Baden-Baden es una ciudad situada al suroeste de Alemania, junto a la frontera con Francia, conocida por ser una de las ciudades-balneario más importantes de Europa. Ya desde la época del Imperio Romano numerosos visitantes acudían cada año atraídos por sus famosas termas, que adquirieron una mayor relevancia durante el siglo XIX, cuando Baden-Baden pasó a ser un destino turístico veraniego muy popular entre las clases sociales más adineradas.
La ciudad se encuentra en el Land alemán de Baden-Wurtemberg y es un destino ideal si realizamos una ruta por la Selva Negra (Schwarzwald). La ciudad es fácilmente accesible en transporte público ya que este está incluido en el Baden-Württenberg Ticket, un billete que nos permite viajar durante un día toda la red de transportes públicos regionales (no alta velocidad como ICE) de Baden-Württenberg, y que resulta muy útil si deseas recorrer la Selva Negra en tren o autobús.
En el caso de Baden-Baden, la estación de trenes (Baden-Baden Bahnhof) se encuentra un poco alejada del centro de la ciudad, pero existen varias líneas de autobuses (concretamente, las líneas 201, 205, 216 y 244) que unen ambos puntos con mucha frecuencia durante el día. El trayecto dura unos 20 minutos aproximadamente. El centro de Baden-Baden, donde se sitúan la mayoría de sus atractivos turísticos, se puede recorrer fácilmente a pie. Se distribuye principalmente a lo largo de un tramo del río Oos y algunas calles perpendiculares al mismo, donde sin duda destacan numerosos edificios de arquitectura neorrenacentista con enorme influencia francesa, sobre todo hoteles y otras construcciones del siglo XIX, que evocan una época de lujo y opulencia, cuando la aristocracia europea pasaba largas temporadas estivales en Baden-Baden.
También comentaros, que al alojarte en los hoteles de Baden-Baden, se incluye la llamada tarjeta de invitado (Gästekarte o Guest Card) con varios descuentos en las atracciones principales de la ciudad como las termas, el casino o algunos tours por el casco antiguo. La información completa os la darán en el hotel al hacer el check-in.
En el caso de Baden-Baden, la estación de trenes (Baden-Baden Bahnhof) se encuentra un poco alejada del centro de la ciudad, pero existen varias líneas de autobuses (concretamente, las líneas 201, 205, 216 y 244) que unen ambos puntos con mucha frecuencia durante el día. El trayecto dura unos 20 minutos aproximadamente. El centro de Baden-Baden, donde se sitúan la mayoría de sus atractivos turísticos, se puede recorrer fácilmente a pie. Se distribuye principalmente a lo largo de un tramo del río Oos y algunas calles perpendiculares al mismo, donde sin duda destacan numerosos edificios de arquitectura neorrenacentista con enorme influencia francesa, sobre todo hoteles y otras construcciones del siglo XIX, que evocan una época de lujo y opulencia, cuando la aristocracia europea pasaba largas temporadas estivales en Baden-Baden.
También comentaros, que al alojarte en los hoteles de Baden-Baden, se incluye la llamada tarjeta de invitado (Gästekarte o Guest Card) con varios descuentos en las atracciones principales de la ciudad como las termas, el casino o algunos tours por el casco antiguo. La información completa os la darán en el hotel al hacer el check-in.
¿Qué ver en Baden-Baden?
Comenzamos nuestra ruta por el casco de Baden-Baden en la plaza Leopoldsplatz, que constituye la intersección de las calles Sophienstraße y Luisenstraße, y que se sitúa a unos 15 minutos en autobús desde la estación central de Baden-Baden (Baden-Baden Bahnhof). Subimos por la calle Sophienstraße, una avenida con una rambla peatonal central que forma un paseo de lujo, llena de tiendas de ropa o joyería de marca y algunos hoteles. También se sitúa en esta calle el Museo Fabergé, que alberga una importante colección de exquisitos tesoros del joyero más famoso del imperio zarista ruso, Carl Peter Fabergé. Podéis encontrar información sobre los objetos del museo, así como el horario y precio de la entrada al mismo en su página web, disponible en alemán, español y ruso.
