En Ciudad de México (CDMX), también conocida como simplemente México, damos el pistoletazo de salida a nuestra ruta de 3 semanas por las ciudades coloniales ubicadas en la zona central del país. México es tan grande que un viaje vacacional estándar no da para ver todo el país, habéis de elegir una zona: si os gustan las ciudades coloniales y cultura mexicana os recomendamos nuestro viaje; si buscáis naturaleza y paisajes quizás Chiapas es una buena opción; y si, por el contrario, preferís algo más relajado y disfrutar de las paradisíacas playas, os recomendamos visitar sitios como Cancún y Holbox en la Península de Yucatán. También podéis hacer mitad playas, mitad ciudades, eso ya como veáis.
Nuestra ruta fue la siguiente:
- Ciudad de México - 4 días
- Taxco - 1 día (excursión de un día desde CDMX)
- Puebla - 1 día (excursión de un día desde CDMX)
- Santiago de Querétaro - 1 día
- San Miguel de Allende - 2 días
- Guanajuato - 2 días
- Oaxaca de Juárez - 4 días
¿Cómo moverse por México?
México es un país enorme y si queremos movernos por él vamos a tener que recorrer grandes distancias. Incluso aunque haya sitios que parezcan cercanos, puede que la conexión no sea tan rápida. La red de trenes aquí no está muy desarrollada por lo que las opciones que tenemos son las siguientes:
🚗En coche de alquiler, en cuyo caso siempre se recomienda que no sea uno de alta gama que suelen ser un imán para los asaltadores, algo relativamente común en México. No obstante, la conducción en México dista mucho de la de Europa, así que en nuestra opinión, esta la dejaríamos como última alternativa.
🚌En autobuses – os recomendamos las empresas ETN y Primera Plus para ir al norte de CDMX, y ADO para ir hacia el sur. Primera Plus y ETN son empresas de primera clase, los asientos son espaciosos y comodísimos, y tienen televisión, cascos y wifi para usar WhatsApp, Facebook y Twitter. Entre las dos nos quedamos, sin duda, con Primera Plus.
Si compráis los tickets online suelen ser más baratos que en las taquillas. Otra cosa que tenéis que saber es la diferencia entre “local” y “de paso” a la hora de ver los trayectos. Local significa que el trayecto se empieza en esa misma estación donde vas a comprar el billete mientras que “de paso” significa que el bus viene de otra ciudad y hace una parada en esa estación para recoger pasajeros, lo que implica que puede tener algún retraso. Los descuentos para estudiantes que veis en las webs son solo para estudiantes en México, no extranjeros.
✈En avión – hay varios aeropuertos en el país pero lo malo es que no hay casi vuelos internos que no pasen por CDMX, en el 90% de los casos hay que hacer escala en la capital. En nuestro caso, por ejemplo, para ir de Guanajuato a Oaxaca de Juárez no había vuelos directos y tuvimos que hacer escala en CDMX. Otra cosa importante a saber es que hay una tasa extra que se aplica en cada vuelo nacional e internacional llamada Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) que nos va a añadir un buen pico a la coste final del vuelo. Que no os sorprenda si el precio mostrado en los buscadores de vuelos no es el mismo que paguemos al finalizar la compra.
¿Cómo moverse por Ciudad de México?
Como todo el mundo sabe, hay que tener cuidado a la hora de desplazarse por la ciudad para evitar riesgos tontos que nos puedan causar un disgusto en el viaje. Nosotros nos movimos en todo momento con Uber, pues es relativamente barato y seguro, ya que tienes matrícula, datos del conductor y evaluaciones sobre el mismo.
Otra opción es la red de metro, aunque esta solo la recomendamos coger por las mañanas, a plena luz del día y siempre echando un ojo a tus pertenencias. En este sentido, nada que no haya que hacer en el metro de Madrid o Barcelona. Algo curioso del metro de CDMX es que hay vagones exclusivamente para mujeres y otros mixtos.
En ningún caso cojáis taxis, la fama de los secuestros en taxis sin licencia es de sobra conocida así que coged taxis solo si os los han llamado desde el hotel donde os hospedáis y son de confianza.
Seguridad
México es un país precioso pero para disfrutarlo hay que tener un poco más de cuidado que cuando viajamos por Europa. Más que nada hay que tener sentido común.
Si no queréis correr ningún riesgo lo mejor es visitar los barrios más turísticos de las ciudades y hacer todo a plena luz del día. Esto incluye viajar, no se recomienda viajar de noche ya que aumentan las posibilidades de sufrir asaltos, incluso si se va en autobús.
Además, es mejor no llevar llamativas joyas ni nada ostentoso. En general nada que pueda sugerir que se tiene dinero.
Se recomienda dejar el pasaporte, tarjetas y dinero en la caja fuerte del hotel, y salir a hacer turismo únicamente con lo justo, es decir, un poco de efectivo, una tarjeta y una fotocopia del pasaporte, no el original.
Para evitar riesgos también se recomienda sacar dinero en cajeros donde haya más gente, por ejemplo en los de un centro comercial o en una sucursal de un banco con video vigilancia, nada de en cajero de una calle poco transitada y de noche.
Información y consejos
México es un país muy católico, más de un 80% de la población se declara de esta religión. Sin embargo, más que por Jesús o la Virgen María, sienten especial devoción por la Virgen de Guadalupe.
Bebed agua siempre embotellada y llevad Fortasec o medicamento similar por si os da diarrea, que no sería nada raro. Allí lo llaman la venganza de Moctezuma.
Por supuesto, llevad un seguro de viaje válido en el extranjero.
La moneda nacional es el peso mexicano (MXN). Actualmente 1 euro equivale a 20 pesos mexicanos.
Os recomendamos comprar una tarjeta SIM en el aeropuerto, no cuestan mucho y tener datos móviles en el viaje nos va a facilitar mucho la vida. Nos mencionaron la tarjeta de MOBO y fue la que cogimos. El precio fue de 249 MXN por 3 GB durante 30 días. En el aeropuerto, Terminal 2, hay un puesto de MOBO donde la puedes comprar, ellos te la instalan y te la dejan lista para usar.
Llevad una tarjeta una que os permita sacar en cajeros y que os hagan el cambio de moneda con las menores tasas posibles, como puede ser Revolut, que fue la que llevamos nosotros. De los cajeros que probamos para sacar dinero tanto en el aeropuerto como en la ciudad, el que menos comisión nos cobraba fue el de Banorte. En cualquier caso, siempre llevad efectivo, pues hay muchos sitios donde no aceptan tarjetas.
En cuanto a los enchufes, nos van a hacer falta adaptadores ya que en México usan clavijas tipo F mientras que en España tipo C.
También es conveniente que reviséis vuestra cartilla de vacunaciones ya que, dependiendo de la zona a la que viajes dentro del país, sobre todo si es zona de selva, serán necesarias unas vacunas u otras.
Breve historia de México
Para disfrutar del viaje al cien por cien es imprescindible entender bien, aunque sea de manera breve, la historia del país, o al menos los principales acontecimientos.
Antes de la conquista española, esta región se conocía como el Imperio Azteca o Imperio Mexica (1325-1521 d.C.) cuya capital era México-Tenochtitlan, lo que hoy en día es CDMX. Los mexicas o aztecas, eran los habitantes de este imperio. El idioma oficial era el náhuatl y su último rey antes de la conquista fue Moctezuma II. La conquista en sí ocurrió entre 1519 y 1521, fue obra del reino de Castilla con Hernán Cortés a la cabeza, así como de otros pueblos indígenas de Mesoamérica (territorio que abarcaba México, Belize, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y el norte de Costa Rica) como los tlaxcaltecas que se unieron a la causa al estar sometidos a la tiranía de los mexicas y que supuso el fin del Imperio Azteca en 1521. En ese momento, México pasó a formar parte del territorio español bajo el nombre de Nueva España y se fundó la Ciudad de México en el lugar que ocupaba México-Tenochtitlan. Además de Hernán Cortés, hay que destacar a dos personajes más en esta parte de la historia, a sus dos traductores. El primero fue Jerónimo de Águilar, un prisionero de los mayas que estuvo preso del 1511 al 1519 en Yucatán, lo que le permitió aprender la lengua maya y ejercer de traductor para Cortés cuando este le rescató en 1519. Aún más importante que de Aguilar fue La Malinche, una indígena esclava que fue ofrecida como regalo a Cortés durante su avance por el país. Fue de vital importancia pues ella dominaba el maya y el náhuatl, lo que le permitió ejercer de traductora durante la mayor parte de la conquista. Aunque algunos la tachan de traidora por ayudar a los conquistadores extranjeros frente a los de su país, lo cierto es que en aquel momento México no era México sino un conjunto de distintos pueblos indígenas y el suyo era otro de los que estaban sometidos a los mexicas, motivo por el cual, al igual que los otros pueblos indígenas, decidieron ayudar a Cortés.
