Monte Albán era la antigua capital del pueblo zapoteco, pueblo que habitaba en la región de Oaxaca hasta el siglo XV aproximadamente. Es, asimismo, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1987, al igual que el casco antiguo de Oaxaca.
Hoy en día está compuesto principalmente por restos arqueológicos pero nos sirven para hacernos una idea de la importancia y antigüedad de dicha ciudad. Según los estudios, se cree que se fundó en torno al 500 a.C. y el nombre se lo pusieron los españoles cuando llegaron pues decían que les recordaba a los montes albanos de Italia.
Contexto histórico de Monte Albán
Para entender la visita a Monte Albán, es imprescindible ubicarlo en la escala temporal, muy útil sobre todo cuando hemos visitado más recintos arqueológicos de Mesoamérica. La región de Mesoamérica incluye los países de Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, así como los estados del sur de México. Se distinguen tres períodos de la civilización mesoamericana:
- Preclásico (2500 a.C. – 200 d.C.) – Primeros asentamientos y desarrollo de muchas culturas, las más importantes fueron la olmeca, zapoteca y maya. Al final de este periodo también se funda Teotihuacán.
- Clásico (200 d.C. – 900 d.C.) – en esta época alcanzaron su máximo esplendor civilizaciones como la teotihuacana en Teotihuacán (100 d.C. – 650 d.C.) o la zapoteca en Monte Albán (500 a.C. – 750 d.C.). Los mayas vivieron en los tres periodos, en este en concreto destacaron las ciudades-estado Palenque, en Chiapas, o Tikal, en Guatemala.
- Posclásico (900 d.C. – 1521 d.C. con la llegada de los españoles) – el inicio lo marcan las caídas de grandes civilizaciones, cuyos habitantes migran y fundan o repueblan otros asentamientos. En esta época convivieron los aztecas/mexicas en el centro del país, mayas en Chichen Itzá y Uxmal, en Yucatán, y florecieron ciudades como Tlatelolco, Cholula y Mitla, entre muchas otras.
Monte Albán y Teotihuacán, una en el sur y otra en el norte, fueron las dos civilizaciones más importantes del período clásico, ambas se respetaban y no entraban en conflicto la una con la otra. Por ponerlo en contexto, Monte Albán es una ciudad 300 años más antigua que Teotihuacán, si bien en cuanto habitantes e importancia, gana Teotihuacán. Monte Albán tuvo 50.000 habitantes en su máximo apogeo (500 d.C. – 750 d.C.) por los 100.000-200.000 que tuvo Teotihuacán en su mejor época (300 d.C. – 600 d.C.). De hecho, fijaos si están relacionadas, que cuando Teotihuacán colapsa y se abandona (650 d.C.), esa competencia que tenían desaparece y Monte Albán creció en cuanto a poder y extensión urbana.
¿Cómo llegar a Monte Albán?
Por suerte, Monte Albán se encuentra a tan solo 10 kilómetros del centro de Oaxaca, por lo que es una excursión prácticamente obligada, como quien dice.
Lo más fácil para llegar es con una excursión. En este caso nosotros lo recomendamos pues las explicaciones de un guía certificado son indispensables para entender Monte Albán, si no tan solo veréis un conjunto de ruinas. Hay muchas agencias de viajes y excursiones en Oaxaca que ofrecen Monte Albán en medio día, tiempo suficiente para verlo, o de día completo con otra serie de actividades. Nosotros cogimos la de día completo con Lescas Tours Oaxaca.
También podéis ir por libre tomando un taxi desde Oaxaca y, el que quiera, contratar un guía privado allí.
La entrada al recinto cuesta 80 MXN por persona y el horario es todos los días del año de 10 a 16 horas.
¿Qué ver en Monte Albán?
Monte Albán fue la civilización más importante al sur de México en el período clásico. El resto de poblaciones, por ejemplo Mitla que la visitamos desde Oaxaca, pagaban tributos a los zapotecos.
Monte Albán se fundó en el 500 a.C. y fue la ciudad prehispánica más longeva de todo México, permaneciendo activa durante más de 1.300 años. Similar a Teotihuacán o Chichen Itzá, Monte Albán colapsó en el 750 d.C. por conflictos internos y quedó abandonada. Por esa razón, los españoles no tuvieron interés en esta zona cuando llegaron. De lo contrario, hoy en día esto estaría lleno de iglesias. Alfonso Caso (1896-1970) fue el arqueólogo que más tiempo dedicó y más descubrimientos hizo sobre Monte Albán, sobre todo la famosa Tumba 7, que albergaba una gran cantidad de objetos y tesoros zapotecos y mixtecos de valor incalculable. En el Museo de las Culturas de Oaxaca hay una exposición sobre ella muy interesante. La euforia por el descubrimiento de la Tumba 7 contrastó con la decepción al ver que el 80% de las tumbas de Monte Albán habían sido saqueadas.
En Monte Albán vivieron dos civilizaciones a lo largo de su historia. Primero, los zapotecas y, más tarde, en el Periodo Posclásico, los mixtecas. El nombre, como comentábamos, se lo pusieron los españoles, y como el sitio estaba abandonado no hay evidencias certeras que puedan demostrar cuál fue el nombre de la ciudad. Los zapotecos la llamaban Dani Baán, que significaba “Montaña sagrada”, y los mixtecos la llamaban Yucucúi, que significaba “Cerro Verde”. Los mexicas la llamaban Oselotepec, que en náhuatl significaba “Cerro del Jaguar”.
