Estamos en Tokio (Tokyo en inglés), como todos saben, la capital de Japón y ciudad más grande del país. La ciudad en sí tiene una población de casi 14 millones, pero si contamos el área metropolitana, la población total asciende a más de 37 millones, lo que la convierte en la más poblada del mundo.
Desde Tokio iniciamos una ruta de tres semanas por el país nipón distribuida de la siguiente manera:
- Tokio – 6 días, de los cuales 2 los dedicamos a hacer dos excursiones
- Alpes Japoneses – 3 días en las ciudades de Kanazawa, Shirakawa-go y Takayama
- Kioto – 3 días
- Uji y Nara – excursión de 1 día desde Kioto
- Hiroshima – 2 días, 1 día la para la ciudad y otro para visitar la isla de Miyajima
- Osaka – 2 días
- Himeji y Kobe – excursión de 1 día desde Osaka
A lo largo de este artículo os detallaremos nuestra visita a la ciudad de Tokio, una urbe vibrante, caótica y sorprendente.
Pero antes, os describiremos los puntos esenciales a tener en cuenta en cualquier viaje a Japón, en cuanto a preparativos, información necesaria y un poquito de historia del país, para así poder entender su preciosa e interesante cultura y aprovechar al máximo el viaje.
Preparativos para viajar a Japón
Antes de un viaje tan largo siempre viene bien tener en mente la burocracia necesaria, tanto antes de viajar como cuando estemos allí.
Antes de viajar es buena idea registrar los datos del viaje en la página de Visit Japan Web. Es un procedimiento que hay que realizar antes de poder ingresar al país. Normalmente se realiza al aterrizar, pero en esta página web oficial podemos hacerlo previamente desde casa y así solo tendríamos que mostrar el código que se genera al final del proceso, una vez hayamos llegado al aeropuerto de Japón. En la página web hay que crearse una cuenta y rellenar los datos personales de todos los viajeros que vayan juntos. Tiene dos partes: inmigración (immigration) y aduanas (customs), cada una de las cuales nos generará un código QR distinto, y distinto para cada persona. Una vez hayáis aterrizado, primero enseñaréis el código QR de inmigración, luego recogeréis las maletas y luego el QR de aduanas. De esta manera el proceso es mucho más rápido.
La moneda oficial nacional es el yen (JPY). 1 euro equivale a 147 yenes actualmente, por lo que siempre que veamos un precio en yenes, por comodidad dividimos entre 150 y tendremos su precio aproximado en euros.
Llevad una tarjeta que os permita sacar en cajeros con poca comisión y que os hagan el cambio de moneda con las menores tasas posibles, como puede ser Revolut, que fue la que llevamos nosotros. En cualquier caso, siempre llevad efectivo, pues hay muchos sitios donde no aceptan tarjetas. Los mejores cajeros para sacar dinero son los que encontraremos en las tienda de conveniencia (convenience store en inglés), como el 7-Eleven.
Escritura japonesa. Sin conocimientos previos, es imposible, lógicamente, entender nada del idioma. Sin embargo, es muy curioso entender su funcionamiento. El japonés tiene tres sistemas:
- El kana, compuesto por caracteres japoneses, que podemos distinguir porque tienen trazos sencillos. Cada símbolo corresponde a una sílaba. Tiene dos silabarios:
- El hiragana, con palabras de origen japonés. Tiene 46 símbolos. Ejemplo: すし (sushi) = す (su) más し (shi).
- El katakana, para extranjerismos. Ejemplo: テレビ (televisión).
- El kanji, compuesto por caracteres chinos, que distinguiremos porque son mucho más complejos y elaborados. Estos se usan para expresar conceptos e ideas que, a veces, no es posible expresar con el kana. Por ejemplo, 高, 後, 開. Se ve que los trazos son más complicados.
- El rōmaji, que es la trascripción del japones al alfabeto latino. Por ejemplo: arigato (gracias), sayonara (adiós), fujisan (monte Fuji) o la propia ciudad de 'Tokio'.
Internet/Datos. También es recomendable tener internet en el móvil, sobre todo para coger metros, trenes, identificar andenes, etc. ya que estamos hablando de ciudades muy pobladas y redes de transporte complejas. Podéis reservar una tarjeta SIM o eSIM con antelación y recogerla en el aeropuerto a vuestra llegada. Un ejemplo es la empresa Mobal. Otra opción es el llamado “pocket wifi”, un pequeño router que sirve como wifi portátil y al que podemos conectar varios dispositivos. También podéis contratar un paquete de datos válido para Japón con vuestra compañía telefónica actual. La última alternativa es usar las redes gratuitas de wifi que hay por la ciudad, ideales para cuando estemos en estático pero no tanto si estamos moviéndonos de un sitio a otro. En este caso, os recomendamos descargar la aplicación Japan Wi-Fi Auto Connect que os conecta con las redes Wi-Fi abiertas del país automáticamente.
Tarjetas de alergia. Si sois alérgicos a alguna comida es buena idea imprimir una tarjeta donde ponga en japonés exactamente a lo que sois alérgicos, para así mostrarlo a los camareros en los restaurantes, ya que no todos saben inglés. Podéis poner en vuestro buscador de internet “Japan allergic cards” para ver ejemplos descargables. Si la tarjeta tiene algún dibujito tachado del producto alimentario al que seáis alérgicos, ayudará a la gente a entender qué queréis decir.
Traductor. Es importante llevar alguna aplicación de traducción instantánea como Google Translate o Papago para poder traducir cartas de restaurantes o información que solo esté en japonés.
Compras sin impuestos (tax-free). En Japón es muy habitual, como extranjero, el poder comprar cosas libres de impuestos en muchas tiendas, si así lo indican. Sin embargo, estos productos no pueden ser consumidos en Japón, sino que son para llevar, por eso te las ponen directamente en unas bolsas selladas, aunque luego no te las revisan en el aeropuerto. Al comprarlos hay que enseñar el pasaporte ya que esto es solo válido para turistas. Eso sí, casi todas las tiendas que ofrecen la eliminación de tasas suelen exigir una compra mínima de 5.500 yenes, por lo que merece la pena esperar hasta el último día y hacer una gran compra en lugar de pocas cosas cada día. Asimismo, las colas para comprar tax-free y con impuestos son distintas, siendo las primeras mucho más largas.
Adaptador. Los enchufes en Japón son del tipo A, es decir, tiene dos clavijas planas paralelas, igual que en Estados Unidos. Llevad, por tanto, los adaptadores correspondientes.
Klook. Esta aplicación es muy popular y funciona muy bien para reservar actividades, tickets turísticos e incluso internet. La razón es que te permite pagar en la moneda de tu país, hacen buen cambio, y algunas páginas webs oficiales japonesas no aceptan tarjetas de crédito extranjeras.
Breve historia de Japón
Para aprovechar al máximo el viaje a Japón,es muy importante entender un poco su historia y conocer los distintos periodos que vivió y algunos de sus emperadores más destacados, ya que veremos constantemente referencias a ellos en los templos y principales atractivos turísticos del país.
Prehistoria (35000 a.C. – 538 d.C.)
La era prehistórica y antigua de Japón abarca hasta el 538 d. C., comprendiendo el Paleolítico (del 35000 a. C. al 14000 a. C.), el período Jomon (del 14000 a. C. al 300 a. C.), el Yayoi (del 300 a. C. al 250 d. C.) y el Kofun (de 250 d.C. a 538 d.C.). En este ultimo período se introdujo el sintoísmo y surgió la Casa Imperial de Japón.
Época clásica (538 – 1185)
Período Asuka (538-710). Esta época supone un avance sociopolítico así como el comienzo del budismo en Japón.
En el 710 se inicia el Período Nara, cuando la capital del país se trasladó a Heijō-kyō, la actual ciudad de Nara. El sintoísmo crece y Japón se fija en China en términos de arte y cultura.
La era Heian (794 – 1185) cierra la época clásica. La capital se mueve de nuevo a Heian-kyo, la actual Kioto, surgen nuevas sectas del budismo, y la literatura y el arte viven una época de esplendor, en parte influenciados por China.
Época medieval (1185 – 1600)
Período de Kamakura (1185 - 1336). En esta etapa surgen los guerreros samuráis y las luchas entre distintos clanes para hacerse con el poder. El clan que terminó venciendo fue el Minamoto, dando lugar al primer shogunato, un sistema de gobierno por parte de dictadores militares llamados shogun. El primer shogun fue entonces Minamoto no Yoritomo, que estableción la sede de su gobierno en la ciudad de Kamakura, situada al sur de Tokio. Fue un gobierno basado en el feudalismo, es decir, la división de la sociedad en castas, donde el campesinado trabajaba las tierras y le daba gran parte de sus beneficios a los señores o propietarios.
En esta época Japón empieza a depender cada vez menos de China. También destacan en este periodo las invasiones mongolas de 1274 y 1281, ambas repelidas por la defensa militar de Kamakura y los huracanes y desastres naturales que acabaron con muchos barcos enemigos.
En 1333 el shogunato de Kamakura es derrocado por el emperador Go-Daigo, que quería la vuelta de un gobierno imperial. De todos modos, esto duró muy poco, pues en 1336 un nuevo shogunato se alzaba con el poder, el Ashikaga.
Período Muromachi (1336 - 1568), también conocido como era Ashikaga. La victoria del samurái Ashikaga Takauji da inicio al shogunato Ashikaga. Las continuas batallas entre clanes de samuráis hicieron de esta una época revuelta llena de guerras civiles. El shogunato duraría hasta 1568, cuando fue derrocado por el daimyō Oda Nobunaga, uno de los tres principales unificadores de Japón (Oda Nobunaga, Toyotomi Hideyoshi y Tokugawa Ieyasu).
Período Azuchi-Momoyama (1568 - 1603). Oda Nobunaga fue el primer gran unificador de Japón y estuvo en el poder de 1573 hasta 1582. Fue traicionado por su criado, quien le obligó a hacerse el hara-kiri (suicidio tradicional japonés), falleciendo así en 1582. Su sucesor fue Toyotomi Hideyoshi, quien continuaría con el objetivo del primero de unificar el país. Hideyoshi fue el segundo gran unificador de Japón y gobernó el país hasta su muerte en 1598. Tras una guerra entre el hijo de Hideyoshi y el líder samurái Tokugawa Ieyasu, este último se alzó con el poder, estableciendo el shogunato Tokugawa y finalizando la tarea de la unificación.
Época posmedieval (1603 - 1868)
Esta época se conoce como Período Edo. El shogunato Tokugawa aisló al país completamente, restringiendo fuertemente el comercio exterior y prohibiendo viajes al extranjero. Japón aprovechó sus recursos y se volvió autosuficiente. La capital se estableció en Edo, la actual Tokio, comenzó a crecer en población y adoptó una idiosincrasia cultural única.
El aislamiento de Japón terminó cuando el comandante estadounidense Matthew Perry entró con sus famosos barcos negros en la Bahía de Edo en 1853. Japón se tuvo que sentar a negociar, firmándose en 1854 el Tratado de Kanagawa por el cual Japón permitió el acceso de barcos estadounidenses a ciertos puertos japoneses.
Época moderna (1868 – actualidad)
En 1868 cae el shogunato Tokugawa y da comienzo la Era Meiji (1868-1912), en el que vuelve el gobierno imperial en manos del emperador Meiji. Japón se abrió al mundo y vivió una modernización radical gracias a la industrialización, escolarización pública e inmigración que trajo nuevas costumbres y culturas. Todo acaba en 1912 con la muerte de Meiji. Su sucesor fue el emperador Taisho, quien estableció una democracia durante los 14 años de su gobierno.
Período Showa. El emperador Taisho muere en 1926 y le sucede en el cargo el emperador Showa, quien inicia un gobierno basado en el fascismo y el ultranacionalismo, en parte a causa del miedo a la expansión del comunismo en el país. Japón entra en guerra con China (Segunda Guerra Sino-Japonesa, 1937-1945) y con el mundo entero (Segunda Guerra Mundial, 1939-1945).
El 7 de diciembre de 1941 la Armada Imperial Japonesa realiza un ataque militar sin previo aviso en la base naval estadounidense de Pearl Harbor, Hawái. La causa era que Japón quería evitar que EEUU interviniera en operaciones militares que los japoneses pretendían hacer en Asia y Oceanía. Las consecuencias fueron catastróficas, ya que al mismo día siguiente EEUU declaró la guerra a Japón y su mandó posteriormente detonar bombas atómicas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, reduciendo a cenizas ambas ciudades.