Tres siglos más tarde comienza guerra por la independencia (1810-1821), concretamente el 16 de septiembre de 1810. El 27 de septiembre de 1821, México es declarada independiente del Imperio Español, formándose de esta manera el Imperio mexicano. Luego hubo varios cambios políticos y de gobierno en el paso hacia formar una república.
Años más tarde tiene lugar otro periodo revuelto de la historia mexicana. Entre 1858 y 1861 tiene lugar la Guerra de Reforma que enfrenta a liberales (republicanos) y conservadores (monárquicos). Los liberales se alzan con la victoria y Benito Juárez es proclamado presidente del país. Esta guerra dejó sin un duro al país por lo que Juárez decide no pagar la deuda externa que tenía con países como España, Reino Unido o Francia. Entonces, en 1864, Napoleón III, amigo de Austria, en su deseo de expansión territorial, aprovecha esta situación para enviar a México a Maximiliano I de Habsburgo, el hermano de Francisco José de Habsburgo, con el objetivo de reinar en el país. Lógicamente esto fue una putada para Maximiliano, pues tenía que ir a gobernar un país que no conocía en absoluto, donde no dominaba el idioma, y donde nadie le había elegido. Al principio contaba con el apoyo de los conservadores mexicanos, que acababan de perder la guerra frente a los liberales, pero las ideas liberales del propio Maximiliano como libertad en la religión y regulación de las condiciones del trabajo de los indígenas hicieron que los conservadores mexicanos dejaran de apoyarle y los liberales mexicanos, aunque compartían ideales, seguían viéndolo como otro conquistador europeo más. Maximiliano I, pese a su esfuerzo por integrarse y mejorar la prosperidad al país, se encuentra solo después de que Francia retirara su ejército de México y su mujer Carlota volviera a Europa a buscar apoyo. Trató de abdicar pero su madre, Sofía de Baviera, le invitó a que aguantara. Ante el avance de las tropas liberales, Maximiliano se recluye en un monasterio en Santiago de Querétaro donde, finalmente, es fusilado en mayo de 1867.
Benito Juárez llega a la presidencia del país en 1867 y se convierte, además de en el primer y único presidente indígena de México, en uno de los mejor valorados de la historia. En 1871 vuelve a ser elegido presidente en las elecciones por delante del general Porfirio Díaz. Este alega que las elecciones han sido fraudulentas y en ese mismo año se produce un intento de golpe de estado por parte de otros militares bajo el mando de Miguel Negrete.
En 1876 el general Porfirio Díaz asciende al poder e instaura una dictadura militar en lo que se conoce como el Porfiriato (1876-1911). Con el paso del tiempo crece el descontento social y se produce la Revolución Mexicana, que dio comienzo en 1910 y consiguió derrocar al dictador gracias a varios nombres propios: Francisco I. Madero, quien fue elegido en 1911 nuevo presidente de México; y Emiliano Zapata y Pancho Villa, dos líderes militares de la revolución: Zapata al sur de la capital y Villa al norte.
Un dato importante sobre Porfirio Díaz es que, antes de subir al poder e instaurar una dictadura militar, fue un general que promovió muchas obras públicas y por eso hoy muchas calles, plazas y monumentos llevan su nombre. Todas se referirán a él como General Porfirio y no como Presidente Porfirio, con el objetivo de ensalzar dicha etapa y no recordar la parte oscura de su historia que es cuando fue presidente.
En 1913 se produce otro golpe de estado, esta vez efectivo, por parte del militar Victoriano Huerta, quien torturó a Madero hasta que firmó su renuncia al poder. No contentos con eso, poco más tarde, le fusilarían hasta acabar con su vida. El golpista Huerta se autonombró presidente de México pero varios problemas con sus aliados Félix Díaz (sobrino del dictador Porfirio Díaz) así como con el gobierno de EEUU, hicieron que en 1914 renunciara al cargo y huyera.
Hay algunas películas y/o documentales interesantes que ayudan a entender partes de la historia mexicana. Por ejemplo, la película de Viva Zapata de 1952, o los documentales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que se pueden ver en YouTube, donde destacan los de Maximiliano I y Hernán Cortés.
¿Qué ver en Ciudad de México?
Estamos ante una ciudad muy extensa muy poblada, concretamente con 9,2 millones de habitantes, así que vamos a dividir lo que ver en distritos, para poder dividirlos en días distintos y no estar yendo de uno a otro, que nos llevaría mucho tiempo. El territorio en CDMX se divide en 16 municipios, los cuales están formados por colonias; hay un total de 207 colonias dentro de los 16 municipios. Aunque de manera incorrecta, para facilitar las cosas, nos vamos referir a todos ellos como barrios o distritos.
De todos los distritos que hay, nosotros vamos a visitar los siguientes: Centro, Coyoacán, Roma Norte, Tlatelolco, Miguel Hidalgo, Xochimilco y San Ángel. Asimismo, debemos evitar pasar por los siguientes: Morelos, Lagunilla y Tepito. Si los veis en el mapa, son los barrios colindantes con el norte de Centro, por lo que conviene estar atento vaya que paseando sin rumbo acabemos sin darnos cuenta en alguno de estos barrios.
Recordamos que el nombre oficial es Ciudad de México, hasta 2016 se llamaba México DF (Distrito Federal) ya que estaba considerada un distrito federal de la Ciudad de México. En 2016 deja de ser un distrito federal y pasa a ser el estado número 32 del país.
Aclarado esto, vamos ya con las cosas que visitar en la ciudad.
CENTRO
En este barrio se encuentran la gran mayoría de atractivos que vamos a visitar por lo que se nos pueden ir tranquilamente uno o dos días completos aquí. El centro histórico es, además, Patrimonio de la Humanidad desde 1987.
Empezamos por el Zócalo o Plaza de la Constitución, el centro neurálgico de Ciudad de México. Esta fue creada en 1524 después de que la ciudad quedara destruida tras la invasión Española. Algo curioso es que todos los días a las 6 de la mañana izan la enorme bandera mexicana que preside la plaza, y a media tarde la retiran. Varios edificios son los que rodean la plaza, todos ellos dignos de mención:
- Catedral Metropolitana de la Ciudad de México – fue construida entre 1571 y 1813 siguiendo la arquitectura de las catedrales españolas. Es, por tanto, una catedral de culto católico. Se puede acceder gratuitamente a su interior. Dentro llama la atención el Cristo negro o Señor del Veneno. Cuenta la leyenda que un hombre fue a confesar ante un cura un robo y asesinato, y este le dijo que no bastaba con el perdón de Dios, sino que debía entregarse a la justicia. El hombre quedó muy a disgusto con lo que oyó y decidió rociar los pies del Cristo con veneno, pues el cura los besaba todas las noches durante sus rezos. Sin embargo, el milagro ocurrió cuando este fue a besarlos y el Cristo retiró los pies, de tal manera que su cuerpo absorbió el veneno y pasó a ser negro.
