Artículo actualizado en: 2025-05-12T17:11:11Z

Breslavia

Wrocław –Breslavia en español– es una ciudad polaca de 630.000 habitantes, la cuarta más grande del país, y la capital de la región de Baja Silesia. La pronunciación correcta en polaco sonaría algo así como Vrótsuav.

Situada al oeste del país, tiene una ubicación inmejorable ya que se encuentra a pocos kilómetros tanto de la frontera checa como de la alemana. Además es una buena oportunidad para hacer una excursión si te encuentras en otras ciudades polacas con más nombre como Cracovia o Varsovia, un poco más lejos. Tiene un ambiente muy internacional ya que cuenta con una unviersidad muy importante, lo que la convierte en uno de los destinos típicos de Erasmus.

Los autobuses en Polonia, acorde con el resto de industrias, son muy baratos y en ciertos trayectos se incluye un pequeño tentempié. La compañía más conocida es Polskibus, que fue la que usamos para venir de Cracovia a Breslavia.

En 2016 fue elegida como Capital Europea de la Cultura, título que compartió con la española San Sebastián. Breslavia es una ciudad para pasear, no es muy grande así que se puede recorrer toda andando.

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Plaza del Mercado o Plaza Rynek

Breve historia de Breslavia

Para disfrutar de tu visita a Breslavia, es preciso entender un poco su historia reciente, bastante curiosa, por cierto. Ahora mismo es una ciudad polaca pero antes ha pertenecido a múltiples imperios: al Reino de Bohemia (fueron quienes fundaron la ciudad en el siglo X), al Reino de Polonia (de 1054 a 1320), de nuevo al Reino de Bohemia que en esa época pertenecía al Sacro Imperio Romano Germánico, luego al Reino de Hungría (de 1469 a 1490), a la Dinastía Jagellón de Lituania (de 1490 a 1526), a la monarquía de los Habsburgo de Austria, que también pertenecía al Sacro Imperio Romano Germánico (de 1526 a mediados del siglo XVIII), después al Reino de Prusia, luego al Imperio Alemán (de 1871 a 1945) y, finalmente, a Polonia. Por ello ha tenido un sinfín de nombres, como Wratislavia durante el reinado de los checos de Bohemia, Breslau en la época alemana y Wrocław ahora, entre muchos otros.

Como hemos dicho, hasta 1945 había sido una ciudad alemana, de hecho, por aquel entonces, era la segunda ciudad más poblada del país después de Berlín. En las elecciones de 1933, el partido nazi logró el 50% de los votos, es decir, uno de cada dos votaron por dicho partido y acabó siendo la última gran ciudad en ser derrotada por los aliados, cayendo incluso (poco) después de la muerte de Hitler. Se puede decir, por tanto, que la Segunda Guerra Mundial acabó aquí. Tras la derrota de Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Soviética se reúnen en la llamada Conferencia de Potsdam en julio de 1945 con el objetivo de marcar las nuevas líneas fronterizas entre los países. Entonces se decidió mover la frontera polaco-germana hacia el oeste, de tal manera que Silesia, la región donde se encontraba Breslau, pasaría a ser nuevo territorio polaco. Los cerca de tres millones de alemanes que vivían en Polonia fueron expulsados hacia el oeste y polacos provenientes del centro del país y de otros territorios fueron traídos a la a partir de entonces llamada Wrocław y la región de Silesia. Esta es la historia de cómo una ciudad alemana pasó a ser una ciudad polaca. Unos 14 millones de alemanes fueron expulsados de todos los territorios que tenían antes de la derrota de la Segunda Guerra Mundial. A cambio de ganar el oeste de lo que ahora es Polonia, perdió parte del este, que pasaron a ser territorios de Ucrania, Bielorrusia y Lituania. 

Desde entonces a 1989, Polonia fue un Estado socialista bajo el nombre de República Popular de Polonia y gobernado por el Partido Obrero Unificado Polaco (POUP o PZPR en polaco), formado al fusionarse el Partido Socialista Polaco y el Partido Obrero Polaco.

¿Qué ver en Breslavia?

Sin grandes edificaciones o monumentos destacados como en otras ciudades, Breslavia enamora en su conjunto.

