Valencia es la capital de la Comunidad Valenciana y una de las ciudades más importantes de España, con casi 800.000 habitantes.
El centro de la ciudad no es muy grande, por lo que se puede recorrer cómodamente a pie, salvo en un par de lugares a los que, si se prefiere no caminar demasiado, se puede acceder fácilmente en transporte público. Valencia es conocida en todo el mundo por sus fiestas locales, las Fallas, de las que hablaremos al final del artículo. El patrón de la Comunidad Valenciana es San Vicente Ferrer, cuyo nombre seguro escucharéis durante vuestra visita.
La mayoría de los trenes que llegan a Valencia lo hacen en la estación de Joaquín Sorolla, nombrada en honor al pintor valenciano Joaquín Sorolla (1863-1923). Esta es la estación más moderna y se encuentra algo más alejada del centro. Desde allí suelen operar los trenes de media y larga distancia. Para llegar a la otra estación de la ciudad, la Estació del Nord (Estación del Norte), que está más céntrica, se puede tomar un autobús amarillo gratuito que conecta ambas estaciones. Además, en la estación de Joaquín Sorolla hay una oficina de turismo donde es posible obtener un mapa de la ciudad.
¿Qué ver en Valencia?
El recorrido por Valencia puede comenzar desde distintos puntos, ya que lo más destacado de la ciudad se encuentra en el centro, delimitado por el cauce del antiguo Río Turia. Tras una fuerte riada a mediados del siglo XX, el río fue desviado, y su antiguo cauce se transformó en un amplio espacio público que alberga parques, zonas verdes, instalaciones deportivas y mucho más.
Según dónde os alojéis, podréis iniciar la visita desde diferentes lugares. Una opción es partir de la estación de metro de Xàtiva, donde se encuentra la Estació del Nord, mencionada anteriormente. Esta estación merece una breve visita, ya que fue la primera estación de ferrocarriles de Valencia, inaugurada en 1917. Su fachada destaca por la decoración colorida, en la que la protagonista es la famosa naranja valenciana, uno de los símbolos más representativos de la ciudad.
Estació del Nord y Plaza de Toros a continuación
A su lado se encuentra la imponente Plaza de Toros de Valencia, una de las más grandes de España, construida en 1859. Frente a ella, es recomendable probar los famosos bocadillos de calamares en el bar Los Toneles.
Continuando por la Avenida del Marqués de Sotelo, se llega a la Plaza del Ayuntamiento, el corazón de la ciudad, donde se encuentra la Casa Consistorial, un edificio barroco que alberga el ayuntamiento. Aunque no es habitual, es posible visitar el interior de este Ayuntamiento de manera gratuita: se puede recorrer el hall principal, subir la escalera e incluso salir al balcón para contemplar la plaza desde otra perspectiva.
Siguiendo por la misma calle, llegamos a una zona con varios atractivos turísticos. El primero de ellos es el Mercat Central, un mercado construido en estilo ecléctico con fuerte influencia modernista, inaugurado en 1928. En su interior se pueden encontrar numerosos puestos de frutas, pescados y otros productos locales.
En los alrededores del mercado se encuentra un pequeño restaurante llamado también El Mercat, cuyo escaparate muestra dos grandes paellas: una paella valenciana y otra de marisco. Nos lo recomendaron, y la verdad es que se come muy bien, aunque suele estar lleno de turistas.
Frente al Mercat Central se encuentra la Lonja de la Seda, un edificio gótico declarado Patrimonio de la Humanidad. Fue construido durante el Siglo de Oro valenciano, una época en la que el Reino de Valencia gozaba de gran prestigio económico y cultural, tanto dentro de la Corona de Aragón como en toda Europa. Fruto de ese esplendor económico y comercial se construyó este imponente edificio. En su interior destaca el Patio de los Naranjos y el Salón Columnario.
Como curiosidad, en la fachada principal de la Lonja, junto al marco de una de sus ventanas, se puede ver una pequeña escultura de un niño al estilo del “Caganer”. Vale la pena visitar el interior para recorrer sus múltiples salas, especialmente la sala de las columnas. La entrada cuesta 2€, 1€ para tarifa reducida y es gratuita los domingos y festivos.
Edificio de la Lonja de la Seda
Parte de ese esplendor también se aprecia en el Palacio del Marqués de Dos Aguas, un magnífico edificio del siglo XV con una impresionante fachada, que hoy alberga el Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias “González Martí”.
A continuación, nos desviamos un poco para visitar la Catedral de Valencia (La Seu de València), construida en el siglo XIII en honor a Jaime I de Aragón, conquistador del Reino de Valencia. Su interior presenta una mezcla de estilos arquitectónicos debido a múltiples reformas: la nave principal es gótica, mientras que en otras zonas aparecen elementos románicos y barrocos.
