Artículo actualizado en: 2023-06-20T13:57:34Z

Oaxaca

Oaxaca de Juárez, comúnmente conocida como Oaxaca es una ciudad de 271.000 habitantes, capital del estado de Oaxaca. Esta fue nuestra última parada en nuestro viaje por México y lo cierto es que no podíamos haber elegido una mejor, pues es de las ciudades más auténticas y con la mejor comida de todo México, según dicen.

Nosotros le dedicamos un total de 4 días, tiempo suficiente para visitarla y hacer un par de excursiones a lugares cercanos.

    ¿Cómo llegar a Oaxaca de Juárez?

    La manera más fácil es con avión, cuenta con aeropuerto propio, el Aeropuerto Internacional de Oaxaca (OAX), con conexiones diarias con Ciudad de México. Hay algunas compañías low-cost que hacen este trayecto, así como la compañía principal del país, Aeroméxico, que fue por la que optamos nosotros. Es un poco más cara pero da confianza.

    Acordaos que en México hay una tasa extra que se aplica en cada vuelo nacional e internacional llamada Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) que nos va a añadir un sobrecoste al precio final del vuelo. Que no os sorprenda si el precio mostrado en los buscadores de vuelos no es el mismo que paguemos al finalizar la compra.

    En el propio aeropuerto hay un puesto que pone Taxi y ahí se pueden pedir, tienen los precios establecidos por persona en función del vehículo y es seguro. Pueden ser taxis privados o minivan compartida con otros pasajeros. Lo bueno, además, es que se puede pagar por tarjeta en el puesto donde pides el taxi y luego en el coche ya solo tienes que indicarle al conductor tu parada de destino. También hay cajeros en el aeropuerto.

    Una cosa muy importante, en Oaxaca no hay Uber.

    ¿Qué ver en Oaxaca?

    Nuestra primera impresión es que estamos en una ciudad más humilde que las que visitamos en el norte, si bien se ve que recibe bastante turismo y hay muchos locales hipsters y modernos. En cualquier caso, en todo momento nos sentimos seguros yendo por el centro, también por la noche.

    El casco antiguo es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1987, es relativamente pequeño y se puede recorrer perfectamente andando. De hecho, se podría decir que lo más bonito son las calles y el estilo de la ciudad, más que cualquier monumento o edificio concreto.

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    Una calle representativa de Oaxaca

    Comenzamos por el Zócalo de Oaxaca, también llamada la Plaza de la Constitución, fundada en 1529 y desde entonces la más importante de la ciudad, al igual que sucede con la de CDMX. Alrededor del quisco central, siempre está animada, sobre todo por las noches, llena de música, de gente, y un mercadillo permanente con puestos de artesanías; en definitiva, siempre encontrarás algo que hacer aquí. También, el 15 de septiembre de cada año por la noche, con motivo del día que conmemora la Independencia de México, el gobernador del estado de Oaxaca pronuncia el Grito de Independencia, lee el acta de independencia y nombre a los héroes patrios. Al día siguiente, el 16 de septiembre, todas las escuelas hacen desfiles por la ciudad. Es un día importante para México y la cantidad de actos durante esas fechas así lo demuestran.

    Quiosco central del Zócalo de Oaxaca iluminado por la noche

    Al norte del Zócalo se halla la Catedral Metropolitana de Oaxaca, también conocida como Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Se empezó a construir en 1535, al poco de llegar los españoles, y se terminó en 1733, en estilo barroco. Se puede acceder gratuitamente a su interior.

    Nos dirigmos al norte hacia la Biblioteca Pública Central, situada en una casona del siglo XVIII. Es un sitio tranquilo, ideal para ver el edificio y su patio interior.

    Seguimos hacia el norte hasta la Plaza Santo Domingo en donde tenemos varias cosas para ver. En primer lugar está el Templo de Santo Domingo de Guzmán, otro de los tantos ejemplos de arquitectura barroca de la época de Nueva España, por dentro es espectacular. Igual que la Catedral, esta se empezó a construir asimismo a la llegada de los españoles en 1551 y se terminaría en 1731. En los primeros años el templo sirvió como convento de los dominicos, por eso también se le conoce como el Exconvento de Santo Domingo, pero es lo mismo. Como acontecimiento singular, mencionar que el papa Juan Pablo II visitó personalmente la iglesia en 1979. Se puede acceder gratuitamente.
     
