Riquewihr es, para muchos, el pueblo más bonito de Alsacia y uno de los más bonitos de Francia. Nosotros estamos bastante de acuerdo, nuestra impresión fue que parece mentira que pueda existir un pueblo así, ya que parece que fuera un escenario para rodar una película. Y no vamos desencaminado porque es el pueblo que sirvió de inspiración a Disney para crear el pueblo de Bella en la película La Bella y la Bestia (1991).
Es un pueblo amurallado encantador de apenas 1.000 habitantes con murallas y torres defensivas de los siglos XIII y XIV y casas de entramado de madera de los siglos XV y XVI. Se puede perfectamente recorrer andando en su totalidad y nos llevará unas dos o tres horas más o menos, según si os sentáis a tomar algo y/o a los museos.
De camino a Riquewihr habréis visto que está rodeado de viñedos, señal de que el vino es una parte fundamental de la idiosincrasia de Alsacia. Si os gustan los vinos, podéis probar alguno de sus blancos (aproximadamente el 90% de la producción de Alsacia es vino blanco) como Riesling, Pinot Blanc, Muscat o Pinot Gris, o, si sois más de tinto, el Pinot Noir.
¿Cómo llegar a Riquewihr?
Lo típico, porque es lo más fácil por las conexiones y cercanía, es ir desde Colmar.
🚌Autobús público, la opción más barata, aunque la frecuencia no es muy alta. La compañía que opera esta región se llama Fluo y el bus es el 68, pero está dividido en varias líneas. La línea 68RO16 es la que va a Riquewihr, en esta web podéis filtrar por Fluo 68 - Haut-Rhin y buscar la 68RO16 para ver los horarios. El precio es de 4€ por persona, pero el ticket tiene una duración de 4 horas, por lo que si regresáis antes de esas 4 horas, podréis seguir haciendo uso del mismo. En el ticket viene impresa la hora máxima hasta la que es válido. Estos autobuses salen del Quai 7 de la estación de autobuses de Colmar.
🚍Bus turístico Kutzig, que funciona como hop on hop off con un precio fijo de 29€ por día y persona. Hace un recorrido circular comenzando en Colmar y parando en los siguientes pueblos: Eguisheim, Turckheim, Kaysersberg, Riquewihr, Ribeauvillé, Hunawihr y Voegtlinshoffen. Solo circula entre abril y octubre y en su página web podéis ver sus horarios. También tenéis la versión navideña, ideal para recorrer los mercadillos de navidad de los pueblos, funciona de la misma manera (hop on hop off) y el nombre se llama Navettes de Noël.
🚗En coche, ya sea de alquiler o particular.
En el camino del bus se pasa por otro pueblo llamado Mittelwihr, así podéis ver de paso otro pueblo alsaciano distinto, claramente no tan bonito como Riquewihr.
Desde la estación de autobús (Parking bus) de Riquewihr hay apenas dos o tres minutos hasta el inicio del casco antiguo del pueblo que lo marca el Ayuntamiento.
¿Qué ver en Riquewihr?
Desde la estación de autobuses hasta el inicio del casco antiguo apenas hay unos minutos andando. Riquewihr parece sacado de un cuento de hadas y prueba de ello es la entrada al casco antiguo, ya que se hace a través del arco del edificio del Ayuntamiento (Hotel De Ville).
En cuanto cruzas el arco es como si entraras en un mundo de fantasía, si no fuera por la cantidad de turistas que hay, pero bueno, eso es inevitable hoy en día. Riquewihr discurre alrededor de esta calle principal, llamada Rue du Général de Gaulle, llamada en honor Charles de Gaulle (1890-1970), héroe nacional de la resistencia francesa frente a la Alemania nazi y presidente de la República Francesa en dos ocasiones.
A lo largo de ella veremos multitud de negocios, restaurantes, tiendas de souvenirs y tiendas de dulces alsacianos. Los dulces más típicos de esta zona son los macarons, pero no son los macarons parisinos de dos conchas con un relleno cremoso en medio, estos son macarons de coco (kokosmàkrenele), compuestos de ralladura de coco y muchas veces mezclados con otros sabores, como naranja. Hay muchas tiendas donde los venden, incluso os darán a probar varios antes de comprarlos. Una de las tiendas típicas es la Maison Alsacienne de Biscuiterie, hay dos en esta calle y, prácticamente, por todos los pueblos de Alsacia.
A mitad de camino nace una calle hacia la derecha llamada Rue des Trois Églises o calle de las tres iglesias, llamada así porque en ella se encontraban tres iglesias, dos de ellas dentro de la muralla, siendo la Iglesia protestante de Santa Margarita (Église protestante Sainte-Marguerite) de 1846, y una fuera.
Seguimos subiendo la calle principal hasta llegar a una pequeña plaza al final de la misma llamada la Place de la Sinne, la estampa más bonita de la ciudad, llamada así por la Fontaine de la Sinne, una fuente medieval declarada monumento histórico en 1930. Lo más llamativo de la plaza es la Torre Dolder, construida en 1291 y de 25 metros de altura, que en su interior alberga el Musée du Dolder. El museo es pequeño, quizás lo más interesante es ver la torre por dentro, que era el lugar donde vivían los vigilantes de la ciudad en la Edad Media. También se exponen algunos objetos como maquetas de la ciudad, armas y documentos sobre cómo ha evolucionado la ciudad y cómo se defendía. También se puede ver los tejados de las casas desde las ventanas de su última planta, aunque no se ve la calle principal, porque no están perfectamente alineadas. Como el precio es de tan solo 3€ decidimos entrar, aunque no es imprescindible.
También hay una entrada combinada por 7€ para entrar en el otro museo de la ciudad, el Museo de la Torre de los Ladrones del que hablaremos enseguida.
En esta plaza merece la pena entrar a la tienda Käthe Wohlfahrt (Féerie De Noël), una encantadora tienda de objetos de decoración navideños que está abierta todo el año. La navidad es una época muy destacada en Alsacia y, aunque nosotros fuimos en verano, al entrar en la tienda te sientes como si estuvieras en pleno diciembre.
Detrás de la Torre Dolder hay una puerta conocida como La Porte Haute, construida a finales del siglo XIII, y que servía como principal a lo que era la ciudad medieval, hoy en día el casco antiguo.
Vamos, ahora sí, al Museo de la Torre de los Ladrones (Musée de la Tour des Voleurs), ubicado en una calle perpendicular a la principal, a la misma altura que la Torre Dolder. La ciudad Riquewihr (y otras ciudades de Alsacia) estuvo controlada en esa época por la dinastía alemana de los Württemberg y fueron ellos los que se encargaron en construir tanto la Torre Dolder como la Torre de los Ladrones para incorporarlas al entramado defensivo del siglo XIV. Esta torre en concreto recibió ese nombre porque se convirtió, posteriormente, en juzgados y prisión, donde principalmente los ladrones eran encerrados. Por tanto, lo más destacado del museo es la cámara con objetos de tortura originales. El precio es de 5€.
Hasta aquí las atracciones individuales del pueblo, pero queda la mejor parte, pasear por sus calles empedradas con sus casas de colores con entramado de madera. La manera en que se construyen es muy interesante, porque se hacen por partes. Los carpinteros, en sus talleres, construyen y ensamblan las vigas y luego montan y unen todas las piezas en el lugar donde se construyen las casas. Originalmente se montaban sin clavos, únicamente con encajes, lo que le daba una estructura flexible que evitara que se destruyera en caso de terremotos. Por tanto, aunque estén ancladas al suelo, son (relativamente) fácilmente montables y desmontables. Originalmente estas casas se pintaban de colores según el gremio al que se dedicaba su propietario, si bien hoy en día es más por estética y embellecimiento del pueblo.
Y si os quedáis con ganas de más, podéis recorrer la Rue des Remparts que es la calle circular junto a la muralla (rempart significa muralla).
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