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Artículo actualizado en: 2025-12-12T13:53:34Z

Basilea

Aprovechando que tenemos un amigo trabajando allí, decidimos visitar la pequeña ciudad de Basilea (Basel en alemán), que para muchos, incluidos nosotros, es una gran desconocida. La ciudad cuenta con aproximadamente 178.000 habitantes y se encuentra al oeste de Suiza.

casco antiguo Basilea suiza
Casco antiguo (Altstadt) de Basilea

Como sabéis, Suiza es uno de los países más caros de Europa —no forma parte de la Unión Europea— y también uno de los más caros del mundo, por lo que conviene tener en cuenta el cambio del franco suizo (Schweizer Franken, CHF) al euro (EUR). Actualmente, 1 EUR equivale aproximadamente a 1,07 CHF.

Un detalle muy importante: en Suiza puede haber roaming según la compañía telefónica, así que recordad desactivar los datos móviles al llegar si no queréis llevaros un susto, o comprobad antes de viajar si vuestra tarifa los incluye. En cuanto a los enchufes, aquí se utiliza el tipo J, de tres clavijas, aunque los enchufes de dos clavijas que usamos en España (tipo C) también encajan, por lo que normalmente no necesitaremos adaptador. Para móviles funcionan sin problema, pero los cargadores de ordenadores portátiles, aunque sean de dos clavijas, suelen ser más gruesos y no caben en los huecos de muchos enchufes suizos; en ese caso sí hace falta un adaptador.

Otra particularidad de Suiza es su diversidad lingüística, poco habitual en otros países. A nivel nacional tiene cuatro idiomas oficiales: alemán, francés, italiano y romanche. El país está dividido en cantones, y el alemán —la lengua predominante en Basilea— es oficial en 17 de los 26 cantones. Eso sí, aquí no se habla el alemán estándar de Alemania, sino el alemán suizo (Schweizerdeutsch), un dialecto con un acento muy marcado.

    ¿Cómo llegar desde el aeropuerto al centro de Basilea?

    Basilea se encuentra muy cerca del límite entre Francia, Alemania y Suiza, y por ello su aeropuerto se llama EuroAirport Basel-Mulhouse-Freiburg, en referencia a las tres ciudades más cercanas. Lo bueno es que está muy cerca del centro de Basilea, por lo que desplazarse hasta allí no nos llevará casi nada de tiempo.

    Los transportes más habituales son autobús y tranvía, siendo este último muy práctico para moverse por la ciudad. Basilea se divide en zona 1 y zona 2: en la primera se concentra prácticamente todo mientras que la segunda se utiliza principalmente para ir al aeropuerto.
    • Billete sencillo: 4,20 CHF para la zona 1 y 5,10 CHF para la zona 2.
    • Kurzstrecke: 2,60 CHF, válido para un trayecto de hasta 4 paradas.
    • Bono de 6 viajes: ideal si vais a moveros varias veces en un día.
    • Billete de día (Tageskarte): 10,70 CHF, válido todo el día.
    Todos los billetes se compran en las máquinas situadas en las paradas de tranvía y deben validarse antes de subir al vehículo, no dentro del tranvía o autobús.

    Para ir o volver al aeropuerto (zona 2), lo más económico es el autobús de la línea 50, que sale desde la estación central de Basilea (Basel SBB).

    Precisamente la estación Basel SBB es también bastante conocida en el mundo de la arquitectura, especialmente por la pasarela peatonal sobre las vías, un puente de gran sección con una silueta muy interesante en su cubierta, obra de los arquitectos españoles Cruz y Ortiz.

    *Si llegamos desde Alemanialo más probable es que lleguemos a la estación Basel Badischer Bahnhof, que se conecta con Basel SBB mediante el tranvía número 2. Además, Basilea está incluida en el Baden-Württemberg-Ticket, el billete del estado federado alemán de Baden-Württemberg que permite viajar de manera ilimitada en trenes regionales durante un día. Este billete se puede comprar online e imprimir con los nombres de los pasajeros, o directamente en las máquinas de la estación. Es la forma más económica tanto si queremos visitar ciudades alemanas desde Basilea como si venimos desde ellas.

    ¿Qué ver en Basilea?

    Basilea es una ciudad pequeña y muy agradable de visitar, especialmente en verano, y su centro se puede recorrer tranquilamente en un día. Los dos principales barrios son: Altstadt o casco antiguo y Kleinbasel, un barrio más moderno situado al norte del río Rin (Rhein en alemán).