- Palacio Nacional – se construyó en 1522 para que residiera Hernán Cortés, curiosamente encima de donde estaba situado el palacio donde vivía el último rey azteca Moctezuma II. Sirvió como edificio administrativo del Virreinato de Nueva España, es decir, de la parte del Imperio español que abarcaba los territorios conquistados en Norte América. Tras la independencia de México en 1821, el edificio siguió utilizándose para prácticamente los mismos usos: sede de los tres poderes, el ejecutivo, legislativo y judicial; y residencia de los presidentes y gobernantes. Además, anualmente tiene lugar aquí un discurso del presidente de la república en honor al llamado “Grito de Independencia”, que fue un llamamiento del cura Miguel Hidalgo a la ciudad de Dolores para iniciar la revolución frente a los españoles. Ese llamamiento ocurrió el 15 de septiembre de 1810 y el inicio de la revolución dio comienzo al día siguiente, el 16. Por eso, el discurso del presidente en el Palacio Nacional tiene lugar anualmente el 15S y el 16S es día festivo nacional (Día de la Independencia de México). Además del discurso, el presidente hace sonar la Campana de Dolores 🔔, la que el cura Miguel Hidalgo hizo sonar en la madrugada del 16 de septiembre de 1810 en la ciudad de Dolores Hidalgo (Guanajuato) para arengar al pueblo a alzarse frente a los conquistadores españoles. La campana fue trasladada en 1896 por Porfirio Díaz de Dolores Hidalgo a la capital del país. Este imponente edificio barroco se puede visitar por dentro, donde destacan los preciosos murales del pintor mexicano Diego Rivera, del que hablaremos más adelante. En el momento de nuestra visita el palacio estaba cerrado y únicamente ofrecen visitas guiadas de pago a través de Zoom.
- Antiguo Palacio del Ayuntamiento – otro edificio ordenado por la Corona de Castilla tras la conquista. Actualmente sirve como edificio gubernamental.
- Edificio de Gobierno – este edificio es una réplica del anterior construida en 1948 y ejerce asimismo como edificio gubernamental, tal y como su propio nombre indica.
El Zócalo con la Catedral de fondo en el acto de recogida de bandera por la tarde
A un lado de la catedral tenemos el Templo Mayor, un recinto arqueológico con ruinas de la antigua ciudad de México-Tenochtitlan. Aunque no quede mucho en pie, lo cierto es que el Templo Mayor era el edificio religioso más importante de la antigua ciudad azteca. Consistía en una gran pirámide coronada por dos altares en paralelo. Asimismo, en el Museo de Antropología hay una maqueta que representa la ciudad de México-Tenochtitlan y ahí podremos hacernos mejor una idea acerca de este templo. La visita os permitirá ver simulaciones de cómo era este templo, ver los restos que quedan en pie del recinto donde se encontraba, así como de algunos edificios que lo rodeaban, y un museo con objetos encontrados en el mismo. La entrada al recinto requiere un pago de 85 MXN, y abre de martes a domingo, de 9 a 17. Una cosa importante, no se puede pasar con agua ni comida en las mochilas, tendréis que bebérosla antes de entrar en caso de que llevéis.
Zona arqueológica del Templo Mayor y con la Catedral Metropolitana al fondo
La entrada al Templo Mayor también es válida para entrar al Templo de Ehécatl, más bien las ruinas de este que ahora mismo están bajo tierra y han creado un museo para mostrarlas. También se habla acerca del famoso Tlachtli o “juego de pelota” que se jugaba en la época prehispánica, aunque de ello aprenderemos más en el Museo de Antropología. La entrada a esta zona arqueológica se encuentra detrás de la Catedral Metropolitana.
Nos vamos a dirigir brevemente hacia el norte para ver los Murales de la Secretaría de Educación Pública. La Secretaría de Educación Pública (SEP) se halla en un majestuoso conjunto de edificios barrocos de varios siglos y en uno de ellos se encuentran una serie de murales que Diego Rivera pintó entre 1923 y 1928 a modo decorativo. Los cuadros ilustran tradiciones y costumbres mexicanas así como pasajes de su historia. Se puede visitar gratuitamente, tan solo hay que dejar un carné identificativo en la entrada.
Es mejor no ir más al norte, pues empezaríamos a entrar en barrios más peligrosos. Lo más al norte que recomendamos ir es hasta Plaza Garibaldi, una plaza muy popular por ser frecuentada por mariachis, aunque no es que estén tocando, sino que simplemente esperan a ser contratados. No solo los turistas los contratan, es también común que mexicanos vengan aquí a contratarlos para bautizos, bodas o fiestas de quince años, algo muy típico en México. Además, hay varias esculturas a algunos de los mariachis más conocidos, quizás el más destacado es Javier Solis. También es preciso mencionar que la plaza tiene un aspecto un poco decadente así que recomendamos visitarla únicamente durante el día y volver al centro.
Ahora vamos hacia el este donde hay otro nicho con varios lugares de interés. En primer lugar nos toparemos con la Plaza Manuel Tolsá que lleva el nombre del arquitecto y escultor español quien se mudó en 1791 a lo que era Nueva España para continuar con su obra. En medio de la plaza se alza la Estatua Ecuestre de Carlos IV, quien era rey de España en esos momentos (de 1788 a 1808), esculpida en 1802 por Tolsá mientras que a sendos lados de la misma se encuentran el Museo de la Minería (también obra de Tolsá en 1813) y el Museo Nacional De Arte.
A continuación debemos parar para admirar el espectacular Palacio de Correos de México. Se construyó en 1907 durante la dictadura de Porfirio Díaz y aún hoy en día se pueden enviar cartas desde aquí. Lo impresionante es, sobre todo su interior, no dejéis de entrar pues además es gratis. Hay también un breve museo explicativo en la planta baja, la única que se puede visitar, no se puede subir a las superiores.
Interior del Palacio de Correos
Desde aquí seguramente veremos una torre alta que nace en la calle de al lado; pues bien, se trata de la Torre Latinoamericana. Este rascacielos mide 181,3 metros de altura y se construyó en 1956, lo que lo convirtió en el edificio más alto de la ciudad hasta 1972, cuando se construyó la Torre World Trade Center. También fue uno de los primeros rascacielos del mundo en ser construido con ingeniería antisísmica, algo extremadamente necesario en un país donde confluyen 5 placas tectónicas y se registran miles de sismos al año. Sobrevivió, de hecho, a los peores terremotos sufridos en México, los de 1957, 1985 y 2017. Hoy en día es un excelente mirador con vistas 360° a los edificios más importantes del centro, nosotros recomendamos entrar a última hora del día, ya que es de lo poco que abre hasta tarde y las vistas son mejores, si cabe, cuando está a punto de anochecer y los edificios están iluminados. El horario es de lunes a domingo de 9 a 22 y el precio es de 160 MXN los adultos y 120 MXN los niños de 4 a 11 años.
Vistas desde la Torre Latinoamericana al anochecer
La Torre Latinoamericana se encuentra en la calle Avenida Francisco I. Madero, una de las calles más importantes puesto que conecta el Palacio de Bellas Artes con el Zócalo y una de las más transitadas ya que es peatonal y está llena de comercios varios. Seguramente pases por ella más de una y más de dos veces durante vuestra estancia en CDMX.
Junto a la torre vamos a parar a fijarnos en la Casa de los Azulejos, llamada así porque está decorada con azulejos de talavera poblana. Talavera es un tipo de cerámica y poblana indica que procede de la ciudad de Puebla, situada al sureste de CDMX. Se construyó en el siglo XVI, como casi todo lo que veremos en el casco antiguo, y también recibe el nombre de Palacio de los condes del Valle de Orizaba, pues la casa pertenecía a esta adinerada familia, que además ocupaba cargos en el gobierno de la Nueva España. Desde 1917 el palacio se adaptó para su nuevo uso: un restaurante y tienda del grupo Sanborns. Por tanto, puedes ver el patio del palacio entrando un segundo al restaurante, o incluso sentarte a tomar algo o comer. Otra cosa, acordaos de rodear el edificio, pues las vistas desde otras caras son distintas.
Casa de los Azulejos
De manera opcional, podéis pasaros a visitar también el Palacio de Iturbide, a dos minutos andando de donde estamos. Es un edificio barroco impresionante de 1785 que acoge exposiciones temporales y cuyo acceso es gratuito. En el momento de nuestra visita había una exposición de cuadros religiosos. También tiene el nombre de Palacio de Cultura Citibanamex porque el Banco Nacional de México (Banamex) se hizo con el inmueble en 1964 y pasó a ser un centro cultural. El horario es de lunes a domingo de 10 a 19.
