Venecia (Venezia en italiano) es una ciudad de 260.000 habitantes ubicada en el norte de Italia, concretamente en la región del Véneto, siendo además su capital.
Venecia no necesita presentación, es una de las ciudades más bonitas y más turísticas de Italia y una de las que hay que visitar alguna vez en la vida. Lo suyo es dedicarle tres días: dos para ver la ciudad y entrar a las varias atracciones que ofrece y uno para ver las islas cercanas. Dicho esto, se puede reducir a dos días si no estáis interesados en entrar en varios palacios y museos y solo queréis disfrutar de la ciudad.
Se halla en un archipiélago formado por 118 islas unidas a través de múltiples puentes que hace que tengamos una foto espléndida en casi cualquier rincón de la ciudad. Además, si la visitamos en invierno es posible que las fuertes mareas hayan inundado las zonas más bajas de Venecia, en lo que se conoce como Acqua Alta. Esto ocurre a causa del Siroco, los vientos del mediterráneo procedentes del Sáhara que empujan el agua hacia el interior de la laguna de Venecia.
La mala noticia para la ciudad es el hundimiento constante y paulatino que está sufriendo. El cambio climático, entre otros factores, está haciendo que el Acqua alta sea cada vez más fuerte y las mareas superen los 140 centímetros con relativa asiduidad en los últimos años, algo impensable en el siglo pasado. Al mismo tiempo que las mareas suben, el suelo va cediendo. En los últimos 100 años el suelo se ha hundido 24 centímetros y los expertos indican que se está hundiendo a razón de 4 centímetros cada 20 años.
Repasando brevemente la historia de la ciudad, durante muchos siglos, Venecia fue capital de la llamada República de Venecia, una ciudad estado independiente hasta 1797, cuando fue conquistada por Napoleón Bonaparte. A partir de ese momento, la República de Venecia y el territorio que ocupaba se repartió entre Austria y Francia. La victoria del Reino de Italia frente a Austria en la llamada tercera guerra de la independencia, en 1866, hizo que las regiones de Véneto y Trentino fueran anexionadas a Italia.
En cuanto a personajes célebres históricos nacidos en la ciudad, destacan el mercader Marco Polo, el pintor Jacopo Tintoretto, o el seductor Giacomo Casanova.
Cómo llegar a Venecia y medios de transporte
Si llegamos por aire, lógicamente llegaremos al aeropuerto de la ciudad, el Aeropuerto Internacional Marco Polo (VCE).
- Desde ahí podemos coger el autobús número 5 en dirección Venezia que te lleva a Piazzale Roma en aproximadamente media hora, haciendo varias paradas entre medias. Este autobús pertenece a la compañía ACTV. Este tiene un precio de 10€.
- Otra opción es el autobús número 35 de la compañía ATVO que tarda solo 20 minutos pues no hace paradas intermedias. Este también cuesta 10€.
- Y, como estamos en Venecia, también existe una opción por mar, con la empresa Alilaguna. El precio es de 15€ el trayecto o 27€ ida y vuelta.
- La opción más cara es la habitual, el taxi convencional, o el watertaxi, que va por el agua ya que al centro no se puede llegar por carretera.
Si venimos por tierra, por ejemplo en tren, llegaremos a la estación de Santa Lucía, muy céntrica. Para mirar horarios y conexiones en Italia, lo mejor es la web de TrenItalia. En el caso de bus, se llega a Piazzale Roma o Tronchetto, también en la isla central de Venecia pero un en uno de los extremos, o sea un poco lejos del centro. Para mirar autobuses, la empresa Flixbus tiene conexiones entre muchos sitios de Europa y Venecia; y la empresa Itabus tiene algunos trayectos dentro de territorio italiano.
Para movernos por la ciudad, existen tarjetas de transporte para uso ilimitado de los autobuses de ACTV y los vaporetti durante un número concreto de días: 24h 25€; 48h 35€; 72h 45€; 7 días 65€. El vaporetto es un barco autobús que seguramente usemos en más de una ocasión si queremos visitar algunas islas cercanas. Estas tarjetas no incluyen el transporte al aeropuerto. Si queremos que lo incluya, existe el ticket de 3 días + 1 transporte al aeropuerto por 52€ o 3 días + 2 transportes al aeropuerto por 58€. Se puede coger por internet en esta web, o más fácilmente allí en los puntos de venta llamados Venezia Unica que hay por el centro de la ciudad o en las máquinas de tickets que hay en las estaciones.
Los famosos y románticos paseos en góndola se han convertido hoy en reclamo turístico número uno y, por eso, tienen un precio relativamente alto. Se trata de un precio fijo para todas las góndolas de 80€ por un paseo de unos 40 minutos por el día (la góndola entera, independientemente del número de pasajeros) y 100€ a partir de las 19:00 que es cuando se empieza a poner el sol y los canales son aún más bonitos. El itinerario que hacen los gondoleros suele estar también predefinido, en algunos puestos de góndolas hasta viene ya dibujado. Curiosamente, las góndolas antiguamente eran de colores, pero a partir del siglo XVI se empezaron a pintar todas de negro para mostrar el luto por las muertes de la epidemia de peste de 1562.
Un último medio de transporte acuático es el llamado traghetto, el cual sirve para cruzar el canal de un lado a otro, algo bastante útil dados los pocos puentes que hay. El precio es de 2€ por persona y veréis varios puestos en sitios estratégicos.
Tarjetas turísticas
A continuación vamos a tratar de explicar brevemente el caos de las tarjetas turísticas de Venecia ya que hay muchas y se pueden comprar en distintos sitios.
