Taormina es una ciudad de apenas 10.000 habitantes ubicada al este de la isla de Sicilia. Está situada en una colina del Monte Tauro (Monte Taurus), a unos 200 metros sobre el nivel del mar. A pesar de su pequeño tamaño, Taormina es uno de los lugares más turísticos de Sicilia, por no decir el que más. Es realmente precioso pero nos dejó un sabor agridulce que había tanta gente que apenas se podía caminar.
Por eso mucha gente que va a pasar aquí varios días decide alojarse en pueblos cercanos como Giardini Naxos y tomar el bus para venir a pasar el día a Taormina.
¿Cómo llegar a Taormina?
Si venís en coche, sabed que no se puede aparcar en el casco antiguo, ni siquiera se puede entrar en coche en algunas partes. Y cuidado no aparquéis en zonas marcadas como ZTL (Zona a Traffico Limitato) ya que son solo para residentes.
Por tanto, lo mejor es dejarlo en alguno de sus aparcamientos. Hay dos, el primero está debajo de la ciudad, llamado Parcheggio Lumbi, pero al pagar el ticket te incluye el shuttle bus que te sube al centro. El otro es el Parcheggio Porta Catania, que tiene un precio de 10€ por dos horas, y 1€ más cada hora. Si vas con el tiempo justo, lo mejor es dejarlo en el del centro, para no perder mucho tiempo. Si vais a estar varios días, es mejor dejarlo en el de las afueras.
Si venís en transporte público podéis hacer uso del tren, cuyos horarios y conexiones podéis encontrar en Trenitalia, o en autobús con la compañía Etna Transporti, que tiene buses directos con el Aeropuerto de Catania, por ejemplo.
Por cierto, Taormina carga una tasa turística de 3€ por persona y noche, cobrada en el hotel al final de la estancia, pero destinados al mantenimiento de la ciudad.
Breve historia de Taormina
Los primeros habitantes de la isla fueron los Siculi, en la prehistoria. Hacia el año 734 a.C., llegaron los griegos procedentes de la vecina Naxos —la primera colonia griega en Sicilia— y fundaron la ciudad con el nombre de Tauromenium, que se puede traducir como “lugar sobre el Tauro”, en referencia a la montaña junto a la que se asentó la población. Los romanos conquistaron la ciudad en el 212 a.C.; más tarde pasó a formar parte del Imperio Bizantino. Durante la dominación árabe, la ciudad formó parte del Emirato de Sicilia y recibió el nombre de Almoezia.
En 1061 los normandos invadieron Sicilia, dividiendo la isla entre árabes y normandos. La conquista normanda se completó a finales del siglo XI y el nombre volvió a ser Tauromenion. Luego llegaron los alemanes de la familia de los Hohenstaufen y la ciudad vivió un florecimiento cultural. Tras un periodo de guerra civil entre los partidarios de los Hohenstaufen y los del Imperio angevino, el poder cayó en la Corona de Aragón en 1282 y recuperó la tranquilidad. En 1806, Fernando I de las Dos Sicilias, monarca borbón que gobernaba Sicilia en esa época, regaló la isla de Isola Bella a Taormina.
¿Qué ver en Taormina?
La ciudad de Taormina resulta fácil de visitar, ya que sus principales atractivos se encuentran a lo largo de la calle principal, Corso Umberto, que conecta la Porta Catania con la Porta Messina.
La calle empieza por Porta Catania, justo junto al aparcamiento que mencionamos anteriormente del mismo nombre. Así que, si aparcáis ahí, este itinerario os viene como anillo al dedo. Porta Catania, construida en 1440, es la puerta más antigua que se conserva de la antigua ciudad medieval.
Tras cruzar la puerta, entramos de lleno en la calle Corso Umberto. La primera parada será la Piazza Duomo, donde se encuentra la Catedral de Taormina (Duomo di Taormina), del siglo XIII, dedicada a San Nicolás de Bari. Por su fachada de piedra, almenas y robusto aspecto en general, tiene más forma de fortaleza que de catedral. La razón, simplemente, es que es un edificio de época medieval, construido en arquitectura románico-gótica. Se puede acceder a su interior gratuitamente.
Asimismo, en la plaza destaca la Fontana di Piazza Duomo, fuente barroca de 1635, también conocida como las “4 fuentes”, en referencia a las cuatro pequeñas columnas con figuras de caballitos de mar que rodean la fuente. Antiguamente todas ellas manaban agua por su boca, hoy en día solo lo hace una.
Piazza Duomo
Siguiendo por Corso Umberto, enseguida nos toparemos con la Torre dell'Orologio e Porta di mezzo que, como su nombre indica, se trata de una torre del reloj y una de las puertas de la ciudad que formaba parte de las fortificaciones de la ciudad antigua. La torre se construyó en el siglo XII sobre una base defensiva del siglo IV a.C. que había en este lugar. Sin embargo, en 1676 fue arrasada por las tropas francesas de Luis XIV. Tres años más tarde, en 1679, se reconstruyó y se le incorporó el reloj mecánico que podemos ver ahora. Por último, en 1966, bajo el arco de la puerta, se añadió un mosaico bizantino para recordar el pasado de la ciudad que representa a una Madonna con el niño Jesús.
