de Francia, mientras que Suecia lo era de Reino Unido, por lo que se vieron abocados a entrar en guerra entre ellos. La guerra la perdió Dinamarca, que se vio obligado a ceder Noruega a Suecia tras la firma del tratado de Kiel de 1814.
Se inicia, pues, una nueva época en que el país pertenece a la corona sueca, que duró hasta 1905 cuando consiguen su independencia total.
¿Cómo ir desde el aeropuerto de Gardermoen al centro de Oslo?
Nosotros tuvimos que hacer el sentido opuesto, desde el centro al aeropuerto pero es lo mismo en la otra dirección.
- La forma más rápida es el llamado Airport Express Train, de Flytoget. El trayecto solo tiene dos paradas por lo que en 20 minutos cubre el trayecto entre el aeropuerto y la Estación Central de Oslo (Oslo Sentralstasjon). El tren es amplio, cómodo y dispone de WiFi y tomas de corriente. El precio, 240 NOK.
- La forma más barata, pero un poco más lenta, es con el tren regional de Vy, el cual también llega a la Estación Central (Oslo Sentralstasjon) y tarda unos 45 minutos. Los tickets pueden comprar en la estación sin problemas y el precio es de 124 NOK.
*Importante: No confundirse de tren. En las pantallas de la estación vimos un tren que iba al aeropuerto así que decidimos coger ese ya que no vimos nada que pusiera tren express. Durante el trayecto no nos pidieron los tickets y es únicamente al bajar del tren en el aeropuerto cuando tienes que pasarlo por unos tornos para poder salir. El ticket de tren normal no pasa, como es obvio, por lo que tienen al lado un puesto donde puedes pagar la diferencia para que te dejen pasar. Éramos unos cuantos los que caímos en la trampa, todos argumentando que en el tren no se indica nada de que sea Express, así que debéis prestar atención a si pone Flytoget que es la única referencia para saber en qué tren os estáis subiendo.
En cuanto al alojamiento, nosotros nos alojamos en el Comfort Hotel Xpress Youngstorget y estaba céntrico y muy bien de precio para ser Noruega.
¿Qué incluye el Oslo Pass?
Durante este artículo os iremos contando qué museos o actividades están incluidas en el Oslo Pass. Existen tres modalidades:
- 24 horas: 550 NOK adultos / 275 NOK niños (6-17 años) / 440 NOK seniors (mayores de 67)
- 48 horas: 800 NOK adultos / 400 NOK niños (6-17 años) / 640 NOK seniors (mayores de 67)
- 72 horas: 945 NOK adultos / 475 NOK niños (6-17 años) / 755 NOK seniors (mayores de 67)
Además, hay un descuento del 20% para estudiantes menores de 30 años. Otra cosa a saber es que, con el de 72 horas, se incluye un crucero por la ciudad.
El pase se puede comprar en las oficinas de turismo de Oslo y en varios puntos de venta adicionales, así como a través de la propia aplicación, llamada "Oslo Pass - Official City Card". Estas son las atracciones que incluye el Oslo Pass.
¿Qué ver en Oslo?
Si partimos desde la Estación Central de Oslo (Oslo Sentralstasjon), nuestra primera parada será subir a la parte alta del hotel Radisson Blu Plaza. Entrando al mismo, todo recto a la derecha están los ascensores, hay que coger el que te lleva a la planta 33, donde hay unas ventanas desde donde se puede ver gran parte de la ciudad —no son unas vistas impresionantes pero siempre es bonito ver una ciudad desde arriba—. Si, además, queréis comer con estas vistas, podéis subir una planta más, a la 34, y comer en el restaurante del hotel, aunque no estés alojado en él. Es opcional, si no tenéis mucho tiempo o preferís dejarlo para el final, no pasa nada.
Junto a la estación nace la calle Karl Johans gate, la calle principal de Oslo y que recorremos para ir viendo las principales atracciones de la ciudad. Pronto, a mano derecha, encontraremos la Catedral de Oslo (Oslo domkirke), de culto luterano y arquitectura barroca, siendo consagrada en 1697. Es el lugar habitual para celebraciones y ceremonias de estado o de la monarquía. El acceso es gratuito.