Empezaremos a recorrer la ciudad por el sur, que es donde está la estación de trenes, e iremos sur a norte. La Estación Central de Trenes (Dworzec Kolejowy Wrocław Główny PKP) será lo primero que veamos. Se trata de una preciosa estación de 1857, en su momento una de las más grandes y ahora una de las más bonitas de Europa. Se nota que está reformada, pero ha sabido mantener el estilo original. De aquí salen trenes tanto a nivel nacional como internacional. También salió de aquí el famoso tren del oro nazi que escondieron los alemanes cuando estaban al borde de la derrota en la Segunda Guerra Mundial y tenían que huir de la ciudad. El tren iba en dirección a Berlín, se perdió en las montañas de Silesia, y nunca se supo más de ese oro, por eso hay mucha gente que duda que existiera.

A continuación nos dirigimos al Hotel Monopol, un hotel de cinco estrellas construido en 1892 en estilo neobarroco sobre un antiguo cementerio. Durante la época nazi en la década de 1930, Hitler daba discursos desde el balcón cuando visitaba la ciudad, de hecho, el balcón fue construido para ese fin. Es un hotel histórico por el que han pasado personajes célebres como Pablo Picasso en 1948, durante el Congreso Mundial de Intelectuales en Defensa por la Paz que tenía lugar en Breslavia y la actriz, la cantante alemana Marlene Dietrich, el actor Tom Hanks y el director Steven Spielberg.

Un poco más alejado, pero que viene muy a cuento con dos de los clientes del hotel que acabamos de mencionar, se puede pasear por la calle Miernicza, una calle en estado casi de abandono después de la Segunda Guerra Mundial, que le ha valido para ser escenario de películas de época como El puente de los espías (2015), de Steven Spielberg y con Tom Hanks como actor protagonista. En dicha película, por ejemplo, esta calle representaba el Berlín de 1960, incluyendo una recreación del muro de Berlín que construyeron.

Volvemos a donde estábamos para visitar el Palacio Real de Breslavia (Pałac Królewski we Wrocławiu), ubicado muy cerca del Hotel Monopol. Originalmente fue la casa/palacio del barón Heinrich Gottfried von Spatgen, construida en estilo vienés en 1717. En 1750, el barón fallece y Prusia, que acababa de llegar al poder, le compra el palacio, realiza una ampliación en estilo barroco/rococó y lo convierte en la residencia de los monarcas prusianos de la familia Hohenzollern. En 1918 el palacio fue donado a la ciudad, en aquel momento llamada Breslau puesto que pertenecía a Alemania, y, actualmente, funciona como museo de historia de la ciudad. Por supuesto, ha sido reconstruido, pues acabó muy dañado tras la Segunda Guerra Mundial. El museo también incluye la visita de algunas de las salas del palacio, precisamente las de la casa original del barón antes de la ampliación. La decoración del mismo es bonita pero sencilla, no es una cosa exuberante, tiene muebles de época y estufas de carbón hechas en cerámica. La entrada es de pago y el horario es de 11:00 a 17:00 de miércoles a sábado, los domingos hasta las 18:00; lunes y martes está cerrado.

Otra parada interesante al sur de la ciudad es la escultura El Paso (Pomnik Przejście we Wrocławiu), también conocida como El Transeúnte Anónimo. Se trata de un monumento de bronce compuesto por catorce figuras de personas a tamaño real que desaparecen frente a un paso de cebra y aparecen de nuevo al otro lado de la calle, como si hubieran cruzado por debajo. Fue inaugurado en 2005 y está basado en otro monumento similar ya existente en Varsovia. El monumento recuerda la ley marcial impuesta por el gobierno comunista en 1981 para perseguir a los ciudadanos con ideas anticomunistas, dada la proliferación de grupos opuestos al régimen. Como consecuencia de esta ley, muchos ciudadanos tuvieron que esconderse hasta 1983. La escultura muestra cómo la población se mete bajo tierra para esconderse del régimen comunista durante esta ley y salen de la tierra en el lado opuesto de la calle, simbolizando la derogación de la ley en 1983 y la devolución de sus libertades. Una escultura sin duda curiosa y con mucho significado.