Al cruzar la puerta nos encontraremos en la Piazza IX Aprile, una preciosa plaza en la que, por un lado, está rodeada de pintorescas casas y edificios del casco antiguo y, por el otro, unas espectaculares vistas al mar Jónico y el volcán Etna al fondo. Entre los edificios de la plaza destaca la Chiesa di San Giuseppe, de estilo barroco. Por fuera no llama tanto la atención, pero, por dentro, está bellamente ornamentada y tiene un marcado carácter barroco, con frescos y obras de estuco. El horario es de 9:00 a 20:00, diariamente, y la entrada es gratuita.
Piazza IX Aprile
Taormina tiene muchas callejuelas en su casco antiguo, una de ellas es Vicolo Stretto, la calle más estrecha de Taormina, de menos de un metro de ancho.
Ahora nos desviamos brevemente por una de las perpendiculares a Corso Umberto para ver la Naumachia di Taormina. Se entiende por naumachia el muro de ladrillo de 122 metros de largo, 5 metros de alto y 18 nichos, construido en torno al siglo II d.C., en época romana, lo que la convierte en la estructura más antigua de la ciudad después del Teatro Antiguo. Sin embargo, quedan dudas sobre cuál fue su utilidad en el pasado. Naumachia puede traducirse como “batalla del mar” y eran construcciones romanas similares a los coliseos, pero con agua en el medio y eran utilizadas para organizar batallas navales ficticias con el objetivo de entretener al público. Por eso, la primera hipótesis es que este muro era parte del muro exterior de una naumachia. Sin embargo, otra hipótesis de más peso es que simplemente se trataba de una gran cuenca de agua que abastecía a la escuela cercana y a la ciudad. Tras siglos enterrada, la Naumachia di Taormina se descubrió en 1943 y se aprovechó para edificar casas sobre él.
Naumachia di Taormina
Desviándonos de Corso Umberto por esta misma calle donde está la Naumachia se llega a la Villa Comunale de Taormina —también conocida como Giardini della Villa Comunale—, unos jardines públicos preciosos ideales para pasear, descansar y admirar el paisaje desde alguno de sus miradores. Es un lugar tranquilo, lejos del bullicioso turismo del centro, creado a finales del siglo XIX por Lady Florence Trevelyan, una noble inglesa que vivió en Taormina y diseñó estos jardines como refugio personal privado. Más tarde, en 1922, se los regaló a la ciudad.
Volvemos y continuamos por Corso Umberto hasta llegar al Palacio Corvaja (Palazzo Corvaja), todo un ejemplo de la historia de Taormina y todos los pueblos que la habitaron en el pasado. El palacio se construyó entre los siglos XII y XIV a modo de fortaleza árabe normanda, eso sí, sobre los cimientos de una estructura romana. Aunque la estructura es principalmente normanda, destaca una torre de estilo árabe a finales del siglo XIII. Los principales residentes del palacio fueron los miembros de la familia noble Corvaja, quienes lo habitaron desde 1538 hasta 1945, de ahí que se haya puesto este nombre. Sobre los usos del palacio, en el siglo XV albergó el parlamento siciliano durante la época de gobierno español, mientras que hoy en día se usa como museo y lugar de exposiciones temporales, por lo que no suele estar abierto al público de manera general.
Junto al Palacio Corvaja vamos a acercarnos a ver el Odeón, un pequeño teatro de época romana —construido en torno al siglo II d.C.— utilizado para representaciones teatrales, literarias y musicales. Estuvo mucho tiempo enterrado hasta que, en 1892, un vecino se topó con él durante unas obras en su finca y se descubrió lo que había. Se puede visitar gratuitamente desde las 9:00 de la mañana.
Odeón de Taormina
La calle Corso Umberto que comenzó en Porta Catania termina en la Porta Messina, otra de las puertas de entrada y salida a la ciudad amurallada.
Nos queda para el final la atracción número uno de Taormina, su Antiguo Teatro (Teatro Antico di Taormina), construido en el siglo III a.C. por los griegos y, posteriormente, reformado y aumentado por los romanos. Por tanto, lo que vemos actualmente es principalmente el aspecto que le dieron los romanos. El primer teatro griego tenía una capacidad para 5400 espectadores en la cavea (las gradas), la cual estaba tallada en piedra, algo escasa para los espectáculos romanos. Por eso, estos decidieron reconstruirlo en el siglo II d.C. para acoger combates de gladiadores, luchadores de todo tipo, animales, etc. También se añadió un doble pórtico arriba de la cavea, cubierto por un tejado abovedado, en principio para acoger a más espectadores. Ambos pórticos presentan unos nichos que, se piensa, pudieron albergar estatuas en su interior. En los siglos posteriores, Sicilia fue un no parar de asedios y conquistas por parte de otros pueblos, lo que provocó que el teatro se deteriorara con el tiempo.
