Múnich, también llamado München en alemán, es
la capital del Land de Baviera (Bayern en alemán, Bavaria en inglés). Además, con casi 1.400.000
habitantes, es la tercera ciudad más grande de Alemania, tan solo superada por
Berlín y Hamburgo. Actualmente vivimos aquí así que esperamos transmitiros todo lo que conocemos de ella de la mejor manera posible.
Un dato curioso es el origen del nombre München, que deriva de Mönch, palabra que significa “monje” en alemán antiguo. El primer nombre documentado de la ciudad fue apud Munichen, que se traduce como “junto a los monjes”, en referencia al asentamiento monástico que existía en la zona en el siglo XII. De hecho, el escudo de la ciudad representa a un joven monje vestido de amarillo y negro, figura que sin duda encontraréis reflejada en numerosos rincones de Múnich. En 1158, Enrique el León, duque de Baviera y Sajonia, fundó oficialmente la ciudad, y por ello otro de sus símbolos es el león. En 1180, el poder pasó a la Casa Real Wittelsbach, de la que seguramente oiréis hablar mucho durante vuestra visita.
Múnich es también una ciudad con muchísima historia por ser el lugar donde se originó el partido nazi (NSDAP), así que trataremos de detallar los sucesos importantes a lo largo de la historia relacionándolos con los edificios y monumentos que visitemos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Múnich
quedó en un estado desastroso; concretamente, se estima que un 85% quedó destruido. Quedó bajo ocupación estadounidense, y la ciudad comenzó un proceso de reconstrucción después de los graves daños sufridos durante los bombardeos. La ayuda del Plan Marshall, iniciada en 1948, proporcionó recursos económicos que facilitaron la reconstrucción de edificios e infraestructura y contribuyeron a generar empleo. Gracias a estos esfuerzos y al rápido desarrollo económico de las décadas siguientes, especialmente en las décadas de 1950 y 1960, Múnich se convirtió en una de las ciudades más prósperas de Alemania.
En cuanto a la religión, es importante señalar que, mientras en el norte de Alemania la mayor parte de la población es protestante, en el sur de Alemania y en especial en Baviera se profesa el catolicismo así que las iglesias que encontraremos por el sur de Alemania son, en su mayoría, católicas. Por esta razón, en Baviera gozan de cuatro días más de vacaciones al año (13 frente a 9) que en estados del norte como Hamburg, Bremen, Schleswig-Holstein o Niedersachsen (el 6 de enero, el 31 de octubre, entre otros).
¿Cómo ir del aeropuerto de Múnich al centro?
Múnich está compuesta por una gran zona central M y 13 zonas (1-12) más en forma de anillos. Aquí podéis ver el plano de la red de transportes hasta la zona 6 (para que sea más claro) y aquí las tarifas.
El aeropuerto se encuentra en la zona 5, por lo que un billete individual de S-Bahn cuesta 15,10€ (zona M-5). Si tu vuelo llega por la mañana y quieres aprovechar el día, te conviene comprar el billete de día (Tageskarte) para las zonas M hasta 5, que cuesta 17,50 € (32,60€ para grupos de entre 2 y 5 personas), así nos cubre el trayecto desde el aeropuerto, que es el más caro, y el resto de viajes del día. Para ir al centro (Hauptbahnhof, Marienplatz, etc.) hay que tomar la línea S1 o la S8, las únicas posibles, una va por la izquierda y la otra por la derecha del casco antiguo.
🚨Cuidado con el trayecto de vuelta desde el centro al aeropuerto con el S1. Este tren se divide en la parada Neufahrn, de tal manera que la parte de delante va a Freising y la de atrás al aeropuerto. Estad atentos de que os situáis en los vagones correctos y de que en las pantallas ponga como destino Flughafen/Airport.
Si tenemos planeado pasar el día únicamente por el centro, lo mejor es comprar el billete de día (Tageskarte) de la zona céntrica (M) por 10,10€ (individual) o por 19,70€ si somos entre 2 y 5 personas. Un billete individual de un trayecto en una única zona, sea la que sea pero sin salirse de ella, cuesta 4,20€. También existe el billete de una semana (Wochenkarte) que cuesta 23,80€ para la zona M (que no llega al aeropuerto).
🚨Cuidado porque los billetes individuales hay que validarlos en las máquinas que hay en las bocas de metro (los de grupo, semanales y mensuales no hace falta). Si pasa un revisor, que suelen ir vestidos de paisanos, y os pillan sin él, con uno erróneo o con uno sin validar, habréis de pagar una multa de 60€.
Si os parece complicado o simplemente preferís el autobús al tren, podéis coger el autobús express de Lufthansa, independientemente de que voléis o no con esta compañía. Salen desde Hauptbahnhof cada 20 minutos y el precio es un poco más barato que el del tren, sobre todo si compráis el conjunto de ida y vuelta.
Lo mejor para movernos por la zona, sobre todo por Múnich, es descargarnos la aplicación de MVGO, con la cual podemos ver qué líneas de metro, bus o tranvía hay que coger o la manera más rápida para ir de un sitio a otro.
*Aeropuerto de Allgäu-Memmingen. Aunque no pertenece a Múnich, sino que está a situado a 100 km, también es posible llegar a este aeropuerto que es mucho más pequeño y vuelan pocas compañías, siendo Ryanair la más conocida. La manera más barata para ir al centro (concretamente a Seidlstrasse 3a) y viceversa es en autobús comprando el billete por internet ya que en el propio bus son más caros. Aunque vuestro vuelo lleve retraso, estos autobuses suelen esperar para estar coordinados con los vuelos que llegan de Ryanair.
Tarjetas turísticas
Si tenéis pensado visitar muchas atracciones puede que os salga a cuenta coger alguna de las dos tarjetas turísticas de la ciudad: la Munich Card y la Munich City Pass. La primera es más económica y ofrece descuentos, mientras que la segunda incluye entradas gratuitas a muchas atracciones. Echad un ojo a las webs porque, como veréis, hay un montón de actividades como tours por la ciudad, museos, restaurantes, shows, etc.
Se pueden comprar tanto por internet en esos mismos enlaces que hemos puesto o en la estación de trenes (Hauptbahnhof), concretamente en el Reisezentrum que es el centro de atención al cliente.
¿Qué ver en Múnich?
Servus! A diferencia del norte de Alemania, así es como se suele saludar aquí en Baviera y en Austria. Seguro que oís o leéis esta palabra en algún momento.
Múnich es de esas ciudades en que la parte más turística se encuentra muy concentrada en la almendra central y se puede recorrer entera sin necesidad de coger transporte público, tan solo andando. Vamos a dividir lo que hay que visitar en dos partes: el casco antiguo y fuera del mismo.
CASCO ANTIGUO
El casco antiguo es fácilmente identificable en un mapa, queda delimitado en el norte por el Englischer Garten y el barrio de Maxvorstadt; en el sur por Viktualienmarkt; y en el suroeste por Sendlinger Tor, una de las puertas de la antigua ciudad medieval, construida en 1318. Al oeste del casco se encuentra la plaza Karlsplatz, también conocida como Stachus, que es el nombre de la galería comercial subterránea bajo la plaza. Como anécdota, esta plaza aparece en la película de Alfredo Landa, Vente a Alemania, Pepe en la escena en que el protagonista llega a la ciudad en tranvía, y es que varias de las escenas fueron ambientadas en Múnich. Allí se alza la Karlstor, una puerta a la ciudad antigua reconstruida en estilo neoclásico en el siglo XVIII, tras la demolición de la muralla medieval. Otra curiosidad de la plaza es que hay un McDonald’s famoso por ser uno de los más internacionales de Múnich, donde se puede pedir en hasta 13 idiomas diferentes.
Entre los edificios que rodean Karlsplatz destacan el imponente Palacio de Justicia (Bayerisches Justizministerium), de estilo neobarroco, y el Hotel Königshof, un hotel de lujo inaugurado en 2024, diseñado por la firma española de arquitectos Nieto Sobejano.
Plaza de Karlsplatz con el hotel Königshof (izq.) y el Palacio de Justicia (dcha.) de fondo
Desde Karlsplatz tomamos la calle comercial Kaufingerstrase y nos desviaremos a la izquierda para ver la catedral de Nuestra Señora de Múnich (Frauenkirche). Esta iglesia católica data de 1494 y está construida en estilo gótico tardío. Sus torres, de casi 99 metros de altura, pueden verse desde muchos puntos de la ciudad, y desde 2004, por orden del ayuntamiento, no se permite construir edificios que las superen. Sin embargo, construcciones anteriores como la Torre Olímpica (Olympiaturm, 291 m) o el Uptown Munich Building (O2-Tower, 146 m) sí superan esa altura. Durante la Segunda Guerra Mundial, la Frauenkirche sufrió daños por los bombardeos, pero sus torres gemelas se mantuvieron en pie, ya que los pilotos aliados las usaban como referencia para orientarse sobre la ciudad. Las torres son el símbolo por excelencia del skyline de Múnich y se conocen como Zwiebeltürme (“torres de cebolla”) por sus cúpulas en forma de ceboll. Curiosamente, las torres no tienen exactamente la misma altura, una mide unos cuantos centímetros más que la otra, aunque la diferencia es apenas perceptible. Por dentro, la iglesia es bastante austera en comparación con su impresionante exterior, pero la entrada es gratuita, así que podéis visitarla y formar vuestra propia opinión
Una curiosidad de la iglesia es la huella del Diablo (Teufelstritt) que hay en su interior, en el suelo junto a la puerta principal. Cuenta la leyenda que el arquitecto de la Frauenkirche Jörg Von Halsbach (el mismo que diseñó el Antiguo Ayuntamiento) hizo la siguiente apuesta con el diablo: si el diablo no se entrometía durante la construcción de la iglesia, Von Halsbach construiría el edificio sin ventanas. Cuando la iglesia estuvo terminada, el diablo entró acompañado del arquitecto que le situó en el punto exacto donde hoy se encuentra la huella. Mirando desde aquí hacia la nave central, parece que el edificio no tiene ni una ventana. El diablo aceptó que el arquitecto había ganado, pero cuando entonces dio un paso más, descubrió el engaño y se enfureció tanto que pisoteó el suelo con tanta fuerza como para dejar su huella marcada para siempre. Desde entonces, se dice que el diablo acecha las torres de la iglesia en forma de fuertes vientos que intentan derribarla sin éxito. A pesar de haber ganado la apuesta, el mismo año en que se terminó de construir la iglesia (1488), Von Halsbach falleció... y lo que quedó de aquella leyenda es la huella del diablo.
Continuamos por la Kaufingerstrasse hasta llegar a Marienplatz, el corazón del casco antiguo, cuyo nombre rinde homenaje a la Virgen María. Esta plaza ha sido el centro principal de la ciudad desde su fundación en 1158. Durante la Edad Media, no solo funcionaba como centro comercial y administrativo, sino que también era escenario de torneos, ferias y mercados. Hoy en día, Marienplatz sigue siendo el alma de Múnich, tanto por su ubicación y los edificios que la rodean como por la presencia del impresionante Ayuntamiento. Como curiosidad, en 2007 se instaló una cámara en el edificio de Ludwig Beck —unos grandes almacenes situados en la plaza—, justo encima del nombre, que transmite en directo el aspecto de Marienplatz por internet 🎥. Se puede ver aquí.
En el centro de Marienplatz se alza la Columna de María (Mariensäule), construida en 1638 durante la Guerra de los Treinta Años, tras el fin de la ocupación sueca en Múnich. En la parte superior de la columna de mármol se encuentra la figura de bronce de la Virgen María con el niño Jesús en brazos, mientras que en la base cuatro ángeles representan los principales temores que amenazaban a la ciudad en aquella época: guerra, peste, hambre y herejía.
En el otro extremo de la plaza se encuentra la Fuente de los Peces (Fischbrunnen). Durante la Edad Media, esta fuente se utilizaba para conservar los peces frescos, cuando Marienplatz albergaba un gran mercado. Hoy en día es un habitual punto de encuentro para los locales.
El Nuevo Ayuntamiento (Neues Rathaus) destaca por sus 100 metros de longitud y su profusa ornamentación en la fachada. Este edificio neogótico, construido entre 1867 y 1908, cuenta con una torre de 85 metros de altura y un patio que también puede visitarse. Uno de los mayores atractivos para los turistas es el famoso carillón (Glockenspiel), instalado en 1908, que consta de 43 campanas y 32 figuritas. La fila superior representa un torneo medieval celebrado en 1568 con motivo de la boda de Guillermo V de Baviera con Renata de Lorena, mostrando una justa de caballeros. La fila inferior está dedicada a los “Schäffler”, los carniceros de Múnich, que bailaban este ritual cada siete años para celebrar el fin de la peste en 1517. El espectáculo se pone en marcha a diario a las 11:00, 12:00 y 17:00, dura unos 12 minutos y es tan puntual que la plaza se llena de turistas con las cámaras apuntando a la torre. Hoy en día, los balcones bajo el reloj se usan ocasionalmente para celebraciones públicas, y es allí donde los jugadores del Bayern de Múnich suelen aparecer para festejar títulos y trofeos. Dentro del propio ayuntamiento se encuentra una oficina de turismo donde os pueden ayudar con información sobre la ciudad y donde venden entradas para subir a la torre por 6,50€. Normalmente no suele haber problemas para comprarlas en persona, ya que no mucha gente sabe que se puede subir o prefiere la torre de la Peterkirche, que ofrece mejores vistas. También es posible adquirir las entradas online a través de la página web.
Mirando al Nuevo Ayuntamiento de frente, vemos a nuestra derecha otro edificio con aspecto de iglesia: el Antiguo Ayuntamiento (Altes Rathaus). Tiene su torre medieval construida alrededor de 1310, mientras que el edificio principal fue reconstruido en varias ocasiones a lo largo de los siglos. La fachada neogótica actual data de 1861–1864, obra del arquitecto Jörg von Halsbach. Tras los daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial, el edificio fue restaurado, y desde 1971 alberga el Museo del Juguete (Spielzeugmuseum), que conserva una extensa colección de juguetes históricos y contemporáneos.
Este edificio es histórico porque en él se relaciona la Noche de los Cristales Rotos (en alemán, Novemberpogrome o Kristallnacht), que tuvo lugar el 9 de noviembre de 1938. Como excusa para el ataque se utilizó el asesinato del secretario de la embajada alemana en París, ocurrido el 7 de noviembre, a manos de un joven judío. Durante la noche del 9, se produjo un ataque masivo contra ciudadanos judíos, sinagogas y comercios, llevado a cabo por las SA (Sturmabteilung, las tropas del NSDAP conocidas como camisas pardas), la SS y la Gestapo, con apoyo de la policía. Este levantamiento no se limitó a Múnich, sino que ocurrió en toda Alemania y Austria. Se dice que Hitler se encontraba en una cena con compañeros del partido en el Antiguo Ayuntamiento cuando se enteró de la muerte del diplomático; entonces llamó a Joseph Goebbels, uno de sus hombres de confianza, y dio la orden para iniciar los ataques. La jornada pasó a la historia como la Noche de los Cristales Rotos, porque las calles quedaron cubiertas de cristales rotos tras los destrozos en las propiedades judías.