Por el centro podéis visitar la Plaza de la sal (Plac Solny), una plaza medieval llamada así porque formaba parte de la antigua ruta de la sal. Aquí se vendió sal hasta el siglo XIX, ahora se venden flores.

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Hilera de casas en la Plaza de la sal

La Plaza de la sal comparte esquina con la Plaza del Mercado (Rynek we Wrocławiu), el corazón de la Breslavia. Es característica por ser peatonal y por sus grandes dimensiones, siendo la segunda más grande de Polonia después de la de Cracovia. Rynek significa literalmente 'mercado'. Se construyó en el siglo XIII, lo que la convierte en una de las más antiguas de Europa. Lo más llamativo de ella son sus hileras de casas de colores de época imperial alemana (pues gran parte de la historia reciente, Breslavia ha sido una ciudad alemana). Sin embargo, hay que decir que no siempre fueron así, estos colores son fruto de la profunda restauración que se llevó a cabo en la segunda mitad del siglo XX, ya que el 75% de la ciudad de Breslavia quedó desolada tras la Segunda Guerra Mundial. El hecho de que fuera la última ciudad alemana en caer, hizo que se tuvieran que triplicar los esfuerzos para destruirla. En un lado de la plaza hay una foto en blanco y negro de Wroclaw en 1945, para que se vea como quedó tras la Segunda Guerra Mundial. En otro orden de cosas, entre finales noviembre y principios de enero, en esta plaza se montan los mercadillos de navidad, tan habituales de Centroeuropa.

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Plaza del Mercado

En esa misma plaza se encuentra el Ayuntamiento (Stary Ratusz we Wrocławiu), de estilo gótico, terminado en el siglo XVI. Era el lugar donde se impartía justicia, por eso frente a él hay un pilar donde se daba con el látigo a la gente, como muestra la figura que hay arriba del todo, sobre la columna. A ambos lados de la puerta de entrada vemos dos relieves, a la izquierda un pregonero y, a la derecha, un soldado. Arriba hay otro relieve que simboliza al alcalde y, más arriba, destaca el reloj astronómico de la época bohemia, de hecho veréis que se da un aire al de Praga. El reloj marca la hora y la fase lunar en que estamos.

En su interior alberga el modesto Museo de arte burgués (Muzeum Sztuki Mieszczańskiej), de pago, y también se celebran conciertos en ocasiones especiales. Frente al ayuntamiento destaca una estatua de un oso con la lengua larga (Fontanna Niedźwiedź), construida en 1902 por el escultor alemán Ernst Moritz Geyger. La estatua se perdió durante la Segunda Guerra Mundial, así que lo que vemos actualmente es una reconstrucción idéntica a la original, inaugurada en 1998. Se dice que trae buena suerte frotarla, por eso se ve que tiene un color más desgastado que el resto de la escultura.

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Estatua del oso con la lengua larga frente al Ayuntamiento de Breslavia

Algo curioso es que, a lo largo de toda la ciudad, veréis un montón de esculturas de graciosos enanos  o gnomos (Krasnale en polaco) que, según dicen, traen prosperidad a la ciudad. La leyenda cuenta que una vez hubo un diablillo que hacía la vida imposible a los ciudadanos, así que estos unieron fuerzas con los gnomos para poder expulsarle. Cuando acabaron con él, los habitantes dejaron que los enanos se quedaran (lo que hoy son las estatuas). La realidad es que se colocaron en recuerdo del movimiento estudiantil en 1980 llamado Alternativa Naranja, en contra del gobierno comunista polaco dependiente de la Unión Soviética. Las protestas consistían en dibujar grafitis de enanos en las paredes e ir disfrazados con gorros naranjas simulando ser enanos, puesto que las manifestaciones estaban prohibidas. Cuando acabó el régimen comunista en Polonia en 1889, empezaron a aparecer estas esculturas de enanos; hoy en día hay ya más de 800 y no paran de aumentar, pues cada establecimiento nuevo que abre, coloca su propio enano. Por ejemplo, enfrente de un banco, puede haber un enano sacando dinero, frente a un restaurante uno comiendo, etc. Otra leyenda cuenta que si encuentras siete, te traerá suerte.

