Berlín es, con 3,9 millones de habitantes, la ciudad más poblada de la Unión Europea y de Alemania, además de su capital. Entre todos los estados federados del país, Berlín es una de las tres ciudades-estado junto con Hamburgo y Bremen.
Para poder descubrir todos los encantos que Berlín puede ofrecer, sería recomendable una estancia de, al menos, dos noches.
¿Cómo llegar a Berlín?
Otra opción es el autobús, llegando normalmente a la estación central de autobuses o ZOB (parada Messe Nord), al oeste del centro. La compañía será probablemente Flixbus, pues tiene múltiples líneas entre todas las ciudades alemanas, aunque si venís desde Hamburgo también tenéis la opción de Pinkbus.
Hauptbahnhof es una de las estaciones más grandes de Alemania y está dividida en varios niveles por lo que hay que procurar no perderse. Consta de dos plantas bajo tierra (Untergeschoss) UG2, UG1; una planta baja (Erdgeschoss) EG; y dos plantas superiores (Obergeschoss) OG1 y OG2. Los trenes de larga distancia se encuentran en las dos plantas subterráneas; los de corta distancia en las superiores; el S-Bahn (el cercanías de Alemania) en la planta 1 (OG1); el U-Bahn (el metro de Alemania) en la planta -1 (UG1); y la salida y las paradas de bus y tranvía en la planta baja. Si tenéis dudas, podéis ver en la web de la Deutsche Bahn o en su aplicación DB Navigator desde qué andén sale vuestro tren y luego buscáis en qué nivel se ubica dicho andén ya que esto es fijo: OG2 (andén 13 y 14), OG1 (11-16), EG (ninguno), UG1 (1-8), UG2 (3-4).
Si llegáis en avión, desde el aeropuerto Flughafen Berlin Brandenburg (BER), parada “BER - Terminal 1-2”, salen los S-Bahn de las líneas S9 y S45 en dirección al centro de la ciudad. La opción más rápida, sin embargo, es el tren Airport Express (FEX).
Red de transporte público de Berlín
La red de
transportes de Berlín se divide en tres zonas A, B y C. Los tickets dependen de
la zona por la que se vaya a viajar si bien el mínimo que se puede comprar es
para las zonas AB juntas, más que suficientes para cubrir los principales
atractivos turísticos de la ciudad. Un billete individual de un trayecto cuesta 3,80€ (2,60€ si son 3 estaciones o menos –llamado Kurzstrecke–) para las zonas AB y 4,70€ para las zonas ABC.
Los
billetes más útiles son sin embargo los de día individuales o de grupo. Uno individual
válido para 24 horas (24-Stunden-Karte) para la zona AB cuesta 10,60€ mientras que uno de grupo (2-5
personas), también durante 24 horas, 33,30€. Este es válido hasta las tres de la mañana del día
siguiente. También existe un billete de 7 días individual (7-Tage-Karte) por 44,60€ para AB.
Una vez
comprados, los billetes hay que validarlos en las máquinas que hay en los
andenes. Viajar sin billete o sin validarlo conlleva una multa de 60€.
Breve contexto histórico sobre Berlín
Berlín está dividida en 12 distritos, cada uno de ellos a su vez subdividido en localidades. La arquitectura, el urbanismo, la forma de vida y muchas otras características de Berlín son resultado de su larga y, en ocasiones, trágica historia. La Segunda Guerra Mundial causó estragos en la ciudad, así como en la mayoría de ciudades alemanas. Las huellas de la guerra y del Holocausto se encuentran aún hoy grabadas en los muros y calles de Berlín.
Tras la caída del régimen nazi y su consiguiente derrota en la Segunda Guerra Mundial, dio comienzo la Guerra Fría, que enfrentó al ejército aliado entre ellos, principalmente por disputas sobre el modelo político. Por un lado, quedó el bloque capitalista (occidental), liderado por EEUU y Europa occidental y, por otro, el bloque comunista/socialista liderado por la Unión Soviética. Alemania, y especialmente Berlín, quedó dividida en dos: al oeste, la República Federal Alemana (RFA) o Alemania Occidental, el bloque capitalista; al este, la República Democrática Alemana (RDA) o Alemania del Este, el bloque socialista. Dos mitades de un mismo país, separadas por el conocido Muro de Berlín, erigido en 1961 con más de 120 kilómetros de largo por 3,6 metros de alto; una frontera que separó familias y paisanos durante treinta años, hasta su caída el 9 de noviembre de 1989.
De nuevo, las huellas de esta separación política quedarán reflejadas en el urbanismo y la arquitectura de esta ciudad: en la Alemania del Este destaca una mayor austeridad en los edificios y las viviendas se distribuyen en bloques grandes, prefabricados y similares unos a otros. En algunas zonas de la ciudad, partes del muro y sus puertas siguen en pie, y en aquellas zonas en las que se han extraído por completo, una línea doble de baldosas sobre el pavimento nos muestra la frontera divisoria de la RDA y la RFA.
Como curiosidad, cabe mencionar que uno de los símbolos de Berlín es el Ampelmann, que es el dibujo iluminado del hombrecito en los semáforos. Es característico de la zona de la antigua RDA y se distingue del resto de los semáforos europeos por tener una figura más bajita, divertida y con sombrero. Existen, incluso, tiendas de souvenirs dedicadas exclusivamente a este hombrecito, una de ellas en la calle Unter den Linden.
Icono del Ampelmann en un semáforo de Berlín
Una vez hemos reflexionado sobre el pasado histórico de esta ciudad, comencemos a descubrirla.
¿Qué ver en Berlín?
