Praga (Praha en checo), capital y ciudad más grande de la
República Checa, es una de las ciudades europeas que más turistas atrae al año, y no es de extrañar, ya que es sin lugar a dudas una de las más bonitas del continente, y su encanto bien merece una visita.
Con 1,4 millones de habitantes, Praga se
encuentra en una ubicación envidiable, en el centro de Europa, rodeada por
Alemania, Polonia, Eslovaquia y Austria. De esta manera queda al alcance de la
mano de ciudades como Dresde, Berlín o Viena, entre muchas otras, tal y como os contamos al final del artículo.
A pesar de que forma parte de la Unión Europea desde 2004, la República Checa no ha adoptado el euro. Su moneda es la corona checa (Koruna) y su símbolo el CZK. Un euro es equivalente a unas 24-26 coronas (2025). Es mejor pagar con tarjeta o sacar coronas checas en un cajero (idealmente sin comisión), pero en ningún caso cambiar dinero en la calle, hay muchas estafas y timos.
A pesar de que forma parte de la Unión Europea desde 2004, la República Checa no ha adoptado el euro. Su moneda es la corona checa (Koruna) y su símbolo el CZK. Un euro es equivalente a unas 24-26 coronas (2025). Es mejor pagar con tarjeta o sacar coronas checas en un cajero (idealmente sin comisión), pero en ningún caso cambiar dinero en la calle, hay muchas estafas y timos.
Nosotros os recomendamos un viaje de 3-4 días para poder disfrutar de los encantos de Praga, “la ciudad
de las 100 torres”, recorrer sus estrechas callejuelas y admirar los puentes que cruzan el río Moldava.
Para circular por las carreteras checas es preciso llevar una pegatina, también conocida como viñeta. Estas se compran en las gasolineras, tanto en las primeras nada más cruzar la frontera como en algunas que nos encontremos según nos aproximemos a los límites del país. La viñeta ha de rellenarse con la matrícula, escrita en bolígrafo, y adherirse al parabrisas, como cualquier pegatina de la ITV. No obstante, estas son solo obligatorias para conducir por autopistas y autovías —no por carreteras secundarias— y para vehículos de hasta 3,5 toneladas, si bien las motos están exentas de pagarlo. Existen tres modalidades: viñeta para 10 días, para 1 mes y para 1 año, aquí tenéis los precios e información sobre esta, así como un mapa de carreteras en las que es obligatorio llevarla. Vehículos de peso superior a 3,5 toneladas, incluidas caravanas, han de comprar un dispositivo electrónico: aquí tenéis la información sobre el mismo.
Circular por la República Checa
En caso de que alquiléis un coche en la propia República Checa, normalmente estos ya tienen incluida la viñeta, aunque siempre es mejor consultarlo con la agencia para asegurarse.
Breve historia de la República Checa
Siempre que visitamos un país, nos interesa saber un poco sobre su pasado, aunque sea brevemente. En el caso de la República Checa, algo curioso es que han vivido siempre gobernados por otros, teniendo muy poca historia como reino independiente.
La actual República Checa formó parte del Imperio Austrohúngaro hasta 1918 bajo la dinastía de los Habsburgo —quien controló el Sacro Imperio Romano Germánico—. Tras la Primera Guerra Mundial, en 1918 se creó la República de Checoslovaquia, un estado independiente que unía checos y eslovacos. En 1938, la Alemania nazi se anexionó los Sudetes, una región de Checoslovaquia de mayoría alemana y, al año siguiente, ocupó Bohemia y Moravia (dos de las regiones más importantes de la actual República Checa), formando el llamado protectorado alemán, y se anexionó la Silesia checa (otra región checa) como parte del territorio alemán. Afortunadamente, Praga no fue objetivo de los bombardeos aliados, por lo que se libró de ser arrasada durante la Segunda Guerra Mundial. El peor bombardeo que sufrió fue en febrero de 1945, pero porque los estadounidenses se confundieron con el navegador, confundiéndola con Dresde.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Checoslovaquia quedó como un país independiente con un régimen comunista bajo la influencia soviética, formando parte del bloque del Este pero sin ser un estado miembro de la URSS, hasta la caída del Muro de Berlín y la Revolución de Terciopelo (Sametová revoluce) en 1989 que puso fin al régimen comunista. En 1993, tras una transición democrática, Checoslovaquia se dividió de mutuo acuerdo en dos países soberanos: la República Checa y Eslovaquia.
¿Cómo moverse por Praga?
Los principales medios de transporte son el tranvía, el metro y el autobús. Los tickets se pueden comprar en las máquinas que hay en las paradas de metro y dentro de los propios tranvías, con contactless. Aquí tenéis los precios de los distintos tipos de billetes. Si tenéis el Praga Cool Pass, el pase o tarjeta turística de la ciudad, sabed que incluye transporte ilimitado. Si vais a coger un taxi en Praga, hay que tener en cuenta que los taxis tienen bastante mala fama por estafar a turistas, de hecho hubo durante mucho tiempo una serie completa de vídeos en YouTube sobre esto, aunque ya fueron eliminados. Nos recomendaron no coger nunca los que nos encontremos por la calle y pedir uno con la compañía AAA (bien por su aplicación o llamando por teléfono) o con Uber, bastante utilizado en la ciudad.Para movernos por la República Checa en general, el tren es un medio de transporte bastante económico. Aquí podéis ver la página web de ferrocarriles checa para ver trayectos y precios. Otra opción es el autobús, con compañías como Flixbus o Regiojet, entre otras.
Una cosa
curiosa que veremos en toda la ciudad son los distintos tipos de carteles
de calles que hay. En cada casa veremos uno rojo, acorde al callejero
antiguo, y otro azul, acorde al nuevo. La numeración antigua consistía en el
barrio (por ejemplo, Staré Město) y un número. Es decir, no hay dos números
iguales para un mismo barrio, y por eso veremos en rojo números
altísimos. Por otro lado, la numeración azul es la habitual de hoy en
día, calle y número independientemente del barrio, pares a un lado e impares al
otro. Curiosamente, no solo se mantienen actualmente los dos sino que también
se usan, al subir a un taxi, por ejemplo, se suelen indicar ambas direcciones.
¿Qué ver en Praga?
El Centro Histórico de Praga fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1992. En el Patrimonio se incluyen los siguientes barrios: el Castillo de Praga, el Puente de Carlos, la Ciudad Vieja (Staré Město), la Ciudad Nueva (Nové Město), el Barrio Judío (Josefov), Malá Strana (la Ciudad Pequeña) y la antigua fortaleza de Vyšehrad. Esta será la base para nuestro recorrido por la ciudad.