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    Templo de Santo Domingo a la derecha y Museo de las Culturas a la izquierda

    En el propio templo pero por una entrada distinta, pasamos a visitar el Museo de las Culturas de Oaxaca y aprender sobre la cultura y tradiciones de esta zona del país. La parte más interesante del museo es la exposición sobre la llamada Tumba 7 de Monte Albán, una tumba ubicada en dicha ciudad descubierta en 1932 y en la que se encontraron una gran cantidad de objetos de gran valor pertenecientes a la civilización zapoteca. El mayor tesoro que se encontró fue el cráneo decorado con turquesas y aquí está expuesto. Los zapotecos eran un pueblo de Mesoamérica que habitaron, sobre todo, los estados de Oaxaca y Guerrero. Durante el siglo XV lucharon contra los mexicas, con los que finalmente lograron hacer un trato de paz, aunque duraría poco, ya que enseguida llegaron los españoles. Dicho esto, la verdad es el museo es básicamente la sala sobre la tumba 7 y alguna exposición temporal. Nos llevó una hora más o menos. El museo cierra a las 15:30, tiene un precio de 85 MXN y se puede pagar con tarjeta.
     
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    Cráneo con turquesas expuesto en el Museo de las Culturas

    La parte trasera del Templo está ocupada por el Jardín Etnobotánico, parque con cientos de plantas de las distintas regiones del estado de Oaxaca. Un sitio agradable por el que pasear un rato. Únicamente se puede visitar por medio de visitas guiadas, en su página web tenéis los horarios las mismas; hay que estar unos 15 minutos antes de que empiece. Si no os da tiempo a coger uno de los horarios, también podéis ver un poco del jardín desde las ventanas del edificio del Museo de las Culturas.

    La siguiente parada es la Plaza de la Danza, una plaza importante donde se celebran eventos de vez en cuando y donde encontramos varias terrazas donde comer o tomar algo a la sombra. La verdad es que los españoles se liaron a construir iglesias a su llegada a México con el fin de convertir al catolicismo a los indígenas. En esta plaza encontramos, cómo no, otra iglesia católica. En este caso, la Basílica de Nuestra Señora de la Soledad. Esta se construyó en 1690 en estilo barroco y está dedicada a la Virgen de la Soledad que es la patrona de Oaxaca de Juárez.

    Otra cosa muy típica de México son los mercados y aquí en Oaxaca tenemos varios. Además, son muy locales, no muy turísticos, de hecho los restaurantes suelen ir a ellos a comprar los productos para sus comidas. Los más destacados son:
    • Mercado de Abastos. Es enorme y laberíntico, perderse es fácil. Está a las afueras del centro y por eso van muchos locales a hacer las compras de todo tipo: ropa, comida, papelería, etc. Ojo, nos advirtieron muchos que es un lugar con bastantes carteristas, así que llevar todo a buen recaudo y no saquéis mucho el móvil porque os dan un tirón y echan a correr. Aquí encontramos algún puesto de artesanías donde estas eran las más baratas que vimos en toda la ciudad.
    • Mercado Benito Juárez, para comida y artesanías locales. Cierra a las 19:00.
    • Mercado de 20 Noviembre, el que más variedad de comidas ofrece. Todo son puestos donde probar los platillos mexicanos y oaxaqueños más populares.
    • Mercado de la Merced. Este es más local ya que está más alejado del centro. Además de comida, hay música en directo de vez en cuando en un patio que tienen. Si no queréis ver todos, este sería el más indicado para descartar.
    Más abajo en el apartado de comida os diremos qué probar en estos mercados.

    Por último, un barrio situado al noreste del centro llamado Jalatlaco. Es una zona preciosa, con calles decoradas con grafitis bonitos y papel picado, además de varias cafeterías y restaurantes más tranquilos que en el centro. La plaza más importante de este barrio es donde se encuentra el Templo de San Matías Jalatlaco. Sin duda alguna, de lo más bonito de Oaxaca.

    Plaza central de Jalatlaco

    ¿Qué comer en Oaxaca?

    Todos los amigos mexicanos que tenemos nos han hablado siempre de la riqueza gastronómica de Oaxaca y, tras experimentarla, no podemos estar más de acuerdo con ellos. Vamos a intentar de enumerar y explicar todos los platos que hemos probado.

    Quesillo de Oaxaca – es un queso blanco de hebras típico de aquí que se lo echan a casi todo.

    Memelas – tortilla de maíz un poco más gorda que las de un taco, típicamente servida con pasta de frijoles, salsa de chiles secos y queso derretido. Esto es lo básico, luego se le pueden añadir ingredientes extra por encima.