Barrios y zonas principales
Todas las divisiones que ha vivido Berlín a lo largo de su historia hacen que hoy en día no tenga un centro claro, o al menos no tan reconocible como en otras ciudades. Estamos, por tanto, ante una ciudad de muchos y distintos barrios, concretamente 12 (Berliner Bezirke en alemán). Vamos a explorar los más interesantes.
BERLIN-MITTE
Es la zona central de la ciudad, la que alberga más puntos turísticos. Este barrio se subdivide a su vez en 6 distritos: Mitte, Moabit, Hansaviertel, Tiergarten, Wedding y Gesundbrunnen. Nos vamos a centrar en los más importantes: Mitte y Tiergarten.
Mitte
Alexanderplatz: Esta plaza es el centro neurálgico de Berlín, núcleo de gran parte de las líneas de S-Bahn, U-Bahn, tranvías y autobuses de la ciudad. Los berlineses la llaman comúnmente Alex. Durante la guerra fue bombardeada y considerablemente dañada. Posteriormente, en la época de la Alemania dividida, constituyó el principal centro de la RDA. En noviembre de 1989, miles de personas salieron a esta plaza para manifestarse en contra del régimen comunista de la Alemania del Este; unos días más tarde, cayó el muro.
Hoy en día, la plaza cuenta con un gran ambiente, no sólo de día sino también de noche, donde músicos, artistas callejeros, turistas y los propios berlineses se dan cita. En su perímetro, encontraremos la estación de metro de Alexanderplatz, algunos grandes almacenes y Biergärten. Presidiendo la plaza, en el centro, se encuentra la Fuente de la Amistad de los Pueblos (Brunnen der Völkerfreundschaft). Fue construida durante la época socialista, en los años 60, y a su alrededor siempre se sientan los viajeros a descansar. Al sur, al otro lado de las vías del tranvía, se encuentra el Reloj Mundial (Weltzeituhr), que muestra las horas en todos los husos horarios mediante un mecanismo rotatorio, y que fue añadido a la plaza también en los años 60.
Alexanderplatz
Cercana a la Alex y visible desde casi todo Berlín, se encuentra la Torre de televisión (Fernsehturm), una de las estructuras más altas de Europa y la más alta de Alemania, con 368 metros de altura, incluida la antena. Se construyó en la década de 1960 y constituyó uno de los símbolos más importantes de la RDA, que querían mostrar el poder socialista al mundo. A poco más de 200 metros de altura se encuentran el restaurante Sphere y el Bar 203, ambos accesibles tras pagar una entrada taquilla, haciendo una cola generalmente larga. La estructura que alberga el restaurante gira sobre el eje de la torre, dando una vuelta entera cada hora. De esta manera tienes unas vistas panorámicas de la ciudad increíbles. Las entradas para el bar y el restaurante se reservan desde esta web. Primero hay que elegir horario y luego al sitio al que quieres ir. Cuidado al reservar porque hay varios tipos de tickets y tenéis que leer atentamente qué incluye cada uno. Para el restaurante también hay dos tipos de mesa, mesa en ventana (window table) y mesa en interior (inner circle table); lógicamente las de ventana son las mejores y es mucho más difícil conseguir hueco.
Tras la Torre de televisión, frente a la Fuente de Neptuno y la iglesia de Santa María, se sitúa el Ayuntamiento Rojo (Rotes Rathaus), que acoge el gobierno del estado federado de Berlín. Es un edificio de ladrillo rojo —de ahí el nombre—, con una torre central de 74 metros de altura, que fue construido en el siglo XIX inspirado en el Alto Renacimiento italiano.
Ayuntamiento rojo de Berlín
Tras el ayuntamiento, se encuentra el coqueto barrio de San Nicolás (Nikolaiviertel), el núcleo histórico donde se fundó oficialmente la ciudad de Berlín en 1237. El motivo esta zona era habitada por tribus eslavas que usaban el río Spree como ruta comercial fluvial. De hecho, el nombre de Berlín tiene raíces eslavas ya que el termino “berl” significa pantano, ya que esta zona era húmeda y pantanosa por su cercanía al río. El barrio fue destruido prácticamente al completo durante la Segunda Guerra Mundial y ha sido reconstruido en la década de 1980 siguiendo su estilo original.
Es muy recomendable explorar sus calles estrechas y llenas de tiendas artesanales y bares y restaurantes. El núcleo del barrio es una pequeña plaza presidida por la iglesia de St. Nicolás (Nikolaikirche), a la que se puede entrar por un precio de 7€. Se trata de la iglesia más antigua de la ciudad, concretamente se erigió en el año 1230, aunque lo que vemos ahora mismo es parcialmente una reconstrucción ya que tanto el techo como las torres fueron destruidas durante los bombardeos aliados en la Segunda Guerra Mundial. Como curiosidad, originalmente era una iglesia católica, pero durante la Reforma protestante de Martín Lutero del siglo XVI, la iglesia pasó a ser un templo luterano.
Iglesia de St. Nicolás en el barrio homónimo
Cruzando el río Spree, nos situaremos en la Isla de los Museos (Museumsinsel), que alberga varios museos de renombre internacional de los que hablaremos más adelante y la impresionante catedral de Berlín (Berliner Dom). Este edificio data de principios del siglo XX y fue restaurado costosamente a finales de siglo, ya que sufrió daños considerables debido a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Sin duda merece la pena visitar su magnífico interior y subir a la cúpula para tener una vista panorámica de la ciudad (más baja que en la torre de comunicaciones aunque considerablemente más barata). Podéis ver los precios en su página web, y podéis comprar los tickets ahí o directamente en la catedral.
