En esta ocasión visitamos Graz, capital del estado federal austriaco de Estiria (Steiermark en alemán, Styria en inglés) y, con cerca de 300.000 habitantes, segunda ciudad más grande de Austria, después de la capital, Viena.
Es una ciudad universitaria con buen ambiente, si estáis de ruta por Austria o Centroeuropa, no dejéis pasar la oportunidad de dedicar uno o dos días a Graz. Por cierto, los hoteles cobran una tasa turística de 2,5€ por persona y noche.
Además, como curiosidad, el célebre actor austriaco Arnold Schwarzenegger convertido en gobernador de California nació en el pueblecito de Thal, ubicado en las afueras de Graz, y luego pasó parte de su etapa escolar en un colegio en Graz.
En vuestro paseo por la ciudad, mirad el suelo a ver si identificáis los Stolpersteine, los adoquines de latón frente a antiguas casas habitadas por judíos que fueron expulsados o asesinados durante el nazismo. Tienen una pequeña elevación precisamente para que uno se tropiece con ellos y agache la cabeza para leerlos. Seguramente los habréis visto en otras ciudades europeas, es un proyecto que se llevó a cabo en múltiples ciudades y países.
¿Cómo llegar a Graz?
Graz es una ciudad accesible en tanto en tren como en autobús. Desde Viena se puede llegar en tren en unas 2h45min aproximadamente. Los horarios y los tickets los podéis ver y comprar en la página web oficial de trenes de Austria.
La opción más barata pero más lenta es el uso de trenes regionales. Para ello podéis comprar el Einfach-Raus-Ticket, el cual es válido para tomar tantos trenes regionales en Austria como quieras durante un día, por lo tanto, merece la pena especialmente si vais a ir y volver en el día.
Si vais en autobús, la compañía con más frecuencia de viajes es Flixbus, desde Viena se tardan unas 2h15min.
Es cierto que la ciudad tiene un pequeño aeropuerto, el Aeropuerto de Graz (GRZ), pero apenas tiene unos pocos vuelos en Europa por lo que lo más rápido suele ser tomar un avión hasta Viena y, de ahí, el tren o el bus.
¿Qué ver en Graz?
Partiremos de la Estación Central de Trenes (Hauptbahhof). De aquí al casco antiguo hay unos veinte minutos andando ligeramente cuesta abajo. Cuando veamos el río Mura (Mur en alemán) es cuando sabremos que hemos llegado. El río Mura, por cierto, mide 453 km, nace en los Alpes, cruza Graz, Eslovenia, roza Hungría y finaliza al norte de Croacia.
Lo primero que veremos, a orillas del río pero antes de cruzarlo, es la Kunsthaus Graz, ese edificio futurista que parece sacado de otro planeta. El edificio se erigió en 2003 por los arquitectos londinenses Peter Cook y Colin Fournier para albergar el Museo de Arte Contemporáneo de la ciudad y ellos mismos lo apodaron el “friendly alien” 👽. Tiene una forma indescriptible, un color azul intenso y unos tentáculos en el techo que no se aprecian muy bien desde abajo, pero sí desde la colina de Schlossberg a la que subiremos enseguida. Justo a la entrada del museo hay una maqueta donde se ve muy bien su forma y cómo está integrado con los edificios colindantes. La verdad es que no nos podemos ni imaginar la cara que se le quedaría a la población local cuando les plantaron semejante edificio. El museo alberga exposiciones temporales de arte contemporáneo de diferentes artistas, tanto nacionales como internacionales, y tiene una terraza en la última planta con unas buenas vistas del río y del casco antiguo. El que no quiera pagar la entrada del museo, puede simplemente entrar en su interior en la planta baja para ver cómo es por dentro, visitar la tienda, ir al baño gratis o tomar algo en la cafetería Kunsthauscafé. El museo pertenece a una red de museos llamada Museo Universal Joanneum (Universalmuseum Joanneum) y los precios los podéis encontrar en su página web.
Nada más cruzar el puente vemos la inconfundible torre del reloj de color amarillo de la Iglesia Franciscana de Graz (Franziskanerkirche Graz). Si está abierta, podéis dedicar unos minutos a visitar su interior, que data del siglo XIII cuando formaba parte de un monasterio franciscano, aunque ha sido renovado en el siglo XX. Si no está abierta o vais justos de tiempo, tampoco os perdéis nada extraordinario.
