Artículo actualizado en: 2025-05-26T13:00:31Z

Brașov

Brașov fue toda una sorpresa en nuestra ruta por Rumanía. Tiene 235.000 habitantes y es la capital del distrito de Brașov, uno de los 41 en que se divide el país. Lo impresionante de ella es que se encuentra en el sureste de la región histórica de Transilvania, rodeada de los montes Cárpatos y sus densos bosques, de tal manera que la ciudad parece súper pequeña al lado de la inmensidad de la montaña.

Recordad que, aunque Rumanía es miembro de la Unión Europea, acuñan su propia moneda llamada Leu (en plural, Lei), cuyo código ISO es el RON.

¿Cómo llegar a Brașov?

Tren. Nosotros os recomendamos viajar en tren por Rumanía ya que, a diferencia del bus, estos se pueden comprar con antelación desde esta página. CFR es la compañía de trenes rumanos. Como consejo, es mejor coger IC (Intercity) o IR (InterRegio), los RE (Regio) son muy lentos y paran mucho.

También podéis viajar en autobús, aunque la mayoría de las empresas rumanas no permiten la compra de tickets con antelación, así que probablemente no podréis asegurarlos hasta llegar allí. Esta es la página de consulta de autobuses en Rumanía. Como no se pueden coger por internet, hay que llamar por teléfono (con suerte encontraréis a alguien que hable inglés al otro lado de la línea) o enviar un mail.

Para movernos por la ciudad, si nos alojamos por el centro se puede hacer todo andando. Si estamos un poco más a las afueras, una opción económica es el Uber y es que cada trayecto al centro no cuesta más de 2-3 euros, dependiendo de donde vivamos.

¿Qué ver en Brașov?

Lo cierto es que el centro de la ciudad, lo realmente bonito de Brașov, es relativamente pequeño y se puede ver tranquilamente en un día o incluso en una mañana madrugando un poco.

Piața Sfatului. Es la plaza principal de la ciudad, siempre llena de buen ambiente y alguna que otra terraza, sobre todo en verano. Desde aquí se divisa el enorme cartel de BRASOV al estilo Hollywood casi en la cima de la montaña. En medio de la plaza se alza el Museo de Historia del distrito de Brașov (Muzeul Județean de Istorie Brașov), fundado en 1950. Anteriormente, esta casa albergaba la Casa del Consejo.

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Piața Sfatului

Os animamos también a dar una vuelta por las calles que rodean la plaza, siendo la strada Republicii la arteria principal del casco antiguo. Terrazas, tiendas, restaurantes, etc. será lo que os encontréis en esta y otras calles del centro.

Desde esta plaza nos dirigiremos a la Iglesia Negra (Biserica Neagra), el principal monumento religioso de la ciudad, de culto luterano. Se construyó entre los siglos XIV y XV y a día de hoy es el mejor ejemplo de arquitectura gótica de Rumanía. Gracias a su torre, la iglesia alcanza una altura de 65 metros, lo que le vale para ser vista desde muchos puntos de la ciudad. En 1689, un gran incendio durante la Gran Guerra Turca acabó con parte de la estructura y fue entonces cuando se le comenzó a llamar Iglesia Negra. El horario en invierno (octubre – abril) es de martes a sábado 10-16h, domingos 12-16h y lunes cerrado. El horario en verano (abril – octubre) es de martes a sábado 10-19h, domingos 12-19h y lunes cerrado. Hay que pagar para entrar en su interior.

Por aquí cerca también encontraremos la strada Sforii, otra de las tantas que presumen ser la calle más estrecha de Europa, de 1.3 metros de ancho.

A continuación, vamos a recorrer las murallas de la ciudad. Rodean gran parte del casco antiguo y sorprendentemente están bastante bien conservadas. En la parte de muralla más cercana a la iglesia, paralela al canal, os recomendamos subir a dos de las torres de la ciudad: la Torre Blanca (Turnul Alb) y Torre Negra (Turnul Negru). No son exactamente iguales, la blanca es más grande. La torre negra hoy en día no es de tal color y es que obtuvo el nombre tras otro incendio en 1649. Desde aquí las vistas de la ciudad y de la montaña Tâmpa al fondo son sencillamente espectaculares.