Si según subimos la calle Sophienstraße desde Leopoldsplatz, giramos a la izquierda por la calle Bäderstrasse (un poco antes de llegar al Museo Fabergé), encontraremos de frente uno de los edificios más importantes y simbólicos de Baden-Baden: las célebres termas Friedrichsbad. El edificio fue construido en la segunda mitad del siglo XIX tras demolerse un antiguo barrio de la ciudad y pronto se convirtió en el baño termal más importante del país y uno de los más bellos de Europa. Su construcción se demoró varios años debido a la Guerra Franco-Prusiana, el descubrimiento y necesaria protección de baños romanos en el subsuelo y la difícil situación del solar junto a la ladera de la montaña. Al igual que otras construcciones importantes de la ciudad, el Friedrichsbad tiene un claro estilo arquitectónico neorrenacentista.
Además de contemplar el edificio de las termas por fuera, podemos visitar su interior. Por un lado, las ruinas romanas, de más de 2.000 años de antigüedad, que se encuentran en el sótano del edificio y que se pueden visitar mediante un sistema de pasarelas. Podéis consultar los horarios y precios actualizados para la visita aquí.
Por otro lado, también se pueden visitar directamente los baños termales de Friedrichsbad. El agua termal surge a una profundidad de 2.000 metros y, debido a su mineralización de aproximadamente 3.000 miligramos por litro, es una de las aguas más ricas en minerales de todo el país. Cuenta con temperaturas de entre 32° y 68° C.
Como muestra un plano del lugar disponible en este link, el edificio cuenta con numerosas salas que ofrecen diferentes servicios de spa o piscinas. Cabe destacar que no se permite el uso de bañadores de ningún tipo, tal y como se hacía tradicionalmente, así que los usuarios de las termas deben estar completamente desnudos. Existen toallas y zapatillas de baño a disposición de los clientes. Los niños menores de 14 años no tienen permitida la entrada a los baños, si bien el complejo cuenta con una guardería para dejar a los más pequeños, basta con preguntar en recepción. También existen dos áreas separadas y completamente idénticas para hombres y mujeres. Los lunes y jueves los hombres y mujeres utilizan las instalaciones por separado; el resto de días del año, es decir, los martes, miércoles, viernes, sábados, domingos, festivos, y el 14 de febrero, hombres y mujeres comparten todas las estancias de baños del edificio. Los horarios y precios actualizados se encuentran en su página web.
Si no os convence la idea de bañaros desnudos en las termas del Friedrichsbad, tenéis una alternativa justo al lado. Se trata de las Termas de Caracalla, otro complejo de piscinas, saunas e instalaciones termales mucho más moderno que el Friedrichsbad. En estas termas es obligatorio el uso de bañador, excepto en las saunas, donde está prohibido. Se sitúa justo a mano derecha si miramos la fachada principal del Friedrichsbad, junto a una pequeña iglesia. Cuenta con piscinas variadas cuya agua tiene temperaturas entre 18º y 38ºC, incluyendo algunos baños al aire libre. Aparte del bañador, es necesario llevar toalla y utensilios de ducha, aunque todo se puede alquilar allí también (en el caso de las toallas, el alquiler cuesta 6€ con una fianza de 15€). Los niños de entre 7 y 14 años tienen permitida la entrada, siempre y cuando vayan acompañados de un adulto. Para los niños más pequeños existe asimismo un servicio de guardería, el mismo que en el Friedrichsbad, que se sitúa de hecho en el edificio de Caracalla.
En este caso no se paga una cantidad fija sino que el precio de entrada depende del tiempo que queramos pasar allí. Los horarios y precios actualizados se encuentran en su página web.
Tras descubrir las impresionantes termas de Baden-Baden, fuente de la principal actividad turística de la ciudad, nos disponemos a seguir descubriendo el resto de monumentos. Justo al lado del Friedrichsbad se encuentra la Plaza del Mercado (Marktplatz) donde alza la Colegiata de San Pedro y Pablo (Stiftskirche), construida en el siglo XV, per que debe su aspecto actual a una renovación llevada a cabo en el siglo XIX. La entrada a la misma es gratuita. La iglesia se sitúa junto a una pequeña plaza en cuyo extremo encontraremos unas escaleras de piedra que ascienden por la ladera de la montaña. Si las seguimos atendiendo a los carteles de Neues Schloss, enseguida llegaremos a un mirador desde donde contemplar la ciudad desde arriba. El Neues Schloss es un palacio del siglo XV, visible desde la Plaza del Mercado y desde muchos puntos de la ciudad. Actualmente está sumergido en una remodelación para ser un hotel de lujo.