Seguimos por la calle que llevábamos al cruzar el puente, la Murgasse, hasta llegar a la que literalmente se llama plaza principal de la ciudad, la Hauptplatz. Es el centro neurálgico, el punto de encuentro de la gente local, donde tienen lugar los principales eventos y acontecimientos de la ciudad, desde manifestaciones hasta los mercadillos de navidad. La plaza, originalmente, se creó en torno al 1160 para que funcionara como plaza de mercado, lo habitual de la época, y poco a poco fue evolucionando a lo que vemos hoy en día.
La plaza está dominada por el edificio del Ayuntamiento (Rathaus der Stadt Graz). El primer ayuntamiento en este emplazamiento se construyó en 1550 en estilo renacentista, aunque de ese ya no queda nada pues fue destruido durante el terremoto de 1803 y sustituido por uno nuevo en los años 1805-1807 en estilo neoclásico. Este se quedó pequeño y tuvieron que ampliarlo en 1887-1893, momento en que se añadió la cúpula. Sobre el ayuntamiento ondean cuatro banderas, dos de la Unión Europea en los extremos, y dos en el centro, que corresponden a Austria (la blanca y roja) y la del estado de Estiria.
Frente al ayuntamiento vemos la Fuente del Archiduque Juan (Erzherzog-Johann-Brunnen), de 1878. Juan de Habsburgo-Lorena fue un noble político austriaco de la casa real de los Habsburgo que reinaron Austria y el Sacro Imperio Romano Germánico durante siglos. Contribuyó al desarrollo de Estiria, por ejemplo, con la fundación en 1811 del Museo Universal Joanneum que mencionamos anteriormente y que deriva de su nombre, Juan, así como de la renombrada Universidad Técnica de Graz (Technische Universität Graz) que hace que tantos estudiantes Erasmus vengan a la ciudad cada año. En la fuente hay una bonita frase grabada: Unvergessen ist im Volke, der des Volkes nie vergaß, que significa «Inolvidable vive en el pueblo, el que nunca olvidó al pueblo», frase que escribió el poeta austriaco Anastasius Grün que viene a decir que la gente se acuerda del Archiduque Juan porque él siempre tenía a Graz en su mente.
En lado opuesto al ayuntamiento vemos también una serie de puestos de comida de aspecto ambulante pero que son permanentes. Diariamente a la hora del almuerzo la plaza se llena de gente comiendo comida callejera de los puestos. Hay puestos de todo: de cervezas, de bocadillos de salchichas, de hamburguesas, de comida asiática y hasta de helados, para el verano.
Además del ayuntamiento, entre las fachadas de colores que lo rodean se encuentran varios edificios dignos de mención, como la Luegg Haus, en la esquina con la calle Sporgasse, del siglo XIII con fachada barroca del siglo XVII que ahora alberga una tienda Swarovski o la Adler Apotheke, la farmacia más antigua de Graz. También son llamativas las farolas, no tienen nada que ver con las que cabría esperar en una plaza de este estilo, se parecen más a las de un estadio o algo así.
La típica foto de la Hauptplatz es con el ayuntamiento, pero hay otra muy bonita en la otra dirección, desde el ayuntamiento hacia atrás, con la fuente del Archiduque Juan, los puestos de comida y la Torre del Reloj de la colina Schlossberg arriba a la derecha.
Hauptplatz: Fuente del Archiduque Juan y Torre del Reloj al fondo
De la Hauptplatz salen 4 calles que os llevarán a los principales atractivos turísticos de la ciudad: Herrengasse, Sackstrasse, Sporgasse y Murgasse. Empezaremos por la Herrengasse, la calle de los hombres si tomamos la traducción literal, pues es la calle principal del casco antiguo, llena de restaurantes y cafeterías con sus terrazas, algunas emblemáticas como el Café Sacher Graz (filial del de Viena), museos e históricos edificios.
