Milán (Milano en italiano) es la capital de la región de Lombardía y cuenta con cerca de 1,4 millones de habitantes. Aunque pueda parecer lo contrario, es una ciudad con muchas cosas para hacer tanto en la propia urbe como en los alrededores por lo que nosotros le dedicamos 4 días completos: dos para Milán y dos para hacer excursiones, como os contamos al final del artículo.
¿Cómo llegar a Milán?
Una de las razones por las que Milán recibe muchos turistas al año es porque está muy bien conectada con toda Europa, gracias en parte a sus tres aeropuertos cercanos:
✈Aeropuerto de Milano Linate (LIN) – es el más cercano a la ciudad. Al ser el más cercano es también el más barato ya que se puede ir al centro y viceversa con un el bus urbano número 73. Sale cada 10-15 minutos y el trayecto dura 45-50 minutos hasta Piazza Diaz, junto al Duomo. El precio 2€ que es el ticket sencillo y vale para 1h30 por lo que desde Piazza Diaz puedes hacer transbordo y coger otra línea que te venga mejor. No se puede comprar directamente en el bus, has de comprarlo en las máquinas que hay en la parada. Nada más salir por la puerta del aeropuerto, la parada está a la derecha.
Otra opción es el Linate Shuttle que te deja en Milano Centrale o en Piazzale Dateo. Precio 5€ si se compra online o 7€ en el propio bus. Y otro similar es Starfly, también 5€ y también te deja en Milano Centrale.
✈Aeropuerto de Milano Malpensa (MXP) – situado a unos 50 Kilómetros de la ciudad. Conecta con el centro en autobús (Malpensa Shuttle, 1h10, 10€ trayecto ó 16€ ida/vuelta) o en tren (Malpensa Express, 50 minutos a Milano Centrale, 13€ trayecto).
✈Aeropuerto de Orio al Serio (BGY) – situado en la ciudad de Bérgamo. El llamado Orio Shuttle conecta el aeropuerto con Milano Centrale por 10€ el trayecto.
🚅En caso de que vengáis en tren desde otra ciudad italiana o de países colindantes, lo normal es que lleguéis a la estación central de trenes, llamada Milano Centrale. Los horarios de trenes los podéis ver en la web de Trenitalia.
🚌Y si llegáis en autobús en empresas como Flixbus, probablemente lleguéis a la estación de Lampugnano o San Donato M3, ambas un tanto alejadas del centro en cualquier caso.
¿Cómo moverse por Milán?
Como en todas grandes ciudades existe una tarjeta turística que incluye acceso gratuito o con descuento a algunos edificios, así como uso ilimitado del transporte público. Se llama Milano Card y los hay de 1 día (11,5€); 2 días (17,5€) y 3 días (19,5€). Nosotros no la cogimos pues de lo que teníamos pensado visitar no incluye la mayoría de cosas.
Si tan solo queréis hacer uso del transporte público, hay asimismo varios tickets: 1 día (7€), 3 días (12€) y de 10 viajes (18€), todos para la zona Mi1/Mi3 (Mi2 no existe), que es todo el centro. Nosotros cogimos el de 3 días para movernos cómodamente entre barrios más alejados así como para ir y volver al hotel y al aeropuerto de Linate. El precio de un billete sencillo en Mi1/Mi3 es de 2€ y se puede usar durante una hora y media.
Importante: los tickets los tenéis que guardar hasta salir del metro, pues hay que pasarlo por los tornos otra vez para poder salir de la estación.
Taquillas para maletas en Milán
Si estáis de paso en la ciudad y queréis dejar las maletas temporalmente, en el piso de abajo de Centrale tenéis un depósito donde guardarlas, se llama Kibag. Fuera de la estación hay otros un poco más baratos, nosotros las dejamos en unas taquillas que hay en Via Pergolesi 22 llamadas Stow Your Bag (10€ 5 horas, 15€ todo el día y en la taquilla caben 2-4 maletas de mano, más o menos, dependiendo del tamaño).
