Hoy descubrimos Düsseldorf, un importante centro económico internacional con muchas empresas nacionales y extranjeras, así como una de las ciudades con más ambiente de toda Alemania. Es la capital del estado de Renania del Norte-Westfalia (Nordrhein-Westfalen) y cuenta con cerca de 660.000 habitantes.
Es una ciudad ideal para visitar en un fin de semana, sobre todo en verano. Además, se encuentra muy cerca de otras ciudades como Colonia (media hora en tren regional), Leverkusen (15 minutos en tren regional o 30 minutos en S-Bahn) y otras ciudades del Ruhrgebiet (cuenca del Ruhr) como Essen o Duisburgo.
¿Cómo llegar desde el aeropuerto de Düsseldorf al centro?
El aeropuerto de Düsseldorf es el tercero más importante de Alemania en cuanto a tráfico de pasajeros, solo por detrás de Frankfurt y Múnich. Está muy cerca del centro, y llegar es fácil y rápido.
La forma más sencilla es tomar el S-Bahn S11, que conecta el aeropuerto con la estación central (Hauptbahnhof) en apenas cinco paradas. También podéis utilizar alguno de los autobuses locales, dependiendo de vuestra ruta o destino en la ciudad.
Un billete sencillo cuesta 3,60 €, y si planeáis usar el transporte público varias veces, merece la pena el billete de 24 horas, que cuesta 8,80 €. Recordad validar siempre los billetes en las máquinas situadas en los andenes.
Si queréis, podéis descargaros la app de Rheinbahn, desde la que se pueden consultar planos de transporte e incluso comprar los tickets directamente.
¿Qué ver en Düsseldorf?
El casco antiguo de Düsseldorf comienza en la parada de S-Bahn Heinrich-Heine-Allee, desde donde podremos recorrer todo el centro andando.
Lo primero que haremos nada más salir de la estación es buscar la calle Königsallee, conocida coloquialmente como la “Kö”, una de las calles más elegantes y exclusivas de Alemania. Es una zona muy bonita, con un canal de agua y zonas verdes que separan tiendas y boutiques de lujo a un lado —como la exclusiva joyería Harry Winston, Louis Vuitton o Tiffany & Co., entre otras— y bancos, aseguradoras y oficinas al otro. Aquí se aprecia claramente que Düsseldorf es una ciudad económicamente muy fuerte, con una renta per cápita alta en comparación con la media alemana.
Originalmente se llamaba Kastanienallee (Avenida de los Castaños), pero tras un incidente ocurrido en 1848, cuando el rey de Prusia fue recibido de forma hostil durante una revuelta, la ciudad decidió cambiarle el nombre a Königsallee para recuperar el favor real.
Justo al final de la Königsallee se encuentra el Kö-Bogen, un conjunto de oficinas, zonas comerciales y tiendas de lujo diseñado por el arquitecto Daniel Libeskind. Es una de las zonas más atractivas y fotografiadas de Düsseldorf, especialmente para los amantes de la arquitectura contemporánea. Dentro de este complejo destacan espacios tan conocidos como Breuninger Düsseldorf, una de las principales tiendas de moda de la ciudad, y la Apple Store, entre otros edificios y locales de diseño moderno.
Muy cerca se sitúa también el Kö-Bogen II, una ampliación más reciente que llama la atención por su impresionante fachada verde, considerada una de las mayores fachadas ajardinadas de Europa.
Y a continuación se encuentra el Hofgarten, considerado el primer y más antiguo parque público de Alemania, con partes que datan de 1769. Originalmente fueron jardines y terrenos vinculados a la realeza, hasta que comenzaron a abrirse al público en el siglo XVIII.
Hoy en día es un agradable espacio verde en pleno centro de la ciudad, con varias esculturas y monumentos y mucha vida. Entre otras actividades, aquí se celebran conciertos al aire libre entre mayo y septiembre, una tradición que se repite anualmente desde 1964. En el parque también podéis acercaros a ver los cisnes y patos del lago, que en realidad es uno de los brazos del río Düssel, afluente del Rin. Aunque gran parte de su recorrido urbano va canalizado o soterrado, este río dio nombre a la ciudad: Düsseldorf, que significa literalmente “pueblo del río Düssel”.