Colegiata de San Pedro y Pablo desde el mirador de Neues Schloss
A continuación volveremos a nuestro punto de partida, la calle Leopoldsplatz, para seguir descubriendo los atractivos turísticos de Baden-Baden. Una de las plazas más bontias de Baden-Baden, si no la que más, es la plaza Jesuitenplatz en la que el conjunto entre el ayuntamiento (Rathaus), la cervecería Löwenbrau y los dos o tres restaurantes con sus animadas terrazas, nos dejan una postal única.
De nuevo en Leopoldsplatz pero tomando la calle Sophienstraße en dirección contraria, encontramos una zona estrecha donde aparecen algunas terrazas y restaurantes. A pocos metros, nos toparemos enseguida con el pequeño y en verano poco abundante cauce del río Oos. A lo largo de su orilla discurre un agradable paseo, el denominado Lichtentaler Allee, rodeado de numerosas y amplias zonas verdes en las que descansar o tomar el sol si el buen tiempo lo permite.
Pero no adelantemos acontecimientos, pues antes de disfrutar de este bonito recorrido nos dispondremos a visitar el segundo gran protagonista de la ciudad de Baden-Baden junto con sus termas, nos referimos al célebre Casino de Baden-Baden (Kurhaus Baden-Baden), que a lo largo de dos siglos ha sido un reclamo principal para las clases más acomodadas. Para llegar hasta él, basta con cruzar el Oos por el puente de Sophienstraße y avanzar un poco más andando en la misma dirección. De camino, encontraremos una plaza con pequeñas tiendas a ambos costados, la mayoría de ellas de marcas de lujo, como viene siendo común encontrar en esta ciudad. En esta plaza suele haber en verano también algunas sillas y mesitas dispuestas para que los viandantes se puedan sentar a la sombra de los árboles a descansar. Tras esta zona comercial aparece inmediatamente el impresionante edificio del casino, construido en el siglo XIX en estilo arquitectónico neoclásico, lo cual se aprecia en el estilo sobrio y elegante del mismo y sus similitudes con un templo clásico griego, sobre todo reflejadas en la columnata de la fachada principal.
De nuevo en Leopoldsplatz pero tomando la calle Sophienstraße en dirección contraria, encontramos una zona estrecha donde aparecen algunas terrazas y restaurantes. A pocos metros, nos toparemos enseguida con el pequeño y en verano poco abundante cauce del río Oos. A lo largo de su orilla discurre un agradable paseo, el denominado Lichtentaler Allee, rodeado de numerosas y amplias zonas verdes en las que descansar o tomar el sol si el buen tiempo lo permite.
Pero no adelantemos acontecimientos, pues antes de disfrutar de este bonito recorrido nos dispondremos a visitar el segundo gran protagonista de la ciudad de Baden-Baden junto con sus termas, nos referimos al célebre Casino de Baden-Baden (Kurhaus Baden-Baden), que a lo largo de dos siglos ha sido un reclamo principal para las clases más acomodadas. Para llegar hasta él, basta con cruzar el Oos por el puente de Sophienstraße y avanzar un poco más andando en la misma dirección. De camino, encontraremos una plaza con pequeñas tiendas a ambos costados, la mayoría de ellas de marcas de lujo, como viene siendo común encontrar en esta ciudad. En esta plaza suele haber en verano también algunas sillas y mesitas dispuestas para que los viandantes se puedan sentar a la sombra de los árboles a descansar. Tras esta zona comercial aparece inmediatamente el impresionante edificio del casino, construido en el siglo XIX en estilo arquitectónico neoclásico, lo cual se aprecia en el estilo sobrio y elegante del mismo y sus similitudes con un templo clásico griego, sobre todo reflejadas en la columnata de la fachada principal.
Nada más verlo nos damos cuenta de que el complejo del Kurhaus tiene tres partes diferenciadas:
- En primer lugar, vemos en el medio un edificio de mayor altura que cuenta con una antesala porticada de columnas corintias. Es la construcción más antigua del casino, de la primera mitad del siglo XIX, y se trata de una sala grande que hoy en día alberga eventos sociales, exposiciones y conciertos.