    ALTSTADT

    Empezaremos desde Spalentor, una de las puertas que formaban parte de la muralla medieval que antiguamente rodeaba Basilea. Hoy en día solo quedan tres de estas puertas, y Spalentor es la más destacada.

    Desde allí bajaremos por la calle Spalengraben hasta llegar a la plaza Petersplatz, situada frente a varios campus de la Universidad de Basilea. Durante los fines de semana, esta plaza acoge un variopinto mercadillo, ideal para pasear y descubrir productos locales.

    Continuando, veremos letreros hacia “Marktplatz”, la Plaza del Mercado, que es la más importante de la ciudad. Allí encontraremos puestos de comida, flores y terrazas, todos frente al Ayuntamiento de Basilea (Rathaus Basel). Este edificio destaca por el intenso color rojo de su fachada, muy distinto a cualquier otro ayuntamiento que hayamos visto. Además, merece la pena entrar libremente en su patio interior para admirar las pinturas que lo decoran.

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    Marktplatz con el ayuntamiento a la izquierda

    A lo largo de nuestra visita veremos en muchos puntos de la ciudad, así como en su mobiliario urbano, un símbolo heráldico consistente en un báculo de obispo: se trata del escudo de Basilea.

    Desde el Ayuntamiento, nos dirigimos por la calle Eisengasse, que sale desde la esquina izquierda del edificio frente al río, sin cruzarlo. Al final de esta calle, mirando el río de frente, debemos fijarnos en el edificio que hace esquina a mano izquierda. Si observamos con atención, veremos en la parte superior del portal una curiosa máscara mecánica que se mueve ligeramente. Se trata de Lällenkönig es una divertida cara que simboliza la burla de los habitantes de Altstadt hacia los vecinos de Kleinbasel, ya que históricamente en Kleinbasel vivía la población más pobre y en Altstadt la más acomodada. Lo sorprendente es que hoy en día todavía funciona.

    Giramos a la derecha y continuamos andando paralelos al río, subiendo por la calle Rheinsprung. En el punto más alto llegaremos a la plaza Münsterplatz. Esta gran plaza alberga el mercadillo de Navidad de Basilea, por lo que si no visitáis la ciudad en esa época, lo normal es que esté vacía. Al final de la plaza se alza la catedral de Basilea (Basler Münster), que destaca en todo momento en el skyline de la ciudad, especialmente si se observa desde el otro lado del río.

    La primera edificación de la catedral se construyó en estilo románico tardío, pero tras ser destruida por un terremoto en el siglo XIV, fue reconstruida en estilo gótico en el siglo XV. Esta iglesia es de culto protestante y se puede visitar gratuitamente. Entre sus enterrados se encuentra el filósofo y humanista Erasmo de Rotterdam, quien da nombre al famoso Programa Erasmus de intercambio universitario europeo. Aquí están los horarios de apertura.

    Justo detrás de la catedral se encuentra un espléndido mirador, desde donde se puede contemplar todo el río Rin y el barrio de Kleinbasel. Desde aquí también se pueden apreciar algunos edificios destacados de la ciudad. Basilea alberga las sedes centrales de importantes empresas de la industria farmacéutica, siendo las más grandes Novartis y Roche. Además, hay oficinas de otras empresas químicas como BASF, y algunos departamentos científicos de la ETH de Zúrich. En definitiva, Basilea es una ciudad clave en el mundo de la biología, la química y la farmacia.

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    Vistas desde el mirador que hay detrás de la catedral

    Desde este mirador también podemos observar las sedes de las dos grandes farmacéuticas de la ciudad, Novartis y Roche, que desde sus inicios han competido de manera curiosa: cuando una construye una torre, la otra levanta otra más alta; si una crea un campus con todas sus oficinas, la otra hace lo mismo. Desde nuestra posición, a mano izquierda vemos el campus de Novartis, mientras que a la derecha se alza el campus de Roche, fácilmente identificable por la Roche-Turm, una enorme torre blanca de planta triangular. Entre ambas se encuentra la torre Messeturm, de color oscuro, donde por un buen puñado de francos podemos disfrutar de una bebida en el Bar Rouge, situado en su última planta.

    Si nos fijamos en el río, veremos barcos que cruzan de una orilla a otra, atados a una cuerda y movidos únicamente por la fuerza del viento y la corriente. Se trata de un servicio curioso y ecológico, que cuesta apenas 1,60 CHF.