Monte Albán está en el Valle de Oaxaca, a unos 2.000 metros sobre el nivel del mar, lo que le otorga vistas espectaculares de los valles circundantes. Los zapotecas hicieron una obra de ingeniería para cortar y aplanar la cima de una montaña para crear una explanada donde levantaron sus estructuras usando materiales del propio monte que habían cortado. Sus habitantes no vivían en la cima sino en las laderas del monte y en terrazas de cultivo, ya que se dedicaban principalmente a la agricultura (cultivo de maíz, frijol, calabaza y chile).
Vamos ya con lo que ver. Aquí en Monte Albán veremos dos tipos de construcciones principalmente: pirámides y residencias. Las pirámides eran templos religiosos y se identifican claramente. Las residencias eran edificios de aspecto plano y debajo de ellas estaban las tumbas de las familias que las habitaron.
Monte Albán no es tan grande como Teotihuacán y un recorrido por todos sus atractivos no tiene pérdida, aunque habéis de estar atentos para no saltaros ninguno. En realidad, no es que no sea tan grande, sino que solo se ha explorado una mínima parte de todo el territorio, como siempre por falta de fondos.
Mapa de Monte Albán. Fuente: Wikipedia Commons
El recorrido se inicia desde la entrada, donde tenemos una maqueta en relieve con las áreas que se pueden visitar. La primera parada es la llamada Plataforma Norte, cuya construcción más destacada es el Patio Hundido. Una característica de los patios en Monte Albán es que todos estaban construidos en forma cuadrada. En medio del Patio Hundido se halla un altar.
Patio Hundido en la Plataforma Norte
A continuación llegamos a la Plaza Central, también llamada Gran Plaza, una enorme superficie rodeada de pirámides y residencias varias. Cada uno de los edificios están nombrados con letras del abecedario, Edificio P, Edificio J, etc. tal y como podéis ver en el anterior mapa.
Como curiosidad, la Plaza Central de Monte Albán aparece en el reverso de los billetes de 20 pesos, fijaos. Otro dato importante es que antes se podía subir a las pirámides pero desde la pandemia del Covid-19 tan solo se puede a una.
Plaza Central de Monte Albán vista desde la Plataforma Norte
A la izquierda de la Plaza Central encontramos un campo de Juego de Pelota. El juego consistía en pasar una pelota de caucho de 4 kg por unos aros de piedra que había a los lados del campo, pero solo se podía utilizar la cadera, antebrazos, codos y rodillas para golpearla, según la región donde se jugara. No está claro cuándo se acababa el juego pero sí se sabe que o bien el perdedor, el mánager del jugador perdedor era sacrificado como ofrenda a los dioses. Algunas teorías dicen que era el ganador el que era sacrificado pero se sabe que los ganadores eran promocionados por sus mánager por otros territorios por lo que no podían ser estos los que murieran. En cualquier caso, depende de la región, la época y la interpretación de los arqueólogos. Lo curioso de este juego es que se jugó paralelamente en todos los lugares de Mesoamérica, aunque con algunas diferencias. Por ejemplo, aquí en Monte Albán no había aros por los que meter la pelota.
En ese mismo lado pero un poco más para adelante veremos las ruinas del Palacio, construcción que data de los años 350 d.C. – 800 d.C. Era el lugar de residencia de sacerdotes y clase alta local. Lástima que hoy en día solo se conserven los muros y, por eso, el edificio pasa un tanto desapercibido.
Seguimos atravesando la plaza hasta llegar al otro extremo, donde se halla la Plataforma Sur, cuya pirámide es la única a la que se puede subir actualmente. Tiene unas vistas soberbias de la plaza.
Bajando de la pirámide a mano izquierda veremos las figuras de los Danzantes, unas estelas o piedras talladas en las que se muestran figuras de personas con diversas posturas de tal manera que parece que están bailando. Algunos dicen que representaban humanos de tribus o pueblos enemigos que fueron apresados y torturados, de ahí que tengan esa postura.
Estelas de los Danzantes
Desde aquí iniciamos el camino de vuelta hacia la entrada (y salida), pero ahora, en vez de ir por el camino vinimos, vamos a ir por la izquierda para ver varias residencias/tumbas.
Las dos más grandes son las tumbas 103 y 104, donde vemos es un gran patio con partes de los muros que formaban las residencias. Debajo, se encontraban las tumbas. Si habéis estado o vais a Ciudad de México, no os perdáis el Museo de Antropología pues, entre muchas otras cosas, hay una reproducción de la Tumba 104 por dentro, así nos podemos imaginar cómo era y los objetos que se encontraron.
Residencia de la tumba 104
En Monte Albán todas las tumbas están cerradas a excepción de una, la tumba 108, situada al lado de las 103 y 104. Es simplemente una escalinata que baja a una estrecha habitación o mausoleo subterráneo donde se enterraba a la gente, está bien para hacernos una idea. Sin embargo, no está apenas indicado y en esta parte no hay muchos turistas ya que está como por detrás del recinto principal, así que puede ser un poco difícil de encontrar, pero merece la pena para completar la visita.
Solo por curiosidad, la tumba 7 mencionada anteriormente no está en esta parte sino junto al aparcamiento, pero en cualquier caso lo interesante sobre ella se encuentra en el Museo de las Culturas de Oaxaca.





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