Sevilla, con 700.000 habitantes aproximadamente, es la ciudad más poblada y capital de Andalucía. Famosa tanto nacional como internacionalmente, Sevilla acoge una gran cantidad de turistas diariamente gracias sobre todo al ambiente y excepcional tiempo, y es que el invierno casi no tiene cabida aquí, pudiendo ir en manga corta en pleno diciembre. Eso sí, visitar Sevilla en verano no es la mejor idea.
Se puede llegar en coche, si bien hay que tener cuidado con dónde aparcar; en el centro es casi imposible entrar con el coche así que mejor ni intentarlo. Hay aparcamientos caros para dejarlo algunas horas pero lo ideal es aparcarlo fuera del casco, lo más cerca posible, y moverse con transporte público o andando.
En tren se llega hasta la estación de Santa Justa, en la avenida de Kansas City. Esta calle siempre nos hizo mucha gracia porque como que no encaja en Sevilla y, al parecer, es que ambas ciudades están hermanadas después de que un promotor inmobiliario estadounidense construyera un centro comercial en Kansas City inspirándose en su visita a Sevilla.
En cambio, en autobús lo normal es que se lleguéis a la estación de autobuses Plaza de Armas, ubicada en la plaza homónima que se encuentra mucho más céntrica que la de Santa Justa.
Para visitarla entera nos harán falta, al menos, dos o tres días.
¿Qué ver en Sevilla?
Lo que nos cansaremos de ver serán los bares y tablaos flamencos. De hecho, Sevilla es la ciudad con más bares de Andalucía –también hay que tener en cuenta que es la que más habitantes tiene–. Otra opción para visitar la ciudad es hacerlo en el típico carro de caballos que veremos en muchos sitios.
Es difícil encontrar un punto de partida para ver la ciudad. Nosotros nos alojamos en Hostel One Sevilla Centro, un hostal muy económico para lo céntrico que se encuentra. Además, la gente que lo lleva es muy agradable; ofrecen tours, desayunos y cenas gratis y pub crawls para finalizar la noche.
Se encuentra al lado del Metropol Parasol, por lo que comenzaremos nuestro recorrido desde la Plaza de la Encarnación, en la cual se encuentra dicho edificio, más conocido como Las setas de Sevilla. Su rocambolesca estructura es obra del arquitecto alemán Jürgen Mayer y se finalizó en 2011, alcanzando una altura máxima de 26 metros. Se puede subir a su parte más alta por un precio de tres euros por persona –para los residentes en Sevilla es gratis– y obtener una vista panorámica de 360 grados de la ciudad. La entrada incluye una postal del edificio que se puede comprar al final de la visita y una bebida en alguno de los seis bares de la plaza: uno de ellos en la parte superior del edificio y el resto en la propia plaza, una vez hemos salido de él. Por este precio merece la pena subir.
Vistas desde las setas de Sevilla
De ahí iremos por la calle Laraña hasta llegar a la histórica pastelería La Campana, la cual hace esquina con la calle Sierpes, la enorme calle comercial de Sevilla que finaliza en la plaza de San Francisco.
Tomando la calle Sierpes todo recto, a mano izquierda tenemos el popular barrio de Alfalfa, idóneo para tomar una cerveza y que tiene en la plaza del Salvador junto con la iglesia del Salvador su centro neurálgico.
Volviendo a la calle Sierpes, pasada la plaza de San Francisco, llegaremos a la Catedral de Sevilla. La Catedral de Santa María de la Sede se inauguró en 1528 en el lugar que anteriormente ocupó la mezquita, en época de al-Ándalus. De esta se conservó el alminar, conocido mundialmente como “la Giralda” y el Patio de los Naranjos. La diferencia de estilos está muy presente en la Giralda, ya que está formada por el minarete de 79 metros de la mezquita construido en el siglo XII, más la parte alta que se construyó en época cristiana, en la cual se encuentran hoy en día las 24 campanas que componen el campanario. Su altura es de 101 metros contando con “el Giraldillo”, figura que preside la torre.
Para visitar el interior de la catedral y subir a la Giralda lo mejor es comprar la entrada por internet y así evitar las usuales largas colas. Todas las tarifas las podéis ver en su página web.
La Giralda
Estando frente a la catedral, en la Plaza del Triunfo, pasamos a ver el Real Alcázar de Sevilla que forma parte del conjunto de monumentos de Sevilla (Alcázar, Catedral y Archivo de Indias) Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1987. Se trata de un palacio de origen islámico mandado construir por Abderramán III en el siglo X y que, tras el paso de los años hasta la actualidad ha adoptado detalles de diversos estilos arquitectónicos, mayormente renacentistas.
Hoy en día es la residencia oficial de la familia real española cuando visitan Sevilla. Al igual que en la catedral, es mejor comprar las entradas por internet para evitarse colas. Los precios y horarios, así como la venta online, los podemos encontrar en su página web.
Para terminar con el conjunto Patrimonio de la Humanidad nos vamos a ver el Archivo de Indias, a escasos metros del alcázar. Este centro alberga una gran cantidad de documentación relativa a las colonias españolas. Fue fundado en 1785 por el rey Carlos III para unificar documentación de otros archivos y ampliar el Archivo General de Simancas (en Valladolid), primer archivo oficial que data de 1540. En él encontramos textos varios de algunos de los grandes navegantes de la historia como Fernando de Magallanes, Vasco Núñez de Balboa, Hernán Cortés o Cristóbal Colón. Se puede visitar gratuitamente.