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Vistas de la Iglesia Negra y montaña Tâmpa desde la Torre Negra

Para los más intrépidos, sabed que se puede subir a dicha montaña, bien andando a vuestro ritmo o bien en funicular.

¿Dónde comer en Brașov?

Una amiga que tenemos resultó que era de aquí y nos recomendó estos dos restaurantes: Sergiana (Strada Mureșenilor 28) y La Ceaun (Piața Sfatului 11-12), ambos de comida tradicional.

Aquí podréis probar platos típicos de la cocina rumana como:
  • Mici (carne picada en forma de salchichas)
  • Sarmale (rollos de carne y repollo)
  • Mămăligă (pan)
  • Sopas (Ciorbă)
    • Ciorbă de burta (de tripas de ternera)
    • Ciorbă rădăuțeană (de Rădăuți, un pueblo rumano)
    • Ciorbă de perisoare (de verduras con bolas de carne)
  • Postre
    • Papanași (rosquilla rellena de queso bañada en aceite, acompañada con mermelada o azúcar glas)
    • Pálinka (un aguardiente bastante fuerte)
Para tomaros un café, un buen lugar es Cafeteca Patria.

Excursiones desde Brașov

⇨ El Castillo de Bran (Castelul Bran), el falsamente llamado Castillo de Drácula. En 1987 el escritor irlandés Bram Stoker creó la famosa novela Drácula cuyo protagonista es el archiconocido conde Drácula, un personaje inspirado en Vlad Drăculea o Vlad el Empalador (Vlad Țepeș en rumano), príncipe de Valaquia, un antiguo principado al sur de Rumanía. Este señor era famoso por empalar a sus víctimas, es decir, atravesarles el cuerpo de abajo a arriba con una estaca. Pues bien, Vlad el Empalador no solo no vivió en este castillo sino que ni siquiera estuvo en él en ningún momento de su vida. Todo fue una invención de Ceaușescu, del que tanto os hablamos en la página de Bucarest. Ceaușescu vio el negocio en este castillo, y comenzó toda una campaña de propaganda para turistas ya que el auténtico Castillo de Vlad Țepeș, el Castillo de Poenari (Cetatea Poenari), se encontraba en ruinas.

El castillo es una construcción del siglo XIV, sirvió como antigua residencia de la realeza rumana y actualmente pertenece a los Habsburgo, pues la heredera rumana del castillo se casó con un austriaco y son sus hijos quienes lo han heredado. En 1948 los comunistas lo expropiaron, pero en 2006 fue devuelto a la realeza. En un principio intentaron venderlo al Estado, incluso el magnate ruso, dueño del Chelsea Football Club, Roman Abramowitsch, intentó comprarlo pero ambas ofertas fueron rechazadas. El precio del castillo rondará actualmente los 135 millones de dólares.

Desde nuestro punto de vista, la visita al Castillo de Bran no merece la pena a no ser que tengáis tiempo de sobra por la zona. Es bonito por fuera, pues se halla sobre una roca de 200 metros de altura, pero por dentro no tiene nada interesante salvo las vistas desde arriba, sumado a que la entrada es bastante cara para lo que es Rumanía. Entre el Castillo de Bran y el de Peleș, no hay color, sin duda, el de Peleș.

Para llegar hasta él hay que tomar un autobús desde la estación de autobuses de Brașov (Autogara 2). Para llegar a la estación se puede ir en Uber o en transporte público: el autobús 41 sale desde la parada Livada Poștei, junto al Parcul Central o Parque Nicolae Titulescu, y van a la estación de autobuses. Si venís desde Bucarest, lamentablemente no se puede ir directo a Bran en transporte público, tenéis que pasar por Brașov y hacer lo que acabamos de contar.

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Castillo de Bran

De lunes a viernes hay buses cada media hora que hacen la ruta Brașov – Râșnov – Bran; en fines de semana, cada hora. Cuando lleguéis a Bran, todo lo que veréis será tiendas y más tiendas de souvenirs, muchos de ellos en relación al conde Drácula. También hay varios restaurantes y hoteles. Aquí tenéis los precios y horarios del castillo. 

Si optáis por esta excursión, una opción es hacer una parada en Râșnov que, como hemos dicho, es una parada intermedia entre Brașov y Bran, por lo que no os supondrá líos de cambios de trenes. Aquí podéis visitar la Ciudadela de Râșnov (Cetatea Râșnov), accesible casi desde el centro de la ciudad, subiendo andando o en un pequeño tren. No tiene pérdida ya que Râșnov cuenta con otro letrero enorme en la cima homólogo al que hay en Brașov.


⇨ Sinaia. Esta es una excursión muy recomendada ya que en una misma parada podemos ver el Monasterio de Sinaia (Mănăstirea Sinaia), el Castillo Pelișor (Castelul Pelișor) y la atracción estrella: el Castillo Peleș.

Para llegar hasta aquí hemos de coger el tren que conecta Brașov y Bucarest y bajarnos en la parada intermedia Sinaia. Podéis comprar los tickets en esta página o en la estación.

Una vez salimos de la estación de Sinaia hemos de ir subiendo en todo momento. Lo primero que nos encontraremos, a mano derecho será el Monasterio de Sinaia (Mănăstirea Sinaia), fundado en 1695. El recinto consta de una pequeña iglesia de estilo bizantino (Biserica Adormirea Maicii Domnului) y la principal (Biserica Sfânta Treime), ambas de culto ortodoxo.

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Monasterio de Sinaia: Biserica Sfânta Treime

Seguimos subiendo por un agradable camino rodeado de vegetación y algún que otro puesto de souvenirs callejero. La segunda parada es el Castillo Pelișor (Castelul Pelișor), construido en 1902 por orden del rey Carol I de Rumanía (1839-1914). Como curiosidad, Carol I es el nombre oficial, pero él era alemán, su nombre natural era Karl von Hohenzollern-Sigmaringen. En caso de querer visitar el castillo por dentro, mejor hacerlo antes que el de Peleș, pues de lo contrario puede decepcionar, ya sabemos que las comparaciones son odiosas.

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Castillo Pelișor

Y, por último, al final de este camino, veremos el Castillo Peleș (Castelul Peleș), un espectacular palacio de estilo neorrenacentista que antiguamente fue la residencia de verano de reyes rumanos. Se construyó en 1883 para el rey Carol I de Rumanía, donde además moriría más tarde. Tal y como sucedió con el de Bran, este fue expropiado durante la época comunista y devuelto a la familia real rumana en 2006, si bien hoy en día no tienen ningún estatus oficial pues el país es una república. El castillo era muy moderno para su época, fue el primer castillo del mundo con electricidad producida por su propia planta energética, así como un ascensor y calefacción. Durante la época comunista, invitados por Ceaușescu, por aquí pasaron varias personalidades del mundo de la política, como el líder libio Muammar al-Gaddafi, los estadounidenses Richard Nixon y Gerald Ford, el palestino Yasser Arafat y Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista Español (PCE). El rey Carlos III de Reino Unido tiene hasta 10 propiedades en la región de Transilvania, así que visita esta zona de vez en cuando.

Las entradas para el castillo se compran en las taquillas que hay antes de entrar al palacio, aunque también se pueden comprar por internet y ahorrar tiempo de espera en cola. Consta de 3 plantas (0, 1 y 2) y 160 habitaciones y existen varios tipos de entrada para verlas: la entrada básica, solo válida para la planta baja; la entrada “tour opcional I”, que cuesta el doble y que incluye la planta baja y 1; y el “tour opcional II”, que cuesta el triple y permite entrar a las plantas baja, 1 y 2. La visita a todas las plantas es bastante cara pero, sin duda, merece la pena no quedarse solo en la baja, pues las de arriba son las más bonitas. Se visita por libre, sin visita guiada, solo con algunos textos en las habitaciones; nos llevó unas 2 horas en total yendo tranquilamente.

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Castillo Peleș

Los precios y horarios de ambos castillos (Pelișor y Peleș) los podéis encontrar en este enlace. Si venis en coche alquilado hay aparcamientos de pago (caros).

Luego podéis dar una vuelta por los alrededores, hay muchos bosques bonitos, aunque cuidado, puede que haya osos, hay carteles que lo advierten. Rumanía es el país de Europa sin contar Rusia con más osos salvajes.

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