Esslingen am Neckar, situada a tan solo 15 kilómetros de Stuttgart, se convierte en una de las excursiones favoritas para hacer desde la capital de Baden-Württemberg ya que apenas sufrió daños durante la Segunda Guerra Mundial por lo que mantiene su esencia, es bonita, agradable de pasear y se puede ver tranquilamente en un día. Tiene unos 93.000 habitantes.
¿Cómo llegar a Esslingen?
En tren hay dos maneras de llegar desde Stuttgart. La más rápida aunque más cara es con un tren regional, el trayecto apenas dura 10 minutos. Para esta opción lo mejor es comprar el Baden-Württemberg-Ticket, el billete que nos sirve para viajar en todos los medios de transporte regionales dentro del estado federado de Baden Wurtemberg durante un día entero a un precio muy económico. Este se puede comprar por internet y en las máquinas de venta de tiques que hay en todas las estaciones de trenes.
La más barata aunque un pelín más larga es con el S1, lo que nos lleva unos 20 minutos. En este caso un ticket sencillo cuesta 3,20€.
En cualquier caso, para ver los horarios podéis mirar en la página de la Deutsche Bahn. Por cierto, para los que estén interesados, sabed que hay taquillas en la estación, por si queréis dejar cosas mientras visitáis la ciudad.
¿Qué ver en Esslingen?
Nada más bajar de la estación hemos de coger la Bahnhofstraße para ir directamente al centro. Llegará un momento en que cruzaremos por un canal del río Neckar y nos dejará una bonita foto con unas casas de entramado a ras del río y la catedral de fondo, como podéis ver en la imagen. Por cierto, en ese edificio está L'Osteria, una cadena de comida italiana muy típica en Alemania, en casi todas las ciudades hay un local. Un valor seguro si buscáis donde comer.
Canal del río Neckar con la iglesia de St. Dionys de fondo
A partir de aquí ya entramos, por así decirlo, en la parte que más monumentos hay para visitar.
Empezaremos por la plaza del mercado (Marktplatz). Aunque normalmente la plaza del mercado suele ser uno de los sitios más antiguos de las ciudades, en este caso no lo es. Hasta 1811 fue parte del hospital Katharinenspital y por ello se le llamaba la plaza Spitalplatz. Hasta dicha fecha la plaza donde había un mercado era la plaza que había frente al ayuntamiento, la cual veremos más adelante. Hoy en día el mercadillo típico de estas plazas tiene lugar los miércoles y los sábados de 7 a 12:30 y se le conoce como Wochenmarkt, o mercado semanal.
Frente a la Marktplatz se alza imponente la iglesia de St. Dionys, de estilo gótico y culto protestante. Es quizás la más llamativa de la ciudad ya que destaca sobre el resto en el skylinke de la ciudad que se puede ver desde la parte más alta, a la que subiremos después. Aunque esta fue construida en el siglo XIII, lo cierto es que está erigida sobre los cimientos de otras dos iglesias más antiguas. Por fuera lógicamente os habrá llamado la atención las dos torres unidas por la pasarela. Si os fijáis bien, las torres son distintas, esto es debido a las reconstrucciones que sufrieron al ver que se derrumbaban y/o inclinaban con el tiempo. Para ejercer de refuerzo entre ambas se construyó un puente de madera que las unía en 1650 pero en 1900 se sustituyó por uno de acero revestido de madera. En el interior de la iglesia hemos de visitar las vidrieras, que son del siglo XIV, el coro y el órgano. Se puede acceder gratis.
Al otro lado de la plaza veremos un lugar que pone KESSLER Sekt. Pues bien, como habréis notado, estamos rodeados de viñas, así que no es de extrañar que aquí se fabrique vino. En este caso el famoso Kessler Sekt es vino espumoso, similar al cava, y es toda una institución aquí. Podéis visitar la bodega o comprar algún vino de recuerdo. En su página web tenéis más información al respecto.
Muy cerca de aquí hay una atracción turística llamada Klein-Venedig (pequeña Venecia). Ya hemos perdido la cuenta de cuantas pequeñas Venecia hay en el mundo y sabemos de sobra que las comparaciones son odiosas, así que en nuestra opinión esta no tiene mayor encanto. Es simplemente una parte de un canal con edificios sobre el agua y ruedas hidráulicas que aún hoy en día están en funcionamiento.
La siguiente parada es otra iglesia, la llamada Frauenkirche, inconfundible gracias a su impresionante torre gótica de 72 metros de altura. Sobre cada puerta de entrada y salida llaman la atención las figuritas que representan, por un lado, a Cristo, la virgen María y San Juan Bautista y, por otro lado, a San Jorge venciendo al dragón.