¿Qué ver en Milán?
Vamos a dividir las cosas que ver por zonas: centro histórico, oeste, sur y norte de la ciudad.
Centro histórico
Aquí se encuentran los edificios y monumentos más turísticos e importantes y, por tanto, imprescindibles durante la visita a la ciudad.
Empezaremos por la Catedral de Milán (Duomo di Milano), sin duda alguno el icono número uno de la ciudad. Es una catedral de estilo arquitectónico gótico y culto católico que se comenzó a construir en 1386, si bien el proceso fue muy lento con continuas expansiones, mejoras, renovaciones y cambios de tal manera que se terminaría la obra seis siglos más tarde, en 1965. El resultado es una catedral de 157 metros de largo, lo que la convierte en la iglesia más grande de Italia, si contamos con que la Basílica de San Pedro pertenece a Ciudad del Vaticano.
El interior de la misma contiene numerosas obras y monumentos entre los que destacan la estatua de San Bartolomé de Marco da Agrate de 1562 en la que se representa al santo con su propia piel a modo de manto alrededor de su cuerpo. Por fuera, la estatua más representativa es la Madonnina, erigida en cobre dorado y colocada en el chapitel mayor en 1774.
El acceso a su interior es de 8.00-19.00 todos los días, el último acceso es a las 18:00. El precio es de 5€. También se puede subir a la terraza, aunque en este caso el precio es mucho más elevado: 15€ si subís por las escaleras y 20€ si lo hacéis en ascensor. Los tickets para todo esto se compran en las taquillas (biglietteria) que hay en el edificio enfrente de la catedral, por la parte derecha. Una vez tengáis los tickets, para visitar el interior de la catedral la cola empieza frente a ella; para subir a la azotea por las escaleras la cola nace por la parte de la izquierda; y para subir en ascensor la cola comienza en la parte trasera de la catedral.
El Duomo de Milán en la Piazza del Duomo
Si queréis obtener otra vista distinta de la catedral podéis subir al piso 7 del centro comercial Rinascente. No es que tenga unas vistas espectaculares, pero se pueden apreciar mejor las estatuas que hay situadas en la parte alta. La terraza pertenece a un bar por lo que os podéis quedar a tomar algo si queréis o simplemente echar un vistazo y marcharos.
Ahora nos dirigimos hacia la Piazza Mercanti, a escasos 2 minutos de la catedral, una antigua plaza de mercaderes donde en el siglo XIII orfebres, zapateros, sastres, y comerciantes de todo tipo se ganaban a diario el jornal. Varios importantes edificios se encuentran en esta plaza:
- Palazzo della Ragione, de 1233 y donde se trataban diversos trámites judiciales. A estos sitios de asuntos judiciales que tenían lugar en la región de Lombardía en el siglo XI se los conoce como “Broletto”.
- La Casa dei Panigarola, cuyo nombre proviene de la familia de notarios que poseía la casa hasta 1741. El edificio es del siglo XV en estilo gótico y, aunque ha sido restaurado en varias ocasiones, se ve que necesita una renovación.
- Loggia degli Osii, un palacio del siglo XIV construido en mármol y de estilo gótico. Como el anterior, el nombre proviene de la familia que era propietaria del recinto, los Osii.
- Palazzo delle Scuole Palatine, edificio construido en 1664 después de que el anterior sufriera un incendio.
A un lado de la Piazza del Duomo, que es la plaza donde está la catedral, nace la Galleria Vittorio Emanuele II, unas galerías comerciales coronadas por una gran cúpula de cristal y donde se encuentran las tiendas de las más lujosas marcas. No tiene pérdida pues es el gran arco que hay a la izquierda de la catedral, si la miramos de frente. Para entender el nombre, Vittorio Emanuele II (1820-1878) fue el primer rey de la Italia después de su unificación (1861). La calle que lleva el mismo nombre, Corso Vittorio Emanuele II es la calle comercial de la ciudad, bueno, una de tantas. Aquí encontraremos todas las tiendas de moda de prácticamente todas las marcas top actuales. Aunque no te interesen las tiendas es una avenida bonita de recorrer porque tiene ambiente y edificios y plazas interesantes a ambos lados.