- En segundo lugar, vemos el ala derecha, construida un par de décadas más tarde como ampliación del edificio para albergar el mundialmente célebre casino, cuyas salas cuentan con una exquisita decoración inspirada en las residencias reales francesas de los siglos XVII y XVIII.
- Por último, en el ala izquierda, se sitúa la entrada al complejo y el vestíbulo, donde destaca su maravillosa escalera principal y donde hallaremos algunos restaurantes y otras salas sociales, así como una amplia terraza. Esta construcción es posterior a las otras, llevada a cabo en las primeras décadas del siglo XX. Todo el conjunto del casino está además precedido por una enorme explanada de jardines.
Para poder visitar el interior del casino tenemos tres opciones: hacer una visita guiada, entrar como jugadores o bien asistir a alguna de las exhibiciones o espectáculos que se celebran allí.
- Visita guiada: Se realizan cada hora, desde las 10 hasta las 14 y con previo registro. El número de personas es limitado. Podéis encontrar más información al respecto aquí.
- Jugadores del casino: Para entrar a jugar al casino, hay que tener en cuenta que es necesario tener más de 21 anos, presentar un pasaporte o documento de identidad y sobre todo cumplir con el dress code. Los hombres deben llevar camisa, corbata y chaqueta de traje. También venden camisas a 18€ para la gente que no la lleve y desee entrar, aunque aun así la chaqueta es necesaria. En cuanto a las mujeres, no se especifica un código de vestimenta concreto, pero se entiende que deben ir también un poco arregladas para poder entrar a jugar. La entrada al casino es gratuita y los horarios dependen del tipo de juego. Podéis encontrar más información al respecto aquí.
- Eventos: a lo largo del año el casino y los edificios anexos albergan varias exhibiciones o espectáculos en su interior. Podéis ver el calendario de eventos aquí.
Siguiendo el río Oos en dirección norte, una vez hemos pasado la explanada verde que precede al Kurhaus, aparece ante nuestros ojos la majestuosa figura del Trinkhalle. La traducción literal de este nombre en alemán sería "Sala de bebida", y realmente se refiere a una sala o centro de bienestar, un edificio asociado a una terma o spa en el que se distribuye agua curativa de los manantiales locales a los huéspedes. En este caso, el edificio fue construido en la primera mitad del siglo XIX, si bien los manantiales que se sitúan en este lugar han sido foco de atracción para numerosos turistas ya desde la época del Imperio romano. El edificio consta de una antesala porticada con 16 columnas corintias, que recuerda un poco a la del Kurhaus, aunque en este caso el uso de colores cálidos en las fachadas le da un toque mucho más alegre. Destacan indudablemente los 14 frescos pintados en los murales interiores del pórtico de 90 metros de largo, cuyas imágenes representan escenas de mitos y leyendas de la región. De noche, cuando las luces de la ciudad se encienden la imagen del Trinkhalle es realmente bonita, y de día se utiliza a menudo en los meses más cálidos para albergar eventos en la parte cubierta exterior.
Seguimos nuestro paseo a lo largo del río Oos en dirección norte hasta llegar, tras unos 10 minutos andando, a la Festspielhaus, un teatro de ópera y sala de conciertos que, con una capacidad de 2.500 asientos, se considera el edificio de este tipo más grande de Alemania. Los trabajos de construcción de la misma se llevaron a cabo en la década de los 90 del siglo XX. Si te interesa asistir a alguna representación, puedes consultar le programa en la página oficial del Festspielhaus pinchando aquí.
Aunque el río Oos tiene un poco más de recorrido hacia el norte, nosotros decidimos dar media vuelta tras ver el Festspielhaus y volver a la zona de Lichtentaler Allee junto al casino. Ahora, continuaremos nuestro camino junto al cauce del Oos pero en dirección sur, encontrando así una gran superficie verde muy bien cuidada a ambos lados del mismo y numerosos puentes encantadores que lo cruzan.
Lichtentaler Allee
Este agradable paseo, para nosotros de lo más bonito de Baden-Baden, nos va descubriendo los edificios más importantes que van apareciendo a ambos lados del río Oos. En primer lugar, nada más pasar el puente de Sophienstraße nos llama la atención un precioso edificio de estilo neoclásico cuyas fachadas están pintadas con un alegre color amarillo. Nos referimos al Hotel Atlantic, que con más de 200 años de antigüedad es uno de los más emblemáticos de la ciudad y cuya imagen nos da una idea del esplendor y elegancia que Baden-Baden derrochaba en el siglo XIX con sus turistas de alto standing.
Caminamos un poco más y nos encontramos de frente, al otro lado del río, dos museos muy importantes: el Staatliche Kunsthalle y el Museum Frieder Burda, uno junto al otro y conectados entre sí por un puente acristalado. El primero es una galería de arte inaugurada en 1909 que alberga exposiciones tanto clásicas como modernas. No tiene una colección propia, sino actúa como sala de exposiciones. Podéis encontrar información sobre las diferentes exhibiciones y sobre sus precios y horarios en la parte inferior de su página web.
En cuanto al Museum Frieder Burda, se trata de un edificio diseñado por el arquitecto estadounidense ganador del premio Pritzker (el Oscar de los arquitectos) Richard Meier. El museo fue inaugurado en el año 2004 y expone la colección privada de su fundador, Frieder Burda, así como otras exhibiciones especiales. La entrada cuesta 14€, con descuentos para estudiantes, y el museo abre de martes a domingo de 10h a 18h. Encontraréis más información en su página web.
Terminamos nuestro día disfrutando del bonito Lichtentaler Alle en su parte más ancha. Cabe mencionar que este paseo se creó en 1655 como una avenida de robles en su parte central, y que se extendió a principios del siglo XIX hasta alcanzar su longitud actual de 3,5 km. Destaca también su jardín de rosas (Rosengarten), situado a unos 700 metros al sur del Museum Frieder Burda.
¿Dónde comer en Baden-Baden?
Nosotros fuimos a comer a dos restaurantes que nos habían recomendado en el hotel y ambos resultaron ser una excelente elección.
Amadeus Retaurant. A pesar de situarse justo en medio de la plaza central del casco de Baden-Baden, es decir, la Leopoldsplatz, no se trata de un restaurante nada caro, y su calidad-precio es muy buena. Tiene una gran variedad de platos y, si el clima lo permite, os podréis sentar en su amplia terraza y así contemplar el gran ambiente que tiene la ciudad en los meses cálidos.
Pizzeria Rivazza. Se sitúa en una calle paralela a Sophienstraße, muy cerca de las termas de Friedrichsbad. La comida está bastante bien y tiene un buen precio.
Más alternativas
Baden-Baden se encuentra en un sitio privilegiado para hacer excursiones a la Selva Negra, así que vamos a ver algunas de las más típicas ya que se encuentran muy cerca.
Baden-Baden se encuentra en un sitio privilegiado para hacer excursiones a la Selva Negra, así que vamos a ver algunas de las más típicas ya que se encuentran muy cerca.
↠Subir en funicular a la montaña Merkur en funicular y hacer alguna ruta por allí.
↠El Lago Mummelsee, un destino perfecto para una excursión de un día o unas horas. Se sitúa en el Land de Baden-Wurtenberg, no muy lejos de la frontera alemana con Francia. Las ciudades más cercanas al lago son Baden-Baden, Rastatt, Offenburg y Freudenstadt, así como la francesa Estrasburgo. Desde Baden-Baden concretamente tan solo hay que coger el autobús número 245 desde la plaza Leopoldsplatz y en una hora exacta te deja en el lago, que es además el destino final. Pasan cada hora normalmente y podéis ver los horarios en la página de Deutsche Bahn, especificando como destino del trayecto "Mummelsee, Seebach (Baden)". Mirad sobre todo los trenes de vuelta ya que el último suele salir del lago en torno a las 18 horas. En cuanto a los tiques, podéis comprárselos directamente al conductor del autobús, o bien utilizar el Baden-Württenberg Ticket. Es posible que os hagan pagar 1€ al final del trayecto ya que el lago está considerado parque nacional.
Tanto si vas en este bus como en coche seguiréis la ruta de la Schwarzwaldhochstrasse (Carretera de la Selva Negra), una carretera que discurre a lo largo de esta región montañosa y que atrae cada año a miles de turistas de todo el mundo. Si vais en coche a ciertas horas muy concurridas es posible que se complique el encontrar aparcamiento ya que no existe algo como tal sino que los coches suelen parar a ambos lados de la carretera.
Como curiosidad, el lago Mummelsee es famoso por una leyenda que existe sobre él y que ha sido transmitida por el boca a boca a lo largo de muchas generaciones. Se dice que, antiguamente, cuando caía la noche y la luna llena hacía su entrada triunfal, las aguas del lago se revolvían y salían a la superficie el Rey del Mummelsee y sus hijas las sirenas. Todos ellos habitan de día en un castillo de cristal en las profundidades del lago, pero cuando cae la noche y hay luna llena, las alegres sirenas tienen permitido salir e ir a bailar con la gente de los pueblos cercanos siempre y cuando vuelvan antes de la medianoche. Según esta leyenda, hubo una sirena tan hermosa que el hijo de un campesino se enamoró perdidamente de ella. El muchacho decidió una noche atrasar su reloj para hacer creer a la doncella que aún no había llegado la medianoche y así engañarla para que se quedara más tiempo con él. Sin embargo las consecuencias serían nefastas, ya que al volver la sirena más tarde de lo que su padre el Rey del Mummelsee le tenía permitido, esta pagó un alto precio con su vida, y al día después el lago amaneció de color rojo por la sangre derramada de la pobre criatura. Aunque parezca una leyenda bastante dramática, es muy popular y, de hecho, encontraréis seguro muchas imágenes o referencias al Rey del Mummelsee, un hombre enfadado con aspecto de rey de los mares, así como una estatua de una sirena en uno de los extremos del lago.
Estatua de la sirena frente al Mummelsee
Junto a la orilla del lago y pegado a la carretera, se alza un hotel-restaurante con terraza, construido hace más de 100 años y al que hasta la Primera Guerra Mundial solo se podía acceder a pie. Una vez construida la Schwarzwaldhochstrasse en los años 30 del siglo XX, el lago Mummelsee se convirtió en un reclamo turístico muy popular de la Selva Negra. Después de visitar el lago o hacer las caminatas, es una buena opción sentarse a comer o merendar en dicho restaurante, sobre todo si conseguís una mesa con vistas al Mummelsee. Hay que decir que los precios no son nada caros para la privilegiada situación del restaurante y que tiene unas tartas deliciosas; un buen sitio para probar la tarta Selva Negra (Schwarzwälder Kirschtorte) si es que aún no la habéis probado en este viaje.
¿Qué ver en el Lago Mummelsee? Hay dos rutas alternativas alrededor del Lago Mummelsee que podéis hacer si lo visitáis. Por un lado, está el camino que rodea el lago junto a su orilla, que al ser totalmente accesible es ideal para personas con movilidad reducida o familias con carritos de niños. El lago no es muy grande así que este paseo se hace tranquilamente en menos de media hora. Además podréis ver la estatua de la sirena que os mencionábamos anteriormente y que representa a la protagonista de la leyenda.
Si os sentís con fuerzas y ganas, también podéis optar por hacer una caminata hasta la cumbre del Hornigsrinde, cuya ladera da al propio lago y sobre la que hay un mirador desde donde obtener unas vistas espectaculares no sólo del Mummelsee desde arriba, sino también de una gran parte de la Selva Negra. La subida dura aproximadamente una hora y se realiza por un camino asfaltado, ancho y de poca pendiente, que nace junto a la entrada al hotel-restaurante, bordea el lado y asciende por la ladera de la montaña. Solo tenéis que buscar los carteles indicativos que llevan al "Hornigsrinde". Una vez hayáis alcanzado la cumbre, podéis aprovechar y tomar algo en un bar que se encuentra en lo alto o simplemente descansar disfrutando de las vistas. La bajada de vuelta al lago se realiza por el mismo camino.
Por último, también podéis dar una vuelta en barco por el propio lago, alquilando unos pequeños botes a remo en el embarcadero que hay junto al edificio del hotel. El precio es de 5,50€ por barco de hasta 4 personas durante 30 minutos y los billetes se compran en la tienda del hotel. Quién sabe, ¡con suerte igual veis a través de las aguas al Rey del Mummelsee o a sus hijas las sirenas!
Muchas gracias por la información tan detallada: La vamos a aprovechar, seguro
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