Más adelante, esta vez a mano izquierda, nos encontraremos con el imponente Parlamento noruego (Stortinget) de 1866, el cual se puede visitar únicamente con tours guiados gratuitos que se ofrecen de lunes a viernes. Entrad en su página web que suelen actualizar estas fechas y horarios. Las plazas son limitadas (30) por lo que tres cuartos de hora antes más o menos se empieza a formar la fila a la entrada y, en cuanto se llegue a las 30, cierran. Por tanto, os recomendamos ir antes si queréis tener plaza.
Fachada principal del Parlamento de Noruega
Opcionalmente, el que quiera puede hacer un breve desvío para ver el Regjeringskvartalet, lugar donde sucedieron los atentados del 22 de julio de 2011, el peor ataque terrorista de la historia del país después de la Segunda Guerra Mundial. El 22 de julio de 2011, un ciudadano noruego de ideología extrema derecha, Anders Breivik, puso un coche bomba en esta zona de oficinas gubernamentales y donde estaba la oficina del primer ministro noruego, causando la muerte de 8 personas e hiriendo a 209 personas. Inmediatamente después, escapó a la isla de Utøya, donde se estaba celebrando un campamento de verano para jóvenes del partido laborista noruego, el partido socialista que estaba en ese momento en el gobierno. Con su pistola y fusil, disparó contra toda la multitud, matando a 69 personas e hiriendo a 110. En total, el atentado se llevó la vida de 77 personas e hirió a 319. En la plaza hay un pequeño recordatorio en memoria de las víctimas.
Volvemos a donde estábamos y continuamos por la calle Karl Johans gate hasta el final, donde veremos el impresionante Palacio Real (Det Kongelige Slott), un tanto aislado aunque bellamente rodeado por los jardines reales (Slottsparken) y el Monumento a Karl Johan (Carlos XIV Juan de Suecia en español). Es la residencia oficial de los reyes cuando están en Oslo y tiene 173 habitaciones. Lo cierto es que la familia real noruega tiene una historia muy curiosa. El palacio se construyó en estilo neoclásico entre 1825 y 1849 para el rey Carlos XIV Juan de Suecia, rey de Suecia y Noruega. Recordemos que Suecia y Noruega formaban parte de la misma corona, la corona Sueca, hasta su separación en 1905. En ese momento, Noruega, país monárquico históricamente debía decidir si pasar a ser una República o mantener la monarquía. El problema es que no tenían reyes para poner al frente del nuevo reino, pues hasta entonces habían sido gobernados por reyes suecos. Los noruegos decidieron que un buen candidato sería el segundo hijo de los reyes daneses, el príncipe Carlos de Dinamarca, ya que tenía sangre real y no iba a ser rey de Dinamarca al tener preferencia su hermano mayor. Además, sus ancestros habían sido reyes también de Suecia y Noruega y su esposa, la princesa británica Maud de Gales, establecería buenos lazos con la corona de Reino Unido. Carlos de Dinamarca dijo que aceptaría el cargo solo si el pueblo estaba de acuerdo en continuar con una monarquía y con él como monarca. El referéndum se celebró el 12 y 13 de noviembre de 1905, el sí ganó ampliamente con el 79% de los votos y el país pasó a ser una monarquía totalmente independiente. Para este nuevo puesto, Carlos de Dinamarca tomó el nombre de Haakon VII de Noruega, pues Haakon era un nombre popular entre los antiguos reyes noruegos. Así fue como el danés Haakon VII se convirtió en el primer rey de la Noruega independiente desde la Edad Media que gobernó el rey Haakon V.
El actual rey noruego es Harald V, el primer rey europeo en haberse casado por amor con una mujer que no pertenece a la realeza ni nobleza, Sonja Haraldsen, cuyo nombre de reina consorte es Sonia de Noruega. Llevan en el trono desde 1991.
El palacio únicamente se puede visitar durante el verano (junio - agosto) —que es cuando no suelen estar los reyes— a través de tours guiados en inglés, todos los días a las 12, 14, 14:20 y 16:00. El precio es de 220 NOK adultos o 110 estudiantes y niños. Si además queréis ver el cambio de guardia, este se realiza a diario a las 13:30.
