Cracovia (Kraków en polaco) es, con 800.000 habitantes, la segunda ciudad más poblada de Polonia, detrás de Varsovia, la capital del país. Sin embargo, cabe destacar que Cracovia fue durante casi seis siglos, de 1038 a 1596, la capital de Polonia, hasta que el rey Segismundo III la trasladó a Varsovia. El nombre de la ciudad proviene del que se cree que es su fundador, Krakus, un príncipe polaco.
Para muchos, Cracovia es la ciudad más bonita de Polonia, además de que los precios, aunque cada vez más caros, son relativamente asequibles por el valor de la moneda nacional, el złoty (PLN), pronunciado suote. Por ello, hoy en día, Cracovia es uno de los destinos más turísticos de Europa.
Aunque no haya adoptado el euro, recordemos que Polonia es país de la Unión Europea desde 2004 y su idioma oficial es el polaco, uno de los más difíciles de Europa, aunque con saber que sí se dice no, ya podemos empezar 😁.
También es un destino Erasmus muy popular, la ciudad tiene una cultura universitaria muy importante —la primera universidad del país se fundó aquí—. En general, los estudios universitarios suelen ser gratis para ciudadanos de la Unión Europea, o conllevan unas tasas muy bajas, sobre todo si se estudia en polaco.
¿Qué ver en Cracovia?
Plaza Del Mercado
El punto de partida de toda visita a Cracovia ha de ser la Plaza del Mercado, la llamada Rynek Główny. Es la plaza central del casco antiguo de Cracovia, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1978. Es impresionante, no solo estéticamente sino también en cuanto a sus dimensiones, ya que es la plaza medieval más grande de Europa, con 40.000 metros cuadrados.
También hay que reconocer que ha tenido suerte, pues el estado de conservación tan bueno que tiene es gracias a que no fue dañada durante la Segunda Guerra Mundial, todo lo contrario que Varsovia. Cracovia fue ocupada por los nazis prácticamente sin oposición y, precisamente esta plaza se renombró como Plaza de Adolf Hitler. En medio de la plaza se alza el Monumento a Adam Mickiewicz (Pomnik Adama Mickiewicza), uno de los poetas polacos más importantes de su historia. Cuando la ciudad fue ocupada en 1939 por los nazis, estos derribaron la estatua y prohibieron cualquier tipo de referencia al poeta.
Plaza Rynek Główny
Además de la estatua de Adam Mickiewicz, en esta plaza encontramos cuatro edificios principales:
→Basílica de María Santísima (Bazylika Mariacka). Esta iglesia gótica es la más famosa de Cracovia y es distinguible, aparte de por su tamaño, por su ladrillo rojo y, sobre todo, por sus dos torres desiguales. La basílica actual data de 1365, reconstruida por orden del rey Casimiro III el Grande en el mismo lugar donde antes hubo otra iglesia de 1221. Las torres se terminaron en 1400 y 1406, la más alta tiene una altura de 80 metros.
Salta a la vista que las dos torres no son iguales. La razón es que, según la leyenda, dos hermanos arquitectos trataban de ver quién podía hacer la torre más alta. La competitividad llegó a tal punto que el de la torre pequeña, al verse superado por su hermano, lo mató y luego, arrepentido, se suicidó desde la torre que él mismo construyó. En ciertas épocas del año se puede subir a una de las torres y obtener unas vistas tremendas de la propia plaza y alrededores. Lo que es imprescindible es entrar en su interior, quedaréis impresionados por su arquitectura gótica, su gama de colores y la joya de la corona: el retablo gótico de madera, el más grande de Europa con 13 metros de alto por 11 de ancho, obra del escultor alemán Viet Stoss en 1488, compuesto de 200 figuras que representan distintas escenas de la vida de Cristo. Para entrar en su interior hay que pagar, pero merece la pena. El precio es de 15 złoty y los tickets se compran en una caseta cercana que hay enfrente. La iglesia tiene dos entradas, la principal que es para la gente que va a misa, y la de la derecha, para los turistas.
