Artículo actualizado en: 2022-08-10T13:38:04Z

Tubinga

Si hablamos de ciudades universitarias alemanas, no podemos dejar de hablar de Tübingen, Tubinga en castellano. Esta ciudad, ubicada al sur de Stuttgart, alberga una de las universidades más antiguas de Europa, la Eberhard Karls Universität, fundada en 1477. Tiene una población de 90.000 habitantes de los cuales 28.000 son estudiantes, un ratio tremendo. La lista de celebridades que pasaron por sus aulas es larga, los más conocidos son: Johannes Kepler, el astrónomo alemán que nos dejó las famosas leyes de Kepler que describen las órbitas de los planetas alrededor del sol; Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Georg Wilhelm Friedrich Hegel, filósofos alemanes; Horst Köhler, presidente de Alemania entre 2004 y 2010; el Papa Benedicto XVI y 11 premios Nobel.

Por el aspecto de la ciudad y el ambiente universitario, hay a quienes les recuerda a Oxford o Cambridge.

¿Cómo llegar a Tübingen?

El aeropuerto más cercano es el de Stuttgart. Desde ahí hay trenes regionales y autobuses. Por ejemplo, la empresa Flixbus conecta Tübingen con muchas otras ciudades alemanas y europeas, incluida Stuttgart. Si decides usar trenes regionales porque quieres visitar Tübingen en un día desde Stuttgart, la opción del Baden-Württemberg Ticket es la mejor. Se trata de un billete que nos sirve para viajar en todos los medios de transporte regionales dentro del estado federado de Baden Wurtemberg durante un día entero a un precio muy económico. El billete se puede comprar por internet y en las máquinas de venta de tiques que hay en todas las estaciones de trenes.

Para movernos por la ciudad no debería hacer falta transporte ya que se puede recorrer tranquilamente andando pero si alguien lo necesita hay autobuses con varias líneas. Además, los sábados son gratis para todo el mundo en la zona central, aquí lo podéis ver.

Otro día que no sea sábado, un ticket sencillo cuesta 2,60€ y uno de día entero cuesta 4,60€ por lo que merece la pena en cuanto penséis hacer dos viajes o más.

¿Qué ver en Tübingen?

Si partimos desde Hauptbahnhof, de camino al centro hemos de cruzar por un tunel que cruza las vías del tren y saldremos justo por el inicio del casco antiguo. Este lo marca la casa Epplehaus, un centro juvenil autogestionado que lleva el nombre de Richard Epple, de 17 años, quien fue disparado por la policía en una persecución en 1972 al ser confundido con un terrorista de la Fracción del Ejército Rojo (RAF), un antiguo grupo terrorista que actuaba en la República Federal Alemana o Alemania del Oeste. La historia de este edificio comienza en 1972 precisamente. En ese año, tras incendiarse un club juvenil de la época y cuyas causas quedaron por esclarecer, varios jóvenes okuparon esta casa, sede de la caja de ahorros Kreissparkasse Tübingen, que estaba vacía. Más tarde en ese mismo año, la ciudad adquirió y se lo ofreció a los jóvenes como nuevo centro cultural. En 1978 se creó la asociación Jugendzentrum Epplehaus e.V. que pasaría a ser la administradora de la casa. Desde entonces y hasta la actualidad, en ella se celebran sobre todo conciertos de música rock y electrónica.

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Eppelhaus

Descubierta esta historia, seguimos en dirección al puente Eberhardsbrücke (también conocido simplemente como Neckarbrücke) para tomarnos con la estampa principal de Tübingen, la imagen que aparece en todos los lados cuando se habla de esta ciudad. Este puente cruza por encima del río Neckar, un afluente del río Rin (Rhein), que tiene una longitud de 362 km. Y lo hace dejando una fina isla verde llamada Neckarinsel o isla del Neckar, que viene a ser como un parque o avenida arbolada.

Pues bien, la imagen de la que hablamos es la que forma la hilera de casas a orillas del Neckar junto con el propio río, justo al norte de la Neckarinsel. Lo ideal es pasear por la isla e ir viendo esta foto desde diferentes puntos. 

