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Artículo actualizado en: 2025-12-16T21:45:07Z

Linz

Estamos de escapada de fin de semana en Linz, tercera ciudad con más población de Austria (cerca de 213.500) por detrás de Viena y Graz. Es una ciudad perfecta para visitar en un par de días, dedicándole un día a ver el casco antiguo y otro día para lugares un poco más alejados o hacer alguna excursión.

Linz es, en realidad, una ciudad industrial cuya empresa más importante es voestalpine AG, especializada en metales y tecnología, muy conocida en Austria. Sin embargo, la ciudad también apuesta por el arte y la cultura: cuenta con festivales de música clásica como Klangwolke y eventos de vanguardia como el Ars Electronica Festival. Linz está atravesada por el famoso río Danubio, tiene un centro histórico agradable y una serie de edificios modernos de interés arquitectónico, lo que le da un equilibrio entre su tradición industrial y su desarrollo cultural.

    ¿Qué es la Linz Card?

    Linz cuenta con una amplia gama de museos y actividades para todos los gustos, por lo que, dependiendo de las que queráis visitar, puede merecer la pena haceros con la Linz Card, la tarjeta turística de la ciudad que te da acceso gratuito a los principales museos, así como a otros menos conocidos: Ars Electronica Center, Schlossmuseum Linz, Francisco Carolinum, OÖ Kulturquartier, Nordico City Museum Linz, Lentos Art Museum Linz, voestalpine Stahlwelt.

    También permite el uso de buses y tranvías de la ciudad, exceptuando el Pöstlingbergbahn que es un tranvía especial para subir a una colina y del que hablaremos más adelante. Solamente si tienes la tarjeta de 2 o 3 días el viaje de ida y vuelta en el Pöstlingbergbahn está incluido.

    Hay varias modalidades de tarjeta en función de los días. En su página web podéis ver más detalles y los precios.

    ¿Cómo llegar a Linz?

    Linz es una ciudad accesible en tanto en tren como en autobús. Desde Salzburgo y desde Viena se puede llegar en tren en tan solo una hora y cuarto aproximadamente. Los horarios y los tickets los podéis consultar y comprar en la página web oficial de trenes de Austria.

    La opción más barata pero más lenta es el uso de trenes regionales. Para ello podéis comprar el Einfach-Raus-Ticket, un billete válido para tomar tantos trenes regionales en Austria como se quiera durante un día, por lo que es especialmente indicado para ir y volver en el día.

    Si vais en autobús, la compañía con más frecuencia de viajes es Flixbus.

    ¿Qué ver en Linz?

    Comenzaremos el recorrido desde la estación central, Linz Hauptbahnhof. De camino al centro, lo primero que encontraremos será el Parque Volksgarten, un lugar de encuentro habitual para los locales y escenario frecuente de eventos organizados por la ciudad.

    En uno de los extremos del parque se encuentra el primer edificio que destaca por su arquitectura, como mencionábamos al inicio del artículo: el Landestheater Linz – Musiktheater, diseñado por el arquitecto inglés Terry Pawson e inaugurado en 2013. Desde entonces se ha consolidado como el principal teatro de la ciudad, donde se representan tanto obras de teatro como óperas. Tres de los lados de su fachada presentan una estructura de líneas que da la sensación de que una gran cortina cubre todo el edificio.

    A continuación, continuamos hasta entrar en la calle Landstrasse, que comienza justo en una de las esquinas del Musiktheater con el Volksgarten. Landstrasse es la calle comercial principal de Linz, donde se concentra la actividad cotidiana de la ciudad. A lo largo del recorrido encontraremos restaurantes, cafeterías y, sobre todo, numerosas tiendas, desde pequeños comercios locales hasta grandes marcas internacionales.