También es tradición escuchar al trompetista que toca en la torre. Y es que, a cada hora en punto, un trompetista que, al parecer, suele ser un bombero o soldado jubilado o a punto de hacerlo, se asoma por la ventana e interpreta una melodía con su trompeta y, cuando termina, saluda a la gente. Esta es una tradición con más de 700 años de antiguedad, cuando se tocaba una canción para anunciar la llegada de enemigos a la ciudad y avisar a la población. Aquí hay otra leyenda que cuenta que los ejércitos tártaros —procedentes de Europa del Este, Rusia y Asia Central—, con el objetivo de invadir Polonia, llegaron a Cracovia en 1241; un vigilante se subió a la torre para tocar la melodía y alertar al pueblo, cuando uno de los arqueros le atravesó la garganta con una flecha en medio de la música, muriendo en el acto. A consecuencia de ello, la melodía que suena actualmente tiene un final tan brusco, para recordar este suceso. También dicen que si el trompetista te mira mientras está tocando, volverás a Cracovia.
→La Torre del Ayuntamiento (Wieża ratuszowa). Se trata de una torre gótica construida en piedra de 70 metros de altura que formó parte del antiguo ayuntamiento de Cracovia.
→Iglesia de San Alberto (Kościół Świętego Wojciecha), construida originalmente en estilo románico en el siglo XI, lo que la convierte en la más antigua de la ciudad, pero reformada en varias ocasiones, una de ellas en estilo barroco en los siglos XVII y XVIII.
→Sukiennice o lonja de los Paños. Contruido en el siglo XIII como centro de comercio, este edificio renacentista alcanzó su máximo esplendor en el siglo XV. Hoy en día es el principal mercado para comprar souvenirs, venden de todo, como prendas de ropa, alfombras y joyas, sobre todo de ámbar, la pieza más representativa de Cracovia. El ámbar procede de la resina de los árboles una vez se ha fosilizado, un proceso que puede durar hasta 40.000 años, por eso es tan caro.
Edificio Sukiennice
Salimos de la plaza y, a escasos 2 ó 3 minutos, vamos a visitar el Collegium Maius, de estilo gótico, edificio perteneciente a la Universidad Jagellónica de Cracovia. Tanto el edificio como la universidad se fundaron en el 1364 por orden del rey Casimiro III el Grande, lo que la convierte en la universidad más antigua del país. El rey Casimiro III el Grande puso mucho esmero en mejorar la ciudad, además de fundar la universidad, construyó el Castillo de Wawel que veremos más adelante y reformó la Basílica de María Santísima. Por las aulas de esta universidad han pasado celebridades como el matemático y astrónomo Nicolás Copérnico y el papa Juan Pablo II, aunque este solo llegó a estudiar un año, de 1938 a 1939, ya que en ese momento la universidad tuvo que cerrar por la ocupación nazi. El edificio alberga el Museo de la Universidad Jagellónica (Muzeum Uniwersytetu Jagiellońskiego), cuyos horarios podéis ver en su página web, se puede visitar por libre o con visita guiada, cada formato tiene sus horarios. Los tickets los podéis comprar online o en el propio recinto. Además del museo, se puede entrar gratuitamente en el patio interior, es precioso, y tiene un carrillón, justo debajo del reloj, donde varias figuras relacionadas con la universidad (reyes, profesores, el rector, un bedel, etc.) desfilan al son de una canción. El carrillón tiene lugar todos los días a las 9:00, 11:00, 13:00, 15:00 y 16:00.
El casco viejo Patrimonio de la Humanidad continúa por varias calles perpendiculares a la Plaza del Mercado. Una de las más transitadas es la calle Floriańska. Otra de ellas es la calle Grodzka ya que une la plaza con el otro alma de la ciudad, la Colina de Wawel. A lo largo de dicha calle, si nos desviamos un poco, se llega al Palacio Arzobispal (Pałac Arcybiskupi), donde podemos ver la famosa “ventana papal”, a través de la cual el Papa Juan Pablo II saludaba a la gente durante su estancia en la ciudad.
En esa misma calle Grodzka pasaremos por dos iglesias más: la iglesia de San Andrés (Kościół św. Andrzeja), de estilo románico del siglo XI, y la iglesia de San Pedro y San Pablo (Kościół Św. Apostołów Piotra i Pawła), de estilo barroco. Y es que en Cracovia hay una gran cantidad de iglesias, hay que tener en cuenta que el 70% de la población es católica, es el segundo país europeo con más católicos después de Malta, en proporción a la población total.