    Volviendo al mirador, descendemos de nuevo hacia la Münsterplatz y seguimos por la calle Münsterberg, ubicada en el lado opuesto a la catedral. Giramos a la izquierda y luego a la derecha hasta llegar a nuestro próximo destino: la Fuente de Tinguely (Tinguely Brunnen). Esta fuente está formada por esculturas metálicas que simulan una orquesta, todas ellas en continuo movimiento gracias a la fuerza del agua a presión y a pequeños motores. Inaugurada en 1977, se sitúa exactamente donde se encontraba el escenario del antiguo teatro de la ciudad y lleva el nombre de su creador, el artista suizo Jean Tinguely.

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    Fuente de Tinguely

    Junto a esta peculiar fuente se encuentra la iglesia de Santa Isabel (Offene Kirche Elisabethen), construida en 1864 en estilo neogótico. Lo especial de esta iglesia es que es libre, es decir, se utiliza para actos sociales y culturales de la ciudad, independientemente de la religión.

    KLEINBASEL

    Tras recorrer Altstadt, cruzaremos el río por el puente Mittlere Brücke, entrando en Kleinbasel. Al instante percibiremos que estamos en una zona más moderna y joven, con bares, terrazas y ambiente, especialmente en verano. La calle principal nos conduce a Claraplatz y Clarastrasse, el centro neurálgico del barrio, que desemboca en Messeplatz, el área de exposiciones y ferias de la ciudad. Allí destaca el edificio Neue Messehalle, con forma de donut, obra de los famosos arquitectos suizos Herzog & de Meuron (autores, entre otros, del Allianz Arena de Múnich o la Elbphilarmonie de Hamburgo), nacidos precisamente en Basilea.

    Volviendo a las orillas del río Rin, cabe destacar una actividad típica entre los basilienses en verano: dejarse llevar por el río. Aunque parezca sorprendente debido a la amplitud y velocidad del Rin, está permitido nadar y muchos lo hacen. Solo hay que bajar por alguna de las escaleras repartidas a lo largo de la orilla de Kleinbasel, meter las pertenencias en una bolsa-flotador y dejarse arrastrar río abajo. Cuando nos cansemos, salimos por otra escalera, ¡con cuidado de no pasarse y acabar en Alemania!

    Si esta idea no os atrae, también podéis simplemente mojar los pies y disfrutar del sol, cuando el tiempo acompaña. El paseo paralelo al río es muy agradable y, aprovechando el buen clima, nosotros nos dimos un capricho con un helado en la heladería llamada bruno lorenzo — gelato lab, en la calle Rheingasse.

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    Gente bañándose en el río Rin

    Qué ver a las afueras de la ciudad

    Dreiländerbrücke (Puente de los Tres Países). Como mencionamos antes, Basilea se encuentra al borde de la frontera entre Suiza, Francia y Alemania. Por eso no es raro que la gente haga la jugada maestra: vivir en Francia, hacer la compra en Alemania y trabajar en Suiza; todos estos trayectos se realizan en apenas 15 minutos. 

    Para experimentar esto, cogemos el tranvía 8 desde Claraplatz, en dirección a Weil am Rhein (el pueblo alemán más cercano), y nos bajamos en la parada Dreiländerbrücke, ya en territorio alemán. Allí veremos tiendas variadas y un gran supermercado, Marktkauf, al que acuden muchos suizos para hacer la compra más barata. Frente al Marktkauf comienza el Puente de los Tres Países, que nos permite cruzar directamente a Francia.

    La zona en sí no tiene nada especial, pero es curioso poder estar en tres países distintos en apenas unos metros. Antes de regresar, junto a la parada del tranvía, veremos una caseta con bastante cola: aquí los ciudadanos suizos, presentando su documento de identidad o permiso de residencia, pueden mostrar sus tickets de compra para recuperar los impuestos pagados en Alemania.

    Basler Papiermühle (Molino de papel de Basilea). Se trata de un museo dedicado a la fabricación del papel, situado en un antiguo molino. Aquí se puede aprender todo sobre la historia del papel y la imprenta en la región. En su web tenéis los precios y horarios.

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    Molino de papel de Basilea

    ¿Dónde comer en Basilea?