La victoria de los aliados hizo que Japón estuviera ocupada y gobernada por EEUU hasta 1952. Después, el país tuvo que hacer un enorme esfuerzo para progresar económica y socialmente hasta llegar a la potencia que es hoy en día. Actualmente nos encontramos en la Era Reiwa bajo el mando del Emperador Naruhito, quien sucedió a su padre, el Emperador Akihito en 2019.
División territorial de Japón
Japón 🗾 es un archipiélago compuesto por casi 7.000 islas, si bien la mayoría son ínfimas y deshabitadas. Las 5 más grandes son Honshu –la principal–; Hokkaidō, Kyushu, Shikoku –las tres de alrededor– y, por último, Okinawa –la más alejada–. Asimismo, es importante saber que Japón está dividido en 47 regiones llamadas prefecturas, tal y como podemos ver en el siguiente mapa:
Mapa de prefecturas de Japón. Fuente: Wikimedia Commons
¿Cómo moverse por Japón?
Japón posee una red de transportes súper extensa y compleja, por lo que vamos a tratar de explicarla lo mejor posible.
Tren 🚅. La mejor manera para movernos por el país es con el tren, ya que nos permite llegar a casi cualquier lado, sobre todo entre las ciudades principales, que es, al fin y al cabo, lo que hacemos los turistas. Dicho esto, las vías por las que circulan los trenes pertenecen a distintas compañías, cada una con sus propios trayectos y trenes.
Uno de los atractivos del país nipón son los trenes bala (bullet train en inglés, Shinkansen en japonés), capaces de alcanzar los 320 Km/h. Estos pertenecen a la empresa Japan Railways (JR) que, a su vez, está subdividida de la siguiente manera:
Mapa de las empresas de Japan Railways. Fuente: Wikimedia Commons
A partir de aquí existen un montón de tickets exclusivamente para turistas –los japoneses no tienen derecho a comprarlos– que permiten tomar distintos trenes bala en las distintas regiones o conjunto de regiones. El ticket más famoso es el Japan Rail Pass (JR Pass). Este ticket te permite coger, durante 7, 14 ó 21 días, todos los trenes de la empresa Japan Railways (JR) excepto los trenes bala “NOZOMI” y “MIZUHO”. También incluye algunos trenes de la red de metro de varias ciudades (Tokio, Kioto…) y los trayectos desde los aeropuertos (Narita Express desde Narita y el Tokyo Monorail desde Haneda). Hay dos modalidades: el Standard Pass (segunda clase) y el Green Pass (primera clase).
En cuanto a qué trenes bala están incluidos, el JR Pass permite subir a bordo de 7 líneas de Shinkansen y 2 de mini-shinkansen: Tokaido Shinkansen, Sanyo Shinkansen, Kyushu Shinkansen, Hokuriku Shinkansen, Joetsu Shinkansen, Tohoku Shinkansen, Akita Shinkansen y Yamagata Shinkansen.
Mapa de la red de Shinkansen incluida en el JR Pass. Fuente: jrpass.com
Se compra online en su web oficial, posteriormente se recibe una Exchange Order por email y, una vez estéis en Japón, en las estaciones de JR o en el aeropuerto, podéis intercambiar el código del email por el ticket físico. También se pueden reservar asientos online desde esa misma web.
No obstante, este ticket es bastante caro y no siempre es la opción más económica. Por ello, lo mejor es calcular cuánto cuestan los trenes por separado y ver si sale cuenta o no. Os podéis apoyar en esta página web en la que podéis introducir los trayectos que tengáis planeados y la página te dice si, en total, es más caro comprar los billetes por separado o el JR Pass.
En caso de que compréis un ticket individual de shinkansen, siempre que sea un billete sin asiento reservado, aunque esté asociado a una tren en concreto, se puede usar para cualquier tren bala de ese día (para ese mismo trayecto, lógicamente). Por lo que no angustiaros si lo perdéis. Si tenéis un ticket con asiento reservado y perdéis el tren, podéis usar ese mismo ticket para cualquier otro tren ese mismo día en un asiento no reservado y en un vagón de asientos sin reserva.
También sabed si llega a Tokyo Station, luego podéis usar el mismo billete para hacer un trasbordo e ir a vuestra estación, siempre que se encuentre en una línea JR. Igualmente vale para otras ciudades: con el shinkansen solo se puede llegar, por ejemplo, a Shin-Osaka (estación de la ciudad de Osaka), pero el mismo billete nos vale para coger el tren de Shin-Osaka a Osaka Station.
El JR Pass no es el único ticket, hay muchos más. Aquí podéis ver la lista completa y sus precios.
📱Las mejores aplicaciones para saber qué trenes tomar, en qué andenes y los horarios son la de Google Maps y Navitime Japan. En esta última podéis seleccionar los billetes que tengáis ya comprados (el Kansai Thru Pass, por ejemplo) y luego buscar la ruta que vayáis a hacer, y la aplicación muestra si dicho trayecto y tren está cubierto por el billete seleccionado. También nos sirvió de mucha ayuda para saber los horarios de los trenes. En cambio, el día a día lo hicimos con Google Maps, ya que te marca siempre las rutas óptimas y es bastante precisa a la hora de poner los medios de transporte, trasbordos, destinos e incluso número de salida del metro para salir exactamente donde queremos, algo muy útil porque las estaciones de metro son gigantescas. Por cierto, el metro de Tokio está abierto desde las 5 de la mañana hasta las 12 de la noche, aproximadamente.
Bus 🚌. La mejor compañía para viajar en autobús es Willer Bus, tanto para diurnos como para nocturnos. Es mucho más barata que el tren bala. Para algunos trayectos es la mejor opción, nosotros lo usamos para ir de Takayama a Kioto, ya que con tren no se podía ir directo, había que hacer trasbordo y encima era más caro.
¿Cómo moverse por Tokio?
La red de transporte público de la capital es, también, bastante compleja, pues son varias las compañías que tienen sus propias vías ferroviarias y trenes. Este es el mapa completo. Como se puede ver, la empresa Toei posee cuatro líneas (Asakusa, Mita, Shinjuku, Oedo), la empresa del Metro de Tokio tiene 9 líneas (Ginza Line, Marunouchi Line, Hibiya Line, Tozai Line, Chiyoda Line, Yurakucho Line, Hanzomon Line, Namboku Line, Fukutoshin Line), Japan Railways (JR) tiene otras 5 (Yamanote, Chuo, Keihin-Tohoku, Sobu, Saikyo) y luego hay otras empresas de ferrocarriles privadas con más líneas. Ejemplos de estas son Tokyu Railways que tiene 8 líneas (Tōyoko Line (TY), Meguro Line (MG), Den-en-toshi Line (DT), Ōimachi Line (OM), Ikegami Line (IK), Setagaya Line (SG), Tōkyū Tamagawa Line (TM), Tōkyū Shin-yokohama Line (SH)) o Keio Corporation con otras 7 (Keiō Line, Keiō Sagamihara Line, Keiō Takao Line, Keiō Inokashira Line, Keiō New Line Keiō Dōbutsuen Line, Keiō Keibajō Line).
Cada línea se identifica con un color y una letra –normalmente por la que empieza– y cada estación tiene un número. Así, la parada Myogadani, por ejemplo, es la M23, pues se trata de la estación número 23 de la línea Marunouchi. Si la parada es común a varias líneas, llevará varios identificativos, como por ejemplo Tsukishima, que es Y21 y E16.
Con todo este conglomerado de empresas, lo que nos encontramos es otro buen número de tickets y abonos de transporte posibles. Como comentamos antes, el JR Pass te permite coger las 5 líneas de Japan Railways, pero no más. Otro ticket interesante es el Tokyo Subway Ticket, válido para las líneas de metro de Tokyo Metro y Toei. En su página web podéis ver los precios y modalidades.
Si usáis Google Maps para moveros por allí y habéis comprado el billete Subway 24-hour Ticket (válido para el Tokyo Metro y Toei) debéis marcar en la aplicación “solo metro“, a fin de que no os muestre trenes de JR u otras compañías. Nosotros usamos este ticket y nos ahorró bastante dinero.
No obstante, siempre existe la opción de comprar billetes sencillos, es decir, pagar por uso. Para ello existen unas tarjetas monedero o tarjetas prepago (IC cards en inglés) que se validan en los tornos de entrada y salida, y de esta manera te cobran el precio de un billete individual basándose en el número de estaciones que has viajado. Si queréis saber el precio exacto podéis poner la ruta en la aplicación de Navitime Japan y os dirá cuánto cuesta. Hay tres tarjetas monedero principales:
- SUICA
- Pasmo
- ICOCA
Es imprescindible tener alguna de ellas porque se puede usar en todo Japón y en todos los transportes a excepción de trenes exprés y trenes bala, en cuyo caso habría que comprar primero el ticket y luego cargarlo en la tarjeta. Las tres funcionan exactamente igual. También se puede pagar en algunas tiendas y restaurantes con ellas. Siempre que ponga algo así como “IC card accepted“ las podréis usar.
Todas tienen un depósito de 500 yenes, es decir, al pedirla en las máquinas, si cargas 2000 yenes, solo tendrás 1500 disponibles. Lo normal entonces es comprarla en la primera ciudad que visitéis. En Tokio se lleva más la SUICA y Pasmo, mientras que en Osaka la ICOCA.
Antes de volver a vuestros países de origen podéis devolver la tarjeta en las oficinas donde las comprasteis y os devuelven esos 500 JPY, aunque en el caso de SUICA se quedan con 220 yenes de comisión. Aquí tenéis más información sobre cómo devolverlas para que os hagan el reembolso.
¿Cómo llegar desde el aeropuerto al centro de Tokio?
Tokio cuenta con dos aeropuertos con conexiones internacionales. El de Narita, situado, como se suele decir, en medio de la nada, a 65 kilómetros de Tokio, y el de Haneda, situado a las afueras de la ciudad, a unos 20 kilómetros.
Desde el Aeropuerto de Narita
La opción más rápida: El Keisei Skyliner, un tren exprés que te lleva desde el Narita Airport, tanto desde la terminal 1 como desde la 2 y 3, hasta la estación de Nippori Station en tan solo 36 minutos, o hasta la estación de Ueno en 45 minutos. En Nippori ya podéis cambiar a alguna línea de JR como la Keihin-Tohoku o la Yamanote, y en Ueno tenéis múltiples conexiones. Este tren requiere un ticket para un asiento concreto, por lo que al comprarlo tenéis que especificar qué tren queréis coger. El precio es de, aproximadamente, 20€. Nosotros usamos esta opción, reservando desde Klook el siguiente paquete: "Skyliner and Tokyo Subway Ticket Combo", una combinación del Skyliner más el ticket de metro de Tokio de los días que quieras por un precio más bajo que si los compras por separado.
La segunda opción más rápida es el Narita Express, que conecta el aeropuerto con la estación de Tokyo Station en 53 minutos. Hace paradas en la Terminal 1 y en la 2. Ya en Tokyo Station podéis hacer transbordo a la línea que necesitéis para llegar a vuestro hotel. El Narita Express pertenece a Japan Railways (JR), por lo que es la mejor opción si tenéis el JR Pass, ya que este tren estaría incluido. El precio es de, aproximadamente, 20€.
También está el Narita Airport Limousine Bus, que sale de la Terminal 2, aunque es más lenta ya que se depende del tráfico que haya en Tokio. Y ni siquiera es más barata que los trenes anteriores. La ventaja es que hace más paradas y, por tanto, llega a más sitios.
La opción más barata es el bus público, el llamado Narita Airport Shuttle Bus que conecta la estación Ikebukuro con el aeropuerto. Pertenece a la empresa Willer.
Desde el Aeropuerto de Haneda
La mejor opción en este caso es el autobús. Hay dos principales:
- Airport Limousine Bus, que te lleva a las principales estaciones de la ciudad (Shinjuku, Tokyo Station, Shibuya, etc.)
- Airport Limousine de Keikyu Bus, que te conecta con Tokyo Station o con Shibuya.
La opción más barata es el Tokyo Monorail que te conecta con la Línea Yamanote.
¿Qué ver en Tokio?
Para ver todo lo que ofrece la ciudad de Tokio lo suyo es dedicarle unos 4 días, mínimo. Los barrios principales a visitar son los siguientes: Shibuya, Shinjuku, Harajuku, Ginza, Chiyoda, Akihabara, Asakusa, Ueno, Roppongi y la isla de Odaiba. Nosotros los agrupamos por barrios de la siguiente manera: un día para Shibuya, Shinjuku, Harajuku; otro día para Akihabara, Asakusa y la isla de Odaiba; otro día para Ginza y Chiyoda; y otro para Roppongi, Ueno y cosas que no nos dio tiempo a ver los otros días.