Muralla de Cracovia
Cracovia fue fortificada en el siglo XIII con una gran muralla compuesta de 39 torres y 8 entradas para proteger a la ciudad. Hoy en día, apenas quedan 200 metros de ella y la única puerta que se conserva es la Puerta de San Florián (Brama Floriańska), de principios del siglo XIV. Tiene 34 metros de altura y lleva el nombre de San Florián, patrón de los bomberos y uno de los patrones de Cracovia. Se llega a través de la calle de mismo nombre y que hemos mencionado antes, la calle Floriańska.
Puerta de San Florian
Además de esta puerta, el otro resto de la fortificación medieval que se conserva es la llamada Barbacana (Barbakan w Krakowie), una estructura defensiva auxiliar de forma ovalada rodeada por un foso, construida en 1499 para reforzar la parte norte que era la más vulnerable, pues al sur estaba el río Vístula que ya ejercía como barrera natural. Aún se pueden apreciar las 7 torres y 130 saeteras o aperturas por donde se disparaban las flechas al enemigo. También tenía función aduanera, para controlar la gente que quería ingresar en la ciudad y cobrarles la correspondiente tasa.
Cerca de aquí podéis pasar a ver el espectacular edificio del Teatro Juliusz Słowacki (Teatr im. Juliusza Słowackiego), construido en estilo ecléctico en 1893 e inspirado en los teatros de París o Viena.
Colina de Wawel
Ahora nos dirigimos al río Vístula, el más importante del país ya que nace y muere en Polonia y pasa por las dos ciudades más importantes del país, Varsovia y Cracovia. Nace en los montes Cárpatos, tiene 1047 kilómetros de longitud y desemboca en el mar Báltico, en Gdansk; de hecho, es el más largo de todos los que terminan en dicho mar.
Detrás del río se alza la llamada Colina de Wawel. Esta se formó hace 150 millones de años aunque la primera constancia que se tiene de gente que viviera en ella data del siglo VII d.C., cuando unas tribus de origen eslavo se asentaron en la colina. Por su posición estratégica, los primeros gobernantes de Polonia eligieron este lugar como su residencia y ya en el año 1000 se fundó el obispado de Cracovia en esta colina.
Lo más destacado de la colina es lo siguiente:
- Catedral de Wawel (Katedra Wawelska), también es conocida como la catedral de San Wenceslao y San Estanislao. La primera iglesia se construyó en piedra en torno al año 1000, justo después de obtener el obispado, aunque la que vemos actualmente data del 1364 y es de estilo gótico. En esta iglesia católica fueron coronados y casados muchos reyes polacos y están enterrados muchos de ellos, así como obispos y arzobispos de Cracovia. Para acceder a ella hay que pagar una entrada, la cual también otorga acceso a la torre, las tumbas reales y el museo de la catedral. Podéis encontrar los horarios y precios en su página web. Esta catedral también alberga la campana más grande de toda Polonia, la cual solo se hace sonar en ocasiones especiales, como la proclamación y el fallecimiento del papa Juan Pablo II. Frente a la catedral, precisamente, hay un monumento al papa Juan Pablo II (Pomnik św. Jana Pawła ll).
Fachada lateral de la Catedral de Wawel
- Castillo real de Wawel (Zamek Królewski na Wawelu). En 1038 Cracovia se convirtió en la capital de Polonia, y los reyes polacos construyeron este castillo como su residencia. Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobernador general del partido nazi de la Polonia ocupada, Hans Frank, también decidió hacer del castillo su residencia. El castillo consta de muchas partes (primer piso del castillo, segundo piso, las cuevas, etc.) y hay tickets para cada una de ellas, en su página web encontráis más información al respecto. Las entradas se pueden comprar con antelación por internet o in situ, aunque puede que tengáis que esperar dependiendo de cuánta gente haya. También podéis dar simplemente una vuelta por el recinto y ver su patio, que es de lo más bonito que tiene.
Fachada del castillo, de noche
- Dragón de Wawel. Según cuenta la leyenda, un dragón habitaba en la colina de Wawel que tenía atemorizados a los habitantes, pues no hacía más que alimentarse de animales y personas de la región. El príncipe Krak, que gobernaba en aquel momento, prometió la mano de la princesa Wanda a quien consiguiera acabar con él. Tras un sinfín de fracasos, un humilde zapatero llamado Skub fue el que dio con la solución, rellenó una oveja con azufre y la colocó junto a la cueva, para que el dragón se la comiera y necesitara beber agua. El dragón se la devoró en cuanto la vio y, al ir al río a beber agua, explotó. Por tanto, hay una cueva (Smocza Jama) donde supuestamente vivía el dragón con una escultura suya, que escupe fuego cada cinco minutos. Está justo al lado de la colina.
