York, ubicada en el condado de Yorkshire
al norte de Inglaterra, fue una ciudad que nos sorprendió mucho positivamente
por el gran ambiente que tenían sus calles y el agradable aspecto que le confieren los
dos pequeños ríos que confluyen por ella: el Ouse y el Foss.
Esta ciudad, que superó recientemente los
200.000 habitantes, es hoy en día uno de los principales reclamos turísticos de
la isla británica.
¿Qué ver en York?
York, cuyos orígenes se remontan a
la época romana, tiene forma de fortificación pues se encuentra rodeada por una gran
muralla de dicha época, si bien fue restaurada en siglos posteriores por
diversos pueblos que habitaron la ciudad.
Es muy recomendable subir y dar un paseo por la muralla que rodea el casco antiguo, para obtener unas bonitas vistas del mismo. Está abierta al público sin coste alguno y, si os cansáis, os podéis bajar en cualquier momento por alguno de sus accesos sin necesidad de dar la vuelta entera ya que ¡son 5 km de muralla!
Es muy recomendable subir y dar un paseo por la muralla que rodea el casco antiguo, para obtener unas bonitas vistas del mismo. Está abierta al público sin coste alguno y, si os cansáis, os podéis bajar en cualquier momento por alguno de sus accesos sin necesidad de dar la vuelta entera ya que ¡son 5 km de muralla!
El acceso al recinto amurallado se puede
hacer por alguna de sus cuatro puertas principales: Micklegate Bar, Bootham Bar, Monk Bar y Walmgate Bar, siendo la primera de ellas la más importante. Dentro del casco antiguo se encuentran
los puntos de interés más destacables de la ciudad.
La primera parada será la Catedral de York
(York Minster), que es sencillamente impresionante. Es una de las catedrales góticas
más grandes de Europa cuyas dimensiones alcanzan los 158 metros de largo por 76
de ancho. Se comenzó a construir en el año 1230,
ocupando el emplazamiento de antiguos templos religiosos y se terminó en 1472.
En su interior, has de prestar atención a
diversos detalles: las vidrieras, también de gran tamaño, que
brindan al interior de la catedral mucha luminosidad. De sus 128 vidrieras las
más llamativas es la “Five Sisters Window” (vidriera cinco hermanas), único
memorial del país dedicado a las mujeres del Imperio Británico que fallecieron
durante la Primera Guerra Mundial, y la “Heart of Yorkshire window” (vidriera
corazón de Yorkshire), en forma de corazón como parte de la “Great West Window”. También destaca la nave principal, en la que llama la atención una cabeza de dragón en el techo; el
rosetón ubicado en el lado sur; y el coro, custodiado a la entrada por estatuas
de 15 reyes ingleses.
También se puede subir a la torre con una
entrada combinada de para la catedral y la torre. Los
precios y horarios los podéis encontrar en su página web. Afortunadamente la entrada os vale para todo un año desde el día que la compráis.
Cerca de la Catedral, se encuentra un
pequeño callejón medieval conocido como The Shambles. Esta estrecha calle
medieval llama la atención por sus casas hundidas e
inclinadas. El origen de su nombre proviene de fleshammels, los estantes donde los carniceros servían la carne, y
es que ¡esta pequeña calle contaba con más de una veintena de carnicerías
durante el siglo XIX!
Es más, se dice que su aspecto fue una
fuente de inspiración para el Callejón Diagon de Harry Potter. Hoy en día
podemos encontrar tiendas de todo tipo: antigüedades, joyerías, recuerdos,
pastelerías, etc. Lo dicho, parada obligatoria.
Casi en uno de los extremos de The Shambles nace The Shambles Market, un pequeño mercadillo que se monta desde las 7-8 de la mañana. En él podremos encontrar puestos de comida en su mayoría, aunque también hay de libros, de flores, de ropa, etc.
Al otro lado de la Catedral, encontramos una zona agradable para hacer una parada y descansar. Se trata de Ruins of St. Mary’s Abbey (abadía de Santa María), una abadía en ruinas rodeada por unos espléndidos jardines (Museum Gardens) ubicados frente al Yorkshire Museum.
La abadía fue fundada en el siglo XI por
Guillermo II de Inglaterra (1056-1100) –uno de los hijos de Guillermo el conquistador que comentaremos
más adelante– y fue derruida por Enrique VIII en 1539 durante el proceso de
disolución de iglesias católicas en Inglaterra para fundar su propia iglesia:
el anglicanismo.