Frente al Nuevo Ayuntamiento se encuentra la iglesia católica Peterkirche. La visita al interior es gratuita, pero lo realmente imprescindible es subir a su torre, cuyo acceso cuesta 5€ (3€ con carné de estudiante y 2€ para niños de 6 a 18 años). La torre tiene 91 metros de altura y para llegar arriba hay que subir más de 300 escalones de un solo sentido, lo que puede generar algo de tráfico de personas. La recompensa, sin embargo, vale totalmente la pena: desde lo alto se puede contemplar Marienplatz y el Nuevo Ayuntamiento hacia un lado, y los Alpes al fondo hacia el lado opuesto. Es la clásica imagen que aparece en tantas postales de Múnich. Se entra a la iglesia por la puerta principal, pero para subir a la torre hay que acceder por la parte trasera, bordeando el edificio. El horario de la torre es lunes a viernes de 9:00 a 19:30, y sábados, domingos y festivos de 12:00 a 16:30.
Vista de la Frauenkirche y del Nuevo Ayuntamiento desde la torre de la Peterkirche
Prácticamente al lado de la Peterkirche se encuentra la Iglesia del Espíritu Santo (Heilig-Geist-Kirche), también de acceso gratuito. Originalmente construida en 1392 en estilo gótico, su interior fue remodelado en el siglo XVIII, cuando se añadieron los frescos barrocos en los techos, que son sin duda lo más llamativo del edificio. En 1885 se llevó a cabo una reforma que le dio su aspecto actual exterior, y tras los daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial, se realizó la última restauración.
Una curiosidad de Marienplatz y sus alrededores es que los artistas callejeros necesitan un permiso del ayuntamiento para actuar y, si ganan suficiente dinero, pagan impuestos como cualquier otra actividad profesional. Así, detrás de cada actuación hay talento… y un poco de burocracia muniquesa.
A escasos dos minutos de la anterior iglesia se encuentra Viktualienmarkt, un famoso mercado inaugurado en 1807 en el centro de Múnich. Aquí podréis comprar alimentos frescos, flores o incluso comer si el tiempo lo permite. Es un lugar muy internacional: además de productos alemanes, austríacos e italianos, hay un puesto con especialidades españolas (Spanische Feinkost), como embutidos y quesos. Otros puestos destacados son el Kaffeerösterei, famoso por su excelente café, y un par de Biergärten, donde se puede disfrutar de una cerveza acompañada de Bretzel y Obazda (un queso de untar), toda una experiencia muniquesa. Los puestos de Viktualienmarkt suelen abrir de lunes a sábado de 8:00 a 19:00, aunque varios cierran antes. Los sábados a partir de las 16:00, algunos puestos de frutas hacen rebajas de hasta el 50%, aprovechando la última hora.
En Viktualienmarkt se puede ver también un alegre símbolo bávaro: el Maibaum (árbol de mayo). Se trata de un tronco decorado con los colores azul y blanco de Baviera, que tradicionalmente se levantaba cada 1 de mayo como parte de las conocidas Fiestas de Mayo. Estos árboles se colocan habitualmente en los pueblos bávaros y suelen estar adornados con símbolos de oficios o productos tradicionales de la región. El Maibaum de Viktualienmarkt es el más famoso de Múnich.
Maibaum de Viktualienmarkt
Volviendo a Marienplatz hemos de fijarnos en la calle Tal, perpendicular a la plaza y que nace desde el edificio del Antiguo Ayuntamiento. Cuenta con varios restaurantes y tiendas. Esta calle termina en la Isartor (“Puerta del Isar”), una de las cuatro puertas de entrada a la ciudad que formaban parte de la muralla medieval de Múnich, construida en 1337. Aunque la muralla en su totalidad ya no existe, la Isartor es uno de los tramos mejor conservados que permite hacerse una idea de cómo estaba protegida Múnich en la Edad Media.
Si nos dirigimos hacia el norte, la segunda calle paralela a la calle Tal es la Münzstrasse, donde se sitúa la siguiente parada: la mundialmente conocida Cervecería Hofbräuhaus. En Múnich hay muchas marcas de cervezas y muchas cervecerías famosas. Una de ellas es la llamada Hofbräu (HB), que se inauguró de 1589, con el objetivo de proveer de Weißbier (cerveza blanca de trigo) a la familia Wittelsbach. En 1828, por decreto del rey Luis I de Baviera (1786-1868), fue abierta al público. En 1945 fue completamente destruida y en 1956 reconstruida con el aspecto que tiene actualmente. Cabe destacar que es una de las más famosas cervecerías alemanas y tienen locales en las ciudades más importantes del país.
Asimismo, este ha sido el lugar asiduo de mítines de diversos grupos políticos a lo largo de su historia. De hecho, en 1920 Hitler y sus compañeros de partido sentaron aquí las bases del recién renombrado NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán en castellano o Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei en alemán) —el partido nazi— con el famoso Programa de los 25 Puntos (25-Punkte-Programm). Este programa contenía leyes como la derogación del Tratado de Versalles —el tratado de paz tras las IGM— o retirar la ciudadanía alemana a los judíos, entre muchas otras. La sala principal donde se reunían todos estos grupos políticos todavía se puede ver hoy en día, en la tercera planta. No se entra por la puerta principal de la cervecería, sino por la que está a la izquierda.
El local por dentro es una maravilla y está lleno de historia y curiosidades. Se encuentra cerca de Marienplatz, en la calle Platzl 9, y por eso se le llama Hofbräuhaus am Platzl. Allí podéis probar los platos típicos alemanes, en nuestra opinión destacando el codillo, y la cerveza de la casa, la Hofbräu o HB, en jarra de un litro si os veis con fuerzas. Hay gente que lleva yendo allí toda su vida y se han ganado el derecho a guardar sus propias jarras con candados en el propio restaurante, algo cuanto menos curioso. Aunque se puede reservar, mucha gente decide simplemente ir y probar suerte a ver si hay mesa libre. Para los que vayáis a cenar, sabed que no se puede pedir comida más tarde de las 22:00 porque la cocina cierra a esa hora pero el restaurante en sí entre las 23:30 y las 00:00.
Interior de la cervecería Hofbräuhaus
Nuestra siguiente parada es Alter Hof (Patio Antiguo), casi a continuación de la HB. Se trata de la primera residencia de la familia de los Wittelsbach, la dinastía real que gobernó en Baviera durante siglos. El Duque Luis II de Baviera, el Severo (1229-1294) la mandó construir en 1255 y fue su hijo Luis IV de Baviera (1282-1347) quien la estrenó. Al igual que casi todos los edificios de la ciudad, lo que vemos hoy en día es una reconstrucción que tuvo lugar a finales del siglo XX.
Interior del Alter Hof
Yendo hacia el norte desde la zona de la Frauenkirche y Marienplatz pasaremos por la plaza Max-Joseph Platz, nombrada en honor al rey Maximiliano I José de Baviera (Maximilian I Joseph), quien fue el primer rey de Baviera (reinó de 1806 a 1825), tras la disolución del Sacro Imperio y la reorganización napoleónica de Alemania. La plaza fue concebida y creada durante el reinado de su hijo, el rey Luis I (Ludwig I, reinó 1825–1848) para homenajear a su padre, con la estatua central de Maximiliano I José inaugurada en 1835. Está rodeada por edificios de gran valor artístico, como el Teatro Nacional, la Residenz y el teatro de la Residenz (Residenztheater).
El Teatro Nacional (Nationaltheater München) es un edificio de estilo neoclásico, diseñado por Leo von Klenze en 1825, y que funciona como sede de la Ópera de Baviera (Bayerische Staatsoper). En él se estrenaron varias óperas del compositor Richard Wagner y, a finales de siglo, el célebre Richard Strauss —nacido en Múnich precisamente— se hizo cargo de la dirección de la orquesta. Los tickets son caros, lógicamente, pero hay un truco para conseguirlos más baratos si lo hacéis con unos cuatro meses de antelación. En el calendario de su página web, aparecen todas las obras que se hacen en los próximos meses (óperas, ballet, conciertos, etc.); si os vais a 4 meses vista, seleccionáis una ópera y le dais a “tickets”, ahí tenéis la opción de comprar tickets de la categoría PG7, que son plazas sentadas, normalmente esquinadas, y que tienen un precio de 14-16€, dependiendo de la función. Al darle a comprar, entras en una lista de espera; un día, unos 3 meses antes del concierto, sacan un cierto número de entradas de la categoría PG7 y las van asignando a los que las hayamos comprado, por orden de compra, y ahí te notifican si te las han asignado, y te las envían a casa. No eliges sitios pero te aseguran que estén juntas. También hay otras categorías baratas de PG7 que son de pie, pero más centradas, como alternativa.
Plaza Max-Joseph con el Teatro Nacional de fondo y la calle Maximilianstrasse a la derecha
Es preciso mencionar que desde esta plaza nace la Maximilianstrasse, construida bajo el reinado del rey Maximiliano II de Baviera —nieto de Maximiliano I— a partir de 1850. Es la calle de lujo más exclusiva de Múnich, donde se concentran tiendas de marcas internacionales como Gucci, Ralph Lauren o Giorgio Armani, y por ello se considera la calle más cara de la ciudad, algo que incluso queda reflejado en el Monopoly de Múnich 💸.
Seguimos hacia el norte, bien por Residenzstrasse, o bien por Theatinerstrasse para llegar a la segunda plaza más famosa de la ciudad, la llamada Odeonsplatz. Está rodeada por los edificios Feldherrnhalle, Theatinerkirche y Residenz de los que hablaremos a continuación:
↠ El Feldherrnhalle (“Templo de los Generales”) es un monumento histórico en Múnich, construido entre 1838 y 1841 como homenaje al ejército bávaro y con estatuas de líderes militares. Durante el Tercer Reich, el espacio frente al Feldherrnhalle se utilizó para homenajes, ceremonias y desfiles militares del partido nazi. En él tuvo lugar el Putsch de Hitler de 1923, un fallido golpe de Estado en el que murieron 4 policías y 14 miembros del partido nazi, y en el que Hitler fue detenido. Tras la llegada de Hitler al poder, en 1934 se colocó en el Feldherrnhalle una placa conmemorativa de los 14 nazis fallecidos, conocidos como los Mártires de Feldherrnhalle (Märtyrer der Bewegung). Se esperaba que los transeúntes hicieran el saludo nazi al pasar frente a la placa, y quienes se negaban podían sufrir represalias —detenciones, amenazas, interrogatorios y, en casos graves, eran enviados al Campo de Concentración de Dachau—. Hoy la placa ya no existe físicamente, pero se puede ver la marca cuadrada donde estaba —en el muro bajo de la parte izquierda, frente a la fachada principal de la Residenz—. El saludo nazi en la vía pública sigue siendo ilegal en Alemania, con multas de entre 2.000 y 5.000€ o incluso penas de cárcel.
↠ El Feldherrnhalle (“Templo de los Generales”) es un monumento histórico en Múnich, construido entre 1838 y 1841 como homenaje al ejército bávaro y con estatuas de líderes militares. Durante el Tercer Reich, el espacio frente al Feldherrnhalle se utilizó para homenajes, ceremonias y desfiles militares del partido nazi. En él tuvo lugar el Putsch de Hitler de 1923, un fallido golpe de Estado en el que murieron 4 policías y 14 miembros del partido nazi, y en el que Hitler fue detenido. Tras la llegada de Hitler al poder, en 1934 se colocó en el Feldherrnhalle una placa conmemorativa de los 14 nazis fallecidos, conocidos como los Mártires de Feldherrnhalle (Märtyrer der Bewegung). Se esperaba que los transeúntes hicieran el saludo nazi al pasar frente a la placa, y quienes se negaban podían sufrir represalias —detenciones, amenazas, interrogatorios y, en casos graves, eran enviados al Campo de Concentración de Dachau—. Hoy la placa ya no existe físicamente, pero se puede ver la marca cuadrada donde estaba —en el muro bajo de la parte izquierda, frente a la fachada principal de la Residenz—. El saludo nazi en la vía pública sigue siendo ilegal en Alemania, con multas de entre 2.000 y 5.000€ o incluso penas de cárcel.
Como curiosidad, los leones que flanquean el monumento muestran uno con la boca abierta y otro cerrada: el león de la izquierda, que mira hacia la Residenz, tiene la boca abierta, mientras que el de la derecha, mirando hacia la Iglesia de los Teatinos, la tiene cerrada; según la tradición popular, simboliza “hablar ante el gobierno y callar ante la iglesia”.
Para evitar el saludo nazi, muchos ciudadanos que no simpatizaban con el partido utilizaban la calle Viscardigasse, que corre paralela a Odeonsplatz. Hoy en día se recuerdan esos actos de resistencia con baldosas doradas que marcan el camino que seguían quienes se negaban a rendir homenaje al nazismo.
↠ Theatinerkirche (Iglesia de los Teatinos). Esta iglesia, construida a finales del siglo XVII en estilo Rococó, destaca por su gran fachada amarilla finalizada en 1768. Las tumbas de Maximiliano II (1811-1864), rey de Baviera y su esposa María de Prusia (1825-1889) se encuentran en una capilla, mientras que en la cripta se hallan las tumbas de otros miembros de la familia Wittelsbach, la legendaria dinastía de Baviera de la que os hemos hablado antes. Se puede entrar de manera gratuita, por dentro es muy bonita y cuidada. Se entra por la fachada que da al Feldherrnhalle.
Feldherrnhalle a la izquierda y Theatinerkirche a la derecha
↠ La Residenz de Múnich es uno de los palacios urbanos más grandes de Europa y el mayor de Alemania. Fue la residencia oficial de la dinastía Wittelsbach, que gobernó Baviera durante más de cuatro siglos. Su construcción comenzó en 1385 con la fortaleza llamada Neuveste, y cada generación de los Wittelsbach amplió y embelleció el conjunto hasta convertirlo en un enorme complejo de unos 130 salones y 10 patios interiores, que ocupa prácticamente un barrio entero del centro de Múnich. En su arquitectura conviven los estilos renacentista, barroco, rococó y neoclásico, reflejo de las distintas épocas de expansión. Desde 1918, tras el fin de la monarquía bávara, la Residenz pertenece al Estado Libre de Baviera y hoy alberga un museo palaciego y salas de conciertos —como la Herkulessaal—, además de ser uno de los monumentos más visitados de la ciudad.
En la visita por el museo descubriréis las siguientes salas:
- Galería de los Antepasados (Ahnengalerie) – En esta sala se muestran los retratos de los miembros de la dinastía Wittelsbach. Al entrar, en lo alto, se distingue el retrato de Maximiliano I José, proclamado primer rey de Baviera gracias al apoyo de Napoleón, como recompensa por su alianza militar y por el matrimonio de su hija Augusta con Eugenio de Beauharnais, hijastro del emperador francés. En la galería también se encuentra el retrato de Luis III, último rey de Baviera, que abdicó en 1918, poniendo fin a la monarquía bávara apenas unos días antes de la caída del Imperio alemán. Toda la ornamentación dorada que se aprecia en la sala está recubierta con pan de oro, no oro macizo.
- Sala Imperial (Kaisersaal) – Era la estancia más grande del palacio, usada para bailes, banquetes y recepciones. Hoy se puede alquilar para actos oficiales y eventos culturales.
- Dormitorio del Rey – Aunque conserva la cama original, actualmente la sala se utiliza para recepciones oficiales.
- Sala de las Conchas (Muschelsaal) – Situada junto al Patio de la Gruta, destaca por su decoración hecha completamente con conchas marinas, piedras y fragmentos de vidrio, creando un efecto único.
- Antiquarium – La sala más antigua de la Residenz (1568–1571). Con sus 66 metros de largo, es el interior renacentista más grande y lujoso al norte de los Alpes. Fue concebida para albergar la colección de esculturas antiguas del duque Alberto V.