Barrio Judío
La siguiente parada será el barrio judío, Kazimierz. Más que barrio, habría que hablar de ciudad, pues así fue concebida desde su creación en 1335 de la mano del rey Casimiro III hasta 1800, cuando pasó a ser un distrito de Cracovia. Los judíos comenzaron a llegar a Polonia en torno al 1200 pues aquí encontraron libertad de culto y de comercio que no tenían en otros sitios. La ciudad de Kazimierz estuvo, desde siempre, habitada por cristianos y judíos, aunque con el paso de los años la comunidad judía se hizo cada vez más grande. En el siglo XIX, antes de la Segunda Guerra Mundial llegó a haber 65.000 judíos, el 25% de la población en ese momento. Durante la ocupación nazi, todos los judíos del barrio fueron llevados al famoso gueto de Podgorze, ubicado al otro lado del río. Después de la Segunda Guerra Mundial, apenas quedaron 6.000 y, actualmente, tan solo viven unos 150 judíos. El barrio quedó completamente destrozado y abandonado en las décadas de 1950 y 1960 hasta que en los años 80 comenzó a reconstruirse.
El recorrido por Kazimierz puede empezar por la Plaza Nueva (Plac Nowy), dominada por un edificio circular. Este fue alquilado por la comunidad judía en 1927 para usarlo como matadero de aves de corral, un alimento muy popular en la comida kosher. Hoy en día sirve como mercado de comida callejera, así como mercadillo de todo un poco en fin de semana. La comida callejera típica de este mercado es la Zapiekanka —proviene del verbo zapiekać que significa hornear—, una baguette abierta horneada con ingredientes sobre ella, al estilo de los panini italianos. El típico de Cracovia es el Krakovska, que lleva tomate, jamón york, queso y cebollino. Un sitio popular donde probarlos es Mrs&Mr Zapiekanka, la gente suele compartirlos porque son considerablemente grandes.
A apenas 5 minutos caminando llegaremos al Cementerio de Remuh o Antiguo Cementerio Judío de Cracovia, construido entre 1535 y 1551. Durante la ocupación nacionalsocialista, los nazis arrancaban las lápidas y las usaban como material de construcción, por eso quedan muy pocas de antes de la Segunda Guerra Mundial. Una de las pocas que quedan es la de Izaak Jakubowicz, judío fundador de una de las sinagogas de Cracovia.
De las 120 sinagogas que hubo registradas en Cracovia en 1930, actualmente solo quedan 7:
- la Sinagoga de Izaak Jakubowicz (Synagoga Izaaka Jakubowicza), de 1644;
- la Sinagoga Alta (Synagoga Wysoka), de 1563, hoy funcionando como librería/exposición;
- la Sinagoga Vieja (Stara Synagoga) construida en el siglo XV y convertida en museo (de pago);
- la Sinagoga Remuh (Synagoga Remu), de 1557 y ubicada junto al cementerio, hay que pagar entrada;
- la Sinagoga Popper (Synagoga Poppera), de 1620, hoy convertida en librería;
- la Sinagoga Kupa (Synagoga Kupa), hoy un museo (de pago);
- la Sinagoga Tempel (Synagoga Tempel), la más moderna de todas las sinagogas (1862), también hay que pagar una entrada.
También tenéis que pasar por la calle Józefa 12, donde se encuentra el lugar de rodaje de la lista de Schindler (Pasaż Listy Schindlera). Y es que en este callejón está la casa que eligió Steven Spielberg como uno de los escenarios para la película La lista de Schindler (1993), ganadora de siete Oscars. La película narra la historia real de Oskar Schindler, empresario alemán perteneciente al partido nazi, propietario de varias fábricas en Polonia, República Checa, etc., incluida una fábrica en Cracovia, que consiguió salvar la vida de cerca de 1200 judíos durante la ocupación alemana de Polonia. La foto de la escalera que sube a la casa, a la izquierda, y el arco, a la derecha, es una de las más famosas de la película, y podéis compararla con cómo está hoy.