El primer edificio en el que nos detendremos es la Gemaltes Haus o “casa pintada”. La casa indudablemente por su fachada, pintada en 1742 por el pintor barroco Johann Mayer. El enorme fresco ilustra básicamente dioses y mitos de la mitología grecorromana. No obstante, el edificio es mucho más antiguo, al menos de 1360, que es la documentación más antigua que se ha encontrado al respecto. El edificio se llamaba Herzogshof y era utilizado por los duques de Estiria.
Algo único de Graz que encontraremos tanto en esta calle como en el resto del casco antiguo son los patios ocultos. Hay un montón de arcos y pasadizos que nos llevan a patios escondidos donde veremos cafeterías, restaurantes o tiendas y boutiques. En la calle Herrengasse hay varios, por ejemplo, en los números 7 y 9, que además están interconectados, o en el número 13.
Sin embargo, el más impresionante de todos es el Grazer Landhaushof, en el número 16 de Herrengasse. Es el patio interior del edificio llamado Grazer Landhaus, un palacio renacentista del que hablaremos enseguida. El patio porticado es sencillamente espectacular, con tres pisos de arcos de medio punto, construido cuando el edificio entre 1527 y 1531. El palacio es sede del Parlamento regional de Estiria, por eso no se puede visitar, al menos totalmente, pero el patio es de libre acceso.
El palacio, conocido como Grazer Landhaus como hemos dicho, tiene una parte que se puede visitar. Se trata de la Landeszeughaus, que se creó en 1642-1647 como arsenal para guardar las armas del Estado de Estiria y que hoy en día ha sido habilitada como museo y abierto al público. Para los amantes de los guerreros medievales es una parada obligatoria, pues se trata de una de las armerías más grandes del mundo. Consta de 4 plantas y más de 32.000 objetos entre armaduras y armas (cañones, espadas, armaduras, rifles, cascos, etc.), incluida una armadura de caballo. La Landeszeughaus forma parte del grupo Universalmuseum Joanneum que mencionamos anteriormente, que engloba varios museos en Graz. En su página web podéis ver los horarios y precios, y también tenéis la opción de comprar un billete combinado de 24 o 48 horas, que también te da acceso a otros museos del grupo como la Kunsthaus, aunque con algunas excepciones.
Seguimos por la calle Herrengasse para ver, a mano izquierda, la Iglesia parroquial de Graz (Stadtpfarrkirche zum Heiligen Blut). La iglesia data de 1440, construida por orden del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Federico III (Friedrich III.), si bien se fue ampliando y reformando en los siglos posteriores. Por eso tiene una mezcla de estilos, con un interior gótico, fachada y exterior barroco, y altares neogóticos que sustituyeron a los barrocos en el siglo XIX. Sin embargo, lo más llamativo de esta son sus coloridas vidrieras. Estas fueron creadas por el artista austriaco Albert Birkle a finales de la década de 1940 después de que las primeras, de estilo gótico, fueran destruidas durante la guerra. A simple vista pueden parecer unas cristaleras normales pero si nos fijamos en una de ellas, la de la izquierda detrás del altar, veremos dos extraños personajes. Se trata, ni más ni menos, que de Adolf Hitler y Benito Mussolini. Raro, ¿no? Pues sí, aunque lo cierto es que no tanto. La intención del pintor, cuya obra gira en torno a la pasión de Cristo, era mostrar a los dos dictadores como verdugos de Cristo entre la multitud. Son pocas pero existen iglesias (en Francia, Austria o Alemania) que muestran figuras de dictadores, generalmente Hitler, y normalmente emulando al demonio o cosas por el estilo. Otro ejemplo es la basílica de San Martín (Stiftsbasilika St. Martin) en Landshut, Alemania. Aunque en los horarios que podemos encontrar por Internet ponga que la iglesia solo abre entre semana por la mañana, nosotros fuimos en fin de semana a distintas horas y estaba abierta.
Detalle de la vidriera con las figuras de Hitler y Mussolini (a la derecha, en la cuadrícula del medio)
La calle Herrengasse acaba justo pasada la iglesia, en la Jakominiplatz que es uno de los principales nudos del transporte público de Graz, donde se cruzan varias líneas de buses y tranvías. Como curiosidad, paralela a la Herrengasse (calle de los hombres) se halla la Frauengasse (calle de las mujeres), de menor tamaño y mucho más tranquila.