    Tlayudas – similares a las memelas pero considerablemente más grandes y crujientes. Son tan grandes que normalmente las doblan de tal manera que quedan como un emparedado.

    Empanadas – otro plato hecho con tortillas maíz, en este caso rellenas, dobladas y selladas quedando con forma de empanadilla, pero grande.

    Mole Amarillo – sabéis que el mole es una salsa mexicana que, según los chiles y especias que utilices adquiere un color u otro. En Taxco era típico el mole rosa, en Puebla el mole poblano de chocolate y, aquí, el mole amarillo. Además del amarillo, los moles verde y negro también son originarios de aquí. Nosotros probamos unas empanadas de mole amarillo servidas con champiñones, quesillo y flor de calabaza en un puesto del Mercado de Abastos.

    Chapulines – son una especie de saltamontes, que se maceran y se frien, quedando muy crujientes. Estos se crian directamente para ser consumidos, no es que sean insectos salvajes.

    Piedrazo – un plato consistente en un trozo de pan que se sumerge en un caldo de patatas, zanahorias, vinagre de piña y una salsa roja picante que mejor pedir que no echen.
     
    Chocolate de agua – es, grosso modo, un chocolate aguado, pero que es muy popular en este estado de México. Algún día si vais a desayunar o merendar, es buena ocasión para probarlo.

    Asimismo, Oaxaca es famosa nacionalmente por la producción del mezcal, una bebida alcohólica que se obtiene mediante la destilación de la planta maguey. El tequila es, de hecho, un tipo de mezcal. En la siguiente sección podéis ver dónde probarlo.

    ¿Dónde comer en Oaxaca?

    Una vez nos hemos hecho una idea de los platos típicos de la región, vamos a ver dónde degustarlos. En Oaxaca encontraremos tantos restaurantes como puestos callejeros, todos ellos buenos, no es que una cosa sea mejor o peor que la otra. Nosotros fuimos más a puestos ambulantes ya que es algo muy típico de latinoamérica y nos gusta el rollo.

    Memelas Doña Vale – las memelas más famosas – salen en un capítulo la serie Streetfood Latinoamérica de Netflix – están en este puesto dentro del Mercado de Abastos. Consisten en una tortilla de maíz azul, jitomate (una variedad de tomate), chile habanero (pica un poco) y queso. Encima, por un precio extra, se le puede poner tasajo (corte de la vaca, seco), costilla de puerco, o huevos. Cuidado con el horario, abre solo de 7 a 12 todos los días menos el domingo.

    Tlayudas La Chinita – análogo a las Memelas Doña Vale pero en tlayuda. También salieron en un capítulo de Streetfood México de Netflix y también son, para muchos, las mejores de su género de Oaxaca. Primero pides la base, compuesta de grasa de cerdo, pasta de frijoles, lechuga y una salsa picosa que nosotros pedimos que no nos echaran, y luego el relleno, que se paga aparte; los más típicos son de chorizo o de tasajo. Si bien estaban ricas, se nos hicieron un poco difíciles de comer, unos cubiertos para partir el tasajo o el chorizo no habrían venido mal. Abre de lunes a sábado a partir de las 20:00, nosotros recomendamos ir a las 19:30 que ya hay un poco de cola para coger número y que te sirvan en cuanto abran a las 20:00.

    Taquería el Compadre, ubicado en una esquina a las afueras del Mercado Benito Juárez. Tenían unas tostadas espectaculares de Puerco con base de guacamole y salsa picosa opcional. La tostada es una torta de maíz crujiente del tamaño de una mano. Abre de 18:00 a 23:00.

    Mercado Orgánico La Cosecha, consistente en varios puestos de comida orgánica, con platos vegetarianos y veganos. La verdad es que es un sitio acogedor y con mucha variedad de comida, por eso gusta mucho y hay mucho turista, sobre todo gringo como dicen aquí. Es un buen sitio para probar dos bebidas típicas de México como son el pulque y el tepache, así como prácticamente todos los platos tradicionales de Oaxaca.

    Cafeterías vimos un montón, todas muy modernas y bien decoradas, que recuerdan al estilo europeo. Tanto para desayunar como para merendar. Una que nos gustó es La Ttertulia.

    En cuanto a la bebida, tal y como comentábamos, el mezcal es la bebida por antonomasia de Oaxaca. Es muy típico ir por la noche a mezcalerías donde probar varios tipos de mezcal. Se sirven en vasos de chupito, por así decirlo, pero se beben poco a poco, no de un trago. Aunque también los hay en forma de cóctel que están mejor que a palo seco. Una mezcalería que fuimos que nos gustó fue Sabina Sabe, tenían unos cócteles de mezcal tremendos 🍹.