Otra fabulosa opción si no queremos pagar un precio tan alto para subir a la cúpula de la catedral es entrar al edificio contiguo, el Humboldt Forum. Se trata del antiguo edificio del Palacio de Berlín (Berliner Schloss), que ha sido renovado y ahora sirve como centro cultural. Y lo guay es que tiene un rooftop café (Dachterrasse) en la azotea desde donde podemos disfrutar de unas vistas de 360° de la ciudad. Eso sí, hay que pagar un módico precio y reservar online un espacio de tiempo para la visita. El horario es de 10:30 a 20:00 diariamente, excepto los martes que está cerrado.
Volvemos a cruzar el río, saliendo de la Isla de los Museos, y nos encontramos así al comienzo de la principal arteria del centro de Berlín: Unter den Linden, que, traducido al castellano, sería “bajo los tilos”, debido a la gran cantidad de estos árboles que hay en la calle. A lo largo de su recorrido, encontraremos varias tiendas de souvenirs grandes, restaurantes y cafés, así como edificios históricos y turísticos de renombre: la Universidad Humboldt, el edificio de la Nueva Guardia (del arquitecto alemán Karl Friedrich Schinkel), varias embajadas y el conocido Hotel Adlon, uno de los más famosos de Europa. En una perpendicular, se sitúa la histórica plaza Gendarmenmarkt, con la sala de conciertos Konzerthaus (de nuevo, obra de Schinkel), y dos catedrales gemelas: las llamadas catedral francesa (Französischer Dom) y catedral alemana (Deutscher Dom), construidas ambas entre 1700 y 1710. Es una plaza preciosa y, al no ser tan conocida, goza de un poco más de tranquilidad en comparación con otros lugares más turísticos de Berlín.
Plaza de Gendarmenmarkt: Konzerthaus a la izquierda y catedral francesa a la derecha
Al final de Unter den Linden se vislumbra la mundialmente conocida Puerta de Brandeburgo (Brandenburger Tor). Construida entre 1788 y 1791 en estilo neoclásico e inspirada en los propileos de la Acrópolis de Atenas, fue concebida como puerta monumental de entrada a Berlín, que en aquel entonces era la capital del Imperio de Prusia. También es la única puerta que se conserva de las murallas de la ciudad. Fue gravemente dañada durante la Segunda Guerra Mundial, sobre todo la cuádriga de bronce que hay en la parte de arriba y tuvo que ser reconstruida después, a partir de 1956.
La Puerta se encuentra en la Plaza de París (Pariser Platz) y durante la división del territorio alemán en la Guerra Fría, el Muro de Berlín pasaba justo detrás de ella, por lo que la Puerta de Brandeburgo quedó enclavada en la llamada “franja de la muerte”, constituyendo un punto de paso entre Berlín Este y Berlín Oeste. El 9 de noviembre de 1989, la gente empezó a subirse a la puerta y a derribarla espontáneamente, convirtiéndose en el símbolo de la reunificación alemana. Las imágenes de este acontecimiento histórico, con gente celebrándolo y familias reunidas de nuevo, fueron mostradas en las televisiones de todo el mundo.
Atravesando la Puerta, nos encontramos en antiguo territorio de la RFA. A mano izquierda, caminando un poco, encontramos el Monumento a las víctimas judías del Holocausto (Denkmal für die ermordeten Juden Europas): más de 2.700 losas de hormigón de diferentes tamaños situadas sobre una retícula rectangular con relieve. Se inauguró en 2005 y fue obra de Peter Eisenman, arquitecto judío estadounidense, quien ganó el concurso entre todos los proyectos. Todo está pensado para producir una experiencia emocional que conecte a la gente con lo se vivió en el holocausto: el suelo desnivelado y las losas de distintas alturas generan una sensación de inseguridad al caminar entre ellas, el color gris se cree que representa las cenizas, y la disposición de las losas hace que parezca que no tiene fin, que se pierda la perspectiva de por dónde se sale, provocando una sensación de desorientación.
Monumento al Holocausto de Berlín
Muy cerca de este monumento vamos a ver el recinto que antiguamente ocupaba el llamado Búnker de la Cancillería o Führerbunker, es decir, el búnker donde se refugiaban los altos cargos nazis durante la Segunda Guerra Mundial, que estaba conectado directamente con la sede del gobierno nazi, la Cancillería del Reich. El edificio fue destruido tras la Segunda Guerra Mundial y hoy en día solo se puede ver un descampado y un aparcamiento. No obstante, hay un cartel con fotos históricas de cómo era la habitación del suicidio por dentro y planos del búnker, que no era austero precisamente, tenía varias habitaciones, sala de conferencia, baños, sala de estar y sistema de ventilación.
Sobre la muerte del dictador, cuando vio que el ejército aliado cercaba Berlín y los ataques aéreos eran continuos, Adolf Hitler vio peligrar su vida y decidió mudarse aquí el 16 de enero de 1945 junto con su pareja y la familia de Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda nazi. El 29 de abril de 1945, al ver que la guerra estaba prácticamente perdida, decidió casarse formalmente con Eva Braun para, al día siguiente, suicidarse con un tiro en la cabeza. Su para entonces mujer hizo lo propio mediante ingiriendo cianuro. Tal y como dejaron escrito en su testamento, sus cuerpos fueron rociados con gasolina y quemados por parte de miembros de su personal, pero no se consumieron por completo, lo cual permitió al ejército soviético identificar los cuerpos posteriormente y enterrarlos en secreto. La versión más respaldada por documentos históricos parece indicar que los soviéticos enterraron el resto de sus cuerpos en Magdeburgo, pero en 1970, como no querían que se convirtiera en un lugar de peregrinación nazi, decidieron quemar lo que quedaba de los cuerpos y tirar las cenizas por las alcantarillas. Goebbels, su mujer, y sus seis hijos (Helga, Hildegard, Helmut, Holdine, Hedwig, Heidrun), cuyos nombres empiezan por la H en honor a Hitler, también se suicidaron aquel día en el búnker. No obstante, algunos miembros del personal no murieron y sus testimonios al ser interrogados por la KGB permitieron reconstruir los hechos.