Pero sin duda hay un puente que destaca sobre todos los demás: el Puente de Carlos (Karlův most), siempre lleno de transeúntes y músicos y artistas callejeros, algunos incluso cuentan con un permiso para poder estar aquí. Es el más famoso de la ciudad y uno de los más conocidos en el mundo. También es el más antiguo de la ciudad en pie, despues de que el llamado Puente de Judith, que ocupaba este mismo lugar, se destruyera durante una inundación en 1342. Es totalmente peatonal y fue construido durante el siglo XIV bajo las órdenes de
Carlos IV (1316-1378), emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de Bohemia
(región de la República Checa). En algo más de medio kilómetro (516m exactamente), conecta la
Ciudad Vieja (Staré Město) con la Ciudad Pequeña (Malá Strana). Sobre su estructura destaca la presencia de hasta 30 estatuas de santos y patrones que no se instalaron durante la construcción del puente, sino que fueron erigiéndose con el paso del tiempo, desde el siglo XVII al XVIII. De entre todas las esculturas, destaca la San Juan Nepomuceno, un sacerdote y confesor de la reina Sofía, esposa del rey Wenceslao IV; según se dice, el rey quiso que San Juan le contara los secretos de la reina, pero el sacerdote se negó, por lo que fue torturado y arrojado al río Moldava desde el puente, tal y como se puede ver en el relieve que hay en la base de la estatua. Posteriormente fue declarado santo y patrón de Bohemia. Cuenta la leyenda que si tocas el relieve, volverás a Praga.
También cabe mencionar la Torre de la Ciudad
Vieja (Staroměstská mostecká věž), de estilo gótico y 47 metros de altura, situada en uno de los puntos en los que nace el puente, y a la que se puede subir para contemplar las vistas del mismo, pagando el precio de su entrada. Desde arriba, además de tener unas vistas privilegiadas del puente y el castillo de fondo, entendéis por qué llaman a Praga “la ciudad de las 100 torres”. Podéis consultar los horarios y precios en esta página web, fijaos que hay un 50% de descuento si la visitáis en la primera hora de apertura, un buen motivo para evitar las masas de turistas y, de paso, ahorrar un poco. Si
tenéis ocasión y ganas, también podéis disfrutar del amanecer desde el puente: muchos
turistas madrugan para ello. Junto a la torre se alza también un Monumento a Carlos IV.
A continuación, os destacaremos los puntos más importantes para visitar a ambos lados del Río Moldava.
Ciudad Vieja (Staré Město)
Al otro lado del río Moldava se desarrolla el barrio de la Ciudad Vieja de Praga, es decir, lo que comúnmente denominaríamos casco histórico. Está formado por numerosas callejuelas peatonales repletas de tiendas de souvenirs, restaurantes con terrazas, y todo tipo de establecimientos destinados a satisfacer las necesidades de la ingente cantidad de turistas que hay. El centro neurálgico y turístico más importante de esta área es, sin duda, la Plaza de la Ciudad Vieja (Staroměstské náměstí). Esta plaza medieval es considerada una de las más bonitas de Europa y con el paso del tiempo, se ha convertido en el lugar favorito de los visitantes. En esta plaza y alrededores se han rodado escenas de películas como Amadeus (1984), Misión: Imposible (1996) o Van Helsing (2004).
En ella, lo primero que nos llamará la atención es la impresionante iglesia de Nuestra Señora delante de Týn (Kostel Matky Boží před Týnem) gracias a sus torres puntiagudas que destacan por encima del resto de edificios y son visibles desde muchos puntos de la ciudad —alcanzan hasta los 80 metros de altura—. Se construyó entre los siglos XIV y XVI aprovechando el lugar donde ya había una iglesia del siglo XI. Por aquel entonces la plaza era un lugar de comercio y los mercaderes usaban esta iglesia tanto para el rezo como a modo de hospital. A partir del siglo XIV se comenzó a erigir la nueva iglesia y es por ello que está justo detrás de los edificios de la plaza, simplemente porque estos se construyeron antes y la iglesia de Týn tomó el lugar de una anterior. Lógicamente, en aquella época nadie imaginaba que se convertiría en el monumento que es hoy, si no, seguramente habrían escogido una mejor ubicación.
El nombre genera curiosidad pero realmente tiene una explicación muy sencilla. Týn significa en checo 'patio', y es que detrás de la iglesia había, y hay, un patio. Se puede entrar a su interior gratuitamente —aunque se recomienda una donación de 40 CZK (1,5€)— a través del tercer arco empezando por la izquierda y así visitar el órgano más antiguo de Praga. Ciertamente, se trata de una de las iglesias góticas más bonitas de Europa.
Iglesia de Nuestra Señora delante de Týn
En la plaza llama la atención también un palacio rococó con una fachada impresionante, se trata del palacio Goltz-Kinsky, que sirve actualmente como Galería Nacional (Národní galerie Praha - Palác Kinských). A su derecha, vemos la llamada Casa de la Campana de Piedra ―la campana la podéis ver en la esquina―, el edificio más antiguo de la plaza y que hoy en día sirve para exposiciones de arte. Estos dos se pueden distinguir a la izquierda de la foto anterior.
Seguimos viendo más monumentos de la plaza. Ahora nos vamos a fijar en la Casa Storch (Štorchův dům) que es la que tiene unos grandes frescos pintados en su fachada, en el lado sur. La casa data del siglo XIX y en los frescos se representa a San Wenceslao a caballo, patrón de la República Checa.
Fachada de la Casa Storch
En una de las esquinas de la plaza, rodeado por un gran semicírculo de turistas casi permanente, encontramos el Reloj Astronómico de Praga (Pražský orloj), el símbolo omnipresente de la ciudad. Este reloj medieval consta de dos esferas, la superior muestra las órbitas de la luna y del sol mientras que la inferior marca los meses del año.
Cuenta una antigua leyenda que su mecanismo fue ideado por un artesano relojero en el siglo XV. Los gobernantes de la ciudad quedaron tan asombrados con el resultado que mandaron arrancar los ojos al pobre constructor del mismo para evitar que, en un futuro, pudiera realizar una copia. Por tanto, estamos ante un objeto único. El reloj da las campanadas cada hora en punto desde las 9 de la mañana hasta las 21 de la noche. Las figuras situadas a ambos lados del reloj, que representan la vanidad, la avaricia y la lujuria (los pecados humanos), niegan con la cabeza para evitar la muerte, mientras que la figura del esqueleto que representa la propia muerte mueve la cabeza diciendo que sí a la vez que hace sonar la campana, que viene a decir que la muerte puede llegar en cualquier momento y que ninguna de esas tentaciones te podrá salvar; todo ello a la vez que tiene lugar “el paseo de los apóstoles”, donde unas figuras de los apóstoles desfilan tras unas ventanas representando la victoria de la fe sobre la muerte. El significado simbólico de todo el mecanismo del reloj es que el tiempo avanza, la muerte es inevitable, la vanidad humana es inútil pero si tienes fe, la vida puede ser eterna. A decir verdad, apenas dura 35 segundos y no es que sea un espectáculo muy asombroso en comparación con otros carrillones como el de Múnich, por ejemplo, pero consigue atraer a cientos de turistas cada día.
El reloj forma parte del edificio del Ayuntamiento Viejo (Staroměstská radnice), edificio de 1338 que constaba de varias partes. Principalmente la parte que vemos actualmente con la torre, el reloj y las casas que hay a su izquierda, y, por otro lado, un edificio neogótico que fue destruido en 1945 por tanques nazis y del que ahora apenas queda un trozo. Se decidió no reconstruirlo y, en su lugar, pusieron un paseo con árboles donde hoy en día hay un par de puestos de comida.
A partir de 1911, el Ayuntamiento se trasladó a una nueva edificación en la plaza Marianské. En el propio edificio Ayuntamiento Viejo, también podemos aprovechar a subir a la Torre del Reloj, desde la cual podemos ver todo el barrio de Staré Město. El precio de la entrada y los horarios se encuentran en este enlace.
