Aprovechando que tenemos un amigo trabajando allí, hoy visitaremos la pequeña ciudad de Basilea (Basel en alemán); para muchos, incluidos nosotros, una gran desconocida. Tiene unos 172.000 habitantes y se encuentra al oeste de Suiza.
Casco antiguo (Altstadt) de Basilea
No es un secreto que Suiza es uno de los países más caros de Europa –no pertenece a la Unión Europea– así que conviene estar al tanto del cambio de franco suizo (CHF), la moneda nacional, a euro (EUR). Durante nuestro viaje, el cambio era: 1 EUR = 1,00 CHF.
Muy importante, en Suiza sigue habiendo roaming según qué compañías, así que acordaos de quitar vuestros datos al llegar si no queréis llevaros un susto, o aseguraos de que están incluidos en vuestra tarifa. Los enchufes son de tres clavijas (tipo J) pero los que utilizamos en España, de dos clavijas (tipo C), también son válidos, por lo que no necesitaremos adaptador.
Una característica de Suiza que no se da en muchos países es el tema del idioma ya que tiene cuatro idiomas oficiales a nivel nacional: alemán, francés, italiano y romanche. El territorio del país se divide en cantones y el idioma alemán, predominante en Basilea, es el oficial de 17 de los 26 cantones de Suiza. No obstante, no se habla el alemán de Alemania, sino el alemán de Suiza (Schweizerdeutsch), un dialecto con un acento bastante fuerte.
¿Cómo llegar desde el aeropuerto al centro de Basilea?
Basilea se encuentra muy cerca del límite entre Francia, Alemania y Suiza. Por este motivo, el aeropuerto se llama EuroAirport Basel Mulhouse Freiburg, en referencia a las tres ciudades más cercanas. Lo bueno de este aeropuerto es que se encuentra muy cerca del centro de la ciudad de Basilea, así que no nos llevará casi nada de tiempo desplazarnos desde o hasta él.
Los transportes más usuales son el autobús y el tranvía, sobre todo este último. La ciudad se divide en zona 1 y zona 2. En la primera se encuentra prácticamente todo mientras que la segunda la usaremos únicamente para ir al aeropuerto. El precio de un billete sencillo es de 3,80 CHF para la zona 1 y 4,70 CHF para la zona 2. También hay uno por 2,30 CHF llamado Kurzstrecke, más económico, para un viaje de hasta 4 paradas, así como un bono de 6 viajes. Un billete muy útil es el válido para todo el día (Tageskarte), por 9,90 CHF. Todos ellos se pueden comprar en las máquinas que hay en las paradas de tranvía y hay que validarlos en los aparatos situados fuera del vehículo, no dentro del mismo.
Para ir o volver al aeropuerto (zona 2), lo más barato es el autobús de la línea 50, que sale desde la estación central de Basilea, llamada Basel SBB.
Precisamente esta estación es bastante conocida en el mundo de la arquitectura, en concreto la pasarela peatonal que hay sobre las vías. Esta constituye un puente habitado de enorme sección y con una interesante silueta en cubierta. Es obra de los arquitectos españoles Cruz y Ortiz.
*Si venimos desde Alemania, lo más probable es que lleguemos a la estación Basel Badischer Bahnhof, a la cual se llega también mediante el tranvía número 2 desde la estación Basel SBB. Además, Basilea está incluida en el Baden-Württemberg-Ticket, el billete del estado federado de Baden-Württemberg en Alemania, con el que puedes viajar ilimitadamente en trenes regionales por este estado durante un día. Se puede comprar online y llevarlo impreso rellenando los nombres de los pasajeros o en las máquinas de la estación. Lo dicho, tanto si queremos visitar alguna ciudad alemana desde Basilea y perteneciente a este estado federado, como si venimos de ellas, este billete es la forma más barata.
¿Qué ver en Basilea?
Basilea es una ciudad pequeña muy agradable de visitar, sobre todo en verano, y cuyo centro se puede recorrer tranquilamente en un día. Los dos principales barrios son Altstadt o casco antiguo y Kleinbasel, un barrio más moderno situado al norte del río Rin (Rhein en alemán).
ALTSTADT
Vamos a partir desde Spalentor, una de las puertas que conformaban la muralla medieval que rodeaba Basilea antiguamente. Hoy en día solo quedan tres, siendo esta la más destacada. Bajaremos por la calle Spalengraben hasta llegar a la plaza Petersplatz, que se encuentra frente a distintos campus de la Universidad de Basilea. Justo aquí tiene lugar los fines de semana un variopinto mercadillo.