Una última cosa relacionada con el dictador nos queda por ver en esta zona, justo al lado del Führerbunker. Se trata del Monumento a Georg Elser (Johann-Georg-Elser-Denkmal), consistente en una escultura con la silueta de su cara. Elser era un carpintero y mecánico alemán que pasó a la fama por ser el artífice de uno de los más de veinte intentos de asesinato que sufrió Hitler, quizás el que estuvo más cerca de conseguirse. El 8 de noviembre de 1939, Elser puso una bomba con temporizador en la cervecería Bürgerbräukeller de Múnich (que ya no existe), donde Hitler iba a dar un mítin ante su partido. Para ello, fabricó las piezas él solo se escondió cada noche en el local durante un mes para preparar todo; Elser había trabajado en una fábrica de armamento durante la Primera Guerra Mundial donde aprendió a usar detonadores y mecanismos de relojería. Ese día iba a volver en avión a Berlín después del discurso pero por el mal tiempo, le aconsejaron que tomara el tren, por lo que tuvo que salir un poco antes de la cervecería y cuando explotó la bomba, él ya no estaba. Georg Elser fue capturado, llevado al campo de concentración de Dachau y ejecutado por orden de las SS el 9 de abril de 1945, muy poco antes de que acabara la guerra. Hoy en día, Elser es recordado como una persona valiente que por tan solo 13 minutos estuvo a punto de cambiar la historia. Hay una película sobre este acontecimiento llamada 13 minutos para matar a Hitler (2015), para el que esté interesado.
Pequeñas áreas del barrio de Mitte:
→ Friedrichstraße, una de las calles comerciales más populares de la ciudad.
→ Otro lugar interesante para ver es los alrededores de Hackescher Markt, con numerosos restaurantes, bares y un ambiente muy animado de noche. Siguiendo por la zona, merece la pena cenar en alguna de sus terrazas y pasear por los famosos Hackesche Höfe, ocho patios comunicados accesibles desde la calle Rosenthaler Straße, que albergan tiendas y algún que otro restaurante. En el número 39 de esta calle, destaca el Pasaje Arte Independiente, un callejón repleto de arte callejero al más puro estilo berlinés.
→ Friedrichstraße, una de las calles comerciales más populares de la ciudad.
→ Otro lugar interesante para ver es los alrededores de Hackescher Markt, con numerosos restaurantes, bares y un ambiente muy animado de noche. Siguiendo por la zona, merece la pena cenar en alguna de sus terrazas y pasear por los famosos Hackesche Höfe, ocho patios comunicados accesibles desde la calle Rosenthaler Straße, que albergan tiendas y algún que otro restaurante. En el número 39 de esta calle, destaca el Pasaje Arte Independiente, un callejón repleto de arte callejero al más puro estilo berlinés.
Hackescher Markt
→ Al norte de Hackescher Markt se encuentra el barrio judío, donde predomina la Nueva Sinagoga de Berlín (Neue Synagoge Berlin) y su hermosa cúpula dorada; la mayor parte del edificio fue reconstruido. Paseando por la calle Große Hamburger Straße, encontraremos lo siguiente: el cementerio judío (Jüdischer Friedhof Berlin); “la casa desaparecida”, que es un solar vacío como homenaje a las víctimas del Holocausto; y dos edificios que aún muestran los daños causados por las balas y las bombas (números 28 y 29). La mayoría de los edificios de este barrio quedaron seriamente dañados tras la Noche de los Cristales Rotos (9 de noviembre de 1938). Como curiosidad, al igual que en otras ciudades alemanas, en los pavimentos de las aceras se encuentran pequeñas placas doradas –llamadas Stolperstein en alemán– con los nombres de las víctimas asesinadas durante la guerra, frente a los portales de sus viviendas.
Tiergarten
Este barrio alberga el principal parque de Berlín que rodea la Columna de la Victoria, tal y como hablamos más abajo en la sección de parques. En su perímetro, se sitúa el edificio del Reichstag, sede del parlamento alemán (Bundestag) desde 1999. Conviene aclarar que Reichstag es el nombre del parlamento del Imperio Alemán desde su creación en 1871 (Reich es Imperio); como Alemania ya no es un imperio sino un país, la palabra correcta actual es Bundestag, y Reichstag se ha quedado como nombre del edificio. El edificio se construyó en 1894 en estilo neoclásico, con el lema en su fachada “Dem Deutschen Volke”, que se traduce como “Para el pueblo alemán”. En este edificio se reúne cada cinco años la Asamblea Federal (Bundesversammlung) para elegir al Presidente Federal de Alemania.
Lo más famoso del mismo es su cúpula. Y es que la original fue destruida durante el conocido incendio del Reichstag de 1933,
año en que el partido nazi subió al poder. Los historiadores hablan de
un hecho clave para ese alzamiento del partido de Hitler, pues nunca se
llegó a demostrar el autor del incendio, pero el NSDAP acusó, sin
pruebas, a un obrero comunista neerlandés quien acabó confesando el
crimen tras ser sometido a terribles torturas. En este contexto, pocas
semanas antes del incendio, se aprobó un decreto para perseguir y
arrestar a comunistas, así como suspender su partido. Por eso, se cree
que fueron los propios nazis los causantes del incendio y lo usaron como
pretexto para acabar con los comunistas. Ya en 2008, se retiraron los
cargos por los que el obrero neerlandés fue condenado y ejecutado en
1933.