En otro de los extremos de la misma plaza de la Ciudad Vieja, nos topamos con otra figura destacable, la de la Iglesia de San Nicolás (Kostel svatého Mikuláše). Esta iglesia se construyó en estilo barroco en 1737.
En cuanto a monumentos de la plaza, podemos distinguir dos:
↠ El Monumento a Jan Hus (Památník Jana Husa). Jan Hus uno de los personajes más queridos en Praga y uno de los más importantes de su historia, basta con ver que tiene una estatua en la plaza principal de la ciudad. Jan Hus (1370-1415) era un teólogo y filósofo del Reino de Bohemia y uno de los primeros reformadores de la iglesia católica después del inglés John Wycliffe, por lo que es considerado como un predecesor de Martín Lutero. Sus sermones sobre nuevas doctrinas y la necesaria reforma de la Iglesia, siguiendo tanto las ideas de Wycliffe como las suyas, hicieron que fuera llevado a juicio en 1414, en el Concilio de Constanza, donde fue condenado por herejía a morir en la hoguera. A sus seguidores se les conocía como husitas. Cuatro años más tarde, en 1419, los husitas entraron en los ayuntamientos de la ciudad nueva (Nové Město) y de la ciudad vieja (Staré Město) y comenzaron a defenestrar concejales católicos. Esto hizo que el Papa y el rey de Bohemia, Segismundo de Luxemburgo, trataran de erradicar movimiento husita que se había acrecentado más si cabe tras la muerte de Jan Hus. A esta serie de cruzadas contra contra los seguidores de Jan Hus se le conoce como guerras husitas. Tras esto, la iglesia perdería gran parte del poder e influencia que tenía en el Reino de Bohemia. Desde entonces, casi el total de la población checa se declaraba laica y actualmente más de un 75% de los checos se declara ateo, lo que les convierte en el país menos religioso de Europa. Este monumento se erige en 1915, coincidiendo con el 500 aniversario de su muerte. Como curiosidad, el símbolo husita es el cáliz.
↠ Columna Mariana (Mariánský sloup), una columna barroca coronada con una escultura de la Virgen María que también tiene su historia. Tras las guerras husitas, el rey de Bohemia Segismundo de Luxemburgo fue derrocado y en 1458 el husita Jorge de Podiebrad que pertenecía a la nobleza aunque no tenía sangre real, se las apañó para conseguir los votos suficientes y así coronarse rey de Bohemia hasta 1466, cuando el Papa excomulgó. Tras tres reyes más llegó en 1526 Fernando I de Habsburgo, hermano de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico. Desde entonces y hasta 1918, el reino de Bohemia estuvo bajo el mandato de la casa de los Habsburgo. Una de las principales tareas de la familia era devolver a los checos al catolicismo, lo que nos lleva a la historia de la columna de María, que fue construida en 1650. En 1918, con el fin del Imperio Austrohúngaro y de la monarquía de los Habsburgo, la columna fue destruida. Sin embargo, en 2020, un fondo privado financió su reconstrucción y el ayuntamiento de Praga permitió que se colocara en el lugar original, lo que provocó una gran ola de críticas y polémica por el significado de la misma para la sociedad checa.
Justo detrás de la torre, se sitúa la Casa Municipal de Praga (Obecní dům), un auditorio con una arquitectura modernista preciosa.
Aunque en este ámbito hay que mencionar, sin duda, el Teatro Estatal de Praga (Stavovské divadlo), por su impresionante interior y por la historia musical que tiene. Y es que Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), natural de Salzburgo, pasó los últimos años de su vida en la capital checa. Allí prosiguió con sus composiciones y el 29 de octubre de 1787 estrenó en este teatro su célebre ópera Don Giovanni. Fue un éxito total. El edificio en sí fue erigido en 1783, durante el período del Imperio de los Habsburgo, y rediseñado en diversas ocasiones desde entonces, la última en la década de 1980. Al estar asociado con la lengua alemana desde sus orígenes, en el siglo XIX, los checos reivindicaron el tener un teatro propio, tras lo cual se impulsó la construcción del Teatro Nacional (Národní divadlo). En Praga hay mucha cultura de teatro, ballet y música clásica, por eso tienen tantos teatros, de todos los tamaños, tipos y repartidos por toda la ciudad.
Otra visita recomendable de la Ciudad Vieja es al edificio del Clementinum, que se sitúa cercano a la desembocadura del Puente de Carlos. Antiguamente fue la sede de la Universidad de Carlos, sin embargo, hoy en día está ocupado por la Biblioteca Nacional de la República Checa. Se trata de un complejo de edificios que solo podréis visitar de dos maneras: asistiendo a uno de los conciertos de música clásica que ofrecen para turistas y cuya entrada venden en el propio acceso al recinto, por la calle Karlova; o haciendo la visita guiada a la torre de astronomía, que tiene lugar cada 15-30 minutos y es en inglés. Nosotros optamos por la segunda opción. Cabe decir que la información que cuentan es básicamente sobre astronomía, ya que el edificio fue el lugar de trabajo de numerosos y célebres científicos y astrónomos en los siglos pasados. Para nosotros la mejor parte fue al final de la visita, cuando asciendes a lo alto de la torre y puedes disfrutar de unas espectaculares vistas a 360° de toda la ciudad.
Durante la visita también podrás admirar la espectacular biblioteca barroca del Clementinum, que contiene hasta 20.000 volúmenes centenarios. No obstante, es importante aclarar que la visita al interior de la biblioteca no está permitida, simplemente os la muestran desde una de sus puertas de entrada, sin poder pisar su suelo, por lo que resultó un tanto decepcionante, aunque sí es cierto que la sala es realmente espectacular.
Vistas desde el Clementinum, con el Castillo de Praga y la Catedral al fondo
En la calle Karlova que acabamos de mencionar, no os perdáis el edificio del Aurus Hotel Prague, con su elegante arquitectura, figuras en relieve y forma curvada acorde a la calle. A su izquierda hay otro hotel curioso, el Hotel Clementin, conocido por ser uno de los más pequeños y estrechos de la ciudad.
Hablando de Karlova, vamos a aprovechar para contar una curiosidad. El sufijo “-ová” se traduce como “de” y es la terminación usada tradicionalmente en las mujeres para referirse a “hija de” o “esposa de”. Al nacer, las hijas toman el apellido del pardre; por ejemplo, si el padre se apellida Staško, la hija se apellidará Stašková. Al casarse, pueden optar por conservar el apellido de su padre o adoptar el de su marido en su forma femenina. Todo esto es lo que marca la tradición, pero desde 2004 hay libertad para renunciar a la terminación “-ová”.
Muy cerca de aquí se halla otra biblioteca que las redes sociales se han encargado de elevarla a la categoría de súper atracción turística. Se trata de la Biblioteca Municipal de Praga (Městská knihovna v Praze - Ústřední knihovna) y que se hizo famosa por albergar una torre infinita de libros, con una apertura para poder asomarte. Obviamente no es infinita, tiene como 8.000 libros, pero están colocados de tal forma, más la posición desde donde se ven que parece que sea infinita. Como podéis ver, es muy instagrameable. Hay que ir a primera hora porque luego las colas, simplemente para asomarse y hacerse la foto, son enormes. Es gratuito entrar.