Interior de la Galleria Vittorio Emanuele II
Seguimos por el centro para visitar el Teatro alla Scala, uno de los teatros con más historia del mundo. El nombre proviene de la iglesia Santa Maria alla Scala que se situaba en este lugar antes de su construcción en 1778. Se inauguró con el estreno de la ópera “L'Europa riconosciuta” de Antonio Salieri, el que mantuvo una potente rivalidad con Wolfgang Amadeus Mozart. La cantidad de grandes compositores y cantantes de ópera que han pasado por este teatro es incontable. Varias óperas de compositores de la talla de Vincenzo Bellini, Gioacchino Rossini, Giuseppe Verdi o Giacomo Puccini se estrenaron aquí. También se guarda especial cariño al director italiano Giorgio Strehler, quien dirigió muchas óperas y obras en este teatro.
La mejor opción para visitarlo es, lógicamente, asistir a una de sus óperas, aunque como los precios son muy altos siempre podéis optar por hacer una visita individual, como hicimos nosotros. Se pueden reservar por internet o ir personalmente en el momento que queráis. Nosotros fuimos espontáneamente y sin problema. La visita consiste en la vista del teatro desde arriba, es decir, no bajas a las butacas ni al escenario, y unas salas de exposición acerca de la historia del teatro y los distintos compositores que han pasado por él. Lo único es que a veces hay ensayos por lo que el teatro está a oscuras y no se puede apreciar bien. Esto nos sucedió a nosotros al entrar aunque por suerte acabó a los 15 minutos y pudimos verlo iluminado. Aquí tenéis los horarios y precios. También tenéis la opción de hacer una visita guiada, aunque solo en italiano, inglés o francés.
Histórico edificio del Teatro La Scala de Milán
Ahora nos vamos a dirigir a la Piazza Cordiuso para ver el famoso Starbucks Reserve Roastery, el primer Starbucks de Italia y un espectáculo de edificio, tanto por fuera como por dentro. Podéis entrar, verlo y salir, o quedaros a tomar algo si encontráis hueco, tarea difícil. Pero merece la pena echarle un vistazo.
Aún dentro del centro, pero desviándonos un poco hacia el noroeste vamos a acerarnos al Castello Sforzesco. Se trata de un castillo del siglo XV de la dinastía de los Sforza en Milán, que hoy en día alberga una serie de museos de arte. Se puede pasear por los alrededores y los patios interiores pero has de pagar para ver los museos. El que no tenga tiempo puede obviar esta visita, a nosotros no nos pareció que tuviera nada imprescindible. Si tenéis tiempo, adelante, pues el precio es asequible. Tiene varias salas: de arte antiguo, de instrumentos musicales, una armería, etc. y lo más destacado es la sala de Leonardo da Vinci (Sala delle Asse), quién ayudó a decorar alguna de las habitaciones del castillo en 1494, y la Sala de Michelangelo donde se encuentra la Piedad Rondanini (Pietà Rondanini), su última escultura antes de fallecer. Aquí tenéis los precios y horarios.
Muy cerca del castillo tenemos la Pinacoteca di Brera, que alberga la colección de pinturas más importante de Milán. Obras de los mejores pintores italianos y europeos como Canaletto, Rafael, Tintoretto, Tiziano, El Greco, Caravaggio, Rembrandt o Rubens, entre muchos otros, están expuestas en este museo. En su página web se pueden ver los horarios y precios. Importante, no se venden entradas en el propio museo, hay que reservarlas por internet (veréis el enlace a la página de venta en la parte de la izquierda de su web).