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    Calle Landstrasse

    La calle desemboca en la Hauptplatz, que literalmente significa “Plaza Principal”. Se trata de una plaza amplia y colorida, de 219 metros de largo por 60 de ancho (13.140 m²), lo que la convierte en una de las más grandes de Austria. Su origen se remonta al 1230, y gracias a su proximidad al río Danubio, funcionó desde entonces como plaza de mercado, donde comerciantes locales y extranjeros vendían sus productos a la población de la región. Inicialmente se llamó Am Markt, y con el tiempo adoptó varios nombres, incluyendo Adolf-Hitler-Platz durante la anexión de Austria al Tercer Reich (1938-1945), hasta consolidarse como Hauptplatz.

    La plaza está presidida por la Columna de la Santísima Trinidad (Dreifaltigkeitssäule), anteriormente conocida como Columna de la Peste. Fue erigida en 1723 para honrar a los fallecidos por la enfermedad, alcanza los 20 metros de altura y es considerada el icono principal de la ciudad. También podréis ver las letras gigantes con el nombre de Linz, con el detalle particular de que la “I” está colocada horizontal en lugar de vertical.

    Curiosamente, la plaza es peatonal, salvo por los raíles de los tranvías, que atraviesan prácticamente toda la ciudad de un extremo a otro.

    Vale la pena detenerse a observar los edificios que la rodean, en su mayoría de estilo clásico con fachadas barrocas y góticas, y protegidos como patrimonio. Entre los más emblemáticos se encuentran el antiguo ayuntamiento (Altes Rathaus), la casa Schmidtberger-Haus y la casa Kirchmayr-Haus.

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    Hauptplatz y Columna de la Santísima Trinidad

    En uno de los extremos de la plaza se destacan, en segunda fila, las torres de la Antigua Catedral (Alter Dom o Ignatiuskirche), también conocida como Catedral de San Ignacio. Construida en 1678, fue la iglesia principal de la ciudad hasta la construcción de la Nueva Catedral.

    En su interior, el estilo barroco se aprecia de inmediato, con detalles como el mármol rosa empleado en su decoración y el órgano de Bruckner, construido específicamente para que el organista austriaco Anton Bruckner tocara aquí entre 1856 y 1868, y que aún se conserva en la actualidad.

    La mejor vista de la catedral se obtiene desde la Hauptplatz, ya que está tan integrada con los edificios que la rodean que resulta prácticamente imposible fotografiarla sola.

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    Antigua Catedral detrás de los edificios de la Hauptplatz

    Ahora nos dirigimos al otro extremo de la Hauptplatz y subimos por la calle Hofgasse hasta llegar a una encantadora plaza llamada Hofberg, donde se encuentra la Fuente de las Luces (Lichtbrunnen o Brunnen des Artans). Esta fuente, de 9 metros de altura, no es una fuente convencional: en lugar de agua, emite luz, aunque hay que esperar a que caiga la noche para apreciar su efecto iluminado. Sí es cierto que reemplazó a una fuente de agua. La energía que ilumina la fuente proviene de la luz solar acumulada durante el día mediante los paneles solares con los que está equipada. Aunque a muchos no les agrada su estética, pues contrasta con los edificios antiguos que la rodean, fue creada con el objetivo de revitalizar esta plaza, que ha sido uno de los principales mercados de la ciudad a lo largo de su historia.

    Continuamos subiendo hasta llegar al Castillo de Linz, aunque hoy en día queda poco de la estructura original. No se conoce con exactitud su fecha de construcción, aunque probablemente data de principios de la Edad Media o incluso antes. Se sabe que en este emplazamiento existió un fuerte romano, que luego se aprovechó para reconstruirlo como castillo o para edificar sobre la estructura original. A lo largo de los siglos, aquí residieron varios duques y emperadores de Austria y del Sacro Imperio Romano Germánico. Además de residencia real, el castillo tuvo múltiples usos: sirvió como hospital, cuartel militar, cárcel, entre otros. En 1800, sufrió un incendio que destruyó dos de sus alas, un daño que todavía es visible hoy en día.