Aún en el barrio viejo vamos a irnos de compras al Havelské tržiště, un mercado con puestos de madera ideal para llevarnos unos souvenirs o comprar algo de comer. En este sitio encontraremos los precios más baratos, no es que estén tirados, pero sí más económicos que en las tiendas de souvenirs que hay por toda la ciudad. Aquí veréis todo tipo de regalos, incluso cosas que no son de aquí como las matrioskas rusas, pero, si buscáis algo autóctono, entonces lo suyo son las marionetas de madera (tradición centenaria checa y declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco), jarras de cerveza y el cristal de Bohemia.
Josefov
Al norte de la Ciudad Vieja se halla el barrio judío, llamado Josefov. Los judíos llegaron a Praga en el siglo X, convirtiéndose en una de las comunidades judías más antiguas y grandes de Europa. Con el tiempo, se fueron concentrando en un área delimitada, formándose un gueto. El barrio se rodeó de una muralla, pero fue construida por los propios judíos para protegerse de posibles ataques. Durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte de la población fue llevada a campos de concentración y los nazis planearon convertir el barrio en un “museo de una raza extinguida”.
Comenzaremos el recorrido por el barrio con la Estatua de Franz Kafka (Socha Franze Kafky), erigida en 2003. Recordemos que Kafka fue un escritor judío nacido en Praga en 1883.
A continuación, podemos visitar algunas de las seis sinagogas históricas que hay en el barrio: la Sinagoga Pinkas, de 1479; la Sinagoga Maisel, de 1592; la Sinagoga Española, de 1868 y llamada así por su decoración morisca que tanto recuerda al sur de España; la Sinagoga Klausen, de 1694 y la más grande del barrio; la Sinagoga Alta, de 1577 y antiguamente unida al ayuntamiento; y la Sinagoga Vieja-Nueva, de 1270 y la más antigua de Europa aún en funcionamiento. Para muchos, la Española es la más bonita, si bien la Pinkas es la más famosa por su carga histórica. En el Museo Judío de Praga (Židovské muzeum v Praze) se puede comprar una entrada conjunta que permite acceder al propio museo, a cuatro sinagogas y al antiguo cementerio, aunque el precio sigue siendo alto.
Sinagoga Española
Como decimos, esta entrada conjunta también incluye el Antiguo Cementerio Judío (Starý židovský hřbitov). Este cementerio fue fundado en el siglo XV y era el único lugar donde los judíos del gueto podían enterrar a sus muertos, ya que no podían hacerlo fuera de los límites del barrio. El recinto, como se puede ver, no es muy extenso, por lo que se empezó a sepultar a gente una encima de otra, por capas. Se estima que hay unas 12.000 lápidas y cerca de 100.000 personas enterradas bajo ellas, en varios niveles. Estuvo en uso hasta el año 1787, cuando las leyes de los Habsburgo, por motivos de higiene, prohibieron seguir enterrando a gente en zonas densamente pobladas, como era el caso de este cementerio. A partir de ese momento, los judíos fueron enterrados en otros cementerios fuera del centro, como el Nuevo Cementerio Judío, en el barrio de Žižkov, donde está enterrado Franz Kafka, por ejemplo. La entrada al cementerio se halla justo al lado de la Sinagoga Pinkas, mientras que la salida da a la Sinagoga Klausen.
Otro edificio importante del barrio es el Antiguo Ayuntamiento Judío (Židovská radnice), ubicado frente a la sinagoga Vieja-Nueva, característico por su reloj hebreo (Hebrew Clock Prague) cuyas agujas giran al revés. El motivo es que los números están en hebreo, y en este idioma se lee de derecha a izquierda.
Aunque nada tiene que ver con la cultura judía, en este barrio también se encuentra la sala de conciertos Rudolfinum, edificio neorrenacentista en el cual actúa la Orquesta Filarmónica Checa.
Edificio Rudolfinum
Por último, desde este barrio os animamos a cruzar el río y subir al Parque Letna. Si queréis apreciar el río y, sobre todo, sus puentes en todo su esplendor, merece la pena subir a alguno de los miradores que posee Praga. Nosotros os vamos a recomendar uno, donde no sólo obtendréis una imagen preciosa de la ciudad y el Moldava, sino que además podréis disfrutar de las vistas con más intimidad que en otros lugares, ya que este mirador no es frecuentado por tantos turistas ni es una parada de los típicos tours organizados. Se trata de los miradores y terrazas del Parque Letna (Letenská pláň), al norte del centro y situado en la orilla oeste del río. Podéis llegar hasta allí andando desde el casco histórico o desde el barrio de Josefov, cruzando el río por el Puente Čech —al norte, el segundo después del Puente de Carlos—. De hecho, nada más cruzar el puente encontramos unas escaleras bastante grandes que nos llevan a la parte alta del parte, donde comienza un recorrido por el mismo con vistas a toda la ciudad. En concreto, os recomendamos llegar hasta un restaurante llamado Hanavský Pavilon, ya que rodeándolo hay una terraza donde obtendréis, en nuestra opinión, la mejor vista de Praga.
Río Moldava y puentes de Praga, desde el mirador del Parque Letna
Ciudad Nueva (Nové Město)
El barrio de la Ciudad Nueva fue fundado en 1348 por Carlos IV. La Plaza de Wenceslao (Vaclavske Namest) es la más importante de este barrio, tanto por lo que es ahora como por lo que sucedió en su pasado. Aquí han tenido lugar varios eventos que cambiaron la historia de la ciudad y del país. En 1968 surge la Primavera de Praga, un movimiento dentro del Partido Comunista checoslovaco que buscaba más libertad, aunque la URSS frenó rápidamente esta iniciativa. No obstante, el germen de la resistencia a la opresión ya se había plantado entre la población y en 1969, en esta misma plaza, un estudiante (Jan Palach) se inmoló y otro (Jan Zajíc) se prendió fuego como protesta contra la ocupación soviética. Estos actos conmocionaron al país pero el resultado fue más censura y persecución. Hubo que esperar veinte años para que esta sublevación tuviera sentido. En 1989 comienza la Revolución de Terciopelo, multitudinarias manifestaciones en esta y otras plazas de la ciudad que, a pesar de la violenta represión por parte de las autoridades soviéticas, acabaría con el comunismo en pocas semanas.
La plaza queda presidida por el impresionante edificio del Museo Nacional de Praga (Národní muzeum), construido por Josef Schulz en 1890. En medio de la plaza se encuentra, cómo no, una estatua ecuestre de bronce de San Wenceslao (Pomník svatého Václava), patrón de la República Checa como comentábamos. El rey Wenceslao I de Bohemia, aunque en realidad era duque y no rey, era muy querido por su pueblo pero fue traicionado y asesinado (apuñalado por la espalda) por su propio hermano, Boleslao, que quería el trono y veía a su hermano como una persona débil. Tras ello, Boleslao subió al poder como nuevo duque y fue apodado Boleslao I, apodado “el Cruel”.
Desde la escultura, calle abajo, podemos recorrer sus 700 metros de tiendas, hoteles históricos como el Hotel Ambassador Zlatá Husa y restaurantes varios hasta llegar a Můstek, una de las principales paradas de metro. Por ello, la Plaza de Wenceslao es un lugar habitual de encuentro para los locales.