En cuanto al alojamiento, es recomendable alojarse cerca de cualquier estación de la línea Yamanote, ya que esta es circular, está céntrica, y está muy bien comunicada con otras líneas y con las cosas que ver en la ciudad.
Qué ver en Shinjuku, Harajuku y Shibuya
Shinjuku
Comenzamos por Shinjuku, el barrio en que nos alojamos nosotros durante nuestra estancia en Tokio. Shinjuku es uno de los barrios más interesantes y con más vida de Tokio, nosotros lo visitamos de día pero volvimos varias noches para cenar y verlo a esa hora, ya que merece mucho la pena.
La estación de Shinjuku es la más transitada del mundo: se estima que más de 3,5 millones de personas pasan por ella cada día. Perderse en ella es lo más normal, no os preocupéis. Haced uso de la funcionalidad de Google Maps que os dice por qué salida salir para perder el mínimo tiempo posible.
Comenzamos dando un paseo por el Parque Shinjuku Gyoen. Se trata de un parque construido en el año 1772, aunque vivió su máximo esplendor en la Era Meiji (1868-1912) cuando fue designado jardín botánico y jardín imperial. De hecho, el nombre aún conserva la palabra Gyoen, que significa jardín imperial. Aunque hemos visto parques más bonitos en nuestro viaje por Japón, este bien merece una visita para disfrutar del contraste de los tranquilos y verdes jardines con los enormes rascacielos de alrededor. Asimismo, consta de cientos de especies de plantas distintas que se pueden visitar en los tres principales jardines en los que está dividido el parque: un jardín japonés (Japanese Traditional Garden), un jardín inglés (Landscape Garden) y un jardín francés (Formal Garden). También destacan algunos edificios como el Pabellón de Taiwán (Taiwan Pavilion) o el invernadero (Greenhouse). El parque abrió sus puertas al público en 1949, después de que se tuvieran que reparar algunos destrozos causados por ataques aéreos durante la Segunda Guerra Mundial.
Los parques en Japón son generalmente de pago, en la página web del Shinjuku Gyoen encontraréis sus precios y sus horarios, al final de la página. Este parque tiene tres puertas de acceso, la puerta de Shinjuku (Shinjuku Gyoen Shinjuku Gate), cerca de la estación Shinjuku-gyoemmae y de la estación de Shinjuku, la puerta de Okido (Former Okido Gate), también cerca de Shinjuku-gyoemmae, y la puerta de Sendagaya (Sendagaya-Gate), al sur del parque y cerca de la estación de Sendagaya.
Parque Shinjuku Gyoen
Al norte del parque se encuentra Shinjuku-Nichōme, el barrio LGTBQIA+ compuesto por muchos bares y discotecas, tanto interiores en las distintas plantas de los edificios como en puestos al aire libre.
Nos desplazamos ahora hasta Kabukichō, el barrio rojo de Tokio, también lleno de calles con luces de neon repletas de bares, discotecas, hoteles de amor (love hotels) y algunos locales llevados por la yakuza, es decir, la mafia japonesa. En cualquier caso, el barrio es seguro, únicamente conviene evitar hablar con gente que se acerque ofreciendo entrar a algún sitio o invitando a bebidas, ya que muchas de estas sugerencias suelen acabar en estafas.
Una de las calles de Kabukicho
Una cosa curiosa para hacer en este barrio es subir a la planta 8 del Hotel Gracery Shinjuku para ver la enorme estatua de la cabeza de Godzilla, que ya llama la atención desde la calle. Se puede subir gratis aunque no seais huéspedes del hotel.
También en este barrio podéis pasaros por el Golden Gai, un grupo de callejuelas estrechas llenas de pequeñas tabernas (izakaya) —con capacidad para apenas 5 ó 6 personas— donde tomar unas cervezas. Hoy en día es súper turístico y no veremos casi ningún japonés dentro de los locales. En muchos de los izakaya cobran una tasa por sentarte ('cover charge' en inglés u 'Otoshi' en japonés) que va entre los 300 y los 1000 yenes y, a cambio, te sirven una pequeña tapa.
Otro callejón similar es el Omoide Yokocho, también con muchos minúsculos izakaya donde tomar una cerveza y unas brochetas (yakitori). En comparación con Golden Gai, Omoide Yokocho nos gustó bastante más, estaba más limpio y había un mejor ambiente. Aquí también cobran el Otoshi o cover charge por comensal, más un 10% de servicio, algo nada habitual en Japón pero sí en los izakaya.
Uno de los callejones de Omoide Yokocho
Con tantos rascacielos como hay en Shinjuku es recomendable subir a uno de ellos y disfrutar del impresionante skyline del distrito. Un edificio al que se puede subir es el del Ayuntamiento de Tokio (Tokyo Metropolitan Government Building) y, lo mejor de todo, es que es gratis. Para llegar a él, una vez estéis por la zona, debéis seguir las indicaciones de Tokyo Metropolitan Government Building South Observatory. En la entrada al edificio encontraréis una pequeña cola junto a los ascensores, desde donde podéis subir hasta la planta 45. Allí encontraremos un mirador con vistas de 360° de la ciudad. También hay un piano para que, quien quiera, lo toque libremente y deleite a los visitantes con música mientras disfrutan de las vistas. El horario es de 9:30 a 22:00 horas.
Vistas sur desde el Ayuntamiento de Tokio con rascacielos de Shinjuku y el Parque Yoyogi de fondo
Harajuku
Harajuku realmente es la parte norte del barrio de Shibuya, colindante con Shinjuku, pero a la hora de organizarse resulta más fácil separarlo de Shibuya, aunque teóricamente pertenezca a él.
En Harajuku se encuentra uno de los templos más importantes de Tokio, el Santuario Meiji (Meiji Jingu). Se trata de un santuario sintoísta dedicado al Emperador Meiji, Meiji Tennō, y su mujer, la Emperatriz Shōken, quienes gobernaron Japón en la llamada Era Meiji (1867-1912), poniendo fin a la época feudal y los shogunatos y volviendo a la época imperial pero en un Japón más contemporáneo.
Entrada al Santuario Meiji
Realmente no se trata de un santuario erigido por orden del Emperador sino construido en su honor después de su fallecimiento en 1912. Se destruyó durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial así que lo que vemos actualmente es una reconstrucción de 1958.
Justo antes de cruzar el torii de entrada al recinto, a la izquierda en la foto anterior, encontramos la típica fuente donde realizar el ritual para purificar el alma (temizuya en japonés) antes de visitar un templo budista o un santuario sintoísta. Este ritual consiste en: coger el cazo con la mano derecha y echarse agua en la izquierda para lavarla; cambiarlo el cazo de mano y repetir el mismo movimiento para lavar la otra; luego sujetar el cazo con la derecha y verter agua en la mano izquierda que nos llevarmos a la boca para enjuagarnos; escupir el agua con disimulo, en ningún caso tragarla; volver a lavarnos la mano izquierda que hemos usado para beber; y, finalmente, limpiar el cazo.
En el interior recinto, además de ver el templo por fuera –en general no se puede entrar nunca en ninguno–, podemos ver y participar en varios rituales sintoístas, como escribir deseos y ruegos en las tablas de madera llamadas ema, o escribirlos y sellarlos en un sobre, por un precio de 500 yenes. También podéis acercaros al templo y ver cómo reza la gente, es verdaderamente curioso: primero se lanza una(s) moneda(s) al baúl que hay en primer plano, luego se hacen dos reverencias, se dan dos palmadas, y se vuelve a hacer una reverencia una vez se haya terminado con las oraciones. También hay puestos donde comprar amuletos religiosos y otros recuerdos relacionados.
Tablas de madera ema en el Santuario Meiji
El acceso al santuario se realiza a través de un gran torii, es decir, el gran arco que marca la entrada a los recintos sintoístas. El torii separa el mundo normal del recinto sagrado, por eso los sintoístas hacen una reverencia cuando lo cruzan, tanto al entrar como al salir ⛩️. No es raro, además, ver más de uno. Siempre que lo veamos sabremos que estamos ante un santuario sintoísta (shinto shrine), y no un templo budista (buddhist temple).
El Santuario Meiji es especial porque se encuentra en el Parque Yoyogi (Yoyogi Park), un bosque en medio de la gran urbe que es Tokio. Es tan denso que al adentrarte en él llegas a olvidar que te encuentras en la ciudad. Como curiosidad, en el parque vivieron muchas familias de militares estadounidenses que se quedaron en el país después del fin de la Segunda Guerra Mundial y, más tarde, se utilizó como villa olímpica durante los JJOO de Tokio de 1964. Después de ello, se quitaron todos los edificios de viviendas que fueron construidos durante la ocupación estadounidense y se transformó en el parque que vemos hoy en día.
También dentro del parque, aunque un poco alejado del santuario, se enceuntra el Meiji Jingu Museum, un museo que nos amplía información sobre el santuario, el Emperador Meiji y su mujer, la Emperatriz Shōken, por si alguien tiene especial interés.
Abandonamos el bosque para volver de lleno a la ciudad, concretamente al barrio de Harajuku. Takeshita Dori es una calle comercial ubicada en el corazón de Harajuku que se ha convertido en una referencia para la moda para muchos jóvenes. Sin embargo, no se trata de tiendas de marcas caras, hablamos de una moda más excéntrica y extravagante, tal y como podréis ver en sus varias tiendas de ropa vintage y de segunda mano. Hoy en día es tan turística que encontramos tiendas de souvenirs y diversas heladerías o puestos de dulces. No es raro encontrarse por aquí a adolescentes con cosplay.
Una actividad que podéis hacer para sentiros como un auténtico adolescente japonés es ir a los fotomatones Purikura, que consiste en hacerte unas fotos y luego retocarlas y decorarlas al más puro estilo japonés. Tienen un precio de 500 yenes, y las fotos se envían al teléfono a través de un código QR, por lo que debéis tenerlo a mano. En Takeshita Dori hay un local de fotomatones llamado Purikura – Noa, aunque hay muchos por la ciudad, por si os viene mejor en otro momento.
Calle Takeshita Dori con la tienda de Purikura - Noa a la izquierda
Y muy cerca de aquí está otro lugar curioso, el Mipig cafe Harajuku. En Japón son muy populares los cafés de animales, lugares en los que hay animales paseando libremente y a los que puedes acariciar u observar mientras te tomas un café. En Europa han empezado ya a extenderse los cafés de gatos o perros, pero en Japón, cuna de este tipo de locales, van más allá y tienen de otros animales menos comunes como búhos, perros de una raza concreta o micro cerditos. Este último es el caso del mencionado Mipig café. Tanto este lugar como otros similares funcionan de igual manera: debéis reservar una hora por internet, en el caso del Mipig se hace fácil porque la web está en inglés y es user-friendly. Se reservan espacios de media hora y tiene un precio por entrar (500 yenes, entrance fee) más otro por la media hora (1000 yenes), más impuestos, por lo que es un poco caro al final. Incluye bebidas pero la verdad es que en tan solo media hora lo que buscas es jugar con los animales lo máximo posible y no quieres perder tiempo en ir a buscar un café, por eso casi nadie toma nada.
Cerca de Takeshita Dori, por cierto, hay también una tienda llamada Kiddy Land. Es una tienda de peluches y juguetes kawaii en la que no podrás resistirte a comprar cualquier cosa, todo es adorable 😍. Además, no está mal de precio, cuesta lo mismo que en otras tiendas del estilo, pero esta es mucho más grande. Tiene cinco plantas, cada una con varias marcas populares internacinalmente como Pokemon, Doraemon, Shin Chan, Estudio Ghibli, además de otras marcas japonesas como Mofusand.
Shibuya
Junto con Shinjuku, Shibuya es el otro gran barrio para la vida nocturna. Podéis llegar en transporte público a la inmensa estación de Shibuya o caminando si venís de visitar Harajuku, como fue nuestro caso.