Aunque hoy ya no es así, el Hofgarten fue en su origen más grande y llegaba hasta el Schloss Jägerhof, un palacio del siglo XVIII utilizado como pabellón de caza (tal y como indica su nombre). Fue residencia del elector Carlos Teodoro del Palatinado (Karl Theodor), gobernante de la región en esa época. En la actualidad no conserva estancias reales originales ni mobiliario palaciego, sino que alberga el Museo Goethe. Se puede visitar por fuera o entrar al museo para quienes estén interesados en la vida y obra del escritor.
Volvemos en dirección a la estación Heinrich-Heine-Allee para ver la iglesia de San Andreas (St. Andreas), la cual reconoceremos fácilmente por su color amarillo. Se construyó en 1629 en estilo barroco y es de culto católico.
La región cuenta con presencia tanto católica —la predominante— como protestante, ya que Düsseldorf tuvo un pasado con fuerte influencia reformista. En Alemania, los ciudadanos que se declaren fieles de estas u otras religiones deben pagar un impuesto religioso, llamado Kirchensteuer, que se deduce mensualmente de sus nóminas.
Otra iglesia católica que vamos a visitar es la Basílica de San Lamberto (Basilika St. Lambertus), una de las iglesias más importantes de Düsseldorf, de estilo gótico. Su torre está torcida, y existe una leyenda local que dice que se torció porque una novia se casó allí siendo virgen; se dice que cuando alguien vuelva a casarse aquí siendo virgen de verdad, la torre volverá a enderezarse. Se puede visitar gratuitamente su interior, donde se conservan reliquias de San Apolinario, patrón de Düsseldorf, que fueron trasladadas a aquí para que los fieles pudieran venerarlas sin tener que desplazarse a Colonia.
Nos dirigimos hacia el sur para adentrarnos en la zona de ambiente de la ciudad. Esta calle desemboca en la Burgplatz, la plaza principal de Düsseldorf. Especialmente con buen tiempo, la plaza se llena de terrazas y gente disfrutando del sol, o contemplando el atardecer junto al Rin desde las escaleras conocidas como Rheintreppe.
En ella destaca la Torre del Castillo (Schlossturm Düsseldorf), lo que queda hoy en pie del antiguo Castillo de Düsseldorf que existió en este lugar desde 1260, si bien sufrió varios incendios a lo largo de su historia, el más importante en 1872, después del cual se decidió no reconstruirlo entero, solo restaurar la torre que quedó intacta. Hay una leyenda conocida como la «mujer blanca», en referencia a la princesa Jakobe von Baden, una gobernante infeliz que sucumbió a las intrigas de la corte y murió en circunstancias misteriosas. Tras su muerte en 1597, se dice que vaga como un fantasma por la torre y puede verse de vez en cuando por alguna de sus ventanas.
Hablando de historias macabras, otra de las más famosas —en este caso real— de Düsseldorf es la del asesino en serie conocido como “El Vampiro de Düsseldorf”, Peter Kürten, activo en 1929. Su historia inspiró varias películas, y recibió este apodo porque, en algunos casos, intentó beber la sangre de sus víctimas. Fue arrestado y ejecutado en 1931.
La Torre del Castillo alberga hoy el Museo Marítimo (Schifffahrtsmuseum), dedicado a la historia del puerto y la navegación en el Rin. Uno de sus mayores atractivos es el café-restaurante en la última planta, donde se puede disfrutar de un café o una tarta mientras se contemplan las vistas del río desde los 33 metros de altura de la torre. En su página web podéis ver los horarios y precios.
Detrás de la Torre del Castillo se encuentra el Monumento de la Batalla de Worringen (Stadterhebungsmonument Düsseldorf), que conmemora la Batalla de Worringen (1288). En ella, Düsseldorf y otras ciudades del Rin se enfrentaron al arzobispo de Colonia —también representado en la escultura—, quien reclamaba derechos sobre territorios y peajes fluviales para el beneficio de la Iglesia. La victoria de las ciudades libres fortaleció su autonomía y redujo significativamente el poder del arzobispo en la región.
Desde aquí hay un paseo muy agradable por el Paseo del Rin (Rheinuferpromenade), siempre frecuentado por gente, especialmente en verano, ya que el río da mucha vida a la ciudad. El Rin es uno de los ríos navegables más importantes de Europa. Nace en Suiza y desemboca en el Mar del Norte, y su cuenca es una de las más densamente pobladas e industrializadas del continente. En Düsseldorf, el río divide la ciudad en dos.
Desde aquí se puede ver, al otro lado del río, el barrio de Oberkassel, uno de los barrios más exclusivos y acomodados de Düsseldorf. De forma irónica, los habitantes de Colonia suelen decir que este es el lado correcto del río, ya que su ciudad también se encuentra en esa orilla, a unos 45 km al sur. Y es que Colonia y Düsseldorf mantienen una rivalidad histórica sobre una variedad de temas, como el carnaval, la cerveza (Kölsch frente a Altbier) o el fútbol. Existe además el estereotipo de que los habitantes de Düsseldorf son algo estirados o creídos (hochnäsig —nariz alta— en alemán).
Muy cerca de la Burgplatz, nos dirigimos ahora al casco antiguo (Altstadt) de la ciudad, que llama la atención primeramente por su pequeño tamaño, y es que aproximadamente el 90% de la ciudad fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial por los bombardeos aliados, debido a su importancia industrial.
El centro neurálgico del casco antiguo es la plaza del Mercado (Marktplatz). Esta plaza es menos animada que la vecina Burgplatz, aunque no hay que dejar de visitarla, pues en ella se encuentra el Ayuntamiento (Altes Rathaus), con un balcón bajo desde el que el alcalde se asoma en ocasiones especiales, como el carnaval o cuando los equipos locales ganan competiciones deportivas. En Navidad goza de un ambiente invernal encantador con el mercadillo navideño lleno de gente tomando vino caliente (Glühwein) y comiendo algún dulce.
Una curiosidad de la plaza es el contador de deudas que muestra desde cuándo Düsseldorf está libre de ellas, medido en años, días y horas.
Muy cerca se encuentra la plaza Carlsplatz, siempre concurrida por su mercado de verduras, frutas y otros productos frescos. Por esta zona se puede dar un paseo y probar la famosa Altbier, la cerveza tostada de Düsseldorf, de la que hablaremos más adelante en la sección de gastronomía.
Caminando un poco, notaréis la gran cantidad de bares y restaurantes que salpican la zona. El casco antiguo de Düsseldorf es conocido por tener una de las mayores densidades de bares por metro cuadrado de Alemania, con alrededor de 250-300 establecimientos, lo que le ha valido el apodo de “la barra de bar más larga del mundo”. Entre las calles más animadas destacan Bergerstrasse, la famosa Bolkerstrasse, y para los amantes de los pubs irlandeses, Hansrückenstrasse, donde se pueden encontrar hasta cuatro.
Antes hablábamos de iglesias católicas y protestantes, por esta zona de bares podéis ver la Neanderkirche, una iglesia protestante (evangélica) con la peculiaridad de haber sido construida en un patio interior, en lugar de directamente a la calle, debido a las restricciones de la época sobre la visibilidad de las iglesias protestantes durante la Contrarreforma.
Regresamos a la orilla del Rin para pasear paralelos al río, con la vista puesta en la zona más moderna de la ciudad, hacia la que nos dirigiremos a continuación. El primer gran hito del recorrido es la Torre del Rin (Rheinturm), el edificio más alto de Düsseldorf, con 240,5 metros de altura. Inaugurada en 1981 como torre de comunicaciones, hoy se ha convertido en uno de los grandes símbolos de la ciudad, un icono de su skyline y presente en casi todas las postales. En la parte superior se encuentra el mirador y bar M168, llamado así por situarse a 168 metros de altura. Para acceder a él es necesario adquirir una entrada, tanto si se va a consumir algo como si no; los tickets pueden comprarse en su página web y cuentan con descuento para los poseedores de la Düsseldorf Card. Unos metros más arriba, a 172,5 metros, se ubica también el restaurante giratorio QOMO, famoso por completar una vuelta de 360° cada 72 minutos, lo que permite disfrutar de vistas panorámicas mientras se come o se cena. En este caso, no es necesario comprar entrada aparte, ya que se considera incluida con la reserva en el restaurante.
Seguimos paralelos al río y entramos en el barrio del Puerto (Hafen). Históricamente, Düsseldorf vivió del Rin y del comercio fluvial: fue un puerto comercial clave, llegando a ser uno de los puertos fluviales más importantes del Rin y de Alemania. Aunque parte del puerto sigue siendo comercial hoy en día, en la década de 1990 se llevó a cabo un profundo lavado de cara arquitectónico que transformó una amplia zona del antiguo puerto en un área moderna y vanguardista.
Los edificios contemporáneos que vemos en el puerto son obra de arquitectos de renombre, todos con estilos muy distintos entre sí. El más conocido es, sin duda, el Neuer Zollhof, un conjunto de tres edificios —el de ladrillo, el de titanio y el de fachada blanca— construidos en 1999 y diseñados por el arquitecto estadounidense Frank Gehry, el mismo autor del Guggenheim de Bilbao, de ahí que sus formas puedan resultar familiares. No es una zona residencial: los edificios albergan principalmente oficinas, estudios y algunas galerías.
Otro edificio destacado es el hotel de cinco estrellas Hyatt Regency Düsseldorf, junto al cual se encuentra un pequeño edificio con forma de haba metálica que funciona como cafetería-restaurante. Más adelante, en la misma calle del hotel (Julo-Levin-Ufer), encontramos una tienda de muebles de Vitra, una marca de diseño de alta gama famosa especialmente por sus icónicas sillas de autor.
Museos de Düsseldorf
Düsseldorf es también una ciudad con una gran oferta de museos, por lo que os animamos a elegir aquellos que más os interesen y dedicarles unas horas. Entre los más importantes destacan:
- Kunsthalle Düsseldorf, museo de arte contemporáneo
- K20 (Kunstsammlung), galería de arte clásico moderno y del siglo XX.
- K21 (Kunstsammlung), galería de arte contemporáneo y del siglo XXI. Este museo se encuentra en un edificio histórico, la Ständehaus, que fue sede del parlamento de Renania del Norte-Westfalia hasta 1988. Al quedarse pequeño, el parlamento se trasladó a otro edificio y este fue reconvertido en museo de arte contemporáneo. La obra más famosa del museo se llama “In Orbit”, del artista argentino Tomás Saraceno: una gran estructura de redes metálicas suspendida en la parte más alta del edificio, por la que los visitantes pueden pasear. Está inspirada en una tela de araña y muestra cómo el movimiento en un punto afecta a toda la estructura. No es apta para personas con vértigo.
- KIT (Kunst in Tunnel), exposición de arte contemporáneo.
- NRW Forum, dedicado principalmente a la fotografía.
Existen tickets combinados para visitar K20 y K21 a un precio reducido. Además, si coincidís con el primer miércoles de cada mes a partir de las 18:00, la entrada es gratuita. Los lunes permanecen cerrados. Aquí podéis consultar los horarios y precios.
Para el NRW Forum, los horarios y precios también están disponibles en su página web.
Además, cada año en abril tiene lugar la Noche de los Museos (Nacht der Museen), durante la cual se pueden visitar estos y muchos otros museos por 17 €. El horario es generalmente de 19:00 a 2:00 de la madrugada.
Más alternativas en Düsseldorf
Para los que pasen varios días en la ciudad y quieran completar su visita con más actividades, a continuación os damos algunas ideas:
→Saliendo del centro y cruzando al otro lado del río, nos disponemos a ver la EKO-Haus der Japanischen Kultur, un centro cultural japonés con templo budista creado en 1993 donde celebran numerosos eventos japoneses a lo largo del año. Düsseldorf alberga la mayor comunidad japonesa de Europa continental, con alrededor de 12.000 residentes japoneses. Tras la Segunda Guerra Mundial, muchas empresas japonesas se establecieron aquí atraídas por la fuerte industria del acero y la metalurgia de la región del Ruhr, así como por su posición estratégica en Europa. En 1962 abrió aquí el primer restaurante japonés, y hoy Düsseldorf es conocida por tener una de las mayores concentraciones de restaurantes japoneses auténticos de Europa continental.
El jardín se puede visitar gratuitamente, aunque para entrar al templo budista hay que pagar. Si contáis con tiempo de sobra para ver Düsseldorf puede ser el complemento perfecto para terminar de conocer a fondo la ciudad. La parada más cercana es Niederkasseler Kirchweg, a la que se llega con los autobuses 834, 836 y 828.
→Grafenberger Wald, un gran parque/área forestal pública cerca del centro de Düsseldorf. Es famoso por su ambiente natural y porque en algunas zonas se pueden ver ciervos en libertad.
→Excursión típica: el pueblo de Zons, muy popular entre la gente de Düsseldorf para ir y volver en bicicleta siguiendo el curso del río. Zons es un pueblo medieval de 5.000 habitantes aproximadamente a orillas del Rin, conocido por su bien conservada fortaleza aduanera. Fue construido por el arzobispo de Colonia Federico III para controlar y recaudar impuestos sobre el comercio fluvial. Entre sus símbolos destacan la torre de vigilancia Pulverturm, desde donde se podía vigilar el río y todavía se pueden ver marcas de antiguas inundaciones, y la muralla con molino de viento, que se utilizaba para moler el grano de los habitantes y comerciantes.
→El Palacio Benrath (Schloss Benrath), ubicado a las afueras de la ciudad. Se construyó en 1773 y fue residencia de los Wittelsbach de Baviera que tanto mencionamos en el artículo de Múnich. Hoy en día es uno de los conjuntos rococó más importantes de Alemania y está protegido como patrimonio cultural. Se puede llegar en tranvía o bus, parada de Schloss Benrath, o en el S6 hasta la parada Benrath y caminar unos minutos. Aquí tenéis los precios.
¿Dónde comer en Düsseldorf?
En Düsseldorf tendréis la oportunidad de probar platos de la región como el codillo de cerdo (Schweinehaxe) con Knodel (bola de patata) y chucrut, el Schnitzel o el Rheinischer Sauerbraten pero, sobre todo, de probar la cerveza llamada Altbier. “Altbier” significa literalmente “cerveza vieja”, en referencia al antiguo estilo de fermentación alta que se usaba antes de la popularización de la lager (fermentación baja) en Alemania. Es una cerveza tostada, de color ámbar a marrón oscuro, aunque no es negra ni tiene el sabor de una cerveza negra.
Ya sabéis que por esta zona (Colonia, Düsseldorf) las cervezas se sirven en tamaño 0,25, o sea prácticamente como una caña de España. Nada que ver con el sur del país, donde es más habitual beber en jarras de medio o incluso un litro.
Restaurantes tradicionales:
- Uerige Obergärige Hausbrauerei, un histórico de Düsseldorf y uno de los favoritos de locales y turistas.
- Hausbrauerei "Zum Schlüssel", similar al anterior, en plena calle Bolkerstrasse.
- Brauerei im Füchschen, otro clásico. Hacen su propia cerveza, la Füchschen Alt, muy querida por los dusseldorfienses.
¿Dónde salir de fiesta en Düsseldorf?
En la sección de bares y fiesta, hay que hablar del Killepitsch, el licor más famoso de Düsseldorf. El licor está elaborado con 90 ingredientes, entre hierbas, especias y frutas, y tiene 42 grados de alcohol, por lo que es especialmente intenso. Su origen se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando dos amigos, refugiados en un búnker durante los bombardeos, prometieron que, si sobrevivían, crearían un licor para celebrarlo. La promesa se cumplió en 1955, cuando presentaron oficialmente el Killepitsch y abrieron el local, al que ambos acudieron el día de la inauguración. Ese local es el Et Kabüffke Killepitschstube, un pequeñísimo bar / mostrador tradicional en el Altstadt de Düsseldorf, concebido exclusivamente para servir Killepitsch. De hecho, Kabüffke significa algo así como “cuartito” en el dialecto de Renania del Norte-Westfalia. Lo mejor es que el local sigue en activo, y la gente suele ir a pedir unos chupitos desde su mostrador.
Otro par de bares recomendables son:
- Kuhstall Düsseldorf - música comercial alemana e internacional. Bolkerstrasse 35.
- Oberbayern - similar al anterior, con más música Schlager, el pop comercial alemán. Bolkerstrasse 37.
Estas calles de bares suelen ser bastante movidas, por lo que conviene tener precaución con móviles y pertenencias, algo bastante habitual en zonas de mucha afluencia nocturna.






Muy interesante el artículo!
ResponderEliminar