El
parlamento, por tanto, fue reconstruido y coronado por una cúpula
acristalada diseñada por Norman Foster. Es un ejemplo perfecto de
arquitectura funcional, ya que la cúpula se fabricó en este material
para que la luz natural pudiera entrar en la sala de plenos e incluso se
puso una especie de cortina que va girando conforme lo hace el sol para
que no haya reflejos.
Merece
la pena por tanto visitarla, ya que, además, puede visitarse de forma
gratuita, con audioguía en español incluida, pero es obligatorio
reservar las entradas con antelación: o bien en la oficina situada
frente al edificio (suele haber largas colas) o bien por internet.
En temporada alta es conveniente reservar con, al menos, 2 semanas de
antelación. También se puede visitar una sesión del parlamento, aunque
en este caso hay un horario más restringido ya que no siempre hay.
En
el interior de la cúpula hay una serie de paneles explicativos sobre la
historia del parlamento. Tanto desde la azotea como desde la parte más
alta de la cúpula, se tienen unas vistas espectaculares de toda la
ciudad. La visita, en total, nos llevó una hora más o menos.
Al sur del Tiergarten, llegamos a otro núcleo de Berlín: la Potsdamer Platz. Fue destruida casi por completo en la Segunda Guerra Mundial y reconstruida a finales del siglo XX por numerosos y reconocidos arquitectos. Por ello, encontraremos reunidas en una misma plaza obras de Renzo Piano o Richard Rogers. El Sony Center, de Helmut Jahn, preside la plaza, albergando restaurantes, tiendas y un cine –la mayoría a precios elevados–.
Para los interesados en arquitectura, cerca de la plaza (Potsdamer Straße, 50) se encuentra la Neue Nationalgalerie, uno de los edificios más importantes del famoso arquitecto alemán Mies van der Rohe (1886-1969).
FRIEDRICHSHAIN-KREUZBERG
Vamos con el siguiente distrito. Igual que Berlín-Mitte constaba de 6 subdistritos, este cuenta con dos: Friedrichshain y Kreuzberg, fusionados desde 2001.
Friedrichshain
Friedrichshain
Al norte del río Spree, en su orilla, se encuentra el trozo más largo conservado del Muro de Berlín, la denominada East Side Gallery, que mide 1,3 kilómetros de longitud de los 162 totales. Esta parte se decidió pintar al final de la caída del muro con obras de reconocidos artistas, entre las que destaca el beso entre Brézhnev (secretario general del Partido Comunista de la URSS) y Honecker (secretario general del Partido Socialista de la RDA) y un mural del popular Trabi cruzando el muro. El Trabi era el coche más emblemático de la Alemania del Este (RDA), que era un apodo cariñoso procedente de la palabra “Trabant”, que significaba “satélite” en ruso, en honor al satélite soviétivo Sputnik que fue el primero en ser enviado al espacio. El primer Trabi se fabricó en 1957 y el último en 1991.
Mural del Trabi en la East Side Gallery
Lo mejor es bajarse en la parada de S-Bahn Berlin Ostbahnhof, recorrer el muro y acabar a la altura del puente Oberbaumbrücke, donde podéis coger el metro en la parada de Warschauer Straße. El mural del beso, por ejemplo, se encuentra al final, prácticamente al lado del puente.
El puente Oberbaum (Oberbaumbrücke), de hecho, es otra de las fotos más bonitas de Berlín, con el metro amarillo pasando sobre sus raíles, con un marcado contraste con el rojo del edificio. Se construyó en 1896 con ladrillo rojo y en estilo neogótico, mide unos 150 metros de longitud y tiene dos icónicas torres distintas entre sí, una es redonda y la otra octogonal.
Además de cruzar el río Spree, el puente es la frontera entre los subdistritos de Friedrichshain y Kreuzberg y es muy simbólico ya que albergó el primer tramo de metro (U-Bahn) cuando se inauguró en 1902. Al estar en una zona junto al río, el terreno era demasiado pantanoso y húmedo que no permitían construir túneles seguros, así que se decidió que el tren no fuera subterráneo, sino que pasara por arriba. Posteriormente, durante la Guerra Fría, el Oberbaumbrücke fue un punto fronterizo que dividía Berlín Este de Berlín Oeste, cerrándose el paso a los vehículos, incluido el metro. En 1972 se abrió el paso a peatones y, a finales de la década, se destruyeron las torres y parte del viaducto del metro. Tras la Reunificación Alemana, en la década de 1990, se restauró gran parte del puente incluidas sus torres, de hecho la parte central fue obra del español Santiago Calatrava. Por tanto, las torres no son originales pero sí respetaron el diseño neogótico original. En lo alto de una de ellas vemos una figura del oso de Berlín y, en la otra, el águila de Brandeburgo, representando el vínculo entre dos regiones históricamente unidas.
El oso de Berlín, por cierto, es uno de los símbolos de la ciudad, de hecho, también aparece en su escudo de armas desde el siglo XIII.