Existen tres tipos de entrada: una para ver el museo (Residenzmuseum), que contiene las habitaciones de la residencia real; otra para visitar el tesoro (Schatzkammer), y otra para ver el Teatro de la Corte (Cuvilliés-Theater, 1751–1755), un pequeño teatro rococó con 28 palcos a cada lado más el palco real en el centro que fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial, si bien las decoraciones originales se salvaron y el teatro fue reconstruido en 1958. También hay entradas conjuntas que combinan las anteriroes atracciones. Aquí tenéis los precios y aquí los horarios.
Los jardines del palacio (Hofgarten) son también muy bonitos, sobre todo con el buen tiempo, y se accede a ellos por una puerta lateral que da a la Odeonsplatz. Además, comunican directamente con el Englischer Garten.
Junto a los jardines, y a través de la calle Prinzregentenstrasse, accedemos al parque Englischer
Garten (literalmente significa jardín inglés), otra de las paradas obligatorias de Múnich. En esta calle comienza el Eisbach, un canal artificial que atraviesa el parque Englischer Garten. En su tramo inicial se forma la famosa Eisbachwelle, una ola permanente que atrae a surfistas durante todo el año 🏄. Desde 2010 el surf en esta ola está legalmente permitido, aunque solo para personas con experiencia en surf de río, ya que las corrientes son muy fuertes y el agua apenas tiene profundidad. De hecho, en abril de 2025 una surfista perdió la vida tras quedar atrapada con la cuerda de su tabla, lo que llevó al cierre temporal del lugar y a la introducción de normas más estrictas: actualmente solo se puede surfear entre las 5:30 h y las 22:00 h, utilizando una cuerda de seguridad que se pueda soltar rápidamente y acompañado por otra persona que supervise desde la orilla.
Eisbachwelle
El Englischer Garten es uno de los parques urbanos más grandes de Europa (375 hectáreas), más grande incluso que el Central Park de Nueva York o el Hyde Park de Londres. Fue creado en 1789 y está abierto las veinticuatro horas del día. Dentro del propio parque hay varios monumentos, entre los que destacan el Monopteros, un término del griego antiguo que designa una estructura circular abierta con columnas, y la Torre China (Chinesischer Turm). La Torre China es uno de los símbolos más reconocidos del parque, con 25 metros de altura, construida en 1790 con madera y en la que a veces hacen conciertos en sus plantas superiores, sobre todo en verano. También es uno de los varios Biergärten (literalmente “Jardín de la cerveza”), donde los muniqueses vienen a tomar una cerveza y comer, una tradición bávara que se remonta al siglo XVI. Otro bonito Biergarten en el parque más arriba, junto al lago, llamado Seehaus im Englischen Garten.
El Englischer Garten es una parada obligatoria y no es algo turístico. Sobre todo en verano, un plan muy muniqués es venir a tomar el sol, jugar a deportes como el voleibol, el spikeball, mojarse en el canal Eisbach ¡incluso algunos hacen nudismo! Las paradas más cercanas son Universität y Giselastraße (U3/U6).
No lo habíamos mencionado pero Múnich es una ciudad con río, concretamente el río Isar cruza la ciudad paralelamente al Englischer Garten. Una buena idea es recorrerlo hacia el sur desde el Englischer Garten, volviendo así al casco antiguo, para ver los atractivos que quedan al este del río ya que todo lo mencionado hasta ahora se encuentra al oeste del mismo. Las áreas situadas al este del río constituyen casi otra ciudad diferente, mucho más tranquila y alejada del turismo. Lo más destacable es la gran escultura Friedensengel; el impresionante edificio neorrenacentista Maximilianeum, construido en 1852 por el rey Maximiliano II de Baviera para alojar a los mejores estudiantes bávaros mientras hacían sus carreras en la Universidad de Múnich y que hoy en día mantiene esas labores además de dedicar algunas de sus salas al Parlamento de Baviera; por último, la pequeña Wiener Platz, en la que encontramos otro Maibaum y uno de los Biergarten más bonitos y acogedores de la ciudad, Hofbräukeller am Wiener Platz.
No lo habíamos mencionado, pero Múnich es una ciudad atravesada por un río: el Isar, que corre paralelo al Englischer Garten. Una buena idea es recorrerlo hacia el sur desde el Englischer Garten, volviendo al casco antiguo, de manera que podamos descubrir los atractivos situados al este del río, ya que todo lo mencionado hasta ahora queda al oeste. Las áreas al este del Isar parecen casi otra ciudad: más tranquila y alejada del turismo masivo. Lo más destacado incluye la gran escultura Friedensengel; el impresionante edificio neorrenacentista Maximilianeum, construido en 1852 por el rey Maximiliano II de Baviera para alojar a los mejores estudiantes bávaros durante sus estudios universitarios y que hoy sigue cumpliendo esa función además de acoger algunas salas del Parlamento de Baviera; y, por último, la pequeña Wiener Platz, donde encontramos otro Maibaum y uno de los Biergärten más bonitos y acogedores de la ciudad, el Hofbräukeller am Wiener Platz.
En verano, al igual que ocurre en el Englischer Garten, el río Isar se convierte en un punto de encuentro para los muniqueses los fines de semana, que aprovechan para tomar el sol y hacer barbacoas; eso sí, esta última actividad solo está permitida en la zona cercana a la parada Thalkirchen (Tierpark).
El barrio de Maxvorstadt. Si antes exploramos la zona más turística y señorial de Múnich, Maxvorstadt es la zona para salir y disfrutar del ambiente juvenil de la ciudad. Se encuentra justo al norte de Odeonsplatz, conectado con ella por las calles Ludwigstrasse y Leopoldstrasse. A lo largo de Schellingstrasse hay numerosos restaurantes, bares y cafés que se llenan los fines de semana, siendo punto de encuentro de los jóvenes en busca de animación. Para conocer esta zona, lo más cómodo es bajar en la parada de metro Universität (líneas U3 y U6). Otra zona cercana de ambiente, aunque más reducida, es Münchener Freiheit (también U3 y U6).
En la parada Universität se encuentra el conocido barrio universitario, sede de la Ludwig-Maximilians-Universität (LMU). Nada más salir del metro destaca la iglesia de St. Ludwig München, vinculada a la universidad. Entre sus antiguos estudiantes se encuentran personalidades como el Papa emérito Benedicto XVI, el cardenal español Rouco Varela y varios premios Nobel. Aunque desde fuera no se aprecia todo su esplendor, su tejado de colores es especialmente bonito y se puede admirar desde los laterales del edificio.
Por otro lado, como curiosidad, en la calle Schellingstrasse 2 se conserva una de las pocas evidencias de la Segunda Guerra Mundial que quedan en la ciudad: un muro de una facultad lleno de agujeros de disparos, conocido en alemán como Wunden der Erinnerung (“heridas de la memoria”). Este lugar fue uno de los muchos en los que el régimen nazi fusilaba a personas durante la época del Tercer Reich.
Königsplatz. Cerca de la estación central de trenes, se encuentra una de las plazas más importantes de la ciudad. Lo primero que llama la atención es la colección de estilos arquitectónicos que apreciaremos en ella:
- Los Propíleos (Propyläen) —un pórtico en arquitectura griega clásica— de orden dórico. Fue inaugurado en 1862 tras una petición expresa años atrás del rey Luis I de Baviera (1786-1868) por la amistad entre Grecia y Baviera. El origen de esta amistad radica en que su segundo hijo, Otón de Wittelsbach (en alemán Otto Friedrich Ludwig von Wittelsbach), tras ser príncipe de Baviera fue designado rey de Grecia en la Conferencia de Londres de 1832, después de la independencia de Grecia en 1829 del imperio turco otomano en la Guerra de independencia de Grecia (1821-1829). Leo von Klenze fue el arquitecto y su diseño se basó en los Propíleos de la Acrópolis de Atenas.
- La Gliptoteca (Glyptothek), de orden jónico. Se trata de un museo de esculturas clásicas griegas y romanas. También fue un encargo de Luis I en honor a Grecia y nuevamente el arquitecto Leo von Klenze llevó la firma de este edificio neoclásico, inaugurándose en 1830.
- La Staatliche Antikensammlungen —Colección de Antigüedades del Estado— de orden corintio. El edificio es de estilo neoclásico y se construyó en 1848.
Cuando el partido nazi subió al poder en 1934, la plaza pasó a ser un lugar habitual de mítines y discursos así como de desfiles de tropas del NSDAP. Tal fue la importancia para Hitler de esta plaza que mandó construir dos templos de honor (Ehrentempel) para trasladar aquí los cadáveres de los mártires de Feldherrnhalle. Estos templos quedaron destruidos tras la guerra y hoy en día solo quedan los restos de su estructura en el solar, cubiertos de maleza. Además de estos templos, en los alrededores de la plaza también se construyeron dos edificios idénticos más: uno primero para administración del partido nazi (Verwaltungsbau der NSDAP), actualmente un Instituto de Cultura que lleva varios museos de la ciudad, y el Führerbau que os contamos a continuación.
Hochschule für Musik und Theater. A tan solo 100-200 metros de Königsplatz aparece este edificio que hoy alberga una universidad de música y teatro. En su día fue un edificio del NSDAP, el partido nazi de Hitler, en lo que se conocía como Führerbau (“Edificio del Führer”), a menudo frecuentado también por Mussolini. El pequeño balcón que se ve en el centro de la fachada era el que daba al lugar de trabajo de Hitler. Si nos fijamos más en detalle, en la parte superior de los balcones grandes laterales se aprecia que falta algo en la pared. Pues bien, en ambos lados se situaban unos enormes símbolos del águila imperial de la Alemania Nazi (Reichsadler en alemán), que podréis ver en fotos de la época. Este edificio fue donde el 30 de septiembre de 1938 Adolf Hitler firmó el “Acuerdo de Múnich” junto con Neville Chamberlain (Reino Unido), Édouard Daladier (Francia) y Benito Mussolini (Italia) por el cual se autorizó la anexión de los Sudetes (región checoslovaca de mayoría alemana) a la Alemania nazi, sin siquiera presencia checa.
Hochschule für Musik und Theater, antiguo edificio Führerbau
NS-Dokumentationszentrum (Centro de Documentación sobre el Nacionalsocialismo). Justo detrás del Führerbau se halla este museo dedicado a la historia del Partido Nacionalsocialista y su estrecha relación con Múnich. Su ubicación no es casual: aquí se encontraba la sede central del partido nazi (NSDAP). Se trataba de una mansión adquirida por el partido en 1930, cuando la anterior sede resultó insuficiente para sus nuevas ambiciones. Era conocida como la Casa Parda (Braunes Haus) por el color marrón de los primeros uniformes nazis.
En 1943 el edificio fue destruido por los bombardeos aliados, y sobre sus restos se inauguró en 2005 el actual centro de documentación. La visita se realiza de arriba hacia abajo, recorriendo las distintas etapas del nazismo: el Putsch de Hitler, el auge del movimiento, la Segunda Guerra Mundial y la caída del régimen. El recorrido se complementa con historias locales de gran relevancia, como las de La Rosa Blanca (grupo estudiantil de resistencia antinazi) o Georg Elser (autor del intento de asesinato de Hitler en 1939). Lo más valioso del museo es la cantidad de documentación fotográfica y de videos que tiene, muy útil para comparar la ciudad antes y ahora. El precio es gratuito y los horarios los podéis encontrar aquí.
El Palacio de Nymphenburg, ubicado en la zona occidental de Múnich, es uno de los atractivos turísticos más importantes de la ciudad. Este impresionante palacio barroco fue fundado como residencia de verano para el heredero al trono Max Emanuel (también conocido como Maximiliano II Emanuel, elector de Baviera) de la familia Wittelsbach, nacido en 1662. Generaciones más tarde, el rey Maximiliano I de Baviera —el mismo de la Max-Joseph-Platz— moriría aquí en 1825, mientras que su bisnieto, el rey Luis II, nacería en el palacio en 1845.
El interior del palacio es de pago, y aunque es interesante, poca gente suele visitarlo por dentro. Lo que realmente merece la pena es pasear por sus magníficos jardines y disfrutar del entorno, sobre todo en los meses de buen tiempo. Justo al lado se encuentra además el Jardín Botánico de Múnich (Botanische Garten München), otro lugar ideal para dar un paseo tranquilo.
En invierno, el canal frente al palacio (Schlosskanal) se congela, convirtiéndose en una pista de hielo natural muy popular entre los muniqueses, especialmente desde el puente Gerner Brücke. Allí se juega al Eisstockschiessen, una especie de petanca sobre hielo típica de Baviera (similar, pero no igual, al curling). También se puede simplemente patinar sobre el canal, lo que ofrece una experiencia muy pintoresca.
La mejor forma de llegar es en tranvía 17, que tiene parada justo frente al recinto (Schloss Nymphenburg)
Olympiastadion München. Alejado del centro de la ciudad, este estadio fue construido para los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 y el Mundial de Fútbol de 1974, sobre un antiguo campo de entrenamiento del ejército bávaro. Es famoso por su característica cubierta de arquitectura textil, diseñada por el arquitecto alemán Frei Otto, fallecido en 2015. Hasta 2005, aquí jugaban el Bayern München y el TSV 1860 München, antes de mudarse al Allianz Arena. La elección de Múnich como sede de los JJ.OO. marcó un antes y un después en la ciudad: se peatonalizó la zona entre Karlsplatz y Marienplatz, se construyó la red de metro (U-Bahn) y se modernizó gran parte de la infraestructura urbana.
Aparte del propio estadio, en el que no se puede entrar, Olympiapark (parque olímpico) incluye varios pabellones, una piscina olímpica cubierta abierta todo el año y una pista de patinaje sobre hielo. Además, cuenta con varias colinas artificiales, la más alta ofrece un fantástico mirador: a un lado, el estadio olímpico, y al otro, el centro de la ciudad con la silueta de los Alpes al fondo. Algo curioso es que estas colinas no son naturales, ya que se construyeron sobre restos de edificios y escombros de los bombardeos de Múnich durante la Segunda Guerra Mundial, hecho indicado en un cartel del parque. Para obtener la mejor vista de toda la ciudad, se puede subir a la Olympiaturm, la torre de comunicaciones de 291 metros construida en 1965. En su interior se encuentra el Restaurant 181, llamado así porque se sitúa a 181 metros de altura y gira sobre sí mismo, ofreciendo una panorámica completa de Múnich.
La parada de metro para acceder a esta zona es Olympiazentrum (U3), no confundir con Olympia-Einkaufszentrum (U1, U3, U7), que es un centro comercial cercano.
Además de las tragedias de la Segunda Guerra Mundial, otro hecho horrendo marca la historia reciente de Múnich y del complejo olímpico: la masacre de Múnich de 1972, durante la XX edición de los Juegos Olímpicos de verano. Ocho integrantes de Septiembre Negro, un comando de terroristas palestinos, entraron en la villa olímpica vestidos de atletas y portando metralletas escondidas en bolsas de deporte, secuestrando a once deportistas israelíes y manteniéndolos como rehenes durante todo un día. Exigían la liberación de 200 presos palestinos en cárceles israelíes a cambio de la vida de los rehenes. Las competiciones olímpicas continuaron de forma incomprensible hasta el día siguiente. Las negociaciones de la policía alemana no tuvieron éxito y se ideó una trampa: trasladar a los terroristas y rehenes a un aeródromo para un vuelo falso a El Cairo. Durante el operativo se produjeron tiroteos y una explosión de granada, que resultaron en la muerte de los 11 deportistas israelíes, cinco de los terroristas y dos policías.