Como visita extra, de manera opcional dependiendo de los gustos de cada uno, podéis acercaros a visitar el Santuario de San Bernardino alle Ossa, famosa por tener una capilla compuesta por huesos y cráneos humanos provenientes de un cementerio que había en este mismo lugar anteriormente. Cuando el cementerio se quedó sin espacio, se decidió almacenar los huesos en un osario, y posteriormente se erigió este santuario en torno a él. Lo ponemos como opcional porque puede no ser del agrado de todos. El acceso es gratuito y abre todos los días hasta las 18:00 menos los domingos, que cierra a las 12:00.
Oeste de Milán
Al oeste de la almendra central vamos a visitar varios edificios emblemáticos. En primer lugar la Basilica di Sant'Ambrogio, una iglesia de estilo románico reconstruida en 1099 para modernizarla. Es una iglesia distinta a las que veremos en la ciudad ya que está hecha principalmente en ladrillo. Llaman la atención las torres desiguales: la torre más bonita y alta era la torre de los monjes (Torre dei Monaci) quienes la financiaron con las donaciones del pueblo durante la misa; la torre más menuda y austera es la torre de los canónigos (otra categoría de menor rango dentro de la jerarquía de la iglesia católica). Se puede acceder a su interior gratuitamente.
Patio porticado de la basilica di Sant'Ambrogio
Seguimos bordeando la almendra y para visitar la iglesia de Santa Maria delle Grazie y su convento, cuya principal atracción es ver el cuadro original de La Última Cena (Il Cenacolo en italiano, The Last Supper en inglés), obra de Leonardo da Vinci de 1498. Da Vinci la pintó sobre una de las paredes del convento y ahí sigue desde entonces. Lógicamente es una de las atracciones principales de Milán por lo que la demanda es tremenda, hay que estar atento para coger horario para la visita. También hay algunas fotos de cómo protegieron el cuadro para que sobreviviera a la Segunda Guerra Mundial y las labores de restauración del mismo.
Se reserva online desde esta web aunque hay que saber que solo salen unos pocos horarios disponibles ya que el resto se guardan para tours privados. También hay que saber que si se intenta reservar a la hora que hay algún tour organizado (inglés 9.30, 11.30, 15.00, 17.00, italiano 10.30, 12.30, 16.00, 18.00) no se puede adquirir solo la entrada, sino que estás obligado a contratar el tour, que es más caro claro está. Si no quieres tour, hay que escoger otro horario. Cada 3 meses más o menos desbloquean los horarios para los próximos 3 meses, así que hay que estar atento a cuando abran el calendario porque las plazas vuelan. El precio es de 15€ por adulto, estudiantes gratis, y 8€ de suplemento si se coge un horario con tour. Otra opción para reservar los tickets es llamando por teléfono (inglés o italiano), aunque hay que armarse de paciencia para que te cojan el teléfono.
El día de la visita primero tendréis que ir a las taquillas (biglietteria), mostráis el correo de compra con el código y os darán las entradas. Después se formará otra cola junto al edificio amarillo que hay a la izquierda de la iglesia para acceder a ver el cuadro. Lo dicho, primero hacer cola para la biglietteria (a la izquierda del edificio amarillo) y después cola en el edificio amarillo. La visita en sí dura apenas 15 minutos, pero hay que estar una media hora antes para hacer estos trámites. Esto se encuentra en el convento, después podéis visitar la iglesia en sí, que tiene otra entrada distinta.
Sur de Milán
En el sur de la almendra central vamos a ver las Columnas de San Lorenzo (Colonne di San Lorenzo), los únicos restos de la época romana que quedan en Milán. Hay un total de 16 columnas de mármol que probablemente sustentaban un templo en los siglos II ó III cuando Milán era la capital del Imperio Romano de Occidente (286-402 D.C.). Hoy en día es lugar de reunión de jóvenes por la tarde noche por lo que tiene siempre un gran ambiente.
Columnas de San Lorenzo
Frente a las columnas se alza imponente la Basílica de San Lorenzo (Basilica di San Lorenzo), que también existía ya en la época romana, si bien ha sido reconstruida en múltiples ocasiones, como es lógico. Lo cierto es que es la más sencilla de las que hemos visto durante el viaje, consta de una planta circular con varias capillas a su alrededor. Imaginamos que su fama reside en encontrarse frente a las columnas romanas.