Destaca especialmente la Capilla del Santo Cáliz, donde se conserva lo que, según la tradición, es el Santo Grial, es decir, la copa utilizada por Jesucristo en la Última Cena, traída desde Jerusalén. El cáliz llegó a la Catedral de Valencia en 1437 y estuvo guardado en la Sala de Reliquias hasta 1916, cuando se trasladó a esta capilla. Antes de la llegada del cáliz, la capilla se conocía como Aula Capitular, lugar donde San Vicente Ferrer (1350-1419) impartía clases de teología, dando los primeros pasos hacia la futura fundación de la Universidad de Valencia en 1499. El acceso a la capilla cuesta 9 €, y cuentan con audioguías que ofrecen información mucho más detallada sobre el lugar.
Catedral de Valencia y Micalet vistos desde la Plaça de la Reina
Frente a la fachada principal de la Catedral, se puede acceder a la entrada por la derecha, mientras que por la izquierda se encuentra la Torre del Micalet (o Torre del Miguelete), que alcanza unos 60 metros de altura. En su punto más alto hay una terraza accesible por unas estrechas y empinadas escaleras de caracol, con un coste de 2,5€ (1,5€ reducida). Desde allí, las vistas panorámicas de 360° permiten contemplar gran parte de Valencia, aunque no resultan espectaculares. Aun así, el Micalet es, sin duda, uno de los iconos más representativos de la ciudad.
Desde lo alto del Micalet, se puede contemplar nuestra siguiente parada: la Plaza de la Virgen, una de las más emblemáticas de la ciudad, cuyo nombre oficial en valenciano es Plaça de la Mare de Déu. En el centro de la plaza se alza la Font del Túria, dedicada al río que históricamente ha provocado numerosas riadas y desbordamientos. Esta fuente, realizada en bronce en 1976, tiene como figura central al dios Neptuno.
El edificio más destacado de la plaza es la Basílica de la Mare de Déu dels Desemparats, o Basílica de la Virgen de los Desamparados, construida en 1666 y de acceso gratuito. Su interior alberga frescos en el techo que son sencillamente espectaculares.
Concluyendo esta ruta sur-norte por el centro histórico, se pueden apreciar dos conjuntos de torres que formaban parte de la antigua muralla que separaba el casco antiguo de las afueras de la ciudad. El primero son las Torres dels Serrans (Torres de Serranos), construidas en el siglo XIV. Al oeste de la ciudad se encuentran las Torres de Quart, del siglo XV, en cuya fachada aún se observan los agujeros provocados por cañonazos de las tropas francesas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia (1808-1814). Para llegar a ellas, solo hay que seguir la calle de Quart —Carrer de Cavallers al inicio y luego Carrer de Quart— desde la Plaza de la Virgen.
Entre las Torres de Serrano y las de Quart se encuentra el emblemático barrio de El Carmen, que presenta la particularidad de conservar tanto restos de la muralla cristiana como de la árabe. Durante la época musulmana, Valencia formó parte de la Taifa de Valencia, surgida en 1010 tras la disolución del Califato de Córdoba. El rey de esta taifa, Abd al-Aziz ibn Amir (1021–1061), construyó entonces una muralla defensiva con hasta siete puertas de acceso.
En 1238, Jaume I el Conquistador, conocido también como Jaime I de Aragón, conquistó la ciudad, dando inicio a la época cristiana, de la cual datan la mayoría de los monumentos que hoy se pueden observar. Sin embargo, en el barrio de El Carmen aún se conservan restos de la antigua muralla árabe.
Las Torres de Serrano y las Torres de Quart forman parte de la muralla cristiana y, por lo tanto, son posteriores a la muralla árabe. Las Torres de Serrano se levantaron sobre una de las puertas del antiguo recinto amurallado árabe, mientras que las Torres de Quart, algo más modernas, se construyeron junto a la muralla cristiana, que era más extensa que la anterior.
¿Qué ver fuera del centro de Valencia?
De camino a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, se pueden visitar otros atractivos turísticos de la ciudad.
Podemos comenzar desde la plaza de Colón, a la que se accede desde la calle del mismo nombre, partiendo desde la Plaza de Toros. Allí se encuentra el Mercat de Colón, un edificio similar al Mercat Central, aunque en este caso alberga principalmente restaurantes, cafeterías y espacios de ocio.
Desde allí, se puede continuar caminando hacia el antiguo cauce del río para cruzar el Puente de las Flores y recorrer el paseo fluvial en dirección sudeste, disfrutando de los jardines y áreas verdes del antiguo cauce. En el camino se pueden ver el Palau de la Música y el Parque Gulliver, un parque infantil donde el personaje gigante Gulliver —del cuento Los Viajes de Gulliver— yace tumbado en el suelo y su cuerpo se ha convertido en múltiples toboganes.