    En la década de 1950, el castillo fue remodelado por completo para albergar el Museo del Castillo de Linz (Schlossmuseum Linz), adquiriendo el aspecto moderno que podemos ver hoy en día. El museo está dedicado a la historia, cultura y tradiciones de la Alta Austria, la región donde se encuentra Linz. Entre sus salas destacan las de armas, numismática, belenes, moda histórica, recreaciones de habitaciones con mobiliario de época e incluso una sección dedicada a la Linzer Torte, la tarta más famosa de la ciudad.

    Al salir del museo, a mano izquierda, se puede ver una maqueta de la antigua ciudad con el castillo, además de disfrutar de unas vistas espectaculares de Linz. Aquí tenéis los precios y horarios.

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    Castillo y Museo de Linz

    Ahora descenderemos hacia el centro por un camino diferente al que traíamos, dirigiéndonos a la Casa de Mozart (Mozarthaus), una vivienda de estilo renacentista de finales del siglo XVI. Llamarla “Casa de Mozart” puede resultar un poco exagerado, ya que el compositor nunca residió aquí; simplemente la visitó en varias ocasiones, ya que se encontraba a medio camino entre Salzburgo, su ciudad natal, y Viena, donde vivió durante varios años. Su estancia más prolongada fue de tres semanas en 1783, cuando hizo una parada en Linz y se le solicitó dar un concierto en el teatro de la ciudad. Como no llevó ninguna partitura, Mozart compuso de manera espontánea una sinfonía, que pasó a conocerse como Sinfonía de Linz (Linzer Sinfonie, N.º 36, KV 425). Esta obra, creada casi de manera improvisada, se ha convertido hoy en una de las más interpretadas del repertorio mundial.

    La casa no puede visitarse por dentro; solo es posible contemplar la fachada y el patio interior. En uno de los soportales del patio hay un panel con información sobre la estancia de Mozart en 1783 y un botón que permite escuchar la mencionada Sinfonía N.º 36.

    Frente a la Casa de Mozart se encuentra el Antiguo Ayuntamiento, también conocido como Linzer Landhaus. Este edificio, de estilo renacentista, data de finales del siglo XVI, aunque su estructura se adaptó al antiguo convento franciscano que ocupaba el lugar anteriormente, razón por la que aún conserva una torre que pertenecía a la iglesia del convento. Destaca también su patio interior, con elegantes balcones y arcos que le confieren un encanto especial.

    En 1938, en este mismo lugar, Adolf Hitler informó personalmente a la población local sobre la adhesión de Austria al Tercer Reich. Hoy en día, el edificio funciona como sede del gobierno de la región de la Alta Austria (Oberösterreich). Aunque no se puede visitar el interior completo, sí es posible 'atravesarlo' de puerta a puerta y contemplar el patio cerrado.

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    Patio interior de la Linzer Landhaus

    En el casco antiguo no hay que dejar de visitar la Nueva Catedral (Mariä-Empfängnis-Dom o Linzer Mariendom), construida en 1924 en estilo neogótico. Fue uno de los edificios que más nos sorprendió, sobre todo por su tamaño impresionante: con 5.851 metros cuadrados, es la iglesia más grande de Austria y puede albergar hasta 20.000 personas. No obstante, no es la más alta del país, ya que alcanza los 134,69 metros, frente a los 136 metros de la Catedral de Viena (Stephansdom).

    En su interior destacan especialmente las vidrieras. Una de las más conocidas es la Ventana de Linz (Linzer Domfenster), que narra la historia de la ciudad a través de diversas imágenes. Entre las personalidades representadas se encuentran varios emperadores, como Maximiliano I de Habsburgo y Fernando I del Sacro Imperio Romano Germánico, así como Ana de Hungría y Bohemia; el astrónomo Johannes Kepler, que vivió en Linz entre 1613 y 1626; el organista Anton Bruckner, mencionado anteriormente; y Ludwig van Beethoven, quien visitó la ciudad en varias ocasiones y cuyo hermano dirigió la farmacia Wasser-Apotheke en la Hauptplatz entre 1808 y 1818. Esta vidriera se encuentra al fondo de la iglesia, en el lado opuesto al coro y a la izquierda. La entrada a la catedral es gratuita.