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Figurita de un enano

Para los que les gusten estos enanitos, crearon una aplicación para móvil que consiste en hacer fotos a todas las figuras que veamos hasta conseguir todas. Además te cuenta historias sobre ellas. La aplicación se llama Wroclaw Dwarfs y está disponible en inglés y polaco.

La primera figura —y más grande— y la que más representa a Alternativa Naranja es la llamada Krasnal Papa, ubicada en la esquina entre las calles Świdnicka y Kazimierza Wielkiego.

Vamos ahora a ver un museo muy curioso. Se trata de un museo circular que se construyó en 1985 exclusivamente para albergar el cuadro Panorama de Racławice, de 114 metros de largo (ancho) por 15 metros de alto, expuesto de manera circular. La pintura data de 1894 e ilustra la batalla de Racławice entre Polonia y el Imperio ruso de 1794 en la que los polacos salieron victoriosos. Por esa razón, el cuadro fue catalogado como políticamente sensible durante la era comunista y estuvo oculto. Inicialmente estuvo en la ciudad de Lwów (Ucrania), pero tras la Segunda Guerra Mundial se trajo a Breslavia, manteniéndose escondido. El 14 de junio de 1985 se volvió a exponer al mundo en el emplazamiento actual.

Continuamos hacia el norte para ver el Mercado Central de Breslavia (Hala Targowa), construido en 1908 durante la época en que la ciudad pertenecía al Imperio Alemán. En su interior podemos encontrar productos artesanales, comida local y souvenirs.

También es indispensable visitar la Universidad de Breslavia (Uniwersytet Wrocławski), una de las más antiguas y más prestigiosas de Europa. En esta universidad se han graduado hasta 9 premios Nobel, aunque la cifra aumenta hasta 14 si contamos ganadores que nacieron en esta ciudad o fueron profesores de la universidad, como Erwin Schrödinger. Cada año acoge a 180.000 estudiantes, lo que equivale a la cuarta parte, más o menos, de la población de la ciudad. En Polonia las carreras universitarias son gratis o conllevan unas tasas muy bajas. El edificio, de estilo rococó, es impresionante: su fachada, sus puertas azules y doradas... Además, pagando un módico precio a la entrada, podéis ver su interior, subir a su torre y, sobre todo, ver la joya de la universidad, su Aula Leopoldina, que lleva el nombre del emperador Leopoldo I de Habsburgo, fundador de la universidad en 1702. Esta aula barroca se destina a eventos especiales, como la apertura anual del curso escolar con los profesores, decanos, etc., defensas de tesis e incluso conciertos. En su momento, se creó para homenajear a las artes y las ciencias, de hecho podéis ver cuadros de personalidades de estos campos, como Sócrates. También destacan los fescos del techo, que representan la venida de Dios y, como curiosidad, el símbolo que pone IHS en dorado junto a dos ángeles, tiene que ver con los jesuitas, que fueron los administradores de la universidad y quienes ayudaron a su fundación. Por cierto, junto a una de las fachadas de la universidad hay otro enano, a ver si lo encontráis.

Continuamos hacia el norte hasta toparnos con el río Odra, el principal de la ciudad, que la bordea y se divide formando doce islas, de ahí que algunos la llamen la Venecia de Polonia. Y no solo el río Odra pasa por Wroclaw, sino también cuatro de sus afluentes, por lo que al final, entre islas y ríos, en la ciudad se han construido hasta 130 puentes. En verano, sobre todo, el río se convierte en una de las principales fuentes de actividades, como paseos en barco o piragüismo.

Vamos a cruzar por el puente Tumski (Most Tumski), antiguamente conocido como el puente del amor porque todos los enamorados colgaban un candado y tiraban la llave al río, hasta que tuvieron que quitarlos por un sobrepeso de 15 toneladas y ahora está prohibido. Al cruzarlo llegamos al barrio de la Isla de la Catedral (Ostrów Tumski), el más antiguo de la ciudad. Es un distrito donde fundamentalmente vive gente religiosa, como monjes y monjas, que no pagan impuestos y tienen su pequeña ciudad dentro de la ciudad, por eso se le conoce con el sobrenombre de pequeño Vaticano.