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Hilera de casas frente al río Neckar

Uno de los edificios característicos de este skyline es la Torre Hölderlin (Hölderlinturm) pintada de color amarillo. Aquí vivió el poeta alemán Friedrich Hölderlin desde 1807 hasta su muerte, en 1843, por lo que hoy en día la torre expone actualmente un museo de acceso gratuito en su memoria.

Junto a esta torre se puede hacer una de las actividades típicas de Tübingen y que, de hecho, nos recuerda al Punting que se hace en Cambridge. La idea es la misma, dar un paseo en barca por el río. Aquí se le conoce como Stocherkahnfahren. Stocherer es el barquero que va moviendo la barca con el palo y las barcas se llaman Stocherkahn. Hay dos embarcaderos desde donde salen, uno es aquí, junto a la Torre Hölderlin y otro es en Anlegestelle Casino, Wöhrdstraße 25. Podéis preguntar aquí a los barqueros que haya o preguntar en la oficina de turismo (Verkehrsverein Tourist u. Ticket Center) que está en el puente Neckarbrücke. Aquí tenéis más información al respecto.

Continuamos la ruta para subir al Castillo de Hohentübingen (Schloss Hohentübingen), un castillo de época medieval que hoy en día acoge el Instituto de Arqueología Clásica y su Museo de Culturas Antiguas, ambos pertenecientes a la Universidad de Tübingen.

Pasear por todo el recinto del castillo es gratis, tan solo hay que pagar para visitar el Museo de Culturas Antiguas (Museum Alte Kulturen), inaugurado en 1997. El museo es muy valioso, muestra una selección de las objetos prehistóricos y restos arqueológicos de diversas culturas y presume de ser el primer museo Universitario que recoge objetos catalogados como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Estos son, entre otros, unas pequeñas figuras de marfil de mamut; insistimos en lo de pequeñas para que no haya desilusiones luego. Sin duda son lo más destacado del museo, veremos la imagen de la figurita del caballo por todos los sitios mientras subimos al castillo. Estas provienen de la cueva Vogelherd de Suabia (la región en que nos encontramos) y fueron declaradas Patrimonio Cultural por la Unesco en 2017. En el museo hay carteles con información en alemán e inglés, aunque solo en las salas u objetos importantes. Para el que quiera también hay audioguías disponibles. Aquí tenéis los precios y horarios.

Bajando del castillo pasaremos por el Evangelisches Stift, un antiguo monasterio fundado en 1536 para estudiantes de teología y filosofía relacionados con la iglesia protestante. De hecho por aquí pasaron estudiantes como el mencionado Johannes Kepler y los filósofos Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Friedrich Schelling, entre muchos otros. Actualmente es una residencia y centro de estudios para aquellos que quieran convertirse en pastor de la iglesia en Württemberg.

Ahora vamos a callejear por el casco antiguo. Realmente en una mañana o una tarde se recorre uno el centro tranquilamente. Empezamos por la plaza principal de la ciudad, la Marktplatz o Plaza del Mercado, presidida por la Fuente de Neptuno. Esta preciosa plaza queda delimitada por casas de entramado que datan de los siglos 15 y 16. El edificio más destacado es, como no podía ser de otra manera, el Ayuntamiento (Rathaus). Este fue construido en 1435 aunque lógicamente ha sido expandido y renovado en varias ocasiones hasta tener este aspecto barroco que tiene hoy en día. La cantidad de usos que ha tenido a lo largo de su historia es, cuanto menos, llamativa. Hasta el siglo XVI en la planta baja había una cárcel, una panadería y una carnicería. Después hubo un almacén de sal, venta de cueros y en los pisos superiores tenían lugar las salas de audiencias. También destaca el reloj astronómico de la fachada, que fue añadido en 1511.

En esta plaza hay un mercado semanal por las mañanas los lunes, miércoles y viernes, así como algunos sábados donde vendedores locales ofrecen todo tipo de productos: verduras, frutas, lácteos, carnes, pescados, pan, flores, etc.