    Nos dirigimos ahora a la zona del río, donde a orillas del Danubio se encuentran varios museos que merecen la pena visitar, al menos por fuera, y por dentro según los intereses de cada uno.

    El primero es el Lentos Art Museum, un museo de arte moderno y contemporáneo que alberga obras de los tres artistas austriacos más renombrados: Egon Schiele, Oskar Kokoschka y Gustav Klimt. Como mencionamos, el edificio en sí también es una obra de arte: su fachada de vidrio transparente destaca especialmente por la noche, cuando se ilumina creando un efecto espectacular. Fue diseñado por los arquitectos suizos Weber Hofer Partner y se inauguró en 2003, como sucesor de la Nueva Galería de la Ciudad de Linz. Con la Linz Card la entrada está incluida; de lo contrario, podéis consultar horarios y precios en su página web.

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    Vistas nocturnas del Danubio y el Lentos Art Museum iluminado en rojo

    Junto al museo se alza otro edificio igualmente imponente: la Brucknerhaus Linz, una sala de conciertos que toma su nombre del compositor y organista austriaco Anton Bruckner, del que ya hemos hablado anteriormente. Fue diseñada por los arquitectos finlandeses Heikki y Kaija Sirén y se inauguró en 1974. El inconveniente es que no suele poder visitarse por dentro, salvo que se adquiera una entrada para alguno de sus conciertos, lo cual puede ser una buena opción si disponéis de tiempo y los horarios encajan. De lo contrario, habrá que conformarse con admirarla desde el exterior.

    Al otro lado del Danubio encontraremos dos edificios más destacados. El primero es el Ars Electronica Center, un museo especialmente atractivo para los aficionados a la tecnología, la electrónica y la robótica. Inaugurado en 1996, se ha convertido desde entonces en uno de los grandes iconos de la ciudad, sobre todo gracias a su espectacular iluminación nocturna, que cambia de colores y crea una estampa preciosa junto al Danubio y el puente, vista desde la orilla opuesta. Los horarios y precios pueden consultarse en su página web.

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    Vistas nocturnas del Danubio y el Ars Electrónica Center iluminado

    En esta orilla también nos acercaremos brevemente a ver, únicamente por el exterior, el Nuevo Ayuntamiento (Neues Rathaus / Magistrat Linz), construido en 1985. Su diseño se aleja por completo de la imagen tradicional de un ayuntamiento y, de hecho, podría confundirse con casi cualquier otro tipo de edificio. Se enmarca dentro de la arquitectura brutalista, caracterizada por el uso de grandes volúmenes y, generalmente, de hormigón armado. Es una construcción que no deja indiferente: para algunos es uno de los edificios más feos de la ciudad, mientras que a otros les resulta interesante y atractivo.

    ¿Dónde comer en Linz?

    Antes de hablar de restaurantes hay que hablar de repostería, y es que hay un dulce mundialmente famoso originario de aquí: la Linzer Torte. Es una tarta compuesta, principalmente de almendra, nueces y relleno de mermelada. Uno de los locales más famoso que la sirven es la Konditorei Jindrak, hay tres en la ciudad, pero el mejor para sentarse tranquilamente es el que está en Herrenstrasse 22. Ahí no solo podréis probar la Linzer Torte sino otras tartas o dulces austriacos como el Apfelstrudel.

    Algo característico de Austria, en general, y de Linz, en particular, es el café Verlängerter, básicamente compuesto por café mezclado con agua caliente. Lo veréis en todas las cafeterías.