El lugar donde se alojaban los deportistas, el llamado Pueblo Olímpico (Olympisches Dorf), hoy es una residencia de estudiantes. En la calle Connollystrasse 31 se puede ver el edificio donde los israelíes estuvieron secuestrados y el balcón donde se tomó la histórica foto de uno de los atacantes con pasamontañas. Allí hay una placa conmemorativa en alemán y hebreo con los nombres de los deportistas fallecidos. La película Munich de Steven Spielberg (2005) narra esta tragedia.
Sede principal de BMW. Cerca del Olympiastadion se encuentra la sede principal de la mundialmente famosa marca de automóviles BMW (Bayerische Motoren Werke, “Fábrica de Motores Bávara”), cuyo logo incorpora los colores de la bandera de Baviera. Muchos visitantes acuden directamente a este lugar para comprar vehículos, ya que suele resultar más económico que adquirirlos en sus países de origen. En esta zona hay tres atracciones principales:
- Torre BMW: sede de oficinas y uno de los edificios más altos de Múnich, con sus características cuatro torres cilíndricas de 101 metros de altura, construida en 1972.
- BMW Museum: museo que recorre la historia de la marca, desde los primeros motores para coches, motos y aviones hasta los modelos actuales. Hay múltiples exposiciones de motores, piezas y vehículos. Abre de martes a domingo de 10:00 a 18:00, cerrando los lunes. La entrada cuesta 16€ (adultos) y 8€ (entrada reducida). Recomendamos visitarlo solo si eres un apasionado de los coches.
- BMW Welt: la exposición, para para muchos visitantes es lo más interesante, tanto por su espectacular diseño y fachada como por su contenido. Se trata de una sala de exposición de numerosos coches, algunos de los cuales se pueden incluso probar. También hay modelos de Rolls-Royce, otra marca del grupo BMW. La entrada es gratuita y cuenta con restaurantes en su interior. Está abierto todos los días, de 7:30 a 24:00 (los domingos desde las 9:00).
Allianz Arena. Os guste el fútbol o no, merece la pena acercarse al Allianz Arena, estadio del Bayern München (Primera División) y hasta 2017 también del TSV 1860 München (Tercera División). Inaugurado en 2005 y diseñado por los arquitectos Herzog & de Meuron —los mismos autores de la Elbphilarmonie de Hamburgo o el CaixaForum de Madrid—, se construyó por un coste aproximado de 340 millones de euros. También requiere un mantenimiento elevado, pues su fachada está compuesta por 2.874 paneles inflables de ETFE (etileno-tetrafluoroetileno), que pueden iluminarse en distintos colores: rojo para el Bayern, azul para el 1860, blanco para la selección alemana y otros colores en ocasiones especiales, como verde en San Patricio o los colores de la bandera estadounidense el 4 de julio. Este material inflable, presurizado con aire e iluminado con LED, le da su apodo popular de “Schlauchboot” (“bote hinchable”) lo ha convertido en un icono de la arquitectura deportiva moderna. Tiene capacidad para 71.000 espectadores. Se pueden realizar tours guiados por el estadio y visitar el museo del Bayern, siendo una experiencia interesante para los aficionados al fútbol.
Allianz Arena de noche iluminado de azul
Si queréis ver algún entrenamiento del Bayern München, estos tienen lugar en los campos de fútbol de la Säbener Strasse, en el sur de Múnich, y no en el Allianz Arena. Algunas sesiones son abiertas al público, aunque otras pueden ser privadas o con acceso restringido.
Contrariamente a lo que muchos podrían pensar, el primer equipo importante de Múnich fue el TSV 1860 München, fundado, como indica su nombre, en 1860. Durante décadas, fue el club más relevante de la ciudad y contaba con el favor del régimen nazi. Por el contrario, el Bayern München era perseguido y estigmatizado por el régimen como el “club de los judíos” (Judenclub). Su presidente en aquella época, Kurt Landauer, de origen judío, se vio obligado a abandonar su cargo y emigrar; sin embargo, en 1938 fue arrestado y enviado al Campo de Concentración de Dachau.
Más alternativas en Múnich
Para los que tengan más tiempo para disfrutar de Múnich, a continuación mencionamos más lugares no tan importantes pero igualmente interesantes:
→Asamkirche. Se trata de una sorprendente iglesia barroca que se
encuentra en medio de la ciudad, en la calle Sendlingerstraße 32, muy
cerca de Marienplatz. Fue diseñada por los hermanos Asam y se terminó de
construir en 1746. Merece mucho la pena visitarla, ya que cuenta con un
impresionante interior que constituye una de las obras más importantes
del barroco tardío o rococó. Ya desde la calle, os llamará la atención
su estrecha y ornamentada fachada, con detalles de roca natural.
→Platz der Opfer des Nationalsozialismus (“Plaza de las víctimas del nacionalsocialismo”). Partiendo desde Odeonsplatz por Briennerstraße, en dirección opuesta a la Residenz, se llega a esta plaza, donde un pequeño memorial con una llama eterna encerrada en una estructura metálica recuerda a todas las víctimas del régimen nazi. La llama simboliza la memoria de quienes sufrieron persecución y opresión bajo el Partido Nacional Socialista (NSDAP).
→Memorial Michael Jackson (Michael-Jackson-Denkmal). En la céntrica Promenadeplatz se encuentra un curioso homenaje a Michael Jackson, con flores, fotos y pósters, colocado bajo una estatua que en realidad representa al compositor renacentista Orlando di Lasso, quien murió en Múnich en 1594. ¿Por qué allí? Justo frente a la plaza se encuentra el Hotel Bayerischer Hof, uno de los más lujosos de la ciudad, donde el cantante solía alojarse durante sus visitas a Múnich, ya fuera como turista o para dar conciertos. El hotel es famoso por la icónica imagen en la que Michael Jackson mostró a uno de sus hijos desde una de sus ventanas centrales. Tras la muerte del artista en 2009, los fans comenzaron espontáneamente a dejar recuerdos y mensajes en este lugar, transformando la plaza en un memorial no oficial.
Estatua de Orlando di Lasso con el Memorial a Michael Jackson
Museos y actividades
En Múnich hay muchos museos, pero vamos a destacar varios y dar algunos consejos útiles.
Para nosotros, el más interesante es el NS-Dokumentationszentrum que ya comentamos anteriormente. Sin embargo, el museo más emblemático de la ciudad es el Deutsches Museum, un gran recinto dedicado a la ciencia y a la tecnología y ubicado en la Isla de los museos (Musemsinsel), una pequeña isla entre las ramas del río Isar. Tiene una gran parte dedicada a la aviación, al espacio, a la química, a la física atómica, a la robótica e incluso a la música: el observatorio (Sternwarte), desde donde se puede observar Saturno y sus lunas; la recreación de una mina de carbón (Bergwerk) y otra de sal en las plantas subterráneas; un péndulo de Focault que demuestra la rotación de la Tierra, como el del Panteón de París; y una auténtica máquina Enigma con las que el ejército alemán cifraba sus mensajes durante la Segunda Guerra Mundial para que los aliados no los pudieran entender en caso de que los interceptara. Yendo detenidamente y recorriendo todas las plantas, el museo te puede llevar prácticamente un día completo. El que no disponga de tanto tiempo, puede simplemente seleccionar las secciones que más le interesen y dedicarle unas horas. Aquí tenéis los precios y aquí los horarios.
También destacan las pinacotecas: la Alte Pinakothek (Pinacoteca Antigua) es la más importante de todas ya que exhibe la colección de arte de los reyes de Baviera, con obras desde el siglo XIV hasta el XVIII, donde destacan pintores como Durero, Rubens, Murillo o Tintoretto; la Neue Pinakothek (Nueva Pinacoteca) contiene pinturas del siglo XIX y XX, entre las que se incluyen cuadros de Goya, Renoir, Manet, Gauguin, Van Gogh o Cézanne; y la Pinakothek der Moderne, alberga obras de arte contemporáneo (Picasso, Dalí, Miró, etc.), así como exposiciones muy interesantes sobre la arquitectura de la ciudad.
Las tres pinacotecas están muy cercanas entre sí, junto a la plaza Königsplatz, así que resulta un plan excelente verlas todas o dos de ellas en un mismo día, a ser posible un domingo. Los precios y horarios están en su página web.
Las tres pinacotecas están muy cercanas entre sí, junto a la plaza Königsplatz, así que resulta un plan excelente verlas todas o dos de ellas en un mismo día, a ser posible un domingo. Los precios y horarios están en su página web.
En general son muchos los museos a los que se puede acceder por 1€ los domingos. Esta es la lista oficial: Die Pinakotheken (Las Pinacotecas), der Galerie Schack (Galería Schack, pinturas del siglo XIX alemán), das Museum Brandhorst (Museo Brandhorst sobre Arte Moderno), das Bayerische Nationalmuseum (Museo Nacional Bávaro), das Museum Mensch und Natur (Museo del Hombre y la Naturaleza), die Glyptothek (Gliptoteca, museo de esculturas clásicas), die Archäologische Staatssammlung (Colección Arqueológica del Estado), das Ägyptische Museum (Museo Nacional de Arte Egipcio), das Museum Fünf Kontinente (Museo de los 5 continentes), die Antikensammlungen (Colección de Antigüedades del Estado) y die Staatlichen Münzsammlung (Colección Numismática del Estado).
Además, varios de estos museos y algunos otros son gratis para menores de 18 años. Tened en cuenta al planificar el viaje que la mayoría cierran los lunes. En octubre se celebra la Lange Nacht der Museen, una noche en la que casi 100 museos abren hasta la madrugada con actividades especiales.
Si vais con niños y/u os gustan los animales, podéis acercaros al Hellabrunn Zoo (el zoo de Múnich) o, mejor aún, al Wildpark Poing, un parque donde algunos animales (sobre todo ciervos) campan sueltos a sus anchas y podréis incluso tocarlos o darles de comer. Donde se compra la entrada podéis comprar también bolsitas de comida (Futter en alemán) para los animales por 50 céntimos o llevaros zanahorias o lechuga de casa. Merece la pena ir por la mañana pues a esa hora los ciervos están más activos para recibir comida; por la tarde, cuando ya nos íbamos, apenas había ciervos por los caminos y los que quedaban no querían comer. El Wildpark se encuentra en la localidad de Poing, en la zona 1 por lo que la única pega es que es un poco más complicado llegar: hay que coger el S-Bahn S2 en dirección Erding y bajarse en la parada Poing. De ahí se puede ir andando en 20-25 minutos o con un bus que te acerca dos paradas y luego caminar 10-15 minutos. Aquí tenéis sus horarios y precios, en alemán.
Si vais con niños y/u os gustan los animales, podéis acercaros al Hellabrunn Zoo (el zoo de Múnich) o, mejor aún, al Wildpark Poing, un parque donde algunos animales (sobre todo ciervos) campan sueltos a sus anchas y podréis incluso tocarlos o darles de comer. Donde se compra la entrada podéis comprar también bolsitas de comida (Futter en alemán) para los animales por 50 céntimos o llevaros zanahorias o lechuga de casa. Merece la pena ir por la mañana pues a esa hora los ciervos están más activos para recibir comida; por la tarde, cuando ya nos íbamos, apenas había ciervos por los caminos y los que quedaban no querían comer. El Wildpark se encuentra en la localidad de Poing, en la zona 1 por lo que la única pega es que es un poco más complicado llegar: hay que coger el S-Bahn S2 en dirección Erding y bajarse en la parada Poing. De ahí se puede ir andando en 20-25 minutos o con un bus que te acerca dos paradas y luego caminar 10-15 minutos. Aquí tenéis sus horarios y precios, en alemán.
Rafting en el Isar. Por último, una actividad típica de los muniqueses en verano es el descenso del río Isar. Se puede hacer con un tour organizado o por libre. Si lo hacéis por vuestra cuenta tan solo tenéis que comprar unas barcas hinchables con remos y ¡lanzaros al agua! No obstante, eventualmente esta actividad está prohibida debido a malas condiciones meteorológicas (fuerte oleaje, viento, etc.) ya que puede resultar peligrosa. Hay dos puntos de comienzo:
- Wolfratshausen, aunque luego hay que caminar una media hora desde dicha estación de S-Bahn hasta el río Isar. Este camino es más largo, puede llevar unas 6 horas.
- Höllriegelskreuth, este más cercano al centro de Múnich, nos llevará unas 3 horas.
El final del itinerario es a la altura de la parada metro Thalkirchen, sitio ideal para hacer una barbacoa; si nos pasamos de largo, podemos salirnos realmente en cualquier sitio, únicamente el anterior mencionado está mejor habilitado para ello y nos deja en una agradable zona verde. Antiguamente todo el mundo se lleva cervezas en las barcas para beber tranquilamente en las partes donde no haya que remar, pero recientemente ha sido prohibido ya que ensuciaba mucho el curso del río. El itinerario no es peligroso aunque sí cansado pues son 3 o 6 horas al sol y remando, no tanto para avanzar sino para no desviarnos del flujo del río y chocarnos con piedras o ramas.
Eventos en Múnich
Eventos en Múnich hay muchos, aquí os vamos a hablar de los más famosos: Oktoberfest, Tollwood, Frühlingsfest, Starkbierfest, Kocherlball y el Christkindlmarkt (mercadillos de navidad)
Oktoberfest 🍻🍻. Imaginamos que no hay nadie
que no conozca esta fiesta tradicional alemana, ya que es la más grande de
Alemania y probablemente la más famosa de Europa. Esta popular celebración es conocida por sus enormes jarras de cerveza y su ambiente alegre, y atrae a millones de turistas cada año a Múnich. Gracias a su fama mundial, muchas ciudades hacen sus propias imitaciones de la fiesta.
→Fecha y lugar. Aunque su propio nombre significa “fiesta de octubre”, realmente se celebra en su mayor parte en el mes de septiembre, y comienza concretamente el primer fin de semana después del 15 de septiembre. Comprende dos semanas y tres fines de semana. El primero es de la inauguración, el segundo es el llamado fin de semana italiano (Italiener-wochenende), pues miles de italianos vienen en autobuses para pasar estos dos días, y el tercero es el de clausura. El último domingo es uno de los mejores días para ir ya que hay mucha menos gente y es un poco más fácil encontrar sitio.
Coloquialmente, los locales no lo llaman Oktoberfest sino Wiesn, que traducido al castellano sería “pradera”, ya que el lugar donde se celebra se llama Theresienwiesn (Pradera de Theresa), un descampado de 46 hectáreas situado en medio de la ciudad, al sur de la estación central. Esta enorme superficie está casi siempre vacía durante el año y tan solo se usa para eventos. En ella destaca la estatua de Bavaria, de bronce y erigida en 1850 por orden del rey Luis I de Baviera (1786-1868) del que ya os hablamos a propósito de la cervecería Hofbräuhaus. Se encuentra rodeada del majestuoso edificio del Ruhmeshalle. No mucha gente sabe que se puede subir por dentro de la estatua hasta llegar a la cabeza, y así ver todo Theresienwiese desde los agujeros de la nariz. El precio es de 5€ (4€ estudiantes, gratis para menores de 18) y merece especialmente la pena hacerlo durante el Oktoberfest ya que durante el resto del año este recinto está vacío. El horario durante estas tres semanas es de 9:00 a 20:00 horas.