Con esto termina la visita a Kazimierz, pero no de la zona judía, porque queda por ver la parte del gueto. Al sur del barrio, cruzamos el puente y llegamos a Stare Podgórze, lo que en su momento fue el gueto de Podgorze donde fueron enviados todos los judíos de Kazimierz después de que les cerraran las sinagogas, perdieran sus trabajos y, básicamente, les expulsaran del distrito. El centro de este barrio es la Plaza Héroes del Gueto (Plac Bohaterów Getta), donde concentraban a los judíos antes de llevarlos a los campos de concentración y exterminio. Las 70 sillas que vemos decorando la plaza sirven como homenaje y recuerdo a todos ellos, cada una representa a 1000 judíos.
En una de las esquinas de la plaza hay un local interesante, la Farmacia bajo el águila (Apteka pod Orłem), nombre dado por la figura del águila que hay en su interior, una histórica farmacia famosa porque su dueño, Tadeusz Pankiewicz (1908-1993), junto con dos empleadas polacas del negocio, ayudaron a muchos judíos del gueto. Realmente la farmacia existía desde antes de la Segunda Guerra Mundial y el señor Pankiewicz era polaco no judío, pero cuando llegaron todos los judíos, él decidió quedarse y ayudarles, con el riesgo que suponía en esa época. Tras la guerra, la farmacia siguió funcionando como tal hasta 1967, y ahora funciona como museo, financiado en parte por Roman Polanski, el director de cine, pues fue uno de los niños que pasó por este gueto y su madre fue enviada y asesinada en el Campo de Concentración de Auschwitz. Él y su padre lograron sobrevivir.
Otra atracción de Podgórze, aunque a unos diez minutos andando de esta plaza es el Museo Schindler (Oskar Schindlers Emaillefabrik), para los que quieran profundizar en la vida de este personaje histórico. Las fotos que hay en la fachada corresponden a todos los judíos que trabajaron en su fábrica de Cracovia.
Gastronomía de Cracovia y vida nocturna
Algunos de los platos típicos que debéis probar son los famosos pierogi, una pasta rellena de aspecto similar al de las empanadillas, a veces servida con chucrut; golonka, que es codillo; y zurek, una sopa de verduras con un sabor ácido que suele venir dentro de un pan.
Un restaurante típico donde poder probar estos platos es el Pod Wawelem Kompania Kuflowa. En la entrada tienen una báscula, para que os peséis antes y después de comer, para que os hagáis una idea de las porciones de comida que sirven. Otros restaurantes que nos recomendaron fueron: Morskie Oko, Kuchnia u Doroty, Bar Smak y Kluska na Placu.
En otro orden de restaurantes, hay que hablar de los «bares de leche» polacos, un concepto que surge en la época cominsta soviética, consistente en restaurantes tipo cantina con precios muy asequibles para los trabajadores se lo pudieran permitir. Uno de los más conocidos es Tradycyjne Polskie Smaki Kuchnia polska Kraków, tiene una gran variedad de platos, sobre todo de sopas, que son muy populares en Polonia, cada uno puede pedir los que quiera en la barra y se los lleva a la mesa. Luego, al final, se recoge la bandeja y ya. Actualmente es también un sitio turístico por lo que los precios no son tan baratos como antaño, pero sí merece la pena ir por ver el concepto.
Y una pastelería top es Cukiernia Michałek, con una gran variedad de dulces, si bien el más famoso es el pączki, similar a una berlina o donut relleno. No te vayas sin probarlos.
En general, las comidas y bebidas son asequibles, si bien hay un producto que es relativamente caro en comparación, el café.
Cracovia también es famosa por su gran ambiente nocturno y su ambiente estudiantil con gran cantidad de estudiantes Erasmus. Esto hace que siempre haya mucho ambiente por las calles y te encuentres españoles en cada rincón de la ciudad.
El barrio judío, Kazimierz, tiene bastante ambiente, es el barrio alternativo de la ciudad. Tiene lugares curiosos como antiguas sinagogas reconvertidas en bares, como el Café Hevre, mola mucho la decoración interior. Otro lugar también curioso al que podéis ir es el Singer Pub, un bar con gran variedad de cervezas y bebidas y ambientado con máquinas de coser Singer. Por la noche, hay días que se transforma casi en un bar discoteca.