Venezia Unica City Pass: esta es la principal pero no funciona como una tarjeta normal que pagas y te incluyen varias atracciones sino que funciona como una tarjeta monedero en la que tú añades las actividades que quieres hacer. Para ello, os metéis en su web oficial y, a la derecha, le dais a añadir tarjeta, rellenáis vuestro nombre y listo. Ahora es el momento de ir incorporando actividades. Podéis incluir los tickets de transporte de ACTV que mencionamos en el apartado anterior, el transporte al aeropuerto o tickets para entrar a museos e iglesias. Fijaos bien porque hay varios descuentos para estudiantes, niños y grupos.
Museos de la Plaza San Marcos: incluye el acceso al Palacio Ducal, que es la principal atracción de Venecia y a los otros museos de la plaza: Museo Correr, Museo Archeologico Nazionale y Sale Monumentali della Biblioteca Nazionale Marciana. El resto de museos son prescindibles y solo recomendables si sobra tiempo. Como la entrada al Palacio Ducal por sí sola cuesta lo mismo que este billete, pues es una buena opción. Se reserva desde la web de Venezia Unica, y hay que estar atento porque se hay distintos tickets dependiendo de si vas entre semana o fin de semana (el precio es el mismo) y el horario solo es de 12 a 16h, aunque nuestra experiencia fue que nos dejaron pasar un par de hora antes, no son tan estrictos. La entrada al Palacio Ducal solo está permitida para el día en que reserves el ticket, y te evita las largas colas.
Museum Pass: este billete es muy interesante pues te garantiza la entrada a los museos de la Plaza San Marcos más otros 8 museos, siendo el más destacado el palacio Ca' Rezzonico. De nuevo, el precio de los museos de San Marcos más la entrada al palacio Ca' Rezzonico cuestan lo mismo que el billete entero, por lo que por el mismo precio te dan el acceso a otros sitios que quizás de otra manera no entrarías. Si tienes tiempo de sobra, tiene sentido comprar esta tarjeta, si solo quieres entrar al Palacio Ducal y a otro museo de los de la lista, no merece la pena. Se adquiere en su web oficial, donde también podéis ver los museos que incluye.
Iglesias del Circuito Chorus o Chorus Pass: te permite la entrada a 14 iglesias, si bien ninguna es de las más destacadas de la ciudad. Por tanto, solo merece la pena en caso de que tengas interés por las iglesias. Este ticket se añade a la tarjeta Venezia Unica City Pass.
Rolling Venice: esta es una tarjeta que tan solo cuesta 6€ pero que solo puede ser adquirida por gente de entre 6 y 29 años. La principal ventaja y único motivo por el que salen las cuentas para comprarla es que los billetes de transportes ACTV de 72 horas están rebajados a 27€, es decir. Este ticket se añade a la tarjeta Venezia Unica City Pass, al final de la sección ACTV – billetes por tiempo.
Lo cierto es que algunas de las cosas que merecen una visita no están incluidas en las tarjetas, como por ejemplo la Galería de la Academia o subir al campanario de San Marcos. Otras atracciones de interés se pueden añadir a la tarjeta pero no ofrece descuento sino que simplemente te evita las colas (aunque no suele haber), como la Scala Contarini del Bovolo o el Teatro La Fenice, de las que hablaremos más adelante.
Como para evitar la cola del Palacio Ducal hay que comprar la entrada por internet, merece la pena coger el billete de Museos de la Plaza de San Marcos o el Museum Pass si además quieres visitar el palacio Ca' Rezzonico o el Museo del Vidrio de Murano por ejemplo.
Por cierto, mencionar que la ciudad cobra una tasa turística de 3€ por persona y noche que hay que abonar al hotel al final de nuestra estancia y que no está incluida en el precio de la reserva que se suele hacer desde los portales de alojamiento de internet.
¿Qué ver en Venecia?
Venecia está dividida en 6 distritos (sestieri): Cannaregio, Santa Croce, San Polo, Dorsoduro, Castello y San Marco. Como es un poco complicado orientarse en esta ciudad, vamos a contar qué ver en cada uno de los barrios.
Santa Croce
Zona más industrial y, por ende, menos turística, donde se encuentran las estaciones de autobuses.
San Marco
Plaza de San Marcos (Piazza San Marco). Es la plaza principal de Venecia y una de las más famosas del mundo. Está conformada por los siguientes edificios:
- El Palacio Ducal (Palazzo Ducale). Se trata de un edificio gótico construido en el siglo X que fue residencia de los llamados dux de Venecia, nombre con el que se referían a los dirigentes de la República de Venecia, hasta su caída 1797, momento a partir del cuál, ejerció como sede administrativa. Lógicamente tras tantos siglos de historia, la arquitectura del edificio ha sido modificada en numerosas ocasiones, el diseño que perdura hasta la actualidad data de una restauración de 1923. Además de residencia de los dux, también fue centro administrativo del gobierno y de la corte de justicia y prisión de la República de Venecia. En este sentido, la gran parte de la visita gira en torno a este uso, pues en una primera parte veremos salas espectaculares de audiencias y al final haremos un recorrido por las cárceles. De hecho, atravesaremos, por dentro, el Puente de los Suspiros, llamado así porque los condenados, al cruzar el puente de camino a la cárcel y ver las preciosas vistas de la isla vecina de San Giorgio Maggiore, suspiraban a modo de resignación. Estas vistas las podemos ver durante la visita y así entender un poco mejor el sentimiento de los reos.
Es un palacio majestuoso y, en nuestra opinión, de obligada visita. La entrada se puede comprar en el momento, si bien las colas pueden llegar a ser kilométricas, sobre todo en fin de semana. Mejor es comprarla por internet para evitar la espera, bien en la web de Venezia Unica como parte del Museum Pass o del billete de Museos de la Plaza San Marcos, o bien la entrada sencilla en la página web oficial del palacio. En ambos caso la entrada es válida únicamente para el día que seleccionéis, no suelen ser tan estrictos con la hora.