    En la sección de comida salada, además del célebre Wiener Schnitzel, uno de los platos más típicos de Austria es el Semmelknödel: unas bolas de masa de pan que se utilizan generalmente como guarnición, aunque también pueden servirse como plato principal si se combinan con otros ingredientes, como el Speckknödel (con bacon) o el Spinatknödel (con espinacas). Los austriacos bromean con que si no comes Knödel, no has comido de verdad o te quedarás con hambre. Vamos a mencionar algunos restaurantes:
    • Gelbes Krokodil – Un clásico de la ciudad, tienen de todo un poco, y también es un habitual para tomar cócteles los findes por la noche, aunque cierra pronto y los domingos no abre a ninguna hora.
    • Leberkas-Pepi – Local mítico en Linz, sirven únicamente Leberkäse, que es una especie de choped muy popular de Austria y Baviera. Aquí los tienen de muchos sabores, nosotros lo pedimos de queso y otro de espinacas y ajo. También tienen otros sabores más modernos como el de pizza. De beber tienen cerveza Puntigammer, procedente de la zona de Graz. El sitio es muy barato y suele haber bastante gente aunque si sois pocos igual podéis encontrar hueco, o pedirlo para llevar.
    • Deli Linz + Friends – un sitio curioso especializado en patatas fritas con otras cosas como hamburguesas, tacos, etc. El local es agradable, sea para comer o tomar algo.

    Más alternativas en Linz

    Hasta aquí hemos repasado lo imprescindible, pero quienes dispongáis de más de un día podéis completar la visita con las siguientes actividades:

    →PöstlingbergSe trata de una colina de 539 metros de altura situada junto al río Danubio, visible desde numerosos puntos de la ciudad. Desde su cima se obtienen excelentes vistas panorámicas de Linz. Es fácilmente reconocible por la basílica barroca que la corona, la Pöstlingbergkirche Wallfahrtsbasilika. Para subir, la ciudad lo pone muy fácil: basta con tomar el pequeño tranvía Pöstlingbergbahn, que parte de la Hauptplatz y tarda unos 20 minutos por trayecto. El precio es de 3,80 € por trayecto, circula cada media hora y funciona de 6:00 a 22:30 (los domingos a partir de las 7:30). Con la Linz Card de 2 o 3 días, el viaje de ida y vuelta está incluido.

    Mural Harbour Gallery. A las afueras de la ciudad, junto al puerto, se encuentra esta singular galería de arte urbano al aire libre, situada en contenedores, almacenes y grúas portuarias. Está formada por más de 200 grafitis, la mayoría realizados por artistas reconocidos. Puede verse parcialmente de forma gratuita desde calles cercanas, como la Regensburger Str, o bien mediante una visita guiada que se puede contratar en su página web. Para llegar es necesario utilizar el transporte público, concretamente la línea 27, con un trayecto de unos 15–20 minutos.

    Visitas a otros pueblos. Si vais a explorar la región, podéis aprovechar para conocer ciudades austriacas muy conocidas como Salzburgo, Hallstatt y Viena, o pueblecitos cercanos menos turísticos como Steyr o Gmunden.
     
    →Mercadillos de navidadSi viajáis en época navideña, tendréis la oportunidad de disfrutar de los tradicionales mercadillos de Navidad centroeuropeos, donde podréis degustar dulces locales y vino caliente (Glühwein). En Linz se celebran en la plaza principal, la Hauptplatz, bajo el nombre de Christkindlmarkt am Hauptplatz, y en el parque Volksgarten, conocido como Weihnachtsmarkt im Volksgarten. Ambos tienen lugar cada año desde finales de noviembre hasta finales de diciembre.