A continuación vamos a visitar el Palacio de Bellas Artes, el edificio que aparece en prácticamente todas las portadas de guías de viajes de CDMX. Se empezó a construir 1904 también durante el Porfiriato pero se paró varios años debido a la Revolución mexicana y no pudo inaugurarse hasta el 1934. Es un edificio multiusos, alberga el Museo Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de Arquitectura así como la Orquesta Sinfónica Nacional y la Compañía Nacional de Ópera, entre otros. En cuanto a su arquitectura, el edificio está construido en estilo Art Nouveau por fuera y art déco por dentro. El palacio consta de varios museos de arte: dos temporales –en nuestro caso uno sobre la pintora Rina Lazo y otro sobre el surrealismo/dadaísmo–, y uno permanente en la última planta sobre muralistas mexicanos como David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera. El mural más famoso de este museo es El hombre controlador del universo, de Diego Rivera. Este mural se pintó originalmente en el Rockefeller Center de Nueva York, pero a la familia Rockefeller no le gustó nada que incluyera una imagen del líder comunista Vladimir Lenin y mandó destruirlo. En CDMX sí gustó y le pidieron que lo repitiera para el Palacio de Bellas Artes. El precio para visitar su interior es de 80 MXN, solo pago en efectivo. Abre a las 10 y se hace cola por la entrada de la izquierda, si estamos situados frente a la fachada principal. La visita suele llevar una hora aproximadamente.
Las mejores vistas del palacio se obtienen desde la Cafetería Finca Don Porfirio, situada en el edificio de enfrente. Se entra por la puerta que hay debajo de Sears, y hay que subir hasta la planta 8. Es obligatorio consumir algo, aunque no es muy caro, tienen croissants, cafés, desayunos varios. Abre a las 11, así que lo ideal es visitar el Palacio nada más abrir, a las 10, y luego subir a la cafetería, ya que así podremos coger un sitio con buenas vistas antes de que vaya mucha gente.
Vistas del Palacio de Bellas Artes desde la Cafetería Finca Don Porfirio
El Palacio de Bellas Artes se encuentra a las puertas de la Alameda Central, el parque público más antiguo de México. Se construyó en 1592 siguiendo los cánones de la Alameda de Hércules de Sevilla que acababa de ser construida recientemente. Un gran monumento de forma semicircular llama nuestra atención dentro del parque: se trata del Hemiciclo a Juárez, en memoria del que fuera presidente mexicano Benito Juárez, del que hemos hablado anteriormente en la sección de la historia de México. Se erigió en 1910 en estilo neoclásico y consta de 12 columnas dóricas y la figura de Benito Juárez en la parte central. Además del Hemiciclo hay varias fuentes y esculturas, todas ellas en perfecto estado después de que hayan sido restauradas recientemente. A uno de los lados del parque hay un mural en miniatura del Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central del que hablaremos a continuación.
Si salimos del parque por el oeste, iremos a parar al Museo Mural Diego Rivera, el cual contiene exposiciones temporales variadas y, su gran atractivo, el enorme fresco pintado por Diego Rivera en 1947 titulado Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Este se encontraba en un primer momento en el Hotel El Prado, pero tras el terremoto de 1985 del que hablaremos más adelante, se construyó un museo expresamente para albergarlo.
Para entender bien el cuadro hace falta un poco de conocimiento sobre México porque representa a más de 100 personajes emblemáticos de la historia de México. Para los turistas con conocimientos básicos nos basta con identificar los siguientes: en el centro del cuadro aparece la Catrina (el tradicional personaje femenino de la cultura mexicana utilizado especialmente en Día de Muertos), de la mano de Diego Rivera, que se autorretrató en forma de niño. Detrás de ellos aparece la pintora mexicana Frida Kahlo con el yin y el yang en su mano. La parte de la izquierda del cuadro muestra los momentos más importantes de la historia de México como la llegada de los españoles, la época colonial y la posterior independencia, entre otros, todo ello a través de multitud de personajes entre los que podemos distinguir a Hernán Cortés con las manos manchadas de sangre, en referencia a la conquista. Por otro lado, la sección derecha ilustra la revolución y la lucha de clases, y aquí podemos identificar al dictador Porfirio Díaz, al expresidente Madero y al revolucionario Emiliano Zapata.
No obstante, en el propio museo hay una explicación más detallada de quiénes son cada uno de ellos. El museo es de pago, solo en efectivo, y abre hasta las 18:00.
Museo Mural de Diego Rivera
Nos vamos a dirigir ahora hacia el sur para ver dos mercados. En primer lugar, el Mercado de San Juan, ubicado en un moderno edificio, es un mercado de productos gastronómicos de todo tipo, no solo para los turistas sino que lugareños y restaurantes hacen también aquí sus compras. Aparte de los típicos puestos de carnes, frutas, quesos y verduras, encontraréis otros con alimentos exóticos como insectos (tarántulas, escorpiones, gusanos) y carnes de animales poco comunes como león, cocodrilo, jabalí o avestruz. También tiene puestos de souvenirs. Abre todos los días de 7 a 18, si bien hay puestos que cierran antes, según quiera cada uno ese día.
Y a unos cinco minutos andando veremos el otro mercado que comentábamos, el Mercado de Artesanías La Ciudadela que, en este caso, nada tiene que ver con la comida sino con las artesanías tradicionales de todo México. Es el mejor sitio para comprar algún souvenir, por los precios y por tener la certeza de que el producto es auténtico. Este mercado nos gustó más, pues representa mejor el concepto de mercadillo mexicano, un lugar laberíntico con multitud de puestos uno a continuación de otro. No se puede regatear pero hacen un pequeño descuento si pagas en efectivo en vez de con tarjeta.
TLATELOLCO
En Tlatelolco solo vamos a visitar una plaza, la Plaza de las Tres Culturas, cuyo nombre proviene de que en un mismo lugar veremos construcciones de tres épocas totalmente distintas:
→Época mesoamericana – tenemos la zona arqueológica de Tlatelolco. En la etapa prehispánica, México-Tlatelolco era una ciudad separada e independiente de México-Tenochtitlan y estaba habitada por el pueblo tlatelolco, una rama de los mexicas. Lógicamente muestran muchas similitudes pues estaban habitadas por un mismo pueblo, los mexicas, y adoraban al mismo Dios, Huitzilopochtli, pero por desavenencias varias acabaron separándose. La conquista española trajo consigo la destrucción de esta ciudad, uno de los núcleos principales de los mexica. Por suerte, hay evidencias de que el mercado de Tlatelolco debía ser increíble, por la cantidad de gente y productos que había en ella. En el Museo de Antropología se puede ver una representación de cómo podría haber sido. La visita a la zona arqueológica es gratuita, y cierra a las 17. Consta de un museo sobre piezas y objetos encontrados y las ruinas de la ciudad. Se pueden distinguir aún las bases de algunas pirámides (templos religiosos de los indígenas), y la más importante era la del Templo Mayor de Tlatelolco (no confundir con el Templo Mayor de Tenochtitlan que está junto al Zócalo)
→Época española – los españoles destruyeron esta ciudad y, ayudándose de las piedras de las pirámides, construyeron en 1527 la Templo de Santiago apóstol, por eso parece como si todo fuera un mismo conjunto, cuando en realidad son de distintas épocas.
→Época mexicana – representada por la moderna Torre de Tlatelolco y los edificios que hay alrededor de la plaza obra del arquitecto mexicano Mario Pani Darqui inspirados en los conceptos de Le Corbusier, sobre todo de La Unidad habitacional de Marsella.
Dejando a un lado las edificaciones de la plaza, este lugar fue testigo de un día trágico en la historia de México: Masacre de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968. Ese día tenía lugar en esta plaza un discurso por movimientos estudiantiles en protesta por la represión sufrida por los estudiantes por parte de la policía del entonces México D.F. El ejército intervino y acabó con la vida de entre 300 y 400 jóvenes. Hoy en día, una placa conmemorativa en el medio de la plaza nos recuerda esta tragedia.