Volvemos ahora por la Herrengasse para ir a través de alguno de sus pasadizos o callejuelas a la plaza Glockenspielplatz, donde se alza el edificio Glockenspiel. El Glockenspiel o carrillón es algo muy típico de centro Europa y lo curioso es que normalmente encuentran en el edificio del ayuntamiento de las ciudades, pero en el caso de Graz es distinto, tiene su propio edificio, llamado también Glockenspiel, y no está en la plaza principal. El carrillón de Graz realmente es muy sencillo, solo consta de dos personajes vestidos con trajes tradicionales bailando al son de una melodía, pero aun así es entretenido de ver. El carrillón se construyó en 1905, consta de 24 campanas y suena diariamente a las 11:00, 15:00 y 18:00. La gente se suele ubicar en la fachada de enfrente unos minutos antes. El espectáculo es breve, dura unos 8 minutos aunque intermitentemente, es decir, salen, bailan, paran, vuelven a bailar, paran, etc. Sabremos que ha acabado cuando el gallo dorado que hay justo arriba mueva sus alas. Como decimos, no es ni mucho menos tan espectacular como, por ejemplo, el de Múnich, pero hay que pasarse a verlo si uno está de turismo por Graz.
Vamos ahora a la Sporgasse, calle que subía desde la Hauptplatz. En el número 22 de la calle encontramos otro callejón que nos lleva a un patio escondido. Conocido como Patio de la Orden Teutónica (Hof des deutschen Ritterordens), se trata de un patio gótico porticado de 1510, pavimentado con piedras procedentes de las inmediaciones del río Mura, de ahí que tengan esa forma redondeada a consecuencia de la erosión del agua. Podemos ver este tipo de empedrado en otros escenarios de Graz. A la entrada del patio hay un pequeño cartel con algunos datos más, aunque está únicamente en alemán.
En la esquina donde está el patio hay una bifurcación, pues ahí vamos a tomar la calle Hofgasse, otra calle comercial. Pasaremos por una agradable y tranquila plaza llamada Plaza de la Libertad (Freiheitsplatz), nombre que adoptó la antigua Franzensplatz en noviembre de 1918 cuando se puso fin a la época de monarquía de los Habsburgo y se proclamó la primera República de Austria. En el centro se halla un Monumento al emperador Francisco I (Denkmal von Kaiser Franz I.) que dio el antiguo nombre a la plaza (Franzensplatz) y, a un lado, el teatro Schauspielhaus Graz.
Continuamos por la calle Hofgasse y enseguida vemos cómo se alza la Catedral de Graz (Domkirche zum Heiligen Ägydius), construida en estilo gótico tardío en 1438 por orden del emperador austriaco Federico III, aunque no fue hasta el 1786 que obtuvo la categoría de catedral, pues originalmente era la iglesia predilecta de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germano. La catedral está dedicada a San Gil, también llamado San Egidio (der heilige Ägidius). Aunque por fuera tenga un aspecto un tanto sobrio, por dentro es realmente preciosa, mezclando elementos góticos y barrocos, destacando el coro, su retablo, el púlpito y, en la parte trasera, el impresionante órgano. También hay dos arcas de madera a ambos lados del retablo principal, que albergan reliquias de mártires cristianos, según dicen. No hay que pagar entrada para entrar a la catedral ni a ninguna iglesia de Graz. Se accede a ella por las puertas de la izquierda que, por cierto, son automáticas, muy modernas para una iglesia.
Fuera de la catedral, en su fachada sur, se expone el fresco de 1485 llamado «Las plagas de Dios» (Landplagenbild) que ilustra las tres plagas (guerra contra los turcos, la peste negra y una plaga de langostas) que castigaron Estiria en 1480. Está protegido por una caja de cristal transparente para evitar que se desgaste más.
El majestuoso edificio que hay al lado de la catedral es el Mausoleo del Emperador Fernando II (Mausoleum of Emperor Ferdinand II). Fernando II (1578–1637) ocupó el trono del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1619 hasta su muerte. Se construyó entre 1614 y 1640 y sirve como iglesia y como mausoleo del emperador y su familia. Solo está abierto entre abril y octubre, de martes a domingo, de 9:00 y 17:00, y la entrada es gratuita.
