Hoy viajamos a Oporto (Porto en portugués), una ciudad ideal para visitar en un fin de semana ya que con un par de días da tiempo a ver con calma todo lo que ofrece la ciudad.
Oporto se sitúa al norte del país y, con cerca de 235.000 habitantes, es la segunda ciudad más importante de Portugal detrás de Lisboa, la capital.
La ciudad es muy auténtica, con edificios y barrios antiguos donde parece que no hubiera pasado el tiempo, ya no quedan muchas ciudades europeas así. Además, gracias a la gran cantidad de cuestas que hay, se tienen bonitas vistas desde muchos puntos de la ciudad. También destaca la desembocadura del Duero en el océano Atlántico.
¿Cómo llegar desde el aeropuerto al centro de Oporto?
✈Llegados al aeropuerto, lo primero es desplazarnos al centro de la ciudad. Para ello, la línea E4 de metro parte desde el mismo y recorre Oporto para terminar en Estadio do Dragão, lugar donde juega el primer equipo de la ciudad, el Porto F.C.
Hay que comprar el billete correspondiente a la zona Z4. Cuidado porque al comprar los billetes y marcamos 2 viajes implica ida y vuelta, no para dos personas. El precio es de 4,50€ la ida y vuelta. Acordaos de validar el tique antes de subir al metro.
Otro dato importante es la frecuencia de esta línea, no tanto para ir desde el aeropuerto al centro sino más para cuando haya que volver para coger el avión, tal y como nos pasó a nosotros. Cuando llegamos al metro en dirección al aeropuerto no dábamos crédito al ver que había que esperar más de media hora y que es la única línea de metro que conecta con el aeropuerto, un sábado por la tarde encima. Por tanto, hay que tener esto en cuenta para cuando queramos calcular el tiempo para volver.
Una vez estemos en la ciudad, si vais a estar varios días y prevéis usar el metro con asiduidad, podéis comprar en las máquinas la tarjeta Andante, una tarjeta monedero que podemos ir recargando con diversos tipos de billetes. En este caso, con la zona Z2 será suficiente, no hay nada turístico más lejos de esta zona.
🚗 Si venís en coche, lo mejor, para no complicarse, es dejarlo en un aparcamiento, hay muchos por la ciudad y a buen precio.
¿Qué ver en Oporto?
Vamos a dividir la ciudad en tres zonas –Norte de la ciudad, centro histórico y Vila Nova de Gaia– de cara a que nos podamos organizar el tiempo a dedicar a cada cosa.
Norte de Oporto
Comenzaremos nuestro recorrido por el barrio de Bolhão, concretamente con el Mercado do Bolhão. Se trata de un tradicional mercado portugués recientemente reformado donde encontraréis frutas, verduras, pescados, dulces como pastéis de nata (también llamados pastéis de Belém) y todo tipo de productos, quizás a un precio un poco alto para ser un mercado. Está muy bien para desayunar, pues tienen, además de dulces, zumos naturales por 2,5€, y también para un aperitivo o una copa de vino antes de comer. Por cierto, en la segunda planta hay un piano público, es decir, cualquiera es libre de tocarlo.
Una vez abierto el apetito, muy cerca de aquí hay un sitio genial continuar, la Manteigaria – Fábrica de Pastéis de Nata, lugar económico y rico para probar los que probablemente sean los dulces más conocidos del país vecino. Cada pastéis cuesta poco más de 1€, y lo podéis acompañar de un café u otros bollos, ideal para desayunar o merendar. Otra pastelería similar, justo enfrente de esta precisamente, es la Confeitaria do Bolhão.
Continuamos por la Capilla de las Almas (Capela das Almas de Santa Catarina), una iglesia con ADN de Oporto, ya que está cubierta por, nada más y nada menos que15.947 azulejos. Por dentro –se puede acceder gratis–, la capilla también es bonita, aunque lo que más destaca de ella es, por supuesto, su fachada exterior. El horario es de lunes a viernes, de 7:30 a 18:00; sábados, domingos y festivos, de 7:30 a 12:30 y de 18:00 a 18:30.