Kreuzberg
Pasamos a ver Kreuzberg, el barrio con más personalidad, más multicultural, con numerosos restaurantes y bares a lo largo de la calle Oranienstraße y sus perpendiculares. También es conocido como el barrio turco de Berlín e incluso la “Pequeña Estambul” debido a la gran cantidad de turcos que vinieron en las décadas de 1960 y 1970 por una iniciativa del gobierno de Alemania Occidental de trabajadores invitados (Gastarbeiter), ya que necesitaban mano de obra urgente para ayudar al país a reconstruirse y seguir creciendo económicamente tras la Segunda Guerra Mundial. Originalmente era un barrio principalmente de turcos, pero actualmente hay gente de todo el mundo, resultando en un área multicultural cuyo ambiente mediterráneo y alegre de sus terrazas invita a pasear y comer por esta animada zona.
En la frontera entre Kreuzberg y Berlin-Mitte se sitúa la puerta o punto de control de paso más famoso del Muro de Berlín, el Checkpoint Charlie. En general, era un paso usado por diplomáticos, turistas y extranjeros del bando occidental para acceder a Berlín Este, por eso el famoso cartel “Está usted abandonando el sector americano”; en el otro sentido, los ciudadanos del este no podían pasar hacia el oeste, lo tenían que intentar ilegalmente saltando el muro, lo que muchas veces acabó en la muerte por disparos de la policía fronteriza. La caseta de control que hay actualmente es una répilica inaugurada en agosto del 2000, ya que la original quedó destruida. Visitad ambos lados y fijaos que, en grande, se exponen las fotos de los dos últimos soldados que controlaban el paso fronterizo antes de que las fuerzas aliadas abandonaran definitivamente Berlín. A cambio de una propina, te puedes sacar una foto frente a los sacos del Checkpoint y te la imprimen en una hoja de periódico de época.
Una cosa que nos preguntábamos es por qué el nombre de Charlie. Pues resulta que este era el tercer puesto de control, y estos estaban ordenados alfabéticamente: en el alfabeto fonético de la OTAN, la C se identifica con el nombre Charlie. Por ejemplo, los puestos Checkpoint Alpha y Checkpoint Bravo se encontraban en Helmstedt y Dreilinden, respectivamente.
Si tenéis tiempo, una vez hayáis paseado por este barrio, podéis subir a la colina de Kreuzberg, que es el origen del nombre del barrio. Como la colina está rodeada por el parque Viktoriapark, hablaremos abajo en el apartado de parques.
CHARLOTTENBURG-WILMERSDORF
Este es otro de los 12 distritos de la ciudad, situado a la izquierda de Berlin-Mitte. Lo más atractivo para visitar es la plaza de Breitscheidplatz. En ella se encuentra la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm (Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche) que seguro habréis visto en postales, fotos o desde algún punto alto de Berlín ya que se encuentra en ruinas. La iglesia se construyó en 1895, fue parcialmente destruida en 1943 tras el ataque aéreo británico durante la Segunda Guerra Mundial y desde entonces se decidió no reconstruirla y que permaneciese como memorial. Su interior se puede visitar gratuitamente aunque lo más bonito es su fachada, sobre todo la del reloj.Este lugar es también tristemente recordado por el atentado que se produjo en diciembre de 2016 con el atropello multitudinario durante el mercadillo navideño que tenía lugar en esta misma plaza y por el cual murieron 11 personas.
Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm
A un lado de la plaza discurre la calle Kufürstendamm, para los berlineses conocida simplemente como Ku'damm. El que antiguamente fuera el centro neurálgico de Berlín Oeste hoy en día se ha convertido en un inmenso bulevar de tiendas, centros comerciales, oficinas y hoteles. Ku'damm tiene 3,5 kilómetros de largo y está ubicada entre Breitscheidplatz y Halensee.
Museos destacados en Berlín
No es ningún secreto que Berlín goza de una oferta cultural envidiable. Vamos a repasar los museos más importantes, divididos por su localización.
En la Isla de los Museos:
En la Isla de los Museos:
- Altes Museum: Del arquitecto Schinkel, el hermoso edificio clasicista del siglo XIX alberga obras del mundo antiguo. Horarios y precios en su página web. Es el edificio que está en la misma plaza que la Catedral de Berlín.
- Neues Museum: Destaca la colección sobre el Antiguo Egipto con el archiconocido busto de Nefertiti. Horarios y precios en su página web.
- Pergamon Museum: El más conocido e importante, uno de esos que hay que visitar alguna vez en la vida. Su punto fuerte es que presenta reconstrucciones de edificaciones antiguas a escala real, es decir, son edificios originales que arqueólogos alemanes trajeron en piezas para reconstruirlos aquí. Consta de tres partes: colección de antigüedades clásicas donde destacan el Altar de Pérgamo (180 - 160 a.C.), un altar del Período helenístico de la antigua ciudad griega de Pérgamo, y la puerta del mercado de Mileto (165 d.C.), también antigua ciudad griega; el museo de Oriente Próximo, con objetos y construcciones de Sumeria, Babilonia y Asiria, lo que hoy en día serían Irak, Siria y Turquía, siendo la Puerta de Ishtar (en Babilonia) el culmen de esta sección; y el Museo de Arte Islámico, donde destaca la Fachada de Mushatta y la Sala de una casa de Aleppo. En caso de que tengáis poco tiempo, este es el museo más recomendable para visitar, aunque está siendo rehabilitado y el proceso durará varios años, así que mirad bien la web oficial antes de ir. Horarios y precios en su página web.
Puerta de Ishtar en el Pergamonmuseum
En Berlin-Mitte y Tiergarten:
- Museo de la RDA (DDR Museum): Muestra la vida de los ciudadanos de la RDA, sus objetos, su vida cotidiana. Incluye un Trabi y una vivienda al completo. Lo interesante es que es un museo interactivo: todos los objetos pueden tocarse, escucharse, e incluso probarse. Muy recomendable y divertido. Dependiendo del día y la hora puede que haya un poco de cola. Horarios y precios en su página web. El museo no es muy grande y se puede visitar en poco más de una hora.