Volvemos a la Hofgasse porque enfrente de la catedral, por el lado norte, se ubica el Castillo de Graz (Grazer Burg), o lo que queda de él, más bien dicho. Lo erigió en 1438 el emperador Federico III cuando aún era duque, preparando el terreno para cuando ascendiera al trono. Aunque se le llame castillo, su función era más bien administrativa y residencial, más que defensiva, por eso estaba conectado con la fortaleza de Schlossberg a través de túneles, que sí cumplía esa función. Sirvió durante esos años como residencia imperial de los archiduques y príncipes hasta que el archiduque Fernando II ascendió al trono del Sacro Imperio Romano Germánico en 1619, se mudó a Viena y el castillo cayó en desuso. Desde entonces, ha sufrido muchos cambios, partes demolidas, ampliaciones, etc. y hoy en día funciona como sede del gobernador del estado de Estiria.
No se puede visitar por dentro, pero sí pasear libremente por su patio y subir por la Doppelwendeltreppe, una escalera de caracol doble construida en 1500, durante el reinado del emperador Maximiliano I. Sin ser nada del otro mundo, esta doble escalera es algo curioso y distinto que ver, y se ha convertido en uno de los atractivos turísticos de la ciudad. En la entrada de la escalera tenéis folletos informativos, y también hay paneles colgados en algunas paredes del patio del castillo.
De aquí vamos a ir al Stadtpark, el parque urbano más importante de Graz. Se construyó en 1870 y se convirtió en el parque público más grande de la ciudad, un lugar de recreo y desconexión de los habitantes de Graz. Cuando llega el buen tiempo, el parque se llena de gente tomando el sol, leyendo a la sombra de los árboles, haciendo picnic o jugando a cualquier deporte. Consta de varios monumentos y estatuas, entre las que destaca la fuente principal (Stadtparkbrunnen), que se expuso en la Expo de Viena de 1873. El parque no es muy grande, se puede pasear tranquilamente en un rato o aprovechar para descansar del turismo.
Una parte del Stadtpark es, en realidad, un parque distinto, el Burggarten, es decir, los jardines del castillo. Y es que es habitual que los castillos y palacios de la realeza tuvieran un jardín propio, y en el caso del Grazer Burg no iba a ser distinto. Como decimos, ambos parques, Stadtpark y Burggarten, están juntos, lo normal es que pases de uno a otro sin darte cuenta.
Después de todo lo visto será media tarde, la hora perfecta para visitar la atracción número uno y que da nombre a la ciudad. Hablamos de Schlossberg, que en español se traduce como «montaña del castillo», una colina de 123 metros de altura donde antiguamente se hallaba una fortaleza, mucho antes de que se fundara la ciudad, de ahí que Graz obtuviera su nombre de la palabra eslava, gradec, que significa castillo. Y es que, aunque Austria no esté considerado un país eslavo, el hecho de que sus países más vecinos (Eslovenia, Eslovaquia, Hungría, Croacia, etc.) sí lo sean hace que la ciudad estuviera habitada por eslavos en varios momentos a lo largo de su historia.
Para subir a ella hay varias opciones:
- Por las escaleras de la plaza Schlossbergplatz. Es la manera que elige la mayoría de la gente siempre que las condiciones físicas lo permitan, pues es una espectacular esclera tallada en la roca que sube en zigzag hasta la cima, otorgando unas vistas fabulosas a medida que vas subiendo. Se tarda unos 15-20 minutos en subir.
- En ascensor (Schlossberglift), también desde la plaza Schlossbergplatz.
- Caminando por los túneles (Schlossbergtunnel). En el interior de Schlossberg hay una gran red de túneles que se construyeron durante la Segunda Guerra Mundial para proteger a la población de los bombardeos aliados. La entrada está junto a la del ascensor y las escaleras, y la salida está un poco a medio camino, por lo que hay que seguir subiendo. En el mapa podéis buscar el Schlossbergtunnel y seguir la línea para ver dónde acaba. Nosotros hicimos esta opción pero al bajar.
- En el Tren de Cuentos de Hadas (Grazer Märchenbahn) a través de los túneles que acabamos de mencionar, pensado para ir con niños.