Esta iglesia se encuentra en la calle comercial de la ciudad, la rue Santa Catalina, calle que tomaremos hacia abajo para tomar un desayuno o merienda, según nos pille, en el histórico Café Majestic, de 1922. Como muchos otros cafés de otras ciudades, el sitio por dentro es espectacular, a pesar de pasar casi desapercibido por su pequeña fachada. Los dulces varios y cafés están muy bien aunque eso sí, a un alto precio. Pero bueno, la gente sabe a lo que va y esto no impide que haya casi a todas horas una pequeña cola para entrar. Por si fuera poco, también se dice que J.K. Rowling escribió aquí varios capítulos de Harry Potter, en fin, tiene todos los alicientes para ser una visita imprescindible en Oporto.
Interior del Café Majestic
Seguimos calle abajo hasta ver a nuestra derecha, sobre una ligera colina, la iglesia de San Ildefonso (igreja de Santo Ildefonso), ubicada ya en el barrio de Batalha, más concretamente en la Plaza de Batalha (Praça da Batalha). Esta iglesia data de 1739, construida en estilo barroco y destaca por su gran fachada de 1932 cubierta de los famosos azulejos azules de Oporto, que en este caso representan escenas de la vida de San Ildefonso. Se puede pasar a su interior de manera gratuita.
En paralelo al barrio de Bolhão, a la izquierda, hay otra zona importante para visitar, que comienza casi tan al norte como el Mercado do Bolhão, concretamente en la estación de Trindade. Saliendo de la estación, si seguimos de frente calle abajo llegamos a la iglesia que da nombre a la zona. La Iglesia de la Santísima Trinidad (igreja da Trindade) se sitúa en la Praça Trindade y, a pesar de ser una de las más importantes de Oporto, el estar ubicada un tanto alejada de la zona más turística hace que apenas haya gente y sea una visita muy tranquila. Se trata de una iglesia más o menos reciente, del siglo XIX, construida en neoclásico con algunos detalles barrocos, y la verdad es que es muy bonita por dentro, en donde sorprende una estatua del papa Juan Pablo II. Hay tres tipos de circuitos: iglesia, orden (iglesia más varias salas del edificio de al lado) y experiencia completa (iglesia más orden más torre); los precios y horarios los podéis encontrar en su página web.
Iglesia de Trindade
Frente a la Santísima Trinidad se sitúa la espalda del edificio del Ayuntamiento (Câmara Municipal do Porto), un edificio neoclásico, cuya arquitectura recuerda a la de una iglesia, comenzado en 1920, pero que debido a retrasos en la construcción del mismo, no se inauguró hasta 1957. La torre central alcanza los 70 metros. Hoy en día es uno de los edificios más fotografiados gracias a las enormes letras azules de Porto que hay situadas frente a él.
El lugar en el que estamos ahora mismo es la Avenida dos Aliados, centro financiero y lugar habitual de eventos (manifestaciones, conciertos, etc.). Aquí encontramos varios edificios de bancos, lujosos hoteles e históricos restaurantes y cafés, como el Café Guarany (1933). La avenida, que nace en la iglesia de la Trinidad que vimos antes y desemboca en la Praça da Liberdade, destaca por su hilera de casas en su perímetro de estilo neoclásico francés.
Otro de esos edificios de época de esta avenida es hoy un McDonalds, probablemente el más bonito del mundo. Se le conoce como McDonalds Imperial ya que ocupa el emplazamiento donde se hallaba el antiguo Café Imperial de 1936 –el nombre de imperial proviene del águila que aún hoy se puede ver en su fachada–. Cuando este cerró, al inaugurarse el McDonalds en 1995 la cadena decidió conservar varios de los elementos del café. Merece la pena entrar en su interior y admirar sus fabulosas vidrieras art déco, aunque no vayamos a consumir nada.
Interior del McDonalds Imperial
Y aquí acaba la Avenida dos Aliados, en la Plaza de la Libertad (Praça da Liberdade), una de las plazas más importantes de la ciudad. Aquí destaca la impresionante fachada barroca de la iglesia de San Antonio de los Congregados (igreja de Santo António dos Congregados), del siglo XVII aunque construida en el lugar de una antigua capilla también dedicada a San Antonio.
En la misma plaza, vamos a entrar en la estación de San Bento (Estação de São Bento). Se trata de una histórica estación de trenes, obra del arquitecto portugués Marques da Silva e inaugurada a principios del siglo XX. En su interior, destaca el decorado de azulejos ilustrando etapas de la historia de Portugal.