Plaza de Wenceslao con el Museo Nacional de Praga al fondo
Justo al lado de la plaza se esconde la Galería Lucerna (Pasáž Lucerna), también conocida como Palacio Lucerna (Palác Lucerna), un edificio multifuncional y galería comercial cubierta de estilo Art Nouveau con tiendas, cafés, restaurantes, una sala de eventos y un histórico cine, el el Kino Lucerna, el cine más antiguo en funcionamiento de Europa. Se construyó entre 1907 y 1921, y es que este tipo de galerías o pasajes se pusieron de moda en los años 20 del siglo XX. En ella se halla una controvertida escultura colgante de San Wenceslao sobre un caballo muerto (Zavěšená socha obráceného koně sv. Václava), obra del artista David Černý. El escultor checo vino a decir algo así como “puedes seguir siendo rey… pero tu caballo está muerto”, con lo que quería criticar el poder nacional, la idolatración automática de la sociedad moderna hacia las figuras de los reyes.
Ahora vamos a hacer una visita muy interesante desde el punto de vista histórico, y no muy conocida
entre los turistas que visitan la ciudad. Se trata del Monumento Nacional a los
Héroes del Terror de Heydrich (Národní památník hrdinů heydrichiády) o National Memorial to the Heroes of the Heydrich Terror, en inglés.
Para ponernos
en contexto, Reinhard Heydrich era un alto cargo nazi —el que ideó la “Solución Final”, el plan para exterminar a los judíos de Europa— que fue enviado a Praga con el
cargo de gobernador del protectorado de Bohemia y Moravia, es decir, del territorio de la actual República Checa. Sus constantes
fusilamientos a la población checa le hicieron ganarse rápidamente el mote de “el
carnicero de Praga”. El 27 de mayo de 1942, como parte de la operación “Anthropoid”
dirigida desde Londres, dos soldados paracaidistas checoslovacos entrenados en el Reino Unido, Josef Gabčík y Jan Kubiš, llevaron a cabo un atentado contra la vida de Heydrich. Ese día,
como cualquier otro, el alto cargo nazi viajaba en su descapotable sin blindaje
y sin escoltas, debido probablemente a la idea de inmortal que tenía sobre sí
mismo y al miedo que causaba entre la población. En una curva, Gabčík sacó una metralleta dispuesto a disparar a Heydrich pero esta se encasquilló y no disparó; Heydrich se dispuso a ir hacia él cuando Kubiš lanzó una granada que explotó junto al coche. Heydrich no murió en el instante pero las múltiples heridas causada por la metralla hicieron que muriera
una semana después del atentado. La venganza de Hitler no se hizo
esperar y ese mismo día mandó matar a centeneres de checos y envió a otros
tantos a campos de concentración. Gabčík y Kubiš, junto con otros 5
paracaidistas de su grupo, se escondieron en la cripta de la iglesia de San Cirilo y San
Metodio (Chrám svatých Cyrila a Metoděje). Un paracaidista checo independiente, Karel Čurda, que no participó en el atentado, se personó en las oficinas de la Gestapo y les delató. Un ejército compuesto por 700 soldados nazi acudió a la iglesia dispuesto a arrasar con todo. Los paracaidistas resistieron varias horas en su interior, pero al final tres de ellos murieron y los otros cuatro se suicidaron antes de que fueran capturados. Karel Čurda, el que dio el chivatazo, fue juzgado tras el fin de la guerra y ejecutado en 1947.
La cripta de esta iglesia es, hoy en día un memorial, donde veremos unos bustos
de los mártires y, bordeando la iglesia, otro pequeño monumento en honor a Gabčík y Kubiš. Aún se pueden ver los huecos de las balas donde estaba el acceso a la cripta donde estaban escondidos los paracaidistas. Se puede visitar gratuitamente y el horario de apertura: de
martes a viernes, de 13 a 17; y sábados y domingos de 9 a 17.
Muy cerca de esta iglesia y, de camino al castillo de Vyšehrad, a orillas del río Moldava, vamos a hacer una parada en el contemporáneo edificio del arquitecto canadiense Frank Gehry y el checo-croata Vlado Milunić, la Casa Danzante (Tančící dům). Se trata de una peculiar edificación construida en 1996 y que trajo consigo mucha controversia al no encajar del todo bien con los edificios clásicos que lo rodean. Representa las dos figuras de una pareja bailando, siendo la mujer el elemento esbelto y acristalado. El propio Gehry sugirió que se podría llamar el “edificio de Fred and Ginger”, en referencia a la pareja de bailarines de Hollywood Ginger Rogers y Fred Astaire, que saltaron a la fama en el cine en las décadas de 1930 y 1940. La idea de Milunić, quien inició el proyecto antes de que se uniera Gehry, fue la de crear un edificio que reflejara el cambio político y social que estaba sucediendo en el país, dos polos opuestos: la torre de piedra (recta, vertical, rígida, estática) representa el comunismo mientras que la de vidrio (curvada, dinámica) representa la república.
Bastante al sur de la ciudad, nos disponemos a visitar, como os decíamos, el castillo-fortaleza de Vyšehrad, de mediados del siglo X. Dentro del recinto podemos ver la basílica de San Pedro y San Pablo (bazilika sv. Petra a Pavla na Vyšehradě), de estilo neogótico, y el cementerio de Vyšehrad, en el cual se encuentran enterrados personajes ilustres de la historia checa como músicos, escritores y pintores. Uno de los principales motivos que impulsan a los turistas a visitar esta fortaleza es la espectacular vista que se obtiene de la ciudad.
Žižkov
Aún en el lado este pero más alejado del centro, vamos a acercarnos a ver el barrio de Žižkov, que está situado detrás de la estación principal de trenes de Praga a la que probablemente habréis llegado si viajáis en bus o tren.
Concretamente, nos acercaremos a este lugar para subir a la colina de Vítkov (Národní památník na Vítkově) y así de paso hacer un poco de ejercicio🏃. La colina está presidida por una enorme estatua ecuestre de Jan Žižka, general checo del siglo XIV. Esta estatua de 9 metros de altura y cerca de 16 toneladas representa la batalla que se libró en ese mismo lugar en 1420 durante las guerras husitas que comentábamos anteriormente y que dieron lugar a una victoria liderada por Žižka. Además de la estatua, las vistas desde la cima son inmejorables.
Justo al lado de la colina, echad un ojo a la Torre de Televisión de Žižkov. En el año 2000 se añadieron unas esculturas de unos bebés escalándola que dan una sensación👶…digamos que extraña. No dejaron indiferente a nadie.
Ciudad Pequeña (Malá Strana)
A través de la concurrida calle Mostecka,
llena de tiendas de souvenirs y terrazas, podemos ir desde el Puente de Carlos a la plaza principal del barrio barroco de Malá Strana: Malostranské náměstí.