    Visitar el Campo de Concentración de Mauthausen

    Aprovechando la visita a Linz, merece la pena acercarse a ver el campo de concentración de Mauthausen. El campo de concentración de Mauthausen (Konzentrationslager Mauthausen) fue el más grande de toda Austria, estando activo desde la anexión del país al Tercer Reich (1938) hasta la liberación del campo por parte del ejército estadounidense en 1945. Mauthausen se consideraba un campo de concentración de grado III, lo que significa el más severo dentro del sistema nazi. Se estima que alrededor de 200.000 personas pasaron por este campo, de los cuales aproximadamente 100.000 murieron debido a ejecuciones, trabajos forzados, enfermedades o condiciones inhumanas. Estaba compuesto por varios subcampos, siendo el de Gusen el más importante y letal; llegó a considerarse un campo independiente por la cantidad de prisioneros que allí fallecieron.

    Mauthausen trae un triste y doloroso recuerdo para los españoles, pues aquí fue a donde trajeron a la mayoría de los prisioneros de nuestro país. Cerca de 7500 españoles fueron encerrados aquí, de los cuales casi 5000 fallecieron. En general, eran republicanos exiliados en Francia durante la dictadura de Franco, y fue en este país donde fueron capturados. Gracias a los esfuerzos de memoria histórica, muchos de ellos han sido identificados y sus historias documentadas en el museo del campo.

    La visita al campo es gratuita; solo hay que pagar por la audioguía o por visitas guiadas. También existe una aplicación gratuita que funciona como audioguía y es muy fácil de usar. En la página web del memorial podéis ver los horarios, precios y visitas guiadas.

    El recorrido comienza en un descampado con memoriales de distintos países, donde se percibe la diversidad de nacionalidades de los prisioneros. Desde allí se ve la escalera de las canteras (Steinbruchstiege), construida para transportar granito. Muchos prisioneros murieron subiendo estas escaleras o fueron empujados al vacío, por lo que se le llamó “la escalera de la muerte” (Todesstiege).

    Tras cruzar la puerta principal se pasa al propio recinto del campo de concentración, donde se visitan varios barracones, algunos por dentro y otros simplemente la superficie donde estaban, pues no todos se mantuvieron o rehabilitaron. Los barracones, diseñados para 200–300 personas dependiendo del tamaño y la época, llegaron a alojar hasta 600 e incluso más de 2.000 en situaciones extremas debido al hacinamiento del campo. 

    Al final del camino central, a mano derecha, se encontraba la enfermería, hoy en día convertida en museo. El museo nos habla del Tercer Reich en general, de los campos de concentración y su encargado (Heinrich Himmler), de los otros subcampos de Mauthausen, del campo de concentración de Gusen, del campo de concentración de Ravensbrück (el campo de concentración de mujeres más grande de todos, donde eran enviadas muchas prisioneras de Mauthausen), la categorización de los presos y sobre muchas historias de presos de todos los grupos y nacionalidades.

    Después se puede ver el edificio donde encarcelaban a la gente, el crematorio (solo uno de los tres originales queda en pie), el habitáculo donde se cree que hubo una cámara de gas —aunque no hay consenso histórico para afirmar que funcionó como tal— y termina en la llamada habitación de los nombres (room of names) donde están escritos los nombres de todas las personas deportadas a este campo.

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    Avenida principal del Campo de Concentración de Mauthausen

    Cómo visitar el campo de concentración de Mauthausen. El campo se encuentra en la localidad de Mauthausen, se llega en el bus 360 desde Linz, cuyo precio es de 6,20€ (se puede pagar en efectivo en el bus). El bus te deja en una parada en la carretera, y hay que caminar unos 25 minutos ligeramente cuesta arriba. Si vais en coche, tenéis parquin gratuito en el propio campo. Para buscarlo en la aplicación de mapas, poned “Mauthausen Memorial”.

    Aunque son bastante duras, a nosotros siempre nos gusta hacer este tipo de visitas, pues se aprende muchísimo, te abre la mente y te hace pensar. Si queréis, previa o posteriormente, podéis ver la película El fotógrafo de Mauthausen para adentraros más en la historia del campo.

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