Desde aquí vamos a tomar la rua dos Clérigos. Como podemos intuir, esta calle nos lleva a uno de los monumentos más emblemáticos de Oporto, la iglesia de los Clérigos (igreja dos Clérigos), obra barroca del arquitecto Nicolau Nasoni terminada en 1779. Casi más famosa que la propia iglesia es su torre de los Clérigos (torre dos Clérigos), de 75 metros, lo que le valió para ser la torre más alta de Portugal durante 200 años aproximadamente; hoy en día tiene que conformarse con ser la torre más alta de Oporto. Como ciudad portuaria, la torre sirvió durante mucho tiempo como guía para los barcos.
Se pueden subir sus 225 escalones en forma de caracol abonando una entrada, un poco cara, la verdad; en su web tenéis los precios actualizados. La entrada, además de la subida, permite ver también la iglesia y el museo. Desde la parte más alta se puede ver prácticamente toda la ciudad, destacando sin duda la zona de la Ribera del Duero.
La torre de la iglesia da a la Praça de Lisboa, otra de las importantes. Aquí, llamaron nuestra atención dos establecimientos. Uno es la Casa Portuguesa do Pastel de Bacalhau, un pequeño local donde sirven unos buñuelos de bacalao, tan típicos portugueses, rellenos de bacalao y queso. Cuestan 5€, sin duda un precio desorbitado, obviamente para turistas, pero hay que reconocer que están muy buenas. También las sirven con una copa de vino por 12,5€.
Al lado de este local está otro bastante curioso llamado Casa Oriental. Se trata de un local de venta de latas de sardinas de todos los años, de tal manera que puedes comprar por 10€ la lata con tu año –de nuevo, precio de turista–, en la que viene escrito un acontecimiento que tuvo lugar en ese año y algún famoso que nació entonces. Este tipo de establecimiento, que ya hemos visto en otras ciudades portuguesas, es algo llamativo y puede ser un regalo original.
Otra foto bonita que veremos en la Praça de Lisboa es la del tranvía. En Oporto solo se han mantenido dos líneas de tranvía (n° 1 y 18), ambas dedicadas puramente al turismo, no son usadas por los ciudadanos en el día a día. La razón: el precio, pues un billete sencillo cuesta 6€, 8€ si es ida y vuelta en el mismo día. Desde aquí sale el número 18, el 1 lo hace desde la Plaza Infante, junto al edificio de la Bolsa, y ambos siguen el mismo camino, junto a la ribera del río Duero. El camino es muy recomendable, pero un truco para aquellos que vayan con el presupuesto más limitado es tomar el autobús urbano número 500 que hace prácticamente el mismo recorrido, siempre a orillas del Duero y pasando por la desembocadura hasta la parada Matosinhos, aunque podéis bajaros antes. Además, es de dos pisos, por lo que las vistas desde el piso superior son aún mejores. El precio es de 2,5€ por trayecto. Nosotros lo cogimos en Ribeira (Infante) –aunque podéis subiros antes si queréis buen sitio– y nos bajamos en Praia dos Ingleses, dimos una vuelta por la playa y el faro, y lo cogimos de vuelta.
Desde la iglesia de los Clérigos, vamos a coger en perpendicular a ella la rua das Carmelitas que nos permitirá llegar a la Livraria Lello, una preciosa librería hoy en día colapsada por el turismo. El tirón vino gracias a que J.K. Rowling se inspiró en ella para ilustrar en Harry Potter la librería Florish & Blotts, ya que la escritora vivió en Oporto entre los años 1991 y 1993, tiempo en que escribiría el primer libro de la saga, Harry Potter y la piedra filosofal.
Interior de la Livraria Lello
La entrada cuesta 8€ para todo el mundo y solo se pueden comprar en su página web, seleccionando día y hora para la visita, ya que se pueden agotar rápidamente dependiendo de la época en que vayas. La verdad es que se les ha ido un poco de las manos el turismo, primero por el hecho de tener que pagar por entrar en una librería y, segundo, por las larguísimas colas que se forman a cualquier hora, y eso que todo el mundo tiene entrada comprada con anticipación. Lo bueno es que el precio de la entrada se descuenta del recibo en caso de que compréis un libro. Los hay en muchos idiomas, no solo en portugués. También en su web podéis ver los horarios de apertura.