Vistas del Palacio Ducal a la izquierda desde la terraza de la basílica
- La basílica de San Marcos, construida en 1063 en estilo arquitectónico bizantino, es realmente preciosa, tanto por fuera como por dentro. En su interior destacan los múltiples mosaicos de oro con escenas del Antiguo Testamento. Aquí podéis ver los horarios y precios para entrar, si bien esto puede variar en los días festivos. Importante también es que no se puede entrar con pantalones excesivamente cortos, que cubran más o menos hasta la rodilla.
En su interior también se pueden visitar tres sitios más: el Museo de la basílica, el Tesoro bizantino y la Pala de Oro, que es el retablo de altar mayor de la basílica.
Nosotros entramos en el Museo de la basílica, el cual te lleva por la parte de arriba de la catedral e incluso salir al balcón, junto a los caballos, desde donde hay unas vistas de la Plaza de San Marcos y del Palacio Ducal sin igual. Además de esto, la visita consta de una exposición con planos, imágenes y detalles de la basílica, unas vistas del interior desde el piso superior y, el punto culminante, los caballos de bronce. Estos cuatro caballos representan una cuadriga y fueron robadas por los venecianos a los bizantinos en Constantinopla en 1204. El dogo (dux) de Venecia en aquel momento mandó ubicar las estatuas en la terraza de la Basílica de San Marcos, en 1254. Más adelante, en 1797, Napoleón se los llevó a Paris tras conquistar la ciudad. Duraron poco, pues en 1815 después de la derrota del ejército francés, fueron devueltos a la azotea de la basílica. Allí permanecieron hasta la década de 1980 debido a su deteriorado estado y para evitar daños mayores, se movieron al museo de la basílica y se sustituyeron por réplicas, que son las que vemos actualmente.
Las entradas (independiente de la entrada de la basílica) se compran en el interior de la catedral, después de hacer la cola. Los horarios y precios están en la misma web de la basílica.
Vistas del Campanario de San Marcos y la Plaza San Marcos desde la terraza de la basílica
- Otro icono de la plaza es el Campanario de San Marcos (Il campanile di San Marco), de 98,6 metros de altura. Aunque la torre original data del siglo XVI, lo que vemos ahora mismo es una réplica: en 1902 el campanario se vino abajo a causa de múltiples grietas causadas por terremotos y tormentas varias. Por unanimidad popular se decidió reconstruir y el nuevo campanario abrió sus puertas de nuevo en 1912. Un hecho curioso es que no se puede subir andando, tan solo se puede hacer en ascensor. Para entrar solo hay que hacer cola frente a él y pagar el precio del ticket. Los horarios y precios los podéis ver en esta página web.
- La Torre dell’orologio, construida en 1499. Esta torre del reloj está situada a un lado de la basílica, junto a la llamada Piazzeta dei Leoncini, que es la placita pequeña que hay en el lado norte de la misma. En la parte alta de la torre se puede apreciar el León de San Marcos, símbolo de Venecia, y dos figuras de bronces tocando la campana. Estas dos figuras representan a dos pastores moros que podremos ver mover sus martillos para tocar la campana cada hora. Realmente no se trata de un reloj común, ya que este consta en su fachada de varias esferas, una dentro de otra, que nos marcan varios datos: la exterior muestra los números romanos del 1 al 24 y la manecilla que tiene una figura de un sol apunta a uno de estos números para decirnos la hora. La siguiente esfera, de color dorado sobre fondo azul, ilustra a los doce signos del zodiaco. Las más interiores muestran las fases de la luna y del sol. De igual manera que con la torre del reloj de Praga, cuenta la leyenda que a los constructores de la Torre dell’orologio también les arrancaron los ojos para que no pudieran hacer una réplica de este monumento en otros lugares del mundo.
Basílica de San Marcos y Torre dell’orologio a la izquierda
Como contamos antes, la entrada al Palacio Ducal comprada por internet incluye el acceso a los Museos de la Plaza San Marco que, en realidad son tres en uno pues se encuentran en el mismo edificio: el Museo Correr (con exposiciones temporales), el Museo Arqueológico y la Biblioteca Marciana, que es lo más destacado en nuestra opinión. También es interesante ver las habitaciones en las que vivieron el emperador austríaco Franz Josef y la princesa Sissi durante sus varias estancias en Venecia. No quita mucho tiempo ya que se ve en menos de una hora, aproximadamente.
En la Plaza de San Marcos veremos además varios cafés, siendo el Café Florian un histórico de la clases altas venecianas, inaugurado en 1720. Los precios que nos encontraremos en él serán, por tanto, desorbitados, más aún con el suplemento que cobran por la banda de música que toca para el público. Por ello, en general, no es un sitio recomendado, salvo que te apetezca un día darte un lujo. Por cierto, está prohibido sentarse en las escaleras que rodean la plaza a comer, la guardia urbana está siempre por ahí advirtiendo a los turistas que aún no están al tanto de la normativa.
Os recomendamos también visitar la plaza por la noche, iluminada es aún más bonita si cabe.
Plaza de San Marcos al anochecer
Muy cerca de los límites de este sestiere, prácticamente junto al Puente Rialto, nos vamos a acercar al lujoso centro comercial T Fondaco dei Tedeschi. Pero no, no venimos de compras, tan solo vamos a subir a la terraza del mismo situada en la última planta y disfrutar de unas buenas vistas del puente, del Gran Canal y de los tejados naranjas de los edificios tan característicos de la ciudad. Lo mejor es, encima, que es gratis, algo poco habitual en Venecia así que hay que aprovechar. Tan solo hay que reservar con antelación un horario en esta página web. Si no reserváis a tiempo, podéis intentar que os dejen pasar, igual tenéis suerte si ese día no hay mucho turismo por allí.