Palacio Real
Volveremos hacia atrás esta vez para girar a la derecha, pasar junto al Teatro Nacional (Nationaltheatret) y seguir hasta llegar al Ayuntamiento (Rådhuset). Tardó 20 años en construirse, incluida una pausa durante la Segunda Guerra Mundial, hasta que pudo ser inaudurado en 1950. Se trata de un edificio de ladrillo rojo con dos torres de 63 y 66 metros de altura que poco tiene un aspecto cuanto menos curioso, con un aire soviético, nada que ver con los ayuntamientos que habíamos visto en otras ciudades, más señoriales y antiguos.
Se puede visitar por dentro gratuitamente, además ofrecen entre junio y agosto visitas guiadas gratuitas a las 10h, 12h y 14h sin reserva anticipada. En su interior vemos el hall principal, lugar donde el día diez de diciembre —coincidiendo con el día de la muerte de Alfred Nobel— se entrega el Premio Nobel de la Paz, en presencia del rey. El Premio Nobel se entrega desde 1901 en Estocolmo y, por aquel entonces, Noruega pertenecía a Suecia, hasta su independencia en 1905, por eso Suecia entrega todos los premos excepto el de la Paz, que se lo cedió a Noruega por su tradición pacifista del país. El hall está decorado con fotografías y cuadros sobre cómo es la entrega de premios, y un enorme mural sobre la ocupación nazi de Oslo, la capital europea más fácil de ocupar, y otros sobre otras etapas de la historia Noruega y Oslo.
Ayuntamiento de Oslo
La ceremonia del Nobel de la Paz tiene lugar en el ayuntamiento, pero la cena y celebración posterior se hace en el Grand Hotel (Karl Johans gt. 31), de hecho, el ganador también se aloja tradicionalmente en la suite del hotel y sale a saludar desde el balcón a la gente.
Junto al ayuntamiento encontramos el Centro del Premio Nobel de la Paz (Nobels Fredssenter), para ampliar la información que hemos aprendido antes en el Ayuntamiento. Hay que pagar una entrada y, una vez dentro, ofrecen visitas guiadas gratis. En su página web podéis ver los horarios de entrada, de los tours guiados y de sus precios. Está incluido en el Oslo Pass.
Detrás del centro, veremos el renovado Museo Nacional de Arte, Arquitectura y Diseño (Nasjonalmuseet), el cual está compuesto por tres instituciones: el Museo de Arquitectura, el Museo de Arte Contemporáneo y la Galería Nacional. El edificio en que nos encontramos (Nasjonalmuseet) alberga la Galería Nacional y el Museo de Arte Contemporáneo, mientras que el de Arquitectura se encuentra en otra localización (Bankplassen 3). Este museo estuvo cerrado ocho años y abrió en 2022 después de una renovación de 610 millones de euros y así pasar a ser el museo más grande de Noruega.
El museo expone hasta 6.500 cuadros de importantes pintores repartidos en salas según su época y procedencia. Tiene obras de Manet, Matisse, Monet, Renoir, Cézanne, Van Gogh e incluso Picasso, aunque, si por algo destaca, es por la gran colección de cuadros de Edvard Munch (1863-1944) entre los que destacan “Madonna”, “The Sick Child” y, por supuesto, el famoso El grito (The Scream), de 1893, sin duda el cuadro más buscado por los turistas. Munch pintó cuatro cuadros El grito, no son copias sino cuatro originales, el de este museo es el primero de todos. El cuarto de ellos, por ejemplo, lo compró un multimillonario estadounidense en una subasta por 91 millones de euros. Pues el que está aquí sufrió un robo de película. El 12 de febrero de 1994, coincidiendo con la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Lillehammer, en Noruega, dos hombres rompieron una ventana del museo y se llevaron el cuadro en menos de 50 segundos, dejando una nota que decía “gracias por la pobre seguridad”. Los ladrones pidieron un rescate de 1 millón de USD. La policía noruega se negó y realizó una operación secreta con la policía británica para hacerse pasar por compradores de arte y ofrecieron 250 millones de USD, quedaron con los ladrones en un hotel de la localidad Åsgårdstrand y les arrestaron. El cuadro se recuperó el 7 de mayo de 1994, lo que significa que estuvo en custodia de los ladrones durante casi 3 meses, de hecho, el ladrón al mando, Pål Enger, dijo que lo escondió en un compartimento de la mesa del comedor, es decir, la familia estuvo comiendo sobre El grito durante casi 3 meses.