Comenzamos visitando al personaje más querido del barrio, Hachiko, quien tiene una estatua justo a la salida 8 de la estación. Para poneros en contexto, Hachiko fue un perro de la raza Akita cuyo dueño era un profesor de la Universidad. Todos los días, ambos caminaban hasta la estación de Shibuya y este se quedaba esperando a que el maestro volviera de su jornada laboral para regresar juntos a casa. Desgraciadamente, el profesor falleció de forma repentina mientras impartía una clase, en 1925. Desde ese día, Hachiko acudía diariamente a la estación con la esperanza de que su dueño volviera. Repitió esta rutina hasta que murió diez años más tarde. Es por ello que los comerciantes y habitantes del barrio, entre los que Hachiko ya era muy famoso, decidieron construirle una escultura en su honor. Y no solo eso, también se hicieron varias películas contando esta historia, siendo la más conocida la de Siempre a tu lado, Hachiko de 2009 protagonizada por Richard Gere. Una foto con la estatua está muy cotizada así que debéis ser rápidos para poder sacaros una sin gente.
Estatua de Hachiko
Ahora iremos a cruzar el paso de cebra de Shibuya (Shibuya crossing), el cruce más famoso del mundo. En Tokio son habituales los pasos de cebra en todas direcciones, de tal manera que puedas cruzar hacia los dos lados y en diagonal, y el de Shibuya se ha convertido en todo un reclamo para los turistas. Muchos lo cruzan filmándose, aunque lo mejor es verlo y grabarlo desde arriba. Hay varios miradores para poder hacerlo:
El primero no es un mirador como tal, sino la pasarela que hay en la estación de Shibuya llamada Shibuya Mark City Walkway. Si pasáis por ahí bien, pero si no tampoco recomendamos ir aposta, ya que solo se ve desde un lado y con no mucha elevación. Lo bueno es que es gratuito.
El segundo es el llamado MAG's PARK, ubicado en el edificio Magnet by Shibuya 109, que no es el mismo que el Shibuya 109, no os confundáis. La entrada al mirador cuesta 550 yenes e incluye un refresco (soft drink) u 880 yenes con bebida alcohólica.
Paso de cebra de Shibuya desde el mirador de MAG's PARK
La tercera opción es el Shibuya Sky, un mirador que, independientemente del paso de cebra, debéis visitar. De todos los observatories que hay en Tokio este es, para la mayoría de la gente, el mejor. Shibuya sky es el nombre del mirador y se encuentra en el edificio Shibuya Scramble Square. Las entradas se agotan fácilmente por lo que nosotros recomendamos que las compréis con antelación, sobre todo si las queréis para una hora en concreto. Van asociadas a un día y hora específicos, si bien no hay límite de tiempo una vez estéis allí. La mejor hora es la puesta de sol, pues te permite ver la ciudad de día, ver el sol descendiendo y luego quedarte un rato para ver la ciudad de noche e iluminada. Podéis mirar en internet a qué hora exactamente se pone el sol en la fecha en que tengáis pensado ir y reservar esa hora. Uno de los atractivos de este mirador es su plataforma al aire libre, aunque si hay mal tiempo está cerrada y solo se puede estar en la que está a cubierto, (que está también muy bien, la verdad) y en cuyo caso te permiten si no cambiar la entrada para otro día si así lo deseas. Una vez tengáis localizado el edificio, veréis que hay una fila para subir y que solo dejarán pasar a la gente que tengan ticket para las franjas horarias correspondientes a ese momento. Primero se sube a la planta 14 y luego a la 45. Podéis comprar los tickets en su página web, seleccionando arriba el idioma inglés.
Vistas de Tokio desde el Shibuya Sky al aterdecer
De igual manera que Shinjuku, Shibuya también tiene sus callejones de izakaya bajo el nombre de Shibuya Nonbei Yokocho. En comparación con Omoide Yokocho, estos son más ordenados y sin tanto humo ni turistas, la desventaja es que el área es menos extensa, tan solo cuenta con una calle y claro, hay muchos menos izakaya, lo que dificulta mucho el poder encontrar algún hueco libre.
También está Center Gai, un grupo de calles donde durante el día destacan sus tiendas de moda, música y restaurantes, mientras que cuando cae la noche se vuelve una zona de fiesta total.
Tanto por Shibuya como por Shinjuku encontraréis multitud de tiendas tax-free y, curiosamente, la más famosa lleva acento español, se llama Don Quijote, más conocido como ‘Donki’. Como mencionamos anteriormente, este tipo de tiendas permite comprar productos sin impuestos enseñando el pasaporte, pues esto es solo válido para no residentes. Eso sí, el mínimo para aplicar esta exencíón es 5.500 yenes. Don Quijote tiene muchas sucursales en todo el país, pero la más conocida es la de Shibuya.
Aquí encontraréis un montón de productos raros para los occidentales, como KitKat de sabores (de matcha, naranja, fresa, melon, cheesecake, etc.), fantas de sabores, snacks con sabor a marisco, y un sinfín de chucherías y galletas. Algunas de las mas populares son los caramelos Milky, que son de leche; los Pocky, que son similares a los Mikado pero de distintos sabores; galletitas Hello Panda; unas galletas con chocolate; y unas gominolas llamadas Pureal en forma de cubículos y con sabores de frutas, el texto está todo en japonés pero las reconoceréis porque arriba del todo pone “Pure & Natural”. Es uno de los mejores sitios para comprar souvenirs, principalmente alimentos, aunque tienen de casi todo.
Dulces y chucherías japoneses comprados en Don Quijote
Japón es un país puntero en tecnología y veréis muchas cosas curiosas rara vez vistas en Europa. Una de ellas es el Henn Na Café, un puesto de café para llevar ubicado en un centro commercial de Shibuya y que tiene la peculiaridad de estar servido por un robot. Primero habéis de seleccionar lo que queréis en la máquina expendedora que hay al lado y luego escanear el código QR obtenido para que el robot realice la acción indicada. Cierra a las 18:00 de la tarde.
Y un plan súper típico y que no debéis dejar de probar es el de ir a un karaoke. Hay muchas cadenas famosas como Karaoke-Kan, Big Echo o Rainbow Karaoke que encontraréis por todos lados. Los precios varían en función de la hora y el día en que vayáis, siendo más caros los fines de semana y las horas de la noche. No obstante, es un plan perfecto para estas horas del día cuando todas las atracciones turísticas están ya cerradas. Suelen costar entre 1500 y 2000 yenes una hora por persona, con barra libre de bebidas incluida, aunque en una hora apenas te da tiempo a consumir mucho. Las horas siguientes son más baratas. Nosotros fuimos al Rainbow Karaoke y, aunque era el más caro, el sitio estaba bastante bien – hay karaokes más cutres – y tenía barra libre de refrescos y de helado de nata (soft ice cream). Tanto en este como en otros hay canciones comerciales internacionalmente conocidas para poder cantar en inglés, incluso tienen alguna de reggaeton en español.
Qué ver en Akihabara, Asakusa y la isla de Odaiba
Akihabara
Akihabara es uno de los barrios más singulares que tiene Tokio. Se trata, por así decirlo, de la cuna de los videojuegos y el anime japonés. Lo que encontraremos por aquí serán muchas tiendas de videojuegos, tanto para comprar como para jugar en el momento, así como tiendas de figuras y juguetes de todas las series y películas de anime del momento.
Ejemplo de ello es la tienda de cuatro pisos Super Potato Akihabara Branch, repleta de juegos vintage de todas las videoconsolas de Nintendo, merchandising de Mario Bros, de Pokemon, etc. Como decimos, también es posible jugar a algunas de esas máquinas que marcaron nuestra infancia. El edificio en sí, de hecho, también es un poco retro, no os imaginéis un moderno centro comercial. La entrada pasa un poco desapercibida ya que el título no se aprecia, hay que entrar por la puerta y luego subir en ascensor, ahí ya viene todo indicado.
Una de las plantas del Super Potato Akihabara Branch
Dejando aparte el mundo de la tecnología, también merece la pena subir al Kanda Myojin Shrine, santuario sintoísta del año 730. Este ha sido reconstruido en varias ocasiones después de haber sufrido constantes desperfectos a causa de incendios y terremotos, incluso se ha cambiado de ubicación. Se movió a Akihabara durante la Época Edo (1603-1867), y el mismísimo shogun Tokugawa Ieyasu acudió en persona a este lugar a mostrar sus respetos.
Ya sabéis que en el sintoísmo existe la veneración a varias deidades. Este santuario, concretamente, consagra a tres deidades: Daikokuten, el dios de tierra y la agricultura; Ebisu, el dios de la suerte y los pescadores; y Taira no Masakado, un señor feudal y samurái de la Época Heian (siglo X) que fue deificado.
El Kanda Myojin Shrine es, a su vez, un complejo de varios santuarios y edificios religiosos de diversa índole, incluida una tienda, y se llega a él tras subir una gran escalera. En general, es uno más dentro de todos los que hay en Tokio, pero su popularidad se triplica durante la semana del festival Kanda Matsuri que tiene lugar a mediados de mayo en los años impares. Es uno de los tres festivales (matsuri en japonés) de Tokio más importantes.
El festival comenzó en la Época Edo con el objetivo de celebrar la victoria de Tokugawa Ieyasu en la Batalla de Sekigahara y rendir homenaje al régimen. Eso era antiguamente, hoy en día es una festividad religiosa abierta a locales y turistas donde las calles aledañas se llenan de desfiles y carrozas, así como procesiones de mikoshi –templos portátiles coronados con un fénix– el último día. Nosotros tuvimos la suerte de coincidir con este festival en nuestra visita a Japón.
Mikoshi de una procesión durante el Kanda Matsuri
Asakusa
Asakusa es uno distritos de visita obligada en Tokio, principalmente por su templo Senso-ji.
Nada más salir de la Estación de Asakusa, si lo hacemos por la salida correcta claro está, veremos el Centro Cultural y de Turismo de Asakusa (Asakusa Culture Tourist Information Center), un centro de información turística donde podremos subir hasta la última planta, la ocho, y encontrar un estupendo mirador (viewing deck). Se puede subir de 9 a 22h todos los días y es gratuito. El mirador tiene dos vistas: al norte, con el templo Senso-ji en primer plano; y al este, con el Skytree y los edificios que lo rodean. La verdad es que este mirador nos gustó mucho, sobre todo para ver el conjunto del templo. De hecho, nos gustó tanto que volvimos otro día de noche para ver todo iluminado, algo que también merece mucho la pena.
Vistas nocturnas del complejo Senso-ji desde el Centro Cultural y de Turismo de Asakusa
Ahora vamos a ver desde el nivel del suelo lo que hemos visto desde el mirador. Primero atravesaremos la Kaminarimon Gate, la puerta exterior del templo de Asakusa. En ella se puede ver un farol Chōchin rojo con escritos negros, de grandes dimensiones y, a ambos lados, los dioses del viento y del trueno, ya que Kaminarimon significa literalmente "puerta del trueno".
Al cruzar la puerta nos encontramos con una larga calle comercial –concretamente de 250 metros de largo– llamada Nakemise-dori, repleta de puestos de souvenirs y de dulces. Algunos de los souvenirs más típicos son los gatos que saludan con una pata, llamados Maneki-neko, abanicos decorados con motivos asiáticos y paraguas, tanto de verano como de invierno. Por otro lado, algunos de los dulces que nos encontraremos en esta calle son:
- El ningyo-yaki, consistente en una masa de bizcocho horneada y rellena de pasta de judías rojas, típica de Japón. En esta calle, particularmente, tienen forma de atracciones o emblemas de Asakusa: de pagoda, de paloma, o de Chōchin.
- Los helados de té matcha, también muy típicos de Japón. En concreto, los de la tienda Funawa Nakamise tienen mucha fama, bien merecida.
- Senbei, unas galletas de arroz (rice crackers). Las hay dulces y saladas.
- Dango, un dulce japonés que suele acompañar al té consistente en un pincho con bolitas de harina de arroz bañadas en salsa de soja dulce. La textura es similar a la del mochi porque el proceso de elaboración y los ingredientes son parecidos.
También merece mucho la pena ver las calles perpendiculares a Nakemise
Dori, tanto la que es cubierta llamada Shin-Nakamise como las que no, ya que tienen una bonita decoración con farolillos Chōchin.