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Marktplatz durante una mañana de mercado

Un edificio singular muy cercano a la Marktplatz es la Kornhaus, que en castellano significa granero, ya que se construyó originalmente para este fin (1453). Más tarde la casa se amplió y las plantas superiores servían para representaciones de obras de teatro, fiestas y bailes durante el siglo XVI. A partir del siglo XVIII serviría como escuela y, desde 1991, alberga el Museo de la Ciudad (Stadtmuseum Tübingen). La verdad es que el museo no es algo imprescindible pero nosotros decidimos visitarlo porque es gratuito y ese día hacía mucho frío. El museo es muy variado, en la planta baja suele haber exposiciones temporales, y en plantas superiores las permanentes. En la primera planta hay una exposición sobre obras de teatro de la berlinesa Lotte Reiniger (1899-1981), quien recortaba en cartulina negra figuras y escenarios y representaba obras de siluetas, por eso esta exposición lleva el nombre de “el mundo a la luz y a la sombra” (Die Welt in Licht und Schatten). En los pisos dos y tres se adentra en la historia de la ciudad y de sus principales edificios como son el ayuntamiento, la iglesia o el castillo. Como decimos, no es algo imprescindible pero sí interesante para el que disponga del tiempo e interés.

De aquí nos movemos a la plaza anexa, la Holzmarkt. Aquí se alza imponente la iglesia de la Colegiata (Stiftskirche zu St. Georg), construida en 1470 en estilo gótico tardío. Como curiosidad, esta fue una de las primeras iglesias en convertirse al protestantismo de Martín Lutero si bien mantiene aún detalles del catolicismo. Lo que más llama la atención por fuera es lo corta que es la torre y es que, al parecer, a mitad de la construcción se quedaron sin dinero, y así decidieron dejarla. No obstante es lo suficientemente alta como para destacar en la ciudad y ver el casco antiguo desde lo alto. No siempre está abierta, pero normalmente en verano de 13 a 17, se permite subir a ella. También os animamos a entrar gratuitamente en su interior ya que en el coro se enterraron en 1593 a los 14 duques de Württemberg y sus familiares.

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Iglesia de la Colegiata en Tübingen

Por último, nos queda recorrer la calle Wilhelmstrasse, quizás la más importante del centro. Esta calle alberga importantes edificios, aunque el que más destaca es el de la biblioteca de la Universidad (Universitätsbibliothek Tübingen). Si tenéis suerte podréis entrar y ver más objetos arqueológicos descubiertos en 1931, similares a los que vimos en el Museo de Culturas Antiguas del castillo. Pero no siempre está abierta al público en general.

También en la calle Wilhelmstrasse encontramos el antiguo jardín botánico (Alter Botanischer Garten) de la Universidad en 1805 que hoy en día es simplemente un bonito parque y lugar de encuentro de estudiantes dada su cercanía a la universidad.

¿Dónde comer en Tübingen?

En Tübingen encontraréis muchos sitios donde comer ya que la ciudad goza de gran ambiente a todas horas pero queremos recomendar uno en concreto, el Neckarmüller. Es algo habitual en ciudades alemanas de tamaño mediano encontrar un restaurante principal que sirve comida de la región y en Tübingen es este. Se halla a un lado del puente Neckarbrücke, concretamente es el que está iluminado por las noches. Si el tiempo acompaña podéis comer fuera, si no dentro se está muy bien también, pero lo indispensable es que reservéis mesa a través de su web.

El restaurante está fenomenal, es una cervecería que fabrica su propia cerveza y, además, sirve comida de la zona de Suabia (Schwäbische Küche), entre otros.

Quitando este sitio, al que tenéis que ir sí o sí, nosotros también comimos en un restaurante griego llamado Traube, y en uno palestino llamado Laf Laf aunque este es más una mezcla entre restaurante y sitio de comida para llevar. En cualquier caso, ambos fueron un acierto.

Eventos en Tubinga

En todas las ciudades alemanas se celebran normalmente numerosos eventos durante todo el año y Tübingen no podía ser menos. El más curioso es el de la carrera de patos de juguete (Tübinger Entenrennen) en la que cada uno deja su patito de goma en el río Neckar y gana el que antes llegue a la meta río abajo. Tiene lugar a principios de octubre.

Otro evento singular, en este caso relacionado con la gastronomía es el chocolART, un festival dedicado al chocolate que tiene lugar anualmente la primera semana de diciembre. En él, puestos con todo tipo de variedades de chocolates de distintos países endulzan la ciudad para disfrute de los turistas, que no son pocos.

Y justo a continuación de este llegan los típicos mercadillos de navidad, tan característicos de esta zona de Europa.

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