- Museo Judío (Jüdisches Museum Berlin): Exposición de la historia de los judíos en Europa, a lo largo de siglos de historia. Lo más interesante es el edificio que lo contiene, de Daniel Libeskind: con sus espacios, recovecos, colores y recorridos consigue provocar sensaciones en el visitante como cierto agobio, miedo o mareo, evocando los sentimientos sufridos por los judíos durante el Holocausto. El primer domingo de cada mes la entrada es gratuita; todos los precios en su página web.
- Topografía del Terror (Topographie des Terrors): Museo sobre el Tercer Reich ubicado justo en los solares donde se alzaban los edificios de la Gestapo en Berlín. Situado junto a un trozo de muro, el museo consta de dos partes: una interior sobre la Gestapo y otra exterior sobre la propaganda utilizada por los nazis. Contiene una completa exposición de fotos y textos explicativos sobre la guerra, sus víctimas y, sobre todo, sus verdugos. La entrada es gratuita y el horario es de 10 a 20h. Los textos están en inglés y alemán, pero hay audioguías en castellano. *Zeichentrick "Mit der Seilbahn über die Mauer" - Justo detrás del muro que hay junto al museo, en plena calle, encontramos unos paneles que ilustran un cómic sobre un caso real en que una familia cruzaba dicho muro en tirolina. Lo único es que los textos están en alemán, aun así merece la pena verlo ya que más o menos se entiende con los dibujos.
- Berlin Wall Memorial (Dokumentationszentrum Berliner Mauer): Museo sobre el Muro de Berlín y la Guerra Fría. Desde la última planta se pueden ver algunos restos, reformados, del muro. La entrada es gratuita.
Parques de Berlín
Berlín tiene de muchas áreas verdes y siempre es agradable pasear por alguno de sus varios parques mientras descansamos de visitar monumentos y museos. Junto al río Spree destaca, por ejemplo, el Treptower Park, con el famoso Monumento de Guerra Soviético, que conmemora la victoria frente al nazismo y recuerda a los soldados soviéticos que murieron en ello. Otro es el Mauerpark, parque con mucho ambiente donde los domingos, además, hay un mercadillo.
Tiergarten es otro de esos enormes parques que tiene la ciudad. Su nombre se traduce literalmente como “jardín de animales”, ya que originalmente se concebió como coto de caza para la realeza prusiana. Tras la Segunda Guerra Mundial, el parque quedó destruido, y los berlineses lo usaron como huertos improvisados para cultivar alimentos básicos y sobrevivir durante la posguerra. Actualmente, en uno de sus extremos se halla el Zoológico de Berlín (Tiergarten significa también zoo) y su centro neurálgico es la llamada Columna de la victoria (Siegessäule), erigida en honor a la victoria de Prusia y el Imperio Austriaco en la guerra pruso-danesa de 1864-71. Se puede subir a ella por 4€. También en este parque hay un Monumento a Otto von Bismarck (Bismarck-Nationaldenkmal), el artífice de la unificación alemana en 1871.
El último parque destacado es Victoriapark, parque que rodea la pequeña colina de Kreuzberg, desde donde se puede ver la puesta de sol y un poco el skyline de Berlín. El lugar donde se reúne la gente es junto al Monumento Nacional a las Guerras de Liberación (Nationaldenkmal für die Befreiungskriege), diseñado por Karl Friedrich Schinkel en estilo neoclásico e inaugurado en 1821, que conmemora la victoria de Alemania en las guerras de liberación (1813-1815) contra la ocupación de Napoleón. Y una cosa curiosa, el barrio tomó el nombre de esta colina, que se llama Kreuzberg, una combinación de las palabras alemanas "Kreuz" (cruz) y "Berg" (montaña o colina), en referencia a la cruz de hierro que forma parte del monumento y que se encuentra en esta colina.
Más alternativas en Berlín
Si disponéis de muchos días en la ciudad, podéis dedicar medio a dar una vuelta por Tempelhofer Feld, lugar que ocupaba el antiguo aeropuerto de Tempelhof, que ya no está en funcionamiento y fue convertido en 2010 en un espacio o parque público. Por un lado se puede ver el edificio del aeropuerto en sí por medio de una visita guiada y, por otro, pasear por las pistas libremente, hoy en día convertidas en parque donde la gente sale a correr, montar en bici e incluso hacer barbacoas. Es un sitio muy apreciado por los berlineses, de hecho en 2014 hubo un referéndum ciudadano para ver si construían viviendas en el perímetro del parque ante la escasez de alojamiento y la población votó que no, que quería mantenerlo tal y como está.
Otra actividad guay, especialmente si hace buen tiempo y os gustan los lagos es dar un paseo en barco por el lago Wannsee, o ir en kayak por el río Spree.
Por otro lado, entre septiembre y octubre tiene lugar un evento extraordinario: el Festival of Lights, en el que gran parte de los principales monumentos de la ciudad se iluminan de manera espectacular. Podéis buscar fotos en internet para terminar de convenceros.
La plaza Bebelplatz durante el Festival of Lights
¿Dónde comer en Berlín?
Berlín es una ciudad con una oferta gastronómica inmensa, nosotros vamos a mencionar resturantes previamente recomendado por amigos que viven aquí.- Mustafa's Gemüse Kebap - Situado al sur del barrio de Kreuzberg, concretamente en la calle Mehringdamm 32, se encuentra el kebab más famoso de la ciudad. Nosotros no somos muy aficionados del kebab pero este está realmente bueno, no hay más que ver las largas colas que se forman siempre, casi a cualquier hora. La clave de su éxito es el kebab de verduras (Gemüsekebap), que no solo lleva la habitual ensalada de lechuga, sino verduras a la plancha, coronado con queso fresco y un toque de limón. Os animamos a probarlo, sabiendo además que aquí en Berlín se inventó el kebab del modo que se conoce en Europa, obra de un turco, eso sí.