La plaza de las columnas y la basílica se encuentra a tan solo diez minutos andando de la Piazza 24 Maggio, la plaza que da el inicio al barrio de Navigli que tan de moda está desde hace unos años. La verdad es que es una zona guay porque está repleta de bares alrededor de canales de agua y en cuanto empieza a caer la tarde noche se llena. Además, el último fin de semana de cada mes tiene aquí lugar un mercadillo de antigüedades en el que ambos lados del canal se llenan de puestos de diversos puestos de libros, sellos, mobiliario, etc.
Barrio de Navigli por la tarde noche en Milán
Norte de Milán
Un pelín a las afueras del centro, aunque tampoco mucho, recomendamos ver el Cementerio Monumental (Cimitero Monumentale), quizás la atracción más interesante fuera de las típicas. Se trata de un cementerio muy especial ya que alberga una gran cantidad de esculturas de artistas de renombre, es prácticamente como un museo al aire libre. Las tumbas más famosas son La Última Cena, donde descansan los restos de la familia Campari (los de los licores); el mausoleo de Antonio Bernocchi; y la tumba de la familia Morgagni. Por otro lado, importantes personalidades están enterrados aquí como premios Nobel de literatura, políticos, músicos, arquitectos, pintores como Francesco Hayez y personajes del mundo del deporte relacionados con el A.C. Milán como su fundador Herbert Kilpin y jugadores como Cesare Maldini (padre de Paolo Maldini) y Giuseppe Meazza, quien da nombre al estadio actualmente. Hay paneles informativos con las tumbas arquitectónicamente más destacadas, no de cuyas personas fueron más famosas en vida.
Como información general, el cementerio se inauguró en 1866, y abre de martes a domingo de 8:00 a 18:00, acceso gratuito.
Desde aquí vamos a ir a ver el Bosco Verticale, una obra arquitectónica que siempre aparece entre los edificios más curiosos y bonitos, ha ganado incluso varios premios. Se trata de dos rascacielos inaugurados en 2014 cuyas fachadas están recubiertas de densa vegetación. Realmente, si nos fijamos bien, veremos que los árboles están sujetos con cuerdas al techo, por eso todos están tan verticales y tan bien puestos. Junto a estos edificios se encuentran otros grandes rascacielos de grandes corporaciones y bancos como Unicredit, HSBC, etc.
Bosco Verticale se encuentra justo en el límite del barrio de Isola, el cual merece sin duda una visita. Isola es un barrio bohemio, lleno de bares, restaurantes, heladerías, etc. Nosotros nos acercamos a media tarde, dimos una vuelta y tomamos el típico aperitivo italiano en el Bar Frida, un sitio guay con buen ambiente en su patio interior.
Más cosas por el norte Milán, la estación central de trenes, Milano Centrale. La estación en sí es una obra maestra de la arquitectura. Se construyó en 1931 y entre los muchos estilos que se pueden ver en ella, destacan quizás el Art Nouveau y Art Déco.
La última parada que vamos a ver en esta zona es la Plaza de Loreto (Piazzale Loreto), un lugar con mucho significado histórico ya que aquí se colgó el 29 de abril de 1945 a Benito Mussolini y su amante, Clara Petacci, tras haber sido capturados fusilados el día anterior cerca del Lago de Como en su huida hacia Suiza cuando vio que la derrota alemana era inevitable. Esta exposición pública de sus cuerpos colgados de pies está documentada, podéis buscar las imágenes en internet. Hoy en día, en uno de los extremos de la plaza, hay colocado un Monumento a los mártires de la masacre del 10 de agosto de 1944, cuando 15 partisanos fueron fusilados en esta misma plaza por soldados fascistas y sus cadáveres fueron expuestos al público. En 1960 se erigió este monumento y en él se grabaron los 15 nombres para que queden para el recuerdo.
¿Dónde tomar el aperitivo en Milán?
La cocina italiana merece indudablemente un capítulo aparte siempre. Vayamos a donde vayamos siempre vamos a encontrar platos típicos de la región y, en general, buena comida siempre y cuando no entremos a los típicos sitios turísticos del centro.
Una cosa típica de Milán (bueno, no solo de aquí, sino prácticamente de Italia entera) es tomar el aperitivo italiano, consistente en una bebida y unas tapas de acompañamiento (stuzzichini), tal y como sucede en España. Generalmente se pide un Aperol Spritz o un Campari Spritz, este último más amargo, o simplemente un vino o una cerveza, y de acompañamiento sirven una focaccia, unos embutidos, o cosas así. Es posible que con dos o tres bebidas ya hayas incluso cenado.
Por otro lado, también probamos la birra Menabrea🍺, una cerveza de la región vecina de Piamonte pero que es súper típica en Milán, la sirven en muchos sitios.
Aunque lo encontraremos en toda la ciudad, hay dos zonas con bastante ambiente donde, en nuestra opinión, tiene más gracia tomarlo.
- En Navigli: Zona por antonomasia para salir a media tarde.
- Nosotros fuimos a La Prosciutteria y salimos encantados. En este caso las bebidas eran bastante baratas (Aperol Spritz a 5€) aunque no incluían comida, había que pedirla aparte. La comida que ofrecen son tablas (taglieri) con una variedad de embutidos y quesos, para una o varias personas (10€ por persona). Si vais pronto (en torno a las 17) puede que encontréis sitio, si es más tarde es probable que tengáis que reservar con antelación. La comida era de calidad pues el sitio es una charcutería también y ves de primera mano de dónde sale lo que te sirven.
- Otro día fuimos a otro donde había hueco ya que estábamos espontáneamente por la zona llamado Twist on Classic. En este caso la bebida era más cara (Aperol Spritz 9€) pero incluía una pequeña tabla de aperitivo (stuzzichini). En general todos son bastante similares, ofrecen más o menos lo mismo: cócteles, cerveza, vino y según el precio incluirán más o menos acompañamiento.
- La Fontanella, uno más distinto. Esta es una cervecería donde se piden jarras para compartir. La gracia es que las jarras son de distintos tamaños (desde 2 hasta 18 litros) y con distintas formas (una locomotora, un cañón, una molécula, etc.). También ofrecen comida como pizzas, hamburguesas, nachos, ese tipo de cosas.
- En Isola: El barrio de Isola es otro buen sitio donde tomar el aperitivo. En las calles centrales del barrio veréis varias terrazas con buen ambiente y comida con buena pinta. Nosotros fuimos al Bar Frida que nos los recomendó un amigo que vive allí. Nos pedimos unos Aperol Spritz y como stuzzichini nos pusieron focaccia y palomitas. Si buscáis una heladería de postre podéis ir a la Artico Gelateria.
¿Dónde comer en Milán?
En Milán encontramos platos típicos de la región más allá de la pizza 🍕 y la pasta 🍝. Estos son:
- Cotoletta alla milanese – como un escalope de ternera joven (vitello) empanado. Fijaos bien que sean de vitello, a veces son de pollo y, en este caso, suelen ser más baratos. Dependiendo del sitio se sirven acompañados de risotto o de polenta.
- Ossobuco alla milanese – un guiso de carne de ternera (el corte en castellano sería jarrete) acompañado normalmente de polenta.
- Vitello tonnato – aunque procede de la región de Piamonte, también es muy común encontrarlo aquí, se trata de un plato de carne de ternera (vitello) con una salsa de atún.
- Tiramisú – postre mundialmente conocido cuyo origen proviene de las regiones de Lombardía y Véneto, aún están en disputa a ver quién se queda con la autoría de este plato.
Estos platos regionales, que nada tienen que ver con pizzas ni pasta, los solemos encontrar en restaurantes caseros, por así decirlo, que aquí se conocen como Osteria o Trattoria.