En su página web tenéis los horarios y precios actualizados; la entrada está incluida en el Oslo Pass.
Dejamos el museo y tomamos la calle Stranden, con el Ayuntamiento detrás, lo que se conoce como la milla de oro noruega porque es el centro financiero, en pleno barrio de Aker Brygge. Al final de esa calle encontramos una escultura con una historia muy curiosa. Se trata de Blücher Anker, una de las anclas del barco de guerra alemán Blücher, que en la madrugada del 8 al 9 de abril de 1940 entró por el fiordo de Oslo con la misión de ocupar Noruega. La defensa de la ciudad consiguió abatir el barco a base de cañonazos, que acabó hundiéndose y, desde entonces, permanece hundido en el fiordo de Oslo a 90 metros de profundidad. Esta ancla es original y se pudo rescatar, de hecho, en la parte de arriba se puede ver la swastika, y sirve como recuerdo y homenaje a la resistencia noruega frente a la invasión nazi. También por esta zona veréis las famosas Stolpersteine o piedras del tropiezo, enfrente de donde se situaban casas de judíos durante el Holocausto.
Aker Brygge es una zona agradable de pasear, sobre todo en verano. Podéis llegar hasta Astrup Fearnley Museum Of Modern Art, el museo de arte moderno, que tiene un edificio muy acorde a lo que se expone en él. Su arquitecto es el italiano Renzo Piano, el mismo del edificio The Shard, en Londres, o del Centre Georges Pompidou, en París.
Sin darnos cuenta, ya estamos casi en la zona del puerto. Frente al Ayuntamiento, por la fachada de atrás (no la principal) llegamos a la Fortaleza de Akershus (Akershus Festning), un castillo de la Edad Media, construido en torno al 1299 por orden del rey Haakon V de Noruega como su residencia. La fortaleza tuvo un papel importante en la historia de la ciudad, siendo el escenario de algunos de los acontecimientos más recordados. En 1624 hay un incendio devastador en Oslo y el rey de aquel entonces, Christian IV de Dinamarca, decide reconstruir la ciudad detrás de la fortaleza, para que estuviera más cerca y la pudiera vigilar y proteger mejor. En los siglos XVIII y XIX también sirvió como prisión. En 1940 el castillo fue tomado y ocupado por los nazis casi sin oposición, y fue utilizado como lugar de ejecuciones. En 1945, después de que finalizara la ocupación y la fortaleza fuera liberada, ocho noruegos fueron ejecutados aquí también por haber cometidos crímenes de guerra junto a los nazis contra la población noruega. Uno de ellos fue Vidkun Quisling, quien fuera fundador de un partido nazi noruego y primer ministro de Noruega entre los años 1942 y 1945, nombrado por Hitler, para que ejerciera de marioneta de la Alemania Nacionalsocialista. Quisling fue ejecutado el 24 de octubre de 1945 en alguna parte de esta fortaleza, pero no se sabe dónde exactamente. La fortaleza se usa hoy para actos representativos del gobierno, alberga una oficina para el primer ministro, así como lugar turístico y cultural, tiene muchas zonas verdes y edificios varios en su interior por lo que se puede dar un agradable paseo y disfrutar de las vistas del puerto. La entrada es gratuita y el horario de visita es diario de 6:00 a 21:00.
Por aquí muy cerca, concretamente en la calle Kongens gate, se encuentran la tercera rama del Museo Nacional de Arte, Arquitectura y Diseño: el Museo de Arquitectura (Nasjonalmuseet – Arkitektur), el cual tiene salas temporales y otras fijas sobre proyectos de arquitectura relacionados con Noruega. Se puede visitar gratis los jueves, que es cuando fuimos nosotros ya que el museo en sí es pequeño y, a no ser que estéis muy interesados en la materia, no merece la pena pagar la entrada, en nuestra opinión. Podéis ver sus precios y horarios en su página web.