Lo último que nos queda por ver de esta zona es la Praça de Gomes Teixeira, ubicada justo al lado de la lilbrería. En ella, junto a una solitaria palmera, destacan dos iglesias: la igreja do Carmo y la igreja dos Carmelitas. Parece que se trata solo de una muy grande pero en realidad son dos pequeñas separadas por una casa de apenas metro y medio de ancho, conocida como "la casa escondida". Se dice que se construyó esta casa en medio para evitar cualqueir acto inadecuado entre las monjas de las Carmelitas y los monjes del Carmo. La iglesia del Carmen se erigió en 1768 mientras que la segunda lo hizo más de un siglo antes. Son muy llamativas por dentro, muy recargadas. El precio de la igreja do Carmo es de 5€ e incluye, la iglesia, las catacumbas y la subida a la torre. A la igreja dos Carmelitas se accede gratuitamente.
Centro de la ciudad de Oporto
Si bien es cierto que varios de los monumentos que hemos visto –iglesia de San Ildefonso o la iglesia de los Clérigos– forman parte del casco antiguo, los hemos preferido agrupar en el norte de la ciudad puesto que se encuentran al borde del centro y en la zona alta de la ciudad. Este casco antiguo forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1996.
Seguimos con nuestro recorrido bajando desde la Praça de Gomes Teixeira, pasando por la Universidade do Porto hasta la rua de São Bento da Vitória. Esta es una zona conocida como el barrio de Vitória, antiguo barrio judío. Al final de esta calle se encuentra el mirador de la Victoria (miradouro da Vitoria), la versión gratuita del mirador de la torre dos Clérigos. No está muy bien conservado, pero las vistas son tremendas: el casco antiguo, la Catedral y el Duero con la ciudad de Vila Nova de Gaia y sus bodegas al otro lado del río.
Seguimos bajando en dirección al río por unas escaleras para coger la rua de Ferreira Borges. Al final de ella veremos a mano derecha el Palacio de la Bolsa (Palácio da Bolsa), obra neocásica de mediados del siglo XIX incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El precio para visitarlo es de 10€ y su plato fuerte es la impresionante Sala Árabe. Frente al palacio podemos acercarnos a ver el jardim do Infante Dom Henrique.
A su vera se encuentra la iglesia de San Francisco (Igreja e Museu de São Francisco do Porto), iglesia barroca del siglo XIV también importante en la ciudad aunque su triste fachada en comparación con las otras nos indique lo contrario. La entrada a la iglesia cuesta 10€ e incluye la visita al museo y a las catacumbas.
Dejamos para el final el plato fuerte del casco antiguo, la catedral de Oporto (Sé do Porto). Es una de las edificaciones más antiguas de la ciudad, construida en el siglo XII concretamente, en estilo románico, si bien posteriores reformas le han otorgado la mezcla de estilos arquitectónicos que se puede apreciar hoy en día. Aunque pegaría mucho, curiosamente en Oporto no hay un castillo, en su lugar, está la catedral. No es un monumento impresionante ni referente como pueden ser las catedrales en otras ciudades, pero es interesante verla tanto por fuera como por dentro. La entrada cuesta 3€ e incluye la iglesia, el museo, el claustro y la subida a la torre. Merece la pena especialmente si hace buen día, ya que desde su mirador se obtienen unas vistas de la ciudad fabulosas. Abre de 09:00 a 19:00.
Vila Nova de Gaia
Llegamos por fin a la zona más bonita de la ciudad, la Ribeira, más concretamente la parte sur junto al río Duero, muy agradable de pasear o simplemente sentarse en un banco y disfrutar de la vista. Una vez hemos repuesto energías, vamos a cruzar el famoso puente Don Luis I, un verdadero icono de la ciudad. Su construcción data de 1886 siguiendo los planos del alemán Théophile Seyrig, socio de Gustave Eiffel en la empresa Eiffel y Compañía. Es por ello por lo que este puente se da un aire a la torre Eiffel de París. Imaginamos que está prohibido, pero, sorprendentemente, hay gente que salta desde él –desde la parte de abajo, por supuesto–.
Puente Don Luis I visto desde Vila Nova de Gaia
Cruzando al otro lado, pisamos tierra de Vila Nova de Gaia, una ciudad que pertenece al distrito de Oporto, pero no a la ciudad de Oporto; son ciudades distintas. En ella estamos casi obligados a visitar una de las múltiples bodegas que alberga la ciudad y así probar los famosos vinos de Oporto 🍷. Algunas de las más famosas son las bodegas Ferreira, Taylor’s, Calem, Offley, Ramos Pinto y Sandeman. Estas últimas, junto con la Ferreira, son las más famosas aunque según oímos están muy orientadas al turismo. En cualquier caso todas suelen ofrecer lo mismo: visita a la bodega y cata de vinos por 20-25€, dependiendo del número de copas de vino que incluya la cata.