Ahora nos vamos a la otra punta del distrito a visitar dos últimos edificios. El primero es el Palazzo Contarini del Bovolo, cuya fama se debe a la impresionante escalera de caracol (Scala Contarini del Bovolo) que se puede ver en su fachada y los varios arcos que conforman el exterior de este palacio veneciano. Al atracción en sí es subir por la escalera y disfrutar de las vistas de la ciudad desde lo alto. El precio de 8€ hace que muchos turistas decidan tan solo verlo desde abajo. Subas o no subas, merece la pena acercarse a ver el edificio.
Y justo al lado se encuentra La Fenice, un teatro de ópera histórico y quizás el más importante de Italia después del Teatro alla Scala de Milán. Fue inaugurado en 1792 y en él se estrenaron óperas de tal calibre como la trilogía de Giuseppe Verdi (1813-1901): La traviata, Rigoletto y El trovador; y otras de Vincenzo Bellini. Asimismo, grandes compositores como Richard Wagner (1813-1883) y Franz Liszt (1811-1886) dieron en este teatro un concierto conjunto en 1882, poco antes de que Wagner falleciera aquí en Venecia. Su cuerpo fue entonces llevado Bayreuth. También dirigió óperas en este teatro el compositor ruso Ígor Stravinski (1882-1971), quien fue además enterrado en Venecia, concretamente en el cementerio de la isla de San Michele. En el apartado de cantantes de ópera, por aquí han pasado muchos, como María Callas, Alfredo Kraus o Luciano Pavarotti, entre otros. María Callas (1923-1977) es particularmente querida en Venecia; desde su debut en Italia en el Arena de Verona en 1947, la cantante griega cosechó grandes éxitos en La Fenice interpretando papeles de óperas como Tristán e Isolda y La valquiria de Richard Wagner; y Turandot, de Giacomo Puccini (1858-1924).
Sin embargo, la tragedia se ha cebado con La Fenice. Sufrió dos devastadores incendios en 1836 y 1996. El último, tan reciente, es bastante sorprendente. Tras la correspondiente investigación, se descubrió que el incendio había sido provocado por dos primos electricistas que trabajaban en la rehabilitación del teatro y que querían evitar pagar una sanción a causa de los retrasos en su trabajo, tal y como se indicaba en el contrato con la compañía. El día y la hora estaban perfectamente calculados pues en ese instante los canales de alrededor no tenían agua pues se estaban limpiando, el teatro estaba vacío porque la orquesta estaba de gira en Viena, y el sistema antiincendios estaba siendo sustituido por uno más moderno que se acogiera a las nuevas normativas. En 2001 comenzó la reconstrucción y en 2003 se volvió a inaugurar con un concierto por todo lo alto que incluyó obras de Beethoven, Wagner y Stravinski. Por tanto, todo lo que vemos hoy, a excepción del foyer o vestíbulo, es reconstruido. Como curiosidad, el palco central, entre otras cosas, fue incorporado un poco después de la construcción del teatro, en 1808, para la recepción de Napoleón.
El teatro se puede visitar acudiendo a una de sus obras o bien por medio de una visita con audioguía (también en castellano) como hicimos nosotros. Abre de 9:30 a 18:00 y cuesta 14€ (9,2€ para estudiantes hasta 26).
Interior del teatro La Fenice
Aunque ya la hemos mencionado, aún no habíamos hablado de San Giorgio Maggiore, la isla junto a la Plaza de San Marcos que se ve desde la Riva degli Schiavoni. Aunque se encuentra en una isla independiente, pertenece al distrito de San Marco. Su atracción principal es la Basílica de San Giorgio Maggiore, de 1576. Su interior está decorado con obras de Tintoretto, entre las que destaca La Última cena (1594). El acceso a la iglesia es gratuito mientras que para subir a su campanario (campanile) hay que pagar 6€ (4€ reducida). Para muchos, las vistas desde este campanile son mejores que las que se obtienen desde el campanile de San Marcos. El horario es de 9 a 19h de abril a octubre y de 8:30 a 18h el resto del año, aunque los domingos cierran un par de horas por la mañana para celebrar la misa. Al ser una isla, solo se puede llegar en vaporetto, concretamente con las líneas 2 y N.
San Polo
Gran Canal. Un paso por el Gran Canal es otra de las actividades imprescindibles en la visita a la capital del Véneto. Es una pasada ir en vaporetto e ir viendo fachadas de palacios renacentistas a ambos lados del canal, como el Palacio Ca’ d’Oro, el Palacio Ca’ Rezzonico, el Palacio Ca’ Pesaro o el Palazzo Dario. Este último palacio, Ca’ Dario, es también conocido como el palacio asesino por las siniestras historias que rodean a sus dueños. La leyenda cuenta que todos los propietarios de esta finca acaban muriendo, muchos incluso en circunstancias violentas. Uno de los últimos casos que quizás pueda ser conocido es el de Cristopher "Kit" Lambert, mánager de The Who, quien compró esta casa y murió en 1981 al caerse por las escaleras, eso sí, no aquí sino en su casa de Londres. Actualmente pertenece a un multimillonario norteamericano de nombre desconocido.
Volviendo al paseo por el Gran Canal, es importantísimo coger un buen sitio, o bien al principio o bien al final, donde podamos tener una vista de ambos lados del canal. Es difícil pues suelen estar llenos, casi es mejor no entrar en uno que está lleno y esperar el primero de la fila a que llegue el siguiente.
Vistas del Gran Canal desde el vaporetto
Recordemos que el trayecto en vaporetto cuesta 9,5€ por lo que nosotros recomendamos comprar el billete de un día y hacer esta ruta combinada con la visita a Murano y Burano de la que hablaremos más adelante. Para hacer este paseo en vaporetto por el Gran Canal, si lo queremos hacer al completo, lo que hay que hacer es subirse en Piazzale Roma o Ferrovia y bajarse en Piazza San Marco, o viceversa.