A continuación, seguro que empezaremos a ver letreros que indican la dirección hacia "Marktplatz", así que los seguiremos hasta que lleguemos a la Plaza del Mercado, la más importante de la ciudad. En ella veremos algunos puestos de comida, de flores, terrazas, etc., todos ellos frente al Ayuntamiento de Basilea (Rathaus Basel). Este nada tiene que ver con cualquier ayuntamiento que hayamos visto anteriormente debido al intenso color rojo de su fachada. Además, no dejéis de entrar libremente a su patio interior y ver las pinturas que lo decoran.
Marktplatz con el ayuntamiento a la izquierda
A lo largo de la visita veremos en muchos puntos de la cuidad y en su mobiliario urbano un símbolo heráldico consistente en un báculo de obispo: se trata del escudo de Basilea.
Continuamos por la calle Eisengasse que sale desde la esquina izquierda situada frente al ayuntamiento, en dirección al río pero sin llegar a cruzarlo. Al final de esta calle, mirando al río de frente, hemos de fijarnos en el edificio que hace esquina a mano izquierda. Afinando bien la vista, veremos en la parte de arriba del portal una curiosa figura que se mueve ligeramente. Se trata de una divertida cara que simboliza la burla de la población de Altstadt hacia sus vecinos de Kleinbasel, ya que allí vivía la población más pobre y, en Altstadt, la más rica. Lo curioso es que hoy en día aún se mantiene en funcionamiento.
Giramos a la derecha y seguimos andando paralelos al río, subiendo la calle Rheinsprung. En el punto más alto de la misma nos encontraremos con la plaza Münsterplatz. Esta gran plaza alberga el mercadillo de navidad de Basilea, por lo que si no vais en esa época lo normal es que esté vacía. Al final de la misma se alza la catedral de Basilea (Basler Münster) que destaca en todo momento en el skyline de la ciudad, sobre todo si miramos desde el otro lado del río. La primera edificación se construyó en estilo románico tardío pero, al ser destruida en un terremoto en el siglo XIV, tuvo que ser reconstruida en estilo gótico en el siglo XV. Esta iglesia es de culto protestante y se puede acceder gratuitamente a su interior, donde está enterrado el filósofo y humanista Erasmo de Rotterdam, quien da nombre al archiconocido Programa Erasmus de intercambio de universidades europeas. Aquí están los horarios de apertura.
Justo detrás de la catedral encontraremos un espléndido mirador. Desde ahí podemos ver todo el río Rin y el barrio de Kleinbasel. Es un buen momento para comentar algunos de los edificios que vemos desde este lado del río. Cabe destacar que en Basilea se sitúan las sedes centrales de algunas de las principales empresas de industria farmacéutica. Las dos más grandes son Novartis y Roche. Asimismo, hay también oficinas de grandes empresas químicas como BASF y algún departamento científico de la Universidad ETH de Zúrich. En definitiva, Basilea es una ciudad muy importante en el mundo de la biología, química y farmacia.
Vistas desde el mirador que hay detrás de la catedral
A lo que íbamos, desde este mirador podemos ver las sedes de las dos grandes, Novartis y Roche. Ambas han "competido" desde sus inicios: una construye una torre, la otra va y la construye más alta; una hace un campus con todas las oficinas, pues luego va la otra y hace lo mismo. Desde el punto donde nos encontramos, a mano izquierda, observaremos el campus de Novartis; a mano derecha, el campus de Roche, fácilmente reconocible por la Roche-Turm, una enorme torre blanca triangular. En el medio de ambas y de color oscuro, se encuentra la torre Messeturm donde por un buen puñado de francos podemos tomarnos algo en el Bar Rouge que hay en la última planta.
Si os fijáis, veréis barcos que cruzan de una orilla a otra, atados a una cuerda y movidos únicamente gracias al viento y a la fuerza del río. Un servicio curioso y saludable para el medio ambiente que, para quien esté interesado, cuesta solo 1,60 CHF.
Nos alejamos del mirador volviendo a la Münsterplatz y siguiendo por la calle Münsterberg, situada en el lado opuesto a la catedral. Giramos a la izquierda en la calle Freie Straße y de nuevo a la derecha por Aeschenvorstadt hasta alcanzar nuestro próximo destino, la Fuente de Tinguely (Tinguely Brunnen). Se trata de una fuente formada por esculturas metálicas que simulan una orquesta, todas ellas en continuo movimiento gracias a la fuerza del agua a presión y a pequeños motores. Desde que se construyera en 1977, la fuente se sitúa en el punto exacto donde solía estar el escenario del antiguo teatro de la ciudad y lleva el nombre de su artista, el suizo Jean Tinguely.
Fuente de Tinguely
Junto a esta peculiar fuente se halla la iglesia de Santa Isabel (Offene Kirche Elisabethen), construida en el año 1864 en estilo neogótico. Lo especial de esta iglesia es que es libre, es decir, que se usa para actos sociales y culturales de la ciudad de Basilea, independientemente de la religión.
KLEINBASEL
Una vez nos hayamos pateado Altstadt, cruzaremos el río por el puente Mittlere Brücke, entrando en lo que se conoce como Kleinbasel. Enseguida veremos que estamos en una zona más moderna, más joven, con bares, terrazas y ambiente, sobre todo en verano. Esta misma calle nos lleva a Claraplatz y Clarastrasse, el centro neurálgico del barrio. Al final de la misma se llega a Messeplatz, el área de exposiciones y ferias varias de la ciudad. En ella destaca el edificio en forma de donut Neue Messehalle, obra de los famosos arquitectos suizos Herzog & de Meuron (autores, por ejemplo, del Allianz Arena de Múnich o la Elbphilarmonie de Hamburgo), precisamente nacidos aquí en Basilea.
Volviendo a las orillas del río Rin, hablaremos de una actividad súper típica entre los basilienses en verano: dejarse llevar por el río. Parece sorprendente que en un río tan ancho y con tanta velocidad como el Rin uno se pueda bañar, pero lo cierto es que está permitido y mucha gente lo hace. Hay que bajar por alguna de las escaleras que hay repartidas a lo largo de la orilla de Kleinbasel, meter todas nuestras pertenencias en una bolsa-flotador, y dejarnos llevar río abajo. Cuando nos cansemos, salimos por alguna de las escaleras, ¡con cuidado de no pasarnos de largo y aparecer en Alemania!
Si no os llama la atención este plan, también podéis simplemente mojar los pies y tomar el sol, cuando el tiempo lo permita. El paseo paralelo al río es realmente agradable. Como el tiempo acompañaba, nosotros añadimos a este plan un helado de una heladería que hay en el número 13 de la calle Rheingasse, cerca de Clarastrasse.
Gente bañándose en el río Rin
A las afueras de la ciudad
Dreiländerbrücke (puente de tres países). Como dijimos, Basilea se encuentra al borde de la frontera de Suiza, Francia y Alemania. Por eso, mucha gente hace la jugada maestra: vivir en Francia, hacer la compra en Alemania y trabajar en Suiza; total, cualquiera de estos trayectos se hace en apenas 15 minutos y se puede llegar tanto a Francia como a Alemania en tranvía desde Basilea. Cogemos pues el tranvía 8 desde Claraplatz en dirección Weil am Rhein (el pueblo alemán más cercano) y nos bajamos en la parada Dreiländerbrücke, que ya se encuentra en territorio germano. Ahí veremos tiendas varias y un gran supermercado, Marktkauf, donde vienen los suizos a hacer la compra para que salga más barata. Frente al Marktkauf nace el mencionado puente de tres países, por lo que si lo cruzamos estaremos en Francia.
La zona no tiene nada especial pero es curioso verla y poder estar en tres países distintos en unos pocos metros. Si nos fijamos antes de volver, junto a la parada del tranvía, veremos una caseta con una gran cola de gente. Aquí es donde los ciudadanos suizos, con su documento de identidad suizo o permiso de residencia, pueden enseñar los tickets de la compra para que les devuelvan la cantidad de impuestos pagada en Alemania.
La zona no tiene nada especial pero es curioso verla y poder estar en tres países distintos en unos pocos metros. Si nos fijamos antes de volver, junto a la parada del tranvía, veremos una caseta con una gran cola de gente. Aquí es donde los ciudadanos suizos, con su documento de identidad suizo o permiso de residencia, pueden enseñar los tickets de la compra para que les devuelvan la cantidad de impuestos pagada en Alemania.
Basler Papiermühle (Molino de papel de Basilea), un museo dedicado a la fabricación del papel situado en un antiguo molino. Aquí tenéis los precios y horarios.
Molino de papel de Basilea
¿Dónde comer en Basilea?
Comer en Suiza es bastante caro y lo cierto es que aquí apenas hay restaurantes de comida tradicional suiza, así que los que os vamos a recomendar son de comida variada y no de los más caros.
- Markthalle, junto a la estación Basel SBB. Se trata de una gran nave con puestos de comida de todo tipo: argentina, árabe, india, china, italiana… Raro es lo que no se venda aquí. Está muy bien porque hay comida para todos los gustos, así que no hay discusión si vais en grupo.
- Klara, en Clarastrasse 13. Es del estilo del anterior pero más pequeño. Cuando hemos venido aquí ha sido para tomar una cerveza –probad la “Ueli” que es de Basilea– en la terraza, aunque al final acabamos comiendo también. Hay puestos de comida argentina, tailandesa, africana, china, entre otras. La pinta de cerveza nos costó 8 CHF y cada plato de comida en torno a 20 CHF.
- Lily´s, un tailandés muy rico en Claraplatz.
- Artigiano Café, un italiano recomendado por italianos.
Por otro lado, tenéis que comprar un pan llamado Butterzopf que aquí se conoce como pan de los domingos, aunque nosotros lo desayunamos todos los días de lo rico que estaba. Lo venden prácticamente en todos los supermercados: Migros, Coop, Aldi y Lidl. Lo cierto es que hay bastante cultura del pan en Suiza, y este es sin duda uno de los más característicos.
Otra cosa curiosa de Suiza es que en los K Kiosk y en algunos supermercados (Lidl por ejemplo) venden marihuana, llamada “Swiss weed”. Su venta es legal ya que esta contiene menos de un 1% de THC (tetrahidrocannabinol), la principal sustancia que afecta al sistema nervioso.
Ya de paso si os entra curiosidad podéis pasaros por los supermercados suizos Migros o Coop y echar un vistazo a los precios. La vivienda, por ejemplo, no es especialmente cara, pero donde verdaderamente encontraremos los precios elevados con respecto al resto de la Unión Europea es, sobre todo, en las compras del día a día y en las comidas, ya sea en bares o en restaurantes.
Por cierto, todas las fuentes que os encontréis en la ciudad –que no son pocas precisamente– son de agua potable, al igual que sucede en Zúrich.
Si lo que buscáis son zonas donde salir, hemos de avisaros que la ciudad es en general bastante tranquila. Para tomar algo, os recomendamos Kaserne, cerca de Claraplatz, donde hay algunos bares con ambiente por las noches.
Eventos en Basilea
El carnaval de Basilea (Basler Fasnacht). Así es, Basilea es famoso por su carnaval, de hecho es el más grande del país. Tiene lugar entre febrero y marzo, normalmente un par de semanas después del Carnaval en España. Resulta muy peculiar porque, el primer día, comienza a las cuatro de la madrugada apagándose todas las luces de la ciudad. Es entonces cuando tiene lugar un desfile con música y gente con disfraces de luces que se van iluminando poco a poco en medio de la oscuridad. Sin duda, algo digno de ver alguna vez en la vida.
Excursiones desde Basilea
Basilea se encuentra en una localización estupenda para hacer excursiones de día a otras ciudades. A una hora tenemos destinos como Berna, Zúrich y Lucerna. Para los que quieran salir de Suiza, Estrasburgo y Colmar, en Francia, y Friburgo, en Alemania, se encuentran también a pocos kilómetros y son muy bonitas.
Para ir a otras ciudades suizas por tren hay que saber cómo comprar un billete y cómo ahorrarnos un poco de dinero. En primer lugar, mencionar que la compañía nacional se llama SBB CFF FFS, que son las siglas de Ferrocarriles Federales Suizos escrito en alemán, francés e italiano (Schweizerische Bundesbahnen; Chemins de fer fédéraux suisses; Ferrovie federali svizzere).
Hay que meterse en su página web y elegimos el trayecto que queramos, en nuestro caso from Basel SBB to Zürich HB. Le damos a “search for connection”. Nos fijamos en aquellos trenes que tengan un símbolo negro de % y un precio, ubicados en la esquina superior derecha. Seleccionamos uno de esos a la hora que queramos y a la derecha le damos al botón rojo. En la siguiente pantalla podéis iniciar sesión con vuestro usuario si ya teníais o continuar como invtado. Al avanzar a la siguiente pantalla, en el panel de la derecha vemos que se nos ha aplicado un descuento llamado “Half-fare travelcard” (halb tax en alemán) que se marca por defecto pero que seguramente no tengamos. Entonces hay que rellenar el nombre, apellido y fecha de nacimiento y en el apartado de “discount cards” marcamos la opción de “No discount”. El precio lateral se recalculará y saldrá exactamente el doble del precio que salía al principio. En la parte de más abajo de la página pinchamos en el apartado “Options for outward journey” y marcamos la casilla de “Supersaver ticket”. Este será ya el precio final. Si hemos elegido un tren sin el símbolo %, no nos aparecerá esta casilla, es decir, no hay opción de comprar un Supersaver ticket.
Obviamente estos descuentos no están siempre disponibles pero si reservas los trenes con al menos unos días de antelación nos aparecerán trenes con el símbolo %. Este supersaver ticket, al ser más barato, no permite ni devoluciones ni cambios de hora o pasajero.
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