Nosotros entramos a la Ramos Pinto que tenía un tour en español. La visita, por 20€ y de unos 45 minutos aproximadamente de duración, incluía un recorrido por el museo y la bodega para finalizar con una cata de tres vinos oporto.
Otra actividad guay que hacer por aquí es un crucero por el Duero, llamado crucero de los seis puentes, en referencia al número de puentes que se atraviesan, incluyendo la desembocadura del río en el Atlántico. El precio es de 18€ desde la Ribeira o 15€ si se toma desde Vila Nova de Gaia.
Para volver al centro podemos deshacer los pasos que hemos hecho para venir o coger el funicular dos Guindais desde un extremo del puente Luis I que nos sube al barrio de Batalha por 4€.
Panorámica de la Ribeira vista desde Vila Nova de Gaia
Más alternativas
Si pasáis más de un día en Oporto, merece la pena dedicarle un par de horas a pasear por los Jardines del Palacio de Cristal (Jardins do Palácio de Cristal), que hacen referencia al Palacio de Cristal que había en este lugar hasta su demolición en 1951 para dar paso al Pabellón Rosa Mota, ahora llamado Super Bock Arena. Es un jardín muy agradable, con diversos tipos de plantas, árboles, estanques y hasta pavos reales. También hay un mirador al sur del parque que ofrece una nueva vista del Duero.
¿Qué comer en Oporto?
Es una visita a Oporto es imprescindible probar la francesinha 🥪, su plato bandera: un sándwich relleno de varios embutidos (mortadela, chorizo, filete de ternera, etc.) coronado con queso fundido al horno y una salsa líquida de tomate con un toque picante. La receta es conocida por todo el mundo pero la clave de este plato y lo que los restaurantes guardan en secreto es la salsa, es lo que diferencia una de otra. Se sirve con patatas fritas y también es posible pedirlo con beicon y huevo. Vamos, una bomba calórica💣. Aunque se puede comer uno por persona, quizás es mejor pedir uno para cada dos y pedir otro plato.
Otro plato típico de Oporto son las bifanas, unos pequeños bocadillos compuestos por tiras de cerdo y salsa picante; un buen sitio para probarlas es el Restaurante Conga Casa das Bifanas.
También tenemos, por supuesto, el bacalao, plato nacional, en una multitud de formatos. Uno popular es el bacalhau à brás, que se prepara desmigado y revuelto con huevos. De postre, qué mejor que algo característico del país como la leite creme o los pastéis de Belém.
En la zona de la Ribeira, junto al Duero, hay muchos sitios para comer. En el casco antiguo de la ciudad hay también varios sitios, uno muy popular y bueno es Casa Guedes Tradicional. Se trata de un local enorme, con tres pisos (el último es un rooftop) y una terraza en la calle, por lo que no suele hacer falta reservar si sois pocos. Es un sitio muy turístico como observaréis, pero está todo muy bueno. Destacan los dos tipos de francesinha que tienen, los buñuelos de bacalao, y las hamburguesas. Otra opción para probar la francesinha es el Café Santiago.
Pero el mejor sitio para comer que descubrimos fue Casa Viúva, un acogedor restaurante de comida casera muy auténtico y súper económico. Tienen sopas del día (que en portugués más bien se refieren a cremas o purés), normalmente de legumbres, y pescados frescos cocinados a la brasa en el momento. Nosotros pedimos robalo (robaliza en Galicia, lubina en el resto de España) y salmón, muy buenos. No se puede reservar, solo hacer cola y esperar que se libere una mesa.
Para beber, hay buenos vinos🍷, por supuesto. Uno que nos gustó es el Vila Real Reserva, tanto tinto como blanco, procedente de la ciudad vecina de Vila Real y el Milhafre Negro Reserva Tinto. También es posible que veáis vinho verde, que es típico del noroeste del país, los hay tanto tintos como blancos.
Si sois más de cerveza🍺, no tendréis problema en encontrar las dos cervezas más populares del país, la Super Bock y la Sagres. Y si buscáis algo no alcohólico, el Água com Gás Limão Pedras (agua con gas y toque de limón de la marca Pedrás) es de lo más consumido.
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