    Excursiones desde Oaxaca de Juárez

    El estado de Oaxaca posee una riqueza cultural tremenda por lo que podríamos pasar una semana entera viajando por la región sin cansarnos. Desgraciadamente el tiempo es limitado así que nosotros decidimos hacer dos excursiones compuestas de varias actividades. No es lo ideal si lo que quieres es ir a tu ritmo y con calma pero si no tienes mucho tiempo es la mejor opción.

    En la propia ciudad hay varias agencias de viajes, las veréis seguramente mientras la recorréis o, si no, esperad a llegar al Zócalo donde os asaltarán varias personas ofreciendo tours. Nosotros miramos en internet, contactamos con una de ellas, vimos que tenían las cosas que queríamos ver y que los precios eran justos, y las reservamos con antelación. Se llama Lescas Tours Oaxaca.

    ➣Excursión Oaxaca Antigua – esta excursión primeramente te lleva a Monte Albán, parada obligatoria para todos los que visiten Oaxaca. Monte Albán era la antigua capital del pueblo zapoteco, que ya mencionamos antes que habitaba en la región de Oaxaca hasta el siglo XV aproximadamente. Monte Albán es, asimismo, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1987, al igual que el casco antiguo de Oaxaca. Más información en nuestro artículo sobre Monte Albán.

    La siguiente parada del tour es el pueblo de San Martín Tilcajete, famoso porque el creador de la película de Disney Coco se inspiró en personas de este lugar para dar vida a los personajes. Además, esta ciudad es muy conocida por la fabricación de alebrijes, unas figuras tradicionales de animales, algunos fantásticos, pintadas en una gran variedad de llamativos colores. Si habéis visto la película de Coco sabréis de qué figuras hablamos. Lo cierto es que queríamos visitar el pueblo por nuestra cuenta pero la conexión con Oaxaca no era nada sencilla y nos iba a llevar demasiado tiempo por lo que optamos por visitarla por medio de esta excursión. En realidad no se visita el pueblo sino que directamente se visita una de las múltiples fábricas de alebrijes tallados en madera, actividad que en cualquier caso teníamos pensado hacer. Es realmente interesante ver el proceso de fabricación de estas figuras: consiste en cortado y tallado de la madera de copal 🌳, árbol cuya resina se usa para el incienso; secado al sol; acuñado, que consiste en meter cuñas en las grietas que salen tras el proceso de secado; lijado junto con para dejar la madera lo más lisa posible; aplicación de algún producto químico para su mejor conservación; y pintado final. En realidad estas fábricas son negocios familiares y también funcionan como galerías y tiendas por lo que puedes comprar alebrijes allí mismo si quieres.

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    Taller de alebrijes en San Martín Tilcajete
     
    Después nos desplazamos al pueblo de Santo Tomás de Jalieza para visitar un taller de telares de cintura, una indumentaria tradicional de las mujeres de Mesoamérica. Lleva ese nombre porque las mujeres se atan la tela a la cintura cuando van a hacer el diseño. Esta tela, generalmente de algodón, la compran ya coloreada y mediante determinados utensilios —peine, machete para apretar los hilos, yugo y mecapal— le dan la forma y esbozo deseados. Para ser un lugar al que te llevan excursiones organizadas, la verdad es que era bastante barato, es un buen sitio para llevarse algún recuerdo.

    La última parada es el pueblo de San Bartolo Coyotepec, famoso por la fabricación de barro negro, por lo que se visita un taller donde ver el proceso de elaboración de estas piezas: primero cogen el barro, hacen el diseño, lo dejan secar y lo meten al horno de leña para que el barro quede fijo. Dependiendo del uso se deja más o menos tiempo en el horno, si va a contener líquidos como un jarrón o vasija hay que dejarlo más tiempo y si es decorativo vale con menos, pero hay que tener en cuenta que es barro por lo que si se mojara mucho podría deshacerse. Lo curioso es que es el horneado lo que le da ese color negro, no es que lo pinten de negro. También nos sorprendió lo barato que era así que de aquí también nos llevamos unos cuantos recuerdos.
     
    Figuras de barro negro


    Excursión Oaxaca Mágica – esta excursión incluye una combinación de actividades tanto de naturaleza como culturales en diversas partes de Oaxaca.