Para llegar hasta aquí la parada de metro más cercana es la que lleva el mismo nombre, Theresienwiese (U4/U5), y la referencia para cuando queramos salir es la iglesia de San Pablo (Paulskirche St. Paul), fácilmente visible y que se sitúa justo en la boca de metro. Las otras paradas de metro más próximas son Goetheplatz (U3/U6) y Schwanthalerhöhe (U4/U5), seguramente menos masificadas que la primera.
→Historia. El primer Oktoberfest se remonta al mes de octubre de 1810, cuando se celebraron en Theresienwiese los festejos de la boda del príncipe Luis I de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia (que le dio el nombre al lugar). Para la ocasión, los monarcas invitaron a toda la ciudad a comida, bebida y diferentes espectáculos. La fiesta tuvo tal éxito que al año siguiente decidieron repetirlo y, aunque esta vez los reyes ya no invitaban, sí que cedieron el uso de la pradera a los ciudadanos para ello. La gente trajo entonces su propia bebida y comida y, como el vino era caro en esa época, decidieron beber cerveza. Desde entonces, el Oktoberfest ha sido una tradición en Múnich. Posteriormente, para aprovechar el clima veraniego, se decidió adelantar la celebración al mes de septiembre, de ahí la incoherencia con respecto a su nombre.
→Tradiciones. En el primer sábado tiene lugar, a primera hora de la mañana, uno de los momentos más representativos: el Wiesn-Einzug (“Entrada al Wiesn”), un desfile de carrozas de las distintas marcas de cerveza, que transportan los barriles que más adelante podremos disfrutar. Suele partir en torno a las 10:30 desde Sendlinger Tor. En una de esas carrozas va subido el alcalde que, al llegar a la Wiesn sobre las 12:00, es el encargado de abrir el primer barril de cerveza en Schottenhamel —la carpa más antigua del Oktoberfest— mientras dice “O´zapft is” que, en bávaro, significa algo así como “está abierto”. Una vez estrenado, el resto de carpas se hacen eco e inauguran también el primer barril. Además, el primer barril que se abre lo suelen servir en jarras que las regalan a los más rápidos y persistentes que estén cerca. Al día siguiente, el primer domingo, tiene lugar otro pasascalles por el centro de la ciudad, esta vez de trajes regionales bávaros, Der Trachten-und Schützenzug.
→Fecha y lugar. Aunque su propio nombre significa “fiesta de octubre”, realmente se celebra en su mayor parte en el mes de septiembre, y comienza concretamente el primer fin de semana después del 15 de septiembre. Comprende dos semanas y tres fines de semana. El primero es de la inauguración, el segundo es el llamado fin de semana italiano (Italiener-wochenende), pues miles de italianos vienen en autobuses para pasar estos dos días, y el tercero es el de clausura. El último domingo es uno de los mejores días para ir ya que hay mucha menos gente y es un poco más fácil encontrar sitio.
Coloquialmente, los locales no lo llaman Oktoberfest sino Wiesn, que traducido al castellano sería “pradera”, ya que el lugar donde se celebra se llama Theresienwiesn (Pradera de Theresa), un descampado de 46 hectáreas situado en medio de la ciudad, al sur de la estación central. Esta enorme superficie está casi siempre vacía durante el año y tan solo se usa para eventos. En ella destaca la estatua de Bavaria, de bronce y erigida en 1850 por orden del rey Luis I de Baviera (1786-1868) del que ya os hablamos a propósito de la cervecería Hofbräuhaus. Se encuentra rodeada del majestuoso edificio del Ruhmeshalle. No mucha gente sabe que se puede subir por dentro de la estatua hasta llegar a la cabeza, y así ver todo Theresienwiese desde los agujeros de la nariz. El precio es de 5€ (4€ estudiantes, gratis para menores de 18) y merece especialmente la pena hacerlo durante el Oktoberfest ya que durante el resto del año este recinto está vacío. El horario durante estas tres semanas es de 9:00 a 20:00 horas.
Para llegar hasta aquí la parada de metro más cercana es la que lleva el mismo nombre, Theresienwiese (U4/U5), y la referencia para cuando queramos salir es la iglesia de San Pablo (Paulskirche St. Paul), fácilmente visible y que se sitúa justo en la boca de metro. Las otras paradas de metro más próximas son Goetheplatz (U3/U6) y Schwanthalerhöhe (U4/U5), seguramente menos masificadas que la primera.
Vistas de Theresienwiese durante el Oktoberfest desde arriba de la estatua de Bavaria
→Historia. El primer Oktoberfest se remonta al mes de octubre de 1810, cuando se celebraron en Theresienwiese los festejos de la boda del príncipe Luis I de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia (que le dio el nombre al lugar). Para la ocasión, los monarcas invitaron a toda la ciudad a comida, bebida y diferentes espectáculos. La fiesta tuvo tal éxito que al año siguiente decidieron repetirlo y, aunque esta vez los reyes ya no invitaban, sí que cedieron el uso de la pradera a los ciudadanos para ello. La gente trajo entonces su propia bebida y comida y, como el vino era caro en esa época, decidieron beber cerveza. Desde entonces, el Oktoberfest ha sido una tradición en Múnich. Posteriormente, para aprovechar el clima veraniego, se decidió adelantar la celebración al mes de septiembre, de ahí la incoherencia con respecto a su nombre.
→Tradiciones. En el primer sábado tiene lugar, a primera hora de la mañana, uno de los momentos más representativos: el Wiesn-Einzug (“Entrada al Wiesn”), un desfile de carrozas de las distintas marcas de cerveza, que transportan los barriles que más adelante podremos disfrutar. Suele partir en torno a las 10:30 desde Sendlinger Tor. En una de esas carrozas va subido el alcalde que, al llegar a la Wiesn sobre las 12:00, es el encargado de abrir el primer barril de cerveza en Schottenhamel —la carpa más antigua del Oktoberfest— mientras dice “O´zapft is” que, en bávaro, significa algo así como “está abierto”. Una vez estrenado, el resto de carpas se hacen eco e inauguran también el primer barril. Además, el primer barril que se abre lo suelen servir en jarras que las regalan a los más rápidos y persistentes que estén cerca. Al día siguiente, el primer domingo, tiene lugar otro pasascalles por el centro de la ciudad, esta vez de trajes regionales bávaros, Der Trachten-und Schützenzug.
Otro elemento característico de esta fiesta el traje tradicional de Baviera y Austria: el Tracht, el cual se compone de varias prendas. Las chicas llevan un vestido llamado Dirndl, mientras que los chicos suelen llevar un pantalón de cuero llamado Lederhose. Como curiosidad, según la tradición el lazo del delantal del Dirndl se pone en la izquierda si la chica está soltera, en la derecha si está casada o comprometida, en el medio si es virgen y detrás si es viuda. Las camareras también lo llevan detrás.
→Las cervezas. Aunque en esta fiesta también encontraréis numerosas atracciones y puestos de comidas variados, los verdaderos protagonistas son los enormes recintos de las distintas cervecerías, carpas con música tradicional en directo y mesas en las que es muy difícil encontrar sitio, así como una zona exterior (Biergarten) con mesas más accesibles para la gente. En el Oktoberfest solo hay seis productores de cerveza que tienen permiso para servir, ya que han de cumplir varios requisitos como ser de Múnich y estar hecha con agua extraída en la ciudad. Estas son las seis: Augustiner-Bräu, Hofbräu, Löwenbräu,
Paulaner, Spaten-Franziskaner y Hacker- Pschorr. La favorita para muchos es la Hacker, mientras que la peor es la Spaten.
→Precios. La única jarra que vas a poder pedir es la de ¡1 litro!, cuyo precio suele rondar los 16€. Además, habéis de dejar por lo menos 1,20€ de propina por cerveza si quieres que los camareros te traten bien, si no, o bien no te aceptan el dinero, o bien no te servirán más cerveza o bien tratarán de timarte a la próxima, verídico. El modo en que trabajan los camareros aquí es realmente curioso. Ellos compran las cervezas que van a servir por adelantado y luego las revenden al público. De esta manera, las compran a un precio más barato y las revenden a casi los 16€ que cuestan ahora, más propinas. Por eso, muchos de ellos no tendrán reparo en evitar o incluso estafar al cliente que no les dé las primas que desean. Acabados los 16 días del Oktoberfest, estos 'amables' sirvientes se habrán embolsado cerca de 10.000 euros.
→Precios. La única jarra que vas a poder pedir es la de ¡1 litro!, cuyo precio suele rondar los 16€. Además, habéis de dejar por lo menos 1,20€ de propina por cerveza si quieres que los camareros te traten bien, si no, o bien no te aceptan el dinero, o bien no te servirán más cerveza o bien tratarán de timarte a la próxima, verídico. El modo en que trabajan los camareros aquí es realmente curioso. Ellos compran las cervezas que van a servir por adelantado y luego las revenden al público. De esta manera, las compran a un precio más barato y las revenden a casi los 16€ que cuestan ahora, más propinas. Por eso, muchos de ellos no tendrán reparo en evitar o incluso estafar al cliente que no les dé las primas que desean. Acabados los 16 días del Oktoberfest, estos 'amables' sirvientes se habrán embolsado cerca de 10.000 euros.
Por otro lado, antes de entrar al recinto, por la entrada más cercana a Theresienwiese, hay un puesto donde dejar maletas y mochilas por un precio de 7€ y 5€ respectivamente.
→Reservas. A partir de marzo se abre el periodo de reserva para el público en general, si bien muchas mesas están asignadas ya a clientes habituales, empresas y demás. También hay algunas carpas que no aceptan reservas online, como la de Augustiner. Al reservar has de elegir un menú que ha de pagar cada uno de los integrantes de la mesa por adelantado, es decir, se paga todo en el momento de hacer la reserva (en la mayoría de los casos). También hay una serie de mesas destinadas a gente que vive en Múnich, con que se esté registrado vale, no hay porqué haber nacido aquí o ser alemán. Una vez comience el Oktoberfest, hay que ir a la carpa elegida para obtener los tickets que daremos al camarero a cambio de las cervezas, la comida o lo que contenga el menú elegido. Esta es la página web de reservas.
→Cómo coger sitio. En fin de semana es casi imposible encontrar sitio bajo las carpas (la gente reserva con varios meses de antelación), por lo que mucha gente prefiere ir entre semana. Si vais en grupo un fin de semana, la única opción para coger mesa es ir una hora antes de que abran; como el recinto abre a las 9, tendríais que estar en alguna de las puertas de acceso a Theresienwiese a las 7-8 aproximadamente; en cuanto abran, salir corriendo y entrar directamente a alguna carpa. En este caso, mejor evitar la entrada principal (la que da al metro Theresienwiese, al norte) ya que suele estar más masificada y entrar por la de Goetheplatz o, mejor aún, la de Poccistrasse, al sur, que es la menos abarrotada de todas. Dicho esto, lo cierto es que mucha gente llega poco antes de las 9 y se empieza a aglomerar al inicio de la cola, de tal manera que a las 9 se convierte en una estampida. Si elegís esta modalidad de madrugar, desde que entréis a las 9 de la mañana ya se pueden pedir cervezas, a excepción del primer sábado que hay que esperar hasta las 12 que es cuando finaliza el desfile y el alcalde da por inaugurado el Oktoberfest.
En caso de que solo vayáis dos o tres personas, con un poco de suerte y de paciencia es posible encontrar sitio a cualquier hora del día en algún pequeño hueco que sobre en alguna mesa. También cabe mencionar que normalmente los camareros solo atienden a la gente que está sentada en mesas, si bien es cierto que si sois pocos os podéis pegar un poco a la esquina de una mesa para que os sirvan. Además a los camareros les interesa vender muchas cervezas por lo que no pondrán muchas trabas. Como podréis comprobar, hay mucha gente de pie en los pasillos bebiendo cerveza de esta manera.
Los días más animados son los viernes y sábados por las tardes aunque también merece la pena ir un domingo por la mañana, sin necesidad de madrugar, y entrar en todas las carpas para verlas por dentro, pues a esta hora no hay cola. Otra buena ocasión para venir es el martes ya que es el día de la familia (Familientag) y algunas atracciones y puestos de comida tienen descuentos.
→Las carpas. En este enlace podéis ver el mapa oficial del Oktoberfest. Como veis, hay varias carpas (Zelt en alemán) de cerveza y una de vino (Kufflers Weinzelt), todas ellas decoradas de distinta manera, así que os animamos a visitarlas todas, aunque solo sea entrar y salir: son realmente espectaculares.
La Hofbräu-Festzelt suele estar llena de turistas internacionales por lo que los alemanes prefieren evitarla. Por el contrario, la Augustiner-Festzelt y la Löwenbräu-Festzelt son algunas de las favoritas de los bávaros. Entre medias están la Hacker-Festzelt y la Paulaner Festzelt, que son una mezcla entre turísticas y tradicionales alemanas, por lo que son nuestras favoritas. Todo depende de lo que se busque, si es algo más tranquilo y familiar: la Augustiner; si es más festivo: la Paulaner y la Hacker. La Käfer's Wies'n-Schänke es la carpa más VIP, donde van los famosos y los jugadores del Bayern München. También es bastante exclusiva la Schützen Festzelt —Usain Bolt y Schwarzenegger, por ejemplo, vienen aquí muchos años— y la más frecuentada por gente joven. La Festzelt Pschorr Bräurosl es la preferida por la comunidad LGBTIQ+, ya que hacen varios eventos como el gay sunday el primer domingo de Oktoberfest. También tienen fama los bocadillos de buey dentro de la carpa Ochsenbraterei y los platos de la Fischer-Vroni, única especialista en pescado. En cualquier caso, la comida en todas ellas suele ser de calidad, no es comida para turistas, por así decirlo.
Al sur de Theresienwiese se encuentra el Oide Wiesn, una recreación de cómo era el Oktoberfest antiguamente, a la que se puede acceder por 4€ (niños de menos de 14 años, gratis). En ella también encontraremos atracciones como coches de choque o el Motodrom, donde unos motoristas recorren las paredes de un barril gigante; y carpas donde comer y beber como la Festzelt Tradition, más festiva, y Museumszelt, más tradicional y que cuenta con un museo sobre la historia de esta celebración. En este recinto la cerveza se sirve en jarra de cerámica como antiguamente, y no de cristal como en el resto de carpas. Normalmente los turistas más fiesteros no la visitan y, por ello, es un recinto menos bullicioso y más familiar. En el recinto del Oide Wiesn se celebra cada cuatro años la llamada Landwirtschaftsfest, pero únicamente cuando el primero no tiene lugar; es decir, tres de cada cuatro años veremos el Oide Wiesn y uno de cada cuatro, la Landwirtschaftsfest. No obstante, esta tiene una temática totalmente diferente, se trata de una fiesta sobre la agricultura y el campo, acompañada de bandas de músicas, espectáculos ecuestres, etc.
→Reservas. A partir de marzo se abre el periodo de reserva para el público en general, si bien muchas mesas están asignadas ya a clientes habituales, empresas y demás. También hay algunas carpas que no aceptan reservas online, como la de Augustiner. Al reservar has de elegir un menú que ha de pagar cada uno de los integrantes de la mesa por adelantado, es decir, se paga todo en el momento de hacer la reserva (en la mayoría de los casos). También hay una serie de mesas destinadas a gente que vive en Múnich, con que se esté registrado vale, no hay porqué haber nacido aquí o ser alemán. Una vez comience el Oktoberfest, hay que ir a la carpa elegida para obtener los tickets que daremos al camarero a cambio de las cervezas, la comida o lo que contenga el menú elegido. Esta es la página web de reservas.