Continuamos por la calle Nakamise hasta toparnos con Hōzōmon, la puerta interior del templo. De aspecto se parece a la anterior puerta, pero esta es de mayor tamaño –22 metros de alto por 21 de ancho aproximadamente– y alberga hasta tres farolillos Chōchin. El central, que es el más grande, mide 3,75 metros de alto por 2,7 metros de ancho y pesa, nada más y nada menos, que 450 kilogramos. A ambos lados, como suele ser habitual en los templos budistas, veremos dos estatuas de Nio (Agyo y Ungyo) que se encargan de proteger el recinto sagrado. Precisamente debido estas estatuas de guardianes, antiguamente la puerta se llamaba Niomon. Luego se cambió el nombre a Hōzōmon, traducido como “Puerta de la Casa del Tesoro”, porque en su interior se guardaban escrituras y tesoros del templo. La puerta Hōzōmon original era del año 942, aunque la que vemos hoy en día es del 1964 y está construida con hormigón armado para evitar que le pase lo mismo que a las anteriores, que acabaron destruidas por el fuego en varias ocasiones, la última debido a los ataques aéreos de 1945 durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero el atractivo de la puerta aún no ha terminado. Al cruzarla nos toparemos en la parte trasera con dos enormes sandalias de paja (Waraji en japonés) que se dice que espantan el mal. Miden 4,5 metros de alto y pesan 400 kilos cada una.
Después de esta puerta entramos en lo que es el recinto principal. Ahí destaca el Senso-ji Main Hall, es decir, el salón principal de todo el complejo del Senso-ji. El Senso-ji es el templo más antiguo –y más bonito– de Tokio. Se construyó en el 628 aunque ha sido reconstruido en varias ocasiones. Originalmente estaba asociado a la secta Tendai del budismo, aunque se desvinculó de ella tras la Segunda Guerra Mundial. El templo está dedicado a Kannon, la bodhisattva de la compasión. En el budismo, el término bodhisattva hace referencia a aquella persona que persigue la budeidad o, dicho de otra manera, que sigue los pasos de Buda. El acceso al templo es gratuito, aunque solo se puede ver desde fuera. Podéis observar cómo rezan los creyentes, o también probar suerte con el Omikuji, unas tiras de papel con mensajes de buena o mala fortuna que se obtienen aleatoriamente después de dar una pequeña ofrenda de 100 yenes. Un tubo de metal contiene varios palitos que llevan símbolos escritos. Cada símbolo corresponde a un cajón, y en el cajón encontraras tu Omikuji asociado al palito que te salió. Si trae buena suerte, te lo puedes llevar a casa, y si es mala, lo dejas colgado en unas cuerdas que hay cerca.
A la izquierda del salón principal del Senso-Ji se alza la pagoda de cinco pisos, la cual habremos divisado desde el primer momento que tomamos la calle Nakemise-Dori. Esta pagoda es del 942, posteriormente se reconstruyó en 1648 por el shogun Tokugawa Iemitsu durante la Época Edo y, de nuevo, se volvió a reconstruir en 1973 después de los destrozos de la Segunda Guerra Mundial. Alcanza una altura de 53 metros y no se puede visitar por dentro.
Todo el complejo del Senso-ji es muy turístico, está siempre hasta arriba de gente, por lo que recomendamos venir entre semana o venir a primerísima hora de la mañana. También merece la pena volver en otra ocasión para verlo de noche, impresiona.
Puerta Hōzōmon y pagoda de cinco pisos a la izquierda
Junto al Senso-ji, esta vez a su derecha, encontramos otro templo. Este no es budista sino sintoísta. Hablamos del Asakusa-jinja y lo reconocemos fácilmente por el torii que hay a su entrada. Es un templo más modesto que su vecino, cosa que se agradece porque muchos turistas no paran aquí y el lugar es un poco más tranquilo.
Aunque parezca extraño que haya dos templos de distintas religiones tan pegados, lo cierto es que ambas se respetan y no se excluyen ya que hasta hace un par de siglos estaban muy conectadas; de hecho, es habitual que la gente se cambie de religión a lo largo de su vida. Hay un dicho común en japón que dice "nacer sintoísta y morir budista", en referencia a que mucha gente nace en el sintoísmo y con el paso de la vida se cambia al budismo. Actualmente el 70% de la población se declara como sintísta y el 67% budista, es decir, que hay gente que profesa ambas.
Se puede apreciar el interior del templo desde fuera, como es habitual, y es gratuito. Destaca su decoración con animales fantásticos como dragones y fénix. También se pueden apreciar los Komainu, es decir, los dos perros-leones guardianes en los santuarios sintoístas, uno con la boca abierta y otro con la boca cerrada. El simbolismo de esto consiste en que el animal con la boca abierta está pronunciando la primera sílaba del alfabeto (“a“) y el de la boca cerrada la última (“um“), de tal manera que en su conjunto representan el principio y fin de las cosas. Aparte de los dos Komainu a las puertas del santuario, a un lado del torii de la entrada, casi escondido, hay otro par de Komainu bajo una sombrilla a los que la gente les reza pidiendo por un matrimonio feliz.
Santuario Asakusa-jinja
Ahora nos dirigiremos hacia el este, en dirección al Skytree. Primero nos toparemos con el Asahi Group Head Office Building, edificio de la marca de cerveza Asahi en el que se puede subir hasta la planta 22 para tomar una cerveza y disfrutar de las vistas. No obstante, este no es el edificio más famoso de esta zona: el más conocido es el que está a su vera, llamado Flame d'or, es decir, la llama de oro. Hay apodos para este edificio de todo tipo, aunque los dos más usados son “la nube” y “el excremento dorado”, todo depende del punto de vista con que se mire.
Llegamos por fin al Skytree, la torre más alta de Tokio con 634 metros de altura. De hecho, es la torre más alta del mundo, si no contamos edificios. Contando todo tipo de edificios es el tercero más alto, después del Burj Khalifa de Dubai (828 metros) y del PNB 118 de Kuala Lumpur (678 metros). La torre se construyó como torre de Comunicaciones y de televisión y radio para sustituir a la Torre de Tokio en algunas de sus funciones, pues esta no es lo bastante grande para emitir la señal y que llegue a toda la extensión de Tokio, que es cada vez más extensa y con más edificios altos que obstaculizan dicha transmisión.
Hay dos miradores situados a diferentes alturas: el Tembo Deck a 350 metros y el Tembo Galleria a 450 metros, cada uno a un precio distinto. Es mejor comprar los tickets con antelación en su página web para que salgan un poco más baratos. Aunque parezca que está muy alto, en ascensor se tarda menos de un minuto en llegar arriba. Las vistas son impresionantes para admirar la inmensidad de Tokio, aunque no para ver ningún templo o atracción en concreto. También merece la pena verlo de noche, subiendo al mirador para ver la ciudad iluminada, y por fuera, ya que el Skytree cambia de color.
Torre Skytree
Por cierto, para los amantes de las películas de animación del estudio japonés Ghibli, frente al Skytree hay una tienda llamada Donguri Republic (Ghibli Store in Tokyo Skytree Town Solamachi), ideal para comprar merchandising de las películas o hacerse una foto con un Totoro gigante que hay en su interior.
Isla de Odaiba
La isla de Odaiba es otro de los imprescindibles en vuestra visita a Tokio. Lo bueno de esta zona es que es uno de los pocos planes que se puede –y se recomienda– hacer de noche, cuando ya todos los templos y museos de otros distritos están ya cerrados.
Se trata de una isla artificial ubicada en la bahía de Tokio construida como base defensiva en la década de 1850. Hoy en día, no obstante, es un lugar para el ocio de los tokiotas, llena de centros comerciales con restaurantes, bares y cines, y unas vistas de la ciudad de Tokio espectaculares.
Para llegar hasta aquí hay dos maneras. La primera es con el Tokyo Water Bus, un autobús acuático que se puede tomar en el muelle de Asakusa y recorre el río Sumida hasta llegar a Odaiba. El trayecto concreto es Asakusa - Odaiba Seaside Park. Es como un crucero con una duración de 70 minutos y los horarios y precios los podéis ver en su página web.
La segunda opción es el Monorraíl Yurikamome, opción más económica y más rápida. Además, el tren circula sin conductor y el trayecto mola mucho, las vías del monorraíl se elevan por encima de la ciudad y van cruzando calles y barrios hasta cruzar el famoso puente Rainbow Bridge y llegar a Odaiba. Se coge desde la estación Shimbashi, dura 15 minutos, y no pertenece a JR, por lo que no está incluido en el Japan Rail Pass. Sí podéis usar la tarjeta IC que tengáis (SUICA, PASMO, etc.), el billete sencillo cuesta 380 yenes y el de día (One-Day Pass), 820 yenes.
Nosotros recomendamos ir en el Tokyo Water Bus si tenéis tiempo y volver en el monorraíl o, si vais a ir más tarde cuando ya no hay barcos, ir y volver en monorraíl.
Lo más destacado de esta isla artificial no puede faltar ver la playa de Odaiba (Odaiba Beach) y la réplica de la Estatua de la Libertad (Statue of Liberty).
Para nosotros, lo mejor de la isla son las vistas del skyline de Tokio junto con el puente Rainbow Bridge.
Réplica de la Estatua de la Libertad con el skyline de Tokio de fondo
También merece la pena dar una vuelta por el centro comercial DiverCity Tokyo Plaza, el edificio y la entrada es muy bonito, sobre todo iluminado por la noche. Frente a su fachada principal encontramos la Unicorn Gundam Statue, una estatua en tamaño real de un robot Gundam, que es el protagonista de una serie de ciencia ficción japonesa súper popular.
Estatua del Robot Gundam en la isla de Odaiba
Como curiosidad, la isla de Odaiba fue una de las sedes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020; concretamente aquí se celebraron algunas competiciones como voleibol playa, natación de triatlón, maratón y gimnasia. Veréis algún cartel conmemorativo paseando por los parques y calles de la isla.
Qué ver en Ginza y Chiyoda
Ginza
Comenzamos el día madrugando un poquito para visitar el Mercado de Pescado Tsujiki (Tsukiji Outer Market), donde encontraremos un sinfín de puestos con todo tipo de comidas, aunque principalmente de pescado. Nuestro consejo es que vayáis sin desayunar o habiendo desayunado poco, porque se nos hará la boca agua con los distintos dulces o pinchos salados. Nosotros probamos los pinchos de tortilla japonesa y el daifuku (mochi relleno) de fresa, aunque también encontraréis pinchos de carne de wagyu y, cómo no, varios sitios de sushi y marisco.
Hay que aclarar que el Tsujiki ha sido el mercado de pescado principal de la ciudad desde siempre, pero en 2018, como parte del proceso de expansión, una parte fue movida al nuevo Mercado de Toyosu. El mayor atractivo del Mercado de Toyosu son las subastas de atunes, si bien has de estar allí super pronto porque tienen lugar entre las 6 y las 7. Quitando esto, el bullicio y la gran mayoría de puestos de pescado se han mantenido en Tsujiki. A Tsujiki puedes ir entre las 8 y las 9 sin problema, más tarde suelen estar ya llenos todos los sitios, o con largas colas.
Una de las calles del Mercado de Tsukiji
Sobre el papel, Tsujiki no forma parte de Ginza, pero lo hemos metido en este apartado porque está prácticamente al lado. Ahora sí, entramos de lleno en el barrio de Ginza, un distrito comercial más lujoso que los que hemos visto hasta ahora.
Lo más cercano al mercado de pescado es el Tsukiji Hongan-ji, un templo budista distinto a cualquier otro que hayamos visitado en Japón. Su arquitectura llama la atención desde un primer momento, ya que tiene influencias de la India y del sudeste asiático. En realidad el templo es muy antiguo, fue referencia de la secta del budismo Jodo Shinshu desde que se construyera en 1617 en el distrito de Asakusa. Sin embargo, el templo se vino abajo en un incendio en 1657 y se decidió que se reconstruyera en la ubicación actual, en Tsujiki. Aquí se mantuvo hasta 1923, cuando el Gran terremoto de Kantō lo derribó. Fue entonces cuando un arquitecto de la Universidad de Tokio eligió este modelo para su reconstrucción, llevada a cabo entre 1931 y 1934.
El acceso a su interior es gratuito, y lo que veremos será un gran salón principal y una estatua del Buda Amitabha al final del mismo. Dentro de las rarezas de este lugar, fijaos en que también tiene decoraciones típicas del cristianismo como las vidrieras y el órgano de tubos.
Templo Tsukiji Hongan-ji
Nos movemos ahora a los Jardines de Hamarikyu (Hamarikyu Gardens), un hermoso parque, de nuevo rodeado por rascacielos de la ciudad, lo que le da un contraste de lo más sensacional. De todos los parques de Tokio, este fue el que más nos gustó. Resulta agradable pasear por él, ver sus lagos y la fauna que habitan en ellos —vimos carpas, tortugas, e incluso medusas— y es un buen lugar para descansar tomando un té matcha en la casa tradicional japonesa Nakajima No Ochaya. Da gusto, la verdad, ver qué limpio y cuidado está todo.