- En funicular (Schlossbergbahn), en este caso saliendo de la estación Schlossbergbahn Talstation de la plaza del Emperador Francisco José (Kaiser-Franz-Josef-Kai). El funicular, a diferencia del ascensor y la escalera, te deja en la parte más alta de Schlossberg.
- Y una última alternativa para bajar, no para subir. En tobogán (Schlossbergrutsche / Slide Graz). Y es que en otro de esos túneles construidos en 1943 han construido un tobogán de 64 metros de altura que sale de la Torre del Reloj y acaba en la Schlossbergplatz.
Quitando el funicular, el resto de alternativas te suben a la parte baja de Schlossberg, que es donde se encuentran los monumentos más visitados. Excepto las escaleras y el camino de los túneles, todos son de pago, y hay precios especiales para que los combines, por ejemplo, subir en ascensor y bajar en tobogán.
Vamos ya con lo que ver en Schlossberg. Como comentábamos, aquí hubo una enorme fortaleza, que, de hecho, figura en el Libro Guinness de los Récords como la fortaleza más poderosa de todos los tiempos. Tal es así que ni siquiera Napoleón pudo conquistarla en 1809 en sus sucesivos ataques durante las Guerras Napoleónicas. No obstante, sí logró conquistar Viena, y Graz tuvo que capitular con tal de que no destruyera la capital. Este armisticio se firmó el 12 de julio de 1809 en el palacio de Schönbrunn de Viena y con él, todas las fortificaciones tuvieron que ser destruidas. Por eso, actualmente no queda nada de Schlossberg…o casi nada. El pueblo consiguió salvar dos torres, la Torre del Reloj y la Torre de la Campana.
La Torre del Reloj (Uhrturm) es la primera que veremos nada más subir por las escaleras. A pesar de su pequeño tamaño, se ha convertido en todo un icono de Graz, visible desde muchos puntos de la ciudad. Lo curioso del reloj es que originalmente solo marcaba las horas, por lo que se instaló una manecilla larga. Sin embargo, más adelante quisieron añadir un minutero y no les quedó más remedio que usar una manecilla corta, de tal manera que muestra la hora al contrario que un reloj convencional.
Esta parte junto a la Torre del Reloj es la mejor para observar las vistas. Se ve todo el casco antiguo, así como el horizonte marcado por las montañas. Especial atención merece la vista de la Hauptplatz, del río y, sobre todo, de la Kunsthaus, ya que únicamente desde esta posición es desde donde se puede entender bien la figura del “friendly alien” y ver si encaja con su entorno.
Subimos un poco más por la calle de la izquierda, dejando las vistas a la izquierda, hasta llegar a la Torre de la Campana (Glockenturm), famosa por albergar una campana de 4,5 toneladas llamada «Liesl». Al lado de esta torre está la estación del funicular (Schloßbergbahn Bergstation) y un agradable restaurante y Biergarten, un poco caro lógicamente, ideal para tomarte una cerveza con fabulosas vistas.
Schlossberg es, al fin y al cabo, un parque con mucha vida a todas horas del día, tiene un museo propio (Graz Museum Schlossberg) y hasta un escenario (Kasematten – Schlossbergbühne) donde se celebran conciertos y actuaciones a menudo. Mucha gente viene a última hora de la tarde para ver el atardecer, aunque a cualquier hora es agradable.
Por no bajar por donde habíamos subido, quisimos bajar por el lateral, que desemboca en la boca del túnel Schlossbergtunnel y en la plaza Karmeliterplatz o plaza de las carmelitas, que lleva el nombre del monasterio carmelita que había en esta plaza antaño. Es una plaza agradable, con un par de terrazas de restaurantes, heladerías, así como la columna de la Santísima Trinidad (Dreifaltigkeits-Pestsäule) y edificios como el Palais Galler, sede del Partido Popular de Estiria. Todo ello con las vistas de Schlossberg de fondo.