Callejuelas en el barrio de Malá Strana
En
ella, nos encontraremos con la iglesia de San Nicolás (Kostel sv. Mikuláše), obra cumbre de la
arquitectura barroca en Praga. Efectivamente, en este barrio también tenemos otra iglesia de idéntico nombre a la de Malá Strana, así que hay que tener cuidado de no confundirlas. Esta se terminó de construir en la década de 1750 y
puede subirse a su torre de 65 metros para ver todo el barrio de Malá Strana. Hay que pagar una entrada para entrar al edificio, aunque merece la pena para admirar su hermoso interior, donde destaca el revestimiento de todas las paredes con mármol en varios tonos. La iglesia abre todos los días de la semana.
Interior de la iglesia de San Nicolás
El típico
paseo por este barrio nos tiene que llevar por la calle más estrecha de Praga (Nejužší
pražská ulička). Mide entre 50 y 70 centímetros de ancho según el tramo, y es tan estrecha que no se pueden cruzar dos personas, hay un semáforo con un botón para regular el tráfico. Técnicamente no es una calle oficial, ni siquiera lleva a
ningún lado, simplemente a la entrada de un restaurante y a un pequeño balcón
con vistas.
Esta calle
nos viene de paso de camino al Museo Franz Kafka (Muzeum Franze Kafky). Para el
que tenga interés, aquí tenéis los precios. Casi tan
famoso como el museo es la escultura que hay a la entrada, obra del escultor
checo David Černý. Todas las esculturas raras que veáis en la ciudad son cosa
suya: los bebés de la Torre de Televisión de Žižkov, la estatua de San
Wenceslao sobre su caballo muerto en la Galería Lucerna o esta, llamada la «Fuente de los meones». En este caso
vemos a dos hombres meando sobre un estanque con la forma de la República Checa y, con sus chorros, van dibujando distintas frases.
Seguimos callejeando hasta llegar al llamado Muro de John Lennon (John Lennon Wall, en la calle Lennonova zeď). Tras el asesinato del músico en 1980, este pequeño muro situado junto a la plaza Velkopřevorské náměstí apareció a la mañana siguiente lleno de pintadas pacifistas y letras de canciones en memoria del artista. Estas pintadas, prohibidas en aquella época, fueron borradas enseguida, pero al poco tiempo el muro volvía a aparecer decorado. Es considerado un símbolo de la libertad de expresión tanto en su día como en la actualidad. El muro se encuentra en una zona de embajadas, por ejemplo, la francesa, está prácticamente enfrente.
Proseguimos
con el recorrido por el barrio en dirección sur. Pasaremos por el Molino del Gran Prior (Mlýn Huť), también conocido como el «Molino del diablo». Es un molino muy antiguo, del siglo XIII al menos, ubicado en la Isla de Kampa, junto al canal artificial Čertovka, que se traduce como algo parecido a «canal del diablo». Y cuenta la leyenda que la antigua dueña de este molino tuvo tanto éxito que la gente pensaba que era una especie de bruja o que hacía tratos con el diablo, por lo que los niños del barrio le hacían pintadas en la puerta, una de las cuales ilustraba a seis diablillos con el texto: el séptimo diablo se encuentra dentro, refiriéndose a ella. Esta leyenda local hizo que, con el tiempo, se pasara a conocer así el canal y el molino.
Seguimos hasta llegar al Kampa
Museum, una galería de arte moderno. No es que la galería sea imprescindible de visitar, pero el paseo entre
todos estos sitios nos da una buena idea del carácter del barrio y de sus
atractivos. Junto a este museo, de nuevo, veremos otras esculturas de bebés gigantes,
obra, cómo no, de David Černý.
Llegamos al fin al Puente de las Legiones (Most Legií), que está situado frente al puente de Carlos, en dirección sur, y que une ambas orillas del río entre sí con una pequeña isla central, llamada Kampa. Tanto desde el puente como desde la isla podréis disfrutar de unas vistas completas del Puente de Carlos. Podéis bajar a la isla de Kampa por el ascensor o por las escaleras y dar un paseo por ella, es muy agradable.
Vistas del puente de las Legiones desde la isla de Kampa
Hradčany
Alejándonos un poco más de la orilla del río, estaremos dejando el corazón de Malá Strana e iremos entrando en el barrio de Hradčany, el cual es conocido por el enorme complejo de edificios del Castillo de Praga (Pražský hrad). Se trata de una fortificación situada en lo alto de una colina y que se puede ver desde todos los puntos de la ciudad.
El castillo —reconocido por el Libro Guinness de los Récords como el castillo antiguo más grande del mundo en cuanto a superficie construida— data del siglo IX y en él
vivieron varias generaciones de reyes de Bohemia y emperadores del Sacro
Imperio Romano Germánico. En torno a 1930, el castillo fue remodelado por el
arquitecto esloveno Jože Plečnik (1872-1957), ese del que hablábamos tanto en Ljubljana que había
firmado gran parte de los monumentos de la ciudad. A lo largo de su historia, ha sufrido diversas remodelaciones y procesos de restauración debido a las guerras e incendios que lo han asolado.
Gran parte del recinto del castillo se puede visitar gratuitamente, si bien hay que pasar un control de seguridad antes de entrar en el mismo. En el interior, encontraremos algunos puestos de información turística repartidos dentro del complejo de edificios. Hay una entrada conjunta que permite acceder a los diferentes monumentos del castillo. Esto significa también que, aunque solo quisieras visitar uno de los edificios, te verías obligado a comprar la entrada del circuito entero. La información sobre este ticket común la encontraréis en su página oficial, aquí.
De entre todos los monumentos a visitar, en el tercer patio, destaca sin duda la Catedral de Praga, más conocida como la Catedral de San Vito (Katedrála Sv. Víta), la principal iglesia católica de la República Checa. Así como la iglesia de San Nicolás en Malá Strana era la obra cumbre de la arquitectura barroca en Praga, la catedral de San Vito lo es para la arquitectura gótica. Se comenzó a construir en 1344 pero no se terminó hasta 1929. Se puede acceder de forma gratuita hasta el vestíbulo, pero para poder visitarla por completo hay que pagar la entrada anteriormente mencionada, aunque realmente merece la pena la visita. Cuando estéis allí y veáis la cantidad de gente que hay, os preguntaréis qué hacen los locales para ir a misa. Pues el horario de apertura para turistas es a partir de las 9:00, mientras que las misas las celebran a las 7:00, con el objetivo de hacerlas en un momento de más tranquilidad.
De entre todos los monumentos a visitar, en el tercer patio, destaca sin duda la Catedral de Praga, más conocida como la Catedral de San Vito (Katedrála Sv. Víta), la principal iglesia católica de la República Checa. Así como la iglesia de San Nicolás en Malá Strana era la obra cumbre de la arquitectura barroca en Praga, la catedral de San Vito lo es para la arquitectura gótica. Se comenzó a construir en 1344 pero no se terminó hasta 1929. Se puede acceder de forma gratuita hasta el vestíbulo, pero para poder visitarla por completo hay que pagar la entrada anteriormente mencionada, aunque realmente merece la pena la visita. Cuando estéis allí y veáis la cantidad de gente que hay, os preguntaréis qué hacen los locales para ir a misa. Pues el horario de apertura para turistas es a partir de las 9:00, mientras que las misas las celebran a las 7:00, con el objetivo de hacerlas en un momento de más tranquilidad.