→Cómo coger sitio. En fin de semana es casi imposible encontrar sitio bajo las carpas (la gente reserva con varios meses de antelación), por lo que mucha gente prefiere ir entre semana. Si vais en grupo un fin de semana, la única opción para coger mesa es ir una hora antes de que abran; como el recinto abre a las 9, tendríais que estar en alguna de las puertas de acceso a Theresienwiese a las 7-8 aproximadamente; en cuanto abran, salir corriendo y entrar directamente a alguna carpa. En este caso, mejor evitar la entrada principal (la que da al metro Theresienwiese, al norte) ya que suele estar más masificada y entrar por la de Goetheplatz o, mejor aún, la de Poccistrasse, al sur, que es la menos abarrotada de todas. Dicho esto, lo cierto es que mucha gente llega poco antes de las 9 y se empieza a aglomerar al inicio de la cola, de tal manera que a las 9 se convierte en una estampida. Si elegís esta modalidad de madrugar, desde que entréis a las 9 de la mañana ya se pueden pedir cervezas, a excepción del primer sábado que hay que esperar hasta las 12 que es cuando finaliza el desfile y el alcalde da por inaugurado el Oktoberfest.
En caso de que solo vayáis dos o tres personas, con un poco de suerte y de paciencia es posible encontrar sitio a cualquier hora del día en algún pequeño hueco que sobre en alguna mesa. También cabe mencionar que normalmente los camareros solo atienden a la gente que está sentada en mesas, si bien es cierto que si sois pocos os podéis pegar un poco a la esquina de una mesa para que os sirvan. Además a los camareros les interesa vender muchas cervezas por lo que no pondrán muchas trabas. Como podréis comprobar, hay mucha gente de pie en los pasillos bebiendo cerveza de esta manera.
Los días más animados son los viernes y sábados por las tardes aunque también merece la pena ir un domingo por la mañana, sin necesidad de madrugar, y entrar en todas las carpas para verlas por dentro, pues a esta hora no hay cola. Otra buena ocasión para venir es el martes ya que es el día de la familia (Familientag) y algunas atracciones y puestos de comida tienen descuentos.
→Las carpas. En este enlace podéis ver el mapa oficial del Oktoberfest. Como veis, hay varias carpas (Zelt en alemán) de cerveza y una de vino (Kufflers Weinzelt), todas ellas decoradas de distinta manera, así que os animamos a visitarlas todas, aunque solo sea entrar y salir: son realmente espectaculares.
La Hofbräu-Festzelt suele estar llena de turistas internacionales por lo que los alemanes prefieren evitarla. Por el contrario, la Augustiner-Festzelt y la Löwenbräu-Festzelt son algunas de las favoritas de los bávaros. Entre medias están la Hacker-Festzelt y la Paulaner Festzelt, que son una mezcla entre turísticas y tradicionales alemanas, por lo que son nuestras favoritas. Todo depende de lo que se busque, si es algo más tranquilo y familiar: la Augustiner; si es más festivo: la Paulaner y la Hacker. La Käfer's Wies'n-Schänke es la carpa más VIP, donde van los famosos y los jugadores del Bayern München. También es bastante exclusiva la Schützen Festzelt —Usain Bolt y Schwarzenegger, por ejemplo, vienen aquí muchos años— y la más frecuentada por gente joven. La Festzelt Pschorr Bräurosl es la preferida por la comunidad LGBTIQ+, ya que hacen varios eventos como el gay sunday el primer domingo de Oktoberfest. También tienen fama los bocadillos de buey dentro de la carpa Ochsenbraterei y los platos de la Fischer-Vroni, única especialista en pescado. En cualquier caso, la comida en todas ellas suele ser de calidad, no es comida para turistas, por así decirlo.
Al sur de Theresienwiese se encuentra el Oide Wiesn, una recreación de cómo era el Oktoberfest antiguamente, a la que se puede acceder por 4€ (niños de menos de 14 años, gratis). En ella también encontraremos atracciones como coches de choque o el Motodrom, donde unos motoristas recorren las paredes de un barril gigante; y carpas donde comer y beber como la Festzelt Tradition, más festiva, y Museumszelt, más tradicional y que cuenta con un museo sobre la historia de esta celebración. En este recinto la cerveza se sirve en jarra de cerámica como antiguamente, y no de cristal como en el resto de carpas. Normalmente los turistas más fiesteros no la visitan y, por ello, es un recinto menos bullicioso y más familiar. En el recinto del Oide Wiesn se celebra cada cuatro años la llamada Landwirtschaftsfest, pero únicamente cuando el primero no tiene lugar; es decir, tres de cada cuatro años veremos el Oide Wiesn y uno de cada cuatro, la Landwirtschaftsfest. No obstante, esta tiene una temática totalmente diferente, se trata de una fiesta sobre la agricultura y el campo, acompañada de bandas de músicas, espectáculos ecuestres, etc.
Interior de la carpa Hacker-Festzelt durante el Oktoberfest
Tollwood. Se trata de un festival originario de 1988 que tiene lugar dos veces al año, una en verano (Tollwood Sommerfestival), desde mediados/finales de junio hasta mediados/finales de julio, y otra en invierno (Tollwood Winterfestival), desde finales de noviembre hasta el 23 de diciembre. El de verano se celebra en el Olympiapark, mientras que el de invierno se hace en el ya mencionado Theresienwiese. Este es un evento que cuenta con múltiples actividades de entretenimiento en distintas carpas: conciertos, mercados, salas multimedia con proyecciones variadas, arte, gastronomía, etc. El horario es de lunes a viernes de 14h a 1 de la mañana, y sábados y domingos de 11h a 1 de la mañana.
Frühlingsfest. ¿Que a alguien le sabe a poco el Oktoberfest? Pues, aunque no es tan conocida, lo cierto es que existe una fiesta en primavera. En este caso no se trata de una fiesta estrictamente enfocada a la cerveza sino que es más estilo feria: atracciones, juegos, puestos de comida, etc. Se celebra también en Theresienwiese y suele tener lugar desde mediados de abril hasta principios de mayo. Además, en el primer sábado de la Frühlingsfest tiene lugar el Rotes Kreuz Flohmarkt, el mercadillo más grande de Europa y que solo se celebra una vez al año, organizado por la Cruz Roja de Baviera (Bayerischen Roten Kreuz BRK). Es en el mismo recinto de 6:00 de la mañana a 16:00 de la tarde.
Starkbierfest. Por si faltaban festivales de cervezas en Múnich aquí tenéis otro: el festival de la cerveza fuerte. Suele ser en marzo (fechas variables) en los recintos de Paulaner am Nockherberg —el más famoso—, de Löwenbräu Keller y de Augustiner Keller. Hay muchísimo ambiente, desde que abre hasta las 23:00-24:00 que cierra, y podéis tanto comer como beber. Se recomienda reservar mesa porque suelen estar hasta arriba de gente. Para el de Löwenbräu el acceso cuesta 5€ y la cerveza 10,5€, para el Augustiner Keller solo el acceso cuesta 9,95€ mientras que para el de Paulaner el precio de la entrada al recinto es de 4€ y la cerveza de litro (Maß en alemán) cuesta 14€. Hay varias cervezas pero la típica y que pide todo el mundo es la Paulaner Salvator, de 7,9% de alcohol, que para algo estamos en el festival de la cerveza fuerte. ¡Cuidado que sube más que las normales!
Kocherlball. Este evento tiene lugar únicamente una vez al año, concretamente el tercer domingo de julio de 6 a 10 de la mañana en la Torre China (Chinesischen Turm) del Englischen Garten. Durante las 4 horas que dura la fiesta, la gente se reúne para desayunar y bailar. Realmente se trata de un evento de bailes tradicionales ya que hay una orquesta y unos bailarines en un escenario que nos van mostrando los pasos de la danza para que todos podamos hacerlos. Que nadie se asuste, los bailes son súper fáciles, aptos para todo el mundo. Sirven el clásico desayuno bávaro de cerveza y salchichas, aunque también hay café y un dulce típico de Baviera llamado Auszogne, similar al donut aunque con distinta forma.
La historia que hay detrás de estas danzas se remontan al siglo XIX. Por aquel entonces, todos los domingos por la mañana, los sirvientes y mayordomos de Múnich (llamados Kocherl antiguamente) se reunían en la Torre China para bailar. Lo tenían que hacer antes de las 8:00, pues a esa hora debían volver a trabajar. En 1904 las autoridades prohibieron el evento y no fue hasta 1989 cuando se decidió conmemorar este hecho realizando una fiesta anual. Algunos van vestidos de mayordomos de la época con trajes realmente elaborados, aunque la mayoría van con los trajes típicos bávaros que hemos comentado antes: el Dirndl y el Lederhosen.
Starkbierfest. Por si faltaban festivales de cervezas en Múnich aquí tenéis otro: el festival de la cerveza fuerte. Suele ser en marzo (fechas variables) en los recintos de Paulaner am Nockherberg —el más famoso—, de Löwenbräu Keller y de Augustiner Keller. Hay muchísimo ambiente, desde que abre hasta las 23:00-24:00 que cierra, y podéis tanto comer como beber. Se recomienda reservar mesa porque suelen estar hasta arriba de gente. Para el de Löwenbräu el acceso cuesta 5€ y la cerveza 10,5€, para el Augustiner Keller solo el acceso cuesta 9,95€ mientras que para el de Paulaner el precio de la entrada al recinto es de 4€ y la cerveza de litro (Maß en alemán) cuesta 14€. Hay varias cervezas pero la típica y que pide todo el mundo es la Paulaner Salvator, de 7,9% de alcohol, que para algo estamos en el festival de la cerveza fuerte. ¡Cuidado que sube más que las normales!
Kocherlball. Este evento tiene lugar únicamente una vez al año, concretamente el tercer domingo de julio de 6 a 10 de la mañana en la Torre China (Chinesischen Turm) del Englischen Garten. Durante las 4 horas que dura la fiesta, la gente se reúne para desayunar y bailar. Realmente se trata de un evento de bailes tradicionales ya que hay una orquesta y unos bailarines en un escenario que nos van mostrando los pasos de la danza para que todos podamos hacerlos. Que nadie se asuste, los bailes son súper fáciles, aptos para todo el mundo. Sirven el clásico desayuno bávaro de cerveza y salchichas, aunque también hay café y un dulce típico de Baviera llamado Auszogne, similar al donut aunque con distinta forma.
La historia que hay detrás de estas danzas se remontan al siglo XIX. Por aquel entonces, todos los domingos por la mañana, los sirvientes y mayordomos de Múnich (llamados Kocherl antiguamente) se reunían en la Torre China para bailar. Lo tenían que hacer antes de las 8:00, pues a esa hora debían volver a trabajar. En 1904 las autoridades prohibieron el evento y no fue hasta 1989 cuando se decidió conmemorar este hecho realizando una fiesta anual. Algunos van vestidos de mayordomos de la época con trajes realmente elaborados, aunque la mayoría van con los trajes típicos bávaros que hemos comentado antes: el Dirndl y el Lederhosen.
Christkindlmarkt. Mención especial merecen siempre los mercadillos navideños de Alemania, sobre todo los de Baviera, por su gran tradición religiosa. Como Múnich es grande, en Navidad se instalan diversos mercadillos repartidos por la ciudad en los que podremos encontrar puestos de comida de todo tipo (bocadillos de salchichas, hamburguesas, Flammkuchen, Käsespätzle, etc.), dulces y bebidas, como el famoso Glühwein alemán (vino caliente aromatizado con especias y canela) o el Feuerzangenbowle (Gühwein al que se le quema por encima un terrón de azúcar bañado en ron), así como artesanías varias. De entre los 30-40 mercadillos que hay en la ciudad, a continuación os mencionamos algunos de los más bonitos y curiosos:
- Münchner Christkindlmarkt. Este tiene lugar en Marienplatz, frente al Ayuntamiento, por eso es probablemente el más visitado y popular. Se extiende a lo largo de las calles adyacentes. A pocos metros se encuentra la plaza Rindermarkt y en esta época montan un puesto de comida en el que, para nosotros, sirven el mejor salmón que se puede encontrar en Múnich. Lo traen cada día fresco de Hamburgo y no viene ultracongelado. Se puede ver cómo cocinan los salmones a la brasa (Flammlachs) y lo podéis pedir en plato (17€) o en bocadillo (9,50€). Aunque pueda parecer caro, merece muchísimo la pena.
- Kripperlmarkt. Se trata del mercado de belenes más grande de Alemania, ubicado en Múnich debido a la importante tradición católica de la ciudad. Todos los puestos venden cuidadas figuritas y adornos artesanales para el belén. Se encuentra en la calle que une Marienplatz con la plaza Rindermarkt, junto a la iglesia de St. Peter.
- Weihnachtsdorf in der Residenz. El patio de Residenz, accesible sin entrar al propio palacio, alberga uno de los mercadillos navideños más bonitos de la ciudad. El horario de apertura es de 11:00 a 21:00 todos los días de la semana. Además, suele ser de los primeros en abrir, un par de días antes que el resto.
- Weihnachtsmarkt am Chinesischen Turm. Ubicado en la Torre China del Englischer Garten en un entorno navideño y encantador, aunque es de los más caros. El Glühwein cuesta 5,5€, frente a los 5€ que cuesta en el resto de mercadillos, por regla general. Una atracción especial que hay en este mercadillo es la pista de Eisstockschießen, el juego que os mencionamos anteriormente.
- Mittelalterlicher Weihnachtsmarkt. Este es, sin duda, el más original, distinto a los demás, pues se trata de un mercadillo con ambientación medieval. Aparte de numerosos y muy variados puestos de comida, encontraremos instrumentos y objetos inspirados en esa época. A menudo suelen celebrarse también pequeños concierto de música medieval. Se halla en la plaza Wittelsbacher Platz, situada al lado de Odeonsplatz. El horario de apertura es de 11:00 a 21:00 todos los días de la semana.
- Münchner Eiszauber. Este es el pequeño mercadillo de Stachus (Karlsplatz), y solo cuenta con un gran puesto de Glühwein, algo de comida y una sorpresa: una encantadora pista de patinaje sobre hielo (eislaufbahn).
- Pink Christmas. En la pequeña plaza de Stephansplatz, al lado de Sendlinger Tor, se encuentra un mercadillo de temática gay. No es algo que sorprenda pues esta plaza forma parte del barrio de Glockenbach, la zona gay de Múnich. Cuenta con unos nueve o diez puestos cuyo color predominante es el rosa, y un pequeño escenario donde hay actuaciones todos los días a determinadas horas.
- Haidhauser Weihnachtsmarkt. Otro muy bonito y acogedor mercadillo ubicado en la Weißenburger Platz. El horario de apertura es de 11:00 a 21:00 todos los días de la semana.
- Märchenbazar Weihnachtsmarkt. Si buscáis una alternativa a los clásicos mercadillos alemanes, este es vuestro sitio. Märchen traducido al español significa cuento de hadas, y es un mercadillo algo alternativo, puestos de comida variados, carpas donde entrar en calor, con cuentacuentos, discusiones sobre temas que afectan a la sociedad, etc. A nosotros nos encanta, es más local, familiar, no hay tantísima gente, es el más barato de todos (Glühwein a 4,5€) y cuentras todo tipo de comida, incluido el flammlachs del que hemos hablado antes. ¿Dónde? En Spiridon-Louis-Ring 100, junto al estadio olímpico. De lunes a miércoles de 14h a 22h, de jueves a sábado de 14h a 23h, domingos de 11h a 21h.
Como curiosidad, en Baviera hay dos fechas en que los niños reciben regalos, aunque no son las mismas que en España. La primera es la noche del 5 al 6 de diciembre, cuando Sankt Nikolaus visita las casas de aquellos que han sido buenos durante el año para dejarles dulces y chucherías. No obstante, Sankt Nikolaus no viaja solo, sino que es acompañado por Krampus, quien se encarga de castigar y llevarse a los que se han portado mal. La segunda fecha y más importante es la noche del 24 de diciembre, cuando Christkind (traducido como el niño Cristo o el niño Jesús), deja regalos a los niños en sus casas mientras la familia se encuentra en misa. Curiosamente, este último personaje fue introducido por Martin Lutero en la Reforma Protestante del siglo XVI-XVII, quien quería abolir los santos, entre ellos San Nicolás (Sankt Nikolaus) y creó la figura del niño Cristo para que fuera el único encargado en traer los regalos. Sin embargo, Christkind se popularizó en el sur del país, de tradición católica, y no en el norte, de tradición protestante. En el norte quien trae los reagalos es Papá Noel. Es por ello que aquí en Baviera, a diferencia que en el centro-norte de Alemania, los mercadillos de navidad se conocen como Christkindlmarkt (mercado del niño Jesús) en lugar de Weihnachtsmarkt (mercado de navidad).
¿Qué comer en Múnich?
Primeramente vamos a introducir algunos de los platos convencionales de la cocina bávara y que habéis de probar en algún momento de vuestra visita:
- Obazda: un queso de untar basado en camembert mezclado con pimentón. Se come con trozos pequeños de cebolla y se unta en Bretzel. Es muy típico tomarlo como aperitivo con una cerveza antes de comer. En Viktualienmarkt lo podéis probar en cualquiera de los puestos que hay.
- Leberkäse. Embutido servido en bocadillo o bien acompañado de Kartoffelsalat.
- Kartoffelsalat o ensalada de patata, plato tradicional a nivel nacional.
- Flammkuchen, de origen francés pero que lo veréis en muchos de los restaurantes de la ciudad. Se asemeja a la pizza ya que consiste en una masa de pan con nata, cebolla y beicon por encima.
- Weißwürste mit süßen Senf. Salchichas blancas con mostaza dulce. Se retira la piel antes de comer las salchichas.
- Schweinhaxe o simplemente Haxe: codillo de cerdo. Suele venir acompañado de una bola de patata un tanto pegajosa (Knödel) y chucrut (Sauerkraut).
- Schweinebraten, un asado de cerdo, a veces acompañado de salsa de cerveza. Es el favorito de muchos muniqueses.
- Wiener Schnitzel / Schnitzel “Wiener art”. Escalope o filete empanado de ternera/cerdo. Aunque es originario de Austria, es uno de los platos más típicos de Baviera.
- Münchener Schnitzel. Escalope estilo muniqués en el que el empanado está mezclado con mostaza.
De postre:
- Apfelstrudel, el clásico pastel de manzana tan popular en Austria (originario de allí) y en Baviera.
- Kaiserschmarrn, parecido a una crepe troceada acompañada de mermelada. Probablemente nuestro favorito. Es también originario de Austria.
- Apfelkücherl, postre consistente en unas rosquillas de manzana frita envueltas en masa de pancake con azúcar y canela. Son tradicionales de Baden-Wurtemberg, el estado al oeste de Baviera, pero también se comen mucho aquí.
Acerca del Schnitzel, es preciso saber en qué radica la diferencia de precios. El Wiener Schnitzel suele ser el más caro porque está hecho de ternera (Kalb). Sin embargo, el Schnitzel “Wiener art” y el Münchener Schnitzel son más baratos porque están hechos de cerdo (Schwein).
Un día que madruguéis mucho no podéis dejar de tomar el auténtico desayuno bávaro, que consiste en un par de Weißwürste (salchichas blancas), un Bretzel y la famosa mostaza dulce (süßen Senf) —realmente deliciosa—, además de una buena cerveza de medio litro. Seguramente no será lo que más le apetece a uno para desayunar pero ya se sabe: donde fueres, haz lo que vieres. Un buen sitio para probarlo es el Augustiner Bräustuben.
La cerveza en Múnich
Lógicamente, no podemos pasar por alto la bebida por antonomasia de Múnich, la cerveza. En Alemania, el consumo medio anual de cerveza es hoy de unos 85-90 litros por persona. Históricamente fue mucho más alto. Además, la cerveza tiene un estatus especial gracias a la ley bávara del Reinheitsgebot (1516), también llamada “ley de pureza de la cerveza”, que la considera como un producto alimenticio tradicional.
En el apartado del Oktoberfest os hablamos de los distintos tipos de cerveza que podréis encontrar en los restaurantes de la ciudad: Augustiner-Bräu, Hofbräu (HB), Löwenbräu, Paulaner, Spaten-Franziskaner y Hacker- Pschorr. Sin embargo, sobre todo en verano, un plan típico es comprar una caja de botellines (aquí suelen ser de medio litro) para tomarlos por la calle o incluso llevártelos al Englischer Garten o al río Isar. En ese caso, las mejores, tanto para nosotros como para casi todo el mundo aquí, son las Tegernseer Hell (proveniente del lago Tegernsee) y la Augustiner Hell, por ese orden. Por el contrario, la peor valorada para casi todos los locales es la Spaten.
En Baviera hay dos tipos de cerveza que destacan por el encima del resto: la Helles (o Hell), literalmente “clara” en castellano, como las dos que acabamos de mencionar, y la Weißbier, traducido como “cerveza blanca” en español, también llamada Weizenbier (“cerveza de trigo”). Esta última es de trigo, por lo que tiene mucho más sabor, si bien es cierto que llena bastante más que la Helles. Las Weißbier más conocidas y que seguro habéis probado alguna vez son la Erdinger, Paulaner y Franziskaner. Como en España, aquí también encontramos las variantes con limón: la Radler, una Helles mezclada con Sprite limón y la Ruß, su homóloga pero con la Weißbier.
Y para disfrutar estas cervezas, qué mejor que probar los famosos Biergärten de Baviera. Los más grandes y bonitos son el Biergarten am Chinesischen Turm, Augustiner Keller, Paulaner am Nockherberg y el Hofbräukeller am Wiener Platz, sobre todo este último en nuestra opinión. Estos funcionan como self-service, es decir, llegáis, os sentáis en una mesa libre, cogéis una bandeja y vais pasando por los puestos de comida pidiendo los platos y cervezas que queráis. Al final, debéis pasar por caja antes de poder volver a vuestra mesa. Recordad que aquí en Alemania cobran un suplemento por jarras y platos llamado Pfand que, una vez los entreguéis de vuelta, os devolverán ese precio extra que pagasteis. Lo hacen para evitar pérdidas en caso de que se rompan o que se roben.
Y para disfrutar estas cervezas, qué mejor que probar los famosos Biergärten de Baviera. Los más grandes y bonitos son el Biergarten am Chinesischen Turm, Augustiner Keller, Paulaner am Nockherberg y el Hofbräukeller am Wiener Platz, sobre todo este último en nuestra opinión. Estos funcionan como self-service, es decir, llegáis, os sentáis en una mesa libre, cogéis una bandeja y vais pasando por los puestos de comida pidiendo los platos y cervezas que queráis. Al final, debéis pasar por caja antes de poder volver a vuestra mesa. Recordad que aquí en Alemania cobran un suplemento por jarras y platos llamado Pfand que, una vez los entreguéis de vuelta, os devolverán ese precio extra que pagasteis. Lo hacen para evitar pérdidas en caso de que se rompan o que se roben.
¿Dónde comer en Múnich?
Primeramente hablaremos de los restaurantes típicos de aquí, las llamadas Bräuhaus que, traducido al español, serían cervecerías. Todas ellas tienen varios locales por la ciudad, algunos son solo restaurante y otros tienen también Biergarten. La experiencia Biergarten la tenéis que probar sí o sí, no hay nada más bávaro que eso. Así que id a alguno de los que os hemos recomendado en el apartado anterior.
En cuanto a locales sin Biergarten, aparte de la histórica Hofbräuhaus am Platzl que mencionamos anteriormente, nuestra favorita es la Cervecería Augustiner (Augustiner-Bräu). Se trata de la cervecería más antigua de la ciudad y es famosa ya que su cerveza, Augustiner-Bräu, era la favorita del antiguo Papa Benedicto XVI, y se exportaba directamente al Vaticano. Hay varios locales de esta cervecería en el centro, por ejemplo en la calle Neuhauser Straße 27, que es la que une Karlsplatz con Marienplatz. o junto a la Frauenkirche, llamado Augustiner am Dom. Sin embargo, nosotros preferimos el Augustiner Bräustuben que hay cerca de la parada de S-Bahn Hackerbrücke, concretamente en la calle Landsberger Straße 19 (al sur de las vías del tren). Es más barato que los locales céntricos ya que está en una zona menos turística y se come igual de bien. Se puede reservar mesa desde su página web.
Por el centro podéis encontrar más restaurantes buenos de este estilo aunque un poco más caros: Schneider Bräuhaus (Tal 7) o Spatenhaus an der Oper (Residenzstraße 12). Si no sois de mucho comer podéis compartir algún plato ya que son grandes.
En cuanto a restaurantes de otro tipo,
- Andy's Krablergarten. Un restaurante de comida alemana cuyo plato estrella es el Schnitzel, el cual destaca por su gran tamaño. Si eres de buen comer este es tu sitio y, si no, se puede compartir un Schnitzel para cada dos. Hay varias salsas para acompañarlo, de champiñones, de pimienta, etc. De postre tienen el Kaiserschmarrn (eso sí, se tarda media hora en hacer así que solicitadlo pronto, no a la hora de pedir el postre) y también unos deliciosos Apfelkücherl. Se encuentra en Thalkirchner Str. 2, en plena plaza Sendlinger Tor. Otro sitio de Schnitzel es el Steinheil 16 pero este es mucho más pequeño y casi siempre está lleno así que conviene reservar desde su página web.
- Cotidiano, conocido por sus brunch. Tiene varios locales: Gärtnerplatz (Gärtnerplatz 6), Promenadeplatz (Maxburgstraße 4) y Schwabing (Hohenzollernstraße 11), cada uno con cartas distintas. Aunque los brunch son prácticamente los mismos, si vais para a comer o a cenar, os recomendamos que probéis las tortillas variadas del Cotidiano Promenadeplatz, o los quiche del Cotidiano Gärtnerplatz. Otro sitio muy bueno para hacer brunch es Café Königin 43, todo rico, bien de precio y camareros súper majos.
- Los kebab son también muy típicos en el apartado de comida callejera alemana. A nosotros, los que más nos gustan son los Gemüse Kebap, que no solo tienen la típica ensalada sino verdura tipo berenjena, pimiento, patata, etc. a la plancha. Los mejores en Múnich son Türkitch Köfte & Kebap, que tiene varios locales por la ciudad, y Alis Superfood, en plena Marienplatz.
- Shami Kitchen, un vietnamita. En Múnich hay muchos restaurantes vientamitas pero este es nuestro favorito.
- Kalypso, un griego. El restaurante está muy bien valorado y la comida nos pareció de 10. El yogur con miel y nueces de postre, lo mejor. Solo abre por las noches así que es mejor reservar por si acaso ya que suele llenarse. Está en la calle Agnesstraße 8.
- Ruff's Burger, un buen sitio de hamburguesas para llevar, aunque también tienen alguna mesa para comer dentro o en la terraza.
- Condesa (Münchner Freiheit 6), para muchos, el mejor mexicano de Múnich 🌯. Sus burritos están realmente buenos. Es un local pequeño y suele estar lleno. Lo más cómodo: os atenderán en español.
- Bar Centrale. Es nuestro restaurante italiano favorito. Solo tiene 2 platos de ensaladas y 4 de pasta 🍝 que van cambiando cada día, por eso no tienen ni menú ni carta. Sin embargo, están realmente ricos y todos entre 8 y 13 euros. Además, este lugar es conocido por los cafés que sirven, de los mejores de Múnich. El sitio es pequeño así que mejor reservar aunque si sois pocos igual tenéis suerte. Otro similar es el Quattro Tavoli, también sin carta y con unos pocos platos de pasta cada día, más un tiramisú tremendo. También es obligatorio reservar porque no hay muchas mesas.
- Al estar tan cerca de Italia, en Múnich encontraremos una gran cantidad de restaurantes italianos. En función de los gustos de cada uno, otro italiano emblemático es L'Osteria Künstlerhaus (Lenbachplatz, 8), famosa por sus pizzas gigantescas 🍕 —prima el tamaño a la calidad, aunque están bastante bien, todo sea dicho— y el local donde se encuentra, aunque suele haber cola en fin de semana.
En cuanto a bares,
- Café Kosmos. Un bar original, tienen distintos tipos de cerveza (por ejemplo la Astra de Hamburgo y algunas portuguesas a veces) y a un precio tirado para ser Múnich. Lo malo es que al ser un lugar muy conocido, suele estar lleno casi siempre. Se encuentra en Dachauer Str. 7, junto a Hauptbahnhof.
- Home Munich. Este bar está mejor en cuanto a decoración y ubicación, en pleno barrio universitario (Universität), aunque los precios son más altos.
- Barschwein. Si buscáis algo más tipo discoteca, este es vuestro sitio. La planta baja es un bar normal y la de arriba es una pequeña discoteca de música comercial de los 2000.
- Kennedy´s Bar & Restaurant. Se trata de un pub irlandés situado en un sótano de la concurrida plaza Sendlinger Tor (parada de metro Sendlinger Tor). Tiene muchísimo ambiente, sobre todo los fines de semana, cuando además tocan música en directo y televisan eventos deportivos. También se puede cenar, pero es prácticamente imposible conseguir mesa sin reserva en fin de semana, pero podéis ir de forma espontánea a tomar unas jarras de cerveza. Es un local muy animado. Otro de las mismas características es el Ned Kelly´s Australian Bar, de origen australiano. Este lo podéis encontrar junto a la Frauenkirche, en una planta sótano.
También querríamos recomendar un par de cafeterías. En Alemania hay una tradición llamada Kaffeekuchen o Kaffee und Kuchen que, literalmente, se traduce como café y tarta. Es una costumbre que los alemanes hacen a media tarde, entre las 15:00 y las 17:00. Hay dos cafeterías que nos gustan, con una variedad de tartas y bebidas: Trachtenvogl (en Fraunhoferstraße), un poco difícil para encontrar hueco, y Vollaths (en Sendlinger Tor).
Y para verano, la heladería Der verrückte Eismacher, en el barrio de Maxvorstadt. El nombre, traducido como “el heladero loco”, hace honor a los sabores tan raros que sirven: cerveza Augustiner, gin tonic, patatas asadas con beicon (Bratkartoffeln), entre muchos otros. Lo bueno es que te animan a probar uno o dos sabores aparte de los que hayas elegido, por lo que nosotros al final probamos los raros y pedimos los clásicos. Reconoceréis el sitio rápidamente por las largas colas que se forman en la calle. Está en Amalienstraße 77. Sin embargo, aunque es la más curiosa no es la mejor. Para nosotros, la más rica con diferencia es Ballabeni, en Theresienstraße 46 🍦; en esta también te dan a probar un sabor adicional.
¿Dónde alojarse en Múnich?
Dependiendo del presupuesto de cada uno, las opciones de alojamiento en Múnich son: hostales, Airbnb y hoteles. En cuanto a los hoteles, la mayoría se encuentran en las inmediaciones de Hauptbahnhof; en este caso os podemos recomendar el Aloft (Bayerstraße 37), el 25hours (Bahnhofpl. 1) y el Roomers (Landsberger Str. 68), aunque no son los más económicos.Excursiones por los alrededores de Múnich
Más allá de la ciudad en sí, casi lo mejor que tiene Múnich es su céntrica ubicación en Europa. A tiro de piedra, como se suele decir, se encuentran Austria, Suiza, Liechtenstein, República Checa e Italia, además de todo el sur de Alemania. Por otro lado, Baviera destaca indudablemente por sus preciosos paisajes y encantadores pueblos, que bien merecen una excursión de uno o dos días. Lo más importante es tener claro el mapa de zonas y tarifas. Iremos mencionando en qué zona se encuentra cada excursión para que podáis ver qué ticket tenéis que comprar. La aplicación más útil para ver horarios y conexiones es DB Navigator. Si preferís verlo en una web, la que tenéis que visitar es la de la Deutsche Bahn. A continuación os damos algunas ideas de cosas que ver en los alrededores de Múnich.
Para los sitios más lejanos dentro de Baviera pero fuera de la red de transporte de Múnich, el billete más económico es el llamado Bayern-Ticket. Es válido para viajar durante un día por todo el estado federado, ya sea fin de semana (desde las 00:00 de ese día hasta las 3 de la mañana del día siguiente) o de lunes a viernes (en este caso desde las 9 de la mañana hasta las 3 de la mañana del día siguiente). Permite coger trenes ilimitados de segunda clase o regionales por un precio de 32€ para una persona y 10€ por cada persona extra hasta un máximo de 5. Como decimos, vale para todo el Land (incluidos S-Bahn y U-Bahn de Múnich y Núremberg y autobuses) pero también permite llegar, como excepción, a las ciudades de Ulm, en Baden-Württemberg, y Salzburgo, en Austria. Se puede comprar por internet o en las máquinas de billetes corrientes en cualquier estación. Aparte de los trenes regionales RB (Regionalbahn), IRE (Interregio-Express), RE (Regional-Express) también son válidos los M (Meridian), ALX (Alex-Züge), AG (Agilis), REX (RegionalExpress), BRB (Bayerische Regiobahn), BOB (Bayerische Oberlandbahn), SOB (Südostbayern), BZB (Bayerische Zugspitzbahn), RBG (Regiental-Bahnbetriebs), EB (Erfurter Bahn), HLB (Hessische Landesbahn) y BLB (Berchtersgadener Landbahn), todos ellos en segunda clase. Los que no entran son los EC, IC, ICE y RJ (Railjet). Por otro lado, para los que quieran hacer excursiones en bicicleta y quieran llevarla en tren por Baviera, han de comprar el ticket llamado Fahrrad-Tageskarte Bayern.
Campo de Concentración de Dachau (KZ-Gedenkstätte Dachau). A tan solo 13 km de Múnich se encuentra el campo de concentración de Dachau, en nuestro artículo encontráis más información al respecto.
Palacios de Ludwig II (el Rey Loco), repartidos por distintas partes de Baviera.
Lagos de Baviera. Baviera es un sitio ideal para hacer senderismo ya que es una zona muy verde, montañosa y con muchos lagos (en alemán, See). A continuación os contamos como ir a algunos de ellos.
- Starnberger See (lago Starnberg) es es uno de los lagos más grandes y conocidos de Baviera, con una superficie de alrededor de 56 km². Múnich. Es, de hecho, el quinto lago más grande de Alemania. Se encuentra a unos 25 km al suroeste de Múnich y el pueblo de Starnberg, situado en su extremo norte, es una de las zonas residenciales más exclusivas del estado, donde viven muchas personas de alto poder adquisitivo. El lago es famoso también por un hecho histórico trágico: en 1886, el rey Luis II de Baviera fue hallado muerto ahogado en sus aguas, en circunstancias que aún hoy siguen rodeadas de misterio. Se puede ir en S-Bahn (S6) hasta la parada “Starnberg” (no confundir con Starnberg Nord) en un trayecto de unos 30 minutos. Esta se encuentra en la zona 2, por lo que hay que comprar el billete de día M-2. Allí podréis hacer un paseo en barco por el lago, alquilar barcas, relajaros en las zonas verdes o incluso bañaros. Si queréis hacer barbacoas, debéis continuar una parada más, hasta “Possenhofen” (zona 3), donde hay áreas habilitadas para ello. En esta zona también se encuentra el Palacio de Possenhofen (Schloss Possenhofen), donde la emperatriz Sissi pasó parte de su infancia. No se puede visitar por dentro, ya que hoy en día alberga viviendas privadas, pero se puede ver desde fuera a través de los huecos del seto que lo rodea. Lo que sí se puede visitar es el Museo de la Emperatriz Elisabeth (Kaiserin Elisabeth Museum), cuyos precios y horarios están disponibles en su página web. Muy cerca de Possenhofen, una zona agradable para tomar el sol y bañarse es el Lenné Park, mientras que, un poco más al sur, en la parada “Tutzing” (zona 4), se encuentra el Kustermannpark, otro bonito rincón junto al lago ideal para cerrar la jornada tomando una cerveza en el Biergarten “Das Midgardhaus Augustiner am See”, con magníficas vistas al Starnberger See.
- Ammersee. Otro lago precioso accesible con el S-Bahn (S8). Para llegar a él nos llevará 50 minutos desde Hauptbahnhof hasta la parada “Herrsching am Ammersee”, en la zona 3. Aparte de disfrutar del lago, aquí podemos visitar el famoso Kloster Andechs, un monasterio donde se puede además comer y beber —fabrican su propia cerveza de hecho—, si bien es cierto que no tienen mucha variedad de comida, tan solo codillo y Leberkäse, por eso no nos gustó mucho el sitio. Para llegar a él hay un camino de unos 50 minutos desde la estación de S-Bahn o bien en bus número 951. En el lago en sí, se puede tomar uno bañar en unas zonas con playas de piedras o coger el barco y dar una vuelta por el lago, así como ir a otros pueblos situados en la orilla contraria a Herrsching.
- Tegernsee, situado al sur de Baviera, en la zona 7. Hay que coger un tren BOB (Bayerische Oberlandbahn) desde Hauptbahnhof hasta dos posibles paradas: Gmund am Tegernsee, primero, o Tegernsee, después. Este lago es muy famoso por estar rodeado de montañas y desde cualquiera de las anteriores paradas se pueden hacer múltiples rutas por los alrededores del lago. Cuidado al coger el tren porque los distintos vagones van a distintos destinos, así que fijaos que en vuestro vagón ponga destino Tegernsee y no otros como Bayrischzell. Id con tiempo porque en verano los trenes se llenan muchísimo. Para ver los horarios, meteos en la página web de la Deutsche Bahn y poned como destino alguna de las dos estaciones que os mencionábamos anteriormente. Una vez allí, podéis dar un paseo por el propio pueblo de Tegernsee y relajaros a orillas del lago o incluso coger un barco. En el pueblo os podemos recomendar para comer el restaurante Bräustüberl Tegernsee, ubicado en el monasterio del pueblo donde fabrican la cerveza Tegernseer, y la cafetería Aran para tomar un café con buenas vistas del lago. No obstante, la gente que viene a Tegernsee lo hace, sobre todo, para hacer caminatas. Aquí podéis ver varias rutas, nosotros hemos hecho las siguientes:
- La de 8,37 Km que llega hasta el Biergarten “Berggasthof Neureuth” y vuelve a la estación, es una de las más típicas y no tiene pérdida: siempre hay que seguir los carteles en dirección Neureuth. Es corta pero un pelín dura, pues es subida constante; nos llevó, yendo tranquilamente, 1h30 de subida y 45 minutos de bajada. Hay gente que se lleva bocadillos para comer pero cuando llegas a arriba y empiezas a oler la comida procedente del restaurante, merece la pena tomarte una cerveza y picar algo en el Biergarten con unas vistas espléndidas del Tegernsee. Nosotros pedimos una tabla de quesos con Bretzels, unos Spinatknödel (bolas de espinacas y queso parmesano típicas de la cocina tirolesa —zona de los alpes entre Italia y Austria—) y, de postre, Kaiserschmarrn. Lo único malo es que solo se puede pagar en efectivo, así que no olvidéis llevar cash.
- La de 12,62 Km que une Tegernsee - Schliersee. El camino comienza exactamente igual que el anterior, llegando hasta Neureuth, donde se puede hacer parada para comer en Berggasthof Neureuth. Si no, un poco más adelante, en Gindelalm, hay una nueva oportunidad para descansar y llenar el estómago. La parte más dura es desde Tegernsee a Neureuth, pues es todo subida. Desde ahí a Schliersee, aunque es más largo, va mucho más rápido pues es todo bajada. El número de ruta es el 681, que lo veréis en los carteles amarillos. Dicho esto, hay muchas rutas que unen los dos lagos, otra opción es hacerlo via el pico Baumgartenschneid (1.448 metros), justo en medio de ambos.
- La de 23,43 Km que une Tegernsee - Rottach - Wallberg. El primer trayecto es ir desde el pueblo de Tegernsee al pueblo de Rottach por lo que no es senderismo como tal, así que el que quiera puede coger un bus que una ambos pueblos y desde Rottach empezar la caminata. Concretamente sería coger los buses 9550 o 9556 desde Tegernsee hasta la parada Wallbergbahn, que es donde hay un teleférico que te lleva a la cima Wallberg, ruta que nosotros hicimos andando. La cumbre de Wallberg tiene 1700 metros por lo que la subida es un poco dura ya que hay que superar un desnivel de unos 1000 metros. A ritmo normal nosotros hicimos la subida en algo más de 3 horas y la bajada en 1 hora. Cerca de la cima hay también una explanada donde se hace parapente, muy curioso de ver sin duda. También hay un Biergarten excepcional: Berghotel Altes Wallberghaus.
- Schliersee, situado también en el sur, muy cerca del Tegernsee. La parada de destino es Schliersee, que se encuentra en la zona 8, por lo que necesitáis el ticket M-8. Además de relajarse en el lago, se pueden hacer varias rutas de senderismo. Más información en nuestro artículo sobre el Schliersee.
- Königssee, en el extremo sureste del país, casi en Austria. Es uno de los lagos más bonitos ya que se encuentra justo al lado de los Alpes. Para llegar hay que ir en tren regional hasta el pueblo de Berchtesgaden y ahí coger un autobús hasta “Schönau a. Königssee”, ambos trayectos cubiertos por el Bayern-Ticket. En este caso, la comunicación con Múnich no es tan sencilla como en los otros casos, por lo que lo más cómodo es ir en coche. Allí hay muchos planes, pero el más típico es coger el barco hasta el pueblo de St. Bartholomä y desde allí hacer una caminata hasta la llamada capilla de hielo (Eiskapelle), una cueva glacial muy accesible.
Senderismo por Baviera. Como comentábamos, en casi todos los lagos hay rutas muy populares de senderismo, de hecho son las favoritas de los muniqueses. No obstante, hay otros sitios sin lagos pero igualmente ideales para hacer caminatas con paisajes impresionantes.
- Bayrischzell. Desde este pueblo (zona 9) hay dos caminatas, una familiar para ir con niños, y la otra para gente más preparada. La primera se conoce como Wendelstein-Männlein-Weg, aquí tenéis los detalles técnicos. Es una ruta de unos 6 kilómetros que pasa por parques, miradores, cascadas y campos ideales para los más pequeños, aunque es cierto que algunas partes son un poco empinadas y requiren un esfuerzo, por lo que no se puede acceder con un carrito de bebé. Esta ruta sigue los siguientes sitios: Start/Ende “Wendelstein Männlein Weg” - Parapluie, Wendelsteinstraße 17 (un mirador junto a un parque) - Totholz-Stegs (un camino) - Grüne Gumpe (un pequeño lago junto a una cascada) - Bergcafé Siglhof (un restaurante con un parque infantil y una gran pradera para jugar). Está bien indicada, tan solo hay que seguir los carteles con gnomos que hay por la ciudad. La segunda ruta es la que sube a la montaña Wendelstein, aquí podéis ver los detalles técnicos. Esta es más dura como se puede apreciar, así que hay que ir bien preparado. El inicio pasa por los mismos sitios que la ruta Wendelstein-Männlein-Weg. Es una ruta circular, se puede subir desde el pueblo de Bayrischzell y acabar al volver en el pueblo de al lado, Osterhofen. En la cumbre del Wendelstein hay una iglesia y un observatorio, visibles desde algunos sitios del sendero. Para los más amateurs que se les haga muy dura, hay una explanada a los pies de la última subida, concretamente en Wendelsteiner Almen, donde se puede parar y dar la vuelta ya que desde aquí hay asimismo unas muy buenas vistas de los Alpes. Lógicamente, desde la cima, las vistas son aún mejores.
Palacio de Schleißheim (Schloss Schleißheim). Otro de los tantos palacios que encontramos en Baviera, aunque en este caso mucho más desconocido. Este complejo alberga varios palacios de la familia Wittelsbach:
- Palacio Antiguo (Alte Schloss), construido en 1623 como residencia del duque de Baviera Guillermo V de Wittelsbach (Wilhelm V. en alemán). Quedó parcialmente destruido durante la Segunda Guerra Mundial y tuvo que ser reconstruido nuevamente en la década de 1980.
- Palacio de Lustheim (Schloss Lustheim), construido al final del complejo en 1685 como casa de caza.
- Palacio Nuevo (Neues Schloss), levantado a principios del siglo XVIII por petición del príncipe Maximilian II Emanuel, Elector de Baviera (1662-1726) —el mismo del palacio de Nymphenburg—.
Se pueden visitar los tres palacios aunque el Neues Schloss, de estilo barroco, es el más espectacular. También son muy bonitos los jardines, mucha gente va simplemente a pasear por ellos en verano. Al ser más desconocidos, los palacios se visitan tranquilamente, sin apenas turistas, lo cual se agradece de vez en cuando. Aquí tenéis los precios y horarios.
Para llegar hay que coger el S1 hasta la parada Oberschleißheim y caminar 15-20 minutos. Esta parada se encuentra zona 1. Necesitamos por tanto el billete de día M-1 (11,70€ individual o 21,20€ grupo) que nos vale para coger el S-Bahn de ida y vuelta.
Para llegar hay que coger el S1 hasta la parada Oberschleißheim y caminar 15-20 minutos. Esta parada se encuentra zona 1. Necesitamos por tanto el billete de día M-1 (11,70€ individual o 21,20€ grupo) que nos vale para coger el S-Bahn de ida y vuelta.
Palacio Nuevo de Schleißheim













Hola, por favor podría ayudarme con algo acerca del Auszogne, ¿ésto también se brinda en el Oktoberfest? y ¿de que estados de alemania lo elaboran?... Gracias :)
ResponderEliminarHola Katherine, gracias por comentar :)
EliminarPues el Auszogne es típico de Baviera y Austria, aunque también es posible que lo encuentres en los estados colindantes como Thüringen o Baden-Württemberg. Sin embargo, nosotros vivimos en Hamburgo también y allí no lo vimos nunca, así que al norte seguro que no ha llegado.
Respecto a tu primera pregunta, sí, también se vende en el Oktoberfest aunque a precios desorbitados (5-6€).
Un saludo!