Y para tomar algo fuerte, qué mejor que un trago de soplica, una de las marcas más antiguas de vodka polaco. Los hay de varios sabores, siendo los que más gustan los de avellana y cereza, sobre todo el primero.
Visitar el Campo de Concentración de Auschwitz-Birkenau
El Campo de Concentración de Auschwitz-Birkenau se sitúa a unos 70 Km de Cracovia. Este fue el campo de concentración más grande de todos los que construyeron los nazis y constaba, asimismo, de tres principales subcampos: Auschwitz I –campo de concentración y centro administrativo–, Auschwitz II-Birkenau –campo de concentración y exterminio– y Auschwitz III-Monowitz –campo de trabajo para la fábrica de caucho sintético alemana llamada IG Farben–. Es importante mencionar que los campos de concentración eran centros de detención y trabajo, obviamente con condiciones infrahumanas y torturas que hacían que muriera muchísima gente. Por otro lado, los campos de exterminio, eran directamente lugares donde eran enviados los presos para morir en cámaras de gas y hornos crematorios.Este se construyó en 1940 sobre un antiguo cuartel del ejército polaco. La idea era que fuera un campo solo para polacos pero, a partir de 1942, empezaron a traer a judíos, prisioneros soviéticos, homosexuales, etc. También iba a funcionar como campo de concentración pero pasados dos anos, comenzó a ser también campo de exterminio. Se estima que, entre 1940 y 1945, cerca de 1,3 millones de personas fueron traídas a este campo, de las cuales 1,1 millones murieron, y un 90% de ellos, judíos. Aunque no solo los judíos eran perseguidos, también los gitanos, homosexuales, ideología política distinta (como republicanos), etc. El campo estuvo en funcionamiento desde que llegaron los primeros prisioneros el 14 de junio de 1940 hasta que fue liberado por el ejército soviético el 27 de enero de 1945. En ese momento, solo se encontraron 7000 supervivientes, que eran los más débiles, el resto fueron evacuados a otros campos.
Nada más llegar, los prisioneros eran despojados de todas sus ropas, zapatos y pertenencias, prácticamente se les deshumanizaba. Después de ser examinados, los que no estaban en condiciones para trabajar, eran enviados directamente a las duchas, que eran en realidad cámaras de gas. En las salas de exposición se pueden ver muchos de estos objetos que eran requisados al llegar al campo. También hay una galería de fotos de prisioneros que pasaron por aquí con dos fechas, de cuando llegaron y de cuando murieron asesinadas.
Durante la visita se ve el recinto del complejo de los distintos campos arriba mencionados. Había fuertes medidas de seguridad, como torres de vigilancia, la llamada «Zona de interés» que alcanzaba los 40 kilómetros a la redonda, y las dobles alambradas de espino, que miden entre 2,5 y 3 metros de altura y en aquel entonces estaban electrificadas; algunos prisioneros incluso se lanzaban contra estas para suicidarse y acabar con el sufrimiento.
También se visitan los distintos barracones donde dormían los presos. En cada uno metían hasta 500 personas, con 7-8 por litera. Las condiciones extremas de esta región, con hasta -20 grados en invierno y mucho calor en verano, hacían que las enfermedades se propagaran rápidamente.
También podéis visitar una cámara de gas. Auschwitz contaba con cuatro cámaras de gas, todas ellas destruidas por los nazis justo antes de perder la guerra con el fin de no dejar pruebas. De esas cuatro, una de ellas ha sido reconstruida y se puede visitar actualmente. Consta de dos partes: una, donde se expulsaba el gas, que era Zyklon B, un compuesto de cianuro de hidrógeno altamente venenoso que era letal; y, la otra, el crematorio, donde podían caber hasta 800 personas. Era la forma más eficiente de matar al mayor número de personas en el menor tiempo posible.
Otro de los lugares más simbólicos del campo es la puerta de entrada al campo, con el texto Arbeit macht frei (el trabajo os hará libre), un eslogan muy utilizado por el partido nazi (NSDAP).
Se puede ir a través de visitas organizadas o ir por tu cuenta y pagar allí por un guía, puesto que la entrada al recinto en sí es gratuita. Eso sí, contratar un guía es imprescindible para entender bien lo que estamos viendo. Para nosotros fue de lo más impactante del viaje, así que recomendamos dedicarle unas horas a aprender lo que sucedió en una de las etapas más oscuras de nuestra historia.