Aunque solo el Rialto pertenece a este distrito, aprovechamos para ver los cuatro puentes que cruzan el Gran Canal:
- el puente de la Constitución, junto a la estación de trenes, obra de Santiago Calatrava que causó mucho revuelo por su suelo resbaladizo que hizo que la gente se cayera al atravesarlo y, por tanto, tuviera que ser cambiado.
- el puente de los Descalzos, de 1934.
- el puente de la Academia, de 1854. Inicialmente se construyó en hierro pero en 1933 fue sustituido por uno de madera, el actual. Este puente en sí no es llamativo pero las vistas desde él de la iglesia Santa María della Salute son fabulosas. Tanto desde arriba como desde abajo atravesado por el vaporetto.
- el puente de Rialto, el más icónico de todos. Este era el único que cruzaba el canal hasta el siglo XIX, si ya es difícil encontrar la manera de cruzar de un lado a otro hoy en día, cómo debía ser antiguamente. El actual data de 1591, si bien en este lugar ya hubo otros puentes desde 1181. Las vistas desde arriba del canal atravesado por las góndolas y vaporetti son quizás las más bonitas de todas.
Junto al puente de Rialto se encuentra el Mercado Rialto (Mercati di Rialto), un lugar histórico ya que este era el centro comercial más importante de Venecia. Hoy en día, turistas y venecianos podemos acercarnos para comprar algo en sus puestos de fruta, verdura, carne y, sobre todo, de pescado y marisco. Abre de martes a sábado de 8:30 a 12:00.
Puente de Rialto
En el sestiere de San Polo también encontramos la Basílica de Santa María Gloriosa dei Frari, la segunda más grande de la ciudad después de la de Santi Giovanni e Paolo pero de igual importancia. Su interior es casi de museo, pues los monumentos funerarios de Tiziano (1488/90–1576), pintor superlativo de la Escuela veneciana del Renacimiento, y Antonio Canova (1757-1822), importante pintor y escultor italiano del neoclasicismo. Por la grandiosidad de sus mausoleos nos podemos hacer una idea de la importancia de ambos para el pueblo veneciano. Curiosamente la tumba de Canova era la que él mismo había diseñado para Tiziano, pero al final no sucedió, y sus estudiantes se la construyeron para él siguiendo los planos que había dejado. También se encuentra enterrado aquí el compositor renacentista / barroco Claudio Monteverdi, si bien su tumba es más modesta, está en el suelo con un ramo de flores en una de las salas de la iglesia.
Por si fuera poco, la iglesia queda presidida por el gran cuadro de La Asunción de 1518 del propio Tiziano en el altar mayor. El precio de la entrada es de 3€ o 1,5€ reducida, y el horario es de lunes a sábado de 9 a 18h y los domingos de 13h a 18h.
A dos pasos de la basílica, como quien dice, se encuentra la Scuola Grande di San Rocco. Aquí en Venecia se llama Scuolas a las hermandades que se encargan de ellas. Esta en concreto data de 1478. Por dentro es casi como un pequeño palacio que expone grandes obras de pintores de la escuela Veneciana. La mayor parte pertenece a Jacopo Tintoretto, quien se unió a la hermandad en 1575. Destaca, por ejemplo, su Autorretrato de 1573. También hay obras de Tiziano, como la Anunciación, de 1540; o de Giambattista Tiepolo. Tintoretto fue discípulo de Tiziano, por eso podemos ver tantas similitudes en sus obras. Aquí tenéis los horarios y precios.
Castello
Partiendo del Palacio Ducal, toda la zona de muelles donde atracan las góndolas y otros barcos recibe el nombre de Riva degli Schiavoni. No es difícil imaginar que, dada la cercanía con la Plaza de San Marcos, fue un Puerto comercial de gran importancia en el pasado. La imagen de las góndolas aparcadas en fila con la isla e iglesia de San Giorgio Maggiore de fondo, al atardecer, es una de las más buscadas en Venecia. Con o sin foto, os animamos simplemente a pasear por aquí cuando no apriete mucho el sol, es una delicia.
Riva degli Schiavoni con San Giorgio Maggiore de fondo
Al norte del distrito de Castello, encontramos dos atracciones más. La primera es la no tan conocida Libreria Acqua Alta, una curiosa librería donde todos los libros están amontonados sobre cajas, muebles e incluso góndolas con tal de que no toquen el suelo. Esto es debido a que, durante la temporada de marea alta (Acqua Alta en italiano), la librería se suele inundar y esta es la manera de poder salvar los libros. El acceso es gratuito, es una librería de barrio, y te puedes acercar sin problema a ver libros (los hay en varios idiomas), postales nuevas y antiguas, guías de viaje y algunos souvenirs incluso.
Muy cerca de la librería llegaremos a la Basílica de Santi Giovanni e Paolo, la iglesia más grande de Venecia con casi 100 metros de longitud. Se construyó en 1430 a base de ladrillo en estilo gótico veneciano y se trata de un monasterio dominicano; es, de hecho, la iglesia principal de los dominicos en la ciudad. Esta fue la iglesia preferida por los dogos/dux para albergar sus tumbas, por eso en su interior se encuentran enterrados 25 dogos. También en su interior hay cuadros de importantes pintores de la escuela veneciana como Giovanni Bellini y Paolo Veronese. La entrada cuesta 3,5€/1,5€ y abre de lunes a sábado de 9 a 18h y los domingos de 12 a 18h.
Basílica de Santi Giovanni e Paolo
Dorsoduro
Esta es la zona de estudiantes ya que hay muchas facultades de la Universidad de Venecia por aqui, aunque están repartidas por casi toda la ciudad.
Un paseo por este distrito comienza cruzando el puente de la Academia. El primer edificio con el que nos toparemos será la Galería de la Academia (Gallerie dell'Accademia), el museo que alberga la colección más grande del mundo de pinturas venecianas desde el gótico hasta el rococó (siglo XVIII).
Entre los artistas más conocidos que encontraremos en su interior, destacan Paolo Veronese, Giambattista Tiepolo, Canaletto, Giovanni Bellini y los grandes Tintoretto y Tiziano. En el panfleto que te dan a la entrada viene un plano del museo y los cuadros más importantes de cada sala. Quizás el más famoso es La Piedad, de Tiziano.
Como curiosidad, también se halla aquí el célebre cuadro de Leonardo da Vinci, el hombre de Vitruvio (Uomo vitruviano), aunque desgraciadamente está custodiado en una caja fuerte y no está expuesto al público. Aquí podéis ver los horarios y precios oficiales. La entrada se puede comprar en el propio edificio en el momento y la visita nos llevó 1h30 aproximadamente.
También nos vamos a acercar a visitar la Iglesia de Santa María della Salute, la iglesia barroca tan icónica por estar al inicio del Gran Canal y que tanto hemos visto desde el otro lado del canal y desde el vaporetto. Se construyó para honrar la memoria de todos los ciudadanos venecianos fallecidos durante el terrible brote peste de 1630. Merece la pena entrar en su interior, alberga algún fresco de Tiziano y destaca también el altar mayor. El acceso a la iglesia es gratis. También se pueden visitar más pinturas de Tiziano en la sacristía, cuya entrada, en este caso, cuesta 4€.
Santa María della Salute vista desde el puente de la Academia
Saliendo de la iglesia os animamos a llegar hasta la Punta della Dogana y ver un poco el Palacio Ducal y, al otro lado, la isla de San Giorgio Maggiore.
De vuelta se puede parar en a visitar el Museo Guggenheim de Venecia (Collezione Peggy Guggenheim), una colección de arte del siglo XX expuesta en este palacio a orillas del Gran Canal. Alberga obras de Picasso y Salvador Dalí por ejemplo. Está coordinado por la misma fundación que lleva los museos Guggenheim de Nueva York y Bilbao, entre otros. En su página web tenéis los precios y horarios.
Nos vamos ahora al otro extremo del distrito a visitar el Palacio Ca’ Rezzonico, un palacio barroco / rococó del siglo XVIII, espectacular tanto por fuera como por dentro, donde también se pueden encontrar obras de Francesco Guardi y Giambattista Tiepolo. Esté está incluido en la entrada Museum Pass o, si vas por tu cuenta, el precio es de 11€, aquí tenéis horarios, precios y cómo comprar la entrada por internet, aunque también se puede hacer en el propio palacio.
La verdad es que habiendo tantos museos en Venecia y siendo todos de pago con un precio considerablemente alto, es decisión de cada uno elegir a cuáles dar prioridad.
En este distrito no solo hay museos e Iglesias, también encontraremos muchas tiendas de artesanía y plazas con mucha vida como la de Campo Santa Margherita, parada obligatoria para tomar algo en alguna de sus terrazas. Además los precios son un poco más económicos que en el centro ya que estamos en zona universitaria.
Cannaregio
Este pintoresco barrio es conocido por haber sido la zona residencial de los judíos en Venecia desde el siglo XVI hasta su abolición con la llegada de Napoleón en 1796. Se conoce como el gueto de Venecia. Para pasear por él os podéis dirigir a la plaza Campo de Gheto Novo y dar una vuelta por allí. En esta misma plaza se encuentra el Museo Ebraico di Venezia, dedicado a la tradición, cultura e historia de la sociedad judía de la ciudad. Aquí podéis ver los precios y los horarios. La visita también incluye la visita a alguna sinagoga del barrio.
Más allá de esto, este barrio tiene calles muy animadas con varios restaurantes y bares junto a los canales. Tal es el gusto del barrio, que aquí vivieron personajes célebres de la ciudad como Marco Polo, Tiziano y Tintoretto, por eso veremos algunos negocios con sus nombres. También pertenece a este distrito el Palacio Ca’ d’Oro. En cuanto a población, este es el sestiere más poblado.
Otras islas
Una visita a Venecia no puede limitarse a solo Venecia, es altamente recomendable reservarse un día para ir a algunas de sus islas. Lo suyo es comprarse el ticket de 1 día de vaporetto, así podéis ir a varias de ellas y recorrer el Gran Canal todas las veces que queráis.
Murano y Burano
La excursión por antonomasia desde Venecia es a las islas de Murano y Burano. Algunos incluyen también la de Torcello, si bien esta es prescindible, únicamente merece la pena si se tiene mucho tiempo en la ciudad. Al ser una atracción tan turística, los barcos que van entre las islas suelen ir hasta arriba y puede resultar un poco agobiante, no solo el barco, sino la espera en los puertos a que lleguen.
Nosotros comenzamos yendo a Murano, la más cercana, y el vaporetto lo cogimos desde la parada Fondamente Nove. La primera parada de este vaporetto es el cementerio de San Michele (Cimitero di San Michele), un sitio histórico con muchos personajes célebres bajo sus tierras, por ejemplo el compositor ruso Ígor Stravinski tal y como comentábamos anteriormente.