De aquí vamos a subir al castillo de Esslingen (Esslinger Burg). En primer lugar vamos a aclarar que hoy en día apenas queda una torre y una muralla por lo que no se considera una visita a un castillo en sí. Para ello hemos de subir una larga escalera (Seilergang) que va junto a la muralla, pero esta sufrida subida no es vano pues nos va a regalar unas continuas y espectaculares vistas de los viñedos que rodean la ciudad y del propio casco antiguo. Una vez lleguéis a la parte alta, simplemente disfrutad. Podéis pasear por la parte de detrás de la muralla que tiene un parque bien cuidado y acercaros a ver la Dicker Turm, la torre que queda en pie de la muralla medieval. La torre se utiliza para eventos, de hecho está abierta a todos para que puedan alquilarla pagando la correspondiente tarifa, claro está.
Panorámica de Esslingen desde el castillo
Visto Esslingen desde las alturas toca bajar para terminar de ver el casco antiguo. Vamos primero a la plaza del Ayuntamiento (Rathausplatz) donde, sorpresa, se halla el Antiguo Ayuntamiento (Altes Rathaus). Se trata de un edificio doble ya que si lo miramos de frente veremos la fachada principal, construida en 1589 con el reloj astronómico y las figuras alegóricas Justitia y Temperantia mientras que si al bordearlo veremos que la parte de detrás es un gran edificio de clásico estilo de entramado de madera tan típico del sur de Alemania, en este caso de 1420. Volviendo a la fachada, cada hora, el águila negra que hay situada en la parte más alta mueve sus alas.
Antiguo Ayuntamiento de Esslingen
Bordeamos el ayuntamiento por la izquierda para llegar a otra plaza importante de Esslingen, la Hafenmarkt. Alrededor de esta plaza encontramos las esquinas y casas más bonitas de la ciudad. En la plaza en sí destaca el Museo de la Ciudad, ubicado en la emblemática Casa Amarilla (Stadtmuseum im Gelben Haus). Aparte de eso es un buen sitio para tomar algo en alguna terraza si el tiempo acompaña.
Una de las calles perpendiculares a Hafenmarkt
Nos dirigimos ahora al sur para pasear por el Maille, el parque urbano de Esslingen. Con buen tiempo, ya se en verano o en otoño resulta agradable recorrerlo y ver estampas bonitas como esta, en uno de sus extremos.
Nos queda aún por ver la que para nosotros fue una de las calles más encantadoras, si no la que más. Hablamos de la Küferstraße que termina en la Wolfstor, la torre de defensa de la ciudad más antigua de la ciudad, del 1220. Está decorada con leones, pero como parecen más bien lobos (Wolf en alemán), la torre tomó este nombre en 1551.
Por último y un tanto alejado del centro se encuentra la llamada Villa Merkel, que nada tiene que ver con la canciller alemana Angela Merkel. Se trata de una galería de arte construida por Oscar Merkel en 1873. El edificio en sí impresiona, sobre todo por su tamaño, pero los jardines que lo rodean no se quedan atrás. Aquí podéis ver los horarios y precios para los que estén interesados.
Mercadillo de Navidad de Esslingen
Como sabéis, los mercadillos de navidad en Alemania son uno de sus principales atractivos culturales y, en este caso, Esslingen tiene uno de los más bonitos y, sobre todo, curioso. Se le conoce como Der Esslinger Mittelaltermarkt & Weihnachtsmarkt y se trata de un mercado que consta de dos partes: un mercadillo navideño al uso, y un mercadillo medieval. Este último es lo que lo hace tan especial, actuaciones de grupos tocando música de la época, la decoración, las casetas, la iluminación con candelabros y antorchas, etc. Una bonita experiencia si estáis por la zona.
Excursiones desde Esslingen
Aunque Esslingen en sí ya sea, por su tamaño, una excursión, también podemos hacer alguna escapada desde aquí, concretamente al pueblo vecino de 14.000 habitantes llamado Plochingen. Es bastante pequeño, su casco antiguo apenas abarca tres o cuatro calles bonitas aunque lo que más destaca de la ciudad es una zona de viviendas del famoso arquitecto austriaco Hundertwasser en 1994. Se conocen como Unterm Regenturm. Muchas son las obras de Hundertwasser distribuidas sobre todo por Alemania y Austria y por suerte para el turista hay una aquí. La mala noticia es que es un patio de viviendas privadas, como una urbanización y, como tal, no está abierto al público. Se puede uno acercar a la verja que la separa de la calle para ver más o menos el interior, como hicimos nosotros, o bien pedir una visita guiada a través de la web del ayuntamiento.
Urbanización Unterm Regenturm en Plochingen
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