Campo de Concentración de Auschwitz-Birkenau
Como decíamos, se puede ir a través de un viaje organizado, el cual te pone un bus y suele tener el guía incluido en el precio. Esta comodidad hace que sea un poco más caro que si vas al sitio en transporte público y contratas allí el guía, aunque previamente es recomendable haber mirado horarios en tu idioma.
Para ir en transporte público, lo mejor es tomar un bus desde la estación de Autobuses con dirección Oświęcim (Auschwitz en polaco) y bajarse en la parada Oświęcim Muzeum, ya que la propia parada Oświęcim os deja en el propio pueblo de Oświęcim y luego os tocará ir caminando 20 minutos hasta el campo de concentración.
Minas de sal de Wieliczka
Esta es otra de las excursiones populares desde Cracovia, también declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1978. Se encuentran en la región de Cracovia aunque no en la ciudad, sino en la ciudad de Wieliczka como su propio nombre indica. Nosotros fuimos en tren y se tarda no más de media hora. La mina se visita con un guía personal, por lo que hay que informarse bien sobre a qué hora es el tour en español o, en su defecto, en inglés o el idioma que cada uno prefiera. Aquí podéis ver los precios y los horarios de las visitas en español .
Estas minas de sal se formaron hace 13,5 millones, cuando toda esta zona estaba sumergida bajo un mar; con los años, se fue evaporando por el aumento de las temperaturas y, al secarse, lo que quedó fue un depósito de sal. La extracción de sal comenzó en el siglo XIII, y la sal siempre fue un producto muy importante para la economía, tanto de la ciudad como del país. En la Edad Media se usaba como moneda de intercambio, de hecho, la palabra española salario proviene de la época romana, en que se usaba la sal como pago para los soldados. Con un bloque de sal se podía comprar ganado, territorios, etc. La mina estuvo en funcionamiento hasta 1996, a partir de entonces ya no se extrae más sal, ahora simplemente funciona como atracción turística —recibe 1,2 millones de turistas al año—. Incluso Copérnico visitó las minas de sal a finales del siglo XV. La sal se vendía principalmente para consumo humano y productos cosméticos, por ejemplo para sales de baño.
La mina tiene una profundidad de 327 metros bajo el suelo y está dividida en nueve plantas. Consta de un conjunto de galerías subterráneas que alcanzan los 245 km de longitud. A lo largo de ellas podéis ver cuadros y figuras religiosas, pues los mineros polacos son muy religiosos; figuras de caballos, que empezaron a ser usados en el siglo XVIII para transportar sal, los bajaban en pozos o con cuerdas hasta los niveles inferiores; troncos de madera en la planta baja que servían para sostener la sal que hay en los niveles superiores. Todas las estatuas y relieves que se pueden ver están hechos con sal.
Los mineros llegaron a construir hasta 40 capillas en la mina de Wieliczka y, precisamente, lo más espectacular de la visita es la capilla de Santa Kinga, ubicada a 101 metros de profundidad y dedicada a Santa Kinga, princesa húngara patrona de los mineros de Polonia, canonizada el 16 de junio de 1999 por el papa Juan Pablo II. Está construida en un bloque de sal, el suelo, las paredes, las escaleras, los techos, los relieves y hasta las lámparas de araña están hechas con cristales de sal producidos en esta mina, si bien no se derriten porque la sal solo se derretiría a 800 grados, y ni con las bombillas actuales ni con las velas antiguamente se alcanza esa temperatura. La decoración de la capilla es, principalmente, del siglo XIX; hay muchos relieves, por ejemplo, uno de la última cena, también destaca una estatua de Juan Pablo II. Lo más curioso es que la capilla aún sigue en uso, todos los domingos a las 19:30 hay misa, incluso se celebran bodas y conciertos en ella.
Otras excursiones desde Cracovia
No es una excursión per sé, pero una actividad entretenida, sobre todo para verano es hacer un crucero por el río Vístula.
Visita a Wroclaw. Nosotros fuimos con la compañía Flixbus. Se tarda unas tres horas y poco y sale de la estación Dworzec Autobusowy MDA w Krakowie.
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