Restaurantes
Felice a Testaccio Milano – este está sacado de la Guía Michelín. Los precios no son tan caros como cabría esperar y la comida es espectacular. Probamos la pasta carbonara que la preparan muy bien aquí, algún entrante y de postre la tarta de ricota y pera, sin palabras. La tarta es de una pastelería italiana llamada Sal de Riso, por lo que se puede encontrar en otros sitios. Otros amigos fueron a otros restaurantes de la Guía Michelín llamados La Risacca Blu y Locanda Perbellini y también salieron muy contentos.
Trattoria Sabbioneda – restaurante convencional donde probar todos los platos que hemos mencionado anteriormente. Es un local pequeño y solo abre entre semana así que es imprescindible reservar, si no es imposible, ya que es muy conocido y recomendado por todo el mundo.
Osteria Da Fortunata – cerca de la Pinacoteca de Brera. Su especialidad es la pasta casera, tiene una gran variedad. Os puede sonar este restaurante de Roma o Bolonia, donde también tienen filiales.
Pizzium – es una cadena de pizzas italiana, muy popular sobre todo en Milán. Pizzas a buen precio y de calidad. La de Lombardía nos gustó especialmente.
Napiz – otra pizzería, cuyo local es bastante distinto a lo que uno esperaría de un restaurante estándar.
Assaje, en el barrio de Isola – esta pizzería es de las más baratas de la ciudad ya que con el precio del copperto te incluyen un prosecco y zeppole de entrante, y un limon/melon/pistacchiello al final.
Panzerotti Luini – esto no es un restaurante sino un local con comida para llevar, muy famoso en Milán. Lo que venden son panzerotti, similar a unas empanadillas fritas (o al horno) hechas con masa de pizza. También las venden dulces y otros productos como focaccias. Si bien nos gustaron, hemos de decir que estaban demasiado aceitosas para nuestro gusto. Otro local de este tipo es All‘ Antico Vinaio, también muy conocido.
Otra cosa que habéis de saber es que en prácticamente todos los restaurantes cobran un suplemento de 2-3€ por comensal a modo de “copperto” que suele incluir una tapa o simplemente el pan.
Más alternativas
Para los que ya hayan visto todo o ya hayan venido varias veces como es nuestro caso, aquí os damos un par más de alternativas:
Visitar San Siro ⚽– el estadio donde juegan los equipos locales Inter de Milán y Milán AC. Solamente si os interesa mucho el fútbol, de lo contrario no tiene mayor interés.
Cocina con un chef – en el apartado de Experiencias de Airbnb hay varias ofertas donde te enseñan a cocinar dos o tres platos italianos y luego puedes comértelos al final. Entre todos ellos nosotros cogimos el de Chef and the City y salimos muy contentos. Es verdad que el precio es alto (a partir de 50€ por cabeza) pero es como si fuera un curso de cocina semi-particular (porque estás con otros aprendices), aprendes cosas interesantes y pasas un buen rato. Al fin y al cabo, una experiencia distinta. En nuestro caso tuvo lugar en el local del negocio y aprendimos a hacer bruschetta de entrante, ravioli de plato principal (desde cero, la masa y todo hecha casera) y cantuccini de postre. Otros tienen lugar en las propias casas de la gente.
Excursiones desde Milán
Si bien es cierto que la ciudad se ve en uno o dos días, si tenéis la posibilidad merece la pena coger un puente y estar un par de días más para poder hacer excursiones por la zona.
- Bérgamo, una ciudad con un casco antiguo precioso, Patrimonio Mundial por la Unesco.
- Lago di Como, el emblemático lago de hoteles de lujo y escenario de tantas novelas y películas.
- Pavía, ciudad universitaria situada a unos 45 Kilómetros al sur de Milán.
Los tickets de tren para ir a estos sitios los podéis comprar en la web de Trenitalia o bien en las taquillas de la estación central (Centrale FS). Recordad que los tickets comprados en las máquinas de la estación los tenéis que validar en el andén antes de subir al tren.
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