Fachada de la Catedral de San Vito
Además de la catedral, en el recinto hay tres iglesias más, siendo la basílica de San Jorge (bazilika Sv. Jiříla) la más
interesante. Es fácilmente reconocible por su fachada barroca de color rojo. Otra atracción turística de interés que
tiene lugar en el castillo es el cambio de guardia, si bien no es tan famoso
como el de Londres. Tiene lugar cada hora desde las 7:00 hasta las 20:00 (en verano, en invierno menos), pero el más llamativo es el que tiene lugar a
las 12 de la mañana en la entrada principal del castillo, justo frente a la Puerta de los Titanes (Sousoší Souboj Titánů), en el primer patio. Esta puerta representa a dos figuras mitológicas gigantes luchando, cada una a un lado.
Los edificios que vemos alrededor de la catedral y, en general, en el recinto del castillo, son edificios administrativos oficiales ya que desde 1918, el Castillo de Praga es la sede del presidente de la República Checa. El presidente trabaja allí, pero no vive. Una cosa curiosa es que hay un pequeño puente o pasarela elevada que une la catedral con el palacio, para que los monarcas accedieran a ella directamente.
Ubicado en el Palacio Rožmberk (Rožmberský palác), hay que mencionar el Instituto de Noble Mujeres (Ústav šlechtičen) fundado en 1755 por María Teresa de Austria, la única mujer que gobernó en la dinastía de los Habsburgo, con el objetivo de ayudar mujeres de nobleza en dificultades económicas.
El último monumento a destacar dentro del complejo del castillo es el famoso Callejón del Oro (Zlatá ulička), una pequeña calle peatonal situada en el lado norte del recinto y que se encuentra separado por unos horrorosos tornos metálicos, como si de un metro urbano se tratase. La única manera de acceder al mismo es comprando el ticket común. Las venden también a la entrada del callejón, frente al mismo, en una cafetería. El callejón en sí consta de dos hileras de casas de colores construidas entre el siglo XVI y XVII, que hoy en día albergan pequeños museos o tiendas de artesanía. Esas casas se construyeron para que vivieran los guardianes del castillo, aunque con el tiempo se instalaron también trabajadores relacionados con el castillo, orfebres y población humilde. El nombre de la calle proviene de esta época, de cuando estuvo habitada por orfebres, es decir, artesanos de metales preciosos como el oro y la plata. Como curiosidad, mencionar que en una de esas casitas, en la del número 22, vivió durante unos años Franz Kafka (1883-1924), donde escribió su libro de relatos Un médico rural.
Muy cerca de aquí
se encuentra el Monasterio de Strahov. Realmente no tiene nada que ver con el
castillo pero dada la cercanía entre ambos, la gente suele visitarlos seguidos.
Este monasterio del siglo XII goza de varios atractivos que hacen que bien
merezca la pena dedicarle unas horas. En primer lugar, la iglesia de la
Asunción de la Virgen que, aunque no se puede pasar, sí se puede ver su
interior desde una verja que hay a la entrada de la misma.
Después
visitaremos la biblioteca (Strahovská knihovna), el plato fuerte, pues es una
de las más bonitas de Europa. Aquí podéis ver los precios y horarios.
Y, por último,
una buena cerveza, con comida también si se quiere, en un ala del monasterio a
la que se entra por un patio. Está situado frente a la biblioteca, no tiene pérdida.
Además, en este sitio fabrican su propia cerveza y hemos de decir que estaba realmente
rica.
¿Qué comer en Praga?
Si bien es cierto que la República Checa no destaca por su gastronomía, sí podemos encontrar unos cuantos platos tradicionales dignos de degustar, así como restaurantes interesantes donde probarlos o simplemente disfrutar de una cerveza.
En un país con la tradición cervecera que tiene la República Checa no os podéis ir sin probar cervezas nacionales, como la Kozel, la Pilsner Urquell (esta procedente de la ciudad de Pilsen), o la Gambrinus (también de Pilsen), quizás menos conocida pero también muy buena. Muchos ya sabrán que pivo significa cerveza y que siempre que veáis pivovar, significa que ahí fabrican su propia cerveza.
Empezaremos hablando un poco sobre la comida que nos encontraremos. Si hablamos de platos típicamente bohemios, es decir, de esta región, el clásico que veremos en todos los sitios es el svíčková na smetaně (traducido sería algo así como solomillo a la crema), que consiste en unos filetes de ternera acompañados de una salsa de verduras y nata, y unas rebanadas de una masa similar a un pan blando.
Otro de los platos clásico es el goulash, de origen húngaro, del cual os hablábamos en la página de Budapest.
En la sección de repostería, el dulce más típico de la República Checa proviene del país hermano, Eslovaquia. Hablamos del trdelník, un dulce de masa enrollada al horno, con canela y, hoy en día, ya servido con varios toppings como fresas, vainilla, helado, etc. Lo encontraréis en cada esquina de la ciudad prácticamente. El que sí es autóctono de la República Checa es el kolache, un dulce con masa similar a la del donut y relleno de algún ingrediente, como semillas de amapola o mermelada de albaricoque, entre muchos sabores. Lo podéis plondrrobar en Kolacherie Celetná.
¿Dónde comer en Praga?
Vamos ahora con algunos restaurantes, divididos por barrios. Una cosa que tenéis que tener en cuenta es que las cocinas de casi todos los sitios suelen cerrar a las 22:00, así que no os podéis dejar la cena para muy tarde.
Restaurantes en Staré Město
En cuanto a restaurantes, primero mencionar que los que hay en la plaza del reloj tienen unos precios desorbitados para ser la República Checa y la comida que se sirve es muy normal, por lo que mejor evitarlos. En las calles cercanas a la plaza, pero fuera de ella, encontramos muchos restaurantes de comida tradicional checa que están mejor y un pelín más económicos. Estos son: U Pivrnce (Maiselova 60), Pivnice Štupartská (Štupartská 745), Krčma (Kostečná 925) y U Dvou Kocek (Uhelný trh 415), donde se dice que Mozart venía a tomar cerveza mientras vivió en Praga. Todos muy similares entre ellos de comida tradicional. Por si os lo preguntáis, la U al principio de los nombres de los restaurantes es el equivalente en castellano al "casa" en los típicos Casa Paco o Casa Manolo que hay en todos las ciudades de España.
Aunque no esté en Staré Město, sino en el barrio de al lado una vez cruzáis el río, queríamos destacar el Bistro Kostelni 16, un restaurante de cocina moderna y a buen precio. Aquí no veremos turistas pues está en una zona de oficinas, así nos evitamos posibles engaños o una peor calidad. Lógicamente no pilla cerca de nada, hay que ir aposta, pero merece la pena, sobre todo para a medio día. Nosotros fuimos porque un amigo al que visitábamos trabaja por la zona.
Restaurantes en Nové Město
Aquí cabe destacar el famoso restaurante U Fleků, que nació como cervecería en el año 1499 y que, hoy en día, ostenta el récord de ser la única cervecería de Europa Central que ha elaborado cerveza durante 500 años sin interrupción. El lugar en sí está formado por un complejo de edificios a salas entrelazados con patios llenos de mesas, al estilo Biergarten alemán. Se sitúa en la calle Křemencova 11, al sureste del Puente de las Legiones. El sitio destaca sobre todo por la cerveza, muy buena y a buen precio, aunque también podéis probar allí platos checos como los que hemos mencionado anteriormente.