Plaza de las carmelitas y columna de la Santísima Trinidad
Vamos a terminar la visita al casco antiguo dirigiéndonos al río Mura y vamos a cruzar por la plataforma más moderna de la ciudad, la Murinsel. Murinsel se traduce como isla sobre el Mura, y es una isla artificial flotante con forma de caracola que conecta ambas orillas del río, obra del arquitecto neoyorquino Vito Acconci. Se sostiene gracias a dos grandes cables de acero y a las dos pasarelas que llevan a las orillas. Esta obra de arte se creó con motivo de la nominación de Graz como Capital Europea de la Cultura en 2003 y estaba planeado que fuera algo provisional. Sin embargo, tuvo un efecto positivo en el turismo y, aunque la población andaba dividida debido a los costes en relación con lo que aportaba a la ciudad, se decidió que se dejaría permanentemente. Actualmente alberga una cafetería y un anfiteatro, puedes pasar por ella libremente y, si te apetece, quedarte a tomar algo. Asimismo, si tenéis oportunidad, visitadla de noche, que iluminada es aún más espectacular.
Al cruzar a la otra orilla visitaremos la Iglesia de Santa María (Mariahilferkirche), una iglesia barroca construida entre 1607 y 1611. Anexo a la iglesia se encuentra el convento de los frailes menores de Graz. Se puede pasear por el patio del convento y entrar en el interior de la iglesia de manera gratuita.
¿Dónde comer en Graz?
La cocina austriaca no es muy extensa ni variada, pero los pocos platos característicos que tienen, la verdad es que los hacen muy bien. En los restaurantes tradicionales que os podáis encontrar por la ciudad servirán platos como el Schnitzel (filete de cerdo o de ternera empanado), Goulash (guiso de ternera, originario de Hungría, pero muy popular en Graz), Tafelspitz (plato de ternera hervida, típico de Graz y Austria) y Backhendl (pollo empanado). De postre, seguramente el más típico austriaco es el Apfelstrudel, un pastel de manzana caramelizada envuelta en masa de hojaldre.
🍻Para beber, hay dos cervezas muy populares en Graz. La primera es la Puntigamer, originaria del pueblo de Puntigam, ubicada al sur de Graz. De hecho, desde el centro veréis tranvías (como el número 5 que sale de Hauptplatz) y autobuses (como el 62) que van a esta localidad, y es que se encuentra a apenas 15 minutos. La otra es la Gösser, procedente de Leoben que es otro pueblo del estado de Estiria. Ambas las encontraréis en prácticamente todos los bares y restaurantes de la ciudad.
Vamos ya con lugares para comer. Primeramente, queríamos mencionar un concepto único de Graz llamado Bausatz. Bausatz se puede traducir como kit de construcción, y es un tipo de restaurante en que te puedes construir un plato eligiendo los ingredientes que quieras uno a uno. Es decir, tienen varios platos (pizzas, pasta, pfandl, que es una sartén de una pasta de huevo llamada spätzle con queso, ensaladas, sopas, etc.), y luego una lista de ingredientes que vas marcando al gusto. Cada plato tiene un papel que ya está en la mesa, marcas con un boli los ingredientes y el tamaño del plato que quieras, y se lo entregas al camarero.
Aquí podéis encontrar todos los restaurantes Bausatz que hay. El original y primero fue Sägewerk y luego fueron abriendo otros que se han vuelto clásicos como Continuum, Bier Baron o Area 5. Podéis ir al que mejor os pille, son todos parecidos. Nosotros elegimos Area 5 porque se encuentra en el último piso de un centro comercial en la Jakominiplatz con una terraza en la azotea muy guay.
Por otro lado, tenemos restaurantes de comida estiria. Los hay más modernos, como The Steirer, y otros más tradicionales como Gösser Bräu y Glöckl Bräu. Y otro similar llamado Restaurant Rudolf pero que no está en el casco antiguo, sino junto al Palacio de Eggenberg, ideal para comer después de una visita al mismo.
También hay un sitio emblemático llamado Frankowitsch, cuya especialidad son unos canapés, similares a los pintxos vascos o más bien a los cicchetti venecianos, aquí llamados Brötchen (que significa panecillo). Son solo fríos, y hay de dos tipos, de carne o de pescado. No son súper elaborados, pero están bien, al menos son un concepto distinto a la típica comida austriaca. Están bien para tomar un aperitivo acompañado de un vino (tienen muchos) o directamente para comer. Tiene un local enorme en el casco antiguo y luego un puesto en la Hauptplatz, aunque tiene más gracia ir al restaurante y sentarse dentro o en la terraza si hace buen tiempo.