Para llegar a Tlatelolco es mejor venir en Uber, pues está un poco lejos y se atraviesan barrios poco turísticos. En cualquier caso, si es a plena luz del día también se puede ir andando. Nosotros fuimos en Uber y bajamos andando hasta Plaza Garibaldi y, aunque se nota que es una zona más pobre, descuidad y quizás, insegura, no nos pasó nada.
Complejo arqueológico de Tlatelolco y Templo de Santiago apóstol a la derecha
ROMA NORTE, JUÁREZ, CONDESA
Estos tres son actualmente los barrios donde más ambiente hay, lo que hace que sean calles donde haya siempre bastante gente y sean, por tanto, más o menos seguras durante el día. También hay que decir que son los barrios más modernos y, por tanto, los más caros. En esta zona tenemos también varias cosas por ver.
Empezaremos por la Avenida Paseo de la Reforma, la gran calle similar a los Campos Elíseos de París o al Paseo de la Castellana de Madrid, que delimita el barrio de Juárez por el norte. A lo largo de esta tenemos que prestar atención a varios monumentos, los cuales, eso sí, se encuentran lejos entre sí por lo que tendremos que hacer uso del autobús o del Uber:
- Rascacielos – Reforma es la zona de los rascacielos y algunos de los más altos como la Torre Mayor, de 225 metros de altura, o la Torre Reforma, de 246 metros, se encuentran en esta avenida. No obstante, ninguno de estos es el más alto, el más alto está en el barrio de Coyoacán.
- El Ángel de la Independencia – un monumento inaugurado en 1910 por Porfirio Díaz en conmemoración del centenario del inicio de la Guerra de la Independencia mexicana. La Victoria Alada que corona la columna está hecha de bronce y recubierta de pan de oro. Como anécdota mencionar que en 1957 durante un terremoto que sacudió la ciudad, al ángel se le cayó la cabeza y tuvo que ser reemplazada. Es decir, lo que vemos ahora mismo es una réplica mientras que la original, o lo que queda de ella, se haya en el Archivo Histórico de la Ciudad de México (Casa de los Condes de Heras).
- Fuente de la Diana Cazadora – monumento inaugurado en 1942 que representa a la diosa de la caza, Diana, según la mitología romana. O Artemisa si nos guiamos por la mitología griega. Curiosamente, si seguimos la dirección del arco, encontraremos la flecha clavada en la pared perteneciente a unos cines.
- Monumento a la Revolución – un enorme edificio en honor a la Revolución mexicana que, además, alberga un mausoleo donde yacen los cuerpos de algunos de los héroes de tan importante etapa en la historia del país. En 1910, coincidiendo con el Centenario del inicio de la independencia de México, Porfirio Díaz tuvo la idea de construir un imponente palacio gubernamental similar al Parlamento de Budapest y, por ello contrató a unos arquitectos franceses. Sin embargo, ese año estalló la Revolución mexicana contra el propio Porfirio y la obra, ya empezada, quedó abandonada durante 20 años. En 1933 se rescató el proyecto aunque con un cambió de guion, pues se decidió que sirviera como mausoleo para personajes históricos de la Revolución. Desde 1942 se fueron trayendo desde otros panteones a este lugar los restos de Francisco I. Madero, Venustiano Carranza y Pancho Villa, entre otros. Entre los usos del monumento, destacan el de mirador y el de Museo Nacional de la Revolución, con diversos objetos de la misma. El mirador es una construcción moderna, se sube por un lujoso ascensor transparente, aunque los últimos metros son a pie por unas escaleras un tanto claustrofóbicas. En nuestra opinión, un ascensor tan moderno en el medio del edificio queda un poco feo. Las vistas desde arriba están bien, aunque no tienen ni punto de comparación con las de la Torre Latinoamericana. El precio es de 120 MXN y los horarios los podéis ver en su página web.
Ángel de la Independencia y rascacielos en la Avenida de la Reforma
Saliendo de la Avenida Paseo de la Reforma, también podéis echar un ojo a la Fuente de Cibeles. Sí, habéis oído bien, en CDMX existe una réplica de la plaza homóloga de Madrid. Se erigió en 1980 como para icono del hermanamiento entre Ciudad de México y Madrid y se reformó en 2011.
Otra actividad diferente que podéis hacer por esta zona, siempre y cuando tengáis días suficientes, es acudir al Arena México para ver un espectáculo de lucha mexicana.
MIGUEL HIDALGO
El Paseo de la Reforma del que hablábamos antes se inicia precisamente en el Parque de Chapultepec, el cual se encuentra ya en el barrio de Miguel Hidalgo y va a ser nuestra primera parada del recorrido. El bosque o parque de Chapultepec es nada más y nada menos que el parque urbano más grande de América, más incluso que el Central Park de Nueva York, que siempre se pone como ejemplo para que seamos conscientes de las dimensiones de este. Chapultepec es un nombre puesto por los mexicas, que en náhuatl significa cerro del chapulín, por su semejanza al cuerpo de este insecto, comúnmente conocido como saltamontes.
De entre todas las cosas que podemos encontrar en el parque destaca lo siguiente:
El monumento a los Niños Héroes, en memoria de los jóvenes militares que perdieron la vida en la llamada Batalla de Chapultepec del 13 de septiembre de 1847 con motivo de la invasión estadounidense en territorio mexicano.
El Castillo de Chapultepec, construido en 1788 en estilo barroco y neoclásico y que hoy en día alberga el Museo Nacional de Historia. Digamos que está dividido en dos partes:
- el Museo de historia que consta de 12 salas sobre la historia del país. Un repaso sobre la conquista, sobre Benito Juárez, sobre los llamados héroes de la independencia como Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, José María Morelos, sobre la pérdida de Texas y otros estados durante la guerra mexicano-estadounidense en 1848 y sobre Porfirio Díaz y los revolucionarios Pancho Villa y Emiliano Zapata.
- el Alcázar, con 22 salas que muestran las habitaciones del castillo en el que vivieron, entre otros, Porfirio Díaz, Maximiliano I y Carlota de México. Maximiliano I era el hermano pequeño del emperador de Austria Francisco José I, y ejerció de emperador de México de 1864 a 1867, tal y como hemos contado más arriba en la historia de México. Maximiliano I y Carlota, acostumbrados a los lujosos palacios de Viena, encontraron en este castillo lo más parecido a su Europa natal. Una de las piezas de más valor del museo es el carruaje oficial de Maximiliano. La verdad es que el palacio nos encantó, los jardines bien cuidados, los suelos de la terraza preciosos y las vistas de la ciudad sublimes. También nos sorprendió la manera en que se visita, las habitaciones se ven desde el balcón, no desde su interior. Además, está muy bien explicado los usos de cada habitáculo según quién vivió en él.
Se puede pagar en efectivo en la caja o con tarjeta en las máquinas que hay al lado. No se pueden pasar botellas de agua ni comida al recinto. Aquí podéis ver los horarios y precios. La visita nos llevó 2 horas y media.
Patio del Alcázar en el Castillo de Chapultepec
El Museo de Antropología. Casi todo lo que vemos en México son cosas de le época colonial, es decir, posterior al 1519 aproximadamente pero desgraciadamente, la conquista trajo consigo mucha destrucción del arte y cultura azteca. Por eso, este museo es uno de los imprescindibles pues en él podemos encontrar interesantes exposiciones, objetos y esculturas prehispánicos. Hay muchas salas: introducción a la antropología, Teotihuacán, Mexica, Culturas de Oaxaca, Culturas de la Costa del Golfo, Los Mayas, Culturas de Occidente y Pueblos Indios de hoy. Las salas están alrededor del patio central y se empieza por la derecha. Si vais justos de tiempo, las más destacadas son la Sala Teotihuacán y la Sala Mexica que alberga la Piedra del Sol, también conocido como el calendario Azteca. También aprenderéis en qué consiste el famoso juego de pelota que jugaban los distintos pueblos indígenas. Lo curioso es que se jugaba paralelamente en muchas zonas de Mesoamérica por distintos pueblos (mayas, aztecas/mexicas, zapotecas, etc.) y con reglas similares con alguna diferencia. El juego consistía en pasar una pelota de caucho de 4 kg por unos aros de piedra que había a los lados del campo, pero solo se podía utilizar la cadera, antebrazos, codos y rodillas para golpearla, según la región donde se jugara. No está claro cuándo se acababa el juego pero sí se sabe que o bien el perdedor, o bien el mánager del jugador perdedor era sacrificado. Algunas teorías dicen que era el ganador el que era sacrificado pero se sabe que los ganadores eran promocionados por sus mánager por otros territorios por lo que no podían ser estos los que murieran. Podéis ver una simulación de un campo de juego de pelota en el museo. No solo era un deporte sino también un ritual con mucho simbolismo en relación con el sol, la luna, el Dios Huitzilopochtli.