Tras habernos empapado bien de historia con la visita de estos tres monumentos lo que mejor podemos hacer es dar una vuelta por el barrio de Santa Cruz, antiguo barrio judío que se encuentra anexo a la catedral. Pasear por sus calles estrechas, ver la Plaza de los Venerables y la Plaza de los Refinadores son cosas que puedes hacer por este barrio que frecuentaba el personaje don Juan Tenorio del libro homónimo de José Zorrilla de 1844.
Ya a última hora es buena idea ir de tapas para proseguir viendo la ciudad al día siguiente. Dos de los mejores sitios que descubrimos son Los Coloniales, un sitio con comida exquisita y a muy buen precio, lejos de los bares hechos para turistas, que hay muchos en esta ciudad; y Dúo Tapas.
El día siguiente lo empezaremos desde el Puente de Isabel II. Este puente se sitúa sobre el río Guadalquivir, dividiendo el centro de la ciudad del famoso barrio de Triana. Lo mejor es dar una vuelta por sus calles, las cuales vieron nacer a artistas flamencos como María Jiménez o Isabel Pantoja, entre muchísimos otros; actores como Los Morancos o Paz Vega y toreros varios. Pasear por la calle Betis es indispensable, aunque en la calle paralela se come igual de bien por la mitad de precio, eso sí, sin la vista a pie de calle del Guadalquivir.
Volviendo al otro lado del puente, el del centro de la ciudad, seguiremos el Paseo de Colón dejando el río a la derecha para ver varios puntos interesantes. En primer lugar veremos la Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Se trata de una de las plazas con más tradición taurina de España. Para los amantes de la tauromaquia esta plaza alberga un museo en su interior. Nosotros no lo visitamos. Son visitas guiadas a partir de las 9:30 y el precio es de 8€ y 5€ la reducida.
Siguiendo a la vera del río llegaremos al otro icono de Sevilla, la Torre del Oro. Esta torre almohade formaba parte de la muralla de la ciudad y, a pesar de que se cree que su nombre proviene porque en ella se guardaba el oro de América, lo cierto es que el nombre se puso antes del viaje a las Indias y era por el reflejo que causaban los azulejos en el Guadalquivir. Se puede entrar y ver un museo naval en su interior para subir al final a la parte más alta de la torre, con unas vistas tanto de la catedral como de toda la ciudad envidiables.
Torre del Oro junto al río Guadalquivir
A continuación pasaremos por el Palacio de San Telmo, edificio barroco del siglo XVII. Sin duda lo más impresionante es su fachada, obra del arquitecto sevillano Leonardo de Figueroa, el cual firmó varios edificios más de la ciudad. Nosotros no entramos ya que no se puede visitar libremente, hay que concertar una cita previamente para realizar una visita guiada.
Fachada del palacio de San Telmo
La siguiente parada es la Universidad de Sevilla, la cual no tiene mayor interés que su historia. El edificio del Rectorado de la universidad se construyó en el siglo XVIII como Real Fábrica de Tabacos hasta que en el siglo XX pasó a albergar algunas facultades de la Universidad de Sevilla. La fachada es muy bonita y tiene algunos patios interesantes en su interior.
Finalmente llegamos a la Plaza de España, ubicada en el parque de María Luisa. La plaza es espectacular, de lo que más nos gustó. Esta obra del arquitecto Aníbal González se construyó en 1929 con motivo de la Exposición Iberoamericana y la forma semicircular simboliza un abrazo por parte de España a las antiguas colonias. Lo que más gusta es fotografiarse con el banco de la provincia de cada uno ya que hay un banco por cada provincia de España. Sin embargo, Canarias aparece como única provincia ya que en el momento de su construcción aún no estaba dividida en Tenerife y Gran Canaria. Además Sevilla tampoco tiene banco propio. Esto hace que haya 48 en lugar de 50. Asimismo, en ella se han rodado escenas de importantes películas como Star Wars: el ataque de los clones.
Plaza de España de Sevilla
Más alternativas
La Alameda de Hércules. Situada al norte del casco antiguo, esta calle es otra de las importantes de Sevilla, en este caso, aparte de por sus numerosos bares, por ser la zona de vida alternativa de la ciudad. La Alameda de Hércules es, además, un antiquísimo jardín público que data de 1574. Uno de sus extremos queda marcado por dos altas columnas coronadas con las estatuas de Hércules y Julio César (columnas encontradas en un templo romano de la calle Mármoles de Sevilla), respectivamente, mientras que en el otro extremo encontramos otras dos columnas, esta vez con dos estatuas de un león y un escudo. Todo ello queda englobado en el barrio de la Macarena.
Situada del barrio de la Macarena pero al otro lado del río Guadalquivir, nos queda por ver la isla de la Cartuja y su Monasterio de Santa María de las Cuevas, también llamado Monasterio de la Cartuja. Es llamada isla de la Cartuja porque está bordeada a ambos lados por el río, si bien no llega a quedar totalmente rodeada por agua. El nombre viene dado por el monasterio de la Cartuja, levantado en el siglo XV.
Y al norte de la Cartuja, para los más pequeños y aficionados a los parques de atracciones, Isla Mágica, el parque temático de Sevilla, inaugurado en 1997.
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