Ya en el siglo XIX el edificio del escenario se reconstruyó parcialmente, aunque aún se conservan algunas columnas de orden corintio del teatro original. El original estaba decorado con estatuas y estructuras de mármol de diversos colores, y tenía las dos aperturas laterales bajo los arcos. Desgraciadamente, fruto de las guerras y abandono, una gran grieta se abrió en el centro. Hoy en día se han acondicionado las gradas para acoger espectadores, pues se usa a menudo para festivales —como el Festival de Cine de Taormina—, conciertos y todo tipo de eventos.
Actualmente es el segundo más grande de Sicilia después del de Siracusa. Al estar situado en la parte alta de la ciudad, las vistas desde este lugar son espectaculares, se ve el mar, la ciudad de Taormina, la bahía de Naxos y, por si fuera poco, el Etna de fondo. En su página web podéis ver los horarios y los precios y no olvidéis que el primer domingo de cada mes es gratuito.
Antiguo Teatro de Taormina con el Etna al fondo
Más alternativas en Taormina
Hasta aquí hemos visto lo que ver en un día en Taormina, digamos, lo imprescindible. Sin embargo, Taormina es súper agradable y mucha gente se queda varios días por la zona. En tal caso, podéis completar vuestra visita con las siguientes atracciones:
Isola Bella, una pequeña isla en el mar Jónico declarada reserva natural en 1998, situada muy cerquita de Taormina. Tan cerca que está unida por un banco de arena a la Playa de Isola Bella (Spiaggia di Isola Bella), la cual suele estar siempre bastante llena. La entrada a la isla, al ser un espacio natural protegido, tiene unos horarios y un precio. Abre diariamente de 9:00 a 19:00 y tiene un precio de 5€. También es muy popular el tomar un barco que da una vuelta por la isla y alrededores, con puntos destacados como la cueva Grotta Azzurra. Para llegar hasta la playa desde Taormina, la mejor opción es tomar el teleférico (Funivia - Taormina Mazzarò) que conecta Taormina con el pueblo (y playa) de abajo, Mazzaró, y de ahí caminar hasta Isola Bella. Si no queréis ir en teleférico, siempre está la opción de hacerlo caminando.
Castelmola, un pueblo situado sobre Taormina, desde el que se obtienen unas vistas fabulosas de la ciudad y del mar. Lo único es que la carretera para subir tiene bastantes curvas y se hace pesada la conducción. También se puede subir en autobús de la compañía Interbus desde la parada que hay junto a Porta Messina. E incluso se puede subir andando, si la condición física y el tiempo son buenos.
San Domenico Palace, Taormina, A four Seasons Hotel. Este lujoso hotel fue escenario de la segunda temporada de The White Lotus y, desde entonces, se ha vuelto un imán para los fans de la serie. Hasta para simplemente tomarse un cóctel hay que reservar con antelación.
¿Dónde comer en Taormina?
Hay varios restaurantes en Taormina, muchos buenos, lo difícil es conseguir un hueco, sobre todo en temporada alta. También notamos que los precios son ligeramente más altos que en el resto de la isla, a consecuencia del turismo masificado que viene cada año. Algunos de los restaurantes que recomendamos son:
Osteria da Rita (dal 1991) – su especialidad son los platos de pasta, desde los típicos italianos como la carbonara hasta algunos de la zona como la pasta a la norma o pasta con le sarde. También tenéis entrantes variados como la caponata siciliana, parmigiana, bruschetta, calamares, etc. Lo bueno (y lo malo) es que no admiten reservas, así que debéis hacer cola al llegar hasta que os asignen un sitio.
Bam Bar – todo un clásico de la ciudad, preciosamente decorado, el mejor sitio de granita de Taormina. La granita siciliana es un postre helado parecido a un granizado cuyos ingredientes básicos son solo agua, azúcar y fruta. Se puede tomar tanto para desayunar, merendar o de postre en la comida o la cena. En Sicilia, lo tradicional es comerla con pan brioche: se coge un pedazo del brioche, se pone una cucharada de granita sobre él, y se come. Es un sitio muy popular, al que han ido muchos famosos cuando están de visita por la isla, por lo que, de nuevo, lo malo es que suele haber mucha cola para sentarse. Tampoco sirven para llevar cuando hay mucha demanda, porque están hasta arriba. Así que es cuestión de suerte y paciencia.
Rosticceria Da Cristina – por si no queréis perder mucho tiempo y buscáis comer algo rápido. Tienen arancini, empanadas, etc.
Al Saraceno – un restaurante elegante con unas vistas del Etna desde su terraza brutales. Para sentarse en la terraza hay que reservar (casi) obligatoriamente y, de no presentarse o cancelar con menos de 24 horas de antelación, te cobran 60€ por persona de la tarjeta que hay que dar en el momento de la reserva.
Otros que no estuvimos pero que nos recomendaron: Trattoria Tiramisù y Villa Zuccaro Pizzeria Taormina.






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