    El tour comienza con el famoso Árbol del Tule, un ciprés mexicano de 2000 años de edad y que está considerado como el más ancho del mundo, tiene un diámetro de 14 metros. Se encuentra en el municipio de Santa María del Tule y tiene un precio de 20 MXN. Realmente el árbol se puede ver por fuera dado su enorme tamaño pero cobran esa entrada por entrar al recinto donde está situado y poder rodearlo.
     
    Letras de EL TULE con el Árbol de fondo

    Después vamos al pueblo Teotitlán del Valle, conocido en la zona por la producción de alfombras. Nos mostraron cómo es su proceso de elaboración desde cero y la manera en que se tiñen para decorarlas. Primero se coge la lana de la oveja, animal que fue introducido por los españoles ya que aquí no había; luego los colores los consiguen utilizando otros objetos como la grana cochinilla (fue por cierto el tercer producto más exportado por los españoles a Europa después del oro y la plata), el índigo, la granada, la cal, la cáscara de nuez o el pericón; según cuál o cuáles de ellos mezcles con la lana cogerá un color u otro; el fijador para que el color no se vaya es la sal. Al final de la explicación, lógicamente se pueden comprar los productos que fabrican. Es la actividad que menos nos llamaba la atención al principio y luego resultó ser la que más nos gustó por lo bien que lo contaron todo. También nos llamó la atención que la gente aquí hablaban entre ellos en zapoteco y es que, al parecer, en esta región de Oaxaca el zapoteco se estudia en algunas escuelas. Es una gran idea poder conservar idiomas tan antiguos.

    Continuamos con la visita de la zona arqueológica de Mitla (750 d.C. – 1521 d.C.), ubicada en el pueblo San Pablo Villa de Mitla, uno de los llamados Pueblos Mágicos de México. Curiosamente el nombre de Mitla no es de origen zapoteco, sino náhuatl, y significa lugar de los muertos. Mitla fue una de las ciudades más importantes del pueblo zapoteco, llegaron aquí poco después de abandonar Monte Albán (750 d.C.) y, por eso, los españoles cuando llegaron vieron que Mitla estaba habitado y decidieron conquistarla, con la correspondiente destrucción que conlleva. Esto se aprecia en la Iglesia de San Pablo que construyeron los españoles nada más llegar en el siglo XVI, tal y como sucedió en Cholula. En este sentido mejor suerte corrió Monte Albán, ya que como estaba abandonada, los españoles no tuvieron interés en ella y no se destruyó; al menos no por esta razón. Por suerte, aún quedan algunas ruinas que, gracias a los guías, se pueden interpretar y aprender sobre los zapotecos. Lo más destacado de Mitla son las grecas, que son los dibujos hechos en las piedras, así como por las tumbas encontradas bajo lo que eran en su época palacios. Es interesante ver como sus construcciones consistían en la superposición de piedras encajándolas de tal manera que no hacía falta cemento entre ellas, simplemente con la fuerzas que actúan entre ellas era suficiente para que no se cayeran.

    Construcciones con grecas en la zona arqueológica de Mitla

    La penúltima parada es el llamado Hierve el Agua. Se trata de un manantial cuyo goteo permanente durante millones de años ha dado lugar a unas cascadas petrificadas de colores varios gracias debido a los minerales que contiene. Digamos que hay dos partes principales: las albercas (piscinas naturales) y las cascadas petrificadas. Desde el aparcamiento puedes hacer una caminata que dura 50 minutos y que rodea ambas partes, ves las albercas desde arriba, bajas y ves las cascadas, rodeas esta parte y subes por la parte opuesta de las albercas. El camino está bien aunque es verdad que no está muy bien señalizado, imaginamos para que se contrate a un guía de los que se ofrecen en el aparcamiento al llegar, precio la voluntad. ¡No os olvidéis el bañador para meteros en las albercas! Hierve el Agua encuentra en el municipio de Roaguía y tiene un precio de 20 MXN para acceder a la carretera que te lleva al sitio más 50 MXN por acceder al recinto, no incluido en el pago de la excursión.
     
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    Vistas de las cascadas petrificadas de Hierve el Agua

    La última parada del día es una mezcalería, en concreto a la llamada El Rey de Matatlán. Ya sabéis lo famosas que son aquí en Oaxaca, así que en este caso nos explicaron el proceso de producción de esta bebida alcohólica a partir de la planta del maguey y, cómo no, una posterior cata. Es algo turístico pero resultó interesante.

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