En un recorrido por Castilla-La Mancha no puede faltar seguir los pasos de El Quijote y, para ello, qué mejor que hacerlo por El Toboso, la localidad de Dulcinea, el amor platónico de Don Quijote en la obra de Cervantes.
El Toboso pertenece a la provincia de Toledo, justo en el límite con Ciudad Real y con Cuenca. Tiene una población de unos 1650 habitantes.
¿Qué ver en El Toboso?
Lo bueno es que el recorrido por El Toboso se hace solo, y es que a lo largo de todo el pueblo hay paneles con fragmentos de textos de El Quijote, tan solo hay que seguirlos y estos nos irán guiando por los principales atractivos.
El tour comienza en la calle que hay frente al Restaurante Casa Gastronómica El Rincón de la Mancha, ahí veremos el primer letrero “Y entraron en El Toboso…”. Seguimos sus textos y enseguida llegamos al primer atractivo: el Monasterio Monjas Trinitarias, un convento de 1683. Frente a él, se encuentra la Plaza de la Constitución, un agradable parque con una terraza a la sombra donde tomar algo y un bonito molino.
Nos damos cuenta de que nos vamos acercando al centro porque ya se va viendo la torre de la iglesia, a la par que encontramos el cartel con la mítica frase de "Con la iglesia hemos dado, Sancho". Justo antes de llegar a ella se halla el Museo Cervantino, un centro en el que se expone una gran cantidad de libros de El Quijote en todos los idiomas y, lo más interesante, muchos están firmados por grandes personalidades y jefes de estado de países (Nelson Mandela, François Mitterrand, Margaret Thatcher, Ronald Reagan, etc.). Además, aquí encontraremos el libro de El Quijote más grande del mundo. También hay documentación sobre el sinfín de películas que se han hecho sobre el libro. El acceso al museo cuesta 2€ y abre de martes a sábado de 10 a 14 y de 16 a 18:30, y los domingos solo en horario de mañana. Por cierto, este museo sirve también como Oficina de Información y Turismo.
Llegamos a la plaza principal del pueblo, la Plaza de El Toboso. En ella se alza la Iglesia de San Antonio Abad, lógicamente de culto católico. Su construcción data de 1525 en el mismo lugar donde anteriormente había otra iglesia. Se puede acceder gratuitamente en su interior, donde llama la atención las grandes dimensiones de sus naves. En el lado opuesto de la plaza vemos un pincoresco Monumento a Don Quijote y Dulcinea, compuesto por una escultura de Don Quijote que parece estar declarándose a Dulcinea.
Plaza de El Toboso durante las Jornadas Cervantinas
Anualmente se celebran en El Toboso las llamadas Jornadas Cervantinas, unas fiestas donde se decora el pueblo con motivos cervantinos, música por las calles y hay representaciones teatrales o entremeses cervantinos en dos o tres plazas del centro. Concretamente en la Plaza de El Toboso, montan un mercado medieval que se extiende a las calles perpendiculares; también hay atracciones para los más pequeños.
Proseguimos al ritmo de los carteles hasta llegar al Museo-Casa de Dulcinea del Toboso. Se trata de una antigua casa noble manchega que permite hacernos una idea de cómo era una casa de época gracias a su cuidada decoración con utensilios y mobiliario antiguo. Dulcinea, lógicamente, es un personaje ficticio, la casa perteneció a una mujer local llamada Ana Martínez Zarco de Morales y a su hermano Esteban. Se dice que Cervantes se pudo inspirar en esta mujer para crear el personaje de Dulcinea. Bueno, para más inri, Dulcinea era un personaje que solo existía en la mente de Don Quijote, la mujer real del libro era una campesina llamada Aldonza Lorenzo.
Saliendo de la casa museo, a través de un callejón paralelo a la casa, llegamos por una puertecita a un precioso jardín frente a la Comunidad de Monjas Franciscanas Clarisas, un monasterio de monjas de clausura donde hacen desde hace 50 años unos dulces exquisitos llamados Caprichos de Dulcinea, entre otros.
Jardín con el Monasterio de las Clarisas a la derecha
¿Qué comer en El Toboso?
No nos podemos ir sin probar la gastronomía de La Mancha, que va más allá del queso manchego. Algunos de los platos más ricos y tradicionales son las gachas manchegas, hecha a base de harina y coronada con unos trocitos de chorizo y panceta; migas manchegas, otro clásico; pisto manchego, de verduras y coronado con un huevo frito; duelos y quebrantos, un revuelto de chorizo, huevos y tocino de cerdo exquisito; y el gazpacho manchego, que nada tiene que ver con el andaluz.
El mejor sitio para probarlos es el Restaurante Casa Gastronómica El Rincón de la Mancha, situado a la entrada del pueblo.
Otra opción menos tradicional y más moderna es el Restaurante El Labriego, en el pueblo de Miguel Esteban que está a tan solo 10 minutos en coche. Aquí lo que encontraremos es un exquisito menú de degustación de 7 platos por 50€ creado por el chef Santi Carreras, aunque también tienes la opción del menú del día por 20€. Cualquiera de ellos es un acierto, nosotros nos decantamos por el de degustación y no defraudó.
¿Dónde alojarse en El Toboso?
Pues nosotros no nos alojamos en El Toboso sino en Pedro Muñoz, pueblo situado a cinco minutos en coche, ya en provincia de Ciudad Real. Concretamente en La Casa de la Ermita, una casa rural manchega idílica.
Por esta zona lo que hay son muchas casas rurales y como hay que coger coche para moverse, da un poco igual alojarse en El Toboso o en pueblos de alrededor.
Excursiones desde El Toboso
El Toboso se ve tranquilamente en una mañana, por lo que nosotros recomendamos explorar la zona de La Mancha y extender el viaje unos días.
Una de las actividades más interesantes es visitar los Molinos de viento de Campo de Criptana, si puede ser al atardecer. Es una estampa preciosa y muy manchega ver los molinos con el sol cayendo. Además, algunos de estos molinos están abiertos al público. Al estar en una zona alta, podéis acercaros al Cerro de la Paz para obtener unas vistas sin igual de la ciudad.
Molinos de Campo de Criptana al atardecer
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