El acceso al parque tiene un coste de 300¥, y la consumición en la casa del té (té matcha y un dulce) 850¥, esto opcional aunque merece la pena si estáis cansados.
Jardines de Hamarikyu
La siguiente parada es para fans del Studio Ghibli, y es que en pleno centro de Ginza se encuentra el Reloj de Hayao Miyazaki (Giant Ghibli Clock), director de cine japonés y cofundador del Studio Ghibli. Bueno, lo cierto es que aunque no seais fans también merece la pena verlo, sobre todo cuando se activa el mecanismo y las figuritas comienzan a moverse al son de la música. Esto sucede diariamente a las 12:00, 13:00, 15:00, 18:00 y 20:00, y a las 10:00 adicionalmente los fines de semana. Eso sí, id un poco antes porque siempre empieza 3 minutos antes.
Reloj gigante de Ghibli
Ahora nos acercamos a ver el Teatro Kabuki-za, el más importante de Tokio. Este se construyó en 1889 para realizar representaciones de Kabuki, una de las cuatro artes teatrales tradicionales de Japón —Kabuki, Noh, Bunraku y Kyogen—. El Kabuki en concreto nació en el siglo XVII y se caracteriza por sus espectáculos dramáticos y sus complejos maquillajes. El exterior del teatro es maravilloso, y el interior solo se puede visitar asisitiendo a una de sus obras.
Fachada principal del teatro Kabuki-za
Luego se puede seguir dando un paseo por las calles principales del distrito que son las que están en torno al edificio Ginza Wako. El Wako pertenece a la empresa de relojería Seiko, por eso ostenta un enorme reloj en su fachada. Por esta zona veréis todas las tiendas de lujo tipo Gucci, Dior, Swarovski, Armani, etc. También hay rascacielos llamativos como el Tokyu Plaza Ginza, un centro comercial al que os animamos a entrar y subir hasta le planta 12 donde se encuentra una terraza llamada Kiriko Terrace, con unas vistas del barrio y del Ginza Crossing, el paso de cebra análogo al de Shibuya.
Una última atracción del distrito de Ginza es el teamLab Planets, un museo de arte digital compuesto de varias salas que estimulan todos tus sentidos. Se recomienda ir a primera hora o a última, que es cuando hay menos gente. El recorrido por todas las salas lleva, aproximadamente, una hora y media o dos, dependiendo de cuánto tiempo quiera quedarse cada uno en cada sala. En cuanto a la logística, las entradas hay que comprarlas con antelación por internet, y están asociadas a un día y hora. También es preciso comentar que hay una parte en que caminas sobre agua, por lo que se recomienda ir en pantalón corto, aunque allí tienen muchos para prestar gratuitamente por si lo preferís. En nuestra opinión, resultó interesante y único, aunque se nos hizo un poco corto para el precio. Pero si tenéis tiempo y ganas, es una experiencia recomendable. Hay otro museo de las mismas características en Tokio llamado teamLab Borderless pero lo están reformando actualemente. En Europa, por cierto, también hay un teamLab Borderless en Hamburgo.
Una de las salas del museo teamLab Planets
Chiyoda
En Chiyoda hay también varias cosas para ver; a nosotros no nos dio tiempo a ver todo en el mismo día de Ginza, así que algunas nos las dejamos para otro día, como los Jardines Orientales del Palacio Imperial.
La primera parada en nuestro recorrido por Chiyoda fue la zona de Yurakucho, situada al norte. Lo curioso de esta parte es ver la cantidad de negocios que hay ubicados bajo las vías del tren de la Estación de Yurakucho, en su mayoría pequeñas tabernas (izakaya) donde tomar algo de comer sin perder mucho tiempo, tipo gyozas o yakitori.
A unos pocos minutos de la propia estación se encuentra una estatua de Godzilla que, bueno, no es nada del otro mundo, pero si estáis dando un paseo por aquí pues podéis parar a verla. Particularmente nos gusto más la que hay en el Hotel Gracery Shinjuku.
Mucho más interesante es el Foro Internacional de Tokio, un enorme conjunto de edificios de congresos pensados para acoger actos, eventos y exposiciones, entre otros. Destacan el Hall A, que es una gran sala de conciertos aunque, desgraciadamente, no está abierta al público, habréis de asistir a una obra; y el Hall E, al que sí podemos pasar gratuitamente para admirar la inmensidad y modernidad del mismo.
Interior del Hall E del Foro Internacional de Tokio
Estamos ahora mismo en Marunouchi, un subdistrito de Chiyoda. La calle principal de este distrito es la Marunouchi Naka-Dori Ave, calle comercial llena de restaurantes, cafés, edificios de oficinas y grandes edificios de tiendas.
Esta desemboca en la Estación Central de Tokio, también llamada Estación de Marunouchi por estar ubicada en dicho barrio. La estacion es uno de los iconos de la ciudad por su arquitectura, concretamente por su fachada de ladrillo rojo y su contraste con los rascacielos de detrás.
Fachada principal de la Estación Central de Tokio
La estación, como suele ser habitual en Japón, es muy grande, y su interior es un gran centro comercial y un recurso muy útil para la hora de la comida. Precisamente hay una calle llamada Ramen Street que alberga varios restaurantes, unos cuantos de ramen, pero también de otro tipo. A nosotros nos coincidió la hora de la comida estando aquí y comimos en un sitio llamado Kiywamiya Hamburger (Kiwamiya Tokyo Station). Un truco cuando no sabéis donde comer en Japón es guiarse por las colas, y este tenía cola mientras que otros estaban vacíos. Fue un acierto, su producto estrella es la hamburguesa pero con un estilo muy japonés, te sirven la carne prácticamente cruda y cada uno tiene que irla cortando y haciendo en una plancha (teppanyaki) particular, al gusto.
Otra calle súper conocida de la estación es la Character Street, compuesta por 21 tiendas de distintos personajes o series de animación como Pokémon, Snoopy, Shin-Chan, Harry Potter, Detective Conan, One Piece o Hello Kitty, la mayoría son parte de la cultura japonesa aunque hay otros que son extranjeros pero con mucha presencia en Japón. Tanto la Character Street como la Ramen Street se encuentran en los subterráneos de la estación, se accede por la parte de la izquierda de la misma, bajando hasta la planta B1. Abre de 10 a 20:30 diariamente.
La atracción número uno de Chiyoda es la visita a los Jardines del Palacio Imperial (The East Gardens of the Imperial Palace), enseguida identificables si vemos el plano de Tokio. Se puede pasear por ellos libre y gratuitamente, de hecho es un lugar muy habitual para la gente que sale a correr. Se accede por la Puerta Otemon (Ōte-mon Gate), donde hay un registro de bolsos y mochila, por cierto. Aquí podremos descargarnos la aplicación de los palacios imperiales de Japón que dispone de una audioguía de los jardines, gratis también.
El Palacio Imperial en sí no se puede visitar, ni siquiera se puede uno a acercar a los aledaños, ya que está rodeado de fosos y muros, y los puentes para acceder a él están cerrados. El motivo es que es la residencia de la familia imperial de Japón. Este se construyó en 1888 en el mismo lugar donde antes había un castillo de la época Edo, donde se alojaba el shogun Tokugawa cuando estaba en Tokio. Recordemos que desde el 794 hasta 1868 que acabó el shogunato Tokugawa, la capital siempre había estado en Heian-kyō, lo que hoy en día es Kioto.
En nuestra opinión, los jardines son bonitos pero los hemos visto mejores. Lo más destacado es, quizás, la torre defensiva Fujimi Yagura que veremos mientras paseamos por el parque, una de las varias torres que rodeaban el recinto del castillo en época Edo que comentamos anteriormente. Es de lo poco que queda en pie de la antigua residencia del shogun Tokugawa.
Si queréis conocer más a fondo los jardines y alrededores del palacio, existen unas visitas guiadas gratuitas ofrecidas por la Agencia de la Casa Imperial (Imperial Household Agency). Hay dos veces al día y tienen una duración de una hora y cuarto. Se pueden reservar desde su página web.
Torre Fujimi Yagura en los Jardines del Palacio Imperial
El distrito de Chiyoda también hay algunos edificios religiosos interesantes que visitar. Empezaremos por el Santuario Hie Jinja (Hie Shrine en inglés). Hie Jinja es un santuario sintoísta ubicado en lo alto de una colina en medio de las zonas de oficinas de Akasaka y Nagatacho, al que se llega por una estrecha escalera cubierta de toriis rojos similar al Fushimi Inari-Taisha de Kioto, solo que con menos gente, así que es perfecto para sacar buenas fotos. El santuario es sencillo –en comparación con otros– pero bonito, además se agradece que no haya tanto turista.
Además de por su callejón de toriis, el complejo es conocido por albergar el Sanno Matsuri, uno de los tres festivales más importantes de Tokio, el cual tiene lugar cada 2 años, en los años pares a mediados de junio, justo al revés que el Kanda Matsuri de Akihabara.
Escalera cubierta de toriis en el Santuario Hie Jinja
Seguimos hasta el otro santuario destacado del distrito, el Yasukuni Jinja (Yasukuni Shrine en inglés), un lugar especial ya que se fundó en el 1869 por el Emperador Meiji con el objetivo de conmemorar a los japoneses fallecidos en la Guerra Boshin de 1868-69 que acabó con el clan de los Tokugawa que había gobernado el país desde hace dos siglos.
Sin embargo, este santuario es muy controvertido e incluso rechazado por gran parte de los japoneses. Desde el siglo pasado, además, también se utiliza para rendir homenaje a las víctimas de todas las guerras en las que ha participado Japón, tanto nacionales como internacionales. Y he aquí el quid de la cuestión. En 1978 se decidió que el santuario también iba a homenajear a 14 criminales de guerra condenados tras la Segunda Guerra Mundial. Fueron catalogados como Class-A, es decir, que cometieron crímenes contra la humanidad. Por tanto, muchos japoneses vienen a presentar sus respetos a sus antepasados fallecidos y, por otro lado, países como China y Korea, ocupados y atacados por Japón antes de la Segunda Guerra Mundial, ven este santuario casi como un sacrilegio. También es un tema polémico en la política, pues casi todos los primeros ministros de Japón han venido a visitarlo en calidad de persona privada, según dicen, y no como primer ministro, lo cual significaría una visita de estado. En fin, no es un tema sencillo porque el santuario no pertenece al gobierno sino a una institución privada, y retirar los honores va en contra de las creencias sintoístas.
Santuario Yasukuni Jinja
Qué ver en Roppongi y Ueno
Roppongi
Comparado con el ajetreo de otros distritos, Roppongi es un lugar agradable para pasear, tiene un par de atracciones turísticas que visitar –la más famosa es la Torre de Tokio– y se puede hacer perfectamente en media mañana.
Comenzamos con el templo Zōjō-ji. El templo Zojoji es el más importante de la secta budista Jodo y hoy en día es un reclamo turístico gracias a su imagen con la Torre de Tokio de fondo. Como curiosidad, este apareció en la película Lobezno de 2013.
Templo Zojoji con la Torre de Tokio al fondo
El complejo data del año 1393, aunque se trasladó a esta ubicación en 1598 por orden del shogun Tokugawa Ieyasu que gobernaba Japón durante el Período Edo, quien hizo de este su templo predilecto. Todos los edificios que vemos en el recinto son reconstrucciones a excepción de la puerta principal, la Sangedatsumon, erigida en 1622 y única en su especie, pues ha sobrevivido a todos los terremotos y fuegos que acabaron con las estructuras vecinas.
Fruto de esa importancia que la familia Tokugawa le dio a este templo se construyó un mauseoleo (Tokugawa Graveyard) detrás del mismo para la familia Tokugawa. Este tiene un costo de 500 yenes y abre diariamente de 10 a 16 horas.
El museo Zōjō-ji Treasures Gallery es otro de los atractivos del complejo, una galería donde explican el pasado del templo así como su relación con la familia Tokugawa. Tiene un precio de 700 yenes, aunque existe una combinada de 1000 yenes que incluye también la entrada al mausoleo, y abre también de 10 a 16 horas a excepción de los martes.
También destacan las más de mil estatuas Jizo (deidad guardiana de los niños) que hay en el jardín a la derecha del templo. Muchos de ellos llevan un prendas como gorros rojos y molinillos, los cuales se mueven cuando sopla el viento creando un escenario memorable.