    Comer en Suiza es bastante caro y, en Basilea, apenas hay restaurantes de comida tradicional suiza. Por eso os recomendamos algunos restaurantes variados y asequibles:
    • Markthalle, junto a la estación Basel SBB. Se trata de una gran nave con puestos de comida internacional: argentina, árabe, india, china, italiana… prácticamente de todo. Ideal para grupos, ya que hay opciones para todos los gustos.
    • Klara 13 AG, en Clarastrasse 13. Similar al anterior pero más pequeño. Perfecto para tomar una cerveza local, como la “Ueli”, en su terraza. Cada plato cuesta algo más de 20 CHF y la cerveza unos 8 CHF. Ofrecen comida argentina, tailandesa, africana y china, entre otras.
    • Lily´s Maxim, un buen restaurante tailandés en Claraplatz.
    • Artigiano Café Pizzeria Napoletana Basel, un italiano recomendado por italianos.
    Por otro lado, tenéis que comprar un pan llamado Butterzopf, conocido en Basilea como “pan de los domingos”, aunque es tan rico que nosotros lo desayunamos todos los días que estuvimos aquí. Se encuentra en casi todos los supermercados: Migros, Coop, Aldi y Lidl. Lo cierto es que hay bastante cultura del pan en Suiza, y este es sin duda uno de los más característicos.

    Otra cosa curiosa de Suiza es que en los K Kiosk y en algunos supermercados (Lidl por ejemplo) venden marihuana, llamada “Swiss weed”. Su venta es legal en Suiza ya que esta contiene menos de un 1% de THC (tetrahidrocannabinol), la principal sustancia que afecta al sistema nervioso.

    Si os da curiosidad, podéis pasar por los supermercados suizos, como Migros o Coop, para echar un vistazo a los precios. La vivienda no es especialmente cara, pero donde realmente notaréis los precios más elevados respecto al resto de la Unión Europea es, sobre todo, en las compras del día a día y en comer fuera, ya sea en bares o restaurantes.

    Un dato práctico: todas las fuentes de agua que encontréis en la ciudad —y no son pocas— son potables, igual que en Zúrich.

    En cuanto a la vida nocturna, Basilea es en general bastante tranquila. Para tomar algo por la noche, recomendamos la zona de Kaserne Basel, cerca de Claraplatz, donde encontraréis varios bares con buen ambiente.

    Eventos en Basilea

    Basilea es famosa por su carnaval, el más grande de Suiza. Se celebra entre febrero y marzo, generalmente un par de semanas después del Carnaval en España. Lo más llamativo ocurre el primer día: a las cuatro de la madrugada se apagan todas las luces de la ciudad y comienza un desfile con música y personas disfrazadas con luces que se iluminan poco a poco en la oscuridad. Sin duda, es un espectáculo único que merece la pena ver al menos una vez en la vida.

    Excursiones desde Basilea

    Basilea se encuentra en una localización estupenda para hacer excursiones de día a otras ciudades. A una hora tenemos destinos como Berna, Zúrich y Lucerna. Para los que quieran salir de Suiza, Estrasburgo y Colmar, en Francia, y Friburgo, en Alemania, se encuentran también a pocos kilómetros y son muy bonitas.

    Para moverse en tren dentro de Suiza, la compañía nacional es SBB CFF FFS, que corresponde a Ferrocarriles Federales Suizos, escrito en alemán, francés e italiano: Schweizerische Bundesbahnen, Chemins de fer fédéraux suisses, Ferrovie federali svizzere. Conocer cómo comprar billetes y opciones de ahorro es útil para planificar estas excursiones. 

    Nosotros fuimos en tren desde Basilea a Zúrich y para coger el tren online está bien saberse algunos truquillos. Nos metemos en su página web y elegimos el trayecto que queramos, en nuestro caso from Basel SBB to Zürich HB. Le damos a “search for connection”. Nos fijamos en aquellos trenes que tengan un símbolo negro de % y un precio (que no es el final, ojo), ubicados en la esquina superior derecha. Seleccionamos uno de esos en el horario que prefiramos y le damos al botón rojo “select ticket”. Al avanzar a la siguiente pantalla, vemos que se ha seleccionado el Supersaver Ticket y que se ha aplicado un descuento llamado “Half-fare travelcard” (halb tax en alemán) que se marca por defecto pero que seguramente no tengamos y que habremos de quitar enseguida. En la siguiente pantalla podéis iniciar sesión con vuestro usuario si tenéis uno o continuar como invtado. Después hay que rellenar el nombre, apellido y fecha de nacimiento y en el campo “discount cards” marcamos la opción de “No discount”. El precio se recalculará y saldrá un precio más alto que al principio, y este será el precio final. Si hemos elegido un tren sin el símbolo %, no nos aparecerá esta casilla, es decir, no hay opción de comprar un Supersaver ticket.

    Obviamente estos descuentos no están siempre disponibles pero, si reservas los trenes con al menos unos días de antelación, sí aparecerán trenes con el símbolo %. Este supersaver ticket, al ser más barato, no permite ni devoluciones ni cambios de hora o pasajero.

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