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Vista del río Odra y la catedral

En él se encuentra la catedral de Breslavia, oficialmente llamada catedral de San Juan Bautista (archikatedra św. Jana Chrzciciela), el primer edificio de ladrillos de la ciudad. Es una iglesia católica de estilo gótico, construida entre 1244 y 1341, y reconstruida en 1951 tras el destrozo de los bombardeos soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial —recordemos que Wroclaw era una ciudad alemana en ese momento—. En su interior destaca el órgano, el más grande de Polonia y, en el momento de su construcción en 1913, el más grande del mundo. En 1983 el papa Juan Pablo II visitó la catedral, a pesar de no contar con el completo beneplácito del gobierno comunista. Y justo seis años después de su visita, cayó el comunismo.

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Fachada principal de la catedral de Breslavia

Podéis completar vuestra visita al barrio dando un paseo y entrando a alguna de las otras iglesias que hay por aquí, como la Iglesia de la Santa Cruz y San Bartolomé (Kolegiata pw. św. Krzyża i św. Bartłomieja), así como por las islitas del río Odra. Os recomendamos, si podéis aguantar hasta que anochezca, que es cuando tiene lugar una de las tradiciones más llamativas de Breslavia. Al caer la noche, un farolero se pasea todos los días por las calles con una antorcha encendienco manualmente todas y cada una de las 103 farolas que alumbran este distrito. 

¿Dónde comer en Breslavia?

Restauracja Piwnica Świdnicka Wrocław. Se trata de una de las cervecerías más antiguas de Europa, de 1273. Hacen su propia cerveza, exclusivamente para el restaurante, donde también podréis degustar platos de la cocina local.

Galeria Neon Side. Otro lugar curioso es es esta zona, llena de neones, que se hicieron populares en la Unión Soviética y se trajeron a Polonia. Cuando cayó el comunismo, hubo una organizaciones y grupos lucharon por mantenerlos y ahora se ha convertido en una zona de exposición de neones y de terraceo.

Excursiones desde Wroclaw

Wroclaw puede considerarse una excursión en sí desde otras ciudades más grandes como Cracovia, pero si decidís establecerla como base, podéis dedicar un día para hacer excursiones interesantes por la región de Silesia, que es bastante desconocida.

Castillo de Książ (Zamek Książ en polaco, Schloss Fürstenstein en alemán). Se trata de un castillo del siglo XIII ubicado en la Baja Silesia, que en 1509 fue adquirido por los Hochberg, familia de la aristocracia de Silesia con varios títulos nobiliarios (barones, condes, etc.). Ellos residieron en él hasta 1944 y fueron los que lo reformaron dándoles un estilo renacentista. En 1944 fue ocupado por los nazis, quienes lo convirtieron en un cuartel de las SS y construyeron una red de túneles en el subsuelo de las montañas de la Baja Silesia, incluyendo el terreno de este palacio. Se dice que estos túneles los usaron para hacer pruebas con armas nucleares —que nunca llegaron a usar—, si bien no está probado. Otra leyenda dice que aquí podría encontrarse el tren del oro nazi perdido que mencionamos anteriormente. Lo que está claro es que nazis y comunistas que vinieron después expoliaron todo lo que había de valor por aquí. Por eso actualmente no queda nada, ni obras de arte, ni muebles ni nada. En su página web encontráis los horarios y preicos.

Monasterio de Lubiaz (Klasztor Cystersów w Lubiążu en polaco, Kloster Leubus en alemán). Se trata del monasterio cisterciense más grande del mundo, ya solo viendo la fachada de 223 metros de largo —más larga que la de El Escorial— se puede hacer uno a la idea. Se fundó en 1175 y estuvo en funcionamiento hasta su disolución en 1810, a consecuencia de la secularización en Prusia. Consta de dos partes, la del palacio y la del convento. La más destacada es la del palacio, con el espectacular salón de baile barroco. Como curiosidad, Michael Jackson visitó el monasterio en 1997 después de un concierto, con la intención de sondearlo para una posible compra, aunque al final no se materializó. Solo se puede entrar en él por medio de una visita guiada, de pago (15 Złoty), y solo abre de 10:00 a 15:00 así que aseguraos de ir con tiempo para que os puedan poner en algún grupo.

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