La segunda parada y nuestro destino es Murano Colonna, es decir, está prácticamente al lado, el trayecto no dura más de 15 minutos desde Venecia. Murano es mundialmente famoso por la producción de cristal. Lo más interesante que hacer aquí es ver un “show” de cómo fabrican figuritas de cristal. Estos shows suelen costar 3-5€ por persona, que luego te suelen descontar si compras alguna figurita al final. De hecho, nada más bajar del vaporetto ya hay un caballero que te dirige directamente a su local donde hace estos shows. Nosotros en principio no entramos, tratando de buscar otros que fueran gratis aunque lo cierto es que el resto que encontramos eran más caros y acabamos volviendo. Normalmente esto lo ponen a las afueras del sitio, aunque hay que pedir específicamente que quieres verlo, no es llegar y que alguien lo esté haciendo. El que nosotros visitamos, como decimos nada más bajarte del barco, a pesar de que es de pago, nos gustó. Es verdad que te sientes como ganado yendo con todos los turistas a la vez al mismo sitio y ver el espectáculo que tienen preparado para cuando entres, pero bueno, es así.
Quitando este espectáculo, un recorrido por la ciudad nos ha de llevar por la basilica dei Santi Maria e Donato, de acceso gratuito y que destaca por sus suelos y su mosaico central; y el Museo del Vidrio (Museo del Vetro), opcional, para el que quiera adentrarse más en este mundo, o el que tenga la entrada incluida en su Museum Pass.
Después de dar una vuelta por Murano, podéis terminar la visita yendo al Faro de Murano, zona con varias terrazas y única parada desde la que se puede ir a Burano. Precisamente en la calle que llega al faro vimos al final un sitio donde hacían los shows de construcción de cristal gratis.
Una de las calles de Murano
Burano es el pueblo de las casitas de colores, probablemente el más bonito de los de las islas, parece que estuviera hecho exclusivamente para publicar fotos en redes sociales. Se dice que las casas fueron originalmente pintadas en colores vivos para que los pescadores pudieran verlas y distinguirlas en días de espesa niebla. Hoy en día, si alguien quiere pintar su fachada primero ha de conseguir un permiso de las autoridades locales para que estas aprueben el color elegido, pues no cualquiera vale. El recorrido que hicimos nosotros fue: nada más bajar de la parada seguimos todo recto, por donde va la gente y, en la primera bifurcación, fuimos por la izquierda. Por aquí seguimos hasta llegar a la iglesia de San Martino Vescovo, la única de Burano, e inconfundible por tener el campanile considerablemente inclinada debido a que la estructura sobre la que está asentada ha ido cediendo poco a poco con el paso de los años. Luego se puede volver por el otro lado, de manera que haciendo un círculo vemos toda la ciudad y regresamos a la primera bifurcación.
Además de por sus coloridas fachadas, Burano es famosa en el mundo del encaje, durante nuestro paseo veremos varias tiendas artesanales con productos hechos a mano. Al que le llame este tema, puede asimismo visitar el Museo del encaje (Museo del Merletto).
Para volver a Venecia, el trayecto Burano - Fondamente Nove dura 35-40 minutos y recorre el mismo camino pero a la inversa, es decir pasa por Murano.
Una de las calles de Burano
Lido de Venecia
El Lido de Venecia es una isla de 12 kilómetros de longitud que separa la laguna de Venecia del Mar Adriático. Fue muy popular en el siglo XIX para turistas que buscaban balnearios y hoteles lujosos y se dio a conocer en el mundo de la literatura al ser el escenario del libro La Muerte en Venecia del escritor alemán Thomas Mann.
Gran parte de la que da al Mar Adriático está formada por playas de arena, aunque no todas son gratis, hay algunas privadas. También es conocido este lugar por acoger el Festival Internacional de Cine de Venecia que se celebra cada año en el Palazzo del Cinema de Venecia. Es verdad que ver este edificio sin decoración y sin el glamour que se ve por la tele, pierde bastante. Muy cerca se encuentra el también conocido Casino de Venecia.
No es algo imprescindible pero quien tenga tiempo puede coger el vaporetto de la línea 1 ó 2 y pasar la tarde dando una vuelta por la isla. Nosotros aprovechamos este trayecto para hacer el recorrido por el Gran Canal que comentamos anteriormente. Cogimos a la vuelta el vaporetto de la línea 1 y nos bajamos en Ferrovia, de tal manera que nos deleitamos con las hermosas vistas del Gran Canal, gracias también a que tuvimos suerte y pudimos coger un buen sitio en el barco. Aunque no sea de primeras, con un poco de paciencia y de atención, se puede conseguir uno aprovechando paradas en las que se baja mucha gente como San Marco o Rialto.
¿Dónde comer en Venecia?
Llegamos a la parte que más nos gusta de los viajes, la gastronomía local. Para nuestra sorpresa, una de las cosas más típicas de Venecia es tomar un vino o un Aperol-Spritz acompañado de los llamados cicchetti (cicchetto en singular), que son similares a los pinchos españoles, aunque a ellos no les gusta que se comparen. Constan básicamente de un trozo pequeño de pan sobre el que se le pone algún embutido, queso o algo más elaborado como baccalà mantecato, una crema de bacalao tradicional veneciana. También suelen tener a veces polpette (polpetta en singular), que son albóndigas o croquetas de diversos tipos, no como las nuestras, pero parecidas. Estos están siempre expuestos y se sirven en tabernas llamadas bacari (bacaro en singular). Realmente sitios con cicchetti los hay a puñados, nosotros fuimos a varios y no sabríamos decir en qué sitio están más ricos, así que simplemente vamos a enumerar en los que comimos. En nuestra opinión, el éxito reside en que el producto es de calidad, ya que realmente son bastante sencillos, con apenas uno o dos ingredientes. Importante también es llevar efectivo, en muchos de estos sitios no aceptan tarjetas.
- Al Timon (Fondamenta dei Ormesini, 2754). Este nos lo recomendó un amigo de la ciudad por tener los precios más baratos, el cicchetto a 1€. Es un sitio frecuentado por universitarios y se encuentra en el barrio de Cannaregio junto a un canal, lo que hace que sea un lugar bonito y con ambiente, sin apenas turistas. Lo complicado será encontrar mesa, dentro suele ser más fácil.