Hablando de los puestos de la Hauptplatz, uno muy famoso es el Standl 5 Wurscht, del que dicen que tiene las mejores salchichas de la ciudad.
Y luego hay restaurantes de otro tipo de cocina, como Pizzaiolo (pizzas, tienen varios por la ciudad), Pierogi (restaurante polaco cuya especialidad son los pierogis, tanto dulces como salados), Freigeist Burger – Klosterwiesgasse (hamburguesas) y Ginko (vegetariano).
Para desayunar o merendar, hay pastelerías icónicas y tradicionales como Hofbäckerei Edegger-Tax, que es la panadería/pastelería más antigua de Graz y otras más modernas como la cadena Bäckerei Sorger, que tiene varios locales distribuidos por la ciudad. Si bien era un poco más cara, nos gustó más la segunda, pues la Hofbäckerei Edegger-Tax tienen unos dulces muy elaborados pero no siempre están hechos en el día, sino que ponen algunos del día anterior que probablemente no se vendieron, como nos tocó a nosotros.
Si lo que buscáis son bares, podéis ir a los restaurantes Bausatz que también funcionan como bares o ir a alguno de los pubs irlandeses si os gusta ese estilo, como Flann O'Brien Irish Pub y The Office Irish Pub.
Recordad que en Austria sirven agua del grifo gratis, normalmente la sirven ya directamente en las cafeterías, pero en los restaurantes podéis pedirla sin problema.
Más alternativas en Graz
Si solo tenéis un día en la ciudad, probablemente se os vaya en ver el casco antiguo. Para aquellos que se queden uno y medio o dos días, pueden dedicar medio día a visitar el Palacio de Eggenberg (Schloss Eggenberg), Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ubicado al oeste de Graz.
El palacio lo mandó construir el príncipe Hans Ulrich von Eggenberg (1568–1634), consejero del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Fernando II, en 1625, integrándolo en una antigua casa de campo de 1460 que había en este lugar. Esta casa se encontraba en la parte de detrás de lo que es ahora el palacio, mientras recorréis sus pasillos veréis la diferencia en las fachadas. Para el palacio, el arquitecto se inspiró en el calendario para su construcción: tiene 365 ventanas exteriores (tantas como días tiene un año), 52 de ellas en la segunda planta que es la planta principal (tantas como semanas tiene un año), hay 31 habitaciones en cada piso (como el número de días por mes), en la segunda planta hay 24 salas en forma de anillo (como las horas de un día), etc.
Las salas más destacadas del palacio son la Sala Planetaria (Planetensaal), el Salón Principal (Piano Nobile), la Galería (Galeriezimmer) y el Gabinete japonés (Japanisches Kabinett). Por otro lado, en el recinto del palacio también hay algunos museos, como el Museo Arqueológico y el Gabinete Numismático, y un enorme y precioso parque, especialmente en verano.
El palacio también pertenece al grupo Universalmuseum Joanneum, y los precios y horarios los encontráis en su página web. Tened en cuenta que se requiere una entrada para los jardines (2€) y otra distinta para el palacio, y que en invierno (desde noviembre hasta finales de abril) el palacio está cerrado y únicamente se pueden visitar los jardines.
Desde Hauptbahnhof se llega con el tranvía 1 en 10-15 minutos, el palacio tiene una parada con su propio nombre. Andando es media hora, por lo que también es factible si os gusta caminar y el tiempo acompaña. Si estáis en el casco antiguo, desde la Hauptplatz también se puede tomar el tranvía 1.
Excursiones desde Graz
→Parque de esculturas austriaco (Österreichischer Skulpturenpark). Se trata de un parque ubicado a unos 13 kilómetros al sur de Graz, que alberga cerca de 80 esculturas creadas por artistas nacionales e internacionales. La entrada es gratuita, aunque solo está abierto de abril a octubre, todos los días.
→Burg Rabenstein. Este es un castillo del siglo XII, aunque con toques modernos dados en las últimas reformas como un ascensor de cristal panorámico que ofrece unas vistas tremendas del bosque que lo rodea. El castillo se puede visitar por medio de una visita guiada de una hora y media de duración aproximadamente. Las entradas las podéis comprar en su página web.
No hay comentarios:
Publicar un comentario