Se puede pagar en efectivo en la caja o con tarjeta en las máquinas que hay al lado y así ahorrarnos la cola. En su página web podéis ver sus horarios y precios. La visita nos llevó 3 horas y media y eso que fuimos rápido por algunas salas, la verdad es que es un museo en el que puedes echar tranquilamente el día entero.
Sala Mexica con la Piedra del Sol al fondo en el Museo de Antropología
COYOACÁN
Vamos ahora con otro emblemático barrio que, en este caso, se encuentra un poco lejos del centro por lo que habremos de ir en transporte público o en Uber. De hecho, antaño era una ciudad separada a CDMX. Puestos a organizaros, esta zona es mejor visitarla a continuación o previo a Xochimilco, del que hablaremos más adelante.
Si es posible, recomendamos ir de viernes a domingo que es cuando más ambiente hay. Fue una de las zonas que más nos gustó, todas las plazas llenas de gente, músicos ambulantes tocando en cada esquina, un montón de puestos de comida, en fin, plan perfecto de tarde.
Como curiosidad, os diremos que Hernán Cortés vivió un tiempo aquí cuando se estableció en Ciudad de México.
Plaza Jardín Hidalgo en Coyoacán
No obstante, empezaremos visitando la atracción principal de Coyoacán, el Museo Frida Kahlo, también llamado Casa Azul. Frida Kahlo (1907-1954) es uno de los personajes más queridos y conocidos en todo el mundo de la cultura mexicana. Nosotros nos leímos un libro sobre su biografía antes de viajar para conocer más a fondo su vida y desde luego que lo que no le pasara a ella, no le pasó a nadie. Brevemente, Frida se dedicó en su vida a la pintura, al igual que hicieran sus padres, la mexicana Matilde Calderón y el alemán Carl Wilhelm Kahlo. Su juventud queda marcada por un grave accidente de tráfico cuando viajaba en autobús que le causó fractura de columna vertebral, varias costillas, la clavícula y varios huesos. Este hecho le hizo empezar a pintar más seriamente, pues antes lo hacía pero sin mayor interés. En 1929 se casa con el también pintor mexicano Diego Rivera y con el que tiene una relación de altibajos; de hecho, se divorciaron más tarde y se volvieron a casar de nuevo. Diego Rivera era un poco mujeriego y tuvo varias aventuras durante el matrimonio con Frida, incluida una con su hermana, Cristina Kahlo, principal causa del divorcio. Aunque no tantos, Frida también tuvo algunos amantes como el comunista León Trotsky, que se encontraba exiliado en México huyendo del dictador ruso Iósif Stalin. Entre 1931 y 1934 Diego y Frida se mudaron a EEUU pues Diego tenía unos encargos del país norteamericano. A partir de 1940 es cuando Frida es más reconocida por sus obras y alcanza gran fama. En 1954 fallece en Coyoacán y sus cenizas se conservan en la Casa Azul, donde vivió ella y su familia gran parte de su vida.
Volviendo al museo, este nos enseña las habitaciones de la casa así como obras y objetos de Frida Kahlo. Cuadros no hay muchos –el más famoso es el del frutero titulado Viva la vida–, lo más valioso son sus pertenencias; se ve por ejemplo el espejo que usaba para hacer sus autorretratos o la silla de ruedas desde la que pintó durante una parte de su vida. También hay una casita separada, pero en el propio recinto, con una serie de vestidos de Frida que fueron encontrados en 2004 en dos enormes baúles que había en el baño y que habían estado sellados durante más de 50 años.
La casa ahora luce espectacular pero en sus orígenes, cuando vivía la familia Kahlo, era más modesta, si bien al mudarse Rivera a vivir allí, compró algunas fincas colindantes y agrandaron el recinto.
Muy importante: es obligatorio comprar la entrada por internet con al menos dos días de antelación, eligiendo un horario en concreto. Aquí podéis comprar los tickets y veréis los horarios y precios. El permiso de fotos (30 MXN) no se paga por internet, sino al llegar allí. Cuando estéis allí, se forman colas según las horas de entrada asignadas. La visita nos llevó 1 hora y cuarto, más o menos.
Patio de la Casa Azul en Coyoacán
De aquí nos vamos a ir al Mercado de Coyoacán, otro de los tantos mercados que hay en México. Lo bueno es que este tiene de todo, es ideal para comer porque hay un montón de puestos que sirven exquisitos platillos mexicanos y también para comprar souvenirs de artesanías nacionales. En este mercado probamos unas tostadas de cochinita y otras de pollo con mole exquisitas. También es buen sitio para probar frutas tropicales típicas de México que no hay en Europa como el mamey o el rambután. Nosotros las compramos en una de las fruterías que hay aquí, les dices que son para comer, y te las preparan para ello.
Ahora nos dirigimos a la Plaza Jardín Hidalgo, el centro neurálgico del barrio de Coyoacán. Esta plaza se encuentra rodeada por la Casa de Hernán Cortés, donde se cree que vivió el conquistador, y la Parroquia San Juan Bautista que bien merece una visita. También están las famosas letras de colores con el nombre del barrio para que os hagáis la foto como la que os hemos mostrado arriba.
En un extremo de esta plaza se encuentra el Mercado de antojitos, sitio perfecto para comer, por el precio y la calidad. Venden de todo, aunque el puesto de quesadillas “las mejores” goza de gran fama. Ahí pedimos las de chicharrón con queso, las que pide todo el mundo.
Colindante a la Plaza Jardín Hidalgo se halla el Jardín Centenario, otro agradable parque donde destaca la Fuente de los Coyotes, ya que Coyoacán, en náhuatl, significa “lugar de coyotes”. Por eso el coyote es el símbolo del barrio y tiene esta gran fuente en esta plaza.
Por último, si tenéis tiempo de sobra, os vamos a decir dos cosas más para ver. Las ponemos como opcionales porque no son imprescindibles y, aunque se encuentran en Coyoacán, están un poco separadas de lo anterior.
Museo Casa de León Trotsky, donde vivió el revolucionario ruso en su estancia aquí. El museo narra un poco la vida de Trotsky (1879-1940) ligada con la historia rusa, sobre todo de la Revolución Rusa y como su oposición a Stalin hizo que tuviera que exiliarse en México hasta que fuera asesinado por el español Ramón Mercader (agente secreto ruso del NKVD) en La Habana, por orden de Stalin. Uno de los atractivos de la casa es ver los agujeros de balas que aún se conservan en la pared, fruto de un primer intento de asesinato en mayo de 1940 por parte de David Alfaro Siqueiros, el muralista mexicano. También es digno de mención su biblioteca, con libros en varios idiomas pues Trotsky hablaba hasta seis, y su tumba, ubicada en el patio.
La casa se habilitó como museo y se inauguró en 1990. La visita no os llevará mucho tiempo, una hora más o menos, y el precio es de 70 MXN / 35 MXN estudiantes extranjeros, permiso de fotos 15 MXN. Abre de 10:00 a 17:00 todos los días menos los lunes.
Tumba de Trotsky en el patio de la casa museo
Parque Frida Kahlo, simplemente para pasear relajadamente y ver la estatua conjunta de Frida Kahlo y Diego Rivera que hay en su interior.