Desde allí, se puede continuar caminando hacia el antiguo cauce del río para cruzar el Puente de las Flores y recorrer el paseo fluvial en dirección sudeste, disfrutando de los jardines y áreas verdes del antiguo cauce. En el camino se pueden ver el Palau de la Música y el Parque Gulliver, un parque infantil donde el personaje gigante Gulliver —del cuento Los Viajes de Gulliver— yace tumbado en el suelo y su cuerpo se ha convertido en múltiples toboganes.
Finalmente, se llega a la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Ciutat de les Arts i les Ciències), uno de los símbolos más modernos de Valencia. El complejo se inauguró en 1998 con L'Hemisfèric, cuya estructura con forma de ojo alberga varias salas de cine IMAX y es actualmente la sala de proyecciones más grande de España. Posteriormente, se construyeron: El Museo de las Ciencias Príncipe Felipe (2000); L'Oceanogràfic (2002), el
acuario más grande de Europa; El Palau de les Arts Reina Sofia (2005), sede de la
Ópera de Valencia; y El Ágora (2009), edificio dedicado a eventos musicales
y deportivos.
Ciudad de las Artes y las Ciencias con L'Hemisfèric y El Ágora de fondo
Entre estos edificios destacan también el puente Assut de l'Or, más conocido como El Jamonero, y el jardín L'Umbracle.
Toda esta “mini ciudad” es obra del célebre arquitecto e ingeniero valenciano Santiago Calatrava, y, como suele ocurrir con sus proyectos, no han faltado controversias. El proyecto finalizó, aunque todavía hoy mantiene temas pendientes, con un sobrecoste cercano a los 1.000 millones de euros, ¡una auténtica locura! Durante la construcción, la cubierta del Palau de les Arts estuvo a punto de desprenderse y posteriormente sufrió inundaciones. Por su parte, El Ágora también presentó goteras y problemas estructurales; de hecho, sigue en obras y sin terminar, y la Generalitat Valenciana llegó a denunciar a Calatrava.
Más allá de estos problemas financieros y estructurales, el conjunto se ha convertido en uno de los espacios más fotografiados de Valencia y merece sin duda una visita. Si podéis, es recomendable verlo tanto de día como de noche, ya que iluminado y con el reflejo del agua adquiere un aspecto espectacular.
Ciudad de las Artes y las Ciencias de noche con el puente Assut de l'Or de fondo
Más alternativas en Valencia
🌞Las playas. Valencia es sinónimo de buen tiempo, playas y de chiringuitos y restaurantes junto al mar. Destacan especialmente dos playas contiguas: primero la Playa de la Patacona y, justo después, la Malvarrosa. Esta última es más conocida, ya que la arena y el mar son de mejor calidad, mientras que los restaurantes frente a la Patacona suelen ser algo mejores. Pasear por el paseo marítimo de la Malvarrosa, construido en 1900, es un verdadero placer. Entre los lugares emblemáticos se encuentra La Pepica, el restaurante más antiguo de la playa (fundado en 1898), visitado por reyes españoles, el pintor Joaquín Sorolla y el escritor estadounidense Ernest Hemingway. Curiosamente, en 1977, Antonio Vega escribió allí la letra de la icónica canción Chica de ayer del grupo Nacha Pop paseando por la playa de la Malvarrosa. También frente a esta playa se encuentra una de las discotecas de moda, Akuarela Playa.
Al avanzar hacia el sur por la Malvarrosa, el ambiente se vuelve más festivo y turístico. Al final de la playa está Marina Beach, un restaurante que por la tarde y noche se transforma en una macrodiscoteca al aire libre. Aunque es la más grande, la zona cuenta con numerosos locales con música y fiestas, especialmente populares entre despedidas de soltero. Aquí es un buen lugar para probar la típica agua de Valencia, una bebida alcohólica que mezcla zumo de naranja, cava, vodka, ginebra, azúcar y hielo, normalmente servida en jarras para que cada uno se rellene su vaso.
💃Para salir de fiesta y tomar algo en el centro, el barrio a visitar es Ruzafa, junto a la Estació del Nord. Este barrio está lleno de bares, restaurantes y pubs, así que merece la pena recorrerlo y disfrutar del ambiente nocturno.
⚽Mestalla. Si sois aficionados al fútbol, vale la pena acercarse al estadio del Valencia CF. Situado junto al cauce del río, cerca del Puente de las Flores, es un estadio bonito, aunque algo escondido entre edificios altos. Desde lo alto del Micalet, se puede ver el característico murciélago naranja que adorna la parte superior del estadio.
🌴Excursión a la Albufera. Otra opción fuera del centro es visitar el Parque Natural de la Albufera y aprovechar para comer una auténtica paella en El Palmar, aunque hay que estar preparados para pagar un poco más por la experiencia.
🐒Bioparc. Si contáis con varios días para explorar la ciudad, podéis visitar el Bioparc, el zoológico de Valencia. Nosotros no tuvimos tiempo, pero es una opción interesante para quienes viajan con niños o aman los animales.
¿Dónde comer en Valencia?
A continuación, os presentamos una selección de restaurantes recomendados por amigos valencianos. No faltan lugares especializados en paellas y en arroz del Senyoret (el que lleva marisco ya pelado). Como veréis, hay opciones para todos los gustos.
Eso sí, siempre surgen dudas sobre este tema: la auténtica paella valenciana incluye pollo, conejo, judías verdes, alcachofa, tomate y garrofó (una alubia grande blanca típica de la región).
- La Principal. Comida valenciana, también paella. Quizás un poco caro pero merece la pena.
- Voltereta Casa. Comida internacional. Este está de moda ahora, se cena muy bien pero hay que reservar.
- Saona Císcar. Comida internacional. Parecido al anterior, si no hay sitio en ese, este es buena opción.
- San Tommaso. El mejor italiano para muchos, auténtico. Hay que reservar con antelación.
- Tinto Fino Ultramarino. Vinos y comida española.
- Mil Grullas. Comida asiática.
- Ostrabar Valencia. Uno de ostras.
- Sandwip. Un sitio de comida latinoamericana espectacular.
- Bar Mistela, un poco a las afueras, pero muy recomendable.
Si queréis disfrutar de una paella frente al mar, el sitio número uno es Casa Carmela; eso sí, el precio es bastante elevado, casi a la altura de su lista de reservas. Para una opción más asequible y también buena, podéis probar La Chipirona Playa, donde tanto las paellas como los entrantes son realmente exquisitos.
Paella valenciana
Tampoco podéis iros de Valencia sin probar la auténtica horchata (orxata) valenciana acompañada de fartons, los dulces típicos de la provincia. La horchata se elabora a partir de la chufa, un tubérculo originario del norte de África —probablemente Egipto— que fue introducido en la península ibérica por los árabes en torno al siglo VII. Esta planta necesita climas templados, por lo que en Valencia se desarrolló perfectamente. Su cultivo comienza en abril y la cosecha se realiza en noviembre.
La horchata y los fartons se pueden encontrar en mercados como el Mercat Central o el Mercat de Colón, en cafeterías y pastelerías como la Churrería Heladería Los Olivares frente a la Malvarrosa, así como en varios puestos callejeros. También podéis visitar orxaterías tradicionales como la Horchatería Santa Catalina o la Horchatería Daniel, situadas en la Plaza de la Reina.
Las Fallas
Mundialmente conocidas, las Fallas son las fiestas locales más emblemáticas de Valencia, aunque también se celebran en muchos otros pueblos de la Comunidad Valenciana. Esta fiesta atrae a miles de personas, tanto españolas como extranjeras, llegando a más de un millón de visitantes cada año durante la semana fallera.
Lo más complicado de vivir son los continuos petardos, que estallan a cada dos pasos —los tiran tanto niños como adultos, especialmente estos últimos—. Hay que estar muy atento para no recibir uno en los pies. Más allá de esto, las Fallas son una celebración que hay que ver al menos una vez en la vida. En cada rotonda se alza una enorme falla, un monumento artístico fabricado con porespán, cartón y madera por artesanos conocidos como “artistas falleros” durante todo el año, con el objetivo de ser quemados durante las fiestas. Cada falla tiene un tema y compite por numerosos premios por categorías. Hay fallas grandes y fallas infantiles, más pequeñas. Cada figura dentro de la falla se llama Ninot.
La mayoría de los turistas llega para la penúltima noche, la Nit del Foc 🔥 (Noche del Fuego), cuando un castillo de fuegos artificiales ilumina el cielo a medianoche. Después, la gente se dirige a las múltiples verbenas de la ciudad para bailar y disfrutar.
La Nit del Foc precede a la Nit de la Cremà, la noche en la que se queman todas las fallas. El quemado sigue un orden: desde las más pequeñas, desde las 22:00, hasta la gran falla de la Plaza del Ayuntamiento, que arde alrededor de la 01:00.
Durante el día, el espectáculo lo protagoniza la Mascletà, una exhibición de petardos de unos 10-15 minutos frente al Ayuntamiento en un recinto vallado. Por las mañanas también se produce la Despertà, un desfile de petardos acompañado de bandas de música a las 8:00, así que si pasáis por delante de una casa en ese momento, ¡tocará madrugar!
Finalmente, la Nit de la Cremà marca el cierre de la semana fallera, y al día siguiente la ciudad recupera su habitual tranquilidad.








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