- Cantina Do Mori (Calle Do Mori, 429). Sitio clásico, el bacaro más antiguo de Venecia. Aquí obligatorio es probar alguno de los vinos de la casa y pedir cicchetti al gusto. Son populares también los polpette que comentamos antes, tienen de carne, de melanzane (berenjena) y de tonno (atún).
- Al Merca (Campo Bella Vienna, 213). Este de clásico tiene poco. Se encuentra en una plaza junto al Mercado del Rialto con mucho ambiente. Veréis a todo el mundo de pie (no tiene para sentarse dentro) tomando su Aperol-Spritz y sus cicchetti.
- La Bottiglia (Campo S. Stin, 2537). Aquí no tienen cicchetti sino panini, es decir bocadillos, acompañados de vino de la casa. Como se pueden personalizar, pedimos un poco a boleo unos de porchetta (carne de cerdo asada), fromaggio (queso) y melanzane (berenjena) y nos gustaron mucho.
- Ostaria dai Zemei (San Polo 1045). Nos atrajo su agradable terraza y fue un acierto, si bien es cierto que fue de los más caros. Cicchetti a 2€, cervezas a 6€.
- Bakarò (Dorsoduro, 3662). También nos gustó mucho la terraza y nos decantamos por comer aquí. Tienen una parte de cicchetti y luego un amplio menú de platos normales. Quizás los que más nos gustaron, aunque también eran de los más caros (2€).
Más allá de los bacari, estando en Italia no nos podíamos ir sin probar algún plato de pasta y alguna pizza, aunque no sean la especialidad de la ciudad.
- Para la pasta fuimos a Dal Moro's (Calle Casseleria, 5324)🍝, un sitio de pasta para llevar, para muchos el mejor. Lo difícil es encontrar un sitio donde comerlo en la calle que no esté prohibido, pero lo que es la pasta, muy rica. Tienen solo dos pastas: rigatoni y linguini y 4 ó 5 salsas (carbonara, boloñesa, pesto, etc.); el precio es de 7€.
- Y para la pizza, no hay duda, la mejor por unanimidad es Antico Forno (Ruga Rialto, 973)🍕. Solo tiene unas cuatro mesas fuera así que mucha gente las coge para llevar. Están muy buenas, la verdad.
- Otras pizzas muy ricas las tienen en Farini (hay varios por la ciudad). Este sitio nos encantó pues por la mañana sirven desayunos, buenos croissants y buen café, y a medio día y por la noche sacan las pizzas. En ambos casos, de diez.
También os queríamos advertir sobre los restaurantes estándar que veremos por toda la ciudad, que son a la carta o que ofrecen el famoso menú turístico que llama la atención por su precio económico para estar en Venecia. Pues bien, aquí es muy típico que cobren un suplemento por cubierto (copperto) de entre 2 y 3€ por persona, así que es algo que tenéis que aclarar antes de entrar al sitio. Algunos promocionan servizio incluso y aun así cobran el cubierto. Y, por si fuera poco, otros además de este suplemento cobran una "tasa turística" de otros tantos euros por persona. En definitiva, que hay que andarse con mucho ojo, leer la letra pequeña, y dejar todo claro antes de disponerse a comer en un restaurante.
Por último vamos a hablar de los dulces típicos de Venecia, que también nos gusta degustar en cada ciudad que visitamos.
- Empezaremos por los más famosos, los frittelle (fritella en singular), una especie de masa frita rellena similar a los buñuelos. Suelen costar 1,5€ y los típicos son de zabaione (crema con un poco de vino), de crema normal, de chocolate, o sin relleno, simplemente la masa con algunas pasas. La mala noticia es que solo los hacen en época de carnaval. Como nosotros no fuimos en ese momento pero tampoco queríamos irnos sin probarlos, nos recorrimos toda la ciudad a ver si en algún sitio los tenían y, por suerte, encontramos uno: Quanto Basta (Cannaregio, 148), junto a la estación de trenes.
- Otro dulce típico que veremos en todas las panaderías y pastelerías es el cannolo (cannoli en plural). Aunque es originario de Sicilia, lo cierto es que aquí muy popular. Tienen un coste de entre 1 y 2 euros. En nuestra opinión, tienen mejor pinta de lo que luego realmente están.
- El último que probamos fue el pan dei Dogi, este sí es típico de Venecia. Se trata de una masa de pan dulce con frutos secos o frutas confitadas. Aunque también lo encontraréis en varias pastelerías, nosotros lo comimos en la famosa Pasticceria Rizzardini. Tienen un precio de unos 4€. Solo echamos en falta quizás un poquito de leche para mojarlo😆.
El carnaval de Venecia
No podemos pasar por alto el Carnaval de Venecia, el más famoso de Italia y uno de los más famosos de Europa. Se celebra anualmente durante dos semanas en febrero, durante la cual la gente se echa a la calle a pasárselo bien disfrazada con vestidos de época venecianos.
Tal es la fama que veremos una gran cantidad de tiendas que venden máscaras de carnaval de forma permanente durante todo el año, sin duda un souvenir muy original. Las hay de distintos tamaños y precios, aquí no hay truco, las más caras están hechas de un material de mayor calidad –normalmente papel maché– que las que cuestan entre 3 y 5€.
Una de las máscaras más singulares es la que tiene forma de pico. Estas máscaras se empezaron a usar por los doctores durante los brotes de peste que surgieron en el siglo XVII. Estos no dejaban parte del cuerpo sin cubrir, se ponían gafas de cristal, y el pico de la máscara lo llenaban de plantas y especias aromáticas, y así generar un aire limpio que pudieran respirar constantemente.
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