XOCHIMILCO
Nos desplazamos a Xochimilco, el barrio más alejado de todos lo que visitaremos en CDMX. Una breve introducción para entender el contexto del barrio. La antigua ciudad de México-Tenochtitlán se situaba en el Valle de México, el cual sigue aun existiendo y consta de cinco lagos, entre los que destacan el Lago de Texcoco y el Lago de Xochimilco. En época prehispánica era muy común construir en los lagos los llamados “chinampas” que eran unas superficies con tierra fértil que se ponían sobre el agua y sobre las que se cultivaban verduras, frutas, hortalizas, etc., de tal manera que se le ganaba terreno al agua. Al parecer, los españoles cuando llegaron los llamaban “jardines flotantes”, que creemos que es un término que se ajusta bastante bien a la realidad, podéis buscar fotos en internet. El caso es que CDMX (Tenochtitlán) estaba asentado en parte sobre zonas pantanosas, era un conjunto de islas sobre los lagos, y el agua jugaba un papel fundamental en la vida de los mexicanos, tanto para bien (abastecimiento de agua a la ciudad, fines agrícolas) como para mal (inundaciones varias). Desgraciadamente, con el paso del tiempo ese terreno sobre el que se asentaba CDMX, así como los lagos fueron secándose hasta el punto que el lago de Xochimilco es actualmente tan solo un conjunto de canales, aunque nada pequeño, la red de canales ocupa 90km. Hoy en día aún se pueden ver las chinampas y aún hay mucha gente que vive en casas aquí. Desde 1987 es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Turistas y mexicanos visitan los canales de Xochimilco para dar un paseo en trajineras, que es el término con que se llaman las barcas con las que navegar por aquí. El plan consiste en subirte en una barca, ya sea individualmente o en grupo y que te den un paseo por los canales. Durante el trayecto hay otras barcas con mariachis, con comida o con souvenirs que puedes pagar según te apetezca una cosa u otra. Muchos vienen en grupo de amigos o familiares a beber, por eso las llaman las trajinebrias. La comida te la puedes traer de casa, veréis barcas con mexicanos con un montón de platillos preparados en casa.
Paseo en trajinera por el canal principal de Xochimilco
Las trajineras ahora están pintadas de colores, pero antes estaban decoradas con flores, podéis buscar fotos en internet. De hecho Xochimilco es una palabra que proviene del náhuatl que se traduce como “el lugar donde se cultivan las flores”: xōchi (flor), milli (campo de cultivo) y co (lugar).
¿Precio de las trajineras de Xochimilco? Es súper importante elegir bien el embarcadero al que ir para empezar el recorrido, pues aunque hay una tarifa oficial regulada de 500 MXN por trajinera y por hora, las estafas a turistas están a la orden del día y piden precios desorbitados. El trayecto de una hora consiste en ir y volver por el canal principal, mientras que dos o más horas te llevan por canales más pequeños perpendiculares a este. Pero podéis decidirlo sobre la marcha, hacer el de una hora y, a mitad de camino, si os está gustando, decirle al conductor que siga una hora más.
Hay un total de 10 embarcaderos pero tenéis que ir al Embarcadero de Nuevo Nativitas que es el regulado y, sobre todo evitar el Embarcadero Belem de las flores, el de los timos.
Hay cerca de 1200 trajineras que pertenecen a varios propietarios; lógicamente no se pueden construir más porque ya hay muchísimas, no hay espacio. Un propietario suele tener 3-4 trajineras y, cuando tú llegas al embarcadero, haces el trato y pagas a los propietarios, pero luego son los chóferes de estos los que conducen las trajineras, por eso al final, además del precio acordado, piden una propina para el conductor. Otra cosa curiosa es que las trajineras tienen todas un nombre escrito, estos suelen ser nombres de familiares de los propietarios, como mujeres o hijas, aunque por lo visto alguno tiene puesto el de la amante.
Trajineras aparcadas en el Embarcadero de Nuevo Nativitas
En general todos los precios están inflados, los mariachis cuestan 150 MXN, los platillos de las barcas suelen costar 200 MXN y no son de gran calidad, por lo que la gente recomienda llevarse la comida de casa o comprarlo justo a la entrada, en el embarcadero, donde los precios son más justos (110 MXN por platillo). Además, preguntad siempre el precio antes de pedir el producto, que también hay muchas sorpresas en este sentido.
Ya fuera de las barcas, en el embarcadero en sí, hay varios puestos de comida y souvenirs, donde la estrella es el ajolote, un anfibio endémico de esta zona. Antiguamente se podían ver en Xochimilco pero actualmente están en peligro de extinción y apenas quedan. Veréis camisetas, peluches y recuerdos varios con la imagen de este animal.
Una última curiosidad, aquí podéis ver cómo se vivió el famoso terremoto de 2017 en Xochimilco.
¿Cómo llegar a Xochimilco? Como decíamos, está un poco lejos del centro de la ciudad así que nos llevará un poco de tiempo. La opción más cómoda es en Uber, el trayecto suele costar unos 200-300 MXN. La opción más barata es el transporte público: hay que coger la línea azul de metro (número 2) hasta estación de Tasqueña y cambiar al tren ligero hasta la parada Xochimilco, que es la última. Desde aquí puedes ir caminando hasta los embarcaderos o en taxi, en cuyo caso acordaros de que os lleven al Embarcadero de Nuevo Nativitas, que si no os van a llevar al otro.
También podéis ir en excursión organizada pero la verdad es que sabiendo a qué embarcadero ir, no tiene grandes complicaciones y así tenéis toda la libertad.
El horario oficial es desde las 9 de la mañana, aunque no recomendamos ir tan pronto porque no hay casi trajineras navegando, es mejor ir un poco más tarde. Tampoco muy tarde porque entonces está llenísimo y cuesta avanzar.
SAN ÁNGEL
El último barrio que vamos a ver es San Ángel, un barrio señorial y agradable que, a nuestro parecer, también merece una breve visita. Obviamente, si vais justos de días podéis saltároslo ya que aunque es bonito no tiene atracciones imperdibles, por así decirlo.
El centro neurálgico es la Plaza de San Jacinto junto a la que se encuentra la Parroquia de San Jacinto y, más interesante, el Bazar Sábado un mercado de artesanía y alimentación que, como su propio nombre indica, solo tiene lugar los sábados, de 10:00 a 19:00. Pero no pasa nada, en esta plaza hay siempre un tianguis (mercadillo mexicano) y varias galerías de artesanías preciosas aunque eso sí, bastante caras.
La otra visita interesante del barrio es Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, ubicado a unos 15 minutos andando de la Plaza de San Jacinto. Se trata de una casa estudio construida en 1932 a petición del propio Diego Rivera. La pareja vivió aquí desde su vuelta de EEUU en 1934 y que les permitió a ambos proseguir con su obra. Sin embargo, la visita y la información que encontraremos en ella gira en torno a un nuevo personaje, desconocido en un primer momento para nosotros, Juan O'Gorman, arquitecto de la casa y discípulo de Rivera. De hecho, primero se ve el estudio de Diego Rivera, luego la casa azul que hay al lado, que es donde vivían, y, por último, la casa de O'Gorman.
Abre de martes a domingo de 10 a 17:30 y el precio es de 30 MXN, si bien el domingo es gratis para todo el mundo.
Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo
¿Qué comer en Ciudad de México?
Ciudad de México, como capital del país, es una ciudad poblada por gente venida de todo México, por lo tanto es fácil encontrar platillos de otros estados. En México es muy popular comer en la calle, sea en puestos callejeros o en locales con comida para llevar. Los precios de los puestos callejeros son, lógicamente, más económicos que en restaurantes, pero no quiere decir que la calidad sea peor. Aunque la comida sea muy variada y muy rica, lo cierto es que no es muy sana ya que en muchos casos le echan varias salsas y aditivos, quizás por eso México está en el top 3 de países con mayor obesidad del mundo.
Algo muy de aquí son los tacos; los hay de muchos tipos, pero los de suadero son típicos de CDMX. Otra cosa que veremos en muchos mercados serán los elotes, que son las mazorcas de maíz hervidas y servidas con mayonesa, queso y polvos de chile picantes 🌽; y su versión en tarro llamada esquites, que son los granos de maíz sacados de la mazorca y puestos en un cuenco, con los mismos ingredientes que acabamos de mencionar.
También puede que encontraremos molcajetes, que es el nombre que reciben los morteros de barro, y que luego se rellenan con diversos ingredientes como carne, chicharrón (similar al torrezno), hoja de nopal, etc.; los tamales, consistentes en una mezcla de maíz cocido y otros alimentos, todo ello envuelto en una hoja de maíz o de plátano; la birria, un plato de puchero con carne, chile y especias varias.