- Para los que no quieran esperar colas de hasta 2 horas dependiendo del día y la hora, podéis ir a otros sitios cuya receta es similar y saben prácticamente igual de ricos: K'Ups Gemüsekebap, en la calle Kastanienallee, y Rüyam Gemüse Kebab, el cual tiene dos puestos en la ciudad.
- Konnopke's Imbiss - toda una institución en Berlín. Abrieron en 1930 y desde 1960 empezaron a servir Currywurst (salchichas con ketchup y polvos de curry), lo que les valió para convertirse en el primer local de esta comida de Berlín Este. El primero de Berlín Oeste, y de toda Alemania, fue un puesto de una señora llamada Herta Heuwer en el barrio de Charlottenburg, que ya no existe. Por tanto, el Konnopke's Imbiss es el sitio más antiguo de Currywurst de Alemania que sigue en pie. Hay otros sitios buenos para probar este típico plato berlinés, como Curry 36, Curry 61 o Curry Wolf. Es un plato en que lo importante no es la salchicha sino la salsa, es lo que diferencia a un sitio de otro. Es una buena idea para los que no quieran gastar mucho dinero en comida, o para tomar un aperitivo cuando os entre la gusa.
- Burgermeister Schlesisches Tor. Para los amantes de la comida callejera, no podéis dejar de probar esta hamburguesería, ubicada en unos antiguos baños públicos de 1920 bajo las vías del tren, justo enfrente del East Side Gallery. Tiene otras filiales en la ciudad pero esta es la original y más emblemática, ya que representa muy bien el espíritu alternativo de Kreuzberg. Es muy famosa, así que siempre suele haber cola.
- Markthalle Neun - un mercado con puestos variados y mesas en el centro para comer. Es mejor venir los jueves, pues hay puestos de comida callejera y abren hasta las 22:00, ya que de normal cierran a las 18:00.
- Da Vinci - Por la zona de Friedrichstraße comimos en este restaurante italiano, bueno y de raciones contundentes.
- Café Albrecht - También por Friedrichstraße está este sitio más pequeño que sirve desayunos y platos para comer sin perder mucho tiempo a buen precio.
- The Bird - Una de las hamburgueserías con más fama de Berlín. Tiene, de hecho, una filial en Hamburgo, aunque este es el original.
- Grill Royal - Este es un sitio de más categoría, su especialidad son las carnes. Los precios son considerablemente altos, por lo que suele ser un sitio para ocasiones especiales.
- Restaurantes asiáticos como Vinpearl (vietnamita), 26 Shibuya (japonés), Hako Ramen Prenzlauer Berg (ramen) y Kimchi Princess (barbacoa coreana).
- Mutter Hoppe - En la calle Rathaus Straße, en el barrio Nikolaiviertel, el local Mutter Hoppe ofrece comida
tradicional alemana deliciosa a buen precio, y la decoración merece una
visita por sus múltiples habitaciones.
En cuanto a bares, recomendamos Meisterschueler que es un sitio elegante de cócteles cerca de Friedrichstraße; Club der Visionaere a orillas del río Spree, An einem Sonntag im August, especialmente recomendable para media tarde, y Klunkerkranich, una azotea en la última planta de un centro comercial ideal para tomar algo viendo el atardecer sobre el skyline de Berlín (solo abre de jueves a sábado por la tarde). Otro curioso es el Berliner Republik, donde las distintas cervezas funcionan como la bolsa, es decir, sus valores suben y bajan cada cierto tiempo, se pueden ir viendo en una pantalla que hay en el bar.
También es bien sabido que la vida nocturna de Berlín es increíble. Algunas de las discotecas recomendadas por amigos nuestros que viven aquí son: SchwuZ (club gay), Lido (de indie/rock), Suicide Circus Club (techno), Sisyphos (techno), Ritter Butzke (techno) y Tresor (techno).
Excursiones desde Berlín
A continuación os enumeramos las excursiones más típicas y recomendables que se pueden hacer desde Berlín. Los horarios los podéis comprobar en la página de la Deutsche Bahn.
→Campo de concentración de Sachsenhausen. Hay que llegar hasta la ciudad de Oranienburg en tren regional (unos 30 minutos) y de ahí coger el bus 804 dirección Malz y bajándonos en la estación “Gedenkstätte” (unos 10 minutos)
→Potsdam. Es la ciudad más cercana que merezca la pena visitar. Se tardan tan solo 25 minutos en tren regional o 35 minutos en S-Bahn.
→Dresde. En tren de alta velocidad (ICE / EC) se tardan unas 2 horas; sin embargo, si decidimos ir en trenes regionales son 3 horas y pico haciendo dos o tres transbordos. Alternativamente se puede coger un autobús de Flixbus directo que dura 2 horas 40 minutos, sin duda la opción más barata.
→Wolfsburgo. En tren de alta velocidad (ICE) es tan solo 1 hora; sin embargo, si decidimos ir en trenes regionales son 3 horas ya que no hay directos y hay que hacer uno o dos transbordos.
→Wolfsburgo. En tren de alta velocidad (ICE) es tan solo 1 hora; sin embargo, si decidimos ir en trenes regionales son 3 horas ya que no hay directos y hay que hacer uno o dos transbordos.
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