Estatuas Jizo en el templo Zojoji
Nos dirigimos ahora a la Torre de Tokio, de aspecto parecido a la Torre Eiffel pero un poco más alta. Tiene 333 metros y fue construida en 1958. Es uno de los símbolos de Tokio, de hecho ha aparecido en multitud de series e incluso tiene su propio emoticono en Whatsapp. Podéis subir a ella para obtener unas vistas panorámicas de la ciudad, aunque de los varios miradores que hay en Tokio, este es, quizás, el menos destacado. Lo bueno es que cada uno se encuentra en una zona distinta por lo que nunca vamos a tener dos vistas iguales. En su página web tenéis los precios y podéis comprar los tickets para un día y hora en concreto. Tiene dos miradores, uno a 150 metros (Main Deck) y otro a 250 metros (Top Deck Tour). Puestos a ir, mejor comprar la entrada que incluye ambos observatories para poder subir al más alto; aunque la entrada para este es más cara, merece la pena. Además, esta incluye una audioguía en varios idiomas, incluido el castellano.
Ueno
Ueno es un distrito agradable de pasear, tiene jaleo pero nada comparado con Shinjuku o Shibuya, y mucha gente decide alojarse aquí por su buena conexión con el centro –pertenece a la línea de JR Yamanote– y porque algunos trenes de larga distancia parten o pasan por la estación de Ueno.
Ueno cuenta con un pulmón verde llamado Ueno-Park, un sitio tranquilo que se recorre en una hora tranquilamente. En Época Edo aquí se hallaba el templo Kan'ei-ji que servía como referencia para el clan de los Tokugawa. Pero en 1868 quedó destruido durante la Guerra Boshin que acabó con el shogunato y devolvió el imperialismo a Japón. En su lugar, en 1873 el Emperador Meiji decidió construir un parque público que, además, albergaría un zoo y el Museo Nacional de Tokio en los próximos años.
En vuestro paseo por el parque no os podéis perder ver el estanque (Shinobazu no Ike Pond), varios museos y la estatua de Saigo Takamori (1828-1877), un samurái y político clave en la historia de Japón que ayudó a la Restauración Meiji y acabó con el shogunato Tokugawa.
Para por la tarde noche, el plan es ir a Ameya-Yokochō, también conocido simplemente como Ameyoko, un mercado al aire libre con mucho ambiente y multitud de puestos callejeros, desde ropa hasta todo tipo de comida. La traducción viene a decir algo así como calle de los vendedores de dulces, por eso veremos especialmente más tiendas de este tipo. Curiosamente, tras la Segunda Guerra Mundial era un mercado negro donde se vendían muchos productos procedentes de soldados estadounidenses. Quizás por ello, aún actualmente se pueden encontrar productos americanos en algunas de sus tiendas.
Dos de las calles de Ameya-Yokocho
En Ueno aprovechamos para probar los famosos hoteles cápsula (capsule hotel en inglés) de Japón. Nuestra elección fue el Smart Stay Shizuku Ueno, ya que podíamos alojarnos tanto hombres como mujeres, eso sí, en distintas plantas. Otros hoteles cápsula están completamente separados por sexos. Normalmente el funcionamiento es similar: hay que descalzarse al llegar, las maletas se dejan ancladas en una pequeña habitación dentro o cerca de la habitación donde se duerme, hay enchufes en cada cama y te proporcionan toallas y cualquier cosa que necesitéis de aseo personal (cepillo de dientes, peine, maquinilla de afeitar, etc.). Los hoteles cápsula no es algo turístico, al contrario, es muy japonés y se suelen ubicar cercanos a las estaciones de tren para cuando alguien pierde su tren y tiene que pasar una noche más en la ciudad.
Personalmente, la experiencia no fue la mejor pues, aunque las cápsulas o nichos son amplios y no nos dio sensación de claustrofobia, el ruido constante de puertas abriéndose y cerrándose, gente andando, despertándose, yendo al servicio y alarmas varias, hizo que no pudiéramos dormir de seguido. Similar a un albergue.
¿Qué comer en Tokio?
Japón tiene una de las gastronomías más famosas y queridas del mundo, si bien lo que conocemos en Europa es tan solo el pico del iceberg.
Empezaremos hablando del sushi, el género símbolo del país. Primeramente hay que mencionar que la gama de pescados que se usan para el sushi en Japón es muchísimo más amplia que la que encontramos en los restaurantes en Europa. También es popular el sashimi, que es el pescado crudo cortado en finas láminas. Ambos se pueden acompañar de la salsa de soja, que es una planta de la familia de las leguminosas (como el garbanzo, guisante, judía, haba, etc.). Su fruto es el famoso edamame que se sirve como entrante en muchos restaurantes. El edamame se come sacando las semilas de la vaina, no se come todo.
En el lado contrario tenemos la carne, un habitual de la gastronomía, tan común o más que el sushi. En este grupo encontramos el gyukatsu, una chuleta de ternera frita y troceada; el tonkatsu, mismo concepto que el gyukatsu pero con una chuleta de cerdo; kushikatsu, una brocheta de carne, pescado o verduras, frita; y yakitori, brochetas de pollo a la parrilla normalmente marinados con salsa teriyaki. Por supuesto, en este apartado también hay que hablar del wagyu, la vaca originaria de Japón, que da una carne con más grasa de lo habitual y que resulta súper jugosa, exquisita y la más cara del mundo.
Lógicamente no podemos dejar de mencionar algunos clásicos de la cocina china que fueron importados a Japón hasta convertirlos en platos habituales del día a día. Aquí entra el ramen y las gyozas, a veces hasta los encontraremos en el mismo restaurante.
En cuanto a la pasta, hay un par de tipos de noodles que encontraremos en caldos o platos de puchero (por ejemplo en el ramen): soba, fideos finos; y udón, fideos más gruesos de harina de trigo. Sabed que estos se comen arrastrando los fideos con los palillos a la boca y sorbiendo. Normalmente los restaurantes que sirven platos de soba y udón son los más baratos.
Ahora vamos a hablar de algunos platos más y menos conocidos como el gyudon, bol de ternera, arroz y cebolla; el sukiyaki, parecido a un estofado de carne y verduras; el takoyaki, similares a unos buñuelos de pulpo típicos de Osaka; okonomiyaki, una especie de tortilla hecha a la plancha compuesta de múltiples y variopintos ingredientes, tradicional de Hiroshima; monjayaki, una variedad del okonomiyaki pero se diferencian en que la textura del plato es mucho más líquida
Y un par de platos de arroz: el omurice, una tortilla a modo de wrap rellena de arroz frito salteado con pollo y salsa; y el hayashi rice, arroz estofado con carne de vaca, champiñones y cebolla.
Y de postre, los famosos dorayaki, hechos con dos bizcochos rellenos de pasta dulce de judías rojas (llamada anko); los mochi, pequeños bollitos rellenos hechos con arroz glutinoso llamado mochigome; y el anmitsu, un postre consistente en pequeños cubos de gelatina blanca de algas. Otro postre que nos gustó mucho que se suele vender en puestos callejeros es el taiyaki, similar al dorayaki pero con forma de pez, y relleno de pasta de judías rojas o de crema.
La bebida nacional es, cómo no, el sake, una bebida alcohólica muy suave obtenida con la fermentación del arroz. Aquí es preciso mencionar el koji, un hongo a partir del cual se hacen muchos otros platos y bebidas como el sake o la sopa de miso. Kanpai! o como dicen los japoneses al brindar, que se traduciría como 'vacía el vaso de aquello que estás bebiendo'.
Por otro lado, también tenemos conceptos de comida, como el teppanyaki, que significa cualquier cosa hecha sobre una plancha de acero (yaki = a la plancha/parrilla, teppan = plancha de acero); el kaiseki, un conjunto de varios platos tradicionales japoneses que acompañan al té, o para cenar; bento box, que son los packs de comida para llevar que se venden, sobre todo, en estaciones de trenes, para comer mientras se viaja; shabu shabu, es la versión japonesa del hotpot chino, que es un caldo que lo tienes permanentemente hirviendo y al que le vas echando ingredientes al gusto (verduras, tiras de carne, etc.) para que se cocinen; y el yakiniku, que se refiere a carne (de todo tipo) a la parrilla.
¿Dónde comer en Tokio?
En primer lugar vamos a explicar un poco el concepto de comer y cenar en Japón. Por lo general, el sistema es llegar al restaurante y ponerse a hacer cola. Aunque aparentemente la cola sea larga, luego va rápido, pues comer no es un acto social en Japón como sí lo puede ser en España y otros países, así que la gente termina de comer enseguida. Nuestro consejo es que no os desaniméis cuando veais una cola, poneos en ella que luego no es tanto. Además, sitio que veais con cola, sitio que tenéis la certeza de que se come bien. Es un consejo que nos dieron cuando no supiéramos donde ir y la verdad es que funciona. También hay otro concepto que es llegar y apuntarse en una lista de espera que hay colgada a la entrada del restaurante, e irán llamando según se vayan liberando mesas. Igualmente, mucha gente se apunta y luego no vuelve, así que a veces se tiene suerte y se entra antes de lo esperado. Otra cosa importante es que vayáis pronto a cenar, los restaurantes dejan de atender gente incluso una hora antes de que cierren. Si queréis aseguraos cenar en un sitio bueno, o que llevarais apuntado de antemano, no ir más tarde de las 20:30, por muy grande y con vida que parezca Tokio, los restaurantes cierran pronto.
También mencionar que en todos los restaurantes nos servirán agua gratis directamente al sentarnos. Por cierto, el agua del grifo es potable en prácticamente todo el país. Y otra cosa importante es que está prohibido comer caminando, si compráis comida callejera debéis quedaros cerca del puesto y coméroslo antes de emprender de nuevo la marcha. Además, no hay papeleras por la ciudad por lo que es mejor comer donde compráis y poder devolverle los envases al tendero mejor que cargar con ellos todo el día.
Restaurantes en Tokio hay miles así que, para hacerlo de manera organizada, vamos a dividir los restaurantes en tipos de comida.
Comenzamos por el ramen, quizás el plato más popular en todo el país. Hay un par de cadenas de ramen muy buenas con varios locales repartidos por la ciudad: Ichiran, Ippudo y Mutekiya. Ichirán es toda una institución, tiene largas colas pero merece la pena. Ippudo tiene más opciones vegetarianas (plant-based ramen) y presenta platos con ingredientes distintos a los típicos de ramen.
Sitios de sushi: Sushi no Midori Umegaoka, suele tener largas filas; Uobei Sushi, tiene varios aunque el más famoso es el de Shibuya y la gracia es que pides por tablet y te llegan los platos en cintas transportadoras.
Sitios de tonkatsu: Ginza Bairin, Katsuichi. Sitio de gyukatsu: Asakusa Gyukatsu, este es muy bueno, así que tiene largas colas.
Variados: Torikizoku (de yakitori), Harajuku Gyozaro (de gyozas), Yakiniku like (de yakiniku, económico y súper recomendable), Ginza Steak (de carne a la parrilla, incluido de wagyu), Ikinari Steak (de carne, pero no wagyu), Zauo (sitio de pescados en el que puedes pescar el que quieras comer), Hinoya Curry Akihabara (de curry japonés) o el Tsukishimamonja Okoge de monjayaki (hay que pedir uno por persona, en la misma parrilla o teppanyaki se cocina primero uno y luego el otro, te lo hace el cocinero).
Uno que merece mención especial es Unagi Irokawa (雷門 うなぎ 色川, en Maps solo aparece poniendo el nombre en japonés), lugar ideal para probar la anguila (unagi en japones, eel en inglés). Está marinada con salsa agridulce y pasada por la parrilla, y se sirve sobre una base de arroz al vapor. En este restaurante el precio es fijo por menú, según los gramos de pescado que pidas, e incluye una sopa de miso, unos encurtidos japoneses y té verde. El precio es de unos 25€ aproximadamente por persona, solo aceptan pago en efectivo. Es un sitio muy auténtico, no vimos ni un turista cuando estuvimos.
Cadenas de cafeterías para probar las esponjosas tortitas japonesas (fluffy pancakes): Flipper’s y A Happy Pancake. Otra cadena de cafeterías más al estilo europeo que nos gustó mucho para poder desayunar tostadas, sándwiches y bollos fue Doutor, hay muchos y está en todas las ciudades.
Otro tipo de restaurante curioso es el llamado Omakase, que consiste en que el chef elige una selección de platos para servir a los clientes. Suelen ser caros, pero si vais a medio día es mucho más barato que de cena. Ejemplos de restaurantes Omakase son Sushi Tokyo Ten y Manten Sushi Marunouchi.