Ruinas de la abadía de Santa María
Ahora nos iremos al otro lado de la ciudad, cerca de la muralla, y veremos una torre chata en lo alto de una colina: la Clifford’s
Tower.
Esta torre es el único resto del castillo levantado durante la conquista normanda de Inglaterra en el siglo XI a manos de Guillermo I de Inglaterra (1028-1087), también conocido como Guillermo el Conquistador (William the Conqueror, en inglés). Por un precio de £4.70 para los adultos, £2.80 para niños de 5 a 15 años, se puede subir a la torre para ver la ciudad. Su horario es:
Esta torre es el único resto del castillo levantado durante la conquista normanda de Inglaterra en el siglo XI a manos de Guillermo I de Inglaterra (1028-1087), también conocido como Guillermo el Conquistador (William the Conqueror, en inglés). Por un precio de £4.70 para los adultos, £2.80 para niños de 5 a 15 años, se puede subir a la torre para ver la ciudad. Su horario es:
- del 25 de marzo al 30 de septiembre: de 10 a 18h.
- en octubre: de 10 a 17h.
- de noviembre a marzo: de 10 a 16h.
La última entrada es 15 minutos antes del cierre.
Aprovechando que estamos por esta zona,
justo enfrente merece la pena visitar el York Castle Museum. Este museo, lejos
del estereotipo de los museos, es realmente entretenido y puede ser divertido tanto para ir
con niños como para los adultos, ya que sentiremos como si viajáramos al pasado. Se creó en 1938 sobre
lo que era la antigua prisión del castillo de York y en él se han reconstruido
escenarios de calles de la época victoriana, la cual se desarrolla desde 1837
hasta 1901, coincidiendo con el reinado de la célebre monarca inglesa Victoria
I. En su interior destaca la reproducción de una espectacular calle victoriana representada al detalle y a escala real, en la que sentiremos que viajamos al mismísimo siglo XIX. Además, el museo cuenta con una galería de juguetes de
diversas épocas, y vestuario de antaño que nos podemos probar.
Aquí tenéis los precios. En caso de que no os diera tiempo a verlo entero, la entrada también vale para el día siguiente. Sin duda, es una de las cosas que más nos impresionó de York, totalmente recomendable.
Uno de los decorados del York Castle Museum
Por último, una actividad diferente: un tour
fantasmal 👻. Si habéis viajado por otras ciudades inglesas, habréis visto que hay muchos tours de miedo, de hecho hay varios en la propia York. De los muchos que vimos que ofertaban elegimos este y la verdad es que acertamos totalmente. El elegido fue el
llamado “The Ghost Hunt”, del que encontraréis folletos en la oficina de
turismo o por la ciudad, ya que el mismo señor que hace el
tour por las noches, se dedica a repartir folletos de su show durante el día. Lo reconoceréis por su aspecto intrigante y su vestimenta del siglo pasado. Realmente las historias que relata no dan miedo en sí, pero lo que más nos gustó fueron sus caras, gestos, vestimenta, trucos de magia y la manera irónica y cómica en que las cuenta. Fue realmente divertido.
Si lo que te asusta es no saber el
suficiente inglés como para entenderlo, lo mejor es que habla despacio y
acompaña lo que dice con gestos y mímica, por lo que, exceptuando alguna palabra que no sepamos, es fácil seguir
el hilo. El punto de encuentro es en cualquiera de
los extremos de The Shambles a las 7:30 pm (19:30 de la noche) y el precio es de 5 libras sin
necesidad de reservar.
Más alternativas
Como siempre, os proponemos más actividades para los que le quieran
dedicar más tiempo a la ciudad.
Nosotros solo fuimos al York Castle Museum, aunque hay otros bastante conocidos como son el National Railway Museum (Museo nacional del ferrocarril) y el Yorkshire Museum que os mencionábamos antes.
Nosotros solo fuimos al York Castle Museum, aunque hay otros bastante conocidos como son el National Railway Museum (Museo nacional del ferrocarril) y el Yorkshire Museum que os mencionábamos antes.
Otra de las cosas que nos quedó por
hacer, ya que estaba en reformas cuando fuimos, es el Jorvik Viking Centre.
Este centro recrea la época vikinga, más concretamente Jorvik, que es como se
llamaba York en dicha época. Es una de las actividades preferidas de los
turistas. Os dejamos su página web donde podéis ver los horarios y precios.
Si tenéis pensado entrar a varios de los museos de la ciudad, os puede ser útil la tarjeta YMT (York Museums Trust) que ofrece descuentos comprando entradas combinadas.
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