Aunque lo más popular en México son las tortillas de maíz en un montón de modalidades. Algunos de los más populares son los tacos, en donde las tortillas se reboza un poco en la grasa del cerdo para darle sabor y luego se sirve con ingredientes; las gorditas, que son tortillas más gordas, fritas, que se abren por la mitad y rellenan de diversos ingredientes; las quesadillas, formadas por una tortilla grande rellena y doblada por la mitad a modo de empanadilla; o el huarache, consistente en una tortilla de maíz ovalada, un poco más grande que la del taco, sobre la que se ponen ingredientes varios como si fuera una pizza pequeña.
Para desayunar, dos platos típicos son las enchiladas, aunque estas también se sirven de comida, y los chilaquiles, que son una mezcla de totopos, pollo deshilachado, frijoles, queso y una salsa de chiles un poco picante que puede ser roja (menos picante) o verde (más picante). Si no queremos un plato salado podéis probar las conchas, un bollo o pan dulce cuyo nombre deriva de la decoración que tiene por la parte de arriba.
Dos bebidas muy típicas son el tepache, una bebida fermentada de piña, y el pulque, bebida alcohólica (5-7%) obtenida de la fermentación de la planta del maguey.
En cuanto a las cervezas, algunas de las más populares del país son Victoria (la que más nos gustó), Corona, Indio y Modelo.
Algo característico del país son las micheladas, que consisten en mezclar una cerveza de tu elección y mezclarla con jugo de limón y hielo. En los restaurantes veréis un precio por la cerveza un extra por convertirla en michelada. Hasta aquí en orden, pero esta es la michelada clásica, las modernas se convierten, en nuestra opinión, en potingue, pues encima le añaden una salsa picante. Otros incluso le ponen golosinas y camarones (gambas).
Si lo que queréis es algo con más graduación, tenemos el clásico tequila mexicano, originario de la ciudad de Tequila (estado de Jalisco), aunque más que el tequila, aquí se bebe el mezcal. El mezcal proviene de una planta llamada maguey que, al cocerse al horno, dejan un sabor ahumado. Realmente el tequila es un tipo de mezcal. Tanto el mezcal (36-55%) como el tequila (40%) los podéis beber como un shot que le dicen aquí, aunque no de un trago sino poco a poco; o también en forma de cóctel como la célebre margarita, de origen mexicano como bien es sabido.
¿Dónde comer en Ciudad de México?
Ciudad de México, como capital del país, es una ciudad poblada por gente venida de todo México, por lo tanto es fácil encontrar platillos de otros estados. En México es muy popular comer en la calle, sea en puestos callejeros o en locales con comida para llevar. Los precios de los puestos callejeros son, lógicamente, más económicos que en restaurantes, pero no quiere decir que la calidad sea peor.
En México existe mucha cultura de la propina, normalmente los camareros cobran el sueldo mínimo por lo que las propinas les vienen muy bien. En los puestos callejeros tienen un bote para dejar la propina mientras que en los restaurantes te lo piden al final en forma de porcentaje, entre un 10% y un 20% normalmente.
A continuación os vamos a recomendar algunos restaurantes y puestos callejeros a los que fuimos y qué comer en cada uno de ellos.
Taquería Los Cocuyos – el sitio más famoso de tacos de todo CDMX. Los típicos son los de suadero (carne y grasa de las costillas del res) y los campechanos (suadero más chorizo de cerdo). También hay otros populares como los de tripa de res, y de lengua de res. En general los tacos suelen tener un precio de 20-25 MXN, no pican de por sí pues las salsas picantes se echan aparte, y te los sirven todos en un plato, te los comes junto al puesto y pagas al final. Una ración normal suele ser de unos 3-4 tacos por persona, según el hambre de cada uno.
Taquería El Torito – otras de las taquerías top, especialidad los de suadero y campechano.
Tacos Victoria – cuya especialidad son los tacos al pastor. Los tacos al pastor provienen de Puebla, aunque están ya extendidos por todo México e incluso por todo el mundo.
Taquería El Califa de León – la única taquería del mundo en tener una Estrella Michelin⭐, y uno de los tres puestos de comida callejera con una estrella, los otros dos están en Singapur y en Bangkok. Lógicamente son más caros que el resto de taquerías estándar. Solo tienen cuatro tacos: de bisteck, de costilla, de gaonera (parte baja del costado del cerdo), y de chuleta. Los más icónicos son los de gaonera.
Bar La Ópera – es un histórico bar y restaurante, famoso porque Pancho Villa disparó al aire un día y el agujero de la bala que dejó en el techo aún se puede ver hoy en día. La causa del disparo es desconocida, algunos dicen que quiso llamar la atención, otros que es que hubo una pelea, no se sabe con Certeza. Cuando abrió sus puertas en 1876 el local era una cantina, aunque hoy en día es ya un bar restaurante. Realmente lo del balazo es algo anecdótico, de hecho, aunque se puede ver el agujero, no es que lo pongan como un reclamo turístico. Podéis venir a tomar algo o a comer, como queráis.
Café De Tacuba – restaurante emblemático y comida de calidad. Famosos son sus chiles en nogada (originales de Puebla), aunque estos solo se pueden comer en época, de julio a septiembre, que es cuando recogen la nuez y granada, ingredientes indispensables para preparar este platillo. Es un plato caro, sea aquí o en otro sitio, porque requiere muchas elaboraciones. Nosotros lo probamos y estaba espectacular. Además de este también tienen muchos otros platillos mexicanos.
Salón Tenampa – sitio especializada en carnes y un local con mucho ambiente y música. Está ubicado en la Plaza Garibaldi.
Sushi Itto – si algún día estáis cansados de la cocina mexicana y queréis variar podéis venir a esta cadena de sushi que tiene la gracia de que incluyen algunos ingredientes mexicanos y puede resultar novedoso si venimos de Europa.
Churrería El Moro – los churros, además de en España, son muy populares en México. El Moro es la churrería más famosa de toda la ciudad así que merece la pena pasarse un día por aquí ya sea para desayunar o de postre algún día. Por las colas que hay ya se ve que es un sitio bueno. Cuando llegas hay dos colas, una para comer en el sitio y otra para coger los churros para llevar. Los churros los sirven con azúcar o azúcar y canela mientras que los chocolates los tienen de varios tipos en función de su espesor. También tienen malteadas (milkshakes). Abren de 7 a 23 horas.
Otros sitios para comer que hemos mencionado en el artículo son el Mercado de Coyoacán y el mercado de antojitos, también en Coyoacán.
Excursiones desde Ciudad de México
Ciudad de México se encuentra en un lugar estratégico para visitar otros lugares y os recomendamos reservaros unos tres días para hacer excursiones. Aunque hay muchas webs de excursiones tipo Civitatis, Getyourguide, Tripadvisor, lo cierto es que todas trabajan con la empresa Amigo Tours. Nosotros contratamos algunas en las webs anteriores y una vez allí, todas fueron organizadas con Amigo Tours. Una cosa importante a saber es que las excursiones desde todas estas webs tienen cancelación hasta 24 horas de antelación en ambos sentidos, es decir, que ellos también pueden cancelarte la excursión el día de antes si no hay gente suficiente, tal y como nos pasó a nosotros en una ocasión, así que es algo a tener en cuenta.
- Teotihuacán – la excursión de un día por antonomasia es la de la zona arqueológica de Teotihuacán. Más información en nuestro artículo.
- Taxco – una ciudad minera preciosa situada en el estado de Guerrero. Normalmente las excursiones a Taxco pasan por Cuernavaca, una ciudad bonita para pasar unas horas. Aquí tenéis nuestro artículo sobre Taxco y aquí sobre Cuernavaca.
- Puebla – ciudad histórica capital del estado homónimo. Más información en nuestro artículo.
- San Miguel de Allende (SMA) – para muchos, la ciudad más bonita de México. Aunque organizan excursiones desde CDMX hasta SMA, lo cierto es que se tardan 4 horas en ir y otras 4 en volver, por lo que en nuestra opinión no merece la pena. Más información en nuestro artículo.
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