Por este barrio también hay otros dos sitios clásicos donde comer o más bien tomar algo. Hablamos del Café Louvre y el Café Slavia, donde se come muy bien y hay un agradable pianista tocando de fondo.
Y, por último, el Výtopna Railway Restaurant. Aunque la comida no tiene muy buena fama, es un sitio guay para venir a tomar una cerveza por la manera que tienen de servirla. El local consta de una red de ferrocarril de juguete que pasa por la cocina y llega a todas las mesas. Una vez pides tu comida al camarero, la orden llega a cocina, y desde allí mandan un trenecito con tus bebidas o comida que llegará automáticamente a tu mesa, identificada con un código único. Como decimos, aún teniendo una comida poco recomendable, simplemente por esto, el restaurante está siempre lleno. Es una manera novedosa de tomar algo y, más aún si vais con niños.
Restaurantes en Malá Strana
En este barrio podemos decir que tenemos nuestro restaurante favorito. De nombre impronunciable, U Maltézských rytířů, este lugar es un sitio familiar de comida casera tradicional checa decorado con motivos medievales. Además, al no estar en una zona turística y estar más o menos escondido, los precios son muy económicos, sobre todo para la alta calidad de la comida.
Por otro lado, si queréis aparcar por un momento la comida checa, os recomendamos el Nicolas bar & restaurant, donde encontraréis tanto pizzas, pasta y carnes a un precio asequible.
¿Dónde tomar algo y salir de fiesta?
En una ciudad con tanto ambiente como Praga no puede faltar una lista de bares donde tomar una cerveza o discotecas para salir de fiesta.
Primero empezaremos por un rooftop bar. Se llama Terasa U Prince y tiene unas vistas espectaculares de la Plaza de la Ciudad Vieja. Es la última planta del Hotel U Prince, tan solo hay que entrar por la puerta, decir que vais al rooftop y os dejan pasar hasta el ascensor con el que habréis de subir a la planta cuarta. Como es de esperar por la ubicación y las vistas, los precios de los cocktails son bastante altos, pero por una noche no está mal.
Vistas de la Plaza de la Ciudad Vieja desde el rooftop Terasa U Prince
Seguimos por una zona de bares. Se trata de los múltiples barcos que hay anclados en la orilla este del río Moldava, junto a la Casa Danzante. En este caso mejor ir en verano que es cuando hay ambiente, en invierno no hay tanto movimiento.
En cuanto a nombres propios, para nosotros el más guay en el que estuvimos es el Vzorkovna (Národní 339/11), aunque todo el mundo lo conoce como Dog Bar porque supuestamente hay un perro que habita en él, si bien nosotros no lo vimos en ningún momento. Este lugar es muy conocido, ya desde las 22:00 se suele formar una cola a su entrada, y también muy singular por lo siguiente. Por dentro, el sitio es como una cueva laberíntica, con pequeñas salas con películas, con futbolines, con conciertos, con espectáculos, etc. Además, en su interior no aceptan dinero en efectivo, sino que has de comprar a la entrada una tarjeta monedero que cuesta 200 Kc para usar en tus consumiciones, por lo que el dinero que se paga por entrar es dinero invertido. Eso sí, lo que te sobre se lo van a quedar ellos y, como pierdas la tarjeta, habrás de pagar cierta cantidad. En caso de que hayas acabado con el saldo de la tarjeta has de ir a la entrada a rellenarla con dinero. Lo bueno: la bebida es muy barata dentro −recomendamos la cerveza llamada Sherpa−; lo malo: aunque en teoría está prohibido, hay gente que fuma en su interior y sales oliendo un poco a tabaco, aunque nada como antaño. Por lo descrito anteriormente, no sabríamos definirlo, no es un bar como tal ni tampoco una discoteca, es, simplemente, un lugar único.
Si no os llama este sitio o no podéis entrar, por la zona hay varios bares, mayormente de ambiente estudiantil, con precios económicos. Nosotros entramos a uno llamado Zázemí, que no estaba mal, si bien en esa misma calle había unos cuantos más.
Por útlimo, la discoteca por antonomasia de Praga, la Karlovy lázně, ubicada exactamente junto al Puente de Carlos. Tiene varias plantas, varios estilos de música y cuesta 300 Kc entrar, precio bastante alto para el país en el que estamos.
Excursiones desde Praga
Praga está ubicado en una situación idílica, en el centro de Europa y con cortas conexiones a todos los países colindantes. Hay varias compañías que operan en la República Checa y nos van a llevar a todos los destinos. De autobuses hay dos compañías principales, Flixbus y Regiojet. Algunos de los autobuses salen de la estación de buses de Florenc, en el centro, y otros desde la de Zličín, al oeste de la ciudad. Los de Regiojet son más cómodos y dan café. Los trenes los podéis buscar desde la web de České dráhy, que es la empresa nacional de trenes checos, poniendo como origen Praha hl.n.
A continuación os dejamos una lista de excursiones desde Praga:
Pilsen, la ciudad que da nombre a una de las cervezas más famosas del mundo. Ideal para una excursión de un día.
České Budějovice, otra ciudad famosa por su cerveza, la Budweiser Budveis. Está a unas 2h30-3h desde Praga. Perfecta para una excursión de un día.
Český Krumlov, una de las ciudades más bonitas de la República Checa. Se enceuntra a unas 3 horas de la capital, y no hay trenes directos, habría que hacer transbordo, por lo que recomendamos el autobús.
Brno, situada en el sureste del país, a unas 2h30-3h desde Praga. Ideal para una excursión de un día.
Karlovy Vary. Reservando el bus con al menos dos días de antelación, merece una visita obligatoria la ciudad de Karlovy Vary, de la cual seguro habéis oído hablar, pues es famosa por sus balnearios. Como vayáis en el propio día que tenéis pensado viajar es probable que no encontréis plazas libres, sobre todo en los horarios buenos. En este caso recomendamos hacer noche y pasar un fin de semana, pues es una ciudad más grande y también tiene excursiones interesantes para hacer. Karlovy Vary se encuentra a unas dos horas y cuarto de Praga en bus, saliendo desde la estación de autobuses Florenc. Las compañías que más trayectos hacen entre ambas ciudades son Regiojet y Flixbus y el precio suele costar entre 7 y 10€ por trayecto.
Bratislava, la capital de Eslovaquia. Se encuentra un poco más lejos, a unas 5 horas de Praga, por lo que recomendamos pasar al menos una noche allí.
Viena, la ciudad de los palacios y capital de Austria. Igualmente, recomendamos pasar el fin de semana.
Berlín, capital alemana. El trayecto dura unas 4 horas y media. En este caso, sí o sí, hay que quedarse al menos un fin de semana, si no más, para disfrutar de todo lo que ofrece esta ciudad.
Dresde, una ciudad alemana situada casi en la frontera entre ambos países y famosa por sus mercadillos de navidad. Está a tan solo 2 horas por lo que podéis pasar un día express o un fin de semana. Nosotros recomendamos un fin de semana.
Múnich, capital del estado federeado de Baviera y conocida mundialmente por su cerveza y sus varias fiestas alrededor de ella. Se encuentra a unas 5-6 horas de distancia.
Budapest, mucho más lejos que las anteriores. Lo mejor es el tren con Regiojet, que dura unas 7 horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario