Hoy os presentamos Chester, una ciudad de
120.000 habitantes ideal para pasar un día. Es la capital del condado de Chesire y por ella deambula el río Dee.
Río Dee recorriendo Chester
Es una típica excursión desde otras
ciudades cercanas más grandes como Liverpool, situada a 45 minutos en tren o coche y
Manchester, a poco más de una hora. Los trenes desde Liverpool a Chester salen
cada media hora, ya que son trenes regionales tipo cercanías de España o el
S-Bahn de Alemania.
De forma parecida a otras ciudades del
Reino Unido como York, el paso de los romanos por la isla hizo que Chester
se convirtiera en sus orígenes en una ciudad fortificada.
¿Qué ver en Chester?
Podemos dividir la ciudad de Chester en dos partes, en cuanto a focos turísticos principales.
Por un lado está el casco antiguo, sin
duda el punto fuerte de Chester. No está muy lejos de la estación y se puede
llegar por la calle Brook Street o City Rd, lo cual nos permitirá ver el río de
paso.
Lo primero que veremos entrando al centro
es precisamente el monumento más famoso de la ciudad, el Eastgate Clock,
ubicado en la Eastgate Street.
Este reloj se encuentra en el lugar donde
originalmente se hallaba la entrada a la ciudad fortaleza de Deva Victrix de la
provincia romana Britannia (la región que hoy se conoce como Gran Bretaña).
La puerta que hay hoy en día sobre la que
se alza el reloj data de 1768, mientras que el reloj se construyó en 1897 en
conmemoración a los 60 años de reinado de la Reina Victoria.
Eastgate Clock en la calle Eastgate Street
Siguiendo con nuestro camino por el centro, es momento
de fijarse en la arquitectura especial de esta parte de la ciudad. Se trata de
la denominada “Chester Rows” (filas de Chester) un estilo original de este lugar (de ahí que lleve el nombre de la ciudad) que consiste en una fila de locales comerciales situada en las fachadas del centro, sobre la planta baja de los edificios. De este modo, se crea una red de pasarelas elevadas que permiten un mayor número de escaparates, y a las que se accede desde ciertos puntos a través de unas escaleras. Sin duda es
algo curioso y poco común, así como el punto fuerte de esta ciudad. Lo encontraremos en la mayoría de las calles situadas en el centro o casco de Chester.
Siguiendo la Eastgate Street, llegaremos enseguida al cruce de Chester Cross,
una de las postales más típicas de la ciudad. Es simplemente la unión de las
calles Watergate Street, Eastgate Street, Bridge Street y Northgate Street, con
la iglesia de St Peter Church de fondo, pero tiene como resultado una estampa
preciosa.
Esquina Chester Cross
Girando a mano derecha veremos el otro
plato fuerte de la ciudad: la catedral de Chester (Chester Cathedral): una catedral
anglicana construida en 1093, que sufrió varias reconstrucciones en los siglos
posteriores, quedándose con una mezcla de estilos románico y gótico.
A la entrada nos darán un plano de la
catedral junto con el ticket, aunque este es gratis y solo hay que pagar
donaciones al salir a voluntad del visitante. Nada más entrar, nos daremos
cuenta de las imponentes vidrieras y la luz que tiene esta catedral de
arquitectura normanda.
Debemos fijarnos en algún detalle, que no se suele ver en otras iglesias. Hablamos, por ejemplo, de “The
Consistory Court”, una corte de justicia de 1541 construida en madera. En ella se
juzgaban todo tipo de casos, hasta castigos por no asistir a la iglesia. Se encuentra a la derecha, nada más entrar; y consiste en un cuadrado de bancos de madera con dos butacas elevadas donde se situaba el juez.
Merece la pena también prestar atención
al coro, con una sillería gótica impresionante, y el patio interior.
Interior de la catedral de Chester con el coro en primer plano
Justo enfrente de la catedral, vemos el
Ayuntamiento de Chester, de estilo neogótico y construido en el año 1869 en el lugar en que se
encontraba el antiguo ayuntamiento, venido abajo tras un incendio.
Una vez hayamos visto el centro de la
ciudad, es el momento de subir a la muralla, de la época romana, para ir a una zona un poco más
alejada y contemplar, de paso, la ciudad desde un punto más elevado.
Desde allí bajaremos para ver el anfiteatro romano (Roman Amphitheatre), que data del siglo I de la época de Deva
Victrix y es el más grande descubierto en el Reino Unido. Sin embargo, no esperéis
un gran anfiteatro pues el paso de los años se nota y su estado actualmente es
meramente testimonial.
Frente al anfiteatro se encuentra la iglesia de St John’s church (San Juan Bautista), construida en el 689 y que tiene
el orgullo de ser la primera catedral de Chester. El edificio ha sufrido varias
remodelaciones, y parte de la catedral original se puede ver en lo que hoy son
unas ruinas anexas a la iglesia actual.
En esa misma zona se pueden ver los jardines romanos (Roman Gardens), que albergan piezas romanas descubiertas en otras partes de la
ciudad en el siglo pasado y que formaron parte de la antigua ciudad romana.
En los jardines se sitúa una subida a la
muralla, que nos llevará a los dos últimos atractivos turísticos destacables de
la ciudad. Tras pasar por la Universidad de Chester, nos encontraremos con el castillo de Chester, que alberga partes del castillo medieval original
junto con otras neoclásicas de principios del siglo XIX. Uno de estos edificios
es el Museo Militar de Chesire (Cheshire Military Museum). El castillo queda
presidido por la Torre Agrícola (Agricola Tower).
Y, por último, el hipódromo de Chester
(Chester racecourse), también conocido como The Roodee 🏇🏇. Es, ni más ni menos, el
hipódromo más antiguo de Inglaterra que aún se sigue usando, ya que esta ciudad
es bastante conocida por sus carreras de caballos. Aunque no vayáis a asistir a ningún tipo de carrera, es interesante parar y ver el recinto tan grande y verde.
Hipódromo de Chester
Más alternativas
Gosvenor Museum. Si pasáis varios días en Chester, tendréis tiempo de ver este pequeño museo de la historia de la ciudad con piezas y objetos de varias épocas –desde la romana hasta la victoriana–. Es el museo más famoso de Chester y la entrada es gratuita. De lunes a sábado abre de 10:30 a 17:00 y domingos de 13:00 a 16:00.
Para los amantes de los animales, el Chester Zoo, al que nosotros no fuimos pero sí es muy famoso dentro del Reino Unido; de hecho, ha sido nombrado varios años como la atracción más visitada del país fuera de Londres.
¿Dónde dejar la maleta en Chester?
Chester es una ciudad perfecta para pasar
un día si estamos de paso entre dos ciudades, por lo que dejar la maleta en
alguna consigna se convierte en algo obligatorio para muchos, como nos pasó a
nosotros.
En la estación de trenes no hay taquillas
para dejar las cosas así que el sitio más cercano es un hotel cercano llamado
“Lloyds of Chester”, y lo encontraremos saliendo de la estación y girando a mano derecha, en el
número 108 de la calle Brook Street. Al no haber consignas en la estación se
podría decir que el hotel tiene el monopolio de maletas y por eso ponen un
precio de 5 libras por maleta sin límite de tiempo ni de tamaño.
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