Seguimos paseando por la zona del puerto hasta llegar al edificio de la Ópera de Oslo (Operahuset Oslo), inaugurado en 2008 y, desde entonces convertido en nuevo icono de la ciudad. Simula un iceberg que emerge del mar, aquí, en el fiordo de Oslo, y es obra del conocido estudio noruego Snøhetta que tiene edificios en varias ciudades de Estados Unidos y en Berlín. Utilizaron mármol de Carrara y la mayoría de cristales funcionan como paneles solares. También es interesante que una parte del escenario se encuentra 16 metros bajo el nivel del mar. Algo único de esta ópera es que se puede a su techo y tener unas vistas fabulosas del puerto. Asimismo, se puede entrar en el interior gratuitamente. Existen no obstante visitas guiadas de pago en noruego e inglés que podéis encontrar en su página web.
Edificio de la Ópera de Oslo
Prácticamente al lado de la Ópera, se encuentra el moderno edificio del Museo Munch (Munchmuseet, Edvard Munchs Plass 1) donde podemos ver gran parte de la obra de Edvard Munch, el pintor noruego más conocido de la historia, incluidas dos de las cuatros versiones de El grito, la segunda —que casualmente también fue robada en 2004— y la tercera, si bien la copia más famosa es la que se encuentra en el Museo Nacional de Arte, Arquitectura y Diseño que vimos anteriormente. Munch nació en la localidad noruega de Løten, tuvo 4 hermanos y pasó una infancia muy dura: su madre murió cuando él tenía 5 años y, al poco tiempo, su hermana murió de tuberculosis. Por eso, él recuerda su infancia rodeada de angustia, enfermedad y muerte, y eso es lo que vemos en algunos de sus cuadros, como en El grito. El pintor está enterrado en el Cementerio de Nuestro Salvador de Oslo (Vår Frelsers Gravlund), a unos 20 minutos caminando del centro. El Museo Munch estéticamente es una maravilla y es obra del arquitecto español Juan Herreros. Está incluido en el Oslo Pass y en su web podéis ver los precios y los horarios, fijaos que los miércoles de 18 a 21h es gratis.
Toda esta zona que está detrás del Museo Munch y la Ópera se conoce como Barcode o Barcode Project, traducido, «código de barras», pues son todo edificios modernos, construidos entre 2005 y 2016, altos y estrechos, dando la sensación si los miramos desde lejos que estamos ante un código de barras gigante.
Por último, nos queda por ver la zona de los museos, la península de Bygdøy, muy agradable de pasear con zonas verdes y zonas residenciales tranquilas. Hay varios y, si tenéis el Oslo Pass, merece la pena visitarlos todos, de lo contrario tiene más sentido hacer una selección en función de qué os interese más.
Para llegar a ella se puede ir en autobús público, aunque el precio es bastante alto para ser un simple autobús regular: 62 NOK en efectivo o 42 NOK si lo compráis por la aplicación de Ruter (la empresa de transporte público de Oslo). Por un poco más de dinero se puede ir en ferry, el cual cuesta 67 solo un trayecto o 104 el día entero. Salen de Rådhusbrygge 3 y los tickets se pueden comprar en un puesto junto a donde salen, que pone Oslo Sightseeing / Fjord Cruise. El ferry está incluido en el Oslo Pass.
El ferry tiene dos paradas, cada una más cercana a ciertos museos. Nosotros nos bajamos en la primera, con destino al Museo de los Barcos Vikingos (Vikingskipshuset). Se trata de un pequeño museo que muestra 3 barcos vikingos que llevan el nombre del lugar donde se descubrieron: Oseberg, del año 820 y el más destacado de todos; Gokstad, del 890; y Tune, del 900. Con barcos como estos, los vikingos consiguieron llegar a Groenlandia y a la península del Labrador, en Canadá. Es decir, siempre se piensa que fueron españoles o portugueses los primeros europeos en pisar continente americano, pero en realidad fueron los vikingos en el siglo X. Los barcos se descubrieron en el siglo XIX, cada uno en su respectiva zona, enterrados, con lo que se dedujo que, al final, funcionaron como barcos funerarios, una práctica habitual vikinga. Los barcos eran usados como tumbas para sus propietarios o reyes o reinas vikingas y se enterraban túmulos o montículos, por lo que estuvieron sepultados bajo tierra durante 1000 años, increíble. También encontraremos exposiciones sobre la forma de vida de los vikingos. Aquí tenéis los horarios y precios. Es gratis con el Oslo Pass. No obstante, se encuentra actualmente cerrado por reformas hasta 2027.
Uno de los barcos expuesto en el Museo de los Barcos Vikingos
A continuación de este museo se encuentra el Museo del Pueblo Noruego (Norsk Folkemuseum), particularmente interesante ya que profundiza en el tema de las Stavkirke o iglesias de madera de las que os hablamos en Bergen. Para los que no hayáis podido visitar aún ninguna iglesia de este tipo, ¡este es tu lugar! En su página web están los horarios y precios. Es gratis con el Oslo Pass.
De aquí podemos ir andando a los otros museos o habernos bajado en la segunda parada del ferry. En la calle Bygdøynesveien 36 encontramos el Museo Kon-Tiki (Kon-Tiki Museet), el cual trata sobre la expedición por el Océano Pacífico del explorador noruego Thor Heyerdahl (1914-2002) en su balsa Kon-Tiki en 1947. En su página web tenéis los precios y horarios. Es gratis con el Oslo Pass.
Por último, junto al anterior, vamos a visitar el Museo del Fram (Frammuseet), dedicado a la exploración polar por parte de los noruegos, donde destacan tres nombres propios: Fridtjof Nansen, Otto Sverdrup y Roald Amundsen, este último de especial relevancia, pues fue el primer hombre en llegar al Polo Sur, el 14 de diciembre de 1911. Por otro lado, como el propio nombre del museo indica, tenemos la historia del barco Fram, que realizó varias exploraciones polares, tanto por el norte del globo terráqueo, sobre todo por Groenlandia, como por el sur, siendo este el barco que llevó a Amundsen a pisar el Polo Sur. Primeramente tienes un vídeo introductorio y luego hay varias salas donde amplían la información del vídeo junto con el propio barco original Fram al que se puede entrar y ver objetos reales que se usaron. Este museo nos pareció el más curioso. Aquí están los horarios y precios. También gratis con el Oslo Pass.
Más alternativas en Oslo
Más alejado del centro nos quedan por ver algunas cosas aún.
→Grünerløkka, el barrio moderno y hipster de Oslo, ubicado junto al río Akerselva. Tiene lugares guays para comer o tomar algo, como el bar Smelteverket, el bar con la barra más larga de Escandinavia, de 27 metros de largo, o el mercado de comida Mathallen Oslo, algo así como el Mercado de San Miguel de aquí, con diversos puestos de comida nacional e internacional y mesas en el centro para que cada uno pueda comer del puesto que quiera. Veréis puestos de pescado, donde la especialidad es el salmón, ya sabéis que Noruega es el principal productor de salmón del mundo, y la ballena. Lo de la ballena es una historia controvertida, pues la caza de ballenas está prohibida en todo el mundo desde 1986 pero hay tres países que se saltan esa ley: Japón, Islandia y Noruega. Noruega la respetó hasta 1993 pero luego consideró que hay ballenas suficientes y estableció su propia regulación. Por ejemplo, la única especie que se caza y consume en Noruega es la ballena Minke, procedente del norte del país. Si venís entre mayo y junio, que es la temporada de la caza de la ballena, podréis probarla en este mercado.
→Muy cerca de Grünerløkka se encuentra la iglesia Old Aker Church (Gamle Aker kirke), el edificio de Oslo más antiguo, construido en el 1150. No hay que pagar por la entrada. La visita a esta iglesia la podéis combinar con el Cementerio de Nuestro Salvador de Oslo (Vår Frelsers Gravlund), donde mencionábamos que estaba enterrado Edvard Munch.
→El Parque de Vigeland (Vigelandsparken), el parque de esculturas más grande del mundo y una de las atracciones más visitadas de Oslo; seguramente lo hayáis visto mencionado en las tiendas de recuerdos. El nombre se debe al escultor noruego Gustav Vigeland (1869-1943), artífice de las esculturas que vemos en el parque. La más famosa es la escultura llamada Sinnataggen (The Angry Boy o niño enfadado), es el símbolo del parque. Como veis, su mano izquierda ha ido perdiendo color de tanto tocarla, así que han pedido que, por favor, se deje de tocar. Muy cerca del niño enfadado llegamos a la otra obra culmen, El Monolito (Monolitten), una columna de granito de 14 metros de altura, hecha de una sola piedra y compuesta por, ni más ni menos, que 121 figuras humanas de distintas edades agarrándose las unas a las otras. Al artista le llevó algo más de 14 años tallarla.
Al parque se llega andando en unos 40 minutos desde el centro o en transporte público. El parque está abierto 24 horas y la entrada es gratis.
→Ekebergparken, otro parque, en este caso en medio del bosque, de hecho se traduce como montaña de roble porque antes había muchos robles. Desde 2013 alberga 30 esculturas de arte (Ekeberg Skulpturpark) que fueron donadas por un multimillonario noruego coleccionista de arte. Hay incluso una escultura de Salvador Dalí, una Venus de Milo. Además de por las esculturas, el parque es famoso por albergar un mirador con unas vistas fabulosas del fiordo de Oslo donde, se supone, Munch se inspiró para pintar El grito. Munch escribió en su diario que iba paseando por aquí cuando sintió mucha angustia y decidió plasmar ese sentimiento en el cuadro.
→Salto de esquí de Holmenkollbakken. Se trata de un paque olímpico, construido en 1892 y, desde entonces principal sede de Noruega de las principales competiciones de esquí, incluidos los Juegos Olímpicos de Invierno de 1952. De hecho, la palabra esquí es de origen nórdico, significa madera, ya que los primeros esquíes eran de madera y los noruegos afirman ser los inventores del esquí. El recinto alberga un museo del esquí (Holmenkollen Ski Museum) que incluye la subida a la torre desde donde se obtienen unas vistas panorámicas espectaculares. El precio es de 190 NOK por adulto y está incluido en el Oslo Pass.
Excursiones desde Oslo
El que pase varios días en Oslo y ya haya visitado Bergen y Stavanger, puede completar su viaje visitando Lillehammer. Se trata de una pequeña localidad de casi 30.000 habitantes famosa por haber albergado los Juegos Olímpicos de Invierno de 1994. Es ideal para dar una vuelta por el pueblo, ver la zona olímpica y subir al trampolín de salto de esquí (Lysgårdsbakken), desde donde se tienene unas vistas espectaculares del parque olímpico (Lillehammer Olympic Park) y del pueblo. Recordemos que Noruega es el país con más medallas olímpicas en los Juegos Olímpicos de Invierno, para ellos, estos son los deportes nacionales. Para llegar a Lillehammer hay que tomar un tren de unas dos horas de duración desde la Estación Central de Oslo (Oslo Sentralstasjon).
¿Cómo ir de Oslo a Bergen y Stavanger?
Estos trayectos suelen ser bastantes frecuentes en un itinerario por Noruega por lo que aquí os explicamos las distintas maneras de hacerlos.
En general la manera más rápida es el tren regional de Vy que, cogiéndolo con antelación, suele estar bastante bien de precio.
Oslo ⇿ Stavanger/Bergen
Para ir de Stavanger a Oslo y de Oslo a Bergen, la opción que nosotros usamos fue el tren nocturno ya que son trayectos largos y es recomendable hacerlos por la noche para no perder todo un día en la carretera. Además, os ahorráis una noche de alojamiento. Nosotros hicimos el trayecto de Stavanger a Oslo, salimos a las 22h de la noche y llegamos a las 7 de la mañana. Se puede reservar un asiento cama (muy caro) o un asiento normal que fue el que cogimos nosotros. A pesar de que dan todas las comodidades (manta, antifaz, tapones para los oídos y una pequeña almohada hinchable) lo cierto es que es difícil conciliar el sueño, pero eso ya es cosa de cada uno. Se pueden reservar desde la misma página de Vy.
Interrail
Para los que vayan a coger muchos trenes de Vy, la mejor opción seguramente sea la del interrail de un país. Hay varios precios en función de la edad y días. El más básico vale para usarse en 3 días dentro de un mes (no tienen por qué ser consecutivos). Aquí se pueden ver los horarios y aquí cómo reservar los trenes.
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