También son muy típicos los cafés temáticos, es decir, restaurantes decorados y que sirven platos con una temática específica, normalmente de una serie o película. Entre los más conocidos se encuentran: Pokémon Cafe, Harry Potter Cafe, Alice in Fantasy Book, Pompompurin Cafe, Kirby Cafe, Ninja Cafe Asakusa, Pronto il bar (de Stranger Things). En general, todos ellos son bastante caros, la comida no dice gran cosa y muy difíciles de conseguir reserva. Se paga la decoración y que son divertidos, sobre todo si vais con niños.
Otros tipos de cafés temáticos muy populares son los llamados Maid Cafe. Estos causan un tanto de controversia ya que son cafés de cosplay en que las camareras están disfrazadas de sirvientas, y actúan como tal, siendo el cliente el amo o maestro. Este juego de roles, especialmente el que ejercen las mujeres, hace que mucha gente prefiera no ir. Esto ya depende de cada uno.
Excursiones desde Tokio
En Tokio se recomienda reservarse dos o tres días a hacer excursiones de un día a lugares cercano. Las excursiones más populares son:
→Kawaguchiko. Kawaguchiko, también llamado Lago Kawaguchi, es una de las atracciones más populares en los alrededores de Tokio ya que es de los mejores sitios para ver el monte Fuji (también llamado Fujiyama). No obstante, sabed que este es muy complicado de ver, pues casi siempre se esconde entre un mar de nubes. Para mejorar vuestras posibilidades de verlo, chequead el tiempo los días previos y elegid el día más soleado para ir, pues como esté nublado es prácticamente imposible que lo veáis.
Si no se tiene el JR Pass, la mejor opción es el Fujigoko Enjoy Ticket que incluye un trayecto de ida y vuelta en el autobus Highway desde Shinjuku más autobuses ilimitados de uno de los dos siguientes tipos: los retrobus (líneas roja, verde y azul) o los de Fujikko-go que van hacia el sureste. Este ticket se puede comprar en la Shinjuku Expressway Bus Terminal (también llamado Busta Shinjuku), en el sur de la estación de Shinjuku.
El posible plan es el siguiente: tomar el bus desde Shinjuku y bajarse en la parada de Chuodo shimoyoshida. Esta parada es la más cercana a la pagoda Chureito, una pagoda de 5 pisos desde donde se obtiene la imagen más fotografiada: La pagoda, los cerezos en flor si vais en abril y el Monte Fuji de fondo. También en esta parada se encuentra la Shimoyoshida Honcho Street(Fuji Scenic View), una calle comercial con el monte Fuji de fondo que, desde hace un tiempo, se convirtió en otro atractivo turístico para los amantes de la fotografía.
Después ir caminando hasta la base del Teleférico Panorámico del monte Fuji (Mt. Fuji Panoramic Ropeway), llevará como una hora andando. El teleférico te sube 400 metros desde el este del lago hasta cerca de la cima del monte Tenjo y nos ofrece unas vistas panorámicas del lago y del monte Fuji. Por cierto, con el Fujigoko Enjoy Ticket tenemos un 10% de descuento. Al bajar se puede dar un paseo por el lago, coger una barca a pedales, alquilar bicis o lo que sea. También hay varios museos, uno de los más conocidos es el Music Forest Museum.
Al bajar fuimos a comer houtou o hōtō, un plato tradicional de esta región, al restaurante Koushu Houtou Kosaku. Es un sitio muy top, muy auténtico, y a un precio razonable. El houtou es un estofado de fideos udon y verduras mezclado con sopa de miso.
A continuación hicimos uso de los buses de Fujikko-go que estaban incluidos en el Fujigoko Enjoy Ticket para ir, desde Kawaguchiko Station, hasta Oshino Hakkai. Se trata de un pequeño pueblo súper turístico situado en la región de Fuji Five Lakes, concretamente entre el lago Kawaguchi y el lago Yamanaka. La principal atracción es el conjunto de ocho estanques de Oshino, pero al ser un sitio tan turístico está lleno de restaurantes y tiendas de recuerdos. Es verdad que es bonito, pero al final parecía un parque de atracciones para turistas, pues todos los tours paran aquí.
Uno de los estanques en Oshino Hakkai
Una vez dimos una vuelta por el pueblo, tomamos el mismo bus de Fujikko-go de regreso hasta la parada de Fuji-Q Station para relajarnos en un onsen de día. Onsen de día significa que no tienes por qué alojarte en el hotel para hacer uso del mismo y puedes ir simplemente unas horas. Hay muchos onsen de día por esta zona, nosotros elegimos el Fujiyama Onsen por estar cerca de la zona del lago que íbamos a ver, así como de las estaciones de bus de Fujikko-go. Un onsen es como llaman en Japón a los spa, un conjunto de aguas termales y piscinas que tiene la peculiaridad de que está separado por sexos y hay que bañarse desnudo. Para los más pudorosos, hay otros onsen con salas privadas, para poder disfrutar de la experiencia en pareja si sois de distinto sexo. El Royal Hotel, por ejemplo, ofrece onsen privado.
→Hakone, una región situada a 90 kilómetros de la capital. Esta es conocida como la excursión de los transportes, ya que, aunque es una de las más típicas, si no la que más, supone un esfuerzo en el sentido de que hay que coger muchos medios de transporte. La recompensa, poder ver el Monte Fuji.
Como decimos, es una excursión bastante definida, y las etapas serían las siguientes: Primero hay que ir de Tokio a Odawara (trayecto incluido en el JR Pass) y de ahí otro tren hasta Yumoto (15 minutos). Tomamos otro tren hasta Gora Station de unos 40 minutos. Hay que decir que desde Odawara los trenes no incluidos en el JR Pass pero sí en el Hakone Freepass. En total, unas dos horas y media. Se recomienda ir súper pronto porque el Mt. Fuji se ve más claro a primera hora de la mañana.
Mucha gente decide no hacer excursión de día y pasar varios días explorando esta región. Gora es un lugar con varios ryokan y onsen, por lo que es el destino que eligen los turistas para pernoctar.
En Gora se puede pasear por el Gora Park, y luego hay que coger el tren Hakone Tozan hasta Sounzan Station (10 minutos). Y de ahí, un teleférico llamado Hakone Ropeway de 10 minutos hasta Owakudani, que es una cima de 1000 metros donde se compran los famosos huevos negros (Kurotamago) aunque realmente por dentro son como todos. Aquí arriba es el mejor sitio para hacer parada y comer. Por cierto, esta subida en teleférico es la mejor para ver el Monte Fuji. Después de comer y hacer fotos, se sigue (baja) en teleférico hasta Togendai otros 10 minutos. Si podéis elegir, mejor sentarse delante y a la derecha para obtener las mejores vistas.
En Togendai se coge un turístico barco pirata que da un paseo por el Lago Ashinoko de unos 40 minutos hasta Hakone Sekisho con parada intermedia en Moto-Hakone. Desde aquí se puede dar un paseo por el Onshi Hakone Park y caminar junto al lago en direccion al templo Hakone-Schrein y su Torii que habremos visto desde el barco.
Una planazo para terminar la excursión es acabar el día en un onsen de día. Un ejemplo es el Hakone Yuryo. Desde Hakone Sekisho, donde nos dejó el barco pirata, habría que coger un autobús (incluido en el Hakone Freepass) hasta Yumoto, que es donde estuvimos al principio y donde esta este y otros onsen.
La vuelta a Tokio desde Yumoto lleva unas dos horas y media aproximadamente, haciendo transbordo en Odawara. La alternativa para los que no tengan o no quieran comprar el JR Pass es el tren Odakyu Romancecar, valido para viajar de Shinjuku a Yumoto.
→Kamakura, una pequeña ciudad junto al mar situada al sur de Tokio. El principal atractivo de Kamakura es el Gran Buda del Templo de Kotoku-in, una escultura de bronce de 11,30 metros de altura (13,35 incluyendo la base) erigida en 1252. Además de este, en la ciudad se pueden visitar otros templos como el Tsurugaoka Hachiman-gū, el Hokai-ji o el Hokoku-ji. Hay muchos que combinan esta excursión con la isla de Enoshima, situada muy cerquita y cuyo atractivo son las playas y, ocasionalmente, las vistas del Monte Fuji. Esta excursión es ideal para alguien que busque algún sitio cerca de Tokio, accesible fácilmente y con mucha historia.
Se llega en tan solo una hora desde Tokyo Station con la JR Yokosuka Line, o desde Shinjuku con la JR Shonan Shinjuku Line. Ambos trayectos están cubiertos con el JR Pass. Si no lo tenéis, podéis optar por el Enoshima-Kamakura Freepass de la empresa Odakyu Railway, que te cubre los trenes exclusivamente de esa compañía en esta región que, en este caso, tardan una hora y media desde Shinjuku. Más información en nuestro artículo sobre Kamakura.
Gran Buda de Kamakura
→Nikko. Nikko es una ciudad rodeada de por montañas, bosques, ríos, cascadas…en definitiva, la excursión ideal si lo que buscas es salir del ajetreo de la ciudad y desconectar en la naturaleza.
Nada más bajaros en la estación de Nikko damos un paseo en dirección noroeste, cruzamos el famoso puente Shinkyo Bridge, y llegamos al templo Nikkō Tōshō-gū, Patrimonio de la Humanidad desde 1999. Este santuario data del período Heian (siglos VIII-XII) pero no fue hasta que se trasladó aquí el mausoleo del primer shogun Tokugawa Ieyasu cuando este templo saltó a la fama. Se conocían como shogun los gobernantes militares personalmente elgidos por el emperador. También mencionar que la dinastía de los Tokugawa gobernó Japón durante más de dos siglos, de 1600 a 1867.
Junto al Tōshō-gū se encuentra el Taiyu-in Temple Hall, el mausoleo del tercer shogun Tokugawa, Iemitsu, es decir, el nieto de Ieyasu. Este templo es más modesto que el de su abuelo. Taiyuin es simplemente el nombre que se le dio a Iemitsu después de su muerte. Ambos templos son una mezcla entre budismo y sintoísmo, ya que hasta la era Meiji (1868 – 1912) era habitual ver una fusión de las dos religiones en los lugares sagrados.
La siguiente parada es el abismo de Kanmangafuchi (Kanmangafuchi Abyss), un desfiladero que se formó tras la erupción del volcán del Monte Nantai. Es un camino breve, de apenas 100-200 metros, y que está decorado con 70 estatuas de piedra de Jizo. Warabe Jizō es una deidad budista que, según dicen, se encarga de proteger a niños y viajeros. Se representa normalmente en figura de piedra con forma de monje budista y, a veces, la gente le da ofrendas en forma de ropa, como gorros o bufandas.
Proseguimos hasta la Cascada Kegon (Kegon Falls), junto al Lago Chuzenji. Tiene 100 metros de altura y es una de las más bonitas de Japón. El lago, por su parte, está ubicado junto al Monte Nantai; de hecho, una erupción del volcán del Monte Nantai hace más de 20.000 años fue la causante de la formación del lago.
Opcionalmente, si tenéis tiempo y fuerzas, podéis coger un bus de unos 15 minutos hasta otras cataratas, las Ryuzu Falls.
Si tenéis el JR Pass, podéis llegar con él desde Ueno hasta Nikko. Y luego tendríais que comprar el Chuzenji Onsen Free Pass para coger buses internos. En caso de no tener el JR Pass, deberíais comprar Nikko All Area Pass, que incluye un tren de ida y vuelta (solo de la JR Tobu line) desde Asakusa hasta Tobu-Nikko y buses ilimitados por todo Nikko. Aquí podéis ver los horarios de los trenes como orientación. También incluye un crucero por el Lago Chuzenji. El Nikko All Area Pass pertenece a la empresa Tobu, lo que significa que solo se vende en los centros de Tobu que hay en Asakusa e Ikebukuro.
→Yokohama, una ciudad portuaria al sur de Tokio conocida por su gran barrio y comunidad china (Yokohama Chinatown) y su puerto (Minato Mirai 21). Si, además, os gusta la comida, esta es una excursión para vosotros, tiene gran cultura culinaria e incluso alberga un par de museos curiosos como el Cup Noodles Museum y el Shin-Yokohama Ramen Museum y edificios como el Yokohama Red Brick Warehouse. Se llega también fácilmente desde la capital ya que se encuentra a tan solo 40 kilómetros y se ve tranquilamente en un día. Hay varias líneas de